Cultivo quinua

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Capítulo III
AGRONOMÍA DE LOS CULTIVOS ANDINOS
Mario E. Tapia
En la región alto andina, situada encima de los 2000 msnm, las condiciones agropecuarias
para la producción de los cultivos andinos varían entre los países. Por un lado están los
países donde prevalece una fuerte tradición prehispánica en las tierras más altas de los
Andes, como Ecuador, Perú y Bolivia, y por otro lado aquellos que con la influencia europea
han desarrollado sistemas productivos basados más en modelos externos, caso de Venezuela
y Colombia.
A lo largo del territorio que formó parte del Tawantinsuyo o imperio incaico, es decir desde
Pasto en Colombia hasta el norte de Argentina y Chile, es notable la influencia de los sistemas
agropecuarios desarrollados antes del siglo XVI con el empleo de cultivos y de las técnicas
agrícolas tradicionales.
En estos países, y sobre todo en el centro y sur del Perú y en los Andes de Bolivia, tienen
plena vigencia las comunidades campesinas descendientes de los antiguos ayllus y con ello el
uso de herramientas tradicionales, técnicas de manejo de suelos, así como el mantenimiento
de los llamados cultivos tradicionales.
Estas especies contribuyen en la actualidad de manera importante y selectiva en la
alimentación cotidiana de numerosas familias campesinas; aunque su cultivo y consumo a
nivel nacional tiende a disminuir por el efecto de la competencia de otros cultivos, la
importación y el subsidio de alimentos no andinos.
Una revisión de los conocimientos sobre las características botánicas, fisiológicas,
requerimientos de clima, suelo, necesidades de fertilización, actuales problemas fitosanitarios,
así como de las orientaciones para su mejoramiento y posibilidades de mecanización, se
contribuirá a mejorar su cultivo y fomentar su producción y consumo.
Una clasificación de estos cultivos puede incluir: los granos de alto valor nutritivo, por la
calidad de su proteína; los tubérculos como fuentes de energía; y las raíces, desde aquellas
adaptadas a los ambientes en la zona subtropical de los Andes, hasta la raíz de la punta que
es la maca.
GRANOS ANDINOS
QUINUA
(Chenopodium quinoa Willd)
La quinua es un grano alimenticio que se cultiva ampliamente en la región andina, desde
Colombia hasta el norte de la Argentina para las condiciones de montañas de altura, aunque
un ecotipo que se cultiva en Chile, se produce a nivel del mar. Domesticada por las culturas
prehispánicas, se la utiliza en la alimentación desde por lo menos unos 3000 años. Cobo
(1956), la menciona como una especie de importancia a la llegada de los españoles a
Sudamérica.
Descripción botánica
Es una planta anual de tamaño muy variable, puede medir desde 1 m a 3,5 m de altura, según
los ecotipos, las razas y el medio ecológico donde se cultiven.
Raíz
La raíz es fasciculada, llegando a tener una profundidad de 0,50 a 2,80 m según el ecotipo, la
profundidad del suelo y la altura de la planta (Pacheco y Morlon, 1978). En algunos ecotipos
de Colombia se ha observado que, en caso de fuertes vientos, la raíz no soporta el peso de la
planta y esta puede volcarse.
Tallo
El tallo es de sección circular cerca de la raíz, transformándose en angular a la altura donde
nacen las ramas y hojas. La corteza del tallo está endurecida, mientras la médula es suave
cuando las plantas son tiernas, y seca con textura esponjosa cuando maduran.
Según el desarrollo de la ramificación se pueden encontrar plantas con un solo tallo principal y
ramas laterales muy cortas en los ecotipos del altiplano, o plantas con todas las ramas de
igual tamaño en los ecotipos de valle, dándose todos los tipos intermedios. Este desarrollo de
la arquitectura de la planta puede modificarse parcialmente, según la densidad de siembra que
tenga el cultivo.
En condiciones de producción intensiva de quinua en Ecuador, se han logrado cultivares con
menos de 1 m de altura y un alto rendimiento de granos (mayor de 3t ).
Hojas
Son de carácter polimorfo en una sola planta; las hojas basales son romboides, mientras las
hojas superiores, generalmente alrededor de la inflorescencia, son lanceoladas (Nelson.
1968). La lámina de las hojas tiernas está cubierta de una pubescencia granulosa vesiculosa
en el envés y algunas veces en el haz. Esta cobertura varía del blanco al color rojo-púrpura.
Gandarillas (1979) indica que algunas variedades tienen hojas sin pubescencia.
Las hojas son dentadas en el borde, pueden tener muy pocos o hasta 25 dientes, según la
raza. La coloración varía de verde claro en la variedad Nariño, hasta verde oscuro en
Kcancolla; se transforman en amarillas, rojas o púrpuras según la madurez, cayéndose
finalmente las hojas basales (Figuras 9, 10 y 11).
Contienen células ricas en oxalato de calcio que les dan la apariencia de estar cubiertas con
una arenilla brillosa; estos oxalatos favorecen la absorción y retención de humedad
atmosférica manteniendo turgentes las células, guardas y subsidiarias de los estomas.
Figura 9. Morfología de la hoja basal y panoja de la raza de quinua Potosí, Altiplano de
Bolivia
Fuente: Gandarillas, 1968
Figura 10. Morfología de la hoja basal y panoja de la raza de quinua Cusco
Fuente: Gandarillas, 1968
Figura 11. Morfología de la hoja basal y panoja de la raza de quinua Junín
Fuente: Gandarillas, 1968
Inflorescencia
Se denomina panícula, por tener un eje principal más desarrollado, del cual se originan ejes
secundarios. Varía según las razas. Según el tipo de la panoja, Cárdenas (1969) agrupa todas
las quinuas en amarantiforme, glomerulada e intermedia.
La inflorescencia glomerulada se considera la forma primitiva y conjuntamente con la
amarantiforme pueden ser laxas o compactas; este carácter está muy relacionado al
rendimiento del cultivo. Las inflorescencias densas y de mayor tamaño (70 cm) pueden llegar
a un rendimiento de 220 g de granos por panoja.
En algunas panojas es posible observar una quimera sectorial que hace que la mitad de la
panoja sea blanca y la otra roja, característica que los campesinos aprecian y por ello
conservan los granos de estas panojas consideradas como un medio para mantener la
variabilidad (misa quinua).
Flores
En una misma inflorescencia se pueden presentar flores hermafroditas, generalmente
terminales y femeninas o pistiladas.
La proporción de flores pistiladas varía según los ecotipos. Rea (1969) estudió 40
introducciones procedentes de Ecuador, Perú y Bolivia, observando más de 240 flores en 102
plantas por introducción. El autor concluye que la quinua puede presentar una gran variación
sexual y cuando se presentan flores hermafroditas con poco grano de polen, su tendencia es a
la esterilidad masculina; por lo tanto pueden haber individuos totalmente alógamos y otros
ocasionales.
Por ejemplo, la variedad Kcancolla parece ser bastante expuesta a cruzamientos, mientras
que en las quinuas de panojas rojas predominan las flores hermafroditas, con menor
probabilidad de cruzamiento.
Hay un grupo intermedio, como la Blanca de Juli, originaria de Puno, en la cual el grado de
cruzamiento depende del porcentaje de flores pistiladas.
Fruto
El fruto de la quinua es un aquenio; el perigonio cubre una sola semilla y se desprende con
facilidad al frotarlo. A su vez, la semilla está envuelta por un episperma casi adherido (Figura
12)
Figura 12. Anatomía del grano de quinua
El episperma ha sido estudiado por Villacorta y Talavera (1976) quienes describen la
presencia de cuatro capas:
- Una capa externa que determina el color de la semilla y que es de superficie rugosa,
quebradiza y seca que se desprende fácilmente con el vapor.
- El color de la segunda capa difiere de la primera y se observa sólo cuando la primera
capa es translúcida.
- La tercera capa es una membrana delgada, opaca, de color amarillo.
- La cuarta capa es translúcida y está formada por una sola hilera de células que cubre
el embrión.
La saponina se ubica en la primera membrana. Su contenido y adherencia en los granos es
muy variable y ha sido el motivo de diferentes estudios y técnicas para eliminarla, por el sabor
amargo que confiere al grano (Capítulo V).
Gandarillas (1979) afirma que el carácter amargo o contenido de saponina estaría
determinado por un simple gen dominante. Sin embargo, la presencia de una escala gradual
de contenido de saponina indicaría más bien su carácter poligénico.
Cuadro 7. Clasificación de las quinuas según características del color de las plantas,
contenido de saponina y tamaño del grano
Color
Contenido de saponina
Tamaño del grano
1. Blanco
Amargo
Pequeño
2. Blanco
Amargo
Grande
3. Blanco
Dulce
Pequeño
4. Blanco
Dulce
Grande
5. Blanco
Amargo
Chullpi
6. Mixtura
Semi amargo
Medianamente grande
7. Rojo y púrpura
Amargo
Mediano
8. Anaranjado y
amarillo
Amargo
Mediano
9. Kcoito
Casi dulce
Mediano
10. Negro
Amargo
Mediano
Fuente: Tapia et al., 1980
Esta clasificación ha sido completada con el tipo de panoja amarantiforme o glomerulada y el
carácter laxo o compacto a fin de ser utilizada en la selección de material genético para el
mejoramiento de la quinua (Pérez et al., 1980). Basándose en estas características,
Gandarillas (1979) ha sugerido la existencia de 18 razas (Figuras 9, 10 y 11).
Requerimientos climáticos
La quinua es un cultivo con diferentes requerimientos de humedad y temperatura. Estos
dependen según el grupo de quinuas al que pertenece. Estos requerimientos se presentan en
el Cuadro 8, basado en trabajos de investigación, efectuados en Perú y Bolivia.
Gonzales et al. (1994), en las condiciones de la zona andina de Argentina han efectuado
estudios sobre el efecto de diferentes niveles de estrés hídrico sobre el crecimiento, partición
de asimilados y rasgos morfológicos de la quinua. Los resultados han mostrado que un estrés
moderado incrementa la producción de biomasa y el crecimiento; en este sentido, la variable
morfológica más afectada por la falta de agua es el área foliar específica. Por otro lado, a
medida que la concentración de clorofila aumenta, la de nitrógeno foliar disminuye. El autor
concluye que la quinua se puede considerar como un cultivo de tipo "conformista", es decir
que se adapta a los niveles de estrés hídrico. Esta investigación confirma los resultados
obtenidos por Vacher et al. (1994) quienes señalan que la quinua con potenciales hídricos
foliares muy bajos, indicador de ajuste osmótico, una conducta osmótica y una fotosíntesis
elevada, tiene una excelente tolerancia a las sequías.
En las quinuas de valle hay diferencia entre aquellas que se desarrollan en valles interandinos
con acceso al riego, como ocurre en Urubamba (Perú), Cochabamba (Bolivia) y aquellas que
se cultivan en secano como en Huaraz, parte alta del Mantaro, Ayacucho y Abancay (Perú).
Las primeras alcanzan una altura hasta de 3,5 m.
Además existe la influencia de una mayor precipitación al norte del Perú, Ecuador y sur de
Colombia. En el área de Nariño y norte de Ecuador existe un ecotipo de porte alto, muy
ramificado, hojas de color verde claro y grano muy blanco y dulce, que dio origen a la variedad
Nariño (Tapia, 1984).
Las quinuas del altiplano también se producen bajo condiciones variables: puede haber poca
precipitación y condiciones climáticas favorables como alrededor del lago Titicaca, en lagunas
o quebradas cercanas a ríos de donde son originarias las variedades Kcancolla, Blanca de Juli
y Tahuaco; en cambio, aquellas que se adaptan a las pampas altas son la Cheweca y Witulla,
con panojas coloreadas y que soportan temperaturas más bajas.
Catacora (1994), ha estudiado 138 colecciones de quinuas del altiplano de Perú y Bolivia: el
análisis de componentes principales y la función discriminante utilizando simultáneamente 14
variables se redujo a 3 variables significativas denominadas como variables de crecimiento,
producción económica y limitantes en la producción. Según este estudio se identificaron tres
subpoblaciones denominadas Puno, Patacamaya y Oruro, de acuerdo al lugar de procedencia
de las accesiones.
Las quinuas del grupo de los salares están adaptadas a condiciones xerófitas extremas y se
posibilita su desarrollo inicial por la humedad que utilizan de los hoyos cavados al momento de
la siembra en la zona de los salares, al sur de Bolivia. El cultivo de quinua en esta área sigue
un sistema de producción muy especial, después de la cosecha el suelo queda en descanso
durante 4 a 8 años, aunque en los últimos tiempos este período se ha disminuido con los
efectos negativos en el agotamiento de la fertilidad de los suelos (Risi, 1994).
Cuadro 8. Requerimientos de humedad y temperatura, según los grupos agroecológicos
de quinuas
Grupo
agroecológico
Precipitación (mm)
Temperatura mínima
(°C)
700 -- 1 500
3
Altiplano
400 -- 800
0
Salares
250 -- 400
-1
800 -- 1 500
5
1 000 -- 2 000
7
Valle
Nivel del mar
Yungas
Fotografía 1.Quinua variedad Fotografía 2.Quinua variedad
Rosada de Junín. Cusco,
Amarilla de Maranganí. Cusco,
1983
1982
Fotografía 3. Quinua variedad Nariño, planta tierna. Seleccionada en Cusco de material
procedente de Colombia, 1983
Fotografía 4. Quinua variedad Tahuaco. INIAA, Puno, 1980 Sistema de transplante de
quinua. Comunidad de Amaru, Cusco, 1986
Fotografía 5. Sistema de transplante de quinua. Comunidad de Amaru, Cusco, 1986
Las quinuas de nivel del mar están más adaptadas a climas húmedos y con temperaturas más
regulares y sobre todo a latitudes más allá de los 30°S, como ocurre en Concepción y Valdivia
en Chile (Tapia, 1988). Barriga (1994) estudió la diversidad de 13 accesiones de la X Región
de Chile mediante un análisis de componente principal incluyendo sólo las características
continuas y semicontinuas. El primer componente principal contribuyó con un 45% de la
varianza y las variables con los coeficientes más altos fueron el número de panojas, días a la
emergencia, días al primer par de hojas, días al botón floral, días a plena floración y días a
final de floración, todas ellas con signo positivo.
Finalmente existe un grupo muy reducido de quinuas que se han adaptado a las condiciones
de las Yungas (Bolivia), a alturas entre los 1500 y 2000 msnm, con la característica de tener el
tallo al estado maduro así como el perigonio de color naranja. Su adaptación a climas
subtropicales les permite adecuarse a niveles más altos de precipitación y calor. Existe una
sola colección efectuada en Bolivia y las muestras de este grupo crecieron adecuadamente en
Cusco a 3300 msnm, presentando un largo período vegetativo, de más de 200 días.
En un extenso trabajo de investigación sobre quenopodiáceas en la región de los Himalayas,
se señala que existiría en la India una especie que se supone es Ch. quinoa la cual, por la
falta de testa y uniformidad del color de la semilla, es denominada cultivar de la tierra, "earthen
cultivar" (Partap, 1982).
Requerimientos de suelos y fertilización
A menudo se ha indicado que la quinua es un cultivo rústico y que se produce en suelos
pobres. Aunque efectivamente se puede desarrollar en estos suelos, los rendimientos serán
lógicamente bajos.
La quinua prefiere suelos francos, semiprofundos, con buen contenido de materia orgánica y
sobre todo que no se anieguen; con tan sólo 4 a 5 días de exceso de humedad se afectará su
desarrollo.
El pH del suelo debe ser neutro o ligeramente alcalino, aunque algunas variedades
procedentes de los salares en Bolivia, pueden soportar hasta pH 8, demostrando su carácter
halófito; asimismo se ha encontrado quinua de suelos ácidos (pH 4,5) en Michiquillo y
Cajamarca, Perú (Mujica, 1995, información personal).
La respuesta de la quinua al nitrógeno se ha estudiado bastante; ésta depende mucho de la
precipitación en la zona y la precedente rotación de cultivos.
En la práctica, los campesinos no fertilizan la quinua, dependen de los nutrientes aplicados al
cultivo anterior que es generalmente la papa. Cuando se siembra quinua después de un cereal
o se repite quinua, se debe aplicar por lo menos estiércol de corral. Calzada (1951) fue uno de
los primeros en estudiar la respuesta de la quinua a la fertilización orgánica y química; en
ensayos efectuados en Puno y Huancayo encontró una significativa respuesta sobre todo al
nitrógeno.
En múltiples investigaciones efectuadas en relación a la influencia de los diferentes nutrientes
en la producción de quinua se puede concluir que, con una precipitación mayor de 600 mm, la
quinua responde en forma significativa a niveles de 80 a 120 kg de nitrógeno; 60 a 80 kg de
fósforo y hasta 80 kg/ha de potasio en suelos deficientes en este elemento, que muy rara vez
se presenta en los suelos de los Andes.
En diferentes ensayos de fertilización de quinua, con humedad apropiada, se ha calculado que
por cada kilogramo de nitrógeno por hectárea, hasta un nivel de 120 kg/ha, la producción de
quinua se eleva en 16 kg/ha, lo cual, a los actuales precios de fertilizantes y grano, hace
rentable la fertilización nitrogenada (Medina, 1966; Herquinio, 1971; Rivero, 1985).
Se ha encontrado además que existe una buena respuesta al desdoblamiento del nitrógeno
aplicado mitad a la siembra y mitad al aporque (a los 50 días de emergencia).
Problemas fitosanitarios
Normalmente, la quinua es poco atacada por plagas y enfermedades cuando se la cultiva
asociada con maíz o habas. En cultivos puros y con niveles altos de intensificación aparecen
una serie de problemas fitosanitarios según las condiciones climáticas.
Plagas
Están muy relacionadas a la ocurrencia de sequías o veranillos que se presentan
normalmente en las partes altas de los Andes durante la época de crecimiento de la planta.
Las plagas de la quinua se pueden agrupar según el daño y los insectos causantes (FAO,
1990) (Cuadro 9).
Cuadro 9. Listado de las principales plagas de la quinua
Daños / control químico
Cortadores de plantas tiernas
Cebos a base de Triclorfón
(Diipterex R/)
Nombre vulgar
Gusanos de tierra
Ticonas o ticuchis
Minadores y destructores
del grano
Metamidofos (Tamarón R/)
Kcona kcona
Chako (Bolivia)
Mosca minadora
Oruga de hojas
Polilla de la quinua
Gusano medidor
Acchu, karhua
Padre curo
Pulguilla
Insectos masticadores y
defoliadores
Endosulfán (Thiodan R/)
Nombre científico
Feltia experta
Spodoptera sp.
Copitarsa turbata
Agrotis ipsilon
Eurysacca melanocampta
Liriomyza brasiliensis
Hymenia recurvalis
Pachyzancla bipunctalis
Perisoma sordescens
Epicauta latitarsis
Epitrix subcrinita
Picadores y chupadores
Dementón-S-metílico
(Metasystox R/)
Dimetoato (Royor R/)
Pulgones ,kutti
Piojo de las plantas
Cigarritas
Llaja, trips
Myzus persicae
Macrosiphum
Bergallia sp.
Franklinellia tuberosi
Fuente: Ortiz y Zanabria, 1979. FAO, 1990
La aplicación de un insecticida se debería considerar siempre como una medida extrema. En
la mayoría de las veces la incidencia de insectos puede ser reducida con medidas de control
biológico; mediante evaluación se puede determinar la severidad de la infestación. Si se
presenta en nivel bajo, no requiere tomar medidas de control; algunos insectos pueden ser
controlados por sus enemigos naturales o necesitan sólo captura a mano (Peralta, 1987). La
aplicación de métodos de control natural es practicada en forma tradicional por muchos
campesinos y es ciertamente un aspecto del cual hacen falta mayores comprobaciones y
divulgación.
La evaluación en tres etapas (Peralta, 1987), consiste en:
Contar antes del deshierbo los insectos cortadores Copitarsia turbata en 100 plantas.
Entre el deshierbo y el aporque contar las larvas de Eurysacca y Epicauta, colonias de
áfidos, predatores (chinches), Anthocoridae, Nabidae, arañas y coccinélidos en 100
brotes terminales.
Durante la maduración del grano contar las larvas de Noctuideos, Eurysacca, colonias
de áfidos y predatores mencionados en la segunda etapa, en 100 panojas.
La preparación adecuada y los aporques oportunos de los terrenos destruyen la mayor parte
de las pupas invernantes que se encuentran en la tierra y ayudan a evitar la emergencia de los
adultos de Noctuideos. El control manual de los insectos cortadores y de Eurysacca favorece
la población de insectos benéficos como arañas, chinches, coccinélidos, etc.
Enfermedades
En el Perú, García Rada (1947) fue el primero en describir una enfermedad en la quinua.
Detectó la presencia del hongo Peronospora farinosa, cuyo ataque se conoce como mildiú
(Cuadro 10).
El control sanitario de la semilla se considera como imprescindible, especialmente cuando se
la traslada de una región ecológica a otra.
La desinfección de la semilla debería ser una práctica frecuente, indicando además en la
semilla las enfermedades que se presentaron en la planta.
Cuadro 10. Principales enfermedades, sus síntomas y control
Enfermedad
Mildiú
Microorganismo
Peronospora farinosa
Mancha foliar
Ascochyta hyalospora
Podredumbre
marrón del tallo
Phoma exigua
Foveata
Mancha ojival
Phoma sp.
Mancha
bacteriana
Pseudomonas sp.
var.
Síntomas
Control
Manchas en hojas y
tallos,
primero verde
claro, después
amarillas
Variedades
resistente
Manchas necróticas en
hojas
Lesiones color marrón en
tallo
y panojas
Lesión ojival
En tallo
Semilla
desinfectada
Drenaje,
cambio de
rotación
Manchas irregulares humedecidas
en tallos y hojas
al inicio. Luego
marrón
oscuro
lesiones profundas
Fungicidas
cúpricos
Variedades
Resistentes
Control
de
semilla
con
Ataque de aves
Las aves ocasionan daños durante los primeros y últimos períodos vegetativos de la planta,
especialmente en el estado lechoso, pastoso y de madurez fisiológica del grano. Al tiempo que
se alimentan de los granos de la misma panoja, producen la caída de un gran número de
semillas por desgrane o ruptura de los pedicelos de los glomérulos. En la costa, las aves
pueden destruir por completo el cultivo a la emergencia de los cotiledones.
El ataque es más notorio en las variedades dulces, donde las pérdidas pueden alcanzar hasta
un 40%, especialmente en los alrededores del lago Titicaca y en microclimas donde abundan
palomas, tortolitas o "kullkus" (Mujica, 1977).
Para disminuir estas pérdidas se acostumbra contratar pajareros que ahuyentan a los pájaros
con pitos y latas. También existe la tradición de colocar águilas disecadas en sitios
estratégicos, cambiándolas de ubicación a diario, con lo cual se logra controlar en cierto grado
dicho ataque.
En la actualidad, se está experimentando con repelentes como los utilizados en arroz o sorgo.
Fitomejoramiento
El sistema de cruzamiento es preferentemente autógamo, aunque presenta entre 2 y 9% de
alogamía (Simmonds, 1965; Gandarillas, 1967), observándose cultivares casi completamente
alógamos (Kcoyto, Ayara, Kcancolla, etc.).
Con la alta variabilidad que muestra el actual material recolectado, al investigador le espera
todavía una vasta labor de simple selección masal.
En una evaluación del germoplasma de quinua efectuada en la Estación Experimental de
Belén, Bolivia, se utilizaron 599 entradas. Los rendimientos variaron entre 200 a 2800 kg por
hectárea, existiendo panojas con más de 150 g de producción individual de grano (Delgado y
Tapia, 1978). Con plantas como éstas y una densidad no mayor de 40.000 plantas por
hectárea se pueden esperar 6000 kg por hectárea en un año con adecuada precipitación, lo
cual indica el potencial productivo que tiene esta especie cuando se desarrolla
apropiadamente su técnica de cultivo.
Las técnicas de mejoramiento han sido revisadas por Tapia et al. (1979), Gandarillas (1967,
1968 y 1976) y Lescano (1994), concluyéndose que la selección panoja-surco es una de las
más promisorias. Además se reconoce que existe una amplia variabilidad, con material
precoz, tolerante a las principales enfermedades y plagas, diferentes tamaño de grano,
contenido de saponina y potencial productivo.
Otras técnicas como la hibridación han sido empleadas con relativa respuesta. La variedad
Sajama, supuesta como un cruzamiento de la quinua Real (tamaño de grano) por la variedad
Dulce del Altiplano es una nueva variedad adaptada mas bien a climas secos pues tiene una
baja resistencia al mildiú (Peronospora farinosa).
La introducción de materiales regionales hasta la fecha no se ha explotado suficientemente.
Un ejemplo positivo ha sido la introducción y selección de ecotipos de quinua de Colombia en
los valles interandinos del Perú, obteniéndose así la variedad Nariño, con muy buena calidad
de tamaño de grano, rendimiento y bajo contenido de saponina (Tapia, 1994).
De igual manera será de mucha utilidad el empleo de ecotipos de quinua del norte argentino,
en la región de los Andes centrales, donde se comportan como ecotipos muy precoces (100 a
110 días, según el período de crecimiento).
Los ecotipos de la zona de los salares al sur de Bolivia por su parte presentan la mejor
adaptación a bajas precipitaciones y suelos salinos.
Cuadro 11. Variedades y ecotipos de quinua actualmente bajo cultivo en los Andes
Tipo
Color/grano
Sabor
En Perú
Yanamarca
Valle
Blanco
Semidulce
Blanca de Junín
Valle
Blanco
Semidulce
Rosada de Junín
Valle
Rojo
Semidulce
Nariño
Valle
Blanco
Dulce
Amarilla Maranganí
Valle
Amarillo
Amargo
Huancayo
Valle/cruce
Blanco
Semidulce
Hualhuas
Valle/cruce
Blanco
Semidulce
Mantaro
Valle/cruce
Blanco
Semidulce
Blanca de Juli
Altiplano
Blanco
Semidulce
Tahuaco I
Altiplano
Blanco
Semidulce
Kcancolla
Altiplano
Blanco
Semidulce
Cheweca
Altiplano
Rosado
Amargo
Witulla
Altiplano
Púrpura
Amargo
Selección Jujuy
Valle
Cristalino
Semidulce
Chucapaca
Cruce
(RealxSajama)
Blanco
Semidulce
Kamiri
Cruce
(RealxSajama)
Blanco
Semidulce
Waranga
Cruce
(RealxSajama)
Blanco
Semidulce
Sajama
Cruce
Blanco
(DulcexAltiplano)
Sajama amarantiforme
Cruce
Blanco
(DulcexAltiplano)
Samaranti
Altiplano
Blanco
Sayaña
Altiplano
Amarillo-crema
Tupiza
Valle
Blanco
Amargo
Chillpi
Salar
Cristalino
Amargo
Chiara
Salar
Púrpura
Amargo
Kellu
Salar
Amarillo
Amargo
Chillpi pasancalla
Salar
Cristalino/rosado
Amargo
Michka
Salar
Rojo
Amargo
Pantela
Salar
Rosado
Amargo
Jachapuco
Salar
Blanco
Amargo
Pasancalla
Salar
Rosado
Amargo
Real blanca
Salar
Blanco
Amargo
Cochasqui
Valle
Blanco opaco
Semidulce
Imbaya
Valle
Blanco opaco
Semidulce
En Bolivia
Dulce
En Ecuador
Amarga del Chimborazo Valle
Amargo
Quinua del Carchi
Valle
Semidulce
Morada
Valle
Amargo
Chaucha de Yaruqui
Valle
Amargo
Amarga de Imbabura
Valle
Amargo
Tunkahuan
Ingapirca
En Colombia
Dulce de Quitopampa
Valle
Blanco
Dulce
Baer
Nivel del mar
Castaño
Semiamargo
Faro
Nivel del mar
Castaño/marrón
Semiamargo
Litu
Nivel del mar
Castaño
Semiamargo
Pichaman
Nivel del mar
Castaño
Semiamargo
En Chile
Cultivo
Tomando en cuenta que la quinua presenta semillas de pequeño tamaño (2.300.000
semillas/kg), el suelo debe estar muy bien preparado, nivelado y compactado, de manera que
se facilite la germinación.
La humedad del suelo al momento de la siembra es de suma importancia. Como la quinua se
siembra en áreas de secano, es necesario surcar y sembrar el mismo día, para evitar que el
suelo haya perdido la humedad.
La época de siembra es uno de los temas más estudiados. Con el fin de comparar dos zonas
agroecológicas con condiciones de clima diferentes, se ha tomado información de una
investigación efectuada en el altiplano de Puno a 3800 msnm (Aparicio, 1977) y de otra
realizada en la granja Kayra, Cusco a 3300 msnm (Mamani, 1982).
Las variedades de valle tuvieron un rendimiento mayor, sobre todo cuando se sembraron
antes del primero de octubre, con una precipitación acumulada de 50 mm. Se debe sin
embargo añadir que estas siembras se beneficiaron de un riego antes de la siembra.
El desarrollo de las tres variedades fue diferente en cuanto a altura de la planta y período
vegetativo, también se apreciaron las diferencias morfológicas propias de las variedades y el
efecto de la época de siembra. Todas las variedades sembradas al inicio de la lluvia tuvieron
un período vegetativo más largo.
Cuadro12. Respuesta de tres variedades de quinua a diferentes épocas de siembra y
dos densidades, Cusco
Variedad
Kg/ha
Período vegetativo, días
Tipo de panoja
Blanca de Junín
*
3 270 a
156-196
Glomerulada
Amarilla
Marnaganí
3 185 a
147-181
Amarantiforme
2 507 b
134-166
Glomerulada
Sajama
de
Densidad
10 kg/ha
3 028 a
15 kg/ha
2 950 b
*Promedios indicados con la misma letra no son significativamente diferentes al 5%
CV épocas 13,18%; CV épocas por densidad 3,35%; CV épocas por variedad 8,34%
Fuente: Mamani, 1982
Al comparar el rendimiento de cuatro variedades de valle, Soto (1984) encontró que la
variedad Rosada de Junín, Amarilla de Maranganí y Nariño producían más de 3 t/ha de grano.
Para las condiciones del altiplano de Puno, se compararon tres variedades: dos del altiplano
de Perú (Kcancolla y Blanca de Juli) con la variedad boliviana Sajama, en nueve épocas de
siembra, de setiembre a noviembre. Se encontraron diferencias, tanto entre variedades como
épocas de siembra.
De acuerdo a la distribución de las lluvias en el año en curso se recomiendan las siembras
tempranas en la primera quincena de setiembre. La época de siembra es decisiva en el
rendimiento de quinua del altiplano.
Densidad de siembra y rotaciones
La densidad varía según las condiciones climáticas, preparación del suelo, sistema de siembra
y la calidad de la semilla.
Se puede utilizar desde 4 kilos por hectárea, con una buena humedad en el suelo, siembra en
surcos y una semilla con alto poder germinativo. Densidades mayores se requieren en suelos
poco preparados, secos, con siembra al voleo y semilla no garantizada.
En el otro extremo, cuando se efectúa el trasplante, la cantidad de semilla puede ser de 1 a 2
kg. Esta práctica se emplea en los valles interandinos y corresponde a una agricultura
intensiva de producción con alta demanda de mano de obra.
En pruebas efectuadas en Inglaterra por Risi (1986) con surcos de 40 cm de espaciamiento se
obtuvo mayores rendimientos con 15 kg/ha de semilla. Confirman estos resultados los
experimentos que se están siguiendo en Ecuador, donde en suelos fértiles y con buena
humedad, las mayores densidades de siembra y población dan mayores rendimientos de
grano.
En la sierra del Perú en áreas ubicadas entre 3000 a 3800 msnm, el cultivo de quinua
generalmente sigue a la papa en la rotación. Por debajo de estas alturas, la quinua está
asociada con el maíz y sobre los 3800 msnm sucede a variedades de papa tolerantes a la
helada. También se siembran líneas de quinua que cruzan campos de papa, o se asocia con
habas (en valles, por ejemplo en el Colca, Arequipa). Las variaciones en el sistema de cultivo
de la quinua se presentan en la Figura 13.
Cuadro 13. Ensayo de variedades y épocas de siembra en el rendimiento de quinua en
Puno
Variedad
Época de siembra
Rendimiento grano
kg/ha
Blanca de Juli
10 setiembre
3.160 a*
Blanca de Juli
20 setiembre
2 752 a
Blanca de Juli
30 setiembre
1 625 b
Blanca de Juli
20 octubre
811 c
Kcancolla
10 setiembre
3 634 a
Kcancolla
20 setiembre
2 607 b
Kcancolla
30 setiembre
1 771 c
Kcancolla
20 octubre
553 f
Sajama
10 setiembre
1 899 a
Sajama
20 setiembre
1 477 a
Sajama
30 setiembre
1 021 b
Sajama
20 octubre
478 c
* Promedios indicados con la misma letra no son significativamente diferentes al 5%
Fuente: Aparicio, 1977
Figura 13. Sistemas de cultivo de quinua a lo largo de los valles de Vilcanota y Urubamba, y
Altiplano del Collao
Fuente: Tapia, 1980
Cosecha
La cosecha se realiza una vez que las plantas llegan a la madurez fisiológica, reconocible
porque las hojas inferiores cambian de color y empiezan a caerse, dando una coloración
amarilla característica a toda la planta. El grano, al ser presionado con las uñas ofrece
resistencia que dificulta su penetración. Para llegar a esta fase transcurren de 5 a 8 meses,
según el ciclo vegetativo de las variedades. En Puno, la cosecha es de abril a mayo. Es
conveniente asegurarse de la maduración para determinar la fecha de cosecha ya que al
adelantarla y exponerla a lluvias tardías, se corre el riesgo de fermentaciones en las parvas
que oscurecen el grano. Si por el contrario se realiza muy tarde, se desgrana fácilmente.
Los trabajos de la cosecha se dividen en cinco fases:
� siega o corte;
� formación de arcos o parvas;
� golpeo o garroteo;
� venteado y limpieza; y
� secado del grano.
Siega o corte
Lo tradicional es el arranque de las plantas. Estas, al salir con las raíces acarrean tierra que al
momento del golpe o trilla se mezcla con el grano, desmejorando su calidad.
Lo más recomendable es la siega con hoces en las primeras horas de la mañana, cuando los
glomérulos presentan una consistencia húmeda. No es recomendable el corte en horas de la
tarde ya que los granos, por la fuerte radiación solar, se desprenden fácilmente del perigonio y
como consecuencia se desparrama la semilla. De otra parte, la dureza de la planta dificulta la
manipulación.
Formación de arcos
La formación de arcos o parvas se hace para evitar que se malogre la cosecha por
inclemencias climáticas, como lluvias o nevadas, que manchan el grano. En estas parvas se
ordenan las panojas en el centro, en forma de techo de dos aguas, luego se cubren con paja.
Las plantas se mantienen en los arcos hasta que los granos tengan la humedad conveniente
para el golpeo o trilla. Este lapso es aproximadamente de 7 a 15 días.
Golpeo o garroteo, trilla mecánica
Generalmente, el golpeo se hace en las eras, que pueden ser circulares o rectangulares,
sobre suelo apisonado o extendiendo mantas sobre las cuales se golpean las panojas que
están dispuestas en forma conveniente. Esta labor se está mecanizando en la zona andina
con trilladoras estacionarias, las cuales funcionan con la toma de fuerza de un tractor o con
motor propio. Actualmente se emplean trilladoras de marca Triton o Turner que se han
acondicionado y adaptado para la quinua. Los resultados se pueden considerar como
satisfactorios. En la campaña agrícola 1976-77 se utilizó en Puno, Perú, una trilladora tipo
Triton con rendimientos de 600 kg de grano trillado por hora. Se ha determinado que con la
variedad Sajama, la utilización de la trilladora estacionaria resulta económica a partir de 5 ha.
Para evitar pérdidas de grano cuando se utilizan las trilladoras, la quinua debe estar bien seca
y la máquina regulada perfectamente. En caso contrario, se obtiene grano sucio o se elimina
el grano juntamente con la broza y el jipi (cobertura de granos y tallos secundarios de la
panoja). Las minitrilladoras manuales para arroz, de origen japonés, serían adaptables a las
condiciones del cultivo entre los agricultores del altiplano, así como las combinadas para
siembras extensivas en la costa.
Venteado y limpieza
En caso de trillarse por golpeo es conveniente aventar posteriormente, para eliminar los
perigonios, hojas y tallos pequeños que quedan con el grano. Generalmente se efectúa en
horas de la tarde para aprovechar el viento, de tal manera que los granos queden libres de
paja y listos para su almacenamiento.
Secado del grano
Es conveniente secar los granos al sol hasta obtener la madurez comercial, ya que si
contienen mucha humedad se produce fermentación y amarillamiento, desmejorando la
calidad. Según Arze y Reyes (1976) existe una relación directa entre porcentaje de humedad y
tiempo de secado del grano, con el poder y energía germinativa.
Almacenamiento
Es fundamental contar con un almacenamiento adecuado para evitar pérdidas, especialmente
por causa de roedores y pollilas. Se recomiendan lugares secos, bien ventilados y de
preferencia envases de yute. En Puno se han controlado eficazmente los roedores en
almacén, utilizando un roedenticida, cuya forma de preparación es la siguiente:
11 partes de quinua, cebada o avena,
4 partes de avena en hojuelas,
2 partes de azúcar,
1 parte de "Racumín" y aceite hasta humectar la ración.
El grano de quinua debe ser seleccionado por tamaño para su uso posterior. Así se puede
obtener grano de tamaño grande como semilla, mediano para consumo directo y pequeño o
quebrado para la producción de harinas.
Rendimientos
Los rendimientos están muy relacionados con el nivel de fertilidad del suelo, el uso de abonos
químicos, la época de siembra, la variedad empleada, el control de enfermedades y plagas, y
la presencia de heladas y granizadas.
Generalmente se obtienen de 600 a 800 kg/ha de grano en cultivos tradicionales. Con
tecnología moderna, empleo de fertilizantes, desinfección de la semilla, control de malezas, la
variedad Sajama por ejemplo ha producido hasta 3000 kg/ha, siendo el promedio comercial
1500 kg/ha.
En cuanto a los rendimientos en broza varían también de acuerdo a la fertilización,
obteniéndose en promedio 5000 kg/ha de broza (kiri) y 200 kg de hojuela pequeña, formada
por perigonios y partes menudas de hojas y tallos (jipi). Este componente tiene el mayor valor
nutritivo para su uso en la alimentación del ganado.
Las estadísticas sobre el área cultivada y la productividad de la quinua en Ecuador, Perú y
Bolivia (COPACA, 1991; PROSANA, 1992) reflejan rendimientos muy variables, debido a que
se muestrean campos de quinua en áreas que ecológicamente son muy diferentes, con
variados niveles tecnológicos y variaciones climáticas anuales. En conjunto son variables que
se deben tener muy en cuenta en la evaluación y potencial de este cultivo.
QAÑIWA
(Chenopodium pallidicaule Aellen)
Qañiwa, término usado en las lenguas quechua y aimara. En esta edición se escribe tal
como aparece en los diccionarios de Cusihuamán (1976) y Ayala (1988).
La qañiwa es una de las especies agrícolas menos estudiadas y en muchas oportunidades
se la ha confundido con la quinua (Vargas, 1938). Bertonio, citado por Hunziker (1952), en
su vocabulario de la lengua aimara de 1612 denomina quinua a la qañiwa y al definir el
significado de los vocablos "isualla hupa" dice: "quinua silvestre de la que llaman cañahua"
(2:183). De igual manera Cobo, en su Historia del Nuevo Mundo, al referirse específicamente
a la quinua escribe: "De las otras quinuas de colores hacen chicha, señaladamente de la
cenicienta, llamada cañahua...". No se sabe exactamente si el autor se confunde con las
quinuas del tipo Kcoito que tienen un color gris, o se refiere a la qañiwa que presenta varios
colores, pero no el ceniciento.
Chervin (1908) fue uno de los primeros en indicar que la qañiwa era una especie diferente a
la quinua, pero no fue hasta 1929 en que el botánico suizo Paul Aellen creó la denominación
de Chenopodium pallidicaule para este cultivo, probablemente en base a un espécimen de
tallo amarillo, citado por Hunziker en 1952.
No existen evidencias arqueológicas relacionadas con la qañiwa, de manera que no se
puede saber desde qué tiempo data su cultivo. Sin embargo, el hecho de que las plantas
pierden gran parte del grano por dehiscencia, hace pensar que su proceso de domesticación
no está aún concluido. Este cultivo parece estar muy relacionado con la cultura Tiahuanaco
que estuvo asentada en el altiplano de Perú y Bolivia. Es en esta área donde se encuentra
en la actualidad la mayor parte de la superficie cultivada.
La mención más antigua sobre el uso de la qañiwa en el continente americano es de Diego
Cabeza; su Descripción y Relación de la Ciudad de La Paz data de 1586. Al enumerar los
recursos de la región, el autor menciona: "las semillas con que los indios se han sustentado
y sustentan son: maíz, papas, chuño, oca, quinua y cañagua".
En las citas se usa indistintamente el nombre de qañiwa, propio de las regiones con idioma
quechua; o kañawa, de uso entre la población aimara. Comparando los informes de los
primeros cronistas españoles, se puede deducir que la superficie cultivada con esta especie
era más amplia en el pasado. Pedro Mercado de Peñaloza (1583), cronista español, la
encontró en toda la región de Pacajes en Bolivia. De Morúa (citado por Vargas, 1938) la
nombró como la especie cultivada por los indios Urus que habitaban al sur del lago Titicaca,
en una de las áreas más desoladas del altiplano.
En su texto indica: "...y ninguna cosa siembran ni tienen cuidado de hacer cosas, solamente
viven de hierbas, aunque hay entre ellos una simiente semejante al mijo, la cual nace de su
propia voluntad sin labor y llámanle quinua y cañagua, con su misma hoja la quieren y
comen todos los indios".
En esta descripción parece haber nuevamente una confusión entre quinua y qañiwa, pero lo
más importante es la mención al uso de las hojas, al igual que de otra quenopodiácea
(Chenopodium nuttaliae) que cultivaban los aztecas.
El cultivo de la qañiwa no ha tenido mayor difusión fuera de las fronteras del altiplano de
Perú y Bolivia y de las serranías de Cochabamba en Bolivia, y de Cusco, Ayacucho,
Huancavelica y Junín en Perú. En estas áreas la qañiwa ha tenido éxito por sus
características agronómicas de notable resistencia a bajas temperaturas.
El área de mayor concentración de campos cultivados con esta especie se sitúa en la parte
noroeste del altiplano, alrededor de las poblaciones de Llalli, Cupi, Macarí, Ayaviri, Nuñoa y
Huancané en el departamento de Puno, Perú, donde se han calculado entre 5000 y 6000 ha
en 1986.
En Bolivia se la cultiva en el departamento de La Paz, en el área de Pacajes, las zonas altas
de la provincia de Omasuyos y alrededor de Independencia en el departamento de
Cochabamba.
La "cuchi-quinua" ha sido relacionada a la qañiwa y se supone su presencia en Ecuador
(Acosta Solís, 1942), aunque parece poco probable que se trate de esta especie.
Descripción botánica
La qañiwa es una planta terófita erguida o muy ramificada desde la base (Fotografías 6 y 7),
de un porte entre 20 y 70 cm. Tanto los tallos en su parte superior, como las hojas y las
inflorescencias están cubiertos de vesículas blancas o rosadas (León, 1964).
Hojas
Las hojas alternas presentan pecíolos cortos y finos, láminas engrosadas de forma
romboide, cubiertas de vesículas, miden 1 a 3 cm de largo. En la parte superior se dividen en
tres lóbulos, rara vez sentados. Las hojas presentan tres nervaduras bien marcadas en la
cara interior que se unen después de la inserción del pecíolo, cerca al ápice, el pecíolo es
casi descubierto y las hojas son sésiles y protegen a la inflorescencia (León, 1964).
Inflorescencia
Las inflorescencias son inconspicuas, cimosas axilares o terminales y totalmente cubiertas
por el follaje. Las flores están agrupadas formando espigas (Vargas, 1938). Tienen flores
hermafroditas o estaminadas muy pequeñas de 1 a 2 mm de diámetro, sésiles. El perigonio
está compuesto de cinco partes (Hunziker, 1952).
Los estambres son generalmente 1-3, con un estaminodio minúsculo. El gineceo está
formado por el pistilo, superado por el periantio esférico y terminado en dos ramas
estigmáticas apicales, generalmente soldadas en su base.
Fotografía 6. Selección de ecotipo de qañiwa Amarilla. Estación experimental de Illpa,
INIAA, Puno, Perú. 1987
Fotografía 7. Planta de qañiwa ecotipo Lasta. Estación experimental de Patacamaya,
Bolivia. 1979
Fruto
El fruto es un aquenio más pequeño que el de la quinua y está cubierto por el perigonio de
color generalmente gris. El pericarpio es muy fino y traslúcido. La semilla es de forma
lenticular de 1 a 1,2 mm de diámetro y de color castaño o negro, con el episperma muy fino.
Tallo
El tallo en un corte transversal es redondo y está cubierto por vesículas pubescentes. El
porte de la qañiwa varía de 20 a 70 cm, presentándose el tallo de tipo erecto y poco
ramificado (Saiwa) o de tipo algo postrado y muy ramificado (Lasta) de acuerdo a la
clasificación propuesta por Paredes (1963).
La variación de forma y colores de la planta sigue un patrón muy semejante al de la quinua.
Se han podido diferenciar cuatro factores principales de variación en la qañiwa:
� El crecimiento de la planta que, como ya se indicó, puede ser de porte erguido
(Saiwa), o muy ramificado desde la base (Lasta).
� La coloración del tallo y follaje: amarillo, verde, anaranjado, rosado, rojo o
púrpura.
� El color de las vesículas: blanco o rosado.
� El color y tamaño de las semillas: negro, castaño o castaño claro.
En la evaluación de la colección de germoplasma de qañiwa de la Universidad de Puno que
se llevó a Bolivia en 1977, Calle (1979) encontró que éstas se pueden ordenar en 32 grupos.
Los caracteres más correlacionados a un alto rendimiento de grano son:
� En qañiwa Saiwa: longitud de raíces, longitud de tallo y color morado y rosado de
la planta.
� En qañiwa Lasta: altura de planta, número de ramas, diámetro del follaje y
profundidad de la raíz.
Requerimientos climáticos
El cultivo de la qañiwa se relaciona directamente con las zonas agroecológicas Suni altiplano
y Puna, caracterizadas por bajas temperaturas. Aunque es tolerante a las sequías una vez
que alcanza el estado de inicio de ramificación que es 40 a 50 días después de la
germinación (Mujica y Quillahuamán, 1989), requiere sin embargo de una adecuada
humedad sobre todo durante los primeros 20 días después de la germinación.
Suelos y fertilización
Al igual que la quinua, la qañiwa responde con mejores rendimientos a la fertilización con
nitrógeno y fósforo. En los diversos ensayos de fertilización se han utilizado ecotipos
seleccionados (Mantari, 1955; Morales, 1967; Tapia, 1968; de la Torre, 1969). En conclusión,
las fertilizaciones altas de nitrógeno y fósforo (120-60) han elevado la producción a 2400
kg/ha de grano y 14 t de broza; esta última tiene una buena utilización en la alimentación del
ganado.
Se ha encontrado interacción entre el efecto de la fertilización con nitrógeno y fósforo, pero
no así con potasio, para las condiciones del suelo del altiplano (de la Torre, 1969).
Condori (1970) ensayó cinco formas botánicas (rosada, amarilla, púrpura, anaranjada y roja)
del tipo Lasta, bajo diferentes niveles de fertilización (Cuadro 14).
Cuadro 14. Efecto de tres niveles de nitrógeno en el tamaño de la planta y
rendimiento de grano de qañiwa
Altura (cm)
Rendimiento (kg/ha)
Ecotipo
N0
N60
N120
N0
N60
N120
Anaranjada
30
35
35
1561
2490
2792
Amarilla
27
34
41
2062
2555
3016
Rosada
28
37
39
2273
3566
3516
Roja
31
37
44
2170
2640
3030
Morada
30
32
37
2051
2785
3122
Fuente: Condori, 1970
Enfermedades y plagas
La qañiwa es una de las plantas más resistentes a las enfermedades. Aunque se ha
detectado algún ataque de mildiú (Peronospora farinosa) al comienzo de la floración, éste
desaparece o la planta muestra alta tolerancia.
En relación a las plagas se han detectado varios insectos que la atacan. Entre los más
importantes se pueden señalar los siguientes:
Pulgones: Myzus persicae y Macrosiphum euphorbiae.
Escarabajo negro "challu challu" (Epicauta willei y Epicauta latitarsis).
Gusanos y larvas: de lepidópteros, Gnorimoschema sp. y de la familia Noctuidae.
Ver también las plagas y enfermedades de la quinua tratadas anteriormente.
Fitomejoramiento y variedades
La qañiwa presenta una dehiscencia (caída del grano) variable, con la cual se confirma que
es un cultivo en proceso de domesticación. La pérdida de granos antes y durante la madurez
puede alcanzar en algunos ecotipos hasta un 30% de la producción total. Selecciones
efectuadas en la Estación Experimental de Illpa en Puno muestran que en los ecotipos de
tipo Saiwa disminuye esta característica.
En el caso de la qañiwa, las selecciones de material genético también han sido dirigidas a
lograr variedades con diferentes propósitos de uso. Se buscan líneas de alta producción de
grano y otras que, por la abundante cantidad de follaje producido, pueden ser utilizadas
como forrajeras.
Las principales variedades actualmente cultivadas son:
� Variedad Cupi, tipo Lasta, de doble propósito grano/forraje;
� Rosada Lasta, tipo Lasta, grano mediano, doble propósito;
� Variedad Ramis, tipo Lasta, producción de grano grande.
Los ecotipos locales:
a) Qañiwa Lasta (variedades de igual tamaño)
� Chilliwa, color rosado
� Puca, color rojo
� Morada, color oscuro
� Condorsaya, color marrón a gris
b) Qañiwa Saiwa (tallo principal más desarrollado y erecto)
� Acallapi
� Puca
� Morado
� Condorsaya
Cultivo
La qañiwa es una planta que ha recibido escasa atención en cuanto a estudio de las labores
agrícolas. Sin embargo, se considera que se desarrolla mejor en suelos franco arcillosos con
buen drenaje.
Preparación del terreno
Como la semilla es un grano pequeño, responde muy bien a una buena aradura y
desterronado, lo cual favorece la germinación rápida y uniforme. La nivelación del terreno es
muy conveniente, pues los excesos de humedad pueden afectar seriamente la producción.
Siembra
La fecha de siembra está muy ligada a la localidad y las variedades utilizadas. Cuando el
año se presenta con una primavera seca, es conveniente atrasar las siembras.
Generalmente los meses de septiembre a octubre se consideran como los más adecuados.
Para la siembra de qañiwa se utilizan tanto terrenos de pastizales removidos, como suelos
donde el año anterior se ha cultivado la papa.
En la actualidad, la qañiwa se siembra al voleo, pero se ha encontrado que se obtienen
mayores rendimientos con la siembra en surcos distanciados de 30 a 50 cm. Cahuana
(1975) no encontró diferencias en rendimientos entre surcos de 25, 30 ó 35 cm de distancia.
La cantidad de semilla utilizada es de 4 a 8 kg/ha al sembrar en surcos, y hasta 15 kg
cuando se siembra al voleo. La densidad de siembra está íntimamente relacionada con la
clasificación del grano. Con el uso de semillas de mayor tamaño que han completado su
madurez se requiere una menor densidad. Para calcular el número de granos por hectárea
se considera que un gramo de peso contiene entre 900 y 1 000 granos de qañiwa.
Cosecha
El período de cosecha de la qañiwa se inicia en marzo y se extiende hasta abril, debido a
que no todas las plantas maduran al mismo tiempo (Gade, 1970). Además, se cortan las
plantas antes de que los granos maduren, de otra manera un gran porcentaje de ellos se
caería al suelo.
Un factor climático que puede afectar seriamente la producción del grano son las granizadas
que ocurren en el mes de marzo; pueden ocasionar pérdidas de hasta 80%.
La trilla, al igual que aquella de la quinua, se efectúa con el método tradicional de golpeo de
las plantas con palos curvados en el extremo (waqtana). Esta operación se repite varias
veces, conforme va madurando el grano en los arcos. Una vez trillado, la qañiwa es
venteada para separar las ramas pequeñas y hojas que conforman el residuo denominado
jipi. La broza conformada por las ramas, hojas y receptáculos de las inflorescencias se
denomina qiri.
Utilización en alimentación animal
Además de su empleo en la alimentación humana, la planta de qañiwa ofrece un buen
volumen de tallos que se utilizan en la alimentación animal como forraje y que el ganado
consume de buen agrado. Sotelo (1972) efectuó un ensayo en el que se cortó la planta en
diferentes épocas para su evaluación como forraje (Cuadro 15).
De estos resultados se puede deducir que la qañiwa es una especie con posibilidades
forrajeras, si se maneja adecuadamente, con el corte del follaje efectuado en una fecha
oportuna. La fecha más apropiada estaría alrededor de los 100 días después de la
germinación, cuando se combinan una buena producción de materia seca y un coeficiente
de digestibilidad adecuado.
Los rendimientos obtenidos son comparables a los de un alfalfar en las mismas condiciones
ecológicas. Algunas pruebas preliminares muestran que la qañiwa sería el cultivo anual ideal
de acompañamiento en el establecimiento de alfalfa, permitiendo obtener una cosecha el
primer año de siembra, sobre todo en regiones situadas a 3800 msnm del altiplano peruanoboliviano.
Cuadro 15. Rendimiento y calidad del forraje de qañiwa con diferentes épocas de
corte. Puno, Perú
Epoca de corte
Altura de
días después
Planta(cm)
de germinación)
Rendimiento
(kg/ha) Forraje
verde
Materia
seca
Materia Seca Coeficiente
digestible
digestibilidad
(kg)
%
60
13
11 871
1 700
1 239
73,0
75
19
15 733
2 740
1 806
66,4
90
28
21 702
4 080
2 570
62,8
105
35
29 126
6 380
3 763
59,1
120
38
28 888
7 630
4 172
54,7
Nota: Se ha determinado la digestibilidad con el método in vitro de Tilley y Terry (1962). La
qañiwa se fertilizó con 120-60-0 unidades de nitrógeno, fósforo y potasio; se utilizó semilla
seleccionada del ecotipo Rosada Lasta. Fuente: Sotelo,1972
Comparando el forraje de qañiwa con otros alimentos para el ganado, Calsin (1977) encontró
que éste es equivalente a la avena y colza, y superior a los pastos naturales de la época
seca (Cuadro 16).
Se ha probado también la incorporación del grano de qañiwa, como sucedáneo del maíz, en
raciones para pollos parrilleros (Briceño y Canales, 1976); en este ensayo se encontró que la
qañiwa podía reemplazar hasta en un 50% el maíz, sin mostrar diferencias estadísticas. La
conversión alimenticia fue menos eficiente a niveles de sustitución de 75 y 100%.
La comparación de una ración preparada a base de 80% de qañiwa cocida, 9% de harina de
pescado y 6% de pasta de algodón, sales y melaza, con una ración comercial para el
engorde de pollos parrilleros en condiciones de altura (3850 msnm), dio resultados finales
casi iguales para ambas dietas (Dávalos, 1973).
Cuadro 16.Respuestas del ganado ovino alimentado con qañiwa, avena y colza como
forraje, y con pastizales naturales de la época seca. Puno, Perú
Incremento
de peso
día/animal/kg
Incremento total, en
72 días, kg
Eficiencia alimentaria
Avena
0,269
16,970
1 : 4,76
Broza de qañiwa
0,255
16,060
1 : 4,51
Colza verde
0,280
17,650
1 : 4,70
Pastizales
0,154
9,730
no determ.
Tratamiento
Fuente: Calsin, 1977
AMARANTO
(Amaranthus caudatus)
El amaranto es cultivado tanto en América como en Africa y Asia. En Sudamérica se lo
cultiva en pequeñas parcelas desde el sur de Colombia hasta el norte de la Argentina.
El área dedicada a la producción de este grano es casi marginal en la sierra de Colombia y
Ecuador y los campos más frecuentes se encuentran en los valles interandinos de Perú,
Bolivia y el norte de la Argentina (Sumar, 1993; Lescano, 1994).
Recibe diferentes nombres, siendo conocido en la región andina del Perú como kiwicha en el
Cusco, achita en Ayacucho, achis en Ancash, coyo en Cajamarca y qamaya en Arequipa. En
Bolivia se le denomina coimi; millmi en Argentina; y un tipo de amaranto de color oscuro se
llama sangoracha en Ecuador.
Al género Amaranthus pertenecen hasta cuatro especies que fueron cultivadas en América
antes de la llegada de los españoles:
A. hipochondriacus } de Mesoamérica
A. cruentus
A. caudatus } de los Andes
A. edulis
Algunos autores consideran al A. edulis como sinónimo de A. caudatus.
El "huautli" de los aztecas (A. hipochondriacus) tuvo mucha importancia para la alimentación
de ese pueblo. Tanto que Fray Bernardino de Sahagún, cronista español y buen conocedor
de las tradiciones gastronómicas del antiguo México, menciona que existía el festival del
"huautli".
Parece ser que para algunas ceremonias religiosas se utilizaba esta planta. Hernán Cortés
es el primer europeo que la menciona; al escribir una carta al rey de España, el conquistador
relató que los ídolos de los aztecas eran hechos de una mezcla de varias semillas molidas,
amasadas con sangre humana. Sauer (1950) opina que aunque Cortés no lo señala
específicamente, existen muchas razones para creer que una de las semillas fue el amaranto
(llamado bledo por los españoles). La razón es que los antiguos mexicanos moldeaban un
ídolo de una mezcla llamada "zoale" y que esta era hecha de un importante cultivo llamado
"huautli".
El amaranto de los Andes no alcanzó la misma importancia y se lo cultivaba en parcelas
pequeñas y aisladas. Nuevamente Sauer (1950) señala que, a diferencia de México, el uso
del grano de amaranto en los Andes era bastante restringido. Debe haber sido un cultivo
menor y en muchos casos se le confundió con la quinua. El "huautli" del imperio azteca fue
reemplazado por el maíz en el Tawantinsuyo. El pan sagrado "sankhu" para algunas
ceremonias cusqueñas se preparaba con maíz (Means, 1931).
En los Andes, el cronista jesuita Fray Bernabé Cobo (1653) hizo una referencia al amaranto y
lo distinguió claramente de la quinua. Indicó que en la ciudad de Huamanga (Ayacucho) era
común ver unos dulces hechos de la semilla de bledos y miel; la misma preparación en forma
de bolitas se puede encontrar en la actualidad en esa ciudad.
Recién a comienzos de este siglo se volvió a mencionar al amaranto. Tellung (1914) publicó
un informe de Spegazzini, indicando que "los indios Chiriguanos de Tarija en Bolivia cultivan
un amaranto de semilla blanca, bajo el nombre de "grano inka".
En 1915, el geógrafo O.F. Cook, integrante de la expedición de Hiram Bingham, descubridor
de Machu Picchu, colectó semilla de amaranto, llamada "quihuicha" en el valle de Urubamba,
cerca de Ollantaytambo. Más tarde el mismo Cook (1925) escribió que esta especie se
cultivaba en los valles templados cercanos a Ollantaytambo y que los campesinos hacían
reventar el grano, igual que el maíz.
Los primeros estudios botánicos se realizaron en Cusco, por el profesor José S. Barranca,
quien en 1892 lo incluye en la lista de plantas feculentas propias del Perú y la denomina
erróneamente Chenopodium chita. O.F. Cook lo describe para el valle de Urubamba en
1915. El botánico cusqueño Fortunato Herrera (1940) menciona que la "quihuicha" se debe
considerar como una nueva especie para la ciencia, diferente a A. edulis, y que es un cultivo
de la época preinca cuya disminución habría ocurrido en años recientes. Cárdenas (1949)
opina lo mismo respecto a la situación del cultivo en Bolivia.
Un aporte sumamente interesante para el conocimiento del origen del amaranto cultivado en
los Andes Centrales, es el que hace Coons (1982), quien menciona que el ancestro del
Amaranthus caudatus no sería A. hibridus, sino una especie semidomesticada de amaranto
de color oscuro que crece en Ecuador.
Los estudios agronómicos de esta especie en el Perú se iniciaron en la Universidad del
Cusco desde 1973, a cargo de Oscar Blanco y recibieron mayor impulso en la década del
ochenta gracias a la dedicación de Luis Sumar, emprendiéndose una intensa campaña para
su fomento en 1986.
Es oportuno mencionar que en la campaña agrícola de 1979-80 se evaluó en los campos
experimentales de la Universidad del Cusco, una colección de 18 ecotipos de amaranto, que
fueron coleccionados por Mario Tapia en Tarija, Bolivia, y que probablemente están
relacionados con la especie A. edulis. La mayoría de las accesiones, originarias de aquellas
muestras, presentan la característica poco conocida en el sur del Perú, de una inflorescencia
erecta y que además se relaciona con una buena producción de grano.
Anteriormente se había dedicado mayor atención a la selección de ecotipos aptos para la
producción de pigmentos vegetales (Sumar, 1986). Estos nuevos ecotipos con un mayor
potencial productivo de granos permitieron que se seleccionaran algunas líneas,
posteriormente denominadas como variedades Oscar Blanco y Noel Vietmayer.
Con el apoyo del CIRF-FAO, la coordinación del proyecto PISCA y la participación de
profesores de la Universidad del Cusco, se colectó en Ecuador, Perú y Bolivia el material
genético de estas especies (270 ecotipos) durante 1981-82. Así se dio inicio al
establecimiento del banco de germoplasma de amaranto que se conserva actualmente en el
Cusco y que cuenta con 800 accesiones (Sumar, 1993); a partir de esta colección ex situ se
ha podido distribuir material de esta especie en todo el mundo.
Descripción botánica
El A. caudatus es una planta anual, que varía en altura entre 0,80 a 2,50 m. El tallo principal
se ramifica en forma irregular en la parte superior. Puede llegar a engrosar bastante, con
aristas fuertes y hueco al centro.
A. edulis es más bien una planta de un solo tallo de 1 a 2 m, generalmente con una panoja
terminal y erecta. Muestras de esta especie fueron inicialmente colectadas por Tapia (1980)
en Tarija y H. Hauptli, en Tucumán, Argentina (Hauptli y Bodhjain, 1983).
Hojas
Son simples enteras de forma ovoide, bastante nervadas y generalmente de color verde
claro; la longitud varía entre 6,5 y 14 cm (Sumar, 1993). Mientras son tiernas, se las puede
consumir como hortalizas, conjuntamente con la inflorescencia.
Flores
Se presenta una flor estaminada terminal en cada glomérulo y varias flores pistiladas. Las
flores masculinas o estaminales presentan cinco estambres, con filamentos delgados y
alargados que terminan en anteras que se abren en dos sacos. Las flores pistiladas tienen
un ovario esférico, con un solo óvulo y tres ramas estigmáticas de diferentes tamaños y
formas.
Inflorescencia
La típica inflorescencia decumbente de A. caudatus ha influido en su denominación,
encontrándose en forma colgante, semejante a una cola. En algunas regiones se la
denomina "moco de pavo" por esta forma.
La inflorescencia es una panoja generalmente de gran tamaño (0,50 a 0,90 m), con formas y
coloraciones muy variables de amarillo, rojo, púrpura (Figuras 14, 15 y 16). Varía entre las
formas amarantiformes con los amentos de dicasios compuestos y rectilíneos, dirigidos hacia
arriba o hacia abajo, según sea la panoja erguida o decumbente y las formas glomeruladas,
donde los amentos de dicasios se agrupan formando esferas de diferentes tamaños (Sumar,
1993).
Figura14. Inflorescencia de Amaranthus mantegazzianus (A. edulis)
Fuente: Hunziker, 1952
Figura 15. Inflorescencia de Amaranthus hibridus, var. leucocarpus
Fuente: Hunziker, 1952
Figura16. Inflorescencia de Amaranthus caudatus
Fuente: Herrera, 1943
Figura 17. Dibujo de la semilla de amaranto
Solano (1993) ha evaluado el germoplasma de amaranto en la Universidad Agraria La
Molina, Perú, y encontró seis grupos diferenciados de ecotipos: 3 amarantiformes de plantas
de inflorescencias de color blanco rosado y 3 grupos de inflorescencias glomeruladas de
color púrpura.
Requerimientos climáticos
Las especies de amaranto se adaptan bien a las condiciones de la zona agroecológica
Quechua, es decir a aquella en que se cultiva mayoritariamente el maíz amiláceo, entre los
2700 a 3200 msnm, caracterizada por un clima templado de temperaturas entre 15-20°C y
con precipitaciones no menores de 600 mm.
En caso de zonas más secas se requieren riegos suplementarios. A niveles más bajos se ha
comportado muy bien, habiéndose obtenido rendimientos superiores a 4 t/ha en la costa del
Perú. Los amarantos de Sudamérica, especialmente de Perú y Bolivia, son especies propias
de días cortos. Usualmente florecen y forman frutos cuando la longitud del día está entre 10
y 11 horas.
Suelos y fertilización
El amaranto se adapta bien a suelos francos de buen drenaje y soporta un pH del suelo
desde 6,2 hasta 7,8 con buen rendimiento. Esta especie se considera como un cultivo con
cierta tolerancia a condiciones salinas.
En cuanto a la fertilización es una especie que responde bastante bien a niveles elevados de
nitrógeno, se ha encontrado que 40 kg de nitrógeno pueden ser reemplazados por una
tonelada de estiércol; con fertilizaciones moderadas como la fórmula 40-40-0 se consiguió un
rendimiento de 1,5 t/ha en el Cusco (INIAA, 1987). En la costa, con la fórmula 240-150-80 se
obtuvo 4,5 t/ha (Irrigación Majes, Arequipa, Perú).
Cuadro 17. Respuesta del amaranto a la fertilización en Ayacucho
Nivel de Fertilización
Rendimiento
kg/ha
Kg de amaranto
x kg de N
0-0-0
1210
-
40 - 80 - 20
1524
7,8
80 - 80 - 20
1780
6,4
120 - 80 -20
1889
2,2
Fuente: INIAA, 1987
En la región de Ayacucho, Perú, se ha encontrado que al incrementar el nitrógeno de 0 a 40
kg. se obtiene la más alta respuesta en rendimiento de grano.
En la evaluación de la siembra asociada de maíz y amaranto se encontró que utilizando la
semilla de maíz (mezcla del campesino) asociada con amaranto, se obtiene un 50% más de
rendimiento. En todos los casos, la siembra asociada representó un uso más eficiente de la
tierra (INIAA, 1987).
Problemas fitosanitarios
No ocurren problemas fitosanitarios mayores mientras se cultiva el amaranto en pequeñas
parcelas, como borde, o en mezcla de varios ecotipos. En cambio se observa una fuerte
incidencia de plagas en los campos de cultivo comercial.
Garmendia (1985) ha estudiado para las condiciones del Cusco las principales
enfermedades de la kiwicha (Cuadro 18).
Valencia (1985), al evaluar líneas de A. caudatus encontró una alta variación en la tolerancia
a estas enfermedades, así como al ataque de micoplasmas, lo que permite sugerir el
potencial que existe en el uso del germoplasma que mantiene la Universidad del Cusco para
obtener variedades tolerantes a diferentes enfermedades.
Cuadro 18. Principales enfermedades de la kiwicha en el Cusco
Nombre común
Nombre técnico
Ataque
Esclerotiniosis
Sclerotinia sclerotiorum
Lesiones de color marrón en
tallo e inflorescencia
Alternariosis
Alternia sp.
Clorosis en la hoja y manchas
de color violáceo en el tallo
Fuente: Garmendia, 1985
Fitomejoramiento y variedades
Existe una gran confusión en la definición de las especies de A. caudatus y A. edulis; sin
embargo, debe reconocerse que la facilidad con que se produce la hibridación entre estas
especies juega un papel muy importante para la obtención de nuevas variedades.
La situación taxonómica de las especies A. caudatus y A. edulis no está bien definida.
Aparentemente la panoja de esta última especie, por su forma erecta, tendría mejores
características de producción de granos.
Figura 18. Grano de especie de amaranto. Dibujo a escala de flores pistiladas
Fuente: Sauer, 1950.
Villarreal (1983), al hacer una revisión del género Amaranthus en México, presenta las
siguientes características de cada una de las principales especies:
Amaranthus hypochondriacus es de origen mexicano y es conocido como quelite cuando
se utilizan las hojas tiernas. Cuando se cultiva para la producción de granos recibe el nombre
común de alegría; para el consumo se revientan los granos y mezclan con miel.
Amaranthus cruentus, quelite rojo, se lo cultiva en México y Guatemala por los granos y por
las hojas como verdura. Incluso se lo utiliza para extraer tintes de color rojizo.
Amaranthus caudatus, en México se lo considera como planta ornamental; en los Andes,
sobre todo en Perú y Bolivia se lo cultiva para la producción de granos.
Amaranthus mantegazzianus (A. edulis), se encuentra en el sur de Bolivia y norte de
Argentina; es cultivado por el grano. Probablemente existe una fuerte hibridación con A.
caudatus, fenómeno muy común en el género Amaranthus (Hunziker, 1952).
Amaranthus palmeri, bledo o quelite que tiene utilidad como especie forrajera en México.
Amaranthus hibridus es una maleza, con distribución en Centroamérica y los Andes, donde
se denomina jataco; sus hojas son apreciadas como hortaliza.
El material de germoplasma de amaranto actualmente disponible muestra una gran
diversidad genética. La distribución geográfica del género ha dado como resultado la
evolución de ecotipos en áreas amplias y separadas.
Por esta razón la selección masal y panoja-surco ofrecen, al igual que para la quinua y la
qañiwa, un amplio margen de posibilidades de mejoramiento.
Cuadro 19. Variedades de amaranto en Perú
Variedades
Lugar de selección
Lugar de origen
Características del
grano
O. Blanco
Cusco
Tarija
Blanco
N. Vietmayer
Cusco
Tarija
Cristalino
San Luis
Cajamarca
Cajamarca
Cristalino
Otusco
Cajamarca
Cajamarca
Blanco
E - 13
Ayacucho
Ayacucho
Cristalino
E 2008
Ayacucho
Ayacucho
Blanco
41 - F
Cusco
-
Blanco
10 - C
Cusco
-
Blanco
Ayacuchana-INIA
Ayacucho
Ayacucho
Blanco
Fuente: Informe técnico del INIAA, 1987
En la estación experimental de Kayra (Cusco). bajo la organización del Programa Nacional
de la Kiwicka (PRONAK), se obtuvieron durante el año de 1986 dos variedades adecuadas
para la sierra peruana, además de 16 líneas avanzadas y 47 híbridos, material que ha sido
evaluado en diferentes localidades (Sumar, 1986).
Igualmente, en Cajamarca se ha seleccionado el ecotipo San Luis por su buen rendimiento y
en Huancayo el ecotipo 2011 que se está propagando en la región central del Perú.
Cultivo y rotaciones
El amaranto se puede cultivar entre 0 a 3300 msnm. En alturas mayores, la ocurrencia de
heladas afecta su desarrollo.
La densidad de siembra es uno de los factores más importantes en el establecimiento de un
buen campo de producción. Las experiencias efectuadas muestran que entre 4 a 10 kg/ha
dan buenos resultados. La diferencia depende de la pureza y poder germinativo de la
semilla, así como la preparación del suelo y el grado de humedad.
En un ensayo llevado a cabo en Ayacucho, se obtuvieron los siguientes resultados con un
ecotipo local (INIAA, 1987).
Cuadro 20. Densidades de siembra y fertilización en amaranto
Densidad de
Siembra (kg/ha)
Rendimiento (kg/ha)
Nivel de fertilización
Rendimiento
(kg/ha)
4
1751
a*
120-80-20
1889 a
3
1548
b
80-80-20
1780 ab
2
1503
b
40-80-20
1524 bc
-
-
0- 0- 0-
1210 c
* Promedios indicados con la misma letra no son significativamente distintos al 5%
Fuente: INIAA, 1987
Siembra
La época de siembra está muy relacionada a la ubicación de la zona de cultivo y a la
presencia de lluvias. En la sierra del Perú, se considera oportuno el mes de octubre.
En una evaluación de la siembra directa del transplante, se encontró cierta ventaja de la
siembra directa en surcos y tapando con estiércol (Farfán et al. 1987). El ensayo se llevó a
cabo en tres localidades a diferentes alturas, con dos variedades diferentes (OB: Oscar
Blanco y NV: Noel Vietmayer), sin fertilización química alguna (Cuadro 21).
En este ensayo, la preparación del terreno jugó un papel muy importante. En la localidad de
Urubamba, la preparación del suelo fue incompleta con una sola pasada de yunta de bueyes.
En las otras dos localidades se aró con un mes de anticipación, se rastró y surcó con tractor
un día antes de la siembra y los rendimientos superaron en 40 y 130% al campo con
preparación deficiente.
Cuadro.21. Siembra directa y trasplante de amaranto en Cusco
Kayra
msnm
Tratamiento
OB
3220 Paullo
msnm
NV
OB
2890 Urubamba
msnm
NV
OB
2680
NV
Promedio
Siembra Cubierto
Directa
con tierra
Transplante
1,16
1,41
2,00
2,19
0,87
1,08
1,45
Cubierto con 1,70
estiércol
1,52
2,53
2,64
1,10
1,08
1,76
45 días
1,48
0,86
1,94
1,48
0,89
1,66
1,38
60 días
0,26
0,28
2,10
0,50
0,96
0,88
0,93
75 días
0,61
0,25
0,64
0,62
0,53
0,72
0,56
Fuente: Farfán, 1987.
La siembra directa aventajó al transplante como promedio en un 50% más de rendimiento.
La mejor época de transplante sin embargo fue a los 45 días de emergencia de las plántulas.
Los diferentes ecotipos y variedades de amaranto varían en el período de la emergencia
hasta el llenado de grano entre 5 a 7 meses. Las variedades precoces tienen generalmente
una producción más baja.
Fotografía 8. Cultivo de Amaranthus edulis. Material procedente de Tarija, Bolivia.
Fotografía tomada en la Granja Kayra. Cusco, Perú, 1980
Fotografía 9. Selección de Amaranthus caudatus. Estación experimental de Los Baños
del Inca, INIAA. Cajamarca, 1986
Cosecha
La cosecha de un grano tan pequeño causa dificultades y un elevado requerimiento de mano
de obra (20 a 40 jornales por ha).
El uso de una trilladora estacionaria de trigo ha dado buenos resultados, a condición de que
se regule la velocidad del tamizado y se utilice una zaranda de grano fino. Pruebas
efectuadas en el Cusco muestran que una cosecha de 1200 kg se puede trillar en un lapso
de 4 a 6 horas, con la ayuda de 3 obreros y después de que las plantas han sido secadas
por 2 a 3 días al sol.
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