CRISIS CAPITALISTA: ENTRE EL PODER DEL ESTADO Y EL

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CRISIS CAPITALISTA: ENTRE EL PODER DEL ESTADO Y EL MERCADO
MTRO. RUTILO TOMÁS REA BECERRA
PROFESOR-DOCENTE DEL CENTRO UNIVERSITARIOS DE LA CIÉNEGAUNIVERSIDAD DE GUADALAJARA, MÉXICO.
CRISIS CAPITALISTA: ENTRE EL PODER DEL ESTADO Y EL MERCADO
Históricamente el capitalismo ha sufrido varias crisis económicas de carácter coyuntural, en las que
más que un descenso mortal del propio sistema, ha implicado su reacomodo, adaptación o inclusive
su fortalecimiento. Sin embargo, por las características que hoy estamos viviendo, se podría
considerar que la actual crisis financiera trasciende el ámbito cíclico, y comienza el arribo a una
gran depresión de los llamados ciclos Kondratieff, es decir, de una prolongada duración que varía
entre los quince y cuarenta años, pero con una característica más agravante que la de los treinta,
pues ahora es de una magnitud que repercute negativamente en todo el planeta, ya que no se trata
de una crisis local, sino que es de carácter global y de una dimensión estructural. Las causas no se
deben a los mercados propiamente dichos, sino a un proceso de concentración y centralización del
capital dirigido ahora por la hegemónica fracción financiera que pone a la economía mundial como
un verdadero casino de alto riesgo. El mercado, en todo caso, ha sido utilizado por esas grandes
corporaciones económicas y financieras dominantes como un medio para aumentar la extracción
directa o indirecta de plusvalía y obtener una ganancia -o interés – mayor. En este sentido,
deberíamos hablar de inestabilidad y de contradicciones internas propias del sistema capitalista
(anarquía en la producción, concentración del ingreso, intercambio desigual, centralización del
capital, desorden financiero, desigualdad económica y social,…), más que fallas del mercado.
En realidad, lo que está en crisis no es solamente el sistema financiero, sino el propio sistemamundo capitalista, ya que en los últimos años las inversiones en capital constante (maquinaria,
equipos,..) superan a las inversiones en capital variable (mano de obra) dando como resultado una
extracción de plusvalía menor, lo que se conoce en la teoría marxista como la tendencia decreciente
de la tasa de ganancia, si a ello agregamos que desde los años setenta los tres costos básicos de la
producción capitalista –personal, insumos e impuestos- han subido constantemente como
porcentaje de los precios posibles de venta, vuelve cada vez más difícil obtener grandes ganancias
de la producción -que había sido la base fundamental del proceso de acumulación capitalista- y, se
comienzan a dirigir las inversiones a la especulación, pero como señala Wallerstein, se minan las
bases de acumulaciones futuras, minando la sobrevivencia propia del sistema. Es por ello que la
presencia del estado vuelve a ser necesaria para el capitalismo. La venta de empresas estatales
instrumentada por el modelo neoliberal, y la llamada desregulación de la economía, no implica su
desaparición, sino una necesidad del nuevo patrón de acumulación capitalista, donde ahora el
estado se pone al servicio del mercado, o mejor dicho, de los intereses de quienes detentan el
poder económico y político. De hecho, el capitalismo siempre se ha movido de manera pendular
entre el estado y el mercado, según las necesidades históricas del propio sistema. Al igual que en
las relaciones con el mercado, el capitalismo requiere de un Estado relativamente fuerte para
expandir el ciclo del capital. Actúa como un administrador aparente de la sociedad en su conjunto,
pero en realidad se mistifica y administra los beneficios e intereses de quienes detentan la
hegemonía en su interior, pues no es un órgano neutral que esté por encima de los grupos,
fracciones o clases sociales dominantes. ESTE SERÍA EL INTERÉS A DESARROLLAR EN LA
PONENCIA
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