Entrevista con Florinda Donner , Taisha Abelar y Carol Tiggs, Revista Más Allá, 1997.doc

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Entrevista con Florinda Donner-Grau, Taisha Abelar y Carol Tiggs
Por Concha Labarta
Publicada en el 1º de abril de 1997, en la revista española Más Allá
Todas las respuestas fueron dadas por Carol Tiggs, Taisha Abelar y Florinda Donner-Grau.
Pregunta: Junto con Carlos Castaneda, ustedes fueron aprendizas del grupo de don Juan Matus.
Sin embargo, nadie ha sabido de su existencia durante tres décadas. ¿Porqué este largo silencio
y cuál ha sido el motivo que les ha impulsado a romperlo?
Respuesta: Antes que nada, quisiéramos poner en claro que cada una de nosotras tres conocimos
a la persona quien Carlos Castaneda llama el nagual Juan Matus con tres nombres diferentes:
Melchor Yaoquizque, John Michel Abelar y Mariano Aureliano. Para evitar confusiones, lo
llamamos siempre "el viejo nagual", viejo no en el sentido de vejez, sino en el de la antigüedad;
y, sobre todo para diferenciarlo del nuevo nagual: Carlos Castaneda.
Discutir nuestro aprendizaje con el viejo nagual no fue en ningún momento parte de la tarea que
él concibió para nosotras, por lo que permanecimos en el anonimato total. Pero el retorno de una
de nosotras: Carol Tiggs, en 1985, marcó un cambio completo en nuestras metas y aspiraciones.
Carol Tiggs estaba a cargo de guiarnos a través de algo que, para el hombre moderno, podría
traducirse como espacio y tiempo, pero que para los brujos del México antiguo significaba
"conciencia de ser". Ellos concebían un viaje a través de lo que llamaban "el oscuro mar de la
conciencia".
Tradicionalmente, el papel de Carol Tiggs era el de guiarnos en esta travesía. Pero con su
regreso, ella transformó automáticamente la meta insular de un viaje privado en algo de mayor
alcance. Ese fue el motivo de que decidiéramos acabar con nuestro anonimato y enseñar los
pases mágicos de los chamanes del México antiguo.
Pregunta: ¿Fue su instrucción similar a la de Carlos Castaneda o, en caso contrario, en qué
consistieron las diferencias? ¿Cómo describirían a don Juan y a sus compañeros/as brujos?
La instrucción que dieron a cada una de nosotras no fue en absoluto similar a la de Carlos
Castaneda, por el simple hecho de que somos mujeres y tenemos órganos de tremenda
importancia que no existen en el cuerpo de un hombre: los ovarios y el útero. Para nosotras la
instrucción del viejo nagual consistió en pura acción. En cuanto a describir a los compañeros del
viejo nagual, todo lo que podemos decir de ellos, en este momento de nuestras vidas, es que
eran seres excepcionales, y sería un acto banal por nuestra parte darles un cariz de personas de
este mundo. Lo mínimo que podemos afirmar de ellos, y eran 16 incluyendo al viejo nagual, es
que mostraban un estado de vitalidad y juventud exquisitos. Todos eran viejos y, al mismo
tiempo, no lo eran. Cuando, guiados por la curiosidad y el asombro, preguntábamos al viejo
nagual cuál era la razón de este desmedido vigor, él nos respondía que era el contacto con el
infinito lo que los rejuvenecía a cada paso.
Pregunta: En sus libros hemos leído que existen diferencias notables entre hombres y mujeres
en el modo cómo unos y otras acceden al conocimiento. ¿Podrían ampliarnos este punto? ¿En
qué se diferencian ustedes, como brujas, de su compañero masculino Carlos Castaneda?
La diferencia entre los brujos y las brujas en el linaje del viejo nagual es la cosa más simple del
mundo. Nosotras, las mujeres, como todas las mujeres del mundo, tenemos órganos diferentes.
El útero y los ovarios, según los brujos, dan a las mujeres una facilidad para entrar en áreas
exóticas de la conciencia de ser. La idea de los brujos es que hay una fuerza colosal en el
universo, una fuerza que existe de una manera constante, perenne, que fluctúa pero que no
cambia. A tal fuerza la llaman "la conciencia de ser" o "el mar oscuro de la conciencia". Los
brujos sostienen que todos los seres vivos están unidos a esta fuerza, y el punto de unión lo
denominan "el punto de encaje". Los brujos afirman que las mujeres, debido a la presencia de la
matriz dentro del cuerpo, tienen la facilidad de desplazar este punto de unión y ponerlo en un
sitio diferente.
Quisiéramos hacer hincapié en que la idea de los brujos es que el punto de encaje de toda la
humanidad está localizado en el mismo sitio: detrás de los omóplatos y a un metro de distancia
de ellos. Este punto es percibido por los brujos cuando los seres humanos son vistos como
energía, esto es, como un conglomerado de campos energéticos que adoptan la forma de una
esfera luminosa. Los brujos dicen que los hombres, por tener sus órganos sexuales fuera de la
cavidad corporal, no poseen esa facilidad, y, por lo tanto, sería absurdo tratar de borrar u opacar
tal diferencia energética.
En cuanto al comportamiento de brujos y brujas en el orden social, pasa casi lo mismo. Las
diferencias energéticas hacen que los practicantes, hombres y mujeres, se comporten de manera
diferente. En el caso de los brujos, estas diferencias son complementarias. Lo que las brujas
hacen con gran facilidad sirve de base para la acción de los brujos, que es más sostenida y de un
propósito más tenaz.
Pregunta: Hemos leído en sus libros que cada una de ustedes representa una categoría diferente
dentro del chamanismo. Por ejemplo, Florinda Donner-Grau es definida como "ensoñadora", y
Taisha Abelar como "acechadora". Son términos que resultan exóticos y atractivos, pero que
cada cual interpreta a su modo. ¿Cuál es el significado real de esa clasificación?¿ Cuando se
trata de la acción cuales son las implicaciones para Florinda Donner-Grau ser una ensoñadora y
para Taisha Abelar ser una acechadora?
Respuesta: Nuevamente la diferencia es muy simple y está dictada por la energía de cada una de
nosotras. Florinda Donner-Grau es ensoñadora porque tiene una facilidad extraordinaria para
desplazar el punto de encaje, La idea de los brujos es que, al desplazar el punto, mediante el
cual cada uno de nosotros, los seres humanos, estamos unidos a la conciencia universal, se
cambia también el conjunto de campos energéticos que encajan en lo que los brujos llaman el
punto de encaje. Si este punto se desplaza a otro lugar dentro de los límites del conglomerado
energético que somos, otro conjunto de campos de energía entra en juego, un conjunto similar al
habitual, pero lo suficientemente diferente como para garantizar la percepción de otro mundo
que no es el de todos los días.
Por su parte el don de Taisha Abelar como acechadora, consiste en su facilidad para lograr que
el punto de encaje permanezca fijo en la nueva posición a donde se desplaza. Sin esta facilidad
de poder fijar el punto de encaje, la percepción de otros mundos es demasiado fugaz, algo muy
parecido al efecto que producen ciertas drogas alucinógenas: una profusión de imágenes sin ton
ni son. Por cierto que los brujos creen que el efecto de este tipo de drogas es el de desplazar el
punto de encaje de una manera muy fugaz.
Pregunta: Es sus libros más recientes, Ser en el ensueño y Donde cruzan los brujos, hablan de
experiencias personales que son difíciles de aceptar. Acceso a otros mundos, viajes a lo
desconocido, hacer contacto con seres inorgánicos, son todas vivencias que desafían la razón y
frente a las cuales se dan dos tipos de reacciones: no creerlas en absoluto o bien considerarlas
personas especiales a las que no alcanza la enfermedad, la muerte o la vejez…¿Cual es el
significado de la realidad cotidiana para una mujer brujo? y como se encaja el tiempo mágico
con el tiempo cronológico?
Respuesta: Perdone la franqueza, pero esa pregunta es demasiado abstracta y "tirada de los
cabellos". Nosotras no somos seres intelectuales y no estamos de ninguna manera capacitadas
para entregarnos a ejercicios en los que el intelecto se desplaza usando palabras que en realidad
no tienen significado alguno.
Ninguna de nosotras, bajo ningún convenio estamos más allá del bien y del mal, la enfermedad
o la vejez. Lo que nos sucedió es que fuimos convencidas por el viejo nagual de que existen dos
categorías de seres humanos. La inmensa mayoría somos seres que los brujos llaman, de una
manera peyorativa, "los inmortales". La otra es la categoría de "los seres que van a morir", El
viejo nagual nos dijo que los seres humanos, cuando nos creemos inmortales, jamás tomamos a
la muerte como punto de referencia y nos permitimos el lujo inconcebible de pasa una vida
entera envueltos en palabras, descripciones, polémicas, acuerdos y desacuerdos. La otra
categoría es la de los brujo, los seres que van a morir, quienes no pueden en ningún momento
permitirse hacer aseveraciones intelectuales. Si somos algo, somos seres sin importancia alguna.
Y si tenemos algo, es estar convencidos de que vamos a morir y que tenemos que encarar el
infinito.
En cuanto a nuestro entrenamiento, éste es la cosa más simple del mundo: consiste en
prepararnos 24 horas al día para el encuentro con el infinito. El viejo nagual logró borrar en
nosotras esa idea nefasta de la inmortalidad y la indiferencia por la vida, y nos convenció de
que, como seres que vamos a morir, podemos ampliar nuestras opciones de vida. Los brujos
sostienen que los seres humanos son mágicos, capaces de acciones y logros estupendos cuando
se deshacen de ideologías que los transforman en personas sin vuelo. Por eso lo que Taisha
Abelar y Florinda Donner han narrado son, en realidad, descripciones fenomenológicas de
logros de la percepción accesibles a todos nosotros, especialmente a las mujeres, logros que son
descartados por nuestra afiliación con el auto-reflejo. Los brujos dicen que, para los seres
humanos, sólo existe el "Yo y Yo, y solamente Yo". Y por definición, el yo personal está
únicamente capacitado para recibir y dispensar insultos, enojos y resentimientos.
Pregunta: Se han referido a Carlos Castaneda como "el nuevo nagual". ¿Qué significa eso para
ustedes; es que acaso ser nagual es una condición imposible para una mujer?
Respuesta: Todo lo que significa es que Carlos Castaneda es nuestro abogado, la persona que
sabe donde se firma un documento relacionado con el infinito, nuestro consejero legal en
cuestiones del Infinito. Por supuesto que una mujer puede hacer lo mismo, pero, como dicen los
brujos, si puedes hacer algo echado en una cama ¿para qué levantarse? Ciertamente el ser un
consejero de tal naturaleza es una verdadera lata. El viejo nagual hacía chistes sobre este asunto
diciendo que ser nagual equivale a ser un sirviente: "Coño Manolo, vete a la cocina y tráeme la
sal. Yo estoy muy cansada para levantarme". Y por supuesto, Manolo tiene que levantarse, ir
hasta la cocina y traer la sal.
Pregunta: Ustedes contaron con la instrucción directa de don Juan Matus y su grupo.
¿Realmente creen asequible para una persona común introducirse y experimentar su mundo,
aunque no tengan un maestro a su lado?
Respuesta: En cierto modo, la insistencia en tener un maestro es una aberración. La idea del
viejo nagual era que él nos estaba ayudando a romper el dominio del yo; él logró, con sus
chistes y su terrible sentido del humor, que nos riéramos de nosotras mismas. En este sentido,
nosotras creemos, a pie juntillas, que se puede efectuar un cambio parecido al nuestro mediante
las prácticas de Tensegridad sin necesidad de un maestro personal y particular. El viejo nagual
nunca fue un maestro o un guru; no estaba interesado en enseñar su conocimiento y le valía un
pepino la idea de ser maestro. El viejo nagual sólo estaba interesado en perpetuar su linaje; si
nos guió a nosotros personalmente, fue para inculcarnos todas las premisas de la brujería que
nos permitieran continuar el linaje, porque él esperaba que algún día nos llegaría el turno de
hacer lo mismo.
Circunstancias ajenas a nuestra voluntad, o a la de él, se confabularon para impedir esta
continuidad. Nosotros, como no podemos ejercitar la función tradicional de continuar una línea
de brujos, queremos esparcir ese conocimiento, y puesto que ningún practicante de Tensegridad
está llamado a perpetuar linaje alguno de brujos, tiene la facilidad de lograr lo que nosotros
logramos pero siguiendo un camino diferente.
Pregunta: La posibilidad de una muerte alternativa es uno de los puntos más impactantes de las
enseñanzas de don Juan Matus. ¿Cuál es su propia interpretación de la desaparición de su grupo,
convertidos en lo que llaman "conciencia de ser"?
Respuesta: Aunque parezca sencilla de contestar, esta es una pregunta muy difícil. Nosotras
somos practicantes de las enseñanzas del viejo nagual, y nos parece que, con su pregunta, está
solicitando algo así como una justificación psicológica a la altura de las explicaciones
científicas de hoy día. Desgraciadamente no podemos darle una explicación ajena a lo que
somos. El viejo nagual y sus compañeros murieron una muerte alternativa, que es posible de
lograr por cualquiera de nosotros si tuviéramos la disciplina necesaria. Todo lo que podemos
decirle es que el viejo nagual y su gente vivían la vida como profesionales, lo que significaba
que eran responsables de todos sus actos, hasta del más minúsculo, porque estaban muy, muy
conscientes de ellos. Bajo tales condiciones, morir de una manera alternativa no es algo
imposible.
Pregunta: ¿Se sienten listas para dar el último brinco? Qué es lo que esperan después en ese
universo, que han calificado como impersonal, frío y predatorio?
Respuesta: Lo que esperamos es una lucha sin fin, y la posibilidad de ser testigos de lo infinito,
ya sea por un segundo o por cinco billones de años.
Pregunta: Algunos lectores han echado en falta, sobre todo en los libros de Carlos Castaneda,
una mayor presencia de lo espiritual, y le reprochan que, por ejemplo, la palabra amor no
aparezca nunca. ¿Realmente es tan frío el mundo personal del guerrero, o es que dan a las
emociones un significado diferente?
Respuesta: No usamos las palabras amor o espiritualidad porque el viejo nagual nos convenció
de que son conceptos vacíos, y al hacerlo se refería no tanto al amor o a la espiritualidad en sí
mismos, sino al uso que hacemos de ambos términos. Para el eran conceptos manqué, sin vigor,
palabras que nadie estaba dispuesto a respaldar. Él afirmaba que cada vez que nos
enfrentábamos a esta contradicción, la resolvíamos diciendo que, como seres humanos, éramos
débiles.
Para sostener esto, la línea argumental del viejo nagual fue la siguiente: no es posible hacer algo
verídico del amor o la espiritualidad si nos consideramos en verdad seres inmortales que pueden
darse el lujo de vivir en medio de contradicciones nefastas y egoísmos ilimitados, y si todo lo
que cuenta para nosotros es la gratificación inmediata. Nos dijo que, como regla general, a los
seres humanos no les enseñaron a amar; sólo les enseñaron a sentir emociones gratificantes que
se refieren exclusivamente al yo personal. El infinito es sublime y sin piedad, nos dijo, y ahí no
caben conceptos falaces, no importa cuán placenteros nos parezcan.
Pregunta: La clave para ampliar nuestras posibilidades de percepción radica en la cantidad de
energía de que disponemos, y, por lo visto, la condición energética del hombre moderno es
bastante limitada. ¿Cuáles serían los recursos para acumular energía, y qué hay de la castidad
como medio de ahorro energético, uno de los puntos más polémicos de sus libros?
Respuesta: El viejo nagual nos dijo que la castidad es recomendable para la mayoría de
nosotros, no por razones morales, sino porque no tenemos la energía necesaria. El nos hizo ver
que la mayoría de nosotros hemos sido concebidos en el hastío matrimonial. Como brujo
pragmático, el viejo nagual sostenía que las condiciones en que se lleva a cabo la concepción
son algo de importancia final. Si la madre no logra el orgasmo en el momento de la concepción,
el resultado es algo que él llamaba "una cogida (acto sexual) aburrida". Bajo tales
circunstancias, no hay energía. Por eso el viejo nagual recomendaba la castidad para quienes
han sido concebidos en esas circunstancias.
Otra cosa que don Juan Matus recomendaba como medio de ahorrar energía era la disolución de
patrones de conducta que llevan al caos, como la preocupación incesante por el cortejo
romántico, la presentación y defensa del Yo en la vida cotidiana y, sobre todo, la tremenda
insistencia en los quehaceres del Yo. Si estos puntos son superados, cualquiera de nosotros
puede tener la energía necesaria para hacer un uso más inteligente del tiempo, del espacio y del
orden social.
Pregunta: Su última aportación son los pases mágicos o Tensegridad, los cuales ustedes los
consideran de gran importancia, y para enseñarlos se celebran seminarios de Tensegridad. ¿Qué
puede aportar la Tensegridad a sus practicantes? Puede ésta ser equiparada con cualquier otra
disciplina física, o tiene la Tensegridad sus características propias?
Respuesta: Lo que la Tensegridad puede aportar es energía. La diferencia entre la Tensegridad
y cualquier otro sistema de ejercicios corporales radica en que el intento de la Tensegridad es
algo dictado por los chamanes del México antiguo. Este intento es la liberación del ser que va a
morir.
Pregunta: ¿Cuáles son los motivos para diseminar sus enseñanzas en seminarios públicos de
gran escala? Consideran que este acercamiento, el cual implica el uso de medios comerciales y
de grandes conglomerados de personas, sirven para alguien que está buscando alcanzar el
cambio individual?
Respuesta: Nuestra gran sorpresa ha sido descubrir todo lo que aporta y supone la masa
humana, El viejo nagual jamás nos habló de tal cosa, porque nunca tuvo la oportunidad de
presenciarla. La masa humana es la que da el propósito común de la Tensegridad y empuja a los
participantes, individualmente, a logros que consideraríamos imposibles en el tiempo que duran
los seminarios.
Pregunta: Han afirmado ser los últimos de un linaje y están haciendo cosas nuevas que nunca
fueron ensayadas antes por los chamanes que les antecedieron. ¿Hasta que punto se han
apartado de su tradición chamánica tal como les fue dictada por don Juan Matus?
Respuesta: No nos hemos apartado de las enseñanzas del viejo nagual en lo más mínimo. Él
nos dio la tarea de cerrar su linaje con broche de oro, y eso es lo que estamos tratando de hacer.
Para nosotros, los seminarios son la única manera de acercarnos a ustedes y mantener su
atención. Carlos Castaneda enseñó Tensegridad por diez años a aquéllos que se acercaban a él.
Dio conferencias y clases a aquéllos que lo solicitaron, y la única cosa que logró fue proveer de
vocabulario a individuos que han hecho carrera, explotando la información contenida en los
libros de Carlos Castaneda.
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