ITESM CSN Economía Francesa Desarrollo de Proyecto en el Extranjero Ana Gabriela Aguirrebarrena Palmira Armenta Daniel Valenzuela Hermosillo, Sonora, a 28 de Agosto del 2006 ECONOMIA DE FRANCIA Es la cuarta potencia económica del mundo, después de Estados Unidos, Japón y Alemania. Su economía se sustenta en una amplia base industrial y comercial que abarca desde la agricultura a la industria ligera y pesada, pasando por la tecnología más avanzada y un próspero sector de servicios. Francia también es el principal país agrícola de Europa Occidental con más de la mitad de su territorio dedicado al cultivo. La principal cosecha es la del trigo, aunque también se produce maíz, remolacha y cebada en grandes cantidades que se destinan al consumo interno y a la exportación. El país es autosuficiente en la mayoría de los productos agrícolas y es uno de los mayores productores mundiales de vino. La ganadería también se está expandiendo rápidamente. A pesar de afrontar algunas críticas de que la agricultura francesa es ineficaz, el sector ha aportado buenos beneficios. Las empresas francesas destacan en muchos sectores, particularmente en el acero, automóviles, aviación, ingeniería mecánica y electrónica, textiles, productos químicos y comida procesada. En los sectores industriales avanzados, Francia tiene una industria nuclear suficientemente grande como para abastecer casi tres cuartas partes de las necesidades energéticas del país (la minería de carbón hace tiempo que perdió su protagonismo y hoy ya está en declive terminal). Francia es también un líder mundial en informática y telecomunicaciones. El sector de servicios está dominado por el turismo, que durante mucho tiempo fue una de las principales entradas de divisas, pero durante los años noventa el sector financiero ha crecido rápidamente. Dos temas han dominado las discusiones sobre la política económica en Francia en los últimos años: el alto porcentaje de desempleo (actualmente del 9,2%) y el futuro de gran parte de la economía en manos del estado. El gobierno del ex-primer ministro Alain Juppé inició un programa de privatización vendiendo algunas empresas petrolíferas y financieras, dicho programa fue suspendido en gran parte por su sucesor socialista (que también introdujo un proyecto para crear 350.000 nuevos puestos de trabajo). Francia y Europa son hoy sin duda miembros activos del club de los países más ricos. Estos países tienen un modelo de desarrollo propio, que busca una síntesis particular entre la socialización de la economía y el funcionamiento de mercado, integrado en la economía mundial y adaptado a las reglas actuales del capitalismo mundial. Dicha síntesis ha sido puesta a prueba en dos difíciles décadas, durante las que el aumento del paro ha golpeado con fuerza a la sociedad y durante las que los déficits públicos han cuestionado el gasto público cualquiera que fuese su objetivo. El volumen administrado de la economía francesa se considera excesivo y se percibe como origen de disfunciones, mientras que el gasto público se explica fundamentalmente por la amplitud de la redistribución hacia las familias. Mantener una protección social, garantizar la igualdad de trato y de oportunidades, asegurar un trato digno a la pobreza, son valores compartidos por un gran número de países de Europa continental. Las poblaciones europeas van a envejecer. Las reglas actuales de cese de actividad conducen a una sobrecarga de los gastos por jubilaciones en el horizonte de las próximas décadas. El ratio de dependencia, que relaciona las clases inactivas con las activas, aumentaría pues desde algo más del 50% al 65% en 2020 y a más del 80% en 2040. Se ha emprendido estos últimos años una amplia liberalización de la economía adecuándola a las normas de la globalización. Quedan algunas empresas por privatizar, quedan importantes participaciones del Estado por liquidar, pero las grandes reformas en la industria francesa ya se han realizado. Se ha reestructurado ampliamente la banca, el sector de las telecomunicaciones se ha abierto a la competencia (1998), que también ha crecido en el comercio. Falta todavía por reestructurar el sector energético (parcialmente abierto a la competencia en 2000) y el del transporte terrestre, pero se trata seguramente de los últimos feudos de la política industrial a la francesa. La administración pública deberá proseguir ese camino, ya que las reformas son necesarias para que el sistema social francés pueda continuar sobreviviendo y garantizando la cohesión social. El reto es ganar en productividad, por ejemplo en la recaudación de impuestos, para liberar recursos para la sanidad, la educación o la investigación. La construcción europea inscribe a Francia en un conjunto de gran peso mundial. Más allá de las problemáticas de la política económica coyuntural, este conjunto puede tener peso en el desarrollo económico del planeta y transformarse en una nueva potencia. La cuestión del desarrollo sostenible es uno de los retos para ello. Europa, y particularmente Francia, libera emisiones de CO2 más bajas que Estados Unidos, porque su eficiencia energética es mayor y también porque la emisión de CO2 por unidad de energía consumida es más débil. El recurso a la energía nuclear explica en parte la diferencia, pero la explicación principal es la mayor carga impositiva que pesa sobre los combustibles fósiles. El modelo europeo de desarrollo económico está por construir y debe demostrar su validez. Acabar con el desempleo masivo, adaptarse a un mundo más vasto y más competitivo, mantener el pacto social y la solidaridad son tareas difíciles. Imponerse como un modelo más equilibrado, más justo y respetuoso que el modelo de desarrollo americano es una tarea aún más ambiciosa. La posición de Francia en Europa Para comparar la eficacia de las economías se puede utilizar la evolución del nivel de vida de la población, medido a través del producto interior bruto por habitante. Esta medida es imperfecta, ya que define la riqueza como un ente material y no toma en cuenta ni las consecuencias negativas que el desarrollo económico puede generar, ni aspectos de seguridad de la que se benefician los habitantes de un país, ni las desigualdades sociales, ni los daños de la polución o la degradación del medio ambiente. Pero, al menos, este indicador cuantitaivo permite establecer comparaciones internacionales. Según Eurostat, organismo oficial estadístico europeo, en la edición de 2002, la clasificación de Francia en cuanto a PIB por habitante se habría deteriorado en relación a los demás países europeos de 1992 a 2000. Aunque no sea un tipo de medida muy firme, pues es sensible al cálculo de paridades del poder adquisitivo, alerta sobre la degradación de la situación de Francia entre 1992 y 2000 y esencialmente de 1992 a 1997. Desde entonces su posición ha tendido más bien a mejorar. Las diferencias de crecimiento demográfico entre los países son lo bastante pequeñas como para no ser tenidas en cuenta, y las tasas de crecimiento relativo del PIB confirman la erosión de la posición de Francia. En el periodo 1992-2000, el crecimiento del PIB alemán y francés fue casi dos puntos inferior a la media europea. Esa diferencia se produjo esencialmente durante el periodo 1992-1997. A diferencia de Alemania, Francia ha compensado en parte su retraso con un crecimiento superior en un punto a la media europea entre 1998 y 2000. Italia ha experimentado asimismo un crecimiento inferior a la media europea, y dos tercios de su pérdida relativa de crecimiento tuvieron lugar entre 1998 y 2000. Por el contrario, de 1992 a 2000, el Reino Unido, dispensado de la convergencia con los criterios de Maastricht, tuvo un crecimiento fuerte y mejoró su posición relativa. Una política económica poco intervenida El empobrecimiento relativo de Francia y Alemania es el resultado de la política económica aplicada desde comienzos de los años noventa. El choque de la reunificación provocó un repunte de la inflación, y combatirla ha sido el principal objetivo de Alemania. En Francia, se dio prioridad a la desinflación competitiva y al anclaje en el marco alemán. La lucha contra la inflación ha sido un obstáculo para el crecimiento francés, al imponer al país un rigor justificado por el anclaje en la política alemana. De 1990 a 1997 las tasas de interés real han estado por encima del crecimiento. La convergencia previa a la introducción de la moneda única ha encorsetado la política presupuestaria de los países miembros de la Unión Europea hasta 1997. El desendeudamiento público ha obligado a aumentar las retenciones fiscales amputando el crecimiento del PIB. Los márgenes de maniobra presupuestaria perdidos han dado en parte sus frutos postriormente. Así, se ha reducido la prima de riesgo sobre las tasas de interés, aligerando las finanzas públicas y reduciendo el precio del dinero para las empresas. De 1997 a 2000 Francia ha registrado la inflación más baja de los grandes países europeos, el mayor crecimiento y, a la vez, el mayor excedente de la balanza corriente. De 1998 a 2000 la política específica de apoyo a la actividad y al trabajo aplicada en Francia ha estimulado el crecimiento y ha reducido la brecha con sus socios. El objetivo fijado en la Cumbre de Lisboa en marzo de 2000, es decir, el aumento de la tasa de empleo hasta el 70% en 2010, podría permitir a Francia reducir aún más la distancia disminuyendo el ratio de dependencia económica (relación del conjunto de la población desocupada -menores de 20 años, mayores de 60 años y parados- respecto al total de la población activa con trabajo). Los sectores comerciales y de la artesanía tradicional (panaderías, pastelerías o charcuterías) tienen un volumen de negocios superior al billón de euros que se reparte entre el comercio detallista, incluído el artesanado comercial (36%), el comercio al por mayor (48%) y el comercio y reparación del automóvil (16%). Las ventas de mercancías generan 180 000 millones de euros de márgenes comerciales. La producción de servicios, que las empresas comerciales no paran de desarrollar, alcanza los 60 000 millones de euros. La producción de bienes, obra fundamentalmente del artesanado comercial y del comercio al por mayor, es de 20 000 millones de euros. El comercio es la principal actividad de 610 000 empresas, de las que el 61% se dedica al comercio minorista, el 26% al comercio mayorista, y el 13% al comercio y reparación del automóvil. En el comercio al pormenor y en el sector del comercio y reparación de automóviles, más del 40% de los empleados trabajan en una empresa de menos de diez trabajadores. En 2002 se crearon 68 000 empresas, cifra que se ha estabilizado tras haber sufrido una constante disminución desde 1994. En 2002 el volumen de negocios del conjunto del comercio minorista y de la artesanía comercial se elevó a 384 000 millones de euros. Los servicios El sector terciario produce ya el 75% del PIB y procura el 70% de los empleos. Ya se trate de servicios no comerciales asegurados por la administración, la sanidad o los agentes de colectividades locales, de servicios comerciales como la hostelería, la restauración, el comercio o los bancos, el sector sigue siendo el gran proveedor de empleo. A lo largo de los últimos años la producción de servicios comerciales ha aumentado más rápidamente que la de otros sectores (2,8% de media anual entre 1990 y 2002, contra 2,2% para el conjunto de los otros sectores). Esta diferencia se explica en gran parte por el dinamismo de los servicios a las empresas, sobre todo los vinculados con las nuevas tecnologías. Según la Agencia de Regulación de las Telecomunicaciones, a fecha de 31 de diciembre de 2002 la clientela de la telefonía móvil se elevaba a 38,6 millones de abonados (+ 4,3%). Además, la Asociación Francesa de Proveedores de Acceso contaba con 8,9 millones de cuentas individuales de acceso a internet, 1,7 millones de ellas de «banda ancha» (+ 183%). Las grandes superficies y el pequeño comercio La distribución, que da empleo a más de 2,5 millones de personas, ha experimentado desde hace treinta años una gran revolución en sus circuitos y sus métodos de venta con el desarrollo del comercio integrado. Con 1 120 hipermercados (es decir uno por cada 52 000 habitantes) y 7 600 supermercados, Francia es uno de los países del mundo en los que el gran comercio está más desarrollado. Acapara en la actualidad más del 60% de la distribución de productos alimentarios y el 30% de la distribución de productos no alimentarios. Grupos especializados como Carrefour, Auchan y Promodès dominan, junto a los centros Leclerc, el sector. Se han implantado en el extranjero, como Carrefour y Auchan en España, Asia, América Latina y Europa Central, y Promodès en Alemania. Las grandes superficies han diversificado su oferta hacia otros sectores (compra de entradas de espectáculos, agencias de viajes...). Hn aparecido también grandes superficies especializadas (alta fidelidad y electrodomésticos con Darty, bricolaje con Castorama o Leroy Merlin). Los hipermercados, que requieren grandes superficies se implantan en la periferia de las grandes ciudades o en los centros comerciales que agrupan comercios especializados y numerosos servicios: cines, farmacia, Correos... Los pequeños comercios sufren, por el contrario, un rápido descenso de su actividad. Muy afectados en el medio rural, resisten mejor en las ciudades, especialmente cuando se trata de comercios especializados o dedicados a la reparación. Se han desarrollado también otras formas de distribución, como la venta por correspondencia. Unos pocos grupos dominan este sector, que está muy concentrado: La Redoute, CAMIF y Trois Suisses. El turismo Francia es un destino estrella para los turistas. Primer país receptor del mundo, acogió en 2001 a 76,5 millones de turistas, es decir, el 10,8% del total mundial. El peso del turismo en la economía francesa fue del 6,7% en 2002 (2,9% la agricultura) y el excedente anual del turismo en la balanza de pagos es importante (15 000 millones de euros en 2002). El sector emplea a más de un millón de personas (2002), y casi dos millones si se tiene en cuenta el conjunto de empleos indirectos o inducidos ligados a la actividad turística. Se contabilizan unas 180 000 empresas, repartidas entre 89 000 restaurantes, 51 000 cafés, 37 000 hoteles y otros alojamientos colectivos, y 3 600 agencias de viajes. En términos de oferta de alojamiento, a 1 de enero de 2003 y sobre un total de 17,3 millones de camas los camping ocupaban el primer lugar con 2,8 millones de camas (es decir el 15,9%), seguidos por los hoteles (7%) y los apartamentos turísticos (3,1%). La distribución geográfica de estos alojamientos es muy irregular, tanto en términos regionales (donde dominan ampliamente Provenza-Alpes-Costa Azul: 14,3% de los 1 500 millones de pernoctaciones registradas en 2002; Rhône-Alpes: 11,3%; Île-de-France: 10,6%; y Languedoc-Roussillon: 9,2%) como en términos espaciales (en 2002 el litoral acumuló el 35,4% de las pernoctaciones totales, por delante del campo, 28,7%, de las zonas urbanas, 28,5%, y de la montaña, 7,4%). Con 8 500 millones de euros en 2000, el sector del turismo se caracteriza por sus importantes inversiones, destinadas principalmente al alojamiento-restauración (42%) y al equipamiento turístico (12%, incluyendo parques recreativos y atracciones mecánicas). Entre los espacios culturales más frecuentados se encuentra la catedral de Notre-Dame de París (12 millones de visitantes en 2001), la Torre Eiffel (6,1 millones), el Centro Georges-Pompidou (5,3 millones), el Museo del Louvre (5,2 millones), la basílica del Sacré-Cœur de Montmartre (5 millones) y Notre-Dame de Lourdes (5 millones). En el sector de los parques de ocio, EuroDisney, con 12 millones de entradas en 2001, está claramente a la cabeza. Moneda Su moneda anterior era el franco francés; desde el 1 de enero de 2002 es el Euro Datos macroeconómicos PIB (Producto Interior Bruto) 1,448 billones de dólares EE. UU. (Convertidos según Paridad del poder de compra). Año 2000 1,576 billones de € (Tipo conversión: 1 dólar = 1,0882 € al 30/01/01) PIB "per capita" 28.700 dólares EE. UU. (Convertidos según Paridad del poder de compra). Año 2004 26.552,08 € (Tipo conversión: 1 dólar = 1,0882 € al 30/01/01) Distribución del PIB por sectores Agricultura: 2,7% Industria: 24,3% Servicios: 73% (En 2005) Crecimiento PIB estimado 2,1% (estimaciones 2004) Tasa de inflación 2,1% (estimaciones 2004) Balanza comercial Importaciones 320.000 millones de dólares EE. UU. (Franco a bordo -"free on board"-, 2000) 348.224 millones de € Exportaciones 325.000 millones de dólares EE. UU. (Franco a bordo, 2000) 353.665 millones de € Saldo (Exportaciones-Importaciones) 5.000 millones de dólares EE. UU. 5.441 millones de € Datos económicos de la población Población ocupada hola 25 millones aprox. (2000) Población ocupada por sectores Servicios: 71% Industria: 25% Agricultura: 4% (Estimaciones 1997) Tasa de paro 9,7% (estimado 2000)