Sentando las bases - Iglesia Rey de Reyes

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Sentando las bases
Edificando sobre una base sólida
Dios nos llama a discipular al nuevo creyente de manera que ninguno se pierda. Esto es sembrar la buena
semilla de la Palabra de Dios.
Para ello las personas nuevas que asisten a los grupos de crecimiento, deben comenzar sentando las bases
firmes en su fe en Cristo.
Cada integrante del grupo, debe ser protagonista en esta labor tan importante.
¿Cómo podemos discipular a otros?
El presente tema sobre cómo discipular a otros es una guía importante que le servirá de base para esta tarea
que va a emprender.
Las siguientes recomendaciones se deben tener en cuenta para llevar a cabo un buen discipulado.
1. Motivar al nuevo creyente a que acuda lo más pronto posible a un grupo y se congregue
habitualmente.
2. Utilizar adecuadamente las guías didácticas y lecciones que irás desarrollando en cada una de las
reuniones de su grupo.
Estas clases han sido diseñadas como introducción para que puedas preparar las lecciones que
debes impartir en los nuevos creyentes. En ellas hay enseñanzas claves, objetivos y actividades
que te servirán como modelo para hacer más completa y amena la enseñanza.
3. No olvides que las lecciones para discipular a otros son una guía y mediante esta guía debes
prepararte para dar una buena orientación y apoyo a los integrantes que concurran a tu grupo.
4. Recuerda que las reuniones de tu grupo deben ser amenas y participativas. Para que esto ocurra
debes preparar adecuadamente cada uno de los temas y envolver todo lo que hagas en oración.
Recuerda que la batalla primero la debemos ganar en el plano espiritual.
Lección N°1
“El Nuevo Nacimiento”
Objetivos:
a. Que el nuevo creyente pueda estar completamente seguro de que en Cristo tiene vida eterna.
b. Que el nuevo creyente pueda tener la seguridad plena de que se ha convertido en un hijo de
Dios al haber recibido a Jesús en su corazón.
Enseñarles que:
a. No debemos solamente creer en Jesús sino que es necesario recibirlo también como Señor y Salvador
(Romanos 10.9).
b. Cuando nacemos de nuevo llegamos a ser hijos de Dios.
c. Al recibir a Jesús en nuestro corazón hemos adquirido la vida eterna y, tenemos la promesa de que, un día,
reinaremos juntamente con Cristo.
Actividades:
a. Inicia con el nuevo convertido una charla acerca de lo que es un hijo de Dios y una criatura de Dios.
b. Enséñale a manejar la Biblia, muéstrale que hay Nuevo y Antiguo Testamento.
c. Enséñale los libros del Antiguo y Nuevo Testamento.
d. Explícale qué es un capítulo y un versículo.
e. Enséñale cómo se escribe una cita Bíblica.
f. Puedes ponerlo a buscar libros de la Biblia, algún capítulo y versículo para poder repasar.
g. Pídele que busque Juan 1.12 y que te explique su significado.
“El Nuevo Nacimiento”
Bienvenido a éste nuevo tiempo para tu vida. Experimentar el amor y el poder de Dios es una de las cosas
más maravillosas que le pueden suceder al ser humano.
Conocer a tu Creador y hallar el camino de la salvación es el tesoro más grande que Dios desea regalarte.
Muchas personas creen que ser cristiano es algo automático, ¿nacemos y ya somos cristianos? Otros piensan
¿si soy bueno y trato de ayudar a mi prójimo, es suficiente? ¿si mis padres eran religiosos o practicaban tal
religión, significa eso que soy un cristiano?
¿Qué enseña la Biblia al respecto?
En la antigüedad a las personas se las llamaba cristiano, porque su vida reflejaba a Cristo. Había un
compromiso, una decisión de servirle y seguirle.
Todos somos hechura, creación de Dios. Pero ¿Quiénes son hijos de Dios, verdaderos cristianos?
1. Un cristiano es un hombre que ha nacido de Dios: Cuando un hombre recibe a Cristo por la fe, solo
entonces tiene el poder y el derecho legal de ser hijo de Dios (Juan 1:12). El nacimiento espiritual es el
único modo en que es posible ingresar a la familia de Dios. “Os es necesario nacer de nuevo” (Juan
3:3).
2. Ser cristiano es estar unido con Cristo. La palabra cristiano es en realidad la combinación de dos
vocablos: Cristo y hombre. Cuando un hombre o una mujer están unidos con Cristo forman una
palabra: Cristiano. El apóstol Pablo dice: “Pero el que se une al Señor, un espíritu es con Él” ( 1
Corintios 6:17).
3. Ser cristiano es haber recibido a Cristo como Salvador y Señor. Recibir a Cristo es:
a. Tener fe en Él.
b. Creer que es el Hijo de Dios.
c. Creer que murió por nuestros pecados a fin de que pudiésemos librarnos de la muerte espiritual
y poseer la vida eterna.
d. Arrepentirse de los pecados y recibirlo aceptándolo como Señor y Salvador (Juan 3:36; 5:24).
Lo que no es un cristiano: (Juan 1.13)
1. El nacimiento natural no produce cristianos “...no son engendrados de sangre...”.
(Juan 1.13)
2. Las buenas obras no producen cristianos “...ni de voluntad de carne...” El mayor error de nuestros
tiempos posiblemente sea el de creer que la salvación es el resultado de un esfuerzo personal. El mensaje de
la Biblia es bien claro y fácil de comprender. Pablo dice: “Por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto
no de vosotros, pues, es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe” (Efesios 2.8,9).
3. Las ordenanzas religiosas no hacen que una persona sea cristiana “...ni de voluntad de varón”
(Juan 1.13). Ninguna ordenanza de la Iglesia, por importante que sea, puede perdonar el pecado.
Si resumimos las palabras de Juan 1.13 tenemos la frase clave de quiénes realmente son cristianos: “los
cuales son engendrados de Dios”.
LECCIÓN N° 1 – El nuevo nacimiento – Preguntas y respuestas:
1. ¿Quiénes pueden ser llamados hijos de Dios? (Juan 1.12)
Los que le recibieron, los que creen en el nombre de Jesús.
2. ¿Qué significa recibir a Jesús en nuestro corazón?
Creer en Jesús y vivir una vida de santidad.
3. ¿Qué ocurre en nuestras vidas cuando creemos en Jesús y lo recibimos en nuestro corazón?
Nos arrepentimos de nuestros pecados y nacemos de nuevo.
4. ¿Qué significa “nacer de nuevo”?
Tener dentro de nosotros una vida nueva, la vida de Cristo mismo.
5. ¿Por qué puede usted estar seguro de que al morir irá a la presencia de Dios?
(Juan 3.36; 5.24) Porque la Biblia dice que Jesús nos da vida eterna y jamás perecemos y nadie nos quitará
de la mano de Cristo.
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