Salmo 46 (45)

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Salmo 46 (45)
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Al maestro del coro. De los hijos de Coré, sobre la melodía “las vírgenes”.
Cántico.
Dios es nuestro refugio y fortaleza,
nuestro auxilio permanente en la desgracia.
Por eso no tememos, aunque tiemble la tierra
y los cimientos de los montes se desplomen en el mar;
aunque sus aguas bramen y se agiten
y los montes sacudidos retiemblen.
El Señor todopoderoso está con nosotros,
nuestro baluarte es el Dios de Jacob.
Los canales de un río alegran la ciudad de Dios,
sacrosanta morada del Altísimo.
Dios está en medio de ella, no puede sucumbir;
Dios la socorre al despuntar la aurora.
Braman las naciones, se conmueven los reinos:
El alza su voz, y la tierra se derrite.
El Señor todopoderoso está con nosotros,
nuestro baluarte es el Dios de Jacob.
Venid a ver las obras del Señor,
los prodigios que hace en la tierra:
acaba con las guerras hasta los confines de la tierra;
rompe los arcos, quiebra las lanzas, quema los escudos.
¡Rendíos, reconoced que yo soy Dios,
encumbrado sobre los pueblos, encumbrado sobre la tierra!
El Señor todopoderoso está con nosotros,
nuestro baluarte es el Dios de Jacob.
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