Musgrave – Capítulo 13. Enfoques de la equidad tributaria Se plantean dos criterios para diseñar la estructura tributaria con el objetivo de mejorar la equidad en la distribución del bienestar, el principio del beneficio y el principio de la capacidad de pago. Principio del beneficio De acuerdo a este criterio, cada uno contribuye de acuerdo a su propia demanda de servicios públicos, o más específicamente, de acuerdo al grado en que es beneficiado por la prestación del servicio público. Impuesto general sobre el beneficio Debería establecerse en función de la elasticidad ingreso y la elasticidad precio por el bien público en cuestión. El problema radica en que para poder hacer eso debe conocerse la demanda de bienes públicos, pero, como ya sabemos, no se conocen (no hay incentivos a revelar preferencias al no haber rivalidad ni exclusión). Por lo tanto una imposición de este tipo sólo puede resolverse a través del proceso político. Impuestos específicos sobre el beneficio - Tasas (el ejemplo típico es el de los peajes): resulta posible cuando el consumo es totalmente rival y se internalizan los beneficios. Impuestos propiamente dichos: asegura que el costo del servicio o bien público sea financiado por los beneficiarios pero no garantiza equidad; un ejemplo sería un impuesto sobre los combustibles para financiar las carreteras; otro ejemplo lo constituye el impuesto sobre la vivienda. Ventaja del principio del beneficio : sintoniza la política de impuestos con la política de gasto. Desventajas del prin cipio del beneficio - es de aplicación limitada, ya que sólo sirve para financiación de bienes y servicios públicos; no sirve para la función redistributiva del Estado ni para otros gastos generales - es de difícil derivación; la base del beneficio es difícil de conocer, por lo tanto, tampoco es aplicable a todos los bienes públicos Principio de la capacidad de pago Este criterio se basa en dos definiciones: Equidad horizontal: los que tienen la misma capacidad de contribución pagan lo mismo. Equidad vertica l: el que tiene mayor capacidad de contribución paga más. Nótese que no son criterios contrapuestos, pueden cumplirse de forma simultánea. Tiene como ventajas, lo que son desventajas para el principio del beneficio, y viceversa. Equidad horizontal Se plantea la cuestión de cuál es la base imponible. Debería ser el nivel de bienestar de las personas, pero como sabemos, éste es difícil de medir, sencillamente porque no es observable. Por lo tanto se utilizan aproximaciones: - la renta (ingreso) - el consumo - la riqueza Cualquiera de los tres puede establecerse como base de imposición, inclusive pueden complementarse. Todos tiene ventajas y desventajas. La renta como base imponible implica gravar más al que ahorra, el consumo tiene el problema del cálculo del valor actual del consumo potencial. La riqueza se puede utilizar como un elemento de base complementario. Se entiende que a mayor riqueza, mayor poder político y mayor seguridad, por lo tanto mayor bienestar. Concluyendo, el autor señala que deben tenerse en cuenta los “asideros fiscales”, es decir, utilizar aquellos criterios que sean realmente aplicables en la sociedad concreta de acuerdo a sus características. Por otra parte, perseguir la equidad implica diseñar sistemas impositivos complejos, cuanto más complejos son, más resquicios legales dejan para la evasión legal de impuestos, por lo tanto, hay que procurar un equilibrio entre la equidad tributaria y la complejidad del sistema. Equidad vertical Se plantean dos criterios, uno que contiene un conjunto de reglas del sacrificio igual y otro que procura maximizar el bienestar social (enfoque utilitarista). Ambos toman al ingreso como base imponible. - Reglas del sacrificio igual: sobre la base de la utilidad marginal del ingreso. o Sacrificio absoluto o Sacrificio proporcional o Sacrificio marginal Este último (sacrificio marginal) garantiza que la carga impositiva se distribuya de tal manera que se minimice el sacrificio total, en términos de bienestar. - Máximo bienestar social: es sinónimo de minimizar el sacrificio total, por lo tanto llega al mismo resultado que la regla del sacrificio marginal. Implica una imposición progresiva. Impuesto regresivo: a mayor ingreso se tributa un porcentaje decreciente de éste. Impuesto proporcional: no importa el nivel de ingreso, todos tributan el mismo porcentaje. Impuesto progresivo: a mayor ingreso se tributa un porcentaje creciente de éste. Nótese que cualquiera de los tres tipos de impuestos satisfacen la equidad vertical en el sentido de que “el que gana más paga más”, pero en términos absolutos, no en términos relativos al ingreso. Concluyendo, el criterio utilitarista de maximización del bienestar social establece una justificación para el diseño de una estructura tributaria basada en impuestos progresivos, sin embargo, existen límites para la imposición de la progresividad: - la sociedad le asigna un peso al derecho a los ingresos (a obtener mayores ingresos) - la alta imposición puede implicar pérdidas de eficiencia (por exceso de gravamen), ya que puede alterar la oferta de trabajo, la producción y el crecimiento.