Gobierno de Miguel Juárez Celman

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Trabajo de historia
Fecha: 09-06-08
• Gobierno de Miguel Juárez Celman
• Causas y consecuencias de la revolución de los 90
• Nacimiento de la UCR (Unión CÃ−vica Radical)
Respuestas:
1) Miguel Juárez Celman (Córdoba, 29 de septiembre de 1844 - Arrecifes, 14 de abril de 1909) fue un
abogado y polÃ−tico argentino. Su carrera estuvo marcada por la influencia de su concuñado Julio
Argentino Roca, que lo impulsó a la carrera legislativa; fue un destacado impulsor de la separación de la
Iglesia y el Estado, y un liberal de corte aristocrático, fomentando la educación pública y la inmigración
para corregir lo que consideraba el "turbio entendimiento" del pueblo argentino.
Presidente de la Nación desde el 12 de octubre de 1886, impulsó generosamente la obra pública, pero fue
incapaz de mantener la estabilidad económica y debió hacer frente a la formación de un poderoso frente
opositor bajo el liderazgo de Leandro N. Alem, que darÃ−a origen a la Unión CÃ−vica. Luego de la llamada
Revolución del Parque y pese a su éxito en las armas contra los sublevados, debió dimitir y se retiró
definitivamente de la vida polÃ−tica.
Juárez Celman nació y creció en Córdoba, donde estudió bajo los jesuitas en el Colegio de Montserrat;
cursó estudios de leyes y se recibió de abogado en 1869; el 24 de marzo de 1874 obtuvo su doctorado.
Gracias a sus vÃ−nculos familiares —pertenecÃ−a a una familia aristocrática— ingresó tempranamente a
la actividad polÃ−tica. Fue electo diputado apenas doctorarse, y desde el parlamente provincial encabezó el
movimiento para la secularización de las instituciones educativas. Dos años más tarde fue electo al
Senado, y en 1877 designado presidente del cuerpo. Ejerció sólo brevemente la función, pues la muerte
del gobernador ClÃ−maco de la Peña llevó al gobierno a Antonio del Viso, quien lo nombró ministro de
Gobierno. OcuparÃ−a el cargo hasta el final del mandato de del Viso. Su actuación enérgica e informada
le valió la postulación a la gobernación ese mismo año, y fue electo por el Partido Nacional, asumiendo
el 17 de mayo de 1880.
Era ya gobernador electo cuando los insurrectos porteños dirigidos por Carlos Tejedor y Lisandro Olmos,
opuestos a la federalización de Buenos Aires, lo capturaron junto con del Viso. Logró salvarse, y una vez
en posesión del cargo envió tropas en apoyo del recientemente electo Roca; junto con éste y los demás
integrantes de la Liga de los Gobernadores, fundarÃ−a en los años siguientes el Partido Autonomista
Nacional (PAN).
El PAN hizo suya una concepción del progreso industrial y civil de corte comtiano, que casaba
perfectamente con el ya entonces célebre anticlericalismo de Juárez Celman. Entre sus obras de gobierno
en Córdoba se contaron el establecimiento del Registro Civil, la reglamentación de los entierros y del
trazado urbano, la creación de escuelas y hospitales y la creación de colonias agrÃ−colas en el interior de la
provincia. La desconfianza por las iniciativas populares y el manejo privatista de la polÃ−tica se hicieron
manifiestos en las constantes intervenciones directas del gobernador, su injerencia en la distribución del
crédito y el recurso a la presencia del ejército en caso de toparse con obstáculos.
Su proximidad a Roca llevó a éste a favorecer su candidatura para la sucesión presidencial; senador
nacional desde 1883, Juárez Celman se presentó por el PAN a las elecciones presidenciales de 1886, en las
que obtuvo el triunfo, no sin acusaciones de fraude electoral (una práctica por lo demás frecuente por parte
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del PAN).
El 12 de octubre asumió la presidencia; en su discurso inaugural anunció su ideario liberal, que incluÃ−a la
promoción de la educación, de la inmigración europea —con la que pretendÃ−a revertir la "inferioridad"
de la sangre nativa— y de la empresa privada. Su énfasis en el papel de los individuos contrastaba sin
embargo marcadamente con su estilo de gobierno; habituado a la dirección autocrática de los asuntos
públicos, rápidamente entró en conflicto con Roca, quien aspiraba a mantener su influencia sobre el
gobierno y el PAN. No dudó en acudir a la intervención federal para manipular la situación de las
provincias en las que la lÃ−nea roquista era dominante, con lo que se ganarÃ−a la enemistad de éste y
palabras públicamente injuriosas. La enorme concentración del poder polÃ−tico en su persona y en
funcionarios directamente designados desde la presidencia le valieron a su gobierno el mote de Unicato.
Juárez Celman promovió la obra pública, en especial en Buenos Aires, con la intención de asemejarla a
las capitales europeas que tomaba como referencia. Ordenó la construcción de edificios de gobierno, del
Teatro Colón, de numerosas escuelas y de infraestructura sanitaria y la reforma del puerto de Buenos Aires
de acuerdo al proyecto de Eduardo Madero; a la vez, impulsó la privatización de la red ferroviaria,
juzgando inconveniente que un servicio tal quedara en manos del Estado. Esta acción le valió acerbas
crÃ−ticas del senador Aristóbulo del Valle, que señalaba que de ese mode se sometÃ−an los recursos
públicos al interés del capital privado, y lamentaba que se hubiera garantizado las ganancias de las
empresas compradoras con fondos estatales.
El estÃ−mulo a la inmigración fue también importante, incluyendo la gratuidad de los pasajes y la entrega
de tierras a los colonos, muchas de ellas arrebatadas a los nativos en la Campaña del Desierto de su
antecesor Roca. Se impulsó también una gran reforma jurÃ−dica, incluyendo la organización procesal de
los Tribunales, el establecimiento de un Registro de la Propiedad, la sanción de la Ley de Matrimonio Civil y
de códigos de MinerÃ−a, Penal y de Comercio. El impulso aparente hacia un régimen legalista se vio
contrastado con las acusaciones de corrupción que cundieron contra su gobierno, basadas sobre todo en la
concesión de obras a personas de su cÃ−rculo Ã−ntimo, la especulación inmobiliaria y financiera de los
miembros del gobierno y el exceso del gasto público.
El resultado inmediato de la enajenación de los medios públicos de producción y el ruinoso gasto fue una
marcada inestabilidad financiera. Al entrar en crisis la economÃ−a británica a fines de los años 1880 la
situación se hizo insostenible; la Baring Brothers, la principal acreedora del Estado, exigió pagos que
implicaron una merma constante en las reservas de oro y que llevaron a la inconvertibilidad de la moneda (a
partir de 1885) y una profunda inflación, triplicándose la emisión de moneda entre 1888 y 1889. Hacia
1890 se convocaron numerosas huelgas exigiendo mejoras salariales para mantener el nivel de vida, y la
oposición se fortaleció; poco antes, el propio Roca lo habÃ−a llamado públicamente "vil y ruin".
La Unión CÃ−vica de la Juventud, un movimiento civil que habÃ−a encauzado parte de la oposición a
Juárez Celman, se convirtió en 1890 en un partido polÃ−tico. la Unión CÃ−vica. El 13 de abril de 1890 la
denuncia formulada por del Valle en el Senado acerca de la circulación de emisiones clandestinas de moneda
a la par de las legales provocó una enorme agitación; los activistas católicos, la clase popular
empobrecida, y los opositores polÃ−ticos comenzaron a realizar manifestaciones en Buenos Aires y Rosario.
Leandro N. Alem, apadrinado por Bartolomé Mitre, convocó a un gran mitin de los miembros de la
Unión CÃ−vica, en el que comenzarÃ−a a gestarse el movimiento que el 26 de julio de ese año darÃ−a
lugar a la revolución del Parque. Hablaron del Valle, Mitre, José Manuel Estrada, Pedro Goyena y Alem,
incitando a la rebelión contra la autocracia.
La revolución de 1890 fue cruenta, y durante los dÃ−as de lucha las tropas al mando de Roca, Pellegrini y
Levalle reprimieron duramente a los insurrectos, que capitularon pocos dÃ−as más tarde. Juárez Celman,
que habÃ−a abandonado Buenos Aires temiendo por su vida, no fue capaz de negociar con su propio partido
las condiciones de su continuidad tras la victoria militar, y el 6 de agosto de 1890 presentó su renuncia al
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Congreso a instancias de Roca. Fue asÃ− el primer presidente en 30 años en no completar su mandato, que
quedó en manos de Pellegrini; éste tuvo que afrontar una penosÃ−sima situación económica, en que las
utilidades de la deuda externa representaban el 60% del PBI y la mayorÃ−a de las casas bancarias habÃ−an
cerrado sus puertas.
Juárez Celman abandonó la vida polÃ−tica y se retiró a su estancia "La Elisa", en Arrecifes, donde
morirÃ−a sin haberse reconciliado con Roca el 14 de abril de 1909.
2) Revolución del 90 también llamada Revolución del Parque:
Fue el levantamiento armado contra el gobierno de Juárez Celman y que si bien fue sofocado por las
fuerzas leales al gobierno, tuvo amplias consecuencias polÃ−ticas, entre ellas la renuncia anticipada del
Presidente de la Nación y su reemplazo por el vicepresidente Carlos Pellegrini. Además las vÃ−ctimas de
los intensos enfrentamientos se contaron por centenares.
Un observador contemporáneo y testigo presencial afirmaba que "Mirando objetivamente hasta mayores
lejanÃ−as, el 90 resultaba, por arriba de las tristes causas ocasionales, un episodio de la formación de una
democracia, fruto espontáneo e incontenible de la sangre y de la tierra" Si bien no fue tan espontáneo ni tan
incontenible, el levantamiento del 90 representó un momento crucial en la historia polÃ−tica argentina,
más allá de la previsible derrota militar, gran parte de los sostenedores del régimen polÃ−tico tomaron
conciencia que, de no introducir importantes cambios que signifiquen el ingreso al sistema polÃ−tico de los
sectores populares, el futuro podÃ−a tornarse imprevisible.
Un nuevo partido, la Unión CÃ−vica, se enfrenta con el Partido Autonomista Nacional oficialista. Leandro
N. Alem y Aristóbulo del Valle son sus conductores y francamente preparan la revuelta. Los generales Mitre
y Roca, aquél sin participar directamente en ella no se opone, pero éste la estimula. Roca desea el
derrocamiento del Presidente, pero no el triunfo de la Unión CÃ−vica.
Su preocupación única y absorbente, es derribar al gobierno. Los opositores son un conglomerado de
fuerzas polÃ−ticas diferentes, una organización circunstancial, sin cohesión, ni programa de ideas. Los
ideales de la juventud y sus nobles aspiraciones de mejoramiento institucional quedaron ahogados por las
maniobras de los hábiles caudillos oportunistas. Reemplazan a Juárez Celman en el gobierno, sin modificar
el régimen personalista que representa y que con tanta pasión combaten.
La revolución estalla violenta en la Capital (26-VII-1890). Se levanta trincheras, se arman cantones, se libran
combates sangrientos, participan batallones de lÃ−neas sublevados y se enfrentan con tropas veteranas que
acuden de diversos puntos del paÃ−s. El general Manuel J. Campos y una Junta Civil dirigen la revolución.
Los generales Levalle y Alberto Capdevila, Carlos Pellegrini y Roque Sáenz Peña organizan la defensa del
gobierno. Concentrados los revolucionarios en el Cuartel del Parque, carentes de municiones y de iniciativa, al
cabo de varios dÃ−as son vencidos por el ejército nacional. "La revolución fue una aventura."Desde el
primer dÃ−a estaba vencida, si no desacreditada por su visible ineptitud." Triunfa el gobierno pero ha
terminado el prestigio del presidente. El senador Pizarro pronuncia su conocida frase: "la revolución está
vencida, pero el gobierno está muerto". Solicita la renuncia del Poder Ejecutivo, del general Roca que
preside el Senado e invita a todos los senadores a que lo imiten renunciando a sus cargos.
El presidente Juárez Celman es el único que presenta la renuncia. El Congreso la acepta con el voto de sus
amigos que la vÃ−spera fueron algunos de sus más dóciles colaboradores. No es Roca ajeno a la actitud de
los legisladores. La renuncia de Juárez Celman es recibida con entusiasmo popular. La opinión pública
necesita un responsable y una vÃ−ctima e inmoló al Presidente.
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3) Unión CÃ−vica Radical:
El radicalismo es la corriente histórica de la mancipación del pueblo argentino, de la autentica realización
de su vida plena en el cultivos de los bienes morales y en la profesión de los grandes ideales surgidos de su
entraña. Hunde sus raÃ−ces polÃ−ticas en lo histórico de la nacionalidad y constituye una requisitoria
contra toda filosofÃ−a material de la vida humana y del destino de la Nación en el mundo.
AsÃ− el Radicalismo se identifica con las más nobles aspiraciones de los pueblos hermanos y lo argentino
se articula y adquiere sentido esencial en la lucha emancipadora sudamericana y en el anhelo universal por la
libertad del hombre.
Desde el fondo de nuestra historia, trae el Radicalismo su filiación, que es la del pueblo en su larga lucha
para conquistar su personerÃ−a. En la tradicional contienda que nutre la historia argentina, el Radicalismo es
la corriente orgánica y social de lo popular, del federalismo y de la libertad, apegada al suelo e intérprete
de nuestra autenticidad emocional y humana, reivindicatoria de las bases morales de la nacionalidad; es el
pueblo mismo en su gesta para constituirse como Nación dueña de su patrimonio y de su espÃ−ritu.
Por lo tanto, la Unión CÃ−vica Radical no es un simple partido, no es una parcialidad que lucha en su
beneficio, ni una composición de lugar para tomar asiento en los gobiernos, sino el mandato patriótico de
nuestra nativa solidaridad nacional y la intransigencia con que debe ser cumplido el sentimiento Radical
indeclinable de la dignidad cÃ−vica argentina.
Esa es la razón por la que el Radicalismo es una concepción de la vida, de la vida toda del pueblo, y la
Revolución Radical al plantearse partiendo del hombre y de su libertad, hace de la polÃ−tica una creación
ética, invisible en lo nacional e internacional, que abarca todos los aspectos que al hombre se refieren,
desde el religioso hasta el económico. Por eso el radicalismo no se divide según las parcialidades de clases,
de razas ni de oficios, sino que atiende al hombre como hombre, con dignidad, como ser sagrado. Por eso para
el Radicalismo los fines son inalterables: los de la libertad y los de la democracia para la integración del
hombre, asÃ− como pueden ser variables los medios porque son instrumentos, y variables son las condiciones
sociales de la realización nacional.
En el proceso transformador que vive el mundo, transformase también el Estado, pero el Radicalismo,
centrado en su preocupación por el hombre, no puede invertir los fines del Estado, cuyo intervencionismo
sólo puede referirse a la administración de las cosas y a los derechos patrimoniales, y no a los derechos del
espÃ−ritu, morada de la libertad humana.
El Radicalismo cree que sólo una cruzada de honda pulsación humana por la liberación del hombre contra
todas las formas degradantes del imperialismo y del absolutismo en todos sus aspectos, el destino de los
pueblos de nuestra grande hermandad continental, unidos en su libre soberanÃ−a, y luchando por conquistar,
junto con los instrumentos de la liberación polÃ−tica, el sistema de garantÃ−as sociales, contra todos los
privilegios económicos que ahogan la libertad y niegan la justicia.
Si bien la UCR como partido nace en 1891, debemos retroceder un poco para bucear en sus inicios .En el
año 1889, en el mes de septiembre, nace un heterogéneo grupo opositor bautizado "Unión CÃ−vica".
Dentro de esta encontrábamos sectores católicos y laicos, clases altas desplazadas de la alianza gobernante
y sectores medios, universitarios etc. Su principal campo de acción se encontraba en la provincia de Buenos
Aires.
¿Que ocurrÃ−a mientras tanto en el paÃ−s? "En 1880 se habÃ−a declarado a Buenos Aires capital de la
Nación, habiéndose concluido con el problema del indio, se empezaba a poblar la Patagonia y las regiones
boscosas del noreste. En los años siguientes se fueron liquidando problemas limÃ−trofes pendientes con los
vecinos, y el estado nacional adquirió su fisonomÃ−a definitiva." A esta descripción podrÃ−amos agregar:
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el crecimiento de la red ferroviaria, la remodelación del puerto, el acento puesto en el tema de la educación,
aunque a fines de la década ya comenzaban a notarse sÃ−ntomas de la crisis relacionados con la
desequilibrada situación del sector externo. Conviviendo con estos sÃ−ntomas de progreso, modernización
y posterior crisis, aparece un sistema polÃ−tico restringido, autoritario y orientado a maximizar los beneficios
de un grupo de familias cuyos negocios estaban relacionados con el rol de paÃ−s exportador de materias
primas, que en el mercado mundial, le toco jugar a la Argentina.
Los reclamos por la modificación de este sistema polÃ−tico, fueron canalizados en principio por la naciente
Unión CÃ−vica. Dos dirigentes sobresalieron notoriamente del resto, Bartolomé Mitre, con una dilatada
trayectoria en la polÃ−tica argentina, y Leandro Alem, dotada de un carisma especial y cuyo ascendiente
sobre los integrantes de la Unión CÃ−vica lo catapulto rápidamente a la primera lÃ−nea de la novel
agrupación.
Obra de esta Unión CÃ−vica fue la denominada "Revolución del Parque" o "Revolución del 90".
El Pacto Roca-Mitre, la fractura de la Unión CÃ−vica y el nacimiento de la UCR.
Como consecuencia de un acuerdo suscripto entre el sector de la Unión CÃ−vica que respondÃ−an a Mitre y
sectores oficialistas cercanos a Roca, se produce la fractura de la Unión CÃ−vica y el nacimiento de la
llamada UNION CIVICA RADICAL. El agregado de "Radical" es tomado de Leandro N. Alem, algunos
afirman que ocurrió luego de la siguiente declaración: "Yo no acepto el acuerdo; soy radical contra el
acuerdo; soy radical intransigente", Alem era muy afecto a la palabra "radical", Gabriel del Mazo, uno de los
principales historiadores del radicalismo, afirma que la expresión surgió "por primera vez en una
conversación en la casa de Alem de la calle Cuyo (...) Fue usada por el doctor SaldÃ−as, escritor,
historiador, afectÃ−simo amigo de Don Leandro. Con esa palabra calificó el doctor SaldÃ−as la actitud
terminante, en vista del fondo del problema, que tomarÃ−an en lo interno significando que asÃ− deberÃ−a
ser llamada la actitud tajante que proyectaba. Alem se incorporó en su asiento y exclamó: "Ese debe ser
nuestro distintivo". Inmediatamente después comenzó a popularizarse su uso"
Efectivamente el dÃ−a 2 de Julio de 1891 la mayorÃ−a del Comité Nacional de la Unión CÃ−vica,
anuncia la ruptura de la agrupación y el repudio al acuerdo Roca-Mitre.
Entonces, a partir de 1891 la Unión CÃ−vica Radical, hace su aparición en la escena polÃ−tica argentina.
Entre sus principales dirigentes se encontraban además de Alem y su sobrino Hipólito Yrigoyen, Marcelo
T. de Alvear, Deodoro Roca, Lisandro de la Torre, Pelagio Luna, José Lencinas, Angel Gallardo, Tomas A.
Le Bretón, José Luis Cantilo, Felipe Senillosa, Bernardo de Irigoyen, Aristóbulo del Valle y otros.
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