UNIVERSIDAD DEL TOLIMA FACULTAD DE CIENCIAS Y EDUCACIÓN IDEAD BOGOTA – EDUCACIÓN NOMBRE: MARTHA MORENO ENSIZO CÓDIGO: 083450272010 PENSAMIENTO CIENTIFICO TÍTULO DEL VIDEO RESEÑADO: NUESTRO CONSUMO TITULO: NUESTRO CONSUMO 1. RESUMEN (150 palabras máximo) En la actualidad el consumismo desaforado, responde a una explosión de necesidades y demandas hacia una sociedad en la cual se excluye y genera una presión enorme al que no se ajusta a ella, el consumidor moderno es un ser insaciable por lo cual los procesos de producción de bienes y servicios aumentan aceleradamente, se expanden para dar respuesta a esas necesidades, sin importar que en el proceso el planeta, nuestro hogar sea el más perjudicado, y a medida que transcurre el tiempo se están viendo los resultados desastrosos e irremediables para la vida, cada vez son más los productos empacados en desechables, productos derivados del petróleo, químicos y materiales que de una u otra forma contribuyen al aumento de la temperatura, contaminación de la tierra en general, aunque existen empresas e industrias que hablan de políticas ambientales y patrocinan eventos para la conservación , esto no es suficiente porque el daño ya está hecho. 2. VALORACIÓN CRÍTICA (700 palabras máximo) Cuando hablamos de consumismo nos referimos a el conjunto de procesos socioculturales, Las personas vivimos atrapadas en un mundo en el cual consumir es algo necesario para la vida del hombre y su subsistencia, además una fuente generadora de empleo, el hecho de consumir de una manera desmedida para ser aceptado en una sociedad en donde te aprecian por lo que posees, las personas atrapadas por el círculo consumista pierden su propia identidad, al confundir lo que son con lo que poseen; estas se sienten desafortunadas al no comprar el objeto o la experiencia deseada. Todos los esfuerzos se concentran en los objetos de deseo aun sabiendo que no es la manera más adecuada o inteligente de alcanzar la felicidad, pero al no conseguir el objeto deseado se entra en una etapa de frustración y es aquí en donde los medios de comunicación se encargan de alimentar estas frustraciones empujando a las personas a hacer lo que consideren necesario para obtener lo que quieren. Este no sería hoy un tema de preocupación, si por su causa no estuviéramos poniendo en riesgo nuestra propia vida, y la del planeta en sí. El consumismo aumenta las diferencias existentes entre los países desarrollados y los países del tercer mundo, dentro de los propios países se acentúan las diferencias entre las personas, generando bolsas de pobreza. También cabe notar, que agota las reservas naturales y aumenta la cantidad de residuos produciendo un deterioro en el medio ambiente. Los consumidores jugamos un papel fundamental pues somos nosotros quienes decidimos si compramos o no, podemos ayudar a no contaminar tanto solo con el hecho de dejar de consumir cosas que resultan innecesarias o que si bien hacemos un pequeño esfuerzo, las podemos conseguir en empaques que no contaminen tanto. Si nos detuviéramos a pensar en lo que podemos hacer por salvar o contribuir con el bienestar de la naturaleza, seguro que lograríamos minimizar o disminuir en gran medida parte de este impacto ambiental en nuestro entorno, creo que el consumo ineficiente de energía se podría contrarrestar si de verdad hubiese voluntad. Las tecnologías limpias, los inventos y muchos descubrimientos dan para que vivamos sin perjudicar más de lo que ya se ha hecho, la ambición y la falta de voluntad para cambiar de parecer, sigue dominando a las personas sin excepciones, seguimos utilizando combustibles fósiles no porque no haya otras alternativas de producción más limpias, sino porque las otras formas sostenibles no dan dinero, y es el dinero el encargado de mover el ciclo consumista, se dice el dinero es un mal necesario o con dinero las penas son llevaderas como una forma de justificar lo que hacemos en nuestras vidas, dicen los expertos que si la temperatura aumenta más de un grado podría peligrar el delicado equilibrio de la naturaleza desde el fondo de los océanos hasta las cumbres más altas del mundo y me pregunto, entonces ¿qué le dejaremos a las futuras generaciones y hasta cuándo la tierra soportara nuestros abusos? Teniendo en cuenta que cuando hablamos de las futuras generaciones no es algo ajeno a nosotros porque son nuestros hijos, sobrinos, nietos nuestra propia familia. Que no sea el Día del Medio Ambiente el único momento propicio para empezar a reflexionar y tomar las medidas pertinentes, sé que si cada uno de nosotros empieza con pequeñas acciones, se puede hacer mucho. Es necesario dejar de pensar las necesidades como carencias, como vacíos que deben llenarse con los bienes y servicios, según lo cual habría una suerte de correspondencia, entre las necesidades y los productos y servicios. A cada necesidad correspondería un producto, y a cada producto correspondería una necesidad. Pero de esa manera las necesidades no se experimentan como necesidades del propio ser, sino como las necesidades de comprar y tener cosas y servicios. Se supone, además, que las necesidades son recurrentes, es decir, que se satisfacen cada vez que los vacíos se llenan con ciertos productos, pero ellas vuelven al poco tiempo a presentarse insatisfechas, y por lo tanto estarían siempre demandando los bienes y servicios que las satisfacen por un tiempo, tenemos una responsabilidad grande con el medio ambiente que es el que nos sustenta y debemos devolverle parte de los beneficios obtenidos. 3. VIDEO CORRELACIONADO https://www.youtube.com/watch?v=y0oWcbAiPVU Resumen ( máximo 700 palabras) El hombre, hasta el momento ha permanecido en la cima de la pirámide depredadora y no existe en la actualidad ninguna criatura que le dispute el puesto. El mayor asesino de la tierra es el hombre y hasta mata por deporte. El depredador mata para sobrevivir El hombre es auto destructor y es consciente del asesinato que está cometiendo. El hombre se ha convertido en el voraz destructor de la fuente natural de su propia vida, en su afán por suplir sus necesidades por superarse y que en cierta forma se siente un poco Dios; transformador, dueño del universo, se olvida que todas las cosas en la naturaleza no están hechas por azar, que cada especie ocupa su lugar en la rueda de la vida, que cada una tiene un destino. El hombre es aquel ser racional que destruye su propia naturaleza. Destruye su hábitat con verdadera saña, como si odiara la bellísima morada en que vive, y a las criaturas que le acompañan y viven con él. Acaba con las plantas que son su abrigo, su alimento y medicina, sin el menor agradecimiento, al transformar y destruir su entorno a su paso aniquila la vida de muchos seres vivos sin la más mínima consideración, tanto es el afán destructor del hombre, que está acabando con su pasado, presente quedando una vida futura incierta, un futuro desolador. El agua, sustento de la vida, va desapareciendo, se ensucian los ríos, mares y quebradas. En contraste caen diluvios en amplias zonas de la Tierra, el cuadro de inundaciones, ahogados y desaparecidos es enorme. Los océanos reciben diariamente grandes cantidades de desechos líquidos y sólidos, basuras y excretas, procedente de grandes y pequeñas ciudades. Las selvas, océanos selváticos, fuentes de oxígeno y energía, depuradores atmosféricos, están atacadas, intensamente quemadas, talados sus árboles naturales, intervenidas las cadenas biológicas, aisladas las especies, dañadas sus poblaciones indígenas, alteradas sus condiciones naturales. Las reemplazan con hatos ganaderos o cultivos transgénicos que modifican genéticamente las plantas y alteran el ecosistema, la caza y pesca industriales exceden la capacidad de reproducción de las especies. El impacto del hombre sobre la Tierra equivale a una colisión con un gran meteorito. Dadas estas condiciones, debemos declarar al planeta Tierra en estado de emergencia. El hombre busca utilizar los recursos que le brinda la naturaleza en su beneficio, y no está mal que se intervenga en cierta medida en el ciclo natural, pero es necesario siempre respetar el equilibrio interno elemental de la vida con el medio ambiente. La Huella que deja cada ser humano en el planeta Tierra, en el transcurso de sus vidas es aterradora, es un panorama cargado de desechos a su paso, la falta de conciencia, de formación en valores, simplemente el respeto por cualquier ser vivo, la indiferencia es absurda, nada nos conmueve y lamentablemente el planeta Tierra depende de los seres humanos para sanar. Cada uno de nosotros tenemos que dar la respuesta teniendo en cuenta que, en la mayoría de los casos, realizar un consumo responsable sólo implica realizar un cambio en nuestros hábitos de consumo que no conllevan comportamientos muy diferentes a los que ya tenemos, no producen inconvenientes considerables y no requieren esfuerzos específicos adicionales. La ciudadanía puede convertir su capacidad de compra en un importante instrumento de presión; como dice una organización pionera en estos temas, puede “votar por sus valores a través de su acto de compra”. El consumidor y consumidora tienen a su alcance la posibilidad de premiar a los mejores y rechazar a los peores, exigiendo el cumplimiento de determinadas garantías sociales, laborales y medio ambientales, no obstante si bien es claro que la humanidad vive en un mundo solo también lo es el que este mundo está cada vez más dividido en dos. Y mientras en los países ricos crece una industria prospera de productos anticontaminantes, al calor de las protestas ecologistas, en los países pobres que reclaman el derecho al desarrollo en un contexto de desigualdad interregional o interestatal, se conservan modelos técnicos y económicos perjudiciales para el medio ambiente. Por lo tanto, es evidente que para reducir la amenaza de la contaminación ambiental, es necesario buscar alternativas técnicas innovadoras, tecnologías limpias, nuevas formas de ayudar a remediar en parte nuestro planeta enfermo.