editorial1004

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Una buena noticia: validez nacional para los nuevos planes de formación
docente iniciados en 2002 y 2003.
Después de un complejo proceso de presentación y evaluación, el Ministerio de
Educación, Ciencia y Tecnología ha otorgado la validez nacional para los planes
de la Ciudad de Buenos Aires que brindan los títulos de "Profesor para el Nivel
Primario/ EGB 1 y 2" y de "Profesor para la Educación Inicial" que dictan las
instituciones estatales comprendidas en la Resolución 2170y 2171 del 2001, y 270
y 271 del 2002; así como las de gestión privada comprendidas en la Resolución
504 y la 505 del 2002. También obtuvo la validez nacional el título de "Profesor de
Inglés para la Educación Inicial y Nivel Primario/ Primer y segundo ciclos de la
EGB" dictado en la ENSLV Sofía Broquen de Spangenberg.
La oportunidad merece algunas reflexiones y este boletín es tal vez uno de los
mejores espacios para compartirlas con la comunidad de “Superior”.
Que el Ministerio nacional haya otorgado la validez nacional a estas titulaciones
tiene muchos significados. La cuestión principal, desde luego, es que nuestros-as
egresados-as podrán desempeñarse como maestros y maestras, profesores y
profesoras en todo el país. Sin embargo, una lectura detenida de los planes
aprobados permite entender otras dimensiones de relevancia para la cuestión.
Entre ellas, cabe destacar que, según reconoce esta norma nacional, la Ciudad de
Buenos Aires puede continuar otorgando títulos que nombran al “nivel primario”,
títulos que se requieren en ella porque en la estructura de su sistema es la forma
organizativa vigente. También es de señalar que la titulación aprobada faculta
para el ejercicio de la docencia en otras modalidades organizativas que adopta la
Educación General Básica, al referirse a EGB 1 y 2.
Esto significa entonces que los títulos que emite la Ciudad hacen posible la
inserción de sus graduados docentes en cualquier provincia – y obviamente en la
misma Ciudad -, y que ello sucede sin haber desestructurado la “primaria”, ni a la
“media”, sin desarticular a la educación técnica ni las otras modalidades, y, al
mismo tiempo, sin omitir que existen numerosos aspectos de estas ofertas para
revisar y a transformar.
Esto significa también que los otros institutos de formación que han comenzado la
transformación curricular obtendrán en breve esa misma validez nacional y que,
en el marco de las mismas pautas establecidas por la Secretaría de Educación
que guiaron los procesos culminados, los diseños curriculares de los demás
institutos que están trabajando en sus propuestas también tendrán asegurada su
validez nacional. Títulos que hablan y hablarán de “educación media”, que
tampoco existe en la Ley Federal.
Hemos encarado iniciativas de cambio coherentes con las tradiciones y
perspectivas más valiosas de la comunidad educativa de la Ciudad de Buenos
Aires. A la vez, hemos establecido parámetros que no dejan a nuestros egresados
limitados en sus posibilidades de trabajo a una sola jurisdicción. Todo ello es
evidencia de la responsabilidad con que la Secretaría de Educación asume su rol
en el marco de la Ley 33, que establece su facultad y su obligación de aprobar los
planes de formación docente. Y también evidencia que en el marco del Consejo
Federal de Educación, es posible –aunque trabajoso- llegar a acuerdos básicos
que respeten posiciones diferentes.
Esta validez nacional otorgada significa entonces mucho más que un trámite de
rutina. Después de todo, los veinticuatro sistemas educativos en que parece
haberse fragmentado la educación nacional nos desafían a encontrar puntos de
reconstrucción que, respetando las trayectorias jurisdiccionales, tiendan también a
que podamos volver a pensarnos como un país con un proyecto colectivo de
inclusión y crecimiento.
Roxana Perazza
Secretaria de Educación
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