LA CRISIS ACTUAL DEL CAPITALISMO: FIN DEL MODELO DE ACUMULACIÓN POR DESPOSESIÓN Y SU IMPACTO EN EL TERRITORIO Dr. Orlando Moreno Pérez FES Aragón, UNAM 1.- ¿Qué son las crisis? Asistimos a la primera gran crisis general de la etapa de la globalización1, echando por tierra las apologías acerca de la victoria final del capitalismo sobre cualquier opción alternativa de organización económica y social. La mayoría de los expertos y académicos del sistema no esperaban que pudiera ocurrir de manera tan inesperada. Los teóricos de la economía convencional no pudieron prever su estallido, y aun no tienen una explicación teórica convincente acerca de su naturaleza, sus causas y mucho menos solución. Es por eso que la crisis nos remite inevitablemente a los postulados marxistas que entienden este fenómeno como inherente al proceso de acumulación capitalista y que es inevitable y de carácter periódico. Las contradicciones del proceso económico de producción del plusvalor y de su realización son la constante en el capitalismo, el crecimiento armónico y equilibrado es meramente accidental, coyuntural y momentáneo. Desde la perspectiva teórica marxista para que el proceso de acumulación no encuentre obstáculos para su desarrollo, es necesario que se den los siguientes elementos: 1.- Una oferta de fuerza de trabajo suficiente para responder a la expansión de la producción. Esto supone la existencia de una sobrepoblación relativa permanente que permita su absorción por parte del capital. 1 En el capítulo 1 de mí libro: Desarrollo económico y urbanización, expongo con más detenimiento una caracterizaron acerca de lo que es la globalización. Sin embargo, es pertinente señalar que el capitalismo desde sus orígenes ha necesitado del mercado mundial para su expansión, y que los descubrimientos geográficos desde finales del siglo XV hasta el siglo XVIII han sido fundamentales en el proceso de acumulación del capital. 1 2.- Una oferta suficiente de medios de producción (Maquinaria, infraestructura física, materias primas, etc…) en existencia en el mercado. 3.- Un mercado desarrollado con una demanda solvente capaz de adquirir las mercancías producidas en condiciones capitalistas. Dado que la estructura de la oferta y la demanda se dan sobre bases capitalistas que, al tiempo de generar las condiciones de producción del plusvalor, también limita las condiciones de su realización, toda vez que las relaciones de producción capitalista se caracterizan por reducir al mínimo el consumo de la clase dominada, tendiendo a reducir constantemente el nivel de vida de los trabajadores, salvo por condiciones históricas particulares en las que el estado de la lucha de clases determine una correlación de fuerzas menos desfavorable para los trabajadores, de lo contrario, la tendencia inherente del capitalismo es la de reducir el consumo de los trabajadores; por tal motivo, tendremos entonces que la propia dinámica de la acumulación del capital produce los obstáculos para su desarrollo. Esta contradicción entre las condiciones de la producción y las de la realización del plusvalor se resuelven periódicamente mediante las crisis. De esta manera, tenemos entonces que las crisis son el mecanismo que tiene el capital para derribar, destruir o superar toda barrera que obstaculice su ulterior desarrollo. Así, las crisis capitalistas son consustanciales al mismo proceso de desarrollo de la acumulación capitalista. Por lo tanto, debemos entender las crisis periódicas a partir de la función que desempeñan: Aplicar cierto orden y racionalidad al desarrollo económico capitalista cuya naturaleza es anárquica y desordenada. Por otra parte, las crisis tienen el efecto de ampliar la capacidad productiva y renovar las condiciones para una nueva acumulación. Cada crisis hace avanzar el proceso de acumulación hacia un nuevo plano superior porque: 1.- La productividad del trabajo mejora al desplazar el antiguo capital fijo. 2.- El costo de la fuerza de trabajo se reduce. 3.- El capital excedente se colocará en nuevas ramas de la producción. 2 4.- Se incrementará la demanda, al principio de bienes de capital, y después de medios de consumo.2 Por otra parte, las crisis reales son la mejor oportunidad para corroborar, tanto la validez del análisis marxista, como para poder observar de manera clara las contradicciones fundamentales del capitalismo en su proceso de desarrollo. Si bien es cierto que cada crisis es única en el sentido de expresar las contradicciones fundamentales en un momento histórico determinado del desarrollo del proceso de acumulación capitalista; la situación particular en que se expresan estas contradicciones, que a su vez depende de la particular correlación de las fuerzas sociales existentes en cada momento histórico y de las formas que asuma el proceso de acumulación capitalista, siempre se manifiestan también los rasgos característicos de las crisis, planteados en la teoría marxista. El avance cíclico de la acumulación capitalista por medio de las crisis comprende varios aspectos que aparecen como manifestaciones interrelacionadas del mismo fenómeno: una crisis monetaria en la que los problemas del crédito se expresan en quiebras comerciales por pérdidas en las ventas; crisis de valorización expresadas en desvalorización de los activos reales de los capitales particulares, cuyas ganancias se desploman, provocando que el capital productivo se congele bajo la forma de capital dinero; finalmente, crisis de acumulación del capital social cuya expresión más palpable es la falta de inversión y el desempleo.3 Estas son de manera sucinta los rasgos más generales y característicos de las crisis de acumulación capitalista. 2.- Contexto histórico del desarrollo de la actual crisis La expansión de la producción como consecuencia del salto tecnológico productivo ocurrido después de la crisis de 1929- 1933 y que llevó a las potencias imperialistas a la conquista de nuevos territorios y mercados y, consecuentemente, a la segunda gran guerra interimperialista , transformó al 2 Ver. Harvey, D. Espacios del Capital. Hacia una geografía crítica. Ediciones Akal, S.A., . Madrid, España. p. 259. 2007. 3 Ver. López Díaz Pedro. Capitalismo y crisis La visión de Karl Marx. UNAM, ITACA. Capítulo 5, nota 3. México. 2006. 3 capitalismo al imponer o consolidar las relaciones de producción y distribución capitalista a prácticamente todos los países del mundo4, sentando con ello las bases de lo que hoy denominamos globalización transnacionalizada. Los cambios ocurridos en la estructura interna del capital tuvieron como base el continuo desarrollo de las fuerzas productivas expresadas en la gran revolución científico tecnológica que se dio desde mediados de los años treinta del siglo veinte, hasta prácticamente inicios de la primera década del presente siglo5; aproximadamente once lustros de innovaciones tecnológicas que transformaron el proceso de producción, el de trabajo y el de circulación del capital, imprimiéndole nuevas características al proceso de acumulación de capital. Es importante señalar que durante el primer tercio de la década de los setenta, el ciclo de expansión económica observó una declinación debido a la baja en la tasa de ganancia y la crisis del sistema monetario internacional surgido de Bretton Woods, al abandonar el sistema basado en el patrón oro y generar una crisis en Europa con la inconvertibilidad de los eurodólares, provocando una crisis del proceso de acumulación . Para contrarrestar esta situación, se promovieron políticas tendientes, por una parte, a contrarrestar la baja de la 4 Este hecho toma en cuenta las condiciones particulares del desarrollo histórico de cada país en donde el modo de producción capitalista ha ejercido su égida durante siglos; además de considerar la vigencia de la ley del desarrollo desigual y combinado que ejerce su influencia en la determinación de relaciones asimétricas entre los países dominantes y los dominados, así como en las regiones al interior de los cada país. 5 Carlota Pérez identifica 5 revoluciones tecnológicas del capitalismo desde hace 230 años, a partir de la revolución industrial inglesa a finales del siglo XVIII y que forman parte de lo que ella define como “grandes oleadas de desarrollo económico”, en sustitución del concepto que conocemos como ondas largas, las cuales definen determinados “paradigmas tecnoeconómicos”, término que, por la definición de algunos de sus elementos sería algo semejante al concepto de “patrón de acumulación”. Estas oleadas, dice ella, tienen una duración aproximada de cincuenta años o más y se dividen en dos etapas fundamentales que son: un período de instalación y otro de despliegue de todas sus potencialidades o edad de oro de la oleada de desarrollo, antes de ser sustituida por una nueva oleada. Estos paradigmas están mediados por un intervalo de acomodo que son las recesiones y recomposiciones económicas. En su clasificación señala que las dos más recientes revoluciones tecnológicas ocurrieron en el siglo XX; la primera inició su período de instalación en 1908, caracterizada como la era del petróleo, el automóvil y la producción en masa, rivalizando Estados Unidos con Alemania por la hegemonía mundial y difundiéndose hacia Europa; su intervalo se dio entre 1929, concluyendo en los Estados Unidos en 1943,seguida por la época de bonanza de la posguerra; y la segunda inicia su instalación en 1971, caracterizada como la era de la informática, las tele comunicaciones y la globalización, con la hegemonía de Estados Unidos y difundiéndose hacia Europa y Asia; teniendo como intervalo entre 2000 y 2008. Ver. Pérez, C. “La otra globalización: los retos del colapso financiero”. En Problemas del Desarrollo. Revista Latinoamericana de Economía. IIEc, UNAM. México. vol. 40, 157, pp. 11-37, abril-junio de 2009. 4 tasa de ganancia de los países capitalistas dominantes, conocidas como políticas de ajuste estructural o neoliberales, orientadas a beneficiar a la concentración y centralización del gran capital financiero transnacional mediante un proceso de acumulación por desposesión, principalmente del patrimonio público y del de por sí exiguo patrimonio de los trabajadores, contribuyendo a reducir los niveles de vida de la clase trabajadora en todos los países del mundo, incrementando por este medio la apropiación de plusvalor, al desvalorizar la fuerza de trabajo y reducir el salario real de los trabajadores. Por otra parte, también para contrarrestar la baja en la tasa de ganancia, con los excedentes de capital que no se reinvirtieron, se dio un impulso inusitado al sector financiero mediante la liberalización y desregulación de los mercados financieros, privilegiando e impulsando a los bancos y las corporaciones financieras privadas. A este proceso Arturo Guillen le llama régimen de acumulación con dominación financiera6. “La implantación de un régimen de acumulación con dominación financiera implicó un cambio cualitativo en la lógica de la reproducción del capital”, en la cual la “esfera financiera predetermina la economía real” y somete las formas de gestión de las corporaciones a las necesidades de rentabilidad de corto plazo. Las firmas se financiarizan,… lo que importa ahora es el valor accionario [es decir, en bolsa] de la corporación y aumentar sus ingresos mediante la participación activa de sus tesorerías en los mercados financieros... el “régimen de acumulación con dominación financiera subordina toda la lógica de la reproducción del capital a las necesidades de valorización del capital financiero”.7 Así, las grandes cantidades del capital excedentario en manos de estos “agentes”, “promotores” e “intermediarios” financieros, se orientaron a la promoción de una economía de la especulación, creando burbujas para atraer los recursos monetarios de la sociedad y, llegado el momento, expropiarlos, mediante el mecanismo de la llamada “economía casino” y, con ello, seguir acaparando el capital ficticio. 6 “La crisis inmobiliaria y la recesión global”, ponencia presentada en el Coloquio Internacional “América Latina: escenarios del nuevo siglo”, Buenos Aires, octubre 22-24, 2008. Tomado de Julio Bolvink. La Economía Moral. En Diario la Jornada 6 de enero 2009. 7 Ibid. 5 Este proceso de financiarización de la economía mundial se caracterizó por la especulación, el fraude, la destrucción calculada de activos, mediante la manipulación de sus valores, conforme a los intereses del capital (mafia) financiero, para después proceder a su desvalorización, despojando de su patrimonio a miles de personas, llevándolos al endeudamiento y a mayor pobreza, además de apropiarse de los fondos de pensión de los trabajadores, así como de los recursos en las bolsas de valores de miles de empresarios, mediante los colapsos bursátiles y, finalmente, mediante la promoción de los fondos de riesgo o tóxicos, conocidos como los fondos de protección o “hedge funds”, en distintas actividades de “riesgo”, pero particularmente, en el sistema hipotecario. De esta manera, la desposesión y el despojo han llegado a extremos de verdadera depredación por parte del pequeño grupo agente del capital financiero. Esta modalidad de funcionamiento del capitalismo ha sido aceradamente calificada por Luis Arizmendi como: “capitalismo cínico8” .Todo este proceso desde el principio, contó con el decidido apoyo, promoción, participación y connivencia del Estado capitalista que en el nivel del régimen político en cada país, ha operado mediante la fracción política impuesta por el capital financiero transnacional. Estas transformaciones ocurridas en el proceso de acumulación de capital que asumieron la forma de subordinación en la reproducción del capital, tanto el capital productivo (P), como el capital mercantil (M) al capital dinero (D), facilitaron, con una parte del capital liberado, una continua revolución científicotecnológica que sirvió de plataforma para la expansión del capitalismo en las décadas posteriores a la de los setenta. Sin embargo, la razón de fondo que está detrás de la implantación del proceso de acumulación con dominación financiera 8 la encontramos en las Este autor entiende el capitalismo cínico, como “aquella configuración que el capitalismo se adjudica a sí mismo cuando, haciendo ofensivamente a un lado al Estado como contrapeso a su violencia económica, deja operar sin restricciones el laissez faire laissez passer para hacer del mercado la entidad que define los heridos y los muertos. Sin reducir de ningún modo el Estado a un Estado mínimo, esta configuración no desactiva y, más bien, reordena la intervención estatal en la economía para conformar propiamente un Estado autoritario, esto es, un Estado que por la fuerza promete y garantiza el traslado del centro de mando hacia los capitales privados, nacionales y ante todo transnacionales” . Arizmendi, L. “La especificidad histórica de la crisis mundial contemporánea”. En: Mundo Siglo XXI, Revista del CIECAS, IPN. México. p. 32. Número 17, verano 2009. 6 transformaciones de la estructura interna del capital que le imposibilitaron aplicar las innovaciones técnicas a los procesos productivos de las ramas de la producción con un uso intensivo de capital y, con ello, poder dar un salto tecnológico que permitiera la introducción del cambio de la base energética9 que, a su vez, renovara la base técnico productiva en las ramas de punta de la economía y, eventualmente las demás ramas de la economía, generalizando esta base. Todo este cambio tecnológico implicaba incrementar la composición orgánica de capital y, con ello, contribuir a una mayor reducción de la tasa general de ganancia, profundizando la crisis. Por esta razón, la respuesta del capital fue la de recurrir a las causas que históricamente han contrarrestado esta baja; éstas son : 1. Ensanchar el mercado exterior, consolidando las relaciones de producción y distribución capitalista, labor que fue comandada por la empresa transnacional, con el apoyo de los organismos financieros imperiales, tanto los globales (FMI, BM), como los regionales( en América Latina el BID), quienes impusieron relaciones capitalistas subordinadas y dependientes del capital financiero transnacional y, con ello, las modalidades de “desarrollo” económico y social más convenientes para la expansión de éste. 2. El incremento de la inversión en capital ficticio (Marx lo designa como el incremento del capital accionario, a este respecto dice: “Con el progreso de la producción capitalista, que va de la mano de la aceleración de la acumulación, una parte del capital sólo se calcula y emplea como capital que devenga interés. No en el sentido de que cualquier capitalista que presta capital se conforma con los intereses, mientras que el capitalista industrial se embolsa la ganancia del empresario…Sino en el sentido de que esos capitales, a pesar de estar invertidos en grandes empresas productivas, una vez deducidos todos los costos sólo arrojan pequeños o grandes intereses, los así llamados dividendos… Por lo tanto, no 9 Una renovación de la base energética que reduzca o sustituya los combustibles fósiles (hidrocarburos) por fuentes de energía renovable, barata y limpia, ha sido permanentemente obstaculizada por las corporaciones del oligopolio petrolero, a pesar de los estragos que han ocasionado a la biosfera, prefiriendo afectar los ecosistemas y el clima del planeta que modificar las bases de los patrones productivos y de consumo, basados en la utilización del petróleo. 7 entran en la nivelación de la tasa general de ganancia, ya que arrojan una tasa menor que la tasa media de ganancia. Si lo hicieran, dicha tasa declinaría mucho más aun.”10) mediante la desregulación y liberalización financiera que acompañó a la gran concentración de capital dinero; esto es lo que puede explicar que, a partir de la década de los setenta del siglo pasado, se diera el fenómeno descrito por Guillen, al que denomina “acumulación con dominación financiera”. 3. Una de las causas fundamentales que contrarrestaron la tendencia a la baja en la tasa de ganancia fue el papel que jugó la fuerza de trabajo, toda vez que la correlación de fuerzas entre la clase trabajadora y la capitalista no la han favorecido a los trabajadores, lo que facilitó la imposición de medidas, todas ellas con el propósito de revertir la baja en la tasa de ganancia, además de revertir los avances que, durante el patrón de acumulación anterior, les permitió mejorar sus condiciones de trabajo, situación que se vio reflejada en una legislación laboral menos desfavorable para éstos; así como en el mejoramiento de sus condiciones de vida en general al darles acceso a la seguridad social y al bienestar general. Esta situación comenzó a cambiar a partir de mediados de la década de los setenta, mediante la aplicación de las “ nuevas políticas de ajuste estructural” , tendientes a “mejorar” las condiciones para la inversión del capital. Estas medidas han venido asumiendo distintas formas concretas, dependiendo de su constitución histórica, su lucha y la correlación de fuerzas de la clase trabajadora en cada país y en cada momento, así como la estructura de clase en cada país, lo que implica las formas de gobierno y los regímenes políticos particulares. A pesar de tratarse de un proceso general, esto no significa que estemos hablando de una clase trabajadora homogénea, por lo contrario, por cuestiones históricas, sociales, políticas, culturales y aun antropológicas, la clase trabajadora es diversa, tanto al interior de cada país, como entre los distintos países; sin embargo, estamos tratando del proceso general 10 Marx,K. El capital. Tomo III/Vol.6. Cap.14, p.307. Siglo XXI editores, S.A. México 1976. 8 de acumulación e intentando analizar la respuesta del capital a la crisis crónica que desde mediados de los años setenta del siglo pasado experimenta el capitalismo, por lo que aquí nos interesa es resaltar su impacto sobre la clase trabajadora. Así que las medidas que se han venido dando en los últimos treinta y cinco años en general, se han traducido en las causas contrarrestantes enunciadas por Marx y que son las siguientes: La elevación del grado de explotación del trabajo; reducción del salario por debajo del valor de la fuerza de trabajo; aumento de la sobrepoblación relativa11. Estas medidas implantadas desde siempre, pero renovadas con las políticas de ajuste estructural, mejor conocidas como neoliberales, han desmantelado la legislación laboral tendiente a proteger al capital al “liberalizar” a la fuerza de trabajo, imponiéndole niveles salariales muy bajos, con el pretexto de incentivar la inversión y evitar la inflación que reduciría más su salario real. Todas estás medidas son una parte más de lo que Harvey denomina la acumulación por desposesión y que en el polo de la fuerza de trabajo no es más que la depredación y el despojo, en este caso, de los medios de vida de los trabajadores a costa de sus condiciones de existencia, denigrándolos al máximo, buscando provocar el envilecimiento de la clase trabajadora para que no esté en condiciones de organizarse y sea fácil victima de la explotación del capital, creando las condiciones que le permitan continuar el proceso de acumulación en óptimas condiciones. 4. Economizar en los elementos del capital constante, lo que se da gracias a que “el valor del capital constante no aumenta en la misma proporción que su volumen material”12, esto se concretó mediante el abaratamiento del capital fijo, al diseminar los procesos productivos por todo el planeta y reducir el tiempo de rotación del capital, al tiempo de realizar cambios en el proceso de trabajo concretados en la sustitución de los sistemas fordista consistentes en líneas de montaje productivo riguroso y estandarizado, por sistemas más flexibles capaces de localizarse en 11 12 Ibid. P. 297, 301,302. Ibid. P.301. 9 distintos lugares del mundo al mismo tiempo; otra forma de economizar capital constante se efectuó a costa de las condiciones de trabajo de la clase dominada, mediante la imposición de las ya señaladas políticas de ajuste estructural. Todo lo anterior fue posible al orientar el desarrollo de las fuerzas productivas, mediante la inversión del capital excedente liberado, vinculándolo a las ramas dedicadas al desarrollo científico y tecnológico, lo que posibilitó que se pudiera efectuar una revolución en las ramas electrónicas de las telecomunicaciones y de la informática. Estas causas contrarrestantes de la baja en la tasa general de ganancia hicieron posible el avance del proceso de acumulación desde la década de los setenta del siglo pasado, hasta principios de la primera década del presente y explican el porque, a pesar de que el capitalismo cursó por un ciclo de larga duración recesivo, a la par continuó una nueva etapa de revolución científico tecnológica que paradójicamente catapultó al capitalismo a una extensión mayor, tanto en su estructura interna, sobre todo en las ramas directa e indirectamente relacionadas con la informática y las telecomunicaciones, así como en su expresión territorial. De esta manera, las nuevas tecnologías permitieron por primera vez en la historia del capitalismo, darle continuidad al proceso productivo al extenderlo a distintos lugares del mundo de manera simultánea. Esto sólo pudo ser posible gracias a la revolución en las telecomunicaciones que permitieron, mediante el desarrollo de la informática, la transmisión de información de manera instantánea desde cualquier lugar del planeta, lo que pudo sincronizar diversas fases del proceso productivo en distintos lugares. A su vez esto trajo cambios en la organización del trabajo, ya que al extender procesos técnico productivos en diversas regiones del mundo, se flexibilizó el proceso de trabajo, permitiendo que diversas fases de éste se ejecuten al mismo tiempo en distintos lugares. Por otra parte, la revolución tecnológica posibilitó una revolución en los transportes, extendiendo así el tiempo de producción de manera más amplia en el proceso de circulación. Junto con estas transformaciones en la producción, como resultado del cambio tecnológico, también en la esfera de la circulación 10 hubo repercusiones al reducirse el tiempo de circulación a la vez de ampliar las relaciones de distribución capitalistas. Así, tenemos que en las últimas décadas el tiempo de producción se extendió a la par que se dio una reducción del tiempo de circulación, presentándose una situación bastante ventajosa para la extensión del proceso de acumulación capitalista a escala mundial al reducir los obstáculos espaciales para la reproducción del capital. Estas transformaciones fueron comandadas por la empresa transnacional que es la expresión más acabada del capitalismo monopolista y que extiende su égida a prácticamente todas las ramas de la producción y distribución capitalista en todo el mundo, y es quien modula el tiempo y el espacio de la expansión capitalista. Esta es la entidad que el capital financiero utiliza en la producción y distribución, y es el medio de ejercer el dominio en toda la economía mundial. Todo este proceso de expansión del capitalismo comenzó a mostrar signos de agotamiento desde la década de los noventa, particularmente en Japón cuya economía se estancó durante esa década. Algo similar ocurrió con la economía de los Estados Unidos de América cuya economía que había experimentado una expansión sin parangón durante la década de los noventa, comenzó a estancarse a partir de 2001 y solamente se pudo reactivar temporalmente con la invasión de Iraq en el 2003., sin embargo, ya a finales del 2006 la economía norteamericana comenzó a desacelerarse y a enfrentar problemas de sobreproducción, particularmente en la industria de la construcción de viviendas, lo que puso en evidencia el carácter especulativo del sector financiero inmobiliario, hasta llegar al estallido de la crisis inmobiliaria y bancaria del 2007- 2008. No pretendemos describir la serie de acontecimientos que desencadenaron el estallido de la burbuja hipotecaria en los Estados Unidos en 2007, cuando el incremento en la morosidad en las hipotecas de alto riesgo (subprime) llegó al punto insostenible de la suspensión de pagos, afectando no tan sólo al sistema hipotecario, sino también a todos los intermediarios financieros (la banca, la bolsa, de valores los fondos de inversión, las corredurías, las aseguradoras, los fondos de pensiones), provocando una crisis de todo el sistema financiero, tanto en los Estados Unidos, como en Europa y que obligó a sus gobiernos a 11 una intervención masiva y directa en algunas entidades financieras, para rescatarlas y evitar el colapso del sistema financiero internacional. Nuestro interés es señalar, por una parte, el carácter volátil e inestable del sistema financiero y crediticio y, dado que, el rasgo distintivo de este período de treinta años ha sido el de acumulación con dominancia financiera, profundizó la crisis crónica del sistema al incrementar, tanto la concentración de capital, como su centralización, tanto en el ámbito del sistema financiero, como en el de la economía real, evidenciando un problema de carácter estructural del capitalismo: la sobreacumulación de capital, dinerario, productivo y mercantil que acentúa la tendencia decreciente de la tasa de ganancia y, en consecuencia la propensión a las crisis recurrentes. Por otra parte, el shadow banking system (sistema bancario desregulado y oculto), los derivados financieros y toda clase de instrumentos tóxicos 13, nos muestran no tan sólo el carácter especulativo en que se basa el actual patrón de acumulación con dominancia financiera, sino que evidencia el carácter realmente delictivo que ha alcanzado el capital financiero y sus agentes y que ilustran lo parasitario, depredador y decadente de esta modalidad del capitalismo en la etapa actual. Así, se puede afirmar que es esta modalidad de la acumulación capitalista la que está en crisis a nivel mundial y que está abriendo “las puertas de la transición a un nuevo patrón de acumulación”14, además de significar la declinación de la hegemonía de los Estados Unidos y el proceso de ascenso de China, India y Rusia en la disputa por esa hegemonía15. Un aspecto adicional que es importante destacar es que durante el período de la mayor expansión de la producción y del mercado mundial 1980-2000 y como resultado de la imposición de las políticas de ajuste económico ya señaladas, 13 Una descripción breve, pero muy clara de estos instrumentos financieros y el papel que jugaron en el entallamiento de la crisis la encontramos en Dabat, A. “La crisis financiera en Estados Unidos y sus internacionales” en Problemas del Desarrollo. Revista Latinoamericana de economía. IIEc, UNAM. México. Vol. 40 Número 157. 2009. 14 Valenzuela Feijóo,J. “La Crisis: algunas consideraciones básicas”. En Memoria. Boletín mensual del Centro de Estudios del Movimiento Obrero y Socialista, A.C. 234. México. p.6. Febrero –marzo 2009. 15 Para profundizar en la explicación de la declinación de la hegemonía de los Estados Unidos ver: Dabat, A. Op.cit. pp. 52-71. 12 los niveles de vida de la mayoría de la población mundial, incluida la población de los países dominantes, se redujeron. De tal manera que en el momento en que la crisis se empieza a manifestar bajo la forma de sobreproducción de mercancías, encuentra una población de miles de millones de personas en medio de grandes necesidades sociales no satisfechas, de sobreabundancia de mercancías16 en medio del hambre de tantos, de una gran desigualdad social que, lejos de disminuir, se espera se incremente; con el agravante de que, como parte de la crisis, nos enfrentamos a un panorama en el que tendrá que destruirse una gran cantidad de capital productivo y mercantil, tanto en la forma de mercancías de consumo, como de bienes de capital y de capital fijo y circulante, con lo que se estaría destruyendo una parte de las fuerzas productivas desarrolladas durante década, es lo que Harvey, junto con otros autores, denominan destrucción creativa del capital. Tal es la necesidad que tiene el capital para poder restablecer las condiciones de inicio de un nuevo ciclo. Esta grave contradicción inherente al funcionamiento de la acumulación capitalista es necesaria, toda vez que, en última instancia, las crisis son el mecanismo que tiene el capital para deshacerse de aquellos lastres que le impiden avanzar y renovarse y poder poner “orden” en el sistema económico y poder reiniciar el proceso de expansión económica sobre bases tecnológicas más avanzadas. Esto no es más que la expresión histórica concreta de la contradicción entre el desarrollo de las fuerzas productivas y las relaciones sociales de producción, de la que dependen las relaciones de distribución prevalecientes. 3.- Crisis capitalista y territorio Estos cambios tuvieron sus efectos sobre el espacio al modificarlo, tanto por la revolución tecnológica, en los transportes, como en las comunicaciones, como en la distribución del capital en los distintos territorios, afectando también la distribución de la población, tanto en las ciudades, como en las regiones. 16 Tenemos varios ejemplos dramáticos como los de miles de norteamericanos que han perdido sus viviendas, habiendo una creciente cantidad de viviendas sin habitar, además de aquellas que han sido confiscadas; por otra parte, se da la existencia de mercancías de consumo duradero que no se venden, al tiempo de que hay una gran cantidad de personas sin poder comprarlas. 13 La expansión capitalista señalada tuvo su expresión territorial en la expansión geográfica a partir del principio de que, el desarrollo económico desigual tiene su correlato en un desarrollo geográfico desigual (Harvey:2007b). El proceso de acumulación capitalista ocurrido las últimas seis décadas, reestructuró y refuncionalizó el espacio de dominio capitalista, de tal manera que los diferentes territorios y regiones fueron sometidos a una competencia en función de las “ventajas competitivas” que sólo responden a las necesidades de expansión del mercado mundial capitalista, cuya lógica radica en crear las condiciones de mejor localización de los capitales y no de las necesidades de las poblaciones de los distintos territorios y regiones del mundo. Por otra parte, por primera vez en la historia del capitalismo, la noción del espacio se transformó. La revolución tecnológica en los transportes y las comunicaciones permitieron no tan sólo la expansión de las relaciones de producción y distribución capitalista, sino que, al reducir los costos y el tiempo de circulación consiguieron mejorar el proceso de acumulación, ya que: Al tratar de derribar cualquier obstáculo espacial a las relaciones comerciales, es decir, al intercambio, y conquistar toda la tierra para su mercado, por otra lucha por aniquilar este espacio, mediante el tiempo… Cuanto más desarrollado es el capital… más se esfuerza simultáneamente por alcanzar una extensión aún mayor del mercado y por conseguir una aniquilación mayor del espacio mediante el tiempo17. Esto significa que el capitalismo está en condiciones de abarcar prácticamente todos los rincones del planeta, y con ello, poder erigirse como un sistema mundial. Esto podría significar dos cosas: En primer término, lo que la actual crisis nos muestra es el agotamiento de la forma capitalista basada en la acumulación por desposesión, fundada en las llamadas políticas de ajuste estructural o neoliberales; En segundo término, una crisis de las relaciones sociales de producción que, cada vez de forma más aguda, entran en contradicción con el desarrollo de la fuerzas productivas materializadas en las nuevas ramas productivas como son la informática electrónica, las comunicaciones, la genómica y la nanotecnología, lo que nos muestra que el 17 Marx, C. 1973, Grundrisse, p. 539. Tomado de Harvey D. Espacios del Capital. Hacia una Geografía crítica. Ediciones Akal, Madrid. 2007. 14 capitalismo está llegando a su máximo desarrollo antes de ser sustituido por un nuevo orden social que, por necesidad sería a nivel mundial. 4.- Reestructuración capitalista y reconfiguración del espacio geográfico En la actual etapa del capitalismo se han venido exacerbando las tensiones sociales y políticas en prácticamente todas las regiones en el mundo, al tiempo de ejercer una tendencia a integrar a todos los territorios bajo la dinámica de la acumulación capitalista al introducir y/o consolidar, por una parte, las relaciones de producción y distribución capitalistas, al tiempo de desarticular aquellas relaciones de producción y distribución precapitalista que la obstaculizan. Por otra parte, se ha propiciado la expansión capitalista de la producción y la distribución al reducir el tiempo de rotación y, con ello, modificar la noción tradicional del espacio, al tiempo de establecer patrones de consumo acordes con la racionalidad y los ritmos establecidos por el proceso económico. La expansión de las relaciones capitalistas con el fin de crear y consolidar un verdadero mercado mundial, supone una expansión geográfica, lo que significa una organización del espacio en función de las necesidades de la acumulación del capital. De esta manera, en la actual etapa de su desarrollo, el capital produce sus espacios para ejercer su dominio y reconfigura los territorios en el contexto del proceso de reproducción del capitalismo a escala planetaria, integrando vastos territorios a la dinámica de la acumulación del capital. La integración de los países y las regiones al proceso de acumulación mundial y la consiguiente reestructuración es consecuencia del desarrollo de las fuerzas productivas expresadas en los cambios tecnológicos, especialmente en las ramas de las comunicaciones, la electrónica y la informática, ocurridos en los últimos cuarenta años y que han reducido el espacio, al aumentar la velocidad de circulación y, en consecuencia, reducir el tiempo de rotación del capital, con ello, haciendo a un lado cualquier obstáculo espacial, y trayendo como consecuencia que el espacio se reduzca, al reducir el tiempo, posibilitando que el proceso de producción, circulación y distribución del capital se extienda por todo el orbe al reducir el tiempo en que los procesos técnico – productivos se realicen en diversos lugares de manera sincronizada. 15 La reducción del espacio por la reducción del tiempo ha traído una transformación del sistema urbano regional refuncionalizándo el papel que juegan tanto las ciudades como las regiones en el proceso de acumulación de capital a escala mundial. La nueva forma de organización de las actividades económicas y sociales pertenecientes a la etapa de la globalización, le ha dado una nueva importancia a lo local y al territorio, cuya integración al ámbito global está mediada por una estructura que A. Scott llama regiones urbano – globales18 y cuya constitución básica deriva del tránsito de la producción fordista a la producción flexible; con lo que, los nuevos espacios locacionales posfordistas, implican una nueva reconfiguración geográfica de las actividades económicas e industriales que responden a las necesidades de la producción flexible. Scott afirma que: “el polo que integra y da coherencia a los procesos locales de crecimiento y desarrollo son las grandes metrópolis. A partir de ellas se integra el espacio geográfico global para dar lugar a una diversidad de regiones urbanas, cuya interrelación constituye un mosaico de economías urbano-regionales, o sea, un mapa global constituido por la sucesión de estas estructuras territoriales. El nuevo espacio regional comprende, por consiguiente, estos elementos: 1. Los motores regionales, o sea, núcleos motores radicados en los grandes centros urbanos. 2. Las áreas circundantes en torno a los motores urbanos, que extienden la prosperidad y el dinamismo a espacios más amplios. 3. Centros emergentes que están por adquirir condición de motores urbanos. 4. Las fronteras del capitalismo que tienen aún una débil conexión con los centros motores globales y representan áreas de reserva de diferente potencialidad.”19. 18 Scott, A. “Global City Regions: Economic Planning and policy dilemmas in a Neoliberal world”. Ponencia presentada en el Seminario Internacional: Globalización, Inserción de México y alternativas incluyentes para el siglo XXI, 13-15 de abril, Ciudad de México1999. Tomado de Rivera Ríos, Miguel Ángel (Capitalismo informático, cambio tecnológico y desarrollo nacional. U de G, UNAM, UCLA, PROFMEX/CASA JUAN PABLOS. 2005. p 217. México. 19 Ibid. p.217-218. 16 El paso de la producción fordista a la producción flexible ha traído la reestructuración de las cadenas globales de producción lo que ha permitido la implantación de nuevas estrategias de organización del gran capital transnacional para contrarrestar la baja en la tasa de ganancia, mediante la relocalización de los procesos productivos en los países dominados, eufemísticamente llamados emergentes. Así, el desplazamiento geográfico de las actividades productivas y de servicios con una utilización intensiva de trabajo, mediante la modalidad de subcontratación internacional20, permite reducir costos, tanto de insumos, como de fuerza de trabajo hacia las regiones pobres, integrando ciudades y regiones a la lógica de la acumulación del capital y no a las necesidades de los países receptores, al tiempo de excluir a otras ciudades y regiones del desarrollo. Esta movilidad del capital hace totalmente relativas las llamadas “ventajas competitivas”, toda vez que éstas dependen de la propia dinámica que el capital impone a los territorios, más que a las políticas públicas de los diversos estados nacionales. Durante el fordismo, las aglomeraciones urbanas respondían a las necesidades de contar con una concentración de las actividades económicas y con un mercado interno, esto es, constituían los soportes materiales para el establecimiento y/o la consolidación de las relaciones de producción y distribución capitalistas, mientras que con la flexibilización, las aglomeraciones espaciales se dispersan a lo largo y ancho de los territorios, tanto por la relocalización industrial, como por la especialización económica y de los mercados laborales, lo que permite la generación de economías de aglomeración y rendimientos crecientes aprovechando las ventajas competitivas que, en muchas ocasiones, tienen las grandes aglomeraciones urbanas. 20 Dabat, A y Ordoñez, S. Revolución informática, nuevo ciclo industrial e industria electrónica en México. UNAM, IIEc, CASA JUAN PABLOS.2009. Capítulo 9. México. El término subcontratación internacional es utilizado por para explicar la nueva modalidad de la división interindustrial del trabajo y los condicionantes de la reorganización de las cadenas globales de producción, particularmente referidas al sector electrónico e informático, pero puede ser aplicable a aquellos sectores de la industria y los servicios vinculados con el mercado mundial de exportación. 17 Sin embargo, las grandes metrópolis han observado un decremento de su dinamismo económico, fundamentalmente por la desindustrialización al tiempo de experimentar un proceso de terciarización económica que experimentan como consecuencia de las transformaciones económicas ocasionadas por las necesidades de la acumulación capitalista y que han reestructurado a la economía mundial y han reconfigurado a la geografía. Pero a pesar de la desindustrialización de las grandes ciudades, particularmente de los países dominados, se ha observado un incremento exponencial de las ciudades con una tasa de crecimiento anual de 1960 a 1993 de 3.8 por ciento21 en promedio. El aumento de las aglomeraciones urbanas a la par de su declinación económica, nos muestra una nueva dinámica urbana distinta a la tradicional, en donde la actividad económica y especialmente la productiva era el detonante de la urbanización. Ahora, se da la aglomeración de la pobreza concentrada en las grandes ciudades, convirtiendo a éstas en áreas urbanas hiperdegradadas22. La explicación de este fenómeno la encontramos, por una parte, en la propia dinámica del desarrollo urbano capitalista industrial y monopólico que, como ya se señaló, durante el fordismo se dio la tendencia a la concentración de la población en centros urbanos; por otro lado, las políticas de ajuste estructural impuestas por el gran capital mediante sus organismos FMI y Banco Mundial y sus filiales regionales, orientadas a la desindustrialización selectiva de los países dominados mediante la ruptura de las cadenas productivas en aquellos países medianamente industrializados, la orientación de la producción, tanto agropecuaria, como industrial hacia el mercado exterior, el debilitamiento de la participación del Estado como promotor del desarrollo económico y social de los países mediante la reducción permanente del gasto público social y la privatización de parte del aparato estatal para el bienestar social, y la consiguiente desregulación y liberalización económica. El resultado de la aplicación de estas políticas de ajuste estructural conocidas como neoliberales, ha sido el desmantelamiento de la industria de sustitución de importaciones y, como consecuencia, 21 el desempleo urbano masivo; el Davis, M. Planeta de ciudades miseria. Foca Ediciones y distribuciones generales, S.L.2007. p. 27. Madrid-España. 22 Ibid. p.31 18 vaciamiento del campesinado y su migración a las ciudades; la reducción de la clase media y el aumento de la población de bajos ingresos hacinados en las ciudades, aumentando el contingente de población dedicadas a la economía informal; en suma, el saldo ha sido que estas políticas han sido productoras en masa de pobreza concentrada en las ciudades, lo cual trastoca cualquier idea tradicional de urbanización y de planeación urbana. El aumento de la pobreza y el desmantelamiento de aparato productivo, así como la privatización del aparato gubernamental, particularmente el relacionado con el bienestar social, son lo que (Harvey:2007a) denomina como acumulación por desposesión que no es más que la creación de las condiciones más favorables para la realización del proceso de acumulación; una especie de acumulación originaria permanente. Así, el propósito y contenido de las políticas de corte neoliberal se deben entender como la respuesta de la clase capitalista para contrarrestar la sobre acumulación del capital y la baja en la tasa de la ganancia, ocurridas desde la crisis de mediados de la década de los setenta, en detrimento del nivel y las condiciones de vida de las clases dominadas que han sido las afectadas por estas políticas. Es en este contexto desfavorable, tanto en la población urbana, como la rural que se da el estallido de la presente crisis que ha profundizado las condiciones de pobreza generalizada de la población, pero particularmente en las ciudades que son las que han sido más duramente afectadas por el desempleo, tanto en aquellas que han albergado a distintas ramas industriales, como las grandes urbes terciarizadas. De esta manera, la actual crisis ha impactado fundamentalmente al sistema urbano en México al incrementar el ejercito de desempleados y subempleados contribuyendo así a un mayor deterioro de las condiciones de vida urbana y aumentando las zonas hiperdegradadas, sobre todo en la periferia de las ciudades y dado que el proceso de metropolización ocurrido en el país ha generado 57 zonas metropolitanas a lo largo y ancho del país y que, condensan las transformaciones económicas y sociales ocurridas en los últimos 30 años en la estructura interna de las ciudades, reflejando los desequilibrios, tanto en el ámbito económico, como en el territorial, el fenómeno 19 de la hiperdegradación de cada vez un mayor número de espacios urbanos se está convirtiendo en un mal endémico en el país. 5.- La crisis y su expresión en el oriente de la ZMCM En el caso de la Zona Metropolitana de la Ciudad de México las transformaciones ocurridas a partir de la década de los ochenta han refuncionalizado a la Zona Metropolitana de la Ciudad de México (ZMCM) 23, profundizando su preeminencia con respecto a las demás zonas metropolitanas del sistema urbano nacional y con respecto al sistema regional, reproduciendo la desigualdad, no tan sólo a escala nacional, sino también en su estructura interna, en donde se manifiestan de manera más clara estas desigualdades, sobre todo las económicas, ya que son las ciudades y, particularmente las zonas metropolitanas, en concentradas las mejores condiciones en las que donde se encuentran puede ejercer un mejor control el capital transnacional, tales como: La coordinación y control de varias fases de la cadena de producción individual; el poder aprovechar la mejor infraestructura y equipamiento urbano que facilitan la reproducción del capital y el trabajo; las políticas fiscales favorables a la inversión y la aplicación de subsidios; a la vez que es en ese espacio, en donde se concentran en la misma proporción, una mayor cantidad de personas en condiciones de pobreza. Por otra parte, el fenómeno de incorporación desigual a la dinámica de la acumulación capitalista del sector rural que ocupa la interfase urbano rural de la gran metrópoli, tiene un impacto en el tipo de relaciones sociales que, al irse integrando, primero de manera funcional a la Zona Metropolitana y con posterioridad poco a poco de manera física, trae consigo un proceso de transformación del modo de vida y de actividades económicas de las localidades de estos municipios. La división entre centro y periferia que se produce en términos generales en la estructura interna de las metrópolis, también se reproduce en diversas 23 Esta refuncionalización ha acentuado el proceso de terciarización de la ZMCM, tanto de actividades tradicionales, como de servicios especializados, que en la actual etapa de la globalización están vinculados estrechamente a procesos internacionales, comandados por las empresas transnacionales. 20 zonas de las mismas, en donde se da una polarización social al aparecer zonas marginadas con zonas de bienestar, reproduciendo al nivel intra urbano la ley del desarrollo desigual y que se expresa también en un desarrollo geográfico desigual al interior mismo de la ciudad y, con ello, la desigualdad urbana. En el caso de las transformaciones ocurridas en la ZMCM, la división de clases sociales se expresa territorialmente, en términos generales, con un poniente de ricos y un oriente de pobres. Sabemos que la pobreza en la ZMCM es un fenómeno generalizado en muchas zonas de la Ciudad, tanto de norte a sur, como de este a oeste, sin embargo, desde la década de los cincuenta del siglo veinte, el oriente y el nororiente de la ciudad ha concentrado una gran cantidad de población que, primero en el Distrito Federal, y después en el Estado de México, con el surgimiento de Ciudad Nezahualcoyotl se fue convirtiendo en un territorio que ha aglomerado una gran cantidad de población proveniente, tanto del Distrito Federal, como del mismo Estado de México y de otros Estados circunvecinos, la mayoría de ellos económica y socialmente considerados de bajos ingresos. El territorio oriente de la ZMCM constituye parte de lo que podemos llamar la gran megalópolis del centro del país. Se localiza al oriente del Estado de México, entre los límites con el Distrito Federal y el Estado de Morelos al sur y los estados de Hidalgo, Tlaxcala y Puebla al oriente. Se integra (según la memoria técnica del Proriente) por 37 municipios con una superficie cercana a los 4,000 km2, correspondiendo al 17 por ciento de la superficie total del Estado de México e incluye 653 localidades de las cuales para el año 2000 86 eran urbanas y 567 rurales24 Para 1995 la población total del oriente de la Ciudad alcanzó 5.35 millones de habitantes, correspondientes a 43.69% del total estatal y a 31.1 por ciento del total de la zona metropolitana de la Ciudad de México (ZMCM). Para el año 2000 eran 6.63 millones de habitantes en el oriente y 20.15 millones para toda la ZMCM; la población de esta parte de la ciudad 24 Rébora Togno Alberto. ¿Hacia un nuevo paradigma de la planeación de los asentamientos humanos? Políticas e instrumentos de suelo para un desarrollo urbano sostenible, incluyente y sustentable. El caso de la Región Oriente en el Valle de México. PUEC, UNAM, El Colegio mexiquense, A.C., Gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Porrua. México. p. 37. 2000. 21 representa 32.9 por ciento del total metropolitano, es decir, prácticamente representa un tercio del total, incrementando sistemáticamente su participación al ser el área con mayor presión para ampliar el espacio metropolitano. Es en esta parte de la ciudad en donde se ha orientado buena parte del crecimiento metropolitano de los últimos años, siendo la principal receptora de población que se traslada fundamentalmente del Distrito Federal, así como de los estados de Morelos, Hidalgo, Puebla y el mismo Estado de México. La mayor parte de estos pobladores son pobres y se asientan en cualquier espacio que les sea permitido, independientemente de la legalidad del asentamiento o de la existencia de servicios públicos o equipamientos para la vida urbana. El oriente ha tenido un papel muy importante en las transformaciones urbanas ocurridas en la metrópolis de la ciudad de México en los últimos cuarenta años, pero particularmente fue durante las décadas de los 70 y 80 cuando la metrópolis experimentó un crecimiento basado en la expansión territorial, teniendo como ejes de ese fenómeno, los municipios de Nezahualcoytl y Ecatepec de Morelos. Para la actual década se repite el mismo fenómeno pero ahora en el tercero y cuarto anillo del contorno de la ZMCM, sobresaliendo los municipios de Tecamac al noreste y el sistema municipal constituido por La Paz, Ixtapaluca y Valle de Chalco Solidaridad. Éstos comenzaron a ejercer su influencia sobre los municipios adyacentes y cercanos. Esta influencia se fortaleció mediante las vías de comunicación y, por consiguiente, de los medios de transporte que facilitaron el desarrollo en algunos casos, mientras que en otros, la consolidación de relaciones intermunicipales. Así, se ha ido conformando un sistema de municipios de la ZMCM, a partir de las relaciones intermunicipales, en donde aparecen municipios de primer orden que ejercen su influencia sobre los municipios aledaños, estableciendo relaciones de jerarquía sobre éstos y dinamizando el proceso de expansión urbana 25. Las transformaciones urbanas del oriente reproducen la relación centro periferia a partir de la concentración de las actividades industriales, comerciales y de servicios en determinados municipios 25 del Estado de México, Ver. Moreno Pérez Orlando.Op.cit. En esta investigación se demuestra la formación de un sistema de municipios, de manera análoga a los sistemas urbanos, a partir de la dinámica económica y social de la metroplización. 22 específicamente a lo que nos interesa en el presente trabajo que son: La Paz, Ixtapaluca, Chalco y Valle de Chalco, todos municipios del oriente y son los que dinamizan el proceso de urbanización en esta parte de la ZMCM y que, se estima que consolidarán su función de dominio, profundizando la dependencia de los municipios pertenecientes a ese sistema y extendiendo su influencia a los municipios semirurales contiguos, transformando las relaciones económicas y sociales ocasionadas por estas relaciones de dependencia que, finalmente van integrando a éstos municipios a la metropóli. Las leyes y procesos de acumulación tiene vigencia y aplicación en el nivel de la estructura interna de la ciudad, al darse las condiciones que reproducen las leyes de la acumulación capitalista y se expresan en el nivel de las relaciones inter municipales, al darse las relaciones de centro y periferia que se da en el nivel general de la ZMCM, reproduciendo así, la ley del desarrollo desigual y combinado y del desarrollo geográfico desigual en escala de las relaciones entre los municipios. En este contexto podemos comprender el aumento de la pobreza urbana y a las grandes ciudades del país y, particularmente, la ZMCM como una gran aglomeración de pobres, asentados en todos sus puntos cardinales, pero especialmente en el oriente, ocupando terrenos que todavía en la década de los setenta, eran de uso agropecuario. Es en estos territorios en donde cada día surgen nuevas zonas hiperdegradadas, carentes de toda infraestructura y servicios para una vida digna. En los casos más ilustrativos tenemos a Chalco e Ixtapaluca cuya dinámica poblacional nos muestra las transformaciones ocurridas en los últimos 25 años. En la década de los setenta ambos municipios eran semirurales, para el 2005 su población era de 257,403 y 429,033 respectivamente. En el caso de Ixtapaluca, el incremento de su densidad de población que en 1980 era de 385.8 hab/Km2 y que para el año 2000 pasó a ser de 1,476.6 hab/Km2 26, nos permite comprender la aglomeración de la población urbana, toda vez que ésta sólo representa aproximadamente el 25 por ciento de su territorio de 201.7 Km2, ya que en su mayoría son terrenos forestales que pertenecen a la zona 26 Tomado del Sistema Nacional de Información Municipal (SNIM) 2005. 23 montañosa de la sierra nevada del volcan Ixtazihuatl; es decir, que en solamente 50 Km2 se concentra la población urbana con una densidad promedio de la existente en cualquier Zona Metropolitana y que es similar a la de ciudad Nezahualcóyotl o la de la Delegación Benito Juárez en el Distrito Federal. El incremento de la población en los casos de Ixtapaluca y Chalco se debe comprender no tan sólo como parte del proceso de expansión urbana en donde su población se ha asentado de manera irregular en terrenos ejidales, sino que, durante la década del 2000, este incremento se explica a partir de la producción masiva de vivienda en unidades habitacionales. Esto se puede constatar, si vemos que la población de Ixtapaluca era en 1995 de 187,690, pasando a 429,033. En el caso de Chalco paso de 175, 521 en 2005 a 257,403 habitantes. Estos incrementos son consistentes con la producción de vivienda, particularmente en Ixtapaluca ya que en 1995 la vivienda construida masivamente era de 40,053 y para el 2005 era ya de 94,280 27 viviendas, siendo el segundo lugar a nivel estatal después de Tecámac. Una característica importante es que la mayor parte de esta aglomeración es debido a la producción de vivienda masiva de autoconstrucción en terrenos de tenencia irregular, sin equipamiento ni servicios necesarios. El ejemplo extremo lo tenemos en el municipio de Valle de Chalco Solidaridad surgido a principios de la década de los noventa en una parte del lecho del lago de Chalco y cuya población era para 1995 de 287,073, diez años después era de 332,279 habitantes, siendo el cien por ciento urbano, de los cuales más del ochenta por ciento viven en vivienda de autoconstrucción, asentada originalmente en terrenos de propiedad irregular que han sido regularizados, urbanizados y equipados poco a poco. En el caso de Ixtapaluca tenemos que, para principio de la década del dos mil, los asentamientos irregulares registrados por el municipio era de 38 con un poco más de 13 mil lotes y una población de más de 58 mil habitantes.28Así, a la par de la expansión urbana como resultado de la política de construcción masiva de vivienda por parte de los consorcios 27 www.inegi.gob.mx Tomado de Rosas Barrera Salvador. El impacto de los macrodesarrollos habitacionales en el mercado del suelo urbano de Ixtapaluca, Estado de México. Tesis de Maestría en Urbanismo Facultad de Arquitectura UNAM. p. 80. 2008. 28 24 inmobiliarios, continua la autoconstrucción de vivienda en terrenos de tenencia irregular, profundizando el fenómeno de aglomeración de la población en zonas hiperdegradadas y que en la actual crisis, tal y como ya señalamos, el deterioro de las condiciones de vida se está acentuando produciendo condiciones para una mayor degradación social, sentando las bases para una mayor anomia social. 6.- Conclusión Los casos señalados son una muestra de las características de una urbanización de la pobreza, resultado de la implantación en nuestro país de las llamadas “políticas de ajuste estructural”, a partir de la imposición de medidas de políticas públicas diseñadas por el Banco Mundial y demás instituciones bancarias, orientadas a la reestructuración económica y que en el nivel urbano se han manifestado bajo la forma de expansión urbana ordenada por las fuerzas del mercado, particularmente , de los grupos que , con el apoyo y la connivencia de los distintos niveles de gobierno, controlan el mercado del suelo. Un aspecto fundamental es que, a pesar de que el país ha experimentado durante los últimos veinticinco años un estancamiento económico que ha producido un creciente desempleo urbano, trayendo una baja en los salarios reales, se da una expansión urbana, por lo que ésta significa un ensanchamiento de grandes zonas de pobreza e hiperdegradación urbana. Para los próximos años esta situación se va a ver agravada, como consecuencia de la crisis actual, lo que nos presenta un horizonte sombrío que, dadas las actuales condiciones políticas y sociales no presentan ninguna alternativa más allá del autoritarismo y la represión de la población cuya desesperación se va incrementando de manera preocupante. 25 Bibliografía: 1.- Arizmendi, L. “La especificidad histórica de la crisis mundial contemporánea”. En: Mundo Siglo XXI, Revista del CIECAS, IPN. México. p. 32. Número 17, verano 2009. 2.- Dabat, A. “La crisis financiera en Estados Unidos y sus internacionales”. En Problemas del Desarrollo. 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