DE QUE CRISIS HABLAMOS Y QUE HACE UN CRISTIANO COMO TU EN UNA CRISIS COMO ESTA (Mirad, voy a hacer algo nuevo. Ya está brotando ¿no lo notáis? Is 43,19ª) José Maria Delclaux Echevarria, Delegado de Pastoral Social de la Diócesis de Bilbao SE VEIA VENIR… AUNQUE NOS HICIÉSEMOS LOS CIEGOS (“Tienen ojos pero no ven”). “Usted no lo sabe, pero depende de ellos. Usted no los conoce ni se los cruzará en su vida, pero esos hijos de la gran puta tienen en las manos, en la agenda electrónica, en la tecla intro del computador, su futuro y el de sus hijos. Usted no sabe qué cara tienen, pero son ellos quienes lo van a mandar al paro en nombre de un tres punto siete, o de un índice de probabilidad del cero coma cero cuatro... Usted no tiene nada que ver con esos fulanos porque es empleado de una ferretería o cajera de Pryca y ellos estudiaron en Harvard e hicieron un máster en Tokio -o al revés-, van por las mañanas a la bolsa de Madrid o a la de Wall Street, y dicen en ingles cosas como long-term capital management, y hablan de fondos de alto riesgo, de acuerdos multilaterales de inversión y de neoliberalismo económico salvaje como quien comenta el partido del domingo... No crean riqueza sino que especulan. Lanzan al mundo combinaciones fastuosas de economía financiera que nada tiene que ver con la economía productiva. Alzan castillos de naipes y los garantizan con espejismos y con humo y los poderosos de la tierra pierden el culo por darles coba y subirse al carro.... Esto no puede fallar, dicen... Y de pronto resulta que no. De pronto resulta que el invento tenía sus fallos y que lo de alto riesgo no era una frase sino exactamente eso: alto riesgo de verdad. Y entonces todo el tinglado se va a tomar por el saco. Y esos fondos especiales muestran su lado negro. Y, entonces -¡oh prodigio!-, mientras que los beneficios eran para los tiburones que controlaban el cotarro y para los que especulaban con el dinero de otros, resulta que las pérdidas no.... Y hay que socializarlas, acudiendo con medidas de emergencia y con fondos de salvación para evitar efectos dominó y chichis de la Bernarda... Eso es lo que viene, me temo... Así que podemos irnos amarrándonos los machos. Ese es el panorama que los amos de la economía mundial nos deparan, con el cuento de tanto neoliberalismo económico y tanta mierda, de tanta especulación y de tanta poca vergüenza”. (A. Perez Reverte. “Los amos del mundo” El semanal, 15 de Noviembre de 1998) Unos dos años antes de estallar la crisis, comentando la situación económica de bonanza, un gerente de un banco afirmaba entre asombrado y preocupado: “No sabemos lo que pasa y hacia donde vamos. Lo que sabemos es que la economía sigue creciendo, cuando los indicadores que manejamos indican, claramente, recesión”. Pedro Iváñez Gimeno, profesor de Economía del Master en Doctrina Social de la Iglesia, del Instituto Leon XIII, afirmaba en una sesión a sus alumnos, en el curso 20062007, lo siguiente: “La economía mundial está asentada en la boca de un volcán: la economía norteamericana, una economía deficitaria y ficticia. Cuando se ponga a descubierto esto, se va a crear tal desconfianza en el sistema económico que se va a producir una crisis de dimensiones impredecibles” Un año después estallaba la crisis y, curiosamente, todas las propuestas económicas ante ella, hablan de la necesidad de recuperar la confianza, La desconfianza, por tanto, es la causante de la crisis. ¡Vamos, que se veía venir! En la superficie, el maremoto parece una cuestión financiera. Sin embargo hay analistas que afirman que, por debajo, hay un gran mar de fondo. Quedarse en el mero análisis coyuntural cerrando los ojos a lo que parece ser una crisis estructural supondrá que lo peor no es vivir la crisis sino vivirla peligrosamente. 2 ¿LA RESURECCIÓN DE KARL MARX? “Abramos bien los ojos. No seamos ciegos y guías de ciegos” Hay quien se atreve a afirmar que se está cumpliendo el pronóstico que ya hizo Marx en su tiempo -y que el marxismo histórico, llevado por su ansiedad, vanguardismo e impaciencia, malinterpretó-: que el capitalismo llevaba en sí mismo su propio virus autodestructor. Hay quien afirma que se asiste a un cambio de sistema, bien hacia un capitalismo social, bien hacia un nuevo socialismo. El arzobispo de Munich y presidente de la Comisión Justicia y Paz de Alemania, Reinhard Marx lo advierte: “Estamos frente a una tarea realmente epocal (…) si no nos volvemos justos (…) encontraremos a Karl Marx caminando nuevamente en la historia. Pero esto no debe ocurrir, él debe descansar en paz”1. Los más afines al sistema, afirman -aunque sea con la boca pequeña- que se está dando una profunda transformación hacia un nuevo capitalismo, que corrija la deriva a que ha llegado el capitalismo neoliberal. En este sentido no son pocos los gurús del capitalismo que son muy autocríticos con esta deriva. En XL El Semanal, en el número 1099, del domingo 16 de Noviembre de 2008, Reinhold Würth, dueño del imperio multinacional que lleva su nombre y omnipresente en la lista anual Forbes de los hombres más ricos del mundo, afirmaba: “Estoy muy preocupado con esta crisis. Creo que es mucho más grave que la del 29 porque ataca a la médula del sistema. Estamos en un cambio dramático global”. Por su parte, Joseph Stiglitz, premio Nobel de Economía y asesor en esta materia del presidente Clinton ha llegado a afirmar: “Esta crisis es al sistema capitalista lo que la caída del Muro de Berlín lo fue al comunismo”. UNA CRISIS EN LA QUE VIVIMOS PELIGROSAMENTE “El ciego fue, se lavó y, cuando regresó, ya veía” ¿De qué crisis hablamos? Una crisis en la que vivimos peligrosamente. Para no hacerlo así, es necesario estar preparados para enfrentar sus consecuencias y, para ello, es necesario estar bien informados de qué crisis se trata. En los desastres que se desarrollan lentamente y ofrecen un margen de varios días o más para reaccionar, la evaluación que hacemos del peligro también juega un papel decisivo. Así, cuando el huracán Katrina comenzó su trayecto hacia la ciudad de Nueva Orleáns el 22 de Agosto de 2005, la fuerza devastadora de la tormenta tardó varios días en golpear los diques protectores de esta antigua urbe, cuna del jazz, situada bajo el nivel del mar. Tres días antes de que llegara el ciclón, el alcalde, Ray Nagin, empezó a implorar a los residentes, a través de la radio y la televisión, que evacuaran de inmediato la ciudad. “Señores y señoras esto no es una prueba, es un hecho real. Es el huracán que hemos estado temiendo durante años. ¡La primera obligación de cada residente es abandonar urgentemente la ciudad!” repitió de manera incansable. Por fortuna, la gran mayoría de los residentes, unos cuatrocientos mil, escapó de la ciudad antes de la tormenta, pero unos cien mil optaron por quedarse. La mañana del lunes 19 de Agosto Katrina golpeó con furia la urbe, con vientos de hasta doscientos diez kilómetros por hora que rompieron los diques y desencadenaron la temida inundación que sumergió gran parte de la ciudad bajo siete metros de agua. Cerca de ocho mil damnificados tuvieron que ser rescatados por equipos de R. MARX: “El capital. Una crítica cristiana alle ragione del mercato”. Ed. Rizzoli. Milano 2009, citado por CRISTIAN LOZA ADAUI, en la recesión “El Libro del trimestre” en Boletín de la Doctrina Social de la Iglesia nº I (2009) 4, pág-136 1 3 salvamento y casi mil quinientos habitantes perdieron la vida (…) Un estudio realizado “reveló que casi todos los residentes que desafiando el sentido común permanecieron en sus casas, justificaron su temeridad con este sencillo argumento: “No pensé que la tormenta iba a ser tan fuerte como fue”2. Luis Rojas Marcos advierte de la importancia de estar bien informados y tomar las decisiones adecuadas ante una adversidad, como en el caso comentado, predecible. Es fácil de suponer que el alcalde de Nueva Orleáns gestionó con prudencia la información que tenía sobre la evolución del huracán; posiblemente, esperaría y desearía que algún cambio meteorológico lo debilitara. Seguramente estuvo en todo momento pendiente de la información sobre su evolución. Sin duda, pensando en lo peor, tomaría medidas cautelares a fin de posibilitar el éxodo masivo de la población de la ciudad. Seguramente no daría ninguna licencia para el movimiento de transportes de convoyes excepcionales a través de las vías de salida de la ciudad, impidiendo la presencia de cualquier obstáculo que obstaculizase la evacuación tranquila de la ciudad3. Viene esto a cuenta de que es necesario estar bien informado de qué crisis hablamos, ya que algunos analistas nos ofrecen información de que la tormenta no ha hecho sino mas que empezar. Estar atento a estas informaciones, sin alarmismo, pero con responsabilidad, ver la evolución de los acontecimientos, si confirman o no las previsiones y según ello tomar las medidas cautelares necesarias para que, en la peor de las previsiones, podamos actuar adecuadamente, son decisiones que pueden resultar decisivas para salir con bien de la actual crisis. L.ROJAS MARCOS: “Superar la adversidad. El poder de la resiliencia”. Ed. Espasa.. Madrid 2010. págs. 118-119 3 Hemos vivido recientemente casos similares. Mientras los responsables en el País Vasco, tomaban medidas sin precedentes ante el anuncio de una “ciclogénesis explosiva” que, pasada ésta, no nos pareció que era para tanto. Cataluña quedó colapsada merced a una nevada de la cual los meteorólogos ya habían avisado. Será difícil evaluar si en el País Vasco se exageraron las medidas -que sin duda supusieron pérdidas económicas: RENFE, p.ej., suprimió varios trenes de largo recorrido- pero lo que son datos objetivos es que no hubo ninguna desgracia personal ni ninguna catástrofe natural, salvo pequeños incidentes. Y, en Orduña sopló el viento con una fuerza de 220 kmtrs/hora, la misma que el huracán Katrina en Nueva Orleáns. Lo que resulto noticia fue el colapso y el perjuicio correspondiente que trajo consigo la nevada en Cataluña 2 4 COGE EL DINERO Y… CORRE.. LA FINANCIARIZACIÓN DE LA ECONOMÍA “No se puede servir a dos señores” Existe una canción en la música popular brasileña, cuya letra viene a decir lo siguiente: Dinero ahora es hecho de plástico/ Puede bañarse en el mar/ puede mojarse. Este dinero es fantástico. Puede entrar en lavadora/ y centrifugar Que la imagen no se borra. El valor no pierde. Se lava y se usa/ este dinero es lavable Para quien tiene dinero negro/ Lavándolo queda mejor. Se lava… ¡queda como nuevo! Se lava y… ¡queda blanco! Difícilmente una letra popular puede expresar mejor lo que esta ocurriendo en el sistema económico universal y que tiene mucho que ver con esta crisis. La crisis está conectada a dos fenómenos que se han dado en los últimos tiempos en el sistema económico. A saber: la financiarización de la economía y las tarjetas de crédito. En esta nueva situación, el dinero se vuelve cada vez más invisible, inmaterial; y, en la medida en que se hace invisible, es cada vez más omnipresente y omnipotente. Se calcula que, en los mercados financieros, circula por día un trillón y 500 billones de dólares. Los bienes exportados e importados en el mundo, en un año rondan los 7 trillones de dólares. Todo ello quiere decir que en una semana circula, en los mercados financieros, más dinero que el que corresponde a las importaciones y exportaciones en un año. En el sistema económico capitalista tradicional, la inflación, la devaluación del dinero era el mecanismo que tenía el mercado para hacer corresponder la cantidad de dinero que se movía en él con la materia u objetos de consumo que existían para ser comprados con ese dinero. Si, por ejemplo, con el dinero que se movía en el mercado se podían comprar 100 kilos de manzanas, pero solamente existían 80 kilos, el dinero se devaluaba para que solamente se pudiesen comprar esos 80 kilos o por esos 80 kilos habría que pagar más –la maldita inflación- para que no se pudiesen comprar 100. Pero en el actual sistema financiero el dinero ha dejado de tener correspondencia material. Ahora, es inmaterial. Es cuestión de confianza o desconfianza4: “Las empresas y los especuladores campan a sus anchas y mueven ingentes cantidades de dinero a través de las fronteras, sin que los gobiernos puedan hacer gran cosa para evitar los abusos que a menudo cometen (desestabilizaciones financieras, des-localizaciones, contaminación, evasión fiscal, explotación laboral…): al contrario, los gobiernos compiten entre ellos para atraer inversiones y, para ello, ofrecen todo tipo de facilidades a las empresas e inversores. En definitiva, la globalización económica por el momento, lo que ha supuesto es que se de una máxima libertad de movimientos al dinero: este se mueve a la velocidad de la luz a través de la telaraña electrónica mundial” (Emilio MARTINEZ NAVARRO, “¿Crisis de civilización? Cambio de paradigma”, en VVAA: “Los nuevos escenarios del desarrollo humano, Un proyecto global”. CUADERNOS Instituto Social León XIII, nº 6. 2007. págs. 33-55). “Todo el sistema do crédito ya no va unido a ninguna racionalidad matemizable sino que esta fundamentado en el crédito, en la confianza, en la fe y, por tanto, en última instancia, en la relación social” G. COCCO, en entrevista concedida a la revista IHU on line de UNISINOS, número dedicado a “A crise do capitalismo mundial em discussao”. Año 5, nº 34.2009. UNISINOS. Sao Leopoldo RS Brasil 4 5 Por ello, puede ocurrir lo que ha ocurrido: que a los grandes bancos de pronto se queden sin liquidez. Simplemente el dinero se ha hecho invisible, y, por tanto, difícil de controlar. Ya se puede andar sin dinero. ¿TENER O DISPONER? “No tendrás otros dioses fuera de mi” Junto a lo anterior, se produce el fenómeno de la transformación radical del concepto y del papel de la propiedad que se sustituye por la noción de acceso a la propiedad. Diversos recursos como alquiler, leasing, renting, concesión, derechos de admisión, suscripción, ser socios de un grupo o colectivo que tiene acceso a los bienes necesarios o deseables es mucho más económico y rentable que poseer en propiedad dichos bienes, lo cual supone un coste. Es más importante tener acceso a los bienes que poseerlos en propiedad. Las empresas pasan a controlar el acceso, subcontratando servicios. Lo que importa no es tener dinero, contante y sonante; lo que hace falta es tener crédito. Reinhold Würth, en la entrevista citada afirmaba: “Personalmente no suelo llevar dinero encima; con frecuencia en mi club de aviación, mis amigos tienen que invitarme a una cerveza”. Es decir, como dice la canción brasileña: lo que importa es tener dinero de plástico, que además, se puede lavar. PLENO EMPLEO: LO QUE LA TÉCNICA SE LLEVÓ “Dejarás los frutos delante del Señor tu Dios” Esta transformación de la cultura material supone la crisis de la sociedad salarial que emergió con la sociedad industrial. La sociedad es capaz de producir más riquezas, bienes y servicios, sin necesidad de emplear a todas las personas aptas para el trabajoempleo. Es decir, la gran utopía de la sociedad industrial del pleno empleo no es realizable. La precariedad del trabajo y la flexibilización de las relaciones laborales son una constante en la vida de los trabajadores. El mismo mundo del trabajo ha pasado por una gran transformación. La mano de obra como productora de riqueza ha sido sustituida por el cerebro que inventa y manipula maquinas. Es lo que los especialitas denominan “knowledge society”, la sociedad del conocimiento. Hoy hay cada vez menos empleo en el sector primario. El tiempo liberado por la escasez de trabajo productivo debe de ser invertido en el sector servicios. Esta nueva situación obliga al Estado a asumir un protagonismo central, a la vez que el mercado como regulador de la economía pierde papel, ya que lo que se intercambia no son objetos materiales, sino de conocimiento. En esta nueva estructura aparece un núcleo formado por personas altamente cualificadas, muy bien pagadas, polivalentes, siempre abiertas y capaces de adaptarse a la innovación que se ve circundado por una esfera que trabaja en la precariedad, tercerizada5; éstas, a su vez, se ven rodeadas de un 5 No hace falta llamar excesivamente la atención sobre ello. Lo estamos ya experimentando. Hoy la mayor parte del empleo se encuentra en el sector servicios. Uno de los medios que los poderes públicos tienen para reducir el desempleo es emprender grandes obras que adsorban la mano de obra excedente del sector primario. Ello tiene que ver con el endeudamiento del sector público, ya que este no produce riqueza. A su vez, esto solamente puede ponerse en marcha si hay una mejor distribución de la riqueza producida, que, dada su hipoteca social (como recordó Juan Pablo II en su encíclica “Solicitudo rei socialis”), debe financiar ese endeudamiento necesario. Mediante una política fiscal adecuada y una intervención del Estado en determinados sectores económicos, especialmente el financiero. Algo de esto ya lo estamos viviendo cuando, al escribir estas líneas, se ha informado de como una importante entidad financiera del País Vasco ha concedido un crédito, a bajo interés a una institución pública a fin de poner en practica proyectos que proporcionan empleo en el sector servicios. 6 inmenso contingente de personas que quieren trabajar y no lo consiguen. El tiempo libre, el tiempo intermitente, da una nueva dimensión a la alienación y a la opresión.6 Más que nunca se camina hacia la lucha por el derecho de cada uno a ganarse la vida trabajando menos y mejor, recibiendo por entero la parte de la riqueza socialmente producida: el derecho de trabajar de modo discontinuo, intermitente, sin perder durante esas pausas, la renta plena, de modo que se abran nuevos espacios a actividades sin fines económicos y reconocer en ellas la dignidad y el valor eminentes, sea para los individuos sea para la sociedad. Es aprender a vivir el ocio, no como un descanso del trabajo sino como un bien en sí mismo, durante el cual y mediante el cual, la persona humana, también, construye su dignidad y participa en la construcción social. VACACIONES LABORALES. HACIA UNA CULTURA DEL OCIO Y DEL SERVICIO “El Espíritu le condujo al desierto, donde el diablo le puso a prueba” El paso de una economía industrial a otra informática supone una espectacular descentralización de la producción. El proceso de modernización y el pasaje hacia un paradigma industrial exigieron la concentración intensa de las fuerzas productivas y, con ello, la masiva emigración de la fuerza de trabajo hacia los centros urbanos. La eficacia de la producción industrial dependía de la concentración y de la proximidad de los elementos necesarios para el funcionamiento de la fábrica, para el transporte y la comunicación. La informatización de la industria y la dominación creciente de la producción de servicios han vuelto innecesarias tales concentraciones. El progreso en las técnicas de la telecomunicación y de la información ha hecho posible una desterritorialización de la producción y una des-localizacion del trabajo. La cadena de montaje ha sido sustituida por la “red”: red de cooperación que no requiere concentración territorial ni física. Contrariamente al antiguo modelo industrial, vertical e integrado, la producción tiende hoy a organizarse en red horizontal de empresas. Es cierto que esto está comenzando a acontecer. Las vacaciones extraordinarias intentan equilibrar el excedente de horas de mano de obra que la empresa tiene para adaptar la producción al consumo. No es solamente un hecho coyuntural con motivo de la crisis financiera, sino que es un adelanto de lo que ya se viene advirtiendo: que para producir más y mejor, sobra mano de obra, con lo cual la huelga como lucha obrera pierde valor y eficacia7. 6 Hoy, gracias a la revolución informática, está cambiando la misma realidad del trabajo. Hoy, un empresario pone en las manos de sus empleados un ordenador portátil y un móvil –sus instrumentos de trabajo- les propone –o impone- unos objetivos de rendimiento mensual y les dice: “Trabaja dónde y cuándo quieras”. Se ahorra el tener que disponer de un espacio -un despacho que tiene unos gastos fijos: impuestos, mantenimiento, limpieza, etc.- y el trabajador no necesita “marcar ficha”. Solamente esta obligado a presentar resultados a final de mes 7 Los sindicatos tienen aquí un gran desafío. La lucha sindical no puede ya estar en función del trabajador empleado para reivindicar mejores condiciones laborales. Debe internacionalizarse, globalizarse. Ya lo advirtió en su tiempo Luis Inacio, “Lula”, da Silva, actual presidente de Brasil, siendo presidente el sindicato de los metalúrgicos de Sao Paulo: “los obreros de la Volkswagen de Alemania no pueden reivindicar beneficios laborales -justos, sin duda- sin contar con nosotros. Porque sus victorias laborales las pagamos lo trabajadores de la Volkswagen de Brasil”. Mucho más en una crisis en la que las grandes víctimas no son quienes tienen trabajo sino quienes no tienen acceso a el. 7 Asimismo la renta básica y las prejubilaciones son un adelanto de que una persona no necesita trabajar para recibir lo necesario para vivir dignamente. Es suficiente ser un ser vivo para tener derecho a un salario no necesariamente ligado a un trabajo asalariado. Ello implica la intervención de los órganos públicos para la distribución justa de la riqueza producida. Así, el sistema capitalista deberá dejar paso a un nuevo socialismo, ya que Caritas no podrá salir en ayuda del sistema, puesto que los que quedan fuera del circulo de salario productivo no forman un colectivo coyuntural sino estructural8. LA REVOLUCIÓN INFORMÁTICA “Esta es una generación malvada, pide una señal, pero no se le dará una señal distinta de la de Jonás” Algunos autores comparan esta crisis con la que sobrevino como consecuencia del descubrimiento de la maquina de vapor y de la consiguiente Revolución Industrial. Y afirman que no estamos en una época de cambios sino en un cambio de época.9 La invención de la máquina a vapor significó, por tanto, un salto cualitativo en la forma de producir, y como consecuencia, una profunda transformación social. La aplicación de la máquina de vapor a las fábricas hizo que aumentara considerablemente la productividad y el producto bruto, y abrió por primera vez la expectativa, previsible y factible, de una sociedad de abundancia. Por otra parte, la aplicación de la máquina de vapor al transporte produjo la aparición del ferrocarril y del barco de vapor, con lo se logró que las comunicaciones terrestres y marítimas fueran más rápidas y económicas facilitándose así la distribución de las enormes cantidades producidas. Todo esto condujo a una profunda modificación en la estructura social. Surgieron grandes concentraciones humanas en ciudades inmensas (de un tamaño desconocido hasta entonces), cambiaron los hábitos, las costumbres y las relaciones sociales. Puede decirse que las grandes revoluciones sociales (francesa y rusa), así como las guerras de los últimos doscientos años (napoleónicas, europea y mundial, entre otras menores, pero frecuentes) fueron consecuencia de la Primera Revolución Industrial y de la necesidad de encontrar un equilibrio social que la incorporase. Cabe decir, pues, que la explosión productiva, en cantidad y calidad, originada por esta Primera Revolución Industrial provocó los grandes cambios sociales que se observan en los siglos XIX y XX, mediante los que se logran cotas de bienestar y seguridad, impensables en siglos anteriores. La Humanidad, sin embargo, pagó por ello el innecesario costo de innumerables y sangrientas guerras producidas por aferrarse a antiguos moldes y privilegios, y no aceptar las formas de producción y distribución que exigía y permitía la nueva situación. “Es hora de desarrollar una solidaridad que vaya más allá de la que llevó a cabo el movimiento obrero en el s. XIX, una solidaridad por ascensión que pretendía cambiar el sistema; más allá de la solidaridad por distribución que creó el Estado de bienestar, que ya solo pretendía mejorar el sistema, se trata ahora de crear unas solidaridad por abajamiento, una solidaridad compasiva, que sea capaz de ir contra los intereses de los países ricos y de generar vida y desarrollo humano en todo el planeta.” (Emilio MARTINEZ NAVARRO, op. cit., -cfr. nota 4- pág.48) 9 INACIO NEUTZLING: “Uma epoca de mudanças. Uma mudança de epoca” en CONVERGENCIA, Marzo 2008. XLIII., nº 409, pág. 107-131, recogiendo la Asamblea general de la Conferencia de Religiosos de Brasil, de Septiembre de 2007. Se puede encontrar una traducción al castellano de este trabajo en la pág. web de la diócesis de Bilbao, en la entrada reseñada. Este trabajo ha sido la fuente principal de inspiración del autor del que escribe estas líneas. Otros autores, hablan de una “crisis de civilización” (cfr. Emilio MARTINEZ NAVARRO, op.cit.) 8 8 Pero el desarrollo tecnológico continúa y en nuestros días se está produciendo una nueva Revolución: la Revolución Informática que anuncia ser más drástica que la precedente, motivada porque los sistemas productivos necesitan cada vez menos que el hombre aporte directamente el conocimiento técnico o la información requerida en la producción. Esto ocurre porque la información no precisa ser almacenada, como antes, en el cerebro humano, e interpretada por él, para controlar y dirigir los procesos productivos, sino que puede alojarse, circular e interpretarse por máquinas de un nuevo tipo: las procesadoras de información y los robots. En noviembre de 1937, George Stibitz, trabajando por aquel entonces en los Laboratorios Bell, construyó la primera computadora, fundamentada en el sistema binario que sustituía al sistema decimal. La sociedad de la información se caracteriza por el ciclo de innovación y obsolescencia de las tecnologías y de los productos. Este ciclo es el que dicta las normas y los términos de la nueva economía en red. Este ritmo frenético impone sus exigencias a todos. Es un efecto de la ley de Moore (Gordon Moore, ingeniero eléctrico y fundador de Intel, en 1965, fue el primero en predecir que la capacidad de almacenar información de los chips de un computador se doblaría cada 24 meses, en cuanto su costo de producción permanecería estable o decrecería). La ley de Moore se ha extendido después a otros elementos, como la memoria de los computadores y las performances de las telecomunicaciones en general. Esta ley no solamente se ha cumplido sino que viene siendo superada por la efectiva miniaturización de los procesadores, que doblan su capacidad entre 12 y 18 meses. Cabe recordar que las nanotecnologías serán capaces, en un espacio de tiempo no muy largo, de multiplicar esa capacidad en muchas decenas de millares de veces. Según Raymond Kurzweil, se necesitan 1016 cálculos por segundo para equiparar la capacidad de procesamiento del cerebro. Supercomputadores actuales realizan 1014 cálculos. Proyectos de computadores japoneses prometen ya 1016 para final de esta década. Para el 2020, máquinas como esas serán comercializadas por 1000 dólares.10 Los autores que comparan ambas revoluciones no dudan en afirmar que la actual crisis económica esta realizando el mismo papel que la de la crisis del 29. Esta no es una crisis cíclica más, típica del sistema capitalista, sino, como aquélla, una crisis generada por la necesidad de adaptación a un nuevo sistema en las relaciones económicas y sociales. Por eso, no es fácil predecir ni cuándo ni cómo va a terminar este proceso. Aunque esperemos que no nos lleve a las consecuencias que trajo la anterior Revolución como necesidad de adaptación, lo que hizo que la humanidad pagara por ello el innecesario costo de innumerables y sangrientas guerras producidas por aferrarse a antiguos moldes y privilegios, y no aceptar las formas de producción y distribución que exigía y permitía la nueva situación. Esperemos que no, pero si es previsible -y es bueno que la Iglesia este atenta y preparada para ello- una etapa prolongada de fuertes conflictos sociales, laborales y políticos. Se puede predecir que la ciudadanía volverá a tomar las calles y no, precisamente, para hacer procesiones de Semana Santa 10 KURZWEIL, Raymond: The age of spiritual machines: when computers exceed human inteligence. La referencia, aquí citada, de este autor se puede encontrar en www.unisinos.br/ihu 9 EL CRECIMIENTO TIENE LIMITES. LA ECOLOGIA RETA AL SISTEMA “¿Has comido acaso del árbol que te prohibí comer?11 La problemática ecológica está llamando la atención de que no se puede seguir explotando la naturaleza: “El crecimiento tiene límites; la Tierra se esta muriendo” no es una declaración de ningún militante ecologista radical, sino que esta expresión se oyó proclamar en el Club de Roma en 1972. Si esto es así, es normal que entre en crisis un sistema económico, basado en el beneficio y en el crecimiento continuo. Por otra parte, la obsesión por el consumo entra en colisión con lo que se está pidiendo a la comunidad cristiana en el sentido de recuperar la austeridad de vida. De ello se hace eco Benedicto XVI en su encíclica “Caritas in Veritate” Algunos autores abogan por el decrecimiento como medio más razonable de adaptación a las nuevas circunstancias. De entre ellos, hay quienes, impelidos por la aplicación de la justicia social, solicitan el decrecimiento de unos -los de la sociedad desarrolladapara que otros puedan crecer… Pero esta posición trae situaciones conflictivas. De cualquier forma, todos los indicadores parecen señalar que se asiste a un cambio de época y se camina hacia un nuevo sistema económico: unos hablaran de una refundación del capitalismo12, otros de un capitalismo social, unos terceros de un nuevo socialismo y algunos mas hacia la necesidad de un sistema de economía mixta, publicoprivada o privada con intervención de los organismos públicos estatales o internacionales LA GRAN ESPERANZA BLANCA: NOS QUEDAMOS CON EL (SISTEMA CAPITALISTA NEOLIBERAL) O … ARRIESGAMOS CAMBIAR 13 “He venido a dar vista a los ciegos y privar de ella a los que creen ver” El gran problema para salir bien parado de esta crisis es el propio sistema capitalista, tan perverso que es capaz de salir airoso de lo que él mismo ha provocado, dejando en la cuneta infinidad de víctimas, para autoregularse. Como bien señala José Luis Segovia Bernabé: “La situación que vivimos tiene su base en un sistema económico que tiene una dificultad endémica para dejarse juzgar por la Verdad. Cualquier tipo de control o regulación ética le es intrínsecamente inaceptable. Y hablando de ceguera, señala los tres defectos de vista que tiene dicho sistema: a) padece de daltonismo (solamente reconoce el “color del dinero”); b) padece de falta de visión lateral (lo que le impide ver el enorme colectivo de víctimas que quedan en la cuneta, reducidos a inevitables “daños colaterales”); c) y padece de miopía (empeñado en el “Si hay algo suficientemente obvio para cualquier persona que no esté obcecada por intereses de corto plazo y por mala fe, es que los problemas derivados del deterioro ecológico constituyen una bomba de relojería que puede suponer la desaparición de la especie humana sobre la Tierra. Seguir creciendo económicamente como lo estamos haciendo hasta ahora puede ser tan suicida como minar lentamente los cimientos de nuestra casa con todos nosotros dentro” (Emilio MARTINEZ NAVARRO, op. cit –cfr. Nota 4- pág. 49.) 12 Estos desearían la aparición de un nuevo Keynes, que adapte el capitalismo a las nuevas circunstancias socio-económicas y políticas. John Maynard Keynes (Cambridge, 05/06/1883-21/04/1946) adaptó el sistema capitalista tras la crisis del crack del 1929 13 “Me parece que hay indicios suficientes de que, en efecto, estamos en un momento histórico crítico. Y la crisis podría gestionarse mal (…) o podría gestionarse bien y dar lugar a una nueva etapa de mayor justicia y calidad de vida para las personas y los pueblos (…) Una cosa es segura: o rectificamos el rumbo o el barco de nuestra civilización se hundirá en un plazo relativamente breve” (Emilio MARTINEZ NAVARRO, op. cit. -cfr. nota 4- pág.35) 11 10 cortoplacismo no es sensible a la sostenibilidad y las consecuencias a largo plazo)14”. Siguiendo la enseñanza, de la DSI, este autor indica tres instrumentos necesarios para poder responder ante la verdad: 1) existencia de un orden ético objetivo, al cual la política y la economía también deben ajustarse15; 2) ejercicio de autocrítica16; 3). La exigencia del Bien Común17 universal y la mirada a las víctimas para que dicha realidad se juzgue ante dicho orden ético objetivo. Y… ¿QUÉ HACE UN CRISTIANO COMO TU EN UNA CRISIS COMO ESTA? “Los que sembraban con lágrimas, cosechan entre canciones” ¿Qué hacer ante la actual crisis? Lo primero será determinar las responsabilidades: Todo parece indicar que no hacía falta ser profeta para adelantar lo que iba a ocurrir. Tampoco el ciudadano normal es del todo inocente ya que si bien podría argüir que, al no ser técnico en el sistema económico y financiero, no sabía nada de lo que estaba pasando, también es verdad que como dice la sabiduría popular “nadie da duros a peseta”. Si se estába viviendo por encima de las posibilidades, en algún momento quedaría a descubierto la trampa o el truco En la base de la actual crisis, junto a los avances de la tecnología ya citados, existe también un déficit antropológico y, por ende, no se trata de una crisis simplemente de tipo económico sino que tiene una dimensión cultural y, más aún, ética. Efectivamente, el sistema capitalista ha reducido el ser humano a pura individualidad, soslayando su ser social y, por tanto, su responsabilidad ante los otros. De ahí que se dé una “exacerbación de los derechos que conduce al olvido de los deberes”18. El capitalismo cae en el extremo opuesto al comunismo. La actual crisis lo ha dejado al descubierto. Así como la Iglesia ha condenado al marxismo, tampoco ha dejado de llamar atención sobre el materialismo del capitalismo que cae en la idolatría del dinero “Tampoco apoya la comunidad cristiana la ideología liberal, que cree exaltar la libertad individual sustrayéndola a toda limitación”19. El sistema económico también tiene que regularse desde principios éticos, ya que la economía no es un fin en si misma, sino que debe de estar al servicio del ser humano, ser individual y ser social20. J. L. SEGOVIA BERNABÉ: “La realización del orden justo en la sociedad: responsabilidades. El momento es apremiante (I Cor. 7,29)” en XVIII Curso de formación en Doctrina Social de la Iglesia. Madrid 15-17 de Septiembre de 2009. Este trabajo se puede encontrar en la web: www.instituto-socialleonxiii.org. 15 A ello hace constante referencia Benedicto XVI en su encíclica “Caritas in Veritate”. También vale la pena conocer el trabajo de ILDEFONSO CAMACHO: “Etica, economía y política”. Fundación Santa María/SM. Madrid 1994 16 Aquí está, nos parece la gran diferencia entre pluralismo y relativismo: para este, la verdad de cada cual tiende a identificarse con la Verdad, y debe de ser respetada tal cual; para aquél, la verdad de cada cual es respetable pero es exigible que entre en diálogo con la verdad de los otros, para así acceder a la Verdad que trasciende las verdades de cada uno. 17 Compendio de Doctrina Social de la Iglesia (CDSI,333) 18 Caritas in Veritate, 43 19 Pablo VI en la Octogsima Adveniens, 26 20 CDSI, 369 14 11 De ahí que Benedicto XVI afirme: “Es preciso reformar el sistema financiero mundial y las macro estructuras políticas, económicas y financieras para que este tipo de catástrofes no vuelvan a repetirse”21. Pero si bien el máximo responsable de la crisis es el sistema y aquellos que han usado de él de forma inmoral e indecente, no es menos cierto que todos tienen también alguna responsabilidad, ya que todos han vivido muy alegremente al pairo de la corriente favorable. Se ha establecido una cultura que ha llevado a creer en un acceso fácil al dinero; que ha hecho creer a las generaciones jóvenes que lo que se necesita o se desea se puede conseguir sin esfuerzo o “sin el sudor de la frente”; que ha identificado a la persona como sujeto de derechos y no de deberes. Y ¿qué hace un cristiano como tú en una crisis como esta? Si bien es cierto que solamente el ser humano es sujeto moral, no es menos cierto que determinadas estructuras propician determinadas conductas más o menos éticas. Por eso, se hace necesario afirmar que “habrá que provocar conversiones forzosas del sistema”. No se pueden reducir los problemas de ética social a moral individualista, como bien apunta el concilio Vaticano II 22. Esto exige una acción social y política, lo cual pone sobre el tapete la responsabilidad del Estado. Casi todos los analistas coinciden en afirmar que el mercado ha campado a sus anchas sin ningún tipo de regulación o control y ello ha traído la ruina. Por eso, parece necesario un cambio de sistema: o hacia un capitalismo social o hacia un nuevo socialismo. En cualquier caso, la actual crisis reclama un mayor protagonismo de los poderes públicos en la regulación de la economía. Ya lo advierte el Papa: “Es preciso reformar el sistema financiero mundial y las macro estructuras políticas, económicas y financieras para que este tipo de catástrofes no vuelvan a repetirse”23 Pero no se puede dejar toda la responsabilidad en manos del Estado ya que la “justicia es asunto de todos y no solo del Estado”. Por eso, se hace necesario que, la sociedad civil recupere su protagonismo. Aquí los movimientos eclesiales y cada uno de los creyentes tiene que asumir sus responsabilices en su compromiso político y social. También la Iglesia debe de asumir su responsabilidad, que debe ser ejercida en dos direcciones: “Denunciar sin hipotecas los mecanismos perversos que convierten el dinero y la ganancia fácil en una idolatría y aplicarse el cuento con transparencia, sin la ingenuidad de pensar que tasas muy rápidas y altas de retorno en inversiones de riesgo caen del cielo. Esto es de aplicación a quienes tienen responsabilidades en administraciones diocesanas, congregacionales, movimientos,...”24 Los cristianos de a pie, también han de reformar su estilo de vida y, siguiendo al Papa, revisar sus necesidades, intereses y deseos, sus economías familiares, colectivas y personales 21 Caritas in Veritate, 67 Gaudium et Spes, 29 23 Caritas in Veritate, 67 24 JL SEGOVIA BERNABÉ, op.cit. 22 12 ¿COMO LLEGAR A LA META SIN MORIR EN EL INTENTO? “Por tanto hermanos, esforzaos más y más en consolidar vuestra vocación y elección” “No pretendo decir que haya alcanzado la meta o conseguido la perfección, pero me esfuerzo a ver si la conquisto. Yo hermanos, no me hago ilusiones de haber alcanzado la meta, pero me lanzo a la consecución de lo que esta delante y corro hacia la meta, hacia el premio al que Dios me llama desde lo alto por medio de Cristo Jesús” (Flp3,12-14). Este no es tiempo de predicar sino de actuar. Ante el herido en el camino, el samaritano no le suelta un discurso moral ni le echa en cara el haberse adentrado en un camino peligroso a horas inadecuadas. Simplemente, le atiende. El camino de Jericó debía ser propenso a asaltos. Algunos itinerarios en nuestras ciudades son puntos “negros”, propicios a abusos sexuales y violaciones contra la mujer. Los ayuntamientos, además de facilitar asistencia a las víctimas, hacen una revisión de esos puntos “negros” y reforman esos caminos a fin de mejorar la seguridad. Ante la crisis que vivimos, no es suficiente para calmar nuestra conciencia cristiana el atender a las victimas. Nos vemos obligados a revisar, desde la propia Doctrina Social de la Iglesia, el sistema que produce tantas víctimas y, en su caso, junto con todos los hombres de buena voluntad, trabajar por su transformación. Aquí propongo algunas pistas de actuación: 1. Se hace necesario visibilizar y priorizar a las víctimas. 2. Aunque el anuncio y el predicar con el ejemplo debe de ser prioritario no ha de descuidarse la denuncia. Se hace necesario no solamente atender al caído sino dar soluciones a un camino que provoca tantas victimas reformando su trazado. Es decir, hay que revisar y denunciar –si es necesario- y exigir si es el caso- la transformación de un sistema que provoca tal numero de victimas. 3. Promover, para ello, en las comunidades cristianas, comisiones de expertos que, haciendo seguimiento de la crisis, ayuden a vislumbrar alternativas al sistema único que produce tantas víctimas 4. Promocionar iniciativas de banca ética y solidaria que active el sistema financiero en función del bien común y del bien social, que tenga como prioridad sacar de la cuneta a las victimas que irán cayendo como consecuencia de la actual crisis. 5. Es misión de la Iglesia propiciar la conversión que lleve a un cambio de hábitos en lo referente al consumo, el ahorro y la inversión lo cual resulta contracultural frente a un sistema que propugna el consumo sin medida y como solución a la crisis. Un buen servicio seria elaborar un decálogo que orientase a las familias, y a los individuos sobre la práctica de las virtudes de la templanza y la justicia25. 6. Por parte del cristiano, debe introducir como clave de su estilo de vida cristiana el compromiso con un consumo políticamente responsable. En este sentido, las organizaciones cristianas deberían estudiar la viabilidad de promover cooperativas y asociaciones de consumidores, fundamentadas en los valores y virtudes cristianas 7. Educar, desde la más tierna edad, a las nuevas generaciones en el compartir, en la solidaridad y en el consumo responsable. Que las nuevas generaciones sean conscientes que la pobreza existente en el mundo tiene una de sus causas en nuestro bienestar y en nuestro consumo irresponsable. En esta línea, diseñar itinerarios de educación en la fe que ayuden al encuentro de Cristo en su relación con los pobres. 8. Aprovechar la crisis como una oportunidad única para dar a conocer el rico acervo doctrinal de la Doctrina Social de la Iglesia. 25 Cfr. Catecismo de la Iglesia Católica, nº 1805-1809