TÉCNICO EL AGUA COMO FACTOR DE ESTRÉS EN LOS CULTIVOS ARTÍCULO | POR PATRICIA I. GARRIZ (Ing. Agr. M. Sc.) | Profesora de la Facultad de Ciencias Agrarias | Universidad Nacional del Comahue ¿POR QUÉ EL AGUA ES ESENCIAL PARA LOS CULTIVOS? Los requerimientos esenciales de los cultivos son: agua, luz, anhídrido carbónico, oxígeno y nutrientes minerales, administrados a una temperatura adecuada para que el agua sea líquida. Cuando todos los factores del medio se hallan en el punto óptimo, la planta puede desarrollar su máxima potencialidad de crecimiento y se halla en situación de estrés cero. Los vegetales pueden contener agua en 85-95 %. La esencialidad surge de sus propiedades físico-químicas únicas: 1) Es un dipolo con cargas parciales que forman puentes hidrógeno (Figura 1). 2) La constante dieléctrica, el calor específico y de evaporación son elevados, permitiendo la termo-regulación en plantas. 3) Es un disolvente ideal de electrolitos. 4) Es responsable de la turgencia y crecimiento celular. ¿QUÉ ES EL ESTRÉS HÍDRICO? El estrés se genera cuando las necesidades de agua de la planta, bien en forma de lluvia o de riego, no son correspondidas; por ello, es tan perjudicial el exceso como la carencia hídrica. Puede tener lugar cuando la demanda de agua es mayor que la cantidad disponible durante un periodo determinado (acuíferos sobre-explotados, ríos secos, etc.), cuando el uso se ve restringido por su baja calidad (intrusión salina, eutroficación por vertidos agrícolas, urbanos e industriales, etc.) o en condiciones de anegamiento. En la Patagonia, las alteraciones en el ciclo del agua forman parte de un proceso más amplio de desertificación. El pastoreo de lanares durante el siglo pasado ha sido la fuerza desencadenante, asociado a las condiciones climáticas de la región. Otras actividades, como la petrolera y minera, contribuyen negativamente a incrementar la contaminación. ¿CÓMO AFECTA EL DÉFICIT HÍDRICO A LAS PLANTAS? En el transcurso de la evolución, ha ocurrido un ajuste de los diferentes organismos por las condiciones de disponibilidad de agua, distinguiéndose tres tipos de plantas: mesófitas, xerófitas e hidrófitas. Por otro lado, mediante la práctica de la aclimatación se pueden inducir cambios fisiológicos no hereditarios por exposición gradual a un potencial agua bajo; así, las plantas pueden sobrevivir posteriormente en un ambiente estresante. En un cultivo, los efectos del estrés hídrico son muy diferentes en función de su rigor. Puede ser circunstancial, como ocurre durante el mediodía, motivado por un exceso de transpiración en el momento en que coinciden alta radiación y elevada temperatura. En este caso, las plantas recuperan su turgencia y no hay efectos significativos. El estrés también puede producirse durante períodos largos, por sequía prolongada, tasas de transpiración altas (viento o aire muy seco) o dificultades en la absorción de agua (plantas que crecen en suelos salinos), impidiendo, por ejemplo, la floración o la formación de semillas, comprometiendo seriamente la producción agrícola. El genoma y la etapa fenológica también inciden en el grado de ajuste. En el caso del manzano, por ejemplo, un déficit durante el crecimiento del fruto afecta de manera adversa su tamaño y calidad, ya que adelanta la maduración. Considerando a la planta como un sistema de entradas y salidas de energía o materia, las entradas dependen de la eficiencia fotosintética, que determina la producción de materia orgánica total (Figura 2). La absorción de elementos nutritivos inorgánicos (sales minerales) también influye en la biomasa del vegetal. La materia seca total depende además de las salidas, debidas a la respiración, así como a la abscisión de hojas y frutos. Cuando el potencial agua es ligeramente inferior a cero se ve afectado el crecimiento celular, que es el proceso más sensible, seguido por la síntesis de pared y de proteínas. Simultáneamente, aumenta el ácido abscísico, hormona que induce el cierre estomático. Las plantas captan menos dióxido de carbono y disminuye la fotosíntesis. El desarrollo vegetativo es la variable fisiológica que más rápidamente responde a un déficit hídrico, produciendo una reducción de la biomasa. ¿QUÉ EFECTOS TIENE EL ANEGAMIENTO DEL SUELO? En la región del Alto Valle, el anegamiento es ocasionado por las crecidas de los ríos cordilleranos, que afectan a productores y habitantes ribereños. Uno de los riesgos de los embalses hidroeléctricos es que pueden inundar terrenos agrícolas situados agua abajo. Los frutales presentan distinta respuesta a los suelos inundados: damascos y durazneros son muy sensibles, mientras que manzanos, perales y membrilleros son más tolerantes. Cuando el sustrato está saturado, el agua desplaza al aire y ocurren cambios físico-químicos, disminuyendo el potencial de óxido-reducción. Los compuestos cambian sus propiedades y pueden ser tóxicos para las plantas, como es el caso del hierro y el manganeso. Además, aumentan los patógenos como Phytophtora y los microorganismos anaeróbicos del suelo producen sustancias orgánicas que inducen senescencia. La capacidad de aportar oxígeno a las raíces es menor en los suelos anegados, produciéndose un tipo de estrés denominado hipoxia, que afecta la absorción de agua y nutrientes. Durante la hipoxia, se inhibe la respiración aeróbica y se sintetiza etileno. Esta hormona provoca una triple respuesta en especies sensibles a la inundación: menor tasa de crecimiento, epinastia de las hojas y engrosamiento de los tallos. Si la hipoxia persiste, las plantas adquieren características típicas de déficit hídrico: sus estomas se cierran, sus hojas se secan y finalmente mueren. REFLEXIONES FINALES El agua y su uso racional constituye una de las temáticas ambientales de mayor relevancia en la discusión política y estratégica. Es absolutamente vital para los cultivos y tanto la disponibilidad como la calidad influyen en el potencial de rendimiento. Por ello, es necesaria la colaboración de todos los actores involucrados (sector público, privado, académico y sociedad) para gestionar las cuencas hidrográficas de manera sostenible, mejorar los sistemas de abastecimiento, reducir las pérdidas y diseñar buenas prácticas de irrigación. BIBLIOGRAFÍA Comunidades de divulgación científico técnica. 2005. El agua como factor de estrés vegetal. www.elergonomista.com/fisiologiavegetal/factor.htm. Garriz P.I. y Morales Sillero A. M. 1999. Fisiología de las plantas en condiciones de estrés. Serie Fisiología Vegetal No. 6. Facultad de Ciencias Agrarias, UNCo. Hopkins W.G. y Hüner N.P.A. 2004. Introduction to Plant Physiology. 3rd Edition. J. Wiley & Sons. U.S.A. Universidad Blas Pascal. 2006. Recursos energéticos renovables. Www.ubp.edu.ar/todoambiente/empresasyambientes/energeticos.htm.