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Capítulo 4. Enfermedades de los bovinos
Neumonía en becerras
La neumonía enzoótica en terneras jóvenes es una
enfermedad multifactorial que ocurre principalmente en dos diferentes sistemas: en becerras para leche mantenidas en estabulación para reemplazo, o
en becerras mantenidas en estabulación para carne
en un rebaño diferente al rebaño de origen. Las
becerras para leche son más propensas a sufrir la
enfermedad a cualquier edad; se manifiesta como
neumonía crónica con tos, o como una neumonía
enzoótica aguda.
Las becerras para leche mayores también son
vulnerables tras estar estabuladas en el otoño. Las
becerras lactantes son más propensas a sufrir enfermedades respiratorias entre 2 y 5 meses de edad,
siguiendo las de destete o transporte de un rebaño
a otro. Las becerras lactantes para carne mantenidas en exteriores pueden ser severamente afectadas por neumonía.
En becerras mayores, principalmente en las
lactantes en edades de 6 meses a 2 años, la enfermedad respiratoria es más probable tras el transporte u otro estrés del medio ambiente y es llamada
generalmente fiebre de embarque o de tránsito. Una
enfermedad respiratoria viral causada por el virus
de rinotraqueitis bovina es incluso más significativa en animales mayores y se discute bajo su propio
título.
Signos
La neumonía enzoótica en terneras jóvenes puede
ser una enfermedad crónica con muy poco signos
clínicos, aparte de tos seca y ligero incremento en
la frecuencia respiratoria. La forma aguda de la enfermedad se manifiesta como una epidemia,
involucrando a varias terneras que sucumben a la
enfermedad en un periodo de 48 horas. Fiebre, aletargamiento, inapetencia y tos, comúnmente asociado a descarga nasal, son los síntomas más
comunes.
Etiología
La neumonía enzoótica en becerras es una enfermedad multifactorial. Agentes infecciosos, el medio ambiente, manejo y el estado inmunológico de
las becerras son factores muy importantes que determinan el resultado de una infección.
Una multitud de agentes infecciosos —incluyendo virus, bacterias y micoplasmas— están
involucrados en diferentes combinaciones en diferentes granjas. Comúnmente se sugiere que los
agentes micoplasmáticos y virales producen las infecciones primarias y los agentes bacterianos causan la infección secundaria en animales con defensas
debilitadas por la primera infección. Los agentes
virales aislados más comunes de casos de neumonía enzoótica son el virus sincitial respiratorio, virus de parainfluenza I (P13), virus de rinotraqueitis
infecciosa bovina y virus de diarrea viral bovina.
Generalmente, los agentes micoplasmáticos son
considerados los más comunes para provocar la forma crónica de la neumonía enzoótica, a pesar de
que, incluso el Mycoplasma bovis también ha sido
identificada como el agente causal de muchas epidemias agudas.
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Enciclopedia Bovina
Los organismos bacterianos comúnmente aislados son subespecies de Pasteurella y Haemophilus.
Los principales factores medioambientales que
predisponen a las becerras a la enfermedad respiratoria es la mala ventilación en estabulamiento, el
frío, condiciones húmedas, cambios repentinos en
la temperatura del aire, estrés debido a diferentes
causas y cambio en el medio ambiente también han
sido asociadas con epidemias de neumonía en
becerras jóvenes.
La ingesta inadecuada de calostro, o calostro
de mala calidad, afectará las defensas de las becerras
contra agentes respiratorios haciéndolas más susceptibles a la infección. Lactancia de becerras antes
de las 5 semanas de edad se ha asociado con incremento en enfermedad respiratoria. Sistemas de
mantenimiento donde las becerras de distintos orígenes se mezclan, sufren de altos niveles de enfermedad respiratoria. Amplios espacios de aire
compartidos por becerras de distintas edades y pobre sanitización entre los lotes de terneras, generalmente hace estos sistemas aun más vulnerables. Las
terneras que han sufrido de diarrea están más predispuestas a sufrir de enfermedad respiratoria.
El estrés asociado a procedimientos de manejo,
como descorne y castración, también pueden estar
asociado con una alta incidencia de la enfermedad
respiratoria.
Neumonía proliferativa difusa.
Fuente de imágenes: J.M. King: Cornell Veterinary Medicine. Necropsy show and tell.
www.vet.cornell.edu/nst/..
Métodos de control y prevención
El periodo de tiempo es importante para identificar
a los agentes infecciosos en epidemias de neumonía enzoótica con bases firmes para dirigir la prevención y el control de esta compleja enfermedad,
hay algunos procedimientos comunes para cría y
manejo que bien pueden reducir la incidencia de neumonía enzootica, independiente a los factores causantes. Estos procedimientos pueden ser divididos
en 3 áreas:
1. Mantenimiento de la resistencia a la enfermedad.
2. Reducción del estrés.
3. Reducción de la exposición.
Incremento de la resistencia a la enfermedad
Neumonía enzootica: Lesiones en lóbulo craneal y ventral.
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Para proveer a la becerra de una protección inmune
pasiva antes de que su sistema inmune esté totalmente funcional, la becerra necesita recibir cantidades adecuadas de calostro con una cantidad
óptima de inmunoglobulinas. Ha sido recomendada una cantidad de 3-4 litros de calostro que contenga de 50 a 150 g/L de inmunoglobulina IgG en
las primeras 24 horas de vida. Como muchas
becerras fallan al tomar cantidades adecuadas de
calostro sin ayuda, proporcionar el calostro en botella provee de niveles más altos de inmunoglobulinas, evidentes en el suero de las becerras.
Capítulo 4. Enfermedades de los bovinos
Se ha demostrado que becerras que maman directamente de la madre tienen una tasa incrementada
de absorción de inmunoglobulinas en intestino. Vacas de primer y segundo parto tienen niveles
significativamente menores de inmunoglobulinas en
su calostro que vacas de más partos. También se ha
demostrado que vacas en periodos secos menores
de 4 semanas producen calostro con niveles bajos
de inmunoglobulinas. También se ha demostrado
que una gran proporción de becerras lecheras son
provistas de cantidades inadecuadas de calostro después de nacer, lo que resulta en una absorción inadecuada de inmunoglobulinas.
El periodo para la transferencia de inmunidad
materna es importante, pues no protege a la becerra contra patógenos respiratorios después de 2 a 3
meses de edad, cuando la concentración de
anticuerpos en el suero materno es baja y el sistema
inmune de la becerra todavía no es totalmente funcional; en muchos rebaños, la más alta incidencia
de la enfermedad respiratoria ocurre durante este
periodo, y la prevención debería concentrarse en reducir el estrés en ese momento.
Otro factor limitante de la protección inmune
contra enfermedades respiratorias es que algunos
de los patógenos son inmunosupresivos; tanto
Mycoplasma bovis y el virus respiratorio sincitial
bovino pertenecen a esta categoría y, cuando son
endémicos en un rebaño, pueden reducir la habilidad de la becerra para resistir la enfermedad. La erradicación del Mycoplasma bovis de un rebaño lechero
ha demostrado mejorar la salud de las becerras
Las vacunas son ampliamente utilizadas para
elevar la inmunidad de la becerra contra muchos
patógenos respiratorios. También hay vacunas combinadas contra los virus. Las vacunas deberían usarse como parte de un programa de prevención de
enfermedades que también se dirija a los factores
medioambientales y de manejo de la granja.
Las vacunas pueden ser usadas para erradicar
algunas enfermedades respiratorias en rebaños problema, sin embargo, su eficacia varia significativamente entre granjas, y es difícil establecer programas
de control que funcionen de manera continua. Las
vacunas también pueden ser usadas exitosamente
en los inicios de una epidemia una vez que los primeros animales afectados han sido diagnosticados
y el agente identificado.
El uso profiláctico de antibióticos también ha
sido exitoso en unidades de mantenimiento para
becerras, administrandolos en todos los animales que
llegan. Esta práctica es, sin embargo, prohibida bajo
los estándares orgánicos.
Reducción del estrés
Lactancia gradual, tiempos de descorne y castración que no coincidan con la lactancia, reducción
de transporte de los animales, evitar mercados de
ganado y el estrés por frío, han sido procedimientos recomendadas para reducir el estrés en becerras
jóvenes.
Las enfermedades respiratorias comúnmente siguen un patrón en un rebaño; su registro de aparición y tratamientos pueden ayudar para establecer
si es que tal patrón existe. Si se identifica un patrón,
también pueden reconocerse eventos potencialmente estresantes alrededor de los picos de la enfermedad y las practicas de manejo pueden ser cambiadas
para reducir el estrés.
Sobrepoblación, mala ventilación y alta humedad provocan agobio respiratorio a las becerras y
las hace más susceptibles a la enfermedad respiratoria. Proveer del espacio razonable y de buena ventilación reducirán este agobio y disminuirán la
frecuencia de la neumonía.
Reducción de exposición a la infección
El contacto cercano entre animales permite que los
agentes de la enfermedad respiratoria se esparzan
con facilidad. Las casetas individuales pueden reducir la presentación de la enfermedad respiratoria,
a diferencia de las becerras estabuladas en grupo,
además, limitar el número de animales dentro de
un mismo espacio de aire puede contrarrestar la propagación de la infección. De forma similar, mantener grupos separados por edades y por tamaño,
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Enciclopedia Bovina
reduce la frecuencia de la enfermedad respiratoria.
La introducción de animales de otros rebaños
acarrea el riesgo de transferir la enfermedad, incluso en rebaños virtualmente cerrados, donde sólo se
introducen reemplazos ocasionales. Como medidad
de control, se recomienda mantener a los animales
de reciente adquisición separados del rebaño por 23 semanas para asegurar que no estén incubando
una enfermedad respiratoria.
Tratamiento
En los inicios de un brote de neumonía enzoótica o
cuando se reconoce un problema crónico dentro del
hato, es importante la identificación de los agentes
causantes y de los factores de manejo y
medioambientales que inciden en el problema para
implantar las medidas correctivas y preventivas.
Ante la presentación aguda de la neumonía
enzoótica, en todos los regímenes de tratamiento,
la cría y el aislamiento de las becerras afectadas es
un procedimiento de gran importancia.
Las vitaminas pueden ser administradas como
terapia de soporte, y una multitud de tratamientos,
desde antihistamínicos hasta expectorantes, han
sido efectivos para aliviar la condición.
Generalmente, la principal línea de tratamiento son los antimicrobianos y los antinflamatorios,
tanto esteroidales como no esteroidales. Los
antibióticos se utilizan en todos los animales que
están en contacto con los afectados.
Ocasionalmente las vacunas pueden ser utilizadas para animales que están en contacto; éstas
han demostrado proveer de protección cuando el
agente causal es identificado rápidamente. Aunque
por un tiempo es inaceptable el uso de antibióticos
y/o medicamentos esteroidales a manera profiláctica,
es importante usar todos los medios efectivos para
aliviar la condición durante un brote.
En los inicios de un brote, es justificable el uso
de antibióticos en animales asintomáticos pero en
contacto con los enfermos para evitar otra propagación de la enfermedad si la separación, el aisla-
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miento y el monitoreo cerrado son imposibles. Sin
embargo, la necesidad de antibióticos para animales en contacto puede reducirse, si existe un área de
aislamiento y los animales afectados son removidos inmediatamente del resto del rebaño.
Muchos de los antibióticos usados en el tratamiento de la neumonía enzoótica —particularmente los que brindan protección a los animales en
contacto— son fórmulas de larga duración con largos periodos de retiro, establecidos hasta por 60 días.
La utilización de fluoroquinolona-enrofloxacina
es muy conveniente para el tratamiento de la neumonía enzoótica en granjas orgánicas dado su corto periodo de retiro (14 días).
Los periodos de retiro de un medicamento rara
vez son considerados para la selección del tratamiento de los animales jóvenes.
Se debe evitar el uso de fluoroquinolonas en
granjas orgánicas cuando existen antibióticos alternativos. Las fluoroquinolonas son antibióticos cuyo
uso en animales de producción causa gran preocupación con respecto a la transferencia de resistencia
antimicrobiana de animales a humanos.
La presentación aguda de la neumonía
enzoótica normalmente no es tratada a menos que
la becerra tenga tos severa. Los antibióticos, cuando se escogen cuidadosamente, son efectivos. Debería, sin embargo, notarse que la neumonía
enzoótica en becerras es un problema de rebaño.
Cuando la condición se vuelve lo suficientemente
grave para requerir tratamiento, es necesario identificar las causas de la condición. Se require mejorar
el manejo y el medio ambiente o erradicar el o los
agentes etiológicos con la ayuda de un amplio plan
de control de enfermedades.
Buenas prácticas
Las buenas prácticas para el control y prevención
de la neumonía enzoótica de becerras jóvenes puede dividirse en 3 áreas de acción: reforzamiento de
la resistencia a la enfermedad, reducción de la exposición a agentes infecciosos y reducción del estrés.
Capítulo 4. Enfermedades de los bovinos
Mantenimiento del estado inmunológico
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No separar a la madre hasta 24 horas después de amamantar a la cría
Proveer de una cama adecuada que permita a la cría pararse sin dificultad.
Asegurar la alimentación temprana, asistir
con mamila en caso necesario, monitorear
la ingesta lo más cerca posible (máxima supervisión, mínima interferencia).
Mantener un suministro de calostro congelado, en caso de que la madre gotee
calostro antes de amamantar.
Evitar estrés y exposición a nuevos agentes de enfermedades cuando es inmadura
la capacidad inmunológica (2 a 4 meses de
edad).
Erradicar los patógenos respiratorios inmunosupresivos reconocidos en el rebaño.
Vacunar estratégicamente como parte de un
amplio plan de control de enfermedades.
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Reducción del estrés
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Reducción de la exposición
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Proveer del número adecuado de corraletas de
crianza, limpiarlas y desinfectarlas.
Mantener becerras de diferentes edades en cuarto separados o con separaciones adecuadas.
Cuarentenar por 2 o 3 semanas a los animales
comprados, antes de introducirlos al rebaño.
Proveer de buena ventilación en cobertizos de
becerras.
Evitar sobrepoblación de corraletas para
becerras.
Brindar buena ventilación en albergues cerrados.
Asegurar que las becerras tengan buena cama
durante el clima frío y que no estén expuestas a
corrientes de aire.
Proveer refugio durante el frío prolongado y
ante condiciones húmedas de pastoreo.
Evitar transporte o introducción a nuevos ambientes entre las 2 y 4 semanas de edad.
Distanciar el tiempo de castración y descorne
de la lactancia.
Que la época de otoño sea alejada de la castración y el descorne.
Los cambios de dieta deben ser introducidos de
manera gradual, particularmente al tener a las
crías en encierro.
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