SALUD MENTAL POSITIVA EN ADOLESCENTES MEXICANOS Lorena Toribio Pérez

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SALUD MENTAL POSITIVA EN ADOLESCENTES MEXICANOS
Lorena Toribio Péreza* [email protected]
Norma Ivonne González Arratia López Fuentesa
Hans Oudhof Van Barnevelda
Marta Gil Lacruzb
a
Universidad Autónoma del Estado de México
b
Universidad de Zaragoza, España
*
Autor de contacto
Resumen
La salud mental constituye uno de los grandes desafíos presentes y futuros de nuestra
sociedad. Las proyecciones estiman que para el año 2020 las condiciones neuropsiquiátricas
serán responsables del 15% de las discapacidades a nivel mundial (OMS, 2015). En la actualidad,
se calcula que el 20% de los niños y adolescentes del mundo presentan trastornos o problemas
mentales.
Por lo que, no es sostenible tratar esta cuestión solo desde un punto de vista clínico e individual,
es necesario buscar soluciones globales y preventivas. Ante esto, la psicología positiva propone
que se identifiquen y promuevan los rasgos positivos y estudiar la salud mental positiva como un
estado de bienestar, que se puede desarrollar y empoderar (Csikszentmihalyi, 2008; Lluch,
1999; Seligman, 2012).
Con este fin, es necesario investigar cuales son las fortalezas, recursos y características que
facilitan la salud mental positiva. Dicho conocimiento facilitara el diseño e implementación de
programas preventivos y promotores. El contexto escolar resulta especialmente importante en la
educación para la salud mental positiva.
Es por ello, que este estudio tiene como objetivo medir la salud mental positiva, en adolescentes
mexicanos desde su centro escolar.
La muestra está compuesta por 533 adolescentes de la Zona Metropolitana de Toluca, estudiantes
de nivel medio superior, hombres (44.4%) y mujeres (55.6%), entre 14 y 20 años de edad
(M=16.3 DS=.97). Se aplicó la escala de salud mental positiva (Lluch, 1999).
Los resultados mostraron un alto nivel de salud mental positiva en los adolescentes. La dimensión
donde se obtuvo mayor nivel fue en satisfacción personal y la dimensión donde puntuaron mas
bajo fue en autocontrol. Se puede concluir que los adolescentes presentan recursos y fortalezas
personales que se reflejan en los altos niveles de salud mental positiva. Son personas que se
encuentran satisfechas con la vida, presentan habilidad para resolver problemas y ven el futuro
con optimismo. No obstante, se sugiere continuar las investigaciones al respecto, para describir
con mayor certeza los recursos psicológicos que protegen la salud mental positiva.
Palabras clave: salud mental positiva, adolescentes, género, descriptivo
INTRODUCCIÓN
Actualmente, el tema de la salud mental es una de las cuestiones que más preocupan, cuando se
habla del bienestar de la población. Las proyecciones estadísticas estiman que para el año 2020
las condiciones neuropsiquiátricas serán responsables del 15% de las discapacidades a nivel
mundial. En la actualidad, se calcula que el 20% de los niños y adolescentes del mundo presentan
trastornos o problemas mentales (OMS, 2015).
Atender la salud mental, no solo involucra el tratamiento y prevención de los trastornos mentales,
si no también, es esencial la investigación de los factores relacionados con la salud mental
positiva y la búsqueda de las razones, por las que muchas personas no terminan desarrollando
algún trastorno mental. Esta información resulta necesaria con el fin de proponer soluciones
eficaces para aumentar la satisfacción y bienestar del individuo y de la sociedad (Medina-Mora et
al., 2009; Lluch, 1999; OMS 2013; Seligman 2012; Tortella-Feliu, et al., 2016).
Los planteamientos de la psicología positiva, han reforzado la importancia del estudio de los
factores protectores de la salud mental positiva. Desde esta postura se afirma que para mantenerla
se requiere de una combinación de recursos psicológicos, emocionales y afectivos, como la
autoestima, fortalezas, felicidad, optimismo, inteligencia emocional y resiliencia (Jahoda, 1958;
Park, Peterson & Sun, 2013; OMS, 213; Seligman, 2012; Vaillant, 2012).
De hecho el concepto de la salud mental positiva, trasciende los modelos tradicionales de saludenfermedad, definiendo como es un estado de bienestar físico, psicológico y social, que se
caracteriza por la presencia de pensamientos, emociones y acciones positivas. De entre las
dimensiones que configuran este concepto, seis son las que se conisderan entrenables y
modificables con la edad (Jahoda, 1958; Lluch, 1999): 1. Satisfacción personal; significa tener
satisfacción con la vida y con las perspectivas de futuro. 2. Actitud prosocial, es la predisposición
activa hacia la sociedad, una actitud altruista, de apoyo y aceptación hacia los demás. 3.
Autocontrol, es la capacidad para afrontar el estrés y las situaciones conflictivas, equilibrio,
control emocional y tolerancia a la ansiedad. 4. Autonomía, capacidad para tener criterios propios
e independencia, tener seguridad personal, confianza en sí mismo y autorregulación de la propia
conducta. 5. Resolución de problemas y autoactualización, es poseer la capacidad de análisis y de
adaptación al cambio, habilidad para tomar decisiones, actitud de crecimiento y desarrollo
personal continuo. 6. Habilidades de relación interpersonal, habilidad para establecer relaciones
interpersonales, ser empático, entender los sentimientos de los demás y dar apoyo emocional.
Con el objetivo de operativizar dichos componentes positivos se han desarrollado diversos
instrumentos (Diener, et al., 1984, González Arratia, 2011; González Arratia y Valdez, 2013;
Londoño, Hernández, Alejo & Pulido, 2013; Seligman, 2012), y uno de los que ha mostrado buen
funcionamiento para identificar y evaluar las dimensiones de la salud mental positiva, es el de
Lluch, (1999), por sus características psicométricas y validez. Las investigaciones que han
utilizado dicho instrumento, se han centrado principalmente en el análisis de
estudiantes
universitarios (Anicama, et al., 2012; Barradas, Sánchez, Guzmán & Balderrama, 2012; Castillo-
Laguna & Amador-Velázquez, 2014; Medina, Irira, Martínez & Cardona, 2012) y adultos
(Orellana et al., 2013), siendo escasos los estudios en adolescentes (Amar, et al., 2008; González,
Gómez, Caicedo, Piernagorda y Medina-Pérez, 2013; Medina-Pérez et al., 2012; Mercado,
Madariaga y Martínez, 2012).
La adolescencia es un periodo que se caracteriza por la transición de la niñez a la edad adulta,
donde se manifiestan cambios físicos y psicológicos importantes. La salud mental de los
adolescentes, dependerá de la influencia de los factores externos, como la familia, la escuela y la
sociedad (OMS, 2013) y del progreso de diversas características de personalidad; es fundamental
que los adolescentes desarrollen un autoconcepto positivo (satisfacción personal) (Góngora y
Casullo, 2009; Rodríguez & Caño, 2012; San Martín y Barra, 2013; Vargas y Wagner, 2013) y un
buen manejo de sus emociones (inteligencia emocional). De este modo tendrán facilidad para
resolver problemas de manera eficaz (Samper, Mestre & Malonda, 2015), afrontar de forma
idónea situaciones estresantes o conflictivas con los demás (Cerón, Pérez-Olmos & Ibáñez, 2011;
Inglés et al., 2014; Sasanpour, Khodabakhshi & Nooryan, 2012; Serrano & García, 2010),
establecer buenas relaciones interpersonales (Lacunza & Contini, 2011) y tener una participación
idónea en la sociedad (Gutiérrez y López, 2015; Ortuño-Sierra, Fonseca-Pedrero, Paíno & AritioSolana 2014).
Respecto a los hallazgos de las dimensiones de la salud mental positiva, en algunas
investigaciones en adolescentes colombianos, se ha encontrado un elevado nivel en satisfacción
personal (Amar, et al., 2008; Medina, et al., 2012; González, et al., 2013) y habilidad de
relaciones interpersonales (Mercado, et al., 2012) y en mexicanos mayor puntaje en resolución de
problemas y autoactualización (Castillo-Laguna y Amador-Velázquez, 2014).
Específicamente en México se han llevado a cabo algunos estudios de salud mental positiva en
adultos (Barradas et al., 2012; Martínez at al. 2014), sin embargo son escasos los datos en
adolescentes (Castillo-Laguna y Amador-Velázquez, 2014). La salud mental de los adolescentes
mexicanos es un asunto que se debe de atender, ya que las estadísticas demuestran que los
trastornos de ansiedad, de impulsividad y afectivos, son las enfermedades más comunes en los
adolescentes y que esto puede inferir con las tareas de desarrollo (como las de formación
educativa, desarrollo de habilidades sociales y desarrollo de identidad) (Medina-Mora, 2009;
Benjet, 2009).
El contexto escolar resulta especialmente importante, para la salud mental en la adolescencia. La
escuela puede facilitar la educación para la salud mental positiva, con el diseño e implementación
de programas preventivos y promotores. Esto puede comenzar con la investigación de los
mecanismos que participan en la consolidación de la salud mental positiva (Leiva, 2015; Samper,
Mestre & Malonda, 2015). Por lo que, el objetivo de esta investigación es describir la salud
mental positiva en adolescentes mexicanos. De sus resultados se podrán inferir prioridades en el
diseño e implementación de programas promotores del bienestar y equidad en la salud en este
colectivo.
Método
Tipo de estudio: es un diseño de investigación empírica con estrategia descriptiva (Ato, López y
Benavente, 2013) de corte transversal (Hernández, Fernández y Baptista, 2006).
Participantes
La investigación se llevó a cabo en una muestra no probabilística de tipo intencional compuesta
por un total de 533 adolescentes, estudiantes de nivel medio superior de la Zona Metropolitana de
Toluca, de segundo (32.8%), cuarto (15%), quinto (39.4%) y sexto semestre (12.8%) del turno
matutino, de cinco escuelas públicas, chicos (237) y chicas (296), entre 14 y 20 años de edad.
Instrumentos
La encuesta estuvo conformada por un breve cuestionario sociodemográfico que incluyó cinco
preguntas y la Escala de Salud Mental Positiva.
1. Cuestionario sociodemográfico:
Institución, grado que cursa, edad, género y residencia.
2. Escala de Salud Mental Positiva (Lluch, 1999): consta de 39 reactivos, construidos en escala
de tipo Likert con cuatro opciones de respuesta: (siempre, con bastante frecuencia, con poca
frecuencia y nunca). Al extremo positivo se le otorgan cuatro puntos y al extremo negativo un
punto. Por lo que cada ítem puede obtener un valor mínimo de 1 y un valor máximo de 4. Se
reporta un alpha de Cronbach de 0.70 y una varianza explicada de 46.8% (Lluch, 1999).
Consta de 6 dimensiones:
1. Satisfacción personal (8 ítems): significa tener satisfacción con la vida personal y con las
perspectivas de futuro.
2. Actitud prosocial (5 ítems): es la predisposición activa hacia la sociedad, una actitud altruista,
de apoyo y aceptación hacia los demás.
3. Autocontrol (5 ítems): es la capacidad para afrontar el estrés y las situaciones conflictivas,
equilibrio, control emocional y tolerancia a la ansiedad.
4. Autonomía (5 ítems): capacidad para tener criterios propios e independencia, tener seguridad
personal, confianza en sí mismo y autorregulación de la propia conducta.
5. Resolución de problemas y autoactualización (9 ítems): es poseer la capacidad de análisis y de
adaptación al cambio, habilidad para tomar decisiones, actitud de crecimiento y desarrollo
personal continuo.
6. Habilidades de relación interpersonal (7 ítems): habilidad para establecer relaciones
interpersonales, ser empático, entender los sentimientos de los demás y dar apoyo emocional.
Procedimiento
Se consiguieron los permisos necesarios por el Comité de ética de la Universidad Autónoma del
Estado de México y por la institución donde fue realizado el estudio. Se obtuvo el consentimiento
informado por parte de los padres y de los participantes. La aplicación de los cuestionarios se
realizó en forma grupal, en un tiempo aproximado de 40 minutos, en las aulas de clase.
Análisis estadísticos
Los análisis de datos se llevaron a cabo en el SPSS versión 22.0. Se realizaron análisis
descriptivos y de frecuencias para obtener el nivel de salud mental positiva.
Resultados
Los resultados del cuestionario de los datos sociodemográficos, muestran que los adolescentes
de esta muestra presentan una edad de 14 a 20 años (M=16.3 DS=.97), su promedio académico
es de 7.9 (DS=0.76) (Ver tabla I).
Tabla I. Datos sociodemográficos de la muestra
Rangos
de edad
14-15
16-17
18-20
Total
Edad
Frecuencia
%
Semestre
Semestre
Frecuencia
%
121
369
43
22,0%
69,0%
8,1%
533
100%
Segundo
Cuarto
Quinto
Sexto
Total
175
80
210
68
533
32,0%
15,0%
39,0%
12,0%
100%
Promedio académico
Rangos de
Frecuencia
promedio
6-6.9
31
7-7.9
222
8-8.9
215
9-10
65
Total
533
Se obtuvo la media de salud mental positiva (M=122.9. DE=12.9). Contando con un valor
mínimo (77) y un valor máximo (149). El 54.4 % de la muestra estuvo por encima de la media, el
41.7% por debajo de la media y solo un 3.9% en la media.
Posteriormente, se realizó un análisis descriptivo para obtener la media de acuerdo al número de
ítems que tiene cada factor (Ver tabla II).
Tabla II. Media y desviación estándar de acuerdo al total de ítems en cada factor.
Factores
F1. Satisfacción personal
F2. Actitud prosocial
F3. Autocontrol
F4. Autonomía
F5. Resolución de problemas y
autoactualización
F6. Habilidades de relaciones
interpersonales
Número de
reactivos por
factor
8
5
5
5
MEDIA POR
DIMENSION
DE
Valor
mínimo
Valor
máximo
26.62
16.3
14.2
14.9
3.8
2.2
2.6
2.8
8
5
5
5
32
20
20
20
9
29.4
4.0
9
36
7
21.2
3.4
7
28
De forma específica, también se obtuvo la media por dimensión de acuerdo al valor mínimo y
máximo que se puede obtener por ítem. La media más alta fue en la dimensión satisfacción
personal (M=3.52 DS=.55), seguida de la dimensión actitud prosocial (M=3.37, DS=.60),
resolución de problemas (M=3.32, DS=.41), autonomía (M=3.07, DS=.54), habilidades de
relación interpersonal (M=2.99, DS=.62) y la media más baja fue la de autocontrol (M=2.88,
DS=.49) (Ver tabla III).
Tabla III. Media y desviación estándar por dimensión de acuerdo a la calificación mínima y
máxima que se puede obtener por ítem.
Factores
F1. Satisfacción personal
F2. Actitud prosocial
F3. Autocontrol
F4. Autonomía
F5. Resolución de problemas y
autoactualización
F6. Habilidades de relaciones
interpersonales
Número de
reactivos por
dimensión
8
5
5
5
MEDIA POR
DIMENSION
DE
Valor
mínimo
Valor
máximo
3.52
3.37
2.88
3.07
.55
.60
.49
.54
1
1
1
1
4
4
4
4
9
3.32
.41
1
4
7
2.99
.62
1
4
De la misma forma se obtuvo la media por cada ítem de la escala. Siendo los reactivos 31, 12, 14
y 23 los que obtuvieron la media más elevada (Ver tabla IV)
Tabla IV. Media y desviación estándar por cada ítem de la escala.
Factores
Satisfacción
personal
Actitud prosocial
Autocontrol
Autonomía
Resolución
de
problemas y autoactualización
Habilidad
de
relaciones
interpersonales
ítems
39. Me siento insatisfecha/o de mi aspecto físico.
4. M e gusto como soy
7. Para mí, la vida es aburrida y monótona
12. Veo mi futuro con pesimismo
31. Creo que soy un/a inútil y no sirvo para nada
38. Me siento insatisfecha/o conmigo misma/o
6. Me siento a punto de explotar
14. Me considero una persona menos importante que el resto de personas que me
rodean
37. Me gusta ayudar a los demás
25. Pienso en las necesidades de los demás
1. A mí me resulta especialmente difícil aceptar a los otros cuando tienen actitudes
distintas a las mías
3. A mí me resulta especialmente difícil escuchar a las personas que me cuentan
sus problemas
23. Pienso que soy una persona digna de confianza
22. Soy capaz de mantener un buen nivel de autocontrol en las situaciones
conflictivas de mi vida
5. Soy capaz de controlarme cuando experimento emociones negativas
21. Soy capaz de controlarme cuando tengo pensamientos negativos
26. Si estoy viviendo presiones exteriores desfavorables, soy capaz de continuar
manteniendo mi equilibrio personal
2. Los problemas me bloquean fácilmente
M
3.1
3.3
3.3
3.5
3.6
3.0
2.9
3.5
DS
.89
.76
.78
.73
.66
.99
.77
.75
3.4
2.8
3
.75
.82
.7
3.4
.79
3.5
2.9
.61
.74
2.7
2.7
2.9
.80
.78
.68
2.9
.71
10. Me preocupa mucho lo que los demás piensen de mi
19. Me preocupa que la gente me critique
13. Las opiniones de los demás me influyen mucho a la hora de tomar mis
decisiones
34. Cuando tengo que tomar decisiones importantes, me siento muy insegura/o
33. Me resulta difícil tener opiniones personales
29. Los cambios que ocurren en mi rutina habitual, me estimulan
36. Cuando se me plantea un problema, intento buscar posibles soluciones
17. Intento mejorar como persona
15. Soy capaz de tomar decisiones por mí misma
28. Delante de una problema, soy capaz de solicitar información
27. Cuando hay cambios en mi entorno intento adaptarme
32. Trato de desarrollar y potenciar mis buenas aptitudes
35. Soy capaz de decir no cuando quiero decir no
16. Intento sacar los aspectos positivos de las cosas malas que me suceden
18. Me considero “un/a buen/a psicólogo/a”
24. A mí me resulta especialmente difícil entender los sentimientos de los demás
8. A mí me resulta especialmente difícil dar apoyo emocional
11. Creo que tengo mucha capacidad para ponerme en el lugar de los demás y
comprender sus respuestas
20. Creo que soy una persona sociable
9. Tengo dificultades para establecer relaciones interpersonales profundas y
satisfactorias con algunas personas
30. Tengo dificultades para relacionarme abiertamente con mis profesores/jefes
3.0
3.1
2.9
.80
.87
.78
2.7
3.0
3.0
3.4
3.5
3.4
3.0
3.3
3.2
3.1
3.2
3.4
3.0
3.2
2.8
.87
.82
.78
.65
.64
.66
.73
.66
.71
.86
.77
.68
.80
.81
.85
2.9
3.0
.89
.81
2.7
.87
Discusión y Conclusiones
Los resultados de esta investigación reflejan que la mayoría de los adolescentes encuestados
tienen altos niveles de salud mental positiva (Jahoda, 1958; Lluch 1999). Estos hallazgos
coinciden con estudios realizados con adolescentes colombianos (Amar, et al., 2008; González, et
al., 2013; Medina-Pérez et al., 2012; Mercado, et al., 2012).
Respecto a los resultados por dimensiones. Puntuaron más alto en Satisfacción personal (3.52), lo
cual es similar con los hallazgos de Amar, et al. (2008), González, et al. (2013) y Medina-Pérez,
et al. (2012), quienes alcanzan valores que van de 3.40 a 3.27. De acuerdo con los planteamientos
de Lluch (1999) y otros autores (Góngora y Casullo 2009; San Martín y Barra, 2013) la
satisfacción personal, significa que los adolescentes viven la vida con alegría y dinamismo,
poseen una actitud positiva, les gusta lo que hacen y piensan, ven el futuro con optimismo,
esperan obtener resultados favorables y creen que son capaces de hacer lo que se proponen.
Actitud prosocial también fue una de las dimensiones más altas (3.37). En estudios recientes, se
obtuvo 3.2 (Amar, et al., 2008; González, et al., 2013) y 3.58 (Medina-Pérez, et al., 2012). De
acuerdo con varios autores (Gutiérrez y López, 2015; Ortuño-Sierra, et al., 2014), la conducta
prosocial es un elemento clave durante la adolescencia, puesto que cuando son prosociales se
muestran empáticos, se preocupan por comprender los sentimientos de los demás y por dar apoyo
emocional, lo que les puede permitir un buen desarrollo psicosocial.
Los resultados de Resolución de problemas y autoactualización (3.32) tienen similitud con
evidencias de 2.9 (Amar, et al., 2008) 3.1 (González, et al., 2013) y 3.40 (Medina-Pérez, et al.,
2012). Esto refleja alta capacidad de análisis para poder tomar decisiones, así como para
adaptarse a los cambios, tienen una actitud de crecimiento y desarrollo personal continuo. Los
adolescentes son capaces de desarrollar estrategias de afrontamiento eficaces para resolver los
problemas, intentan valorar los aspectos positivos de las cosas que les suceden, son capaces de
buscar apoyo en otros y buscar información (Samper, et al., 2015).
De acuerdo con los datos de Autonomía, (3.07), se puede afirmar que los chicos encuestados
tienen una buena autoestima, seguridad personal y confianza en sí mismo, son capaces de
expresar sus propios criterios y opiniones a la hora de tomar decisiones. Lo que coincide con una
investigación donde se reportó 3.10 (González, et al., 2013), Ante esto, Lluch (1999) y Vargas y
Wagner (2013), afirman que durante la adolescencia, la autonomía es uno de los primeros pasos
para lograr la independencia hacia la edad adulta.
Habilidades de relaciones interpersonales, fue una de las dimensiones con menor nivel (2.99). En
un estudio reciente González, et al. (2013), alcanzó 3.10. Este hallazgo tiene una relación
significativa con el de actitud prosocial, lo que significa que, a pesar de que se preocupan por los
demás no siempre saben cómo intervenir para ayudar. Es evidente que se les debe enseñar a los
adolescentes a establecer estrategias para mejorar la capacidad de ser empáticos y ayudar a los
demás, ya que de acuerdo con varios autores (Gutiérrez y López, 2015; Lacunza & Contini,
2011), establecer relaciones interpersonales eficaces, constituye un factor protector de la salud
mental durante la adolescencia, que les permite un proceso recíproco; comprender los
sentimientos y dar apoyo emocional, así como contar con personas que les pueden ayudar a
enfrentar o resolver situaciones difíciles.
La dimensión donde se obtuvo la media más baja fue Autocontrol (2.88). Amar, et al. (2008) y
González, et al. (2013), también encontraron ésta dimensión como la más baja con un puntaje de
2.7. Lo que conduce a inferir que para los adolescentes es difícil afrontar situaciones conflictivas
ya que se encuentran en una etapa en la que están desarrollando sus capacidades. Sería
importante enseñarles a identificar y controlar sus emociones (inteligencia emocional), puesto
que con esto tendrán mayor capacidad de tolerancia ante situaciones difíciles (Cerón, et al., 2011;
Sasanpour, et al; Serrano & García, 2012) y evitar relaciones conflictivas.
Los adolescentes mexicanos obtuvieron mayor puntuación en satisfacción con la vida y menor en
autocontrol, hallazgo que coincide con Amar, et al., (2008), González, et al., (2013) y MedinaPérez, et al., (2012) Estas semejanzas con adolescentes colombianos, pueden deberse a la
influencia cultural que ejerce cada país en los chicos que se encuentran en la adolescencia y al
contexto académico en el que se encuentran, ya que es donde tienen la oportunidad de desarrollar
y manifestar sus habilidades y fortalezas que protegen su salud mental positiva (Leiva, et al.,
2015; Samper, et al., 2015).
Los resultados de esta investigación, pueden contribuir a reconocer la importancia de atender la
salud mental en los adolescentes mexicanos. Como ya habían mencionado diversos autores
(Medina-Mora, 2009; Benjet, 2009), uno de los principales aspectos de la salud mental que se
deben atender en adolescentes mexicanos es la ansiedad, impulsividad y trastornos afectivos,
muchos de los cuales tienen inicio durante este periodo vital En esta investigación queda
reflejado que se necesita reforzar precisamente el control de emociones, la capacidad de afrontar
las situaciones conflictivas y tolerar la ansiedad y el estrés. Con el trabajo de intervención
positivo, basado en la psicología positiva (Park, Peterson & Sun, 2013; OMS, 213; Seligman,
2012) se puede evitar el desarrollo de problemas mentales, priorizando el desarrollo de
estrategias de afrontamiento.
Se puede concluir que los adolescentes mexicanos cuentan con recursos y fortalezas positivas,
que reflejan buena autoestima, satisfacción con la vida, felicidad y optimismo, se preocupan por
lo que ocurre en la sociedad y muestran la capacidad de poder cumplir sus metas. Ante estos
resultados, es posible realizar programas de intervención para mantener el bienestar e incentivar
la manifestación de estas emociones positivas, siendo necesario ayudarles a descubrir y
desarrollar sus fortalezas. Se sugiere continuar con la investigación de los mecanismos o factores
que protegen la salud mental positiva en distintas poblaciones y edades, para fortalecer las
propuestas y programas de intervención y promoción de la salud mental y el bienestar.
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