Las sales de Schüssler y las flores de Bach: cómo combinar estas herramientas para lograr el equilibrio y estimular la fuerza de la salud que habita en el ser humano. Así como nos enfermamos y nos desequilibramos, dentro de nosotros existe una fuerza capaz de ayudarnos a recuperar el equilibrio. Es una especie de Médico Interior. La enfermedad, como decía el Dr.Eduardo Bach, no es material en su origen, sino es energética. Son las emociones las que las que delatan el comienzo de la enfermedad. Si el sufrimiento se instala y persiste, luego de un tiempo comienza a ser cada vez más visible, hasta llegar a producirse en el campo orgánico. Entonces el camino de regreso a la salud es más difícil y penoso... algunas veces se retorna y otras no. Las ideas más ortodoxas acerca de las causas de las enfermedades han perdido un espacio protagónico frente a otras disciplinas con ideas menos convencionales. Hoy nadie, o casi nadie, duda de la íntima relación entre mente y el cuerpo. Sabemos que la alegría, el placer , la felicidad y la unión alma , mente y cuerpo aseguran una existencia de Salud. Y que la salud no es en tal caso la ausencia total de enfermedad, que la enfermedad no debiera ser eliminada o los síntomas acallados, sino que el camino es entender qué nos sucede, qué sucede...en que medida nos estamos equivocando. Y que la equivocación es no escuchar el pedido del alma o la esencia misma del Ser. Las doce flores curadoras de Bach ayudan a salir del desequilibrio, del defecto de la personalidad, dan santamente, sanamente, toda su maravillosa virtud. Así la enfermedad, el error, se diluye. Doce sales de Schüssler representan ,para cada flor, el sustento físico del desequilibrio. Las sales forman parte de la estructura física de los tejidos, órganos y del cuerpo mismo. Cada desequilibrio emocional, cada defecto lleva, a la pérdida de una de ellas o más.Este trabajo propone pensar en la restitución de la sal perdida, junto a la fórmula floral que, llevando al estado óptimo emocional. permiten retornar al camino de la Salud. En ese camino la reflexión y la conciencia del paciente son pilares fundamentales para lograr el verdadero cambio. En el prr.98 del Organon d la Medicina, el Dr.Hahnemann dice:”La investigación del cuadro completo, verdadero, con sus peculariedades, exige especial circunspección, tacto, conocimiento de la naturaleza humana, cautela en conducir la indagación y paciencia en grado eminente” Una lágrima puede ser vista como agua y sodio...sin embargo es mucho más que ello, sentimientos, dolor, expresión ...todo está allí contenido. Dilucidar ese sentido es verdaderamente la tarea terapeútica.