La ética practicada y la ética percibida. Un análisis de los valores éticos en la cadena agroalimentaria argentina.

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V Simposio Internacional de Análisis
Organizacional
Ponencia
La ética practicada y la ética percibida.
Un análisis de los valores éticos en la cadena agroalimentar argentina.
Eje temático
Ética: responsabilidad social, anomia, corrupción.
Autor
Raquel F. Sastre
[email protected]
Universidad de Buenos Aires
Facultad de Ciencias Económicas
Septiembre de 2007
La ética practicada y la ética percibida
ÍNDICE
Introducción: ética y agronegocios ........................................................................ 03
La metodología utilizada para el estudio del sector agrícola ……………………... 03
Los resultados de las entrevistas ......................................................................... 05
Conclusiones …………………………………………………………………………. 12
Bibliografía .............................................................................................................14
Raquel Sastre
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La ética practicada y la ética percibida
Introducción
La preocupación por las cuestiones éticas remonta a los orígenes de la civilización
occidental en Grecia. La palabra ética proviene del término griego ethos que significa
carácter o modo de ser que orienta la conducta de los individuos.
Desde esos lejanos tiempos, y hasta el siglo pasado, parecía ser la filosofía la
disciplina encargada de profundizar en el concepto y su significado, como si hubiese un
divorcio entre la ética y los negocios.
La globalización, la transnacionalización de las actividades empresarias y la
diversidad cultural que enfrentan las organizaciones del siglo XXI, entre otros factores,
destacaron la necesidad de reflexionar al respecto de la problemática de la ética en los
negocios.
Numerosos estudios e investigaciones fueron publicados en los últimos años,
originados principalmente en los países del Hemisferio Norte, inclusive en muchas
escuelas de negocios se insertó la materia ética en los programas de estudios de esos
países.
En este contexto surge la pregunta: ¿Cuál es la preocupación con los aspectos
éticos que existe en la realidad de los negocios agropecuarios en la Argentina?. ¿Es
posible concebir una ética en los negocios sin una ética cívica?
En este trabajo se presentan los resultados de las entrevistas con empresarios del
sector agrícola, en las que se indagó sobre el grado de reconocimiento de la naturaleza
ética de una situación, la previsión de un tratamiento para la situación reflejada en
códigos formalizados (por ejemplo códigos de ética) y la efectiva realización de la sanción
o actitud que se prevea como respuesta a un acto que se desajusta con referencia a las
conductas previstas.
Las respuestas obtenidas evidencian que, si bien el sector se auto percibe con
altos valores éticos, preocupación con la comunidad en la que actúan y con el medio
ambiente, confrontados con la realidad de una sociedad con instituciones débiles y
valores mínimos, existe una tendencia a la degradación de esos valores y a la práctica de
una ética de mínimos.
La metodología utilizada para el estudio del sector agrícola
A los efectos de delimitar el estudio se seleccionó, dentro de los agronegocios, a la
cadena agrícola integrada por los participantes que se describen el en Cuadro-I.
Raquel Sastre
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La ética practicada y la ética percibida
Cuadro-I
Proveedores
de Insumos
Cliente Interno
(Industrializador/Consumidor)
Acopiador
Productor
Primario
Cliente Externo
(Exportador)
Otras organizaciones referentes del sector


Logística
Agentes Comercializadores
En los casos del Acopiador, Cliente Interno, Cliente Externo y Agente Comercializador se
seleccionaron empresas que se encuentran entre las cinco mayores del sector.
En todos los casos los entrevistados pertenecen al primer escalón ejecutivo de la
organización. Con excepción de uno, todos los entrevistados o eran los fundadores de la
empresa o habían accedido a ella por mantener vínculos familiares con los mismos.
El 57% de los empresas seleccionadas actúan en más de un eslabón de la
cadena y, a los efectos de la entrevista, se les pedía que respondieran bajo la perspectiva
de un sólo sector.
A cada participante se lo interrogó sobre sus propios valores éticos y sobre la
percepción que tiene a cerca de los valores de los otros integrantes del sistema.
El cuestionario utilizado en las entrevistas estaba integrado por dos partes. En la
primera parte se le presentaban al entrevistado ocho situaciones, cuatro que envolvían
comportamientos entre los integrantes de la organización y cuatro relacionados con
situaciones posibles de relaciones entre las organizaciones del sector.
Después del relato se le pedía que calificara la conducta como ética o no ética. Si
tenía dudas se le ofrecía una tercera posibilidad que consistía en responder “depende”.
Seguidamente en todas aquellas situaciones en las que el entrevistado calificaba
la conducta como “no ética” o “depende” se le cuestionaba si en su organización existían,
o no, medidas a aplicar cuando se identificaban estos comportamientos y, en el caso de
existir, si estaban escritas.
En todos los casos en los que el entrevistado respondía que sí existían medidas
previstas, estuvieran o no explicitadas por escrito, se le solicitaba que evaluara la
frecuencia de la aplicación de las mismas ofreciéndole las siguientes alternativas: 1)
nunca, 2) raras veces, 3) frecuentemente y 4) siempre.
Raquel Sastre
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La ética practicada y la ética percibida
El objetivo de la primera parte del cuestionario consistía en evaluar el grado de
identificación de conductas éticas o no éticas, así como la previsión de normas que la
sancionen y su efectiva aplicación.
En la segunda parte se presentaban situaciones frecuentes en la actividad
empresaria, algunas con matices claramente éticos tales como cumplimiento de acuerdos
no escritos y especificaciones de producto, y otras de índole legal como, por ejemplo, la
formalidad en la contratación de la mano de obra.
Ante las situaciones descriptas se le solicitaba al entrevistado que expresara su
percepción de ocurrencia en el promedio de las organizaciones que integran cada uno de
los otros eslabones de la cadena agroalimentar. De este modo se pretendía identificar el
grado de compromiso con los principios morales que se percibe en el sector.
Los resultados de las entrevistas
Tomando como marco la ética deontológica que se fundamenta en los principios de los
actos, en su universalidad y justificación y no en sus consecuencias (Bowie, 2001:5) se
elaboró una pregunta en la que se relataba un acto claramente anti-ético con fines
“buenos”, justificados por la necesidad. En el 100% de los casos la conducta fue
identificada como no ética en concordancia con las lecciones de ética de Kant:
Pues si se pudieran justificar el robo, el asesinato y la mentira por mor de
la necesidad, el caso de necesidad vendría a sustituir a toda la moralidad,
y quedaría a juicio de cada cual estipular qué haya de considerarse como
un caso de necesidad y, al no existir un criterio preciso para determinar
esto, se tornan inseguras las reglas morales.
(Kant, 2003:175)
En las cuestiones que hacían referencia a la utilización, por parte del personal de
la empresa, de máquinas y herramientas para uso propio o al ausentismo para tratar de
negocios particulares el 50% de los entrevistados, cuando se les pidió que calificaran la
conducta, respondieron “depende”. La relatividad ética la atribuían básicamente a lo que
se hubiera pactado con los empleados y a la autorización que podrían poseer para el uso
de los recursos de la empresa.
La mayoría de los entrevistados se auto declaraba comprensivo con las
necesidades de su personal y, al mismo tiempo, reconocía que invertía mucho tiempo en
comunicarles las normas vigentes y esperaban que sus empleados las cumplieran y, si
precisaban alguna excepción, que solicitaran autorización para hacerlo. Esta expectativa
coloca a la ética como una filosofía de las intenciones que vincula las acciones con el
motivo y el conocimiento a cerca del mismo.
Manifestar las intenciones constituye la base principal de cualquier tipo
de asociación humana y por eso es tan importante que cada cual sea
sincero al comunicar sus pensamientos, ya que sin este supuesto el trato
social pierde todo su valor. Sólo se puede juzgar lo que el otro piensa a
partir de sus declaraciones, las cuales han de ser fiel expresión de sus
pensamientos, pues sin ese presupuesto no cabe instaurar sociedad
humana alguna.
(Kant, 2003:269)
Raquel Sastre
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La ética practicada y la ética percibida
En dos situaciones que envolvían relaciones entre las empresas del sector, las
respuestas fueron unánimes e identificaron a las conductas como no éticas: 1) el cerrar
un acuerdo verbalmente y no cumplirlo (un entrevistado llegó a calificarla como
“espantosa”, otro como “terrible” y en otro caso se consideró que “honrar la palabra” debe
ser un valor máximo en la cultura de una organización) y 2) entregar productos, o
efectuar servicios, fuera de las especificaciones “para ver si pasa”, práctica considerada
habitual en el sector y duramente criticada. Esta visión del individuo con comportamientos
oportunistas coincide con la perspectiva de los teóricos de la corriente de pensamiento
denominada Nueva Economía Institucional (Williamson, 1991), que concentra su atención
en los costos de transacción que estos comportamientos provocan.
Cuando se solicitó a los entrevistados que indicaran si existían normas previstas
para sancionar las conductas identificadas como no éticas, en el 13,6% de los casos las
normas estaban previstas por escrito, en el 16,0% no había sanciones y en el 70,4% las
normas existían pero no estaban escritas. La mayoría de los entrevistados aseguró que
todos los integrantes de la organización conocían perfectamente las normas y los valores
éticos de la dirección, que son transmitidos verbalmente.
Bird y Waters elaboraron una matriz que cruza las acciones practicadas por los
directivos con los términos morales utilizados en el discurso, generando cuatro tipos de
estados de conducta moral: 1) Conducta Moral Congruente, cuando los términos del
discurso coinciden con las acciones que siguen las expectativas normativas; 2) Silencio
Moral, cuando las acciones siguen las expectativas normativas pero no se utilizan
términos morales en el discurso; 3) Hipocresía y/o Debilidad Moral cuando se utilizan
términos morales en el discurso pelo las acciones no siguen las expectativas normativas
y 4) Conducta Inmoral y/o Congruente Inmoral, cuando las acciones no siguen las
expectativas normativas ni se utilizan términos morales en el discurso, (Bird y Waters,
1979). De acuerdo con la respuesta de los entrevistados el sector se ubicaría en la
situación 1 o 3 de la matriz, visto que se destacó el hecho de transmitir los valores
verbalmente en el sentido de proveer de lineamientos a ser compartidos para la acción.
Si bien en el 84% de los casos estaban previstas sanciones para las conductas
identificadas como no éticas, solamente en el 18,5% los entrevistados respondieron que
las sanciones previstas se aplicaron siempre o frecuentemente. En el restante 81,5%
respondieron que los casos presentados nunca, o raras veces, ocurrieron y se aplicaron
sanciones.
En el Cuadro-II se presenta la síntesis de la segunda parte del cuestionario sobre
la percepción que cada uno de los representantes de los eslabones que componen la
cadena de los agronegocios tiene con respecto a la conducta de los demás frente a cinco
situaciones que envuelven comportamientos éticos y legales: 1) cumplir acuerdos no
escritos, 2) cumplir con los compromisos de pago, 3) cumplir con las especificaciones de
Raquel Sastre
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La ética practicada y la ética percibida
los productos y servicios, 4) cumplir con las leyes laborales y 5) cumplir con las prácticas
formales del negocio.
Cuadro-II
Cumplir con las especificaciones
de los productos y servicios
Cum plir con las leyes
laborales
Nunca
Raras veces
Frecuentemente
Siempre
No sabe
Nunca
Raras veces
Frecuentemente
Siempre
No sabe
Cumplir con las practicas formales
del negocio
Nunca
Raras veces
Frecuentemente
Siempre
No sabe
Raquel Sastre
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La ética practicada y la ética percibida
Como puede observarse en los gráficos presentados la situación “cumplir con las
prácticas formales del negocio” es la que computó más respuestas “nunca” y “raras
veces”, lo que indica un bajo cumplimiento de la leyes que regulan la actividad.
John Rawls coloca el principio de la justicia como el máximo valor en una
sociedad. Sostiene que si las leyes o las instituciones son eficientes, pero injustas, deben
ser abolidas; importa el principio, no los fines. Los individuos poseen una inviolabilidad
fundada en el concepto de justicia que ningún bienestar colectivo justifica su
atropellamiento. Destaca, de esta forma, la supremacía del concepto al definirla como la
primera virtud de la actividad humana y se opone al utilitarismo al considerar que los
resultados per se
no son indicadores de medidas justas (Rawls, 2002). Bajo esta
perspectiva cabría preguntarse en qué medida las leyes que alcanzan las actividades del
sector son justas, en el sentido de tender a un bienestar colectivo sin avasallar los
derechos de los integrantes de la cadena agropecuaria, incitando a su incumplimiento.
En el Cuadro-III se expone cómo son percibidos cada uno de los integrantes de la
cadena agrícola por los otros participantes.
Cuadro-III
Proveedores de insumos
100
80
Nunca
60
Raras veces
Frecuentemente
40
Siempre
20
No sabe
0
Sit.1





Raquel Sastre
Sit.2
Sit.3
Sit.4
Sit.5
Sit.1. Cumplir acuerdos no escritos
Sit.2. Cumplir con los compromisos de pago
Sit.3. Cumplir con las especificaciones de los productos y servicios
Sit.4. Cumplir con las leyes laborales
Sit.5. Cumplir con las prácticas formales del negocio
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La ética practicada y la ética percibida
Productor primario
100
80
Nunca
60
Raras veces
Frecuentemente
40
Siempre
20
No sabe
0
Sit.1





Sit.2
Sit.3
Sit.4
Sit.5
Sit.1. Cumplir acuerdos no escritos
Sit.2. Cumplir con los compromisos de pago
Sit.3. Cumplir con las especificaciones de los productos y servicios
Sit.4. Cumplir con las leyes laborales
Sit.5. Cumplir con las prácticas formales del negocio
Acopiador
100
80
Nunca
60
Raras veces
Frecuentem ente
40
Siem pre
20
No sabe
0
Sit.1





Raquel Sastre
Sit.2
Sit.3
Sit.4
Sit.5
Sit.1. Cumplir acuerdos no escritos
Sit.2. Cumplir con los compromisos de pago
Sit.3. Cumplir con las especificaciones de los productos y servicios
Sit.4. Cumplir con las leyes laborales
Sit.5. Cumplir con las prácticas formales del negocio
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La ética practicada y la ética percibida
Industrializador / Consumidor
90
80
70
60
50
40
30
20
10
0
Nunca
Raras veces
Frecuentemente
Siempre
No sabe
Sit.1





Sit.2
Sit.3
Sit.4
Sit.5
Sit.1. Cumplir acuerdos no escritos
Sit.2. Cumplir con los compromisos de pago
Sit.3. Cumplir con las especificaciones de los productos y servicios
Sit.4. Cumplir con las leyes laborales
Sit.5. Cumplir con las prácticas formales del negocio
Exportador
100
80
Nunca
60
Raras veces
Frecuentemente
40
Siempre
20
No sabe
0
Sit.1





Raquel Sastre
Sit.2
Sit.3
Sit.4
Sit.5
Sit.1. Cumplir acuerdos no escritos
Sit.2. Cumplir con los compromisos de pago
Sit.3. Cumplir con las especificaciones de los productos y servicios
Sit.4. Cumplir con las leyes laborales
Sit.5. Cumplir con las prácticas formales del negocio
10
La ética practicada y la ética percibida
Empresas de transporte
90
80
70
60
50
40
30
20
10
0
Nunca
Raras veces
Frecuentemente
Siempre
No sabe
Sit.1





Sit.2
Sit.3
Sit.4
Sit.5
Sit.1. Cumplir acuerdos no escritos
Sit.2. Cumplir con los compromisos de pago
Sit.3. Cumplir con las especificaciones de los productos y servicios
Sit.4. Cumplir con las leyes laborales
Sit.5. Cumplir con las prácticas formales del negocio
Agentes comercializadores
70
60
50
Nunca
40
Raras veces
30
Frecuentemente
20
Siempre
10
No sabe
0
Sit.1





Sit.2
Sit.3
Sit.4
Sit.5
Sit.1. Cumplir acuerdos no escritos
Sit.2. Cumplir con los compromisos de pago
Sit.3. Cumplir con las especificaciones de los productos y servicios
Sit.4. Cumplir con las leyes laborales
Sit.5. Cumplir con las prácticas formales del negocio
Los exportadores, los agentes comercializadores y los proveedores de insumos
son los más
percibidos con conductas éticas siempre o frecuentemente, atribuidas
principalmente a dos factores. En primer lugar al estilo de liderazgo, por tratarse en
general de grandes empresas globales que contratan ejecutivos profesionales para
dirigirlas. Adela Cortina en su consideración del liderazgo empresarial como liderazgo
moral destaca:
Nos estamos preguntando, también, por modos de actuar que incluyen
ese “carácter” y que se realizan en una serie de actitudes que orientan y
conforman las actividades profesionales. Estas actitudes generan unos
modos de trabajar, un estilo de dirigir y una cultura en la que se cultivan
determinados componentes socialmente valiosos.
(Cortina, 2000: 95)
En su mayoría los entrevistados coincidieron que la transmisión de los valores
éticos vía el ejemplo practicado por las acciones del líder, es el modo más eficaz de
consolidar una cultura organizacional sólida, a través de una administración moral.
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La ética practicada y la ética percibida
La administración inmoral es un estilo que no sólo carece de principios o
preceptos éticos, sino que también implica una oposición decidida y
activa a lo que es ético. ...Este punto de vista sostiene que los motivos
de la gerencia son egoístas y que a ésta sólo le importa su propio
beneficio o el de su organización... Los gerentes amorales deliberados
simplemente creen que las consideraciones éticas atañen sólo a nuestra
vida privada, no a los negocios...
La administración moral requiere que los gerentes comprendan y sean
sensibles a todas las personas que se relacionan directamente con la
organización y los intereses de cada uno de estos grupos.
(Frederick, 1999: 172-179)
Otro factor que los entrevistados ponderaron que favorece el cumplimiento de la
legislación en vigor es el control al que están sometidas las empresas por parte de las
instituciones gubernamentales.
De acuerdo con los principios de la ética kantiana estos comportamientos se
encuadrarían en un marco jurídico y no ético.
Toda acción es ciertamente necesaria conforme al discernimiento, con tal
de que haya una motivación para llevar a cabo dicha acción. Cuando esa
motivación es tomada de la coacción, la necesidad de la acción es
jurídica; pero si es tomada de la bondad intrínseca de la acción, entonces
la necesidad es ética.
(Kant, 2003: 113)
Conclusiones
En la década de 1990 se comienzan a levantar, en la literatura sobre negocios, las
cuestiones éticas que surgen del control corporativo y que involucran aspectos políticos y
de justicia social. Se abre el debate sobre el alcance del significado de la responsabilidad
social de las organizaciones y la relevancia e influencia de sus valores en el marco del
contexto en el que actúa.
En la historia argentina el sector agropecuario, en sus orígenes y hasta nuestros
días, tuvo vital importancia en la economía del país; el campo y la figura emblemática del
gaucho forman parte de la identidad nacional y el vocablo “gauchada” es asociado a la
buena disposición y predisposición para ayudar al prójimo.
La cultura del sector agropecuario está marcada por valores que permanecen a lo
largo de su historia y se constituyen en valores morales fuertemente arraigados, no
siempre en consonancia con los que puedan existir en los otros sectores de la sociedad
argentina.
Las propias condiciones de vida en las regiones rurales propician la cooperación
entre los individuos creando redes en las que se mezclan las cuestiones de negocios con
la amistad y otros lazos afectivos. Honrar la palabra cumpliendo con los compromisos
asumidos parece ser, en la opinión de los directivos entrevistados, un principio ético
máximo y la divulgación de los valores por parte de la dirección sigue los fundamentos de
la ética dialógica, que se basa en la búsqueda de consenso a través de un mecanismo
racional como es el diálogo.
Como resultado de este trabajo se evidencia que los mismos directivos que
identificaron, en algunos casos unánimemente, situaciones como no éticas también
Raquel Sastre
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La ética practicada y la ética percibida
reconocieron en su mayoría que nunca o raras veces ocurrieron en sus empresas los
casos hipotéticos planteados. De lo anterior puede deducirse que existe una conducta
moral congruente en el interior de las organizaciones que componen el sector.
Sin embargo en el 62% de los casos se percibe que el sector no cumple con las
prácticas formales del negocio dejando espacio para la corrupción, la “venta en negro” y
otras formas ilegales de competir.
Los comentarios de los entrevistados indican que las crisis institucionales, la
inseguridad jurídica, la corrupción generalizada y la fuerte presión tributaria que recae en
el sector, sin que “se vean los tributos de vuelta”, propician las condiciones para que se
evada o eluda la ley.
Surgen entonces las tensiones y contradicciones: tensiones porque los directivos
se encuentran en una realidad indeseable; contradicciones porque se adaptan a ella aún
cuando se opone a sus propios principios éticos.
Definiendo a la ética cívica como la convicción que los ciudadanos tienen al
respecto de lo que consideran bueno o malo para organizar su convivencia, surgen las
siguientes cuestiones: ¿se puede exigir moralidad a cada uno de los participantes de una
sociedad sin ética cívica, donde no existe un consenso alrededor de un núcleo de valores
compartidos? y, al mismo tiempo, ¿no son
los participantes de la sociedad los
responsables de construir el consenso alrededor de un núcleo de valores éticos?
Para salir de este círculo vicioso, que predica que no se puede ser ético en una
sociedad inmoral y que una sociedad moral no puede ser construida por individuos anti
éticos, es necesario entrar en una circularidad virtuosa que se logra dando a estas
cuestiones la misma respuesta que las organizaciones entrevistadas dieron: exclusión y
sanción (o sanción y exclusión) de aquellos que violan los valores consensuados.
El sector agrícola evidencia, en la muestra seleccionada, una preocupación en
preservar los valores culturales y las tradiciones. La sanción a los transgresores es la
exclusión, si se trata de un empleado lo dimiten, si trata de un cliente o proveedor
interrumpen las relaciones comerciales. Del mismo modo debería ser el comportamiento
en un ámbito más amplio. Admitiendo que en un sistema democrático las leyes no son
“justas” o “injustas”, son simplemente leyes y como tales se deben cumplir o trabajar para
derogarlas, la inversión del círculo vicioso se logra con la exclusión del sistema de
aquellos que no las cumplen.
A modo de conclusión se puede resumir que la ética en los negocios en general y
en los agronegocios en particular implica reflexionar a cerca de los aspectos que están en
conflicto con los valores en un momento dado y no utilizar los valores como variables de
ajuste. La reflexión requiere tiempo y éste parece ser un recurso escaso en la agenda de
la dirección.
Raquel Sastre
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Bibliografía
BIRD, Frederick B. y WATERS, James A. 1979. “The Moral Muteness of Managers” in
Ethical Issues in Business, Donalson Thomas y Werhane, Patricia (comp.). California,
Prentice Hall.
BUENO CAMPOS, Eduardo. 2004. El gobierno de la empresa. En busca de la
transparencia y la confianza. Madrid, Pirámide.
CORTINA, Adela. 2000. Ética de la empresa. Madrid, Trotta.
DRUCKER, Peter. 1993. Administración para el futuro. La década de los noventa y más
allá. Barcelona, Parramón.
FREDERICK, Robert. 1999. La ética en los negocios. México, Oxford.
KANT, Immanuel. 2003. Lecciones de ética. Buenos Aires, Crítica.
LIPOVETSKY, Gilles. 1994. El crepúsculo del deber. Barcelona, Anagrama.
RAWLS, John. 2002. Teoría de la justicia. México, Fondo de Cultura Económica.
SEN, Amartya, 1989. Sobre ética y economía. Madrid, Alianza.
SCHUMPETER, Joseph. 1985. Teoría del desenvolvimiento económico. México, Fondo
de Cultura Económica.
WILLIAMSON, Oliver E. 1991. Mercados y Jerarquías. México, Fondo de Cultura
Económica.
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