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LITERATURA LATINA: HISTORIOGRAFÍA
LA HISTORIA
1.- LOS PRIMEROS DOCUMENTOS.
Como precedentes de la historiografía pueden considerarse los primeros documentos
con valor histórico escritos en prosa. Son muy antiguos y encuadrables en dos
apartados, según tengan carácter público o privado:

Documentos públicos:
o
Foedera regum: Tratados con los pueblos vecinos. Son documentos
mitad jurídicos, mitad religiosos.
o
Actas de los magistrados: Solían registrar los acontecimientos más
importantes relacionados con el desempeño de las funciones de los
magistrados. Los más importantes eran los elaborados por los
pontífices, los Libri Pontifici o Annales Maximi. Especialmente
destacable era la publicación del calendario anual.

Documentos privados:
Las familias importantes guardaban en sus archivos familiares documentos
escritos en honor de sus antepasados ilustres. Eran de dos tipos:
o
Laudationes fúnebres: Discursos en alabanza del difunto que se
pronunciaban en los funerales.
o
Tituli imaginum: Inscripciones grabadas debajo de los retratos o
mascarillas del difunto y que contenían su nombre, hazañas,
magistraturas, etc.
2.- EL NACIMIENTO DE LA HISTORIOGRAFÍA ROMANA.
LOS ANALISTAS.
Las primeras noticias sobre Roma y sus guerras expansivas se propagan a través
de historiadores griegos no afectos a la causa romana. Esto tal vez fue lo que decidió
a los romanos a escribir su propia historia con una finalidad de propaganda política y
afirmación patriótica.
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LITERATURA LATINA: HISTORIOGRAFÍA
Siguiendo la tradición de los Pontífices y otros magistrados, que llamaban annales a
los documentos redactados, los primeros historiadores dieron a sus escritos el mismo
nombre de Annales, pues narraban los sucesos “año por año”, y ellos mismos son
conocidos con el nombre de “analistas”.
El primer analista romano es Fabio Pictor, que escribe a finales del siglo III a.C. Sus
anales abarcaban desde la venida de Eneas al Lacio hasta la segunda guerra púnica,
época en la que vivió el autor. Tanto él como sus inmediatos seguidores escriben sus
obras en griego, tal vez para que llegaran a los mismos lectores a los que había
llegado una visión antirromana de los mismos sucesos, o tal vez porque el latín no
estaba suficientemente formado para adaptarse a sus necesidades. Analistas
inmediatamente posteriores a él, entre los siglos III y II a.C., y que escriben también en
griego son: Cincio Alimento, Cornelio Escipión, Gayo Acilio y Postumio Albino.
Será Catón el que escribirá la primera historia de Roma con categoría de tal, no unos
Anales puramente cronológicos, y lo hará en latín, marcando el camino a sus
sucesores, que no volverán a escribir en griego.
3.- CATÓN Y SUS SUCESORES HASTA LA ÉPOCA DE SILA.
Marco Porcio Catón (234-149 a.C.) fue un romano austero y honesto que alcanzó las
más altas magistraturas y luchó siempre contra la corrupción en las costumbres y en la
política. Nacionalista a ultranza y enemigo de todo lo griego escribe una obra histórica
titulada Origines, en siete libros, que difiere de los Analistas por varios aspectos:
o
Utiliza el latín y no el griego.
o
No se ciñe a la historia de Roma, sino que abarca la de toda Italia.
o
No es una simple crónica de sucesos, sino también una aproximación crítica a
las causas que los han motivado.
o
No menciona nombre de caudillos ni héroes; el héroe de su historia es “el
pueblo romano”.
Después de él, en la época de los Gracos y Sila hay una serie de historiadores de
menor importancia. Algunos de ellos tantean el camino de la autobiografía. Pero, en
todo caso, no encontramos ninguno digno de mención hasta César.
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4.- CÉSAR (100-44 a.C.).
Cayo Julio César, nacido en la ilustre familia de los Julios, inició su carrera al lado de
Sila, pero pronto se enemistó con el dictador y se pasó al partido popular, al que lideró
hasta su muerte. Su carrera política y militar fue deslumbrante. Recorrió todas las
magistraturas y otros cargos públicos, como el de Pontífice Máximo, formó con
Pompeyo y Craso el primer triunvirato, conquistó las Galias y derrotó finalmente a
Pompeyo en la guerra civil, asumiendo todos los poderes hasta que fue asesinado el
día de los idus de marzo del año 44 a. C. Fue el más grande de los generales romanos
pero también destacó como orador y escribió obras de diversos temas. Las únicas que
nos han llegado son sus dos producciones históricas:

De bello Gallico (Sobre la guerra de las Galias). Consta de ocho libros, cada
uno de los cuales corresponde a un año de campaña (58-51 a.C.), pero el libro
octavo lo escribió su lugarteniente Aulo Hircio. Tras una descripción geográfica
de las Galias, el autor va siguiendo paso a paso sus conquistas y
enfrentamientos con los diversos pueblos.

De bello ciuili (Sobre la guerra civil).Narra en tres libros los sucesos de esta
guerra cruel, desde el paso del Rubicón por César hasta la batalla de Farsalia,
con la derrota de Pompeyo y la huída de éste a Egipto, donde le asesinan los
sicarios de Ptolomeo.
Las obras de César han gozado durante muchos siglos de la consideración de máxima
objetividad, y en este sentido se interpretaba la narración de los hechos de tercera
persona y no en primera (César hizo...., César atacó....). Pero hoy se considera que
César consiguió escribir una “obra maestra de propaganda política”. La narración en
tercera persona contribuye a repetir constantemente el nombre “César”, con más
resonancia que el “yo” innominado; los hechos narrados suelen ser verídicos, pero a
veces el autor cambia el contexto para favorecerse. De todos modos, la
documentación del autor, de primerísima mano, hace de estas obras una fuente
inestimable para conocer los sucesos de finales de la república romana.
La pureza de la lengua en el léxico y en la construcción hace que César forme, con
Cicerón, la pareja que ha quedado como modelo de la prosa latina clásica.
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5.- NEPOTE (95?-25?a.C.).
No se conoce con certeza las fechas del nacimiento ni de la muerte de Cornelio
Nepote. Originario de la Galia Cisalpina, fue contemporáneo y amigo de Catulo, de
Cicerón y de Ático, lo que indica que era de carácter afable y conciliador, pues Cicerón
y Catulo representaban dos tendencias literarias opuestas: la revolucionaria y la
conservadora. Nepote vivió al margen de las luchas políticas, dedicado al estudio con
laboriosidad y eficacia, pero no con demasiado talento.
Su obra De uiris illustribus, inaugura en la literatura latina el género de la biografía.
Constaba de dieciséis libros en los que se iban comparando las vidas de personajes
romanos con las de personajes extranjeros. Sólo se han conservado veinte biografías
de generales griegos ( Temistocles, Arístides, Alcibíades, Epaminondas...) y dos de
cartagineses ( Amílcar y Aníbal). De la sección titulada de De latinis historicis se
conservan las biografías de Catón y Ático.
Destaca el carácter ejemplarista de la historia de Nepote, que pretende presentar unos
modelos que imitar o rechazar. Pero su valor histórico es deficiente. En su lengua es
correcto pero sin brillo. Su estilo, generalmente lineal, se realza en los catálogos de
las virtudes de los héroes, compuestos de acuerdo a las normas de la retórica.
6.- SALUSTIO (87-35 a.C.).
Salustio, nacido en la Sabina, marchó a Roma muy joven y se zambulló en la vida
política, lleno de ambiciones de gloria. Gracias a su amistad con César, ocupó algunos
cargos públicos y, sobre todo, fue nombrado gobernador de la provincia romana de
África, cargo con el que acumuló una inmensa fortuna. Tras la muerte de César, se
retiró de la vida pública y se dedicó a escribir sus obras históricas.
Aparte de obras menores de dudosa atribución, la obra mayor de Salustio la
componen sus Historiae, perdidas, y sus dos monografías, conservadas, sobre la
guerra de Jugurta y la conjuración de Catilina.

Conjuración de Catilina (Catilina o Bellum Catilinae). Narra la tentativa de
Catilina de hacerse con el poder por la fuerza durante el consulado de
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Cicerón(63 a.C.): las causas de la conjuración; las ambiciones de Catilina,
noble degenerado, y su falta de escrúpulos, que le llevó incluso al intento de
asesinato de Cicerón; la pruebas aportadas; el encarcelamiento y ejecución
de los principales conjurados; la derrota y muerte de Catilina en la batalla de
Pistoya.

Guerra de Yugurta ( Bellum Iugurthinum). Micipsa, rey de Numidia, deja como
herederos, al morir, a sus dos hijos y a su hijo adoptivo, Jugurta. Éste, que se
había formado en el ejército romano, asesina sucesivamente a sus dos
hermanos y se proclama único rey, en contra de la voluntad de los romanos,
que le declaran la guerra. . La lucha sufre diversas alternativas hasta que el
rey Boco traiciona a Jugurta y lo entrega a los romanos.
Salustio es el primer gran historiador latino, el creador de la historia como género
literario. Rastrea las causas de la “revolución” romana, es decir, de la pérdida de las
antiguas instituciones y el surgimiento de un nuevo Estado, y las encuentra en las
ambiciones, el egoísmo y la depravación de la nobleza. Catilina, es, para él, el
símbolo de la aristocracia corrompida.
Es también un moralista. En los prefacios de sus monografías reflexiona sobre la
brevedad de la vida humana, la superioridad del espíritu sobre el cuerpo, la
corrupción de las costumbres y el desprecio de los bienes materiales, afirmaciones
muy poco convincentes en boca de quien había acumulado una inmensa fortuna
con su falta de escrúpulos en su gobernación de África. También nos habla de su
desengaño de la política, y de su dedicación a la historia.
Tiene un sentido dramático de la historia, por eso elige personajes y situaciones
conflictivas. La caracterización de los personajes se logra mediante retratos que el
autor “dibuja” y discursos que pone en boca de sus personajes. También son
características de Salustio las digresiones, como la descripción de la geografía del
África.
El estilo de Salustio se caracteriza por la concisión, la asimetría o uariatio( pars...alii)
y el gusto por el arcaísmo. En conjunto su prosa resulta densa, solemne y austera.
Con Salustio se cierra la historiografía de la época republicana. Enseguida sube al
poder Augusto, que inaugurará en Roma el período imperial. Su reinado posee
características especiales: en él se alcanza la paz interna y el poderío “universal”.
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LITERATURA LATINA: HISTORIOGRAFÍA
Augusto se traza un programa a la vez político, religioso y moral. Los hombres de
letras que rodean a su ministro Mecenas sintonizan con sus ideales y le ayudan a
implantarlos. Lo mismo hace el más grande de los prosistas contemporáneos, el
historiador Tito Livio.
7.- TITO LIVIO (59 a.C.-17 d.C.).
Tito Livio nació y murió en la ciudad de Padua. Era de familia acomodada, amante
de las tradiciones y de la paz. Marchó a Roma hacia el año 13 a. C. para dedicarse
de lleno a escribir la inmensa historia de Roma que había concebido y a la que
dedicó cincuenta años de su vida, rechazando los cargos públicos. Ya anciano
regresó a su patria chica para morir.
Su historia de Roma constaba de ciento cuarenta y dos libros y abarcaba desde los
orígenes de Roma, de ahí el título de Ab urbe condita libri, hasta la muerte de Druso
(9 a. C.). Sólo se han conservado los libros 1-10 y 21-45, con algunas lagunas; es
decir, treinta y cinco libros, que contienen la historia de Roma desde sus orígenes
hasta la tercera guerra con los samnitas (293 a.C.) y los sucesos posteriores hasta el
año 167 a.C., con la batalla de Pidna y sus consecuencias. De los libros no
conservados tenemos noticia escueta en las Periochae, resúmenes esquemáticos de
cada libro, que parecen remontarse al s. IV. Dada la enorme extensión de la obra,
pronto comenzaron a hacerse compendios y epítomes, que sustituyeron la obra
original, difícil de adquirir y de manejar y, por ello destinada a perderse en la Edad
Media.
Tito Livio coincide con Nepote y Salustio en el sentido ejemplarista y moralista de la
Historia. Y tiene además una característica propia: la exaltación de Roma, por
encima
de todo. Sus motivos íntimos y las virtudes que quiere que su obra infunda en sus
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LITERATURA LATINA: HISTORIOGRAFÍA
conciudadanos son el amor a la patria, el respeto al mos maiorum, la concordia civil y
la
religiosidad profunda, todo lo cual coincide punto por punto con el programa
restaurador de Augusto, que Tito Livio comparte con entusiasmo.
El método histórico deja mucho que desear, como, en general, el de todos los
historiadores antiguos, para los que la historia era un género literario, no una obra
científica. Tito Livio no somete a crítica los datos y fuentes consultadas, por lo que su
fiabilidad es a menudo escasa.
Por otra parte, su amor a Roma hace que conceda crédito a cualquier información que
redunde en prestigio y gloria de los antepasados. Sin embargo, intenta ser honesto y,
con frecuencia, expone opiniones distintas sobre un suceso para que el lector
contraste y saque sus propias consecuencias; también dice a veces que ciertos datos
o cifras le parecen exagerados.
Lo que está fuera de toda duda es su altísima categoría como escritor, el que mejor
encarna la concepción de la historia como género literario sujeto a los preceptos y
recursos de la retórica en la composición y en el desarrollo temático.
El estilo de Livio se caracteriza por la “abundancia transparente”, con períodos largos,
amplios y cadenciosos.
De su concepción retórica de la historia proviene la gran cantidad de discursos que
salpican su obra, todos ellos ejemplares desde el punto de vista literario-retórico. Y se
distingue también su estilo por el “color poético” que tiñe su prosa. Está influido por los
grandes poetas augústeos, lo cual se percibe especialmente en los libros primeros, en
los que se refiere a los tiempos primitivos y recoge leyendas heroicas como las de los
Horacios y los Curiacios, Horacio Cocles..., etc. Incluso invoca a los dioses al
comienzo de su obra, como hacen los poetas épicos.
8.- LA HISTORIA EN EL SIGLO I.
Con el acceso de los emperadores al poder se hace difícil escribir historia de Roma, si
para ello había que ensalzar, como era lógico, el pasado republicano, cosa que podía
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LITERATURA LATINA: HISTORIOGRAFÍA
parecer un reproche al régimen personal y una incitación a la vuelta a la república. En
efecto, los historiadores que admiran el régimen republicano se colocan en la
oposición, sufren persecuciones y son quemadas sus obras. Han llegado hasta
nosotros las de historiadores cortesanos o las que por su tema no se prestaban al
enfrentamiento político. Son de destacar: Veleyo Patérculo, Valerio Máximo y Quinto
Curcio.
Tras estos historiadores menores, a finales del siglo I y comienzos del II, en tiempos
de Trajano, escribe una de las figuras más grandes de la historiografía latina: Tácito.
9.- TÁCITO.
De Cornelio Tácito poseemos muy pocas noticias bibliográficas. No sabemos ni el
lugar ni la fecha de su nacimiento ni de su muerte. Debió vivir aproximadamente entre
los años 55 y 120 d.C. Procedía, sin embargo, de una familia distinguida y estudió
filosofía y retórica con buenos maestros. Se casó con la hija de Julio Agrícola, alto
dignatario imperial; fue excelente orador, hábil abogado y desempeñó importantes
cargos públicos, incluido el consulado.
Su producción histórica consiste en dos obras menores y dos mayores incompletas:

Agrícola: es una biografía apologética de su suegro Julio Agrícola, ilustre
general conquistador de Britania y de quien se rumoreaba que lo había
mandado asesinar Domiciano, por envidia. Resulta, a la vez, una laudatio
funebris. Es también un ataque violento a la tiranía de Domiciano y un elogio a
la libertad recuperada con Nerva y Trajano, en cuyo reinado escribe Tácito.

Germania: es una monografía etnográfica. Consta de dos partes: en la primera
se hace una descripción general de Germania y su población general, con la
vida y costumbres de sus habitantes; en la segunda, una descripción particular
de cada uno de sus pueblos. Con intuición premonitoria, al autor atisba los
peligros que para Roma van a derivarse de los germanos y cómo podría
salvarse el imperio sólo contraponiéndoles sus mismas austeras costumbres.

Historias: es una de las dos obras grandes de Tácito. Constaba de catorce
libros y abarcaba desde la muerte de Nerón hasta Domiciano. Conservamos
los cuatro primeros libros y fragmentos del quinto, que contienen los sucesos
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LITERATURA LATINA: HISTORIOGRAFÍA
del año 69, el de los tres emperadores: Galba, Otón y Vitelio, con el triunfo final
de Vespasiano y los comienzos de su reinado.

Anales: escrita después de las Historias, se refiere al período anterior al que
contienen éstas, es decir a los reinados de Tiberio, Calígula, Claudio y Nerón.
Constaba de dieciséis libros, de los que conservamos los libros I-IV (Tiberio) y
XI-XVI, el último incompleto, con los reinados de Claudio(sin su comienzo) y de
Nerón (sin su final).
Las fuentes de Tácito son diversos historiadores de los períodos abarcados por su
obra, el “diario oficial” de Roma (acta diurna), los “archivos de Roma” (acta senatus),
las Memorias de diversos personajes y también fuentes orales, informaciones de
personas que habían vivido los sucesos..
Su afán de sinceridad y objetividad se revela en la interpretación que hace de los
hechos. Es destacable también su pesimismo, que lo inclina siempre a ver los móviles
más indignos, con lo cual se resiente su pretendida objetividad.
Como Salustio y Tito Livio, tiene una concepción moralista de la historia; esto le hace
también falsear a veces los hechos involuntariamente, lo mismo que su retoricismo,
que le hace recargar las tintas en uno u otro sentido.
En su lengua y estilo descuella por encima de todos los historiadores latinos. Destaca
por su concisión, por la densidad de pensamiento alojada en cada frase; prescinde de
todo lo que puede suplir el lector, por lo que son continuas las elipsis, el asíndeton,
etc. Coincide con Salustio en su gusto por la asimetría en la construcción de frases y
períodos. Es un escritor lleno de pasión; por ello su prosa es, a la vez que sobria y
austera, vivaz, nerviosa y coloreada, generalmente por tintes sombríos.
Su obra presenta un tono trágico. Bucea en el alma y en las pasiones de los
individuos. Es un escritor de “primeros planos”; son magistrales sus “retratos
psicológicos” y su descripción de “escenas dramáticas”.
En resumen, Tácito es un soberano escritor, que maneja con maestría todos los
recursos del lenguaje, pintor inigualable de la grandeza o la corrupción de las almas,
pesimista y pasional, que condensa como nadie el pensamiento y la expresión.
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LITERATURA LATINA: HISTORIOGRAFÍA
10.- LA HISTORIA EN EL SIGLO II.
Después de Tácito, en el siglo II, destaca, entre otros historiadores de menor
importancia, Suetonio.
Gayo Suetonio Tranquilo nació hacia el año 75 y murió a mediados del siglo II.
Ejerció la abogacía bajo Trajano y fue luego el secretario particular de Adriano. Más
que un historiador, Suetonio es un erudito, un filólogo y un enciclopedista, que escribió
obras de contenido muy diverso, la más importante de las cuales fue la titulada De
uiris illustribus, como la de Nepote, perdida casi en su totalidad; era una historia
completa de la literatura latina.
La única obra suya que se nos ha conservado íntegra es una obra histórica, De uita
Caesarum, que suele editarse con el título de La vida de los doce Césares, porque
consiste en doce biografías de los primeros Césares, desde Julio César hasta
Domiciano. Coincide con el período historiado por Tácito en sus Anales e Historias,
pero la diferencia entre un historiador y otro es abismal. La concepción trágica y
moralista de Tácito choca con la concepción anecdótica de Suetonio; pero, justamente
por ello, es un buen “complemento” de Tacito, en esa intrahistoria o vida de todos los
días que no suele aparecer en los historiadores “serios”; además su lectura resulta
agradable y atractiva.
La composición de sus biografías suele seguir este esquema: nombre y familia, vida
pública, vida privada y muerte. El estilo es sencillo y claro, ajustado al contenido.
11.- LA HISTORIA EN LOS SIGLOS III Y IV.
En el Bajo Imperio la historia, como toda la cultura pagana, está en franca decadencia.
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