Presentación sobre “El manejo de trastornos en la regulación del

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Presentación sobre “El manejo de trastornos en la regulación del afecto:
porqué importa quiénes somos”
Mary Target (Reino Unido)
Se me ha pedido tratar el tema de los “trastornos en la regulación del afecto que
abarcan un amplio espectro de desórdenes, como aquellos que involucran la
formación de la personalidad, los déficits de atención y aquellos a los que se hace
referencia general como trastornos del desarrollo”. Discutiré el caso de Rosa, una
joven que llevaba una vida sumamente miserable y aislada como resultado de sus
volátiles afectos, impulsividad y reacciones paranoicas, a pesar de algunas
hospitalizaciones y psicoterapia. Veía a “Rosa” cuatro veces por semana durante
cinco años y discutí su caso regularmente con un experto consultor kleiniano;
también estaba familiarizada con la perspectiva moderna de la psicología del yo
(“basada en la mentalización”) del trabajo con niños y adultos que parecen estar
más allá del alcance del trabajo analítico ordinario. Sorprendentemente, estos
enfoques y mi formación independiente proporcionaban cierto terreno técnico común
pese a sus diferentes modelos de desarrollo. Los primeros dos años de luchar con
la regulación del afecto requirieron una aproximación a la inestabilidad afectiva que
fuese coherente con las extensas investigaciones sobre el desarrollo de orientación
psicoanalítica en relación al apego y la relación temprana entre los padres y el bebé.
Posteriormente, cuando la capacidad de la paciente para representar, tolerar y
comunicar sus afectos dentro y fuera del análisis mejoró notablemente, empezó a
responder productivamente a la interpretación y el trabajo con la transferencia fue
gradualmente posible de ser experimentado como pensamiento y no solo como
acción.
La literatura sobre la técnica tanto en el análisis de niños como en el de
adultos en lo que atañe al “ámbito cada vez más amplio” de la psicopatología que
estamos viendo, nos ayuda a orientar el proceso. Por ejemplo, la “ayuda para el
desarrollo” fue descrita y estudiada en la Clínica Hampstead (actual Centro Anna
Freud) desde la década de 1960 para tratar niños borderline atípicos con los que no
se podía usar el análisis clásico que posiblemente los empeoraría. Un grupo de
quienes trabajábamos por entonces en ese centro elaboramos la teoría e
investigamos la técnica y desenlaces de un intenso trabajo analítico a nivel de
desarrollo en casos de desórdenes de los procesos mentales. Esto incluía ayudar a
estos niños a reconocer y expresarse sobre sus estados internos, como
sentimientos y creencias, antes de ampliar el foco de discusión a la persona del
analista y al contexto emocional de una relación transferencial vital pero
perturbadora (y “real”). Hallé con Rosa algo que había encontrado pero que no
había reconocido plenamente al trabajar con pacientes con problemas menos
severos para autocontrolarse: que hasta que alcanzara cierta coherencia y
seguridad al examinar su propio estado emocional –lo que los teóricos del apego
llaman “sentido de seguridad”—se sentía desestabilizada e invadida por la
expectativa de establecer una conexión. La demanda de reconocer que otra
persona tiene también una realidad interna y las referencias al establecimiento de
una relación la hacían sentirse perseguida. Esto la empujó a experimentar sus
propios estados internos en las modalidades más primitivas que hemos denominado
“equivalencia psíquica”, “simulación” y “teleológica”. Si bien las relaciones de objeto
y la transferencia fueron fundamentales para entender lo que estaba ocurriendo, y
ella parecía depender de una sintonía conmigo para percibirse a sí misma como
más real, al principio solía resultar inútil referirme a la relación analítica o a cómo la
experimentaba.
Ilustraré los modos en los que facetas particulares del reflejo especular
afectivo temprano natural entre los padres y el bebé (descrito por la teoría
psicoanalítica del desarrollo y demostrado más específicamente por las
investigaciones infantiles modernas) son relevantes para la técnica a ser utilizada en
las deficiencias en el desarrollo del manejo de los estados afectivos. Subrayaré la
importancia tanto del contenido como del proceso de interacción en el desarrollo
temprano y en la técnica analítica y me centraré en el fenómeno de “reflejo
especular marcado”. Además de ampliar el trabajo del grupo de analistas
investigadores liderados por Peter Fonagy, me basaré en los importantísimos
aportes del Grupo de Estudio de Boston sobre el Proceso de Cambio que atañen a
la estructuración de modalidades de los procesos inconscientes de relación entre el
self y el otro o “conocimiento relacional implícito”. Plantearé que el reflejo especular
marcado –verbal y no verbal—no es solamente un proceso a través del cual el
mundo interno del self, objetos y afectos se vuelve más significativo para la
paciente, sino que pone inevitablemente el mundo interno del paciente en contacto
con el self real del analista, con su resonancia implícita particular y sus respuestas
específicas a lo que está siendo reflejado por el paciente en el trabajo analítico
cotidiano. Esta “incontinencia” del self real pero implícito del analista como parte del
proceso de reflejo especular no es accesible a la conciencia, pero planteo que está
profundamente entretejido con lo que el paciente obtiene del análisis y lo que puede
ser sostenido posteriormente dentro de un self reestructurado.
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