http://www.scba.gov.ar/falloscompl/scba/1992/c50623.doc

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A C U E R D O
En la ciudad de La Plata, a
-17-
de
noviembre de mil novecientos noventa y dos, habiéndose
establecido,
de
conformidad
con
lo
dispuesto
en
el
Acuerdo 2078, que deberá observarse el siguiente orden de
votación: doctores Laborde, Mercader, San Martín, Pisano,
Salas, se reúnen los señores jueces de la Suprema Corte
de Justicia en acuerdo ordinario para pronunciar sentencia definitiva en la causa Ac. 50.623, "Bustos, Alberto
Enrique y otra contra Santiago, Juan Martín y otras. Daños y perjuicios".
A N T E C E D E N T E S
El Juzgado de Primera Instancia en lo Civil y
Comercial nº 8 del Departamento Judicial de Mar del Plata
hizo lugar a la demanda por daños y perjuicios; con costas.
La Cámara de Apelación Departamental -Sala Iconfirmó dicho pronunciamiento.
Los codemandados Héctor E. Santiago y María E.
A. Alfuliere y la citada en garantía dedujeron recurso
extraordinario de inaplicabilidad de ley.
Dictada la providencia de autos y hallándose la
causa en estado de pronunciar sentencia, la Suprema Corte
decidió plantear y votar la siguiente
C U E S T I O N
¿Es fundado el recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley?
V O T A C I O N
A la cuestión planteada, el señor Juez doctor
Laborde dijo:
I. La Cámara confirmó la sentencia de primera
instancia que había hecho lugar a la demanda como así los
montos fijados en la misma en concepto de indemnización
por daños y perjuicios que habían sido apelados.
Consideró que la queja del apelante con relación a la cuantía de ciertos rubros indemnizatorios debía
desestimarse porque no presentaba argumentos suficientes
y sólo constituía una mera discrepancia de criterio respecto al del sentenciante, invocando los arts. 260 y 261
del Código Procesal Civil y Comercial.
También fue desestimada la pretensión del recurrente de reducir la indemnización por tratarse de un
caso de transporte benévolo, estableciendo que la existencia de un transporte de estas características no implicaba sin más que la indemnización fuera disminuida.
Luego de realizar consideraciones sobre dicha figura y de
citar fallos judiciales concluyó que:
1) Acreditada la culpabilidad del demandado, en
la producción del accidente -ya que fue sancionado por la
justicia represiva- se halla cumplimentada la exigencia
del art. 1109 del Código Civil y también la gravedad de
la maniobra realizada por el conductor del vehículo.
2) La víctima no cometió imprudencia o negligencia alguna al subir a un automóvil que guiaba una persona autorizada para manejar lo que descartaría una eventual culpa concurrente.
3) Por las circunstancias del caso, sobre todo
las secuelas producidas con motivo del accidente en la
víctima y la condena que existe contra los responsables
indirectos y la citada en garantía no puede hacerse valer
la equidad como factor moderador de la indemnización fijada.
II. Contra dicho pronunciamiento el apoderado
de los demandados Héctor E. Santiago y María E. A. Alfuriere y de la citada en garantía interpone recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley en el que, reiterando
citas doctrinarias arguye lo siguiente:
a) se aplican erróneamente los arts. 260 y 261
del Código Procesal Civil y Comercial porque los agravios
contra la sentencia de primera instancia fueron adecuadamente fundados y la alzada evitó entrar en la cuestión
porque todos los antecedentes indicaban que debía reducirse el monto indemnizatorio. Reitera los fundamentos de
la apelación y alega que no hay otros agravios para fundarla porque el sentenciante no explica cómo llegó a las
sumas que fijó en concepto de reparación;
b) no niega la culpa del demandado en la producción del evento pero reitera su pretensión de atenuar
el monto indemnizatorio por tratarse de un transporte benévolo. Se infringe el art. 1109 del Código Civil no en
el sentido de eximir de culpa al conductor sino en cuanto
no acepta la doctrina en torno a esta norma cuando se
trata de un daño en ocasión de un transporte gratuito
para disminuir la reparación;
c) se aplica erróneamente el art. 1113 del Código Civil cuando se afirma que no corresponde aplicar la
doctrina del transporte benévolo al dueño o guardián de
la cosa y a su aseguradora ya que se sustenta sin fundamento alguno una distinta medida de reparación para el
conductor en relación a éstos;
d) se aplican erróneamente los arts. 907 y 1069
del Código Civil al no hacer lugar a su pedido de disminución de la indemnización, sustentado en la equidad.
III. El recurso no puede prosperar.
Con
relación
al
cuestionamiento
inicial
cabe
señalar que constituye una cuestión de hecho la calificación que los tribunales de apelación, en ejercicio de facultades propias, hacen de la suficiencia técnica de los
escritos de expresión de agravios en los términos de los
arts. 260 y 261 del Código Procesal Civil y Comercial.
Por ello el punto no es revisable en casación salvo que
se denuncie y acredite la concurrencia de absurdo, supuesto que en el caso de autos ni siquiera se denuncia,
por lo que la protesta es inatendible (conf. causas Ac.
35.194, del 4-XI-86; Ac. 39.312, del 18-V-88; Ac. 49.710,
del 5-V-92).
Los agravios individualizados en los puntos b)
y d) giran en torno a la misma cuestión: el tratamiento
que la Cámara ha dado a los argumentos esgrimidos por el
recurrente para fundar la atenuación de la responsabilidad de los demandados por tratarse de un transporte de
cortesía sin negar la culpabilidad del conductor del vehículo ni los daños sufridos por la víctima.
Tampoco ha de prosperar la queja en este aspecto. El recurrente se limita a exponer su criterio personal distinto al del sentenciante en orden a la indemnización de los daños producidos en ocasión de un transporte benévolo, reproduciendo los motivos que expusiera
al expresar agravios los que fueron descartados por el a
quo. Se trae así una opinión distinta a la del fallo soslayando impugnar los fundamentos que sustenta el razonamiento que exhibe la sentencia (vgr. la gravedad de la
maniobra realizada por el conductor, las circunstancias
meritadas para descartar la culpa concurrente de la víctima y la imposibilidad de acudir a la equidad como fac-
tor moderador), todo lo cual no constituye una réplica
frontal y contundente demostrativa de las violaciones legales denunciadas (conf. causas Ac. 33.298, del 21-XII84; Ac. 36.074, del 20-X-87; Ac. 46.115, del 5-XI-91; Ac.
45.968, del 10-III-92).
Finalmente, y con relación al agravio reseñado
bajo la letra c), relativo a la diferencia entre la responsabilidad del conductor, la del propietario y la citada en garantía en el tipo de transporte de que se
trata, diré que la protesta es inmotivada toda vez que el
juzgador efectuó la referida argumentación como glosa al
fallo que comenta y que, a pesar de no tener contenido
decisorio, no crea una distinta medida de reparación entre los responsables como sostiene el recurrente (art.
279, C.P.C. y su doct.).
Voto por la negativa.
Los señores jueces doctores Mercader, San Martín, Pisano y Salas, por los fundamentos expuestos por el
señor Juez doctor Laborde, votaron también por la negativa.
Con lo que terminó el acuerdo, dictándose la
siguiente
S E N T E N C I A
Por lo expuesto en el acuerdo que antecede, se
rechaza el recurso extraordinario interpuesto; con costas
(art. 289, C.P.C.C.).
El depósito previo efectuado a fs. 381 queda
perdido para el recurrente (art. 294, C.P.C.C.), debiendo
la Cámara dar cumplimiento a lo dispuesto por el art. 2º
de la Resolución 760/68, modificado por la Resolución
868/77 y de conformidad con la Resolución 119/86.
Notifíquese y devuélvase.
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