EL OTOÑO DE LOS DUENDES

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EL OTOÑO DE LOS DUENDES
Había una vez un pueblecito llamado Duendilandia. Allí sólo vivían duendes y
los otoños eran muy divertidos, porque hacían unas casas muy especiales.
Para ello, se dividían en tres grupos y recogían todas las hojas del suelo.
Cuando ya no quedaban más hojas, comenzaban a construir las casas.
Pero un otoño pasó algo excepcional, un duendecillo llamado Cascabel se
encontró una hoja diferente a las demás, porque era plateada, ondulada y
arrugada. Él sintió que era mágica. De repente, Cascabel notó que alguien le
hablaba:
- Estoy triste, tengo mucho frío y necesito un lugar donde vivir- le dijo la hoja
susurrando.
Cascabel muy asustado le preguntó:
-¿Me hablas a mi?
- Si, a ti- le contestó la hoja.
-Pero, ¿qué te pasa?-le preguntó Cascabel.
-El árbol donde vivía murió y me siento sola.
Cascabel sin pensarlo, la metió en el bolsillo de su chaqueta roja y se dirigió
hacia la casa que estaba construyendo con sus amigos los duendes.
Cascabel muy contento les enseñó la hoja a los duendecillos, pero éstos al
verla comenzaron a gritar sin esperar las explicaciones.
-¡Esa hoja, no entra en esta casa! ¡Está muy arrugada! ¡No nos sirve!- gritaron
fuertemente.
Cascabel no podía creer lo que estaba pasando, así que tranquilizó a sus
amigos contándole lo que había pasado.
Todos se quedaron boquiabiertos, y le pidieron perdón a la hoja. Finalmente
aceptaron que la hoja se quedase con ellos y pasaron el otoño más maravilloso
y mágico de su vida.
Zapatito roto, cuénteme usted otro.
TEXTO ORIGINAL: DANIEL MEJÍAS CARNERO
CORREGIDO Y ADAPTADO EN GRAN GRUPO ALUMN@S DE 5º EDUCACIÓN PRIMARIA
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