EL CUARTO PODER Y LA TEATRALIZACIÓN DE LA VIDA EN... COMUNICACIÓN SOCIAL

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EL CUARTO PODER Y LA TEATRALIZACIÓN DE LA VIDA EN LOS MEDIOS DE
COMUNICACIÓN SOCIAL
Puerto Montt, 15 de julio de 2010. (ONG VÃ-nculos). Sobre los Medios de Comunicación algunas veces denominados
de masas o social, se han realizado múltiples análisis y construido otras tantas teorÃ-as sobre su influencia en la
sociedad y la opinión pública.
Sin embargo, desde que Edmund Burke a fines del siglo XVIII acuñara el profético término de “Cuarto Poder―, ha
transitado mucha agua bajo el puente de las relaciones entre emisor y receptor de informaciones, pasando por diversos
enfoques, algunos centrados en la estructura institucional e ideológica de los propietarios de la empresa, hasta la
resignificación que realizan las audiencias respecto de los contenidos emanados de la fuente o canal de comunicación.
El proceso de cambios ocurridos en la historia de las comunicaciones humanas en la sociedad ha pasado de la
tradición oral a la escrita y, últimamente, a la electrónica. Esto ha generado profundos cambios en las relaciones y
formas de construir la denominada opinión pública. En un mundo globalizado, donde el mundo se empequeñece, la
tendencia en la forma de ocupar el mundo es la individualización, donde al parecer los canales electrónicos de
comunicación comienzan a ejercer un rol relevante en dichos procesos.
Sin embargo, aún persiste la posición donde la propiedad del medio es decisivo y configura el enfoque ideológico de
éste y en consecuencia, en la lÃ-nea editorial de la producción de la noticia. La relación entre propietario, editor,
periodista y audiencias, parece estar fuertemente mediada por el sesgo –legÃ-timo aunque parcial- de la institución. Por
un lado, tenemos que los MCS son un canal de transmisión cultural que contribuye a generar cambios en las
estructuras de pensamiento, el gusto, los hábitos y en el conjunto de la sociedad y por otro, constituyen un medio de
ejercicio de poder.
En tal sentido, es frecuente encontrarse con noticias, periodistas y en definitiva, con los medios de comunicación como
instituciones cerradas, que se auto perciben con un poder sobre el resto de la sociedad que saben manejar en el
fortalecimiento de su propia dinámica y concepciones ideológicas y valóricas que administran para influir en la
sociedad. La transculturización que ejercen sobre sus audiencias es feroz. La relación entre medios de comunicación
y poder económico configuran los patrones culturales de la sociedad, algo que jamás reconocerán.
En la Región de Los Lagos, nos encontramos con un circuito informativo restringido a escasos medios de
comunicación, los que en su mayorÃ-a están relacionados a cÃ-rculos de poder polÃ-tico y económico que entretejen
alianzas con concepciones hegemónicas y dominantes de grupos y sectores corporativos que representan a minorÃ-as
nacionales.
Medios como el diario El Llanquihue o La Estrella de Chiloé, de la cadena del Mercurio, hacen sentir su presencia en la
circulación de ideas que se encuentran sometidas a una lÃ-nea editorial conservadora, centrada en temáticas como
seguridad “pública― o “ciudadana―, o a temas vinculados a las grandes empresas, que sin embargo, rara vez, por n
nunca, triangula información o planteamientos sobre temas o contenidos que permitan al lector formarse su propia
opinión y fortalecer el debate abierto y crÃ-tico que contribuya a profundizar la democracia infantilizada existente en
Chile.
Casos emblemáticos como el de la madre supuestamente atacada por su hijo en Castro donde aparece en portada del
diario La Estrella de Chiloé con una foto -de archivo- que nada tiene que ver con la realidad, acompañada de un relato
lleno de incertidumbre y contradicciones, en el que no se contrarresta la información, ya que ni siquiera se entrevistó a
la familia, y sólo se da veracidad a lo relatado por el funcionario del Cuerpo de Seguridad del Estado que, curiosamente
acababa de disparar en la pierna al chiquillo, o el del joven asesinado por Carabineros en plena población Nueva
Brauna de Puerto Varas, asegurando una versión oficial, que, obviamente, es la que se va a dar a conocer, y que está
en total contraposición con lo relatado por las personas que estuvieron presentes, incluyendo falsas afirmaciones por
parte de otros profesionales como lo son médicos del hospital, dan que pensar en la influencia que éstos medios tienen
en la opinión de las personas. Personas que no se preguntan si la información que están leyendo es verdadera o
falsa, porque, “si sale en el diario, es que es verdad―.
Si bien es cierto que la información es necesaria, es más cierto aún que la fluidez y veracidad con que ésta cuente, es
lo que realmente caracteriza su calidad. En el momento en que esa necesidad se usa en pos de conseguir objetivos por
parte de quien la está divulgando, se cae en el vicio de la manipulación, la calumnia y la injuria, lo cual crea una
división de opiniones y diferencias entre las personas excesivamente intolerables que, lo único que consiguen es la
marginalidad y el abandono de unos pocos que, como siempre, son los que más sufren la vulneración de sus derechos.
LOS DUEÑOS DE LA RAZÓN SUPREMA.
Esta gran cantidad de credibilidad depositada por el lector en los diarios, sumada a una importante falta de crÃ-tica,
regala impunidad suficiente como para elaborar editoriales de la siguiente Ã-ndole:
El Diario La Estrella de Chiloé del jueves 3 de Junio de 2010, que cabe resaltar es de propiedad de AgustÃ-n Edwards,
dueño del Diario El Mercurio, señala en su titular ¡No a la Impunidad!, concepto que la memoria colectiva chilena
asocia a la demanda de justicia contra los abusos a los Derechos Humanos en dictadura, y que hoy es apropiada para
ejercer estrategias de represión y control sobre el fenómeno de delincuencia y seguridad pública.
En este marco, el editorialista, plantea cuatro grandes lÃ-neas argumentales referidas a estrategias para enfrentar los
hechos de delincuencia, en tal sentido, se señalan los siguientes argumentos detallados y comentados a continuación:
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Generado: 7 September, 2016, 21:55
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1.   Refiriéndose a las experiencias internacionales, las que no precisa, señala que “se advierte que un amplio conju
de instrumentos y polÃ-ticas sÃ- contribuye a reducir la delincuencia. La clave de su éxito radica no tanto en lo
programático, sino en el uso de mecanismos de supervisión, gestión, evaluación y rendición de cuentas de los
organismos que los ejecutan. Esto porque esos procesos obligan al aprendizaje continuo y al perfeccionamiento
programático, ajustando con más celeridad la forma de hacer las cosas―, planteamiento que desde la planificación
social perfectamente podrÃ-a ser aplicado a diversas polÃ-ticas públicas sobre las cuales pareciera no existir una
disposición clara y manifiesta, como por ejemplo respecto de las estrategias de prevención y de desarrollo socio
laboral o de educación alternativa en cuanto inversión pública. En los paÃ-ses en los que hay menos delincuencia, no
es porque la mitad de la población sea policÃ-a, sino porque desde la polÃ-tica pública se promueve la igualdad de
derechos y oportunidades.
2.   Luego, continúa “Chile, sin embargo, sigue enfrascado en discutir la asignación de recursos a ciertas acciones o
algunas reformas legales. Eso es entendible como táctica polÃ-tica, pero falta un impulso gubernamental para cambiar
los énfasis desde las atribuciones legales y los presupuestos a la gestión eficaz de recursos―. Este comentario separa
de raÃ-z las tácticas polÃ-ticas con los impulsos gubernamentales, separación que se hace evidente y efectiva en
regÃ-menes autoritarios como pudiera ser, por ejemplo, una dictadura militar.
3.   En la más absoluta comodidad de quien se sabe escuchado asegura “no hay duda de que las polÃ-ticas pública
esta materia exigen que la policÃ-a tenga un poder de intimidación frente al delincuente potencial. Esto es normal en las
democracias eficientes―, sin embargo, no se señala a qué democracias eficientes se refiere. El rol intimidador de la
policÃ-a no constituye per sé la resolución del conflicto que se expresa en las tasas de delincuencia, las que están en
un porcentaje muy importante en relación a robos y hurtos, lo que expresa las dificultades que la sociedad chilena y el
Estado no han logrado resolver en relación a las inequidades y a la exclusión social de amplios sectores a los que no
llega la “modernización―. Por otra parte, el paÃ-s cuyas prácticas policiales se conocen por ser las más represoras e
intimidatorias del mundo como es Estados Unidos, es también uno de los paÃ-ses con más delincuencia del planeta.
4.   “Si la policÃ-a no recupera su poder intimidatorio natural en un Estado de Derecho, su limitado número de efectivo
está llamado a ir quedando arrinconado frente a un número de delincuentes que encuentra hoy múltiples incentivos
para aumentar impunemente―, lo paradójico aquÃ-, es que el editorialista señala de manera implÃ-cita que el aumento de
la delincuencia existe, pero no señala las causas de ello, pero, si le preocupan las escasas atribuciones de intimidación
y poder con que cuenta la policÃ-a, deberÃ-a aportar con, al menos, más de una posible solución a gran escala, y no
limitarse a la vieja idea de esconder la “suciedad― bajo la alfombra, ya que de ese modo, la alfombra siempre va a tener
que ser más grande y eso, lógicamente, no logra resolver el fondo del asunto. Por otro lado, un Estado de Derecho, se
configura bajo un conjunto de procedimientos, instrumentos y mecanismos que la sociedad de manera informada le
otorga a sus instituciones para velar por la armonÃ-a del cuerpo social, entre otros, el uso de la violencia pero, sin
embargo, cuando el Estado de Derecho es ilegitimo o se encuentra debilitado por su carácter antidemocrático,
autoritario y clasista como es la constitución del año 1980 en nuestro paÃ-s y de otras entidades como el sistema binominal de elecciones, la concentración de la riqueza y las inequidades socio económicas, van configurando un
panorama donde, por ejemplo, las policÃ-as que son las entidades encargadas de establecer el orden social, solo
responde a los intereses de las minorÃ-as, quedando las mayorÃ-as de ésta manera, sometidas a las injusticia y
vulneración de derechos básicos. Â
5.   “Cuando la ciudadanÃ-a percibe que la fuerza del orden legal ya no inhibe a los delincuentes, prolifera el desarrollo
de la seguridad privada en los sectores que pueden costeársela. Eso es legÃ-timo y mal puede criticarse, pero tiene
costos.― No obstante no aclara qué clase de costos son éstos que cita y, además, para quién resultarÃ-a costoso, pues
que habla de personas que pueden costearse esos gastos. Por otro lado, no sé si se pretende que haya una escolta
policial por cada ciudadano chileno que posee más de 50 millones de pesos, por ejemplo, o un gran tesoro de joyas y
piedras preciosas en su casa, lo cual, efectivamente, sÃ- resultarÃ-a costoso para todos los chilenos.
6.   “En el plano de las persona naturales, este cuadro también es alarmante. Los pudientes defienden sus vidas y su
bienes con guardias privados y variados sistemas de protección –con resultados relativos-, pero los que no lo son se
encuentran en una desventaja angustiosa y desmoralizante. Como se ha advertido por años, los pobres que son
vÃ-ctimas de asaltos no sólo sufren una pérdida patrimonial proporcionalmente mucho peor –pues incide en su nivel
mismo de subsistencia, y con menores o nulas posibilidades de reponerla-, sino que, además, a menudo decae su
ánimo para trabajar o emprender, por el temor a perder los frutos de su esfuerzo.― Está claro que todos somos
susceptibles de ser asaltados en la calle, pero en las poblaciones pobres, en las que las casas se caen a pedazos,
donde viven 7 o 10 personas hacinadas en unos pocos metros cuadrados, es casi seguro que nadie va a entrar a robar.
Éste es un claro ejemplo de la posición de poder que los medios de comunicación otorga a las personas que en ellos se
desenvuelven, utilizándolos asÃ- para convertir adeptos a sus causas personales, cruzadas polÃ-ticas o pretensiones
económicas. De esta manera se hace que en la opinión pública se genere una opinión unificada, favorable al que la
genera, o al ideal del que la genera, anulando asÃ- la posibilidad de libre pensamiento y limitando mucho el derecho de
libre expresión.
Es por ello que hacemos un llamado a la crÃ-tica constructiva, al cotejo de informaciones, al inconformismo y al
agnosticismo mediático, pues es la única manera de que las verdades tomen importancia por encima de los intereses
de quienes las comentan, la única forma de ser libres de expresión y opinión sin tener que contar con la influencia de
los poderosos magnates de la comunicación y de disfrutar del último resquicio de humanidad que están intentando
robarnos impunemente, la libertad de pensamiento.
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Generado: 7 September, 2016, 21:55
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