Situaciones Crítica en Medicina de Urgencias Capitulo 4. Emergencias hipertensivas Definición Son crisis hipertensivas con compromiso de órganos blancos, tales como el sistema cardiovascular, cerebro, riñón. Son cuadros de deterioro progresivo de órganos blancos, con cifras diastólicas generalmente de 120 a 130 mmHg. Es más importante la rapidez de la subida de la presión arterial que los valores absolutos de la misma, para producir la emergencia hipertensiva. Fisiopatología Aumento abrupto de la presión arterial debido a descarga de sustancias vasoconstrictoras: norepinefrina, angiotensina II, hormona antidiurética. La liberación de esas sustancias produce daño endotelial con necrosis fibrinoide, con depósito de plaquetas y fibrina, con más liberación de sustancias vasoactivas, lo que genera un círculo vicioso. Diagnóstico Una historia clínica bien hecha es fundamental para el diagnóstico de emergencias hipertensivas. El solo dato de una presión arterial alta no hace el diagnóstico de emergencia hipertensiva. Se necesitan signos y síntomas de compromiso agudo de los órganos blancos. Cuando se establece el diagnóstico de emergencia hipertensiva debe hacerse un tratamiento inmediato (minutos a una hora) para bajar la presión arterial, generalmente con droga endovenosa tipo nitroprusiato de sodio. De otro lado, si hay presión arterial muy alta pero sin compromiso de órganos blancos se llama urgencia hipertensiva y la presión se baja en horas con drogas de vía oral. Urgencia hipertensiva Presión arterial diastolica mayor a 120 o 130 sin compromiso de órgano blanco. Etiología Las principales causas de urgencias hipertensivas han sido relacionadas con: Estrés: La causa más frecuente de subida de la presión arterial en nuestro medio. Suspensión de la droga: Como esta enfermedad es asintomática en la mayoría de los casos, el abandono de la droga es frecuente. Debe haber un buen plan educacional para evitar esto. Hipertensión de bata blanca: En estos casos cabe recurrir al autocontrol de la presión en casa, o a una monitoría de 24 horas. Además de la presión arterial alta se puede encontrar cefalea intensa, epistaxis o ansiedad grave. Es importante resaltar que las urgencias hipertensivas ocupan el 25% de las consultas y la mayoría de estos pacientes son tratados inadecuadamente. El ajuste de la dosis o el agregar otra droga antihipertensiva sirve en la mayoría de los casos. No se ha demostrado que el no bajar enérgicamente la presión arterial deje consecuencias en el paciente. Sin embargo, en los servicios de urgencias se exagera en bajar la presión arterial enérgicamente, lo que podría ocasionar mayores riesgos. Emergencias hipertensivas Bajo esta denominación se encuentran un grupo de patologías, por lo demás frecuentes en los servicios de urgencia; Dichas enfermedades son: Encefalopatía hipertensiva Infarto cerebral Hemorragia cerebral Hemorragia subaracnoidea Isquemia e infarto de miocardio Disección aórtica Es conveniente no bajar la presión arterial media (PAM) más de un 25% en minutos a una hora, en todas las emergencias hipertensivas para evitar una isquemia coronaria, cerebral o renal al descender excesivamente la presión arterial. Si ya se estabiliza el paciente puede intentarse mayor reducción de la tensión arterial en las próximas 24 a 48 horas. Son una excepción a este consejo los pacientes que han sufrido un ECV (Enfermedad Cerebrovascular), en esta condición no se debe normalizar la presión arterial, sin embargo se puede disminuir a ciertos valores según la situación del paciente lo amerite, como es el caso de ser candidato para trombolisis en un ECV isquemico. En disección aórtica hay que bajar la presión sistólica por debajo de 100 si es bien tolerada. Encefalopatía hipertensiva En la encefalopatía hipertensiva hay edema cerebral debido a una pérdida de la autorregulación de la presión-flujo cerebral que produce una vasodilatación cerebral con salida de líquido al intersticio. Los signos y síntomas pueden variar, pero en general se acepta que cursa con cefalea, náuseas, vómitos, alteraciones visuales, confusión, debilidad, desorientación, déficit neurológico fondo de ojo grado IV y nistagmus, entre otros. Exámenes de base: Electrocardiograma, para buscar cambios de isquemia o de infarto; uroanalisis, creatinina y electrolitos por el riesgo de hipopotasemia; si hay déficit neurológico, una escanografía cerebral es conveniente; si se sospecha una disección aórtica, un ecocardiograma transesofágico es lo recomendable. Tratamiento El paciente debe ser hospitalizado, ojalá en una unidad de cuidado intensivo, para una monitoría estricta. Terapia endovenosa para el manejo de la presión. El examen físico debe incluir fondo del ojo y una buena auscultación cardíaca en búsqueda de un galope. Buscar estertores que indiquen una falla cardíaca y descartar déficit neurológico. Las metas son reducir la presión diastólica a 100 mmHg. No reducir muy rápido la presión arterial ni llevar a la normotensión porque puede producir infartos o isquemia cerebral. Utilizar una droga endovenosa efectiva y que sea titulable para bajar la presión. La droga de elección es el nitroprusiato de sodio; con ella a los pocos minutos se ve el beneficio. Infarto de miocardio En esta patología la droga de elección es la nitroglicerina y no el nitroprusiato de sodio. La nitroglicerina produce una vasodilatación selectiva en el sitio de la lesión coronaria, disminuyendo la isquemia; en cambio, el nitroprusiato de sodio causa una vasodilatación generalizada de todo el árbol coronario, con robo coronario, lo cual extiende la isquemia y la zona del infarto. Se podría utilizar esta droga si no se pudiese controlar la presión con la nitroglicerina. Fuera del efecto benéfico de la vasodilatación selectiva, la droga produce un efecto de vasodilatación venosa que disminuye la precarga y por ende la congestión pulmonar, muy útil sobre todo en casos donde el infarto cursa con edema pulmonar asociado. Insuficiencia ventricular izquierda Un aumento abrupto de la presión aumenta la poscarga y, si ya hay un ventrículo izquierdo afectado, se produce una falla izquierda con edema pulmonar. El nitroprusiato de sodio es efectivo en bajar la precarga y la poscarga. Si hay enfermedad coronaria de base es preferible utilizar la nitroglicerina. La morfina es beneficiosa porque fuera de sedar al paciente produce vasodilatación venosa que disminuye la precarga. La furosemida endovenosa produce vasodilatación venosa inmediata, reduciendo la precarga. Tardíamente, por acción diurética, disminuye la hipervolemia. Disección aórtica El mejor índice de sospecha diagnóstica es el cuadro de un dolor precordial o retroesternal irradiado a la región interescapular en un paciente hipertenso. El 80% de los pacientes con disección aórtica tiene antecedentes de hipertensión arterial. Un mediastino ensanchado en la placa de tórax también debe hacer sospechar esta patología. En el plan de estudio el mejor examen para el diagnóstico es el ecocardiograma transesofágico. El tratamiento de elección es la combinación de nitroprusiato de sodio con betabloqueadores. Si se da sólo nitroprusiato de sodio, al bajar la presión arterial se despierta un reflejo simpático que va a aumentar el inotropismo, y esa contracción aumentada va a producir mayor disección de la aorta. Por eso el nitroprusiato en disección aórtica debe ser acompañado de los betabloqueadores. El verapamilo endovenoso (isoptin®): Esta es otra buena alternativa ya que cumple los dos beneficios: baja la presión arterial y disminuye el inotropismo, sin embargo, tiene como desventaja su difícil consecución en nuestro medio. Hemorragia subaracnoidea Resulta casi siempre de la ruptura de un aneurisma congénito en el polígono de Willis. En esta lesión hay una gran descarga simpática que eleva abruptamente la presión arterial, lo que puede producir vasoconstricción coronaria con cambios electrocardiográficos que simulan enfermedad coronaria, con imágenes de isquemia y aún de infarto de miocardio; conviene no bajar mucho la presión porque puede estimular el vasoespasmo cerebral y originar isquemia. Infarto cerebral y Hemorragia cerebral El infarto cerebral o la hemorragia cerebral pueden ser causa o efecto de la crisis hipertensiva. En lo posible no bajar mucho la presión arterial, y sólo hacerlo si presenta PAS > 220 o PAD > 121/140 mmHg. Hacer un descenso gradual de sólo un 20 a 25%. Si se exagera el descenso de la presión se esta empeorando la perfusion cerebral y de esta manera comprometiendo el estado de salud del paciente. Bibliografía 1. Jorge Araújo Grau: “Tratamiento de la crisis hipertensiva”. Emergencias en Medicina Interna. Matilde M. de Bernal, Carlos Hugo Moreno. Segunda edición, 1997. Págs. 16–25. 2. 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Medicamentos para el tratamiento de las emergencias hipertensivas con su tiempo de acción, efectos secundarios e indicaciones: Fármaco Vasodilatadores Nitroprusiato de sodio Dosis Inicio Duración Efectos secundarios Indicaciones especiales La mayoría de emergencias hipertensivas. Precaución con PIC alta o azoemia. Isquemia coronaria 0.25-10 g/kg/min en infusión Inmediato 1-2 min Náusea, vómito, calambres, diaforesis, intoxicación por tiocianato y cianida Nitroglicerina 5-100 g/ min en infusión 2-5 min 5-10 min Hidrocloruro de nicardipino 5-15 mg/h 5-10 min 15-30 min hasta 4 h Cefalea, vómitos, metahemoglobinemia, tolerancia con el uso prolongado Taquicardia, rubefacción, cefalea, flebitis local. 20-80 mg bolo, luego 0.5-2.0 mg/min en infusión continua. 250-500 g/kg/min en bolo, perfusión de 50-100 g/kg/min 5-15 mg en bolo 5-10 min 3-6 h Vómitos, disestesias en escalpo, broncoconstricción, mareo, náuseas, bloqueo cardíaco, hipotensión ortostática. La mayoría de emergencias hipertensivas, excepto IC. 1-2 min 10-30 min Hipotensión, náusea, asma, bloqueo de primer grado, IC. Disección aórtica, perioperatorio. 1-2 min 10-30 min Taquicardia, rubefacción, cefalea. Exceso de catecolaminas Inhibidores adrenérgicos Hidrocloruro de labetalol Hidrocloruro de esmolol Fentolamina * Estas dosis pueden variar de las descritas en el Physicians’Desk Reference (51 ed.) + La hipotensión puede presentarse con cualquiera de estos medicamentos. + Requiere un sistema especial de administración. La mayoría de emergencias hipertensivas, excepto IC aguda. Precaución con isquemia coronaria