Y contaréis para ustedes, desde el día que sigue a

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“Y contaréis para ustedes, desde el día que sigue a la fiesta, día en que ofrecisteis la gavilla de la ofrenda
(omer); siete semanas cumplidas serán (Vaikrá 23:15). … contaréis cincuenta días; entonces ofreceréis el
nuevo grano a Adona-i”. (Vaikrá 23:16)
La segunda noche de Pesaj, en las diásporas, durante el
segundo seder, comenzamos la cuenta del Omer, 49 días
que nos conducen a la fiesta de la entrega de la Tora,
Shavuot.
En tiempos del Templo de Jerusalem, estos eran días de
ofrenda de cebada que habilitaban luego, su consumo. Hoy
en día, luego de Tfilat Arvit, contamos cada día, uno por
uno.
Una extraña costumbre, tan solo contar cada día, nada más.
¿Qué sentido tiene hoy en día esta cuenta?
En Pesaj celebramos alrededor de una mesa llena de
sabores, colores y mensajes, la posibilidad de encontrarnos,
la libertad de estudiar y vivir nuestro judaísmo con orgullo;
celebramos la fuerza y el coraje de nuestros abuelos,
bisabuelos, a través de todas las épocas de salir de casas de
la esclavitud en busca de tierras de paz y libertad. Relatos,
canciones, comidas, reflejan las vidas de aquellos judíos
errantes que nos legaron la búsqueda de la sabiduría y un
alma libre.
Mas esto no alcanza. No alcanza la herencia, el relato, la
tradición; es necesario adquirirla, apropiarla, reconstruirla,
resignificarla, hacerla propia en nosotros. Es necesaria la
nueva creación, una nueva hilera de ladrillos en la
construcción de los significados compartidos.
Pesaj es el punto de partida. No alcanza con ser libres, sino
que es necesario saber ¿para qué somos libres? Eso es
Shavuot: La adquisición, el compromiso con valores y
virtudes con los que queremos vivir y profundizar en
nuestra vida.
Una de las costumbres durante la cuenta del Omer es
estudiar cada semana un capítulo de “Pirkei Avot”- “Tratado
de los principios”, por ser una compilación de valores y
virtudes necesarias para - Ser humanos, para vivir en
comunidad, y para construir una sociedad más justa,
bondadosa y generosa.
7 semanas completas
Hay un mensaje más en esta cuenta, y es que así como
contamos cada día, los días de la vida de cada uno de
nosotros son contados. Cada día que empieza guarda un
mensaje para ser descubierto y aprehendido, contiene la
posibilidad de crecer en algo, de colaborar en algo, de dar
un abrazo profundo y una palabra profunda. Contiene la
posibilidad de amar, aprender, de profundizar y lo que no
se hizo, posiblemente no se hará. Contar uno a uno, nos
recuerda lo único, especial e irretornable de cada día de la
vida. Las siete semanas completas son un extracto de todos
los días de nuestra vida. Lo importante es vivir alertas,
atentos a cada momento.
Leyendas y relatos que hicieron historia.
Muchos relatos y leyendas, no necesariamente sucedieron
tal cual la memoria popular y los textos los recuerdan, sino
que con algún ingrediente histórico se reescribieron para
causar impacto, para educar y formar a quienes los
escuchan o los leen. Cuenta la memoria de nuestro pueblo,
que Akiva, era analfabeto, se enamoró profundamente de
la hija de un hombre muy poderoso, y para poder casarse
con ella, a la edad de 40 años comenzó a estudiar y se
transformó en un gran maestro. Tuvo muchos alumnos,
durante la cuenta del Omer comenzaron a morir de una
extraña epidemia.
Nuestros sabios enseñan: “(murieron) porque no se
comportaban con respeto el uno con el otro” .
Uno se lo puede imaginar, celos, competencia cruel, falta de
generosidad, individualismo, egos superlativos… ¿Qué es
peor que esto para un maestro, para padres, no haber podido
insuflar en alumnos, en hijos, estos valores, que son más
importantes que cualquier otra enseñanza?
Es por eso que durante la cuenta del Omer, se sostienen
algunas costumbres de duelo: no se permiten las jupot, no se
acostumbra cortarse el pelo, ni afeitarse, ni hacer actividades
que impliquen derroche de alegría.
Sin embargo un alumno de Rabí Akiva, Rabi Shimón Bar Iojai,
instaló como bandera entre sus alumnos: “Anan Javivuta
talia” - algo así como “somos dependientes de nuestra
amistad”. El alumno pudo reparar, completar lo que su
maestro no pudo hacer, sembrar la amistad sincera entre
colegas, entre pares. Sostenemos las leyes de duelo, porque
aún, tantos cientos de años después, seguimos sin la
posibilidad de entendernos, de acompañarnos, de compartir,
de ser coherentes entre lo que le exigimos a otro y lo que
nosotros mismos hacemos.
Sin embargo, antes de morir, Rabí Shimón Bar Iojai, pidió a
sus alumnos que el día de su partida se recuerde con alegría,
con fogatas, antorchas y baile, porque existe la esperanza, el
deseo, la posibilidad que en algún momento lo logremos.
Rabí Shimón, dejó este mundo, un 33 de la cuenta del Omer,
LaG baOmer. Es por eso que ese día se cortan las leyes de
duelo, y nos inspiramos alrededor de fogatas, de asaditos
familiares y entre amigos, para sembrar en nuestros
corazones las semillas de las virtudes necesarias para crecer
y profundizar en nuestra calidad de ser humano.
LaG BaOmer
Este miércoles al anochecer contaremos el día 33 de nuestra
cuenta. Que podamos reunirnos alrededor de un fuego,
solos, en familia, con amigos, para poder mirarnos a través de
los multicolores de sus llamas, quizás sea tan solo una vela, o
el fuego de una rico asado, o una fogata que haya quedado
en nuestra memoria, que despertó el amor, la amistad, los
sueños en algún majane de antaño…
Mirarnos, puede que para ese momento, nuestros ojos estén
húmedos, mejor, con lágrimas de emoción se ve más claro.
Y luego de esa mirada profunda comprometernos, primero
con nosotros mismos, a vivir vidas más profundas, más
sensibles, más generosas, menos violentas. Luego con ellos y
poder decirnos cuanto mejor es vivir dependiendo de
nuestra amistad, de nuestro amor, de nuestro trabajo
compartido.
Que podamos trabajar por tiempos mejores, llenos de luz.
With support of the WZO.
Rabá Karina Finkielsztein
Comunidad NCI / Emanu-El
Buenos Aires, Argentina
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