N20120520ascension

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Señor, dueño nuestro,
¡qué admirable es tu nombre en toda la tierra!
20 DE MAYO
SOLEMNIDAD DE LA ASCENSIÓN
Yo te canto porque eres grande.
Yo me alegro con todas tus maravillas.
Yo celebro tu bondad con todos los hombres y
mujeres que te buscan.
Yo me siento feliz porque tú nos quieres.
AMÉN.
Acción Católica General
Sector de Infancia
www.accioncatolicageneral.es
Se me ha dado pleno poder
en el cielo y en la tierra
Y les dijo: «Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que
crea y sea bautizado se salvará, pero el que no crea se condenará. A los que
crean les acompañarán estos prodigios: en mi nombre echarán los demonios;
hablarán lenguas nuevas; agarrarán las serpientes y, aunque beban veneno, no
les hará daño; pondrán sus manos sobre los enfermos y los curarán».
Jesús, el Señor, después de haber hablado con ellos, subió al cielo y se sentó a
la diestra de Dios. Ellos se fueron a predicar por todas partes. El Señor cooperaba con ellos y confirmaba su doctrina con los prodigios que los acompañaban.
Mateo 28, 16-20
Antes de subir al cielo para estar para siempre con su Padre, Jesús les vuelve
a transmitir una vez más esperanza. Les dice que vayan por todo el mundo,
porque Jesús es para todos. Les dice que prediquen el evangelio a toda criatura. No hay nadie a quien no se le deba hablar de Jesús, porque Jesús es para
todos.
Pero Jesús nos necesita a nosotros para que nosotros hablemos a las personas
de Jesús, de su mensaje, de su Iglesia. Jesús cuenta con nosotros. No somos
algo de lo que Jesús quiera pasar y dejar a una lado. Para Jesús somos imprescindibles, no puede pasar sin contar con nosotros.
El texto dice que ellos hicieron lo que les dijo Jesús: se fueron a predicar por
todas partes. Y dice una cosa muy bonita: “El Señor cooperaba con ellos”. ¡Qué
grande es el Señor que coopera con nosotros, que nos llama amigos en lugar
de llamarnos siervos! Dios no nos quiere sometidos, sino que quiere que libremente nos unamos a Él. Nosotros ahora tenemos que intentar que otros, de
forma libre, también quieran ser amigos de Jesús.
Pues ahora, sabiendo que el Señor coopera con nosotros, que nos ayuda,
vamos a ver qué podemos hacer.
Unas preguntillas
para pensar
y comprometerse
...
Tus amigos, compañeros de clase... ¿saben que eres amigo de
Jesús?
Si lo saben escribe algún momento en el que hayas hablado de
esto con tus amigos. Si no lo saben, escribe por qué nunca has
contado que eres cristiano.
Piensa algo que puedas hacer para decirle a los demás que eres
cristiano. Puede invitar a una amigo a la misa del domingo o a venir
al grupo de la parroquia, o puedes contarle a alguien lo que supone
ser amigo de Jesús.
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