Rendimientos de operaciones de capitalización y contrato de

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Derecho Financiero y Tributario II
Vanessa Asensio Pérez
Rendimientos de operaciones de capitalización y
contrato de seguros de vida e invalidez
Se consideran rendimientos del capital mobiliario los rendimientos dinerarios o en
especie derivados de operaciones de capitalización y de contratos de seguros de vida o
de invalidez, salvo cuando tales rendimientos deban tributar, en el propio IRPF, como
rendimientos de trabajo, o bien en el Impuesto de Sucesiones y Donaciones.
Se trata de rendimientos derivados de contratos de previsión en los que se ha pactado la
aportación de determinadas cantidades, con carácter periódico, a cambio de recibir
cierta suma cuando se produzcan determinados hechos o contingencias: alcanzar
determinada edad, fallecimiento o invalidez.
La prestación se puede obtener en forma de capital (cuando se percibe en pago único) o
en forma de renta (cuando se percibe en pagos periódicos).
La prestación en forma de renta a su vez puede percibirse en forma:
-
Vitalicia: cuando tiene una duración indefinida.
-
Temporal: cuando está predeterminada su duración.
-
Inmediata: cuando entre el momento de constitución del capital y el momento de
percepción de prestaciones la distancia de tiempo es mínima.
-
Diferida: cuando entre el momento de la constitución del capital y la percepción de
prestaciones hay un lapso de tiempo dilatado.
Las rentas inmediatas son de tipo prima única, mientras que las rentas diferidas pueden
ser tanto a prima única como constituidas con varias primas.
Adquiere una importancia decisiva la cuantificación del importe que debe sujetarse a
tributación como rendimiento del capital mobiliario. A este fin adquieren un papel
importante dos circunstancias: las aportaciones o primas satisfechas por el asegurado y
el periodo de tiempo que media entre la firma del contrato y el momento en que se
perciben las cantidades como consecuencia de la producción del hecho que obliga a su
abono.
La ley prevé la cuantía que se va a sujetar a tributación según los distintos casos
posibles:
a) Percepción de un capital diferido
Se sujetará a tributación la diferencia entre el capital percibido y el importe de las
primas satisfechas [art. 23.3. a) TRLey].
RKM = K – SUMATORIO DE LAS PRIMAS POR SU VALOR
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Fase de aportación
Fase de Percepción
Primas
K
b) Rentas vitalicias inmediatas
No se sujetan las adquiridas por herencia, legado o cualquier otro título sucesorio –
supuesto que daría lugar al pago del Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones-.
En este caso, existe una rentabilidad generada en la fase de percepción. La
determinación de la cuantía sujeta se hace computando un porcentaje de la renta
anualmente percibida, porcentaje establecido según la edad que tenga el rentista en el
momento de constituir la renta y que permanece invariable a lo largo de todos los años
en los que se percibe la renta.
Los porcentajes son los siguientes:
-
45% cuando el perceptor tenga menos de 40 años.
-
40% cuando tenga entre 40 y 59 años.
-
35% cuando tenga entre 50 y 59 años.
-
25% cuando tenga entre 60 y 69 años.
-
20% cuando tenga más de 69 años.
Cuanta más edad tenga el contribuyente en el momento de constituir la renta, más corta
será la operación financiera y, por tanto, menos rentabilidad tendrá ésta.
Fase de aportación
Fase de percepción
Rentabilidad de la fase de percepción
K
(vitalicia)
Obsérvese que la renta imputada sigue esta distribución constante:
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Ficalmente, se objetiva el rendimiento de capital mobiliario, imputándose una cantidad
constante a lo largo de la vida de la operación financiera. Se objetiva porque no tiene en
cuenta la rentabilidad real.
En cambio, la operación en términos financieros responderá a este tipo de distribución:
Intereses
Financieramente, cada año se generan menos intereses. Los primeros años casi todo lo
que se percibe son intereses y conforme pasa el tiempo, estos decrecen a medida que se
devuelven mayores cantidades del capital aportado.
c) Rentas temporales inmediatas
La determinación del ingreso integro del capital mobiliario se hace computando un
determinado porcentaje de la renta anualmente percibida, porcentaje que varía en
función de duración de la renta.
Los porcentajes son los siguientes:
-
15% cuando la renta se abone durante 5 o menos años.
-
25% cuando la renta se abone durante más de 5 y hasta 10 años.
-
35% cuando la renta se abone durante más de 10 hasta 15 años.
-
42% cuando la renta se abone durante más de 15 años.
A mayor duración de la renta, el porcentaje de RKM de la misma será superior.
Fase de aportación
Fase de percepción
Rentabilidad en la fase de percepción
K
p.e: 10 años
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d) Renta diferida vitalicia
En este supuesto existe, no sólo una rentabilidad en la fase de percepción de
prestaciones, sino también durante la fase de aportaciones. Este carácter es lo que la
diferencia de las rentas inmediatas.
¿Cómo se calcula la rentabilidad de la fase de aportaciones?
La rentabilidad en la fase de aportaciones es igual a la diferencia entre el valor de las
aportaciones y el valor del capital constituido en el momento en que se constituye la
renta. A este capital se le denomina “valor actual financiero-actuarial de la renta”.
La rentabilidad obtenida en la fase de aportaciones, tratándose de renta vitalicia, se
imputa a efectos del IRPF por partes iguales a lo largo de los 10 primeros años de
percepción de la rentas (es decir, cada año se imputa un 10%)
Por lo que hace a la rentabilidad de la fase de percepción, la determinación del ingreso
integro del capital mobiliario se hace igual que en el caso de la renta inmediata vitalicia,
es decir, va a depender de la edad del rentista en el momento de constituirse la renta.
RKM= rentabilidad obtenida en la fase percepción incrementado en la rentabilidad
obtenida hasta la constitución de la renta.
Fase de aportación
Fase de percepción
Rentabilidad de la fase de aportación
Aa
Primas
Valor A.F.A.R
Prestaciones
Valor A.F.A.R – es el Valor Actual Financiero-Actuarial de la Renta
e) Renta diferida temporal
Como el supuesto anterior existe una rentabilidad en la fase de percepción de
prestaciones y también durante la fase de aportaciones.
En cuanto a la fase de aportaciones, operaremos de forma idéntica a la renta diferida
vitalicia. Es decir, se calcula el valor actual financiero-actuarial de la renta y sobre éste
se resta el valor de las rentas satisfechas.
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Aunque existe una especialidad:
En la renta diferida vitalicia, la rentabilidad se imputa por partes iguales a lo largo de
los 10 primeros años de percepción de la renta. En la renta diferida temporal, si su
duración es inferior a 10 años se imputa a partes iguales a lo largo del periodo de
percepción de la renta. Y si es superior a 10 años se imputa a partes iguales a lo largo de
los 10 primeros años de percepción de la renta.
En cuanto a los rendimientos correspondientes a la rentabilidad en la fase de
prestaciones, se calculan de forma idéntica a como hemos visto en el caso de la renta
inmediata temporal.
La suma de los dos componentes = RKM
Fase de aportación
Fase de percepción
Rentabilidad de la fase de aportación
Primas
Valor A.F.A.R
p.e; 12 años (tiempo definido)
Situaciones especiales
1. Tratándose de rentas adquiridas por donación o cualquier otro negocio jurídico a
título gratuito e inter vivos, sólo se tributará por la rentabilidad correspondiente al
periodo de percepción de prestaciones, sin incrementar la cuantía resultante en el
importe de la rentabilidad obtenida hasta la constitución de la renta, puesto que tal
rentabilidad ya ha tributado en el Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones.
Fase de aportación
Fase de percepción
Rentabilidad de la fase de aportación
No se imputa la rentabilidad de la fase de
aportación
Cuantía que se somete a gravamen por el ISD
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2. Tratándose de rentas adquiridas a título sucesorio, no se tributará por la percepción
de las prestaciones correspondientes a esa renta en el IRPF. Puede que esto se deba a un
error al trasladar la lógica de la denominada “plusvalía del muerto”.
Caso particular de rendimiento de capital mobiliario de seguros de
vida o invalidez que dan lugar a rentas diferidas.
RKM
La características mercantiles en este caso se deben asemejar a las previstas por la
regulación de Planes de Pensiones y demás instrumentos de previsión social. Si
cumplen una serie de requisitos mercantiles comunes a los Planes de pensiones y demás
instrumentos de Previsión Social, y nos encontramos ante rentas diferidas, el
contribuyente no tributará en cuanto no recupere el importe de sus aportaciones. A partir
del momento en que las haya recurperado, todas las cantidades que reciba se van a
calificar como rendimientos del capital mobiliario.
Prestaciones por invalidez
Si la prestación por invalidez deriva de un seguro de daños procederá la aplicación de la
exención del art. 7 d). 2 TRLIRPF. Hay que superponer esa exención con el régimen de
rendimiento de capital mobiliario. Tenemos una parta no exenta y sobre la otra parte
aplicaremos RKM.
Régimen de seguros en los que el asegurado asume el riesgo de la
operación (“Unit Linked”)
El art. 14.2.h. TRLIRPF dispone que se imputará como rendimiento de capital
mobiliario de cada periodo impositivo la diferencia entre el valor liquidativo de los
activos afectos a la póliza al final y al comienzo del periodo impositivo en aquellos
contratos de seguros de vida en que el tomador asuma el riesgo de la inversión. El
importe imputado minorará el rendimiento derivado de la percepción de cantidades en
estos contratos.
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Ahora bien, cuando se cumplen las condiciones de carácter mercantil que contempla
este precepto, el RKM no se imputará hasta que no concluya la operación de seguro.
Las caracterísiticas más destacadas de este tipo de operaciones son:
-
El asegurado asume el riesgo en la operación (normalmente, en las operaciones de
seguro, quien asume el riesgo es la aseguradora).
-
La entidad no garantiza el importe de la prestación, sino que éste va a depender de
las decisiones que adopte el propio asegurado respecto de las inversiones a realizar
con sus primas.
Puede ocurrir:
1. La entidad le ofrece alternativas de fondos de inversión.
2. La entidad ofrece distintas alternativas de valores.
Pero como el interesado es quien decide dónde van a ir sus primas, también es quién
asume las consecuencias.
El contribuyente no va a tributar cuando adopte decisiones que alteren adónde invierte
la provisión del seguro (estas variaciones no determinan la imputación de una ganancia
o perdida patrimonial). Tendremos un rendimiento del capital mobiliario cuando el
capital salga del circuito de la operación de seguro, es decir, cuando el contribuyente
retire su dinero de la operación.
Para determinar si este régimen es ventajoso habrá que hacer un análisis de la situación
del contribuyente. Dependerá de las circunstancias del contribuyente, de su renta
presente y futura, y de la estimación de su tipo de gravamen. Al ser aplicable la escala
progresiva, habrá que comparar el 15% con lo que tributaría el contribuyente al salir de
la operación de seguro.
Lo que si que parece claro es que a capacidad económica alta, la escala progresiva
perjudica en mayor medida. Y si la capacidad económica es baja, la alternativa de
seguro puede resultar más interesante. Pero, a priori, no se puede hacer una valoración
general.
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