Uno de cada cuatro españoles ha tomado tranquilizantes

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El 30% afirma dormir mal o regular
Uno de cada cuatro españoles ha tomado tranquilizantes
para dormir en el último año
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El consumo de hipnóticos y sedantes ha aumentado un 81,8% en los últimos
años, según la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios

Los expertos recomiendan medidas de higiene del sueño y la toma de
preparados farmacéuticos de origen natural para el insomnio ocasional
Madrid, 28 de octubre de 2014. El 28% de los españoles ha tomado somníferos o
tranquilizantes para dormir en el último año, según una encuesta realizada por el
Centro de Investigación sobre Fitoterapia (INFITO) a 2.400 personas. El abuso de estos
fármacos “puede resultar peligroso debido a sus efectos secundarios sobre el sistema
nervioso y de hecho, constituye una de las causas que contribuyen a la cronificación
del insomnio. El tratamiento debe girar en torno a medidas conductuales y cognitivas
apoyadas por técnicas de relajación. Con este propósito, es más recomendable
recurrir a preparados farmacéuticos de plantas medicinales, como la valeriana o la
pasiflora, para casos de insomnio ocasional”, asegura el doctor Rafael del Río, jefe de
la Unidad de Sueño del Hospital Nuestra Señora de América y somnólogo acreditado
por la European Sleep Research Society (ESRS).
Las consultas por alteraciones del sueño han aumentado de manera notable en los
últimos años en todo el mundo, y con ello el consumo de medicamentos para dormir
mejor. En España, según un informe publicado en enero por la Agencia Española de
Medicamentos y Productos Sanitarios, el consumo de hipnóticos y sedantes ha sufrido
un incremento del 81,8% entre 2000 y 2012, y el de ansiolíticos un 46,8%. El mismo
trabajo señala que su uso principal es el tratamiento a corto plazo del insomnio y los
trastornos de la ansiedad y advierte de que su uso a largo plazo se asocia con una
serie de riesgos para la salud. “Existen diversos factores que están favoreciendo el
aumento de la prevalencia del insomnio en la sociedad. Entre otros, tienen mucha
relevancia factores estresantes procedentes de las tensiones en la vida social, como
la propia crisis económica”, indica el doctor del Río. Un estudio publicado en agosto
en la revista Sleep confirma los incrementos en el número de visitas a la consulta para
los problemas relacionados con el mismo en EEUU y en el número de recetas de
medicamentos para dormir entre 1999 y 2010.
A diferencia de los preparados farmacéuticos de plantas medicinales, el uso
prolongado de somníferos o tranquilizantes de origen sintético “provoca efectos
adversos a corto plazo como la somnolencia diurna o aturdimiento, lo que puede
repercutir en la capacidad de reacción y concentración, y otros a largo plazo, en
relación con la tolerancia, adicción y en ocasiones reacciones paradójicas que
dificultan aún más el control de los síntomas del insomnio”, señala el doctor del Río. Su
uso debe ser intermitente y “en ningún caso constituir el eje terapéutico principal, que
debe ser de corte conductual y dirigido por un especialista en Medicina de Sueño”,
recomienda.
Un 30% de los españoles afirma dormir mal o regular y tan sólo un 17% asegura dormir
bien siempre, según los datos de la encuesta de INFITO. El insomnio “se define como
la incapacidad para conciliar o mantener el sueño. Además, se añade el hecho de
que no suele ser reparador y son frecuentes los despertares tempranos”, señala el
doctor del Río. “Se instaura, con frecuencia, por la presencia de algún factor
desencadenante de naturaleza estresante pero son aún más importantes en su
cronificación los factores perpetuadores como un afrontamiento erróneo, creencias
equivocadas de cómo afrontar el problema y el desarrollo de hábitos inadecuados.
También pueden influir los cambios de horarios frecuentes por motivos laborales o
inducidos por el comportamiento. Además, aquellas personas que tengan problemas
para conciliar se verán afectadas por los cambios de hora propios del otoño o la
primavera”, resalta. Este trastorno tiene también sus consecuencias durante el día “ya
que puede provocar cansancio, somnolencia, apatía y falta de energía o
concentración”, añade. Estos síntomas pueden ser peligrosos en el entorno laboral de
determinadas personas, como conductores. Un estudio estadounidense publicado
en septiembre en Sleep revela como el insomnio primario se asocia con una
disminución del rendimiento al conducir. De hecho, los pacientes analizados solo
fueron capaces de hacerlo con seguridad por un corto espacio de tiempo.
Tratamiento prolongado con plantas medicinales
Los preparados farmacéuticos de origen natural a base de plantas medicinales
“como la valeriana, pasiflora, melisa, amapola de California o el espino albar ayudan
a combatir el insomnio ocasional”, explica Teresa Ortega, profesora de Farmacología
de la Universidad Complutense y vicepresidenta de INFITO. Estos tratamientos
fitoterápicos “no tienen los efectos secundarios de los somníferos de origen sintético y
pueden tomarse de manera prolongada sin que afecte en nuestro día a día y sin
crear dependencia”, afirma. Lo importante es “que deben ser adquiridos en la
farmacia pues es donde se presentan en condiciones óptimas y de acuerdo a la
normativa legal y bajo el consejo de un farmacéutico pues es el mejor formado en
fitoterapia y por tanto quien mejor puede resolver las dudas de los pacientes sobre su
trastorno de salud”, advierte.
Entre las propiedades de estas plantas medicinales se encuentran “el favorecer la
conciliación del sueño y la mejora de su calidad sin agotar ni debilitar al paciente a
diferencia de los somníferos de síntesis, como es el caso de la valeriana”, según esta
profesora. Por su parte, añade, la amapola de California o el espino albar tienen una
acción sedante que no genera tolerancia y reduce el nerviosismo asociado al
insomnio. “La pasiflora favorece el sueño reparador y evita los despertares nocturnos
y la melisa ejerce una actividad sedante sobre el sistema nervioso con un efecto
positivo sobre la irritabilidad y la ansiedad”, expone.
Los expertos también recomiendan una serie de medidas de higiene del sueño como
“tomar cenas ligeras sin alimentos ácidos o picantes que dificulten la digestión y
exentas de estimulantes como la cafeína o el alcohol”, aconseja el doctor del Río.
Además, conviene no dormir siestas de larga duración, acostarse y levantarse
siempre a la misma hora, no realizar actividades físicas muy intensas a última hora de
la tarde, tomar un baño por la noche, limitar el uso de dispositivos tecnológicos antes
de irse a la cama o no ver la televisión en la misma. “En el caso de que sea necesario
también se puede recurrir a los preparados farmacéuticos de plantas medicinales”,
concluye.
Para más información:
Carlos Mateos/Rocío Jiménez. COM SALUD
Tels.: 91 223 66 78/ 685 53 68 16
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