115/03 - Diputación Foral de Álava

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En Vitoria-Gasteiz, a catorce de noviembre de dos mil tres. Vista ante
este Organismo Jurídico Administrativo de Álava la reclamación económicoadministrativa núm. 84/03, interpuesta por Dña.
, con DNI
y domicilio a
efectos de notificaciones en la calle
, contra la resolución del Liquidador de la
Oficina de Laguardia, de 4 de febrero de 2003, que confirma la liquidación núm.
300.031-2003-V, por el gravamen de Transmisiones Patrimoniales Onerosas
correspondiente a reconocimiento de propiedad; cuantía: 108,18 €.
ANTECEDENTES DE HECHO
Primero.- Mediante escritura de 15 de noviembre de 2002, otorgada en
(La Rioja), Dña.
vendió una finca rústica sita en
por un precio de
1.803,04 €, sobre el que la compradora satisfizo el correspondiente impuesto al
tipo del 6%.
Segundo.- La Oficina local competente aprueba la liquidación de
referencia a cargo de la transmitente, sobre una base coincidente con el precio y
al tipo impositivo citado, porque, al parecer, no tenía antecedente en el Registro
de la Propiedad.
Tercero.- Contra la misma, y contra la resolución que la confirma, la
interesada promueve la presente reclamación y solicita su anulación y la
devolución de lo ingresado. Argumenta al efecto que la doctrina define el
reconocimiento de dominio como negocio jurídico abstracto, y que en este caso
ni se ha realizado -por falta de voluntad de las otorgantes y porque carecían de
legitimación pues sólo puede hacerlo el titular registral-, ni está así recogido en el
documento notarial, ni ha tenido lugar el desplazamiento patrimonial necesario
para poder exigir el impuesto.
Cuarto.- En la sustanciación de las presentes actuaciones se han
observado todos los trámites y prescripciones del Reglamento de procedimiento
en las reclamaciones económico-administrativas aprobado por el Real Decreto
391/1996, de 1 de marzo.
FUNDAMENTOS DE DERECHO
Primero.- La cuestión a resolver se concreta a si los términos de la
escritura presentada a liquidar determinan o permiten deducir que, además de la
compraventa, se ha realizado un reconocimiento de propiedad a favor de la
vendedora que debe quedar sujeto al gravamen de Transmisiones Patrimoniales
Onerosas.
Segundo.- En primer lugar hay que tener en cuenta que en las cláusulas
de la escritura se describe la finca por sus características físicas, se hace constar
que la parte compradora prescinde expresamente de la información registral y se
declara satisfecha por la información resultante del título porque conoce la
situación jurídica del inmueble, y se recoge que la parte vendedora manifiesta
que se halla libre de arrendamientos y que no ha hecho uso del derecho de
recuperación que al arrendador concede el art. 26 de la Ley de Arrendamientos
Rústicos. Se expresan a continuación los términos del contrato y en la parte final
se dice que los comparecientes aceptan esta escritura y todos sus efectos legales
en la forma en que ha quedado redactada.
A su vez, el Liquidador afirma en su resolución que el hecho imponible
se produce porque en dicha escritura no se hace constar nada sobre el título de la
vendedora, ni si existe o no, pese a lo cual la parte adquirente se declara
satisfecha con el mismo.
Esta actuación fiscal es el resultado de la aplicación de lo dispuesto en el
artículo 8.2 de la Norma Foral del tributo de 31 de mayo de 1981:
“Se considerarán transmisiones patrimoniales a efectos de liquidación y pago
del impuesto:
a)...
b)....
c) Los expedientes de dominio, las actas de notoriedad, las actas
complementarias de documentos públicos a que se refiere el título VI de la Ley
Hipotecaria y las certificaciones expedidas a los efectos del artículo 206 de la
misma Ley, a menos que se acredite haber satisfecho el impuesto o la exención o
no sujeción por la transmisión, cuyo título se supla con ellos...
d) Los reconocimientos de dominio a favor de persona determinada, con la
misma salvedad hecha en el apartado anterior.”
Tercero.- Los procedimientos judiciales o administrativos a los que se
refiere el apartado c) antes transcrito no dan lugar a negocios transmisivos y a sus
correspondientes desplazamientos patrimoniales, sino que son los que contempla
la legislación hipotecaria como medios específicos para suplir la omisión de
título inscribible o la insuficiencia del mismo, razón por la cual el derecho
tributario los somete preventivamente a gravamen cuando no se justifica el pago,
la exención o la prescripción por la adquisición precedente porque pueden ser el
medio de legalizar antiguas ocultaciones, sometimiento que viene autorizado por
la ficción expresa del artículo 8 de que se considerarán transmisiones
patrimoniales.
Al mismo resultado tributario conduce el reconocimiento de dominio
previsto en el anterior apartado d), para el que no es imprescindible o necesario
que lo haga el titular registral -aunque sí sea ése el supuesto de la contestación de
la Dirección General de Tributos de 5 de octubre de 1993 citada por el Profesor
Antonio Martínez Lafuente en su manual tributario y en la que se apoya la
reclamante-, pues el hecho imponible puede también ser consecuencia de una
sentencia recaída en un procedimiento de acción declarativa de dominio como
sucede en los de las sentencias del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco
de 30 de octubre de 2002 (Ar. JUR 18356) y del de Andalucía de 28 de marzo de
2000 (Ar. JT 981) o incluso, si no hay oposición, de una afirmación recogida en
escritura del tipo de “le pertenecían (al causante) por herencia de” o “le
pertenecen por compra a persona desconocida hace más de x años”, supuestos
en los que, si no se hace mención en contrario, la ley presume que los bienes se
adquirieron mediante negocios con causa onerosa y en forma verbal y que por
ellos no se satisfizo el correspondiente tributo.
Cuarto.- Con todo y con ello, lo primero que hace falta para que proceda
la exacción del tributo es la existencia del acto o contrato al que se refiere el
artículo 2.1 de la Norma Foral del impuesto (“·...se exigirá con arreglo a la
verdadera naturaleza jurídica del acto o contrato liquidable...prescindiendo de
los defectos tanto de forma como intrínsecos...”) o, más propiamente, de una
convención que expresamente esté consignada por los contratantes, pues es
inadmisible la interpretación extensiva del hecho imponible por tenerlo prohibido
el artículo 23.3 de la Norma Foral General Tributaria de 31 de mayo de 1981,
convención que se somete al impuesto individualmente al prever el artículo 4 de
la Norma Foral del impuesto que “A una sola convención no puede exigirse más
que el pago de un solo derecho”.
Por ello, en los contratos de compraventa como el de este expediente se
producen dos convenciones de contenido patrimonial que a su vez provocan dos
desplazamientos de bienes, una sobre la cosa y otra sobre el precio, sujetas ambas
al impuesto a cargo de cada beneficiario pero exenta la segunda por disposición
del artículo 46.I.B).4 de la mentada Norma Foral del impuesto (Estarán
exentas:..Las entregas de dinero que constituyan el precio de bienes...”).
La carga tributaria de estas dos convenciones ya ha sido satisfecha al
presentar la compradora la autoliquidación e ingresar su correspondiente cuota,
pues, como ha quedado dicho, la de la vendedora está exenta de gravamen. Dado
que de los términos de la escritura no resulta ninguna otra porque quien transmite
no manifiesta que es propietaria y es admisible y válida en derecho la venta de
cosa ajena, no existe cobertura para girar una liquidación adicional, sin perjuicio
de que si la adquirente quiere inscribir su título, lo que no consta que se haya
solicitado, y si, como parece, la transmitente no es titular registral o la finca está
inmatriculada, deban realizarse trámites administrativos o procedimientos
judiciales que puedan poner de manifiesto la existencia de algún hecho imponible
desconocido en este momento.
Quinto.- De acuerdo con lo anterior, mientras no concurra alguna de
estas circunstancias lo más que puede hacer la Administración es aplicar el
artículo 6 de la Norma Foral, que dispone:
“Los actos y contratos no gravados expresamente en esta Norma Foral ni
equiparados a los mismos por precepto legal se considerarán no sujetos al
Impuesto, sin perjuicio de que se instruya por la Oficina Liquidadora el
oportuno expediente...”
El significado y finalidad de este precepto hay que buscarlo en sus
precedentes legislativos y particularmente en el artículo 44 del Reglamento del
Impuesto de Derechos Reales y sobre Transmisión de Bienes de 15 de enero de
1959, que en su número 1 regulaba que para que sea exigible el impuesto se
requiere la existencia de un hecho que jurídicamente origine el acto sujeto al
impuesto, de una convención expresamente consignada por los contratantes o de
una declaración escrita hecha ante cualquier Organismo público, esto es, que las
convenciones gravadas consten perfectamente determinadas en el documento en
cuanto a su existencia, requisitos y alcance; y en su número 2, que los actos y
contratos no consignados expresamente en la tarifa se considerarán en principio
no sujetos al impuesto, pero si la Oficina liquidadora competente estimare
procedente declarar la sujeción, instruirá de oficio el oportuno expediente con
audiencia del interesado.
Sexto.- Por lo anteriormente expuesto y razonado procede estimar la
presente reclamación, anular la liquidación y la resolución impugnadas y
reconocer el derecho a la devolución de la cuota ingresada.
Vistos los preceptos legales citados y los demás de general y pertinente
aplicación.
El Organismo Jurídico Administrativo de Álava, conociendo de la
reclamación económico-administrativa núm. 84/03, interpuesta por Dña. contra
la resolución del Liquidador de la Oficina de Laguardia, de 4 de febrero de 2003,
que confirma la liquidación núm. 300.031-2003-V, por el gravamen de
Transmisiones Patrimoniales Onerosas correspondiente a reconocimiento de
propiedad, RESUELVE ESTIMAR la misma, anular los actos impugnados y
reconocer el derecho a la devolución de la cuota ingresada con los intereses de
demora correspondientes.
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