QUE ADICIONA DIVERSAS DISPOSICIONES DE LA LEY DE

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QUE ADICIONA DIVERSAS DISPOSICIONES DE LA LEY DE PROMOCIÓN Y
DESARROLLO DE LOS BIOENERGÉTICOS, RECIBIDA DE LA DIPUTADA
ADRIANA DÍAZ CONTRERAS, DEL GRUPO PARLAMENTARIO DEL PRD, EN LA
SESIÓN DE LA COMISIÓN PERMANENTE DEL MIÉRCOLES 5 DE AGOSTO DE
2009
La suscrita, diputada de la LX Legislatura del honorable Congreso de la Unión, integrante
del Grupo Parlamentario del Partido de la Revolución Democrática, con fundamento en lo
dispuesto en los artículos 71, fracción II, de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, y 55, fracción II, del Reglamento para el Gobierno Interior del Congreso
General de los Estados Unidos Mexicanos, somete a consideración del Pleno de la Cámara
de Diputados iniciativa con proyecto de decreto que adiciona diversas disposiciones de la
Ley de Promoción y Desarrollo de los Bioenergéticos (LPDB), al tenor de la siguiente
Exposición de Motivos
El espíritu de los artículos 25 y 27, de los que es reglamentaria la LPDB, tiene como
principal referencia la rectoría del desarrollo nacional por el Estado. El artículo 25
constitucional, en el primer párrafo, establece:
Corresponde al Estado la rectoría del desarrollo nacional para garantizar que éste
sea integral y sustentable, que fortalezca la soberanía de la nación y su régimen
democrático y que, mediante el fomento del crecimiento económico y el empleo y
una más justa distribución del ingreso y la riqueza, permita el pleno ejercicio de la
libertad y la dignidad de los individuos, grupos y clases sociales, cuya seguridad
protege esta Constitución.
En el párrafo sexto del mismo artículo se destaca que es el interés público el que constituye
el marco de referencia para definir las modalidades de los criterios para el impulso de las
actividades productivas. En este sentido, se señala lo siguiente:
Bajo criterios de equidad social y productividad se apoyarán e impulsarán las
empresas de los sectores social y privado de la economía, sujetándolos a las
modalidades que dicte el interés público y al uso, en beneficio general, de los
recursos productivos, cuidando su conservación y el ambiente.
El artículo 27 constitucional, en la fracción XX, ordena el tipo de desarrollo rural que el
Estado debe impulsar:
El Estado promoverá las condiciones para el desarrollo rural integral, con el
propósito de generar empleo y garantizar a la población campesina el bienestar y su
participación e incorporación en el desarrollo nacional, y fomentará la actividad
agropecuaria y forestal para el óptimo uso de la tierra, con obras de infraestructura,
insumos, créditos, servicios de capacitación y asistencia técnica. Asimismo,
expedirá la legislación reglamentaria para planear y organizar la producción
agropecuaria, su industrialización y comercialización, considerándolas de interés
público.
La contextualización anterior fue necesaria para recordar el marco constitucional donde se
sitúa la LPDB, de donde se subraya que la rectoría del desarrollo nacional debe ser de tal
naturaleza, que garantice que éste sea integral y sustentable y que fortalezca la soberanía de
la nación, así como que el desarrollo rural sea de carácter integral, teniendo siempre en
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cuenta el interés público. El contenido de dichas disposiciones constituye el espíritu
fundamental de la LPDB, por lo que es imprescindible evitar cualquier tipo de desvío o
contradicción al respecto.
En congruencia con el contexto constitucional referido, se estableció en el artículo 1o. de la
LPDB el conjunto de criterios u objetivos que debían alcanzase:
I. Promover la producción de insumos para bioenergéticos, a partir de las
actividades agropecuarias, forestales, algas, procesos biotecnológicos y enzimáticos
del campo mexicano, sin poner en riesgo la seguridad y soberanía alimentarias
del país, de conformidad con lo establecido en los artículos 178 y 179 de la Ley
de Desarrollo Rural Sustentable;
II. Desarrollar la producción, comercialización y uso eficiente de los
bioenergéticos para contribuir a la reactivación del sector rural, la generación
de empleo y una mejor calidad de vida para la población, en particular las de
alta y muy alta marginalidad;
III. Promover, en términos de la Ley de Planeación, el desarrollo regional y el
de las comunidades rurales menos favorecidas;
Desde esta perspectiva es claro que, derivado de los fines constitucionales que se
reglamentan en la LPDB, se establecieron los criterios que dan prioridad a la protección de
la soberanía y seguridad alimentarias del país.
Para conservar la congruencia de este principio, es conveniente que la fracción II del
artículo 11 sea adicionada para que tal protección sea específica con relación a los
productos básicos y estratégicos, los que dan concreción a aquéllas. De la misma manera,
es conveniente agregar a la fracción III la obligación institucional de poner en marcha
acciones preventivas surgidas de la evaluación de los programas derivados de esta ley, para
prevenir efectos negativos que dificulten la soberanía y seguridad alimentarias, aspectos
actualmente omitidos en la LPDB.
Para evitar el uso de productos básicos y estratégicos en la producción de bioenergéticos,
ya sean de origen nacional o extranjero, como indebidamente permite el Reglamento de la
LPDB, emitido por el Ejecutivo federal el 18 de junio de 2009, se propone adicionar la
fracción VIII de este artículo.
La reforma propuesta pretende dilucidar cualquier problema de interpretación relativo al
uso de productos básicos y estratégicos en la producción de bioenergéticos, especialmente
de maíz, cuando no haya las condiciones establecidas en la propia ley.
Esta circunstancia es preciso evitarla porque dicho reglamento va contra el espíritu de la
LPDB, ya que promueve la importación de maíz para producir bioenergéticos,
particularmente etanol para exportación, lo que implica que los subsidios otorgados por el
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gobierno federal, finalmente benefician la economía de Estados Unidos, porque esta nación
es el principal destino de la exportación.
También se propicia el uso de maíz nacional para tales efectos, debido a la insuficiencia de
controles para diferenciar entre el maíz de origen nacional y el extranjero, sin mencionar las
posibles consecuencias negativas que se producirían en la balanza comercial agropecuaria,
al contribuir al incremento de los precios internacionales de los granos, lo que daña al país,
al ser éste importador neto.
Si bien el artículo 20 del Reglamento de LPDB permite el uso del maíz importado para
producir bioenergéticos, al establecer lo siguiente:
Conforme a lo dispuesto en la fracción VIII del artículo 11 de la ley, queda
prohibido el uso de maíz para la producción de bioenergéticos, salvo que existan
inventarios excedentes de producción interna para satisfacer el consumo nacional y
se cuente con permiso correspondiente expedido por la Sagarpa.
La Sagarpa, considerando la opinión de la Secretaría de Economía, determinará
durante los meses de abril y octubre de cada año, la existencia de inventarios
excedentes de producción interna de maíz para satisfacer el consumo nacional y
únicamente en el caso en que existan, lo dará a conocer en dichos meses mediante la
página electrónica de la propia secretaría.
La utilización, parcial o total, de maíz importado para la producción de
bioenergéticos no requerirá permiso previo por la Sagarpa. Sin embargo, los
interesados que produzcan o pretendan producir bioenergéticos a partir de
maíz importado deberán dar aviso a la Sagarpa, con objeto de que dicha
secretaría verifique la congruencia entre las importaciones de maíz y la
producción de bioenergéticos del interesado.
También es cierto que lo dispuesto en el tercer párrafo viola flagrantemente el espíritu
central de la LPDB, pues propicia circunstancias que dificultan el logro de la seguridad y
soberanía alimentarias, además del hecho de que parte de una suposición inexistente en la
ley, ya que en ningún momento se diferenció entre producción interna o externa para
considerar el nivel de inventarios posible de satisfacer el consumo nacional. Es clara la
contradicción del contenido del primer párrafo con el artículo 11, fracción VIII, de la
LPDB, donde se habla genéricamente de maíz, sin importar si éste es de origen nacional o
extranjero.
En virtud de las consideraciones anteriores, someto a consideración de esta soberanía la
siguiente iniciativa con proyecto de
Decreto por el que se adicionan las fracciones II, III y VIII del artículo 11 de la Ley de
Promoción y Desarrollo de los Bioenergéticos
Artículo 11. …
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I. …
II. Regular y, en su caso, expedir normas oficiales mexicanas relativas a los
requisitos, a las características, a las medidas de seguridad y demás aspectos
pertinentes para la producción sustentable de insumos, así como controlar y vigilar
su debido cumplimiento. Asimismo y de conformidad con el artículo 1o.,
fracciones I, II y III, de esta ley, disponer lo necesario para impedir que se usen
los productos básicos y estratégicos de origen nacional o importados para la
producción de biocombustibles.
III. Evaluar periódicamente el impacto en materia de seguridad y soberanía
alimentarias y desarrollo rural de los programas derivados de esta ley, incluyendo
un análisis de costo-beneficio y realizar las acciones necesarias a efecto que dicha
información sea de carácter público, así como disponer lo necesario, en el ámbito
de su competencia y en función de la evaluación, para prevenir impactos
negativos que dificulten la seguridad y soberanía alimentarias.
…
VIII. Otorgar permisos previos para la producción de bioenergéticos a partir del
grano de maíz en sus diversas modalidades, de origen nacional o extranjero, que
se otorgarán solamente cuando existan inventarios excedentes de producción interna
de maíz para satisfacer el consumo nacional.
Transitorio
Único. El presente decreto entrará en vigor el día siguiente al de su publicación en el Diario
Oficial de la Federación.
Dado en la sede de la Comisión Permanente, a 5 de agosto de 2009.
Diputada Adriana Díaz Contreras (rúbrica)
(Turnada a la Comisión de Energía. Agosto 5 de 2009.)
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