insu_520.pdf

Anuncio
Revista
Insurreción
Edición No.520
Marzo/14/2016
EDITORIAL4
Apagan a Colombia
CARICATURA
No Subirse al Tren Equivocado
8
¿Quién le Dicta el Protocolo de Violencia a Santos?
9
Autor: PICAdura
Autor: Darío Cáquiza
Retos para Avanzar en Nuestra América
14
Lucia o Crónica de una Infamia
19
Autor: Luís Kunta Kinte
Autor: Timoleón Areiza / Agosto 24 de 2002
EDITORIAL / Comando Central - COCE
Apaga a
Colombia
H
4
Para evitar que se volviera a presentar otro apagón, el gobierno crea una
tarifa extra, trasladándole a los usuarios el costo de la nueva generación
de energía eléctrica. Esta nueva tarifa, debería ser un fondo para la inversión empresarial, al que llamaron “Cargo por Confiabilidad” y se comenzó
a cobrar desde el 2006, permitiendo recaudar cerca de 8.000 millones de
dólares. Pero las empresas no hicieron las ampliaciones de planta, sino
que se repartieron esos recaudos como utilidades, ejecutando otro aberrante peculado que quedará en la impunidad.
Ahora el presidente Santos elude
su responsabilidad, destituyendo
al ministro de minas y energía, por
no tomar las medidas preventivas,
y, lanza el programa de “apagar
paga”, que en el lenguaje popular
significa que “a pagar se dijo”. Es
decir, que la ineptitud y la corrupción del gobierno, las debe pagar
el pueblo colombiano.
La vergonzante campaña presidencial de “apagar paga”, pone en evidencia que ya hay un faltante entre
el 5 y el 10 por ciento de la energía
que se consume normalmente y se
quiere obligar a la población que
reduzca el consumo, castigándola
con el incremento de las tarifas,
además del reciente aumento ya
efectuado. Esta campaña mediática
presenta como delincuente, a quien
utilice la energía eléctrica, mientras
los funcionarios y empresarios que
apagaron al país, ahora se presentan como jueces implacables.
Desde comienzos del año pasado,
se conoció que para finales del
2015 y comienzos del 2016, tendríamos con mucha intensidad el
fenómeno del Niño, que significa
ausencias de lluvias y disminución
de la generación de las hidroeléctricas. Por tanto, era obligatorio poner en funcionamiento las termoe-
Revista Insurrección
Revista Insurrección
an sido reiterados los llamados de alerta de los académicos, científicos y organizaciones sociales, advirtiendo
sobre el apagón que amenazaba al país. El presidente
y demás funcionarios gubernamentales habían manifestado que sólo eran infundios alarmistas, que buscaban
crear zozobra, porque el gobierno tenía todos los mecanismos para
evitar que se repitiera el apagón que padecimos los colombianos
en 1.992, durante el gobierno de César Gaviria.
5
léctricas para suplir el déficit de energía. Pero el gobierno no implementó
planes de contingencia efectivos.
Ya tenemos los embalses por debajo del 28 por ciento de sus niveles, pero
no existen las termoeléctricas que debieron haberse construido. Además,
algunas generadoras se apagaron por errores de mantenimiento. Así, ni
con el recorte voluntario que está haciendo la población, ni con la energía
que nos está vendiendo Ecuador, se logrará suplir lo que necesita el país.
Lo único que evitará un nuevo apagón nacional, es que de manera milagrosa e inmediata se acabe el Niño, que está pronosticado para durar
otros meses.
Pareciera que el presidente no se ha dado cuenta, que hace meses, cientos de municipios sufren de racionamiento de agua y algunos de racionamientos eléctricos. Ya tenemos apagones parciales y es inminente que
volveremos a tener un apagón nacional obligatorio, como el que tuvimos
hace 24 años.
Pero no es sólo el apagón energético, sino que
Colombia se apaga en la economía productiva,
mientras se disfraza el crecimiento económico basado en la especulación financiera. Se
apaga en la asistencia social. Se hizo la
pantomima de aumentar el salario mínimo
el 7 por ciento, pero la inflación del 2015
fue del 7,59 por ciento y varios expertos
calculan que llegará al 8,15 por ciento en
el primer semestre de 2016. Se apaga
el trabajo y en enero el desempleo
fue del 11,9 por ciento.
Lo que si le alumbra al régimen
colombiano, es la aplanadora parlamentaria, que se ensaña inventando leyes antisociales. También
brilla la función represiva del
estado, que incrementa las
violaciones a los derechos
humanos y la persecución
contra las organizaciones
sociales y políticas de oposi-
ción. Por eso, cada día aumenta la
ilegitimidad del gobierno de Santos, que en la última encuesta llega
al 73 por ciento de desaprobación.
Es claro que Santos sólo gobierna
para aumentar las ganancias de la
oligarquía colombiana y las empresas multinacionales, por eso, ante
la crisis económica que se tiene, las
medidas son: mayor endeudamiento externo, recorte del gasto social,
aumento de los impuestos para
los sectores populares y clases
medias, acabar de privatizar las
empresas públicas rentables como
Isagen, Ecopetrol, Propilco, Etb, etc.
En medio de esta profunda crisis
económica, política, fiscal, social, es
apenas lógico el desespero del gobierno y sus acólitos, para convidar
a las guerrillas, a que se suban al
tren del desarme y la desmovilización, pero dejando intacto todo el
andamiaje represivo, explotador y
excluyente del Estado, sin efectuar
ningún cambio estructural, que le
permita a Colombia transitar hacia
un escenario de paz con justicia social.
Mientras el régimen colombiano
languidece en las penumbras de su
corrupción, de su militarismo, de su
abdicación a los intereses extranjeros, Colombia se ilumina con el sol
radiante de las luchas populares
que reclaman soberanía, equidad,
justicia, paz y vida dignidad.
Lo que comenzó como una ingenua
convocatoria de jóvenes en las redes sociales, terminó el domingo
24 de enero, en una contundente
demostración, contra las medidas
neoliberales del alcalde de Bogotá
y con manifestaciones más modestas en las principales capitales del
país.
Desde el 15 de febrero, la Coordinadora Nacional de Organizaciones
Sociales y Políticas, que integra al
movimiento sindical, campesino,
indígena, popular, estudiantil, de
mujeres, etc, ha convocado a una
Huelga Nacional, para el jueves 17
de marzo, para decirle al gobierno
que el pueblo está harto de la gran
corrupción, de las privatizaciones,
de los recortes salariales y sociales,
de los niños muriendo de hambre,
de los enfermos sacrificados en el
paseo de la muerte, del incremento de los impuestos y de la guerra
estatal, del apagón al que llevaron
a Colombia.
El 17 de marzo, será otra gran manifestación del pueblo colombiano,
iluminando los verdaderos caminos
de la paz.
CARICATURA / PICAdura
No Subirse al
Tren Equivocado
Darío Cáquiza
¿Quién le Dicta el Protocolo de
Violencia a Santos?
E
8
Con este panorama, hay una explosión del movimiento social en
expansión; actualmente se encuentran en paro los trabajadores de
la rama judicial, al tiempo que miles de vendedores informales de
las calles de Bogotá, defienden la única manera por la que obtienen un sustento. Esta oligarquía bogotana es tan doble moral, que
aduce la defensa del espacio público, mientras busca la manera de
acabar con las pocas reservas ambientales de la capital, las cuales
si constituyen un bien público.
No es la primera vez que el gobierno deba enfrentar esta oleada
de movilizaciones, por lo que siempre tendrá listo el mismo protocolo: el de la violencia, basado en tres cosas.
Revista Insurrección
Revista Insurrección
s imparable la movilización social que se avecina, resultado de la profundización de la políticas neoliberales, que
han aumentado el desempleo en el país, los precios de
los productos de la canasta básica están por las nubes y
a ello se suman la inconformidad por la inseguridad social,
que tiende a afectar a las clases populares y la descarada subasta
de las empresas estatales, haciendo que la defensa por lo público
y lo común sea una bandera de lucha de aceptación creciente.
9
Truco 1: desaparecer el
cuerpo de problema
En primer lugar, el gobierno
tiende a negar que haya problemas, ya vemos al gabinete
de ministros frente a las cámaras, afirmando que ninguna de
las reivindicaciones de las planteadas por la gente son ciertas, “que se ha hecho todo lo
posible”, que “estamos trabajando” y que “el gobierno está
dispuesto a escuchar”. Habrá
cifras para mostrar y muchos
discursos, sin embargo nada de
ello se corresponde con la realidad. Por supuesto no podrá
faltar la declaración llamando a
dejar las vías de hecho, ya que
bajo éstas de ninguna manera
se podrá dialogar.
Truco 2: los que protestan
son unos locos desalmados
La segunda parte del protocolo,
consiste en tratar a los manifestantes como irracionales, gente
con la cual nada se puede hablar, quienes “sólo buscan afec-
tar los derechos de las mayorías
de los colombianos de bien”. Un
claro ejemplo de esta argucia,
se vio reflejada en las recientes protestas contra el pésimo
servicio de transporte público
(Transmilenio) en Bogotá; cuando el alcalde Peñalosa tildó a
los manifestantes de “terroristas, agitadores profesionales y
vándalos”, unos desalmados a
los cuales solo hay que perseguir.
Esta imagen oficial de las manifestaciones, lleva implícita la
idea que la represión desbordada de la policía es legítima,
con lo que justifican la presencia
del fatídico Escuadrón móvil anti
disturbios (ESMAD), para desatar la violencia contra la justa
movilización.
Truco 3: acusar a la insurgencia de estar detrás de
la protesta social
Por último, luego de afirmar que
no hay validez en la protesta y
que está conformada por vio-
lentos, vándalos e irracionales,
el gobierno argumenta una falta de personalidad propia del
movimiento social, con el fin
de judicializarlo y criminalizarlo,
puesto que afirma que detrás
de las protestas está la mano
de la insurgencia; como si el
movimiento social no pensara y
actuara por sí mismo.
La acusación conlleva a clasificar a los líderes sociales como
insurgentes, con lo que aplican
la añeja Doctrina de Seguridad
Nacional, ideada en los Estados Unidos, durante la Guerra
fría (1947-1991), que criminaliza a todo el que se opone al
régimen oligárquico y lo tipifica
como “enemigo interno”.
‘No comer cuento’
Hoy cuando el movimiento social prepara movilizaciones
contra la política económica de
San3tos, según un documento
de inteligencia militar, publicado
el 29 de febrero en el diario El
Espectador, con el nombre de
“Las 25 proyecciones terroris-
tas del ELN”, el gobierno afirma que las protestas del 17 de
marzo están “infiltradas” por el
Ejército de Liberación Nacional.
Para cualquier colombiano, es
evidente la crisis causada por
las malas decisiones de la oligarquía, como vender a las
multinacionales la empresa pública de energía (ISAGEN), para
enseguida tener que comprarle
energía a Ecuador y estar programando racionamiento del
suministro eléctrico en todo el
país.
La oligarquía, por su profunda
convicción antidemocrática, le
cuesta reconocer el papel protagónico de la sociedad en las
trasformaciones, mucho menos
reconoce sus expresiones de
protesta; por ello es muy difícil
hablar de paz mientras el régimen persiste en la persecución
de la protesta ciudadana. Ojalá
algún día la minoría gobernante
logre aceptar que “valen más
las expresiones de democracia
de la calle, que las del parlamento”.
Luís Kunta Kinte
Retos para Avanzar en
Nuestra América
S
14
Vivimos una generalizada crisis de civilización; en ella, el capitalismo
no es capaz de solucionar de manera profunda los graves problemas de la humanidad. La transición aparece en ésta como un proceso en el cual, desde la sociedad capitalista, se forjan alternativas
de resistencia a la debacle, fundamentalmente desde los pueblos
a lo largo y ancho del mundo. Este cambio civilizatorio, -esto es, el
proceso de transición- se propone como un proceso social de larga
duración con luchas de orden cultural, político, militar, económico,
tecnológico y ambiental. No es un proceso que se pueda alcanzar
en un solo país, tiene un determinado alcance mundial y sólo posible en conformidad con una correlación a su favor.
Marcha hacia una nueva civilización llena de contradicciones
La transición hacia una nueva sociedad está llena de dificultades,
con avances y retrocesos. En el caso de América, lo que podríamos
llamar transición hacia una nueva sociedad socialista, inicia con la
Lo anterior implica que subestimar la enorme capacidad del
capitalismo para pervivir es un
error propio de miradas fundadas en la ilusión y la aspiración,
pero no en la realidad. Nada
nos indica que podemos realizar
los objetivos de una nueva sociedad socialista en un periodo
corto de tiempo. Esto tampoco
nos puede llevar al derrotismo
vaticinando la imposibilidad de
la transformación social; por el
contrario, nos hace aterrizar en
las dureza del combate por su
construcción.
Reflexionar colectivamente
los caminos andados
La elaboración de una teoría de
la transición para Nuestra América, conlleva la reflexión sobre
el camino transformador recorrido desde la victoria de la revolución Cubana hasta nuestros
días. Emprender la tarea de
racionalizar los pasos andados,
diversos y nada homogéneos,
contenidos en la praxis, puede
aportar claves importantes para
iluminar el futuro de la confrontación con el imperialismo. Las
experiencias de las revoluciones bolivarianas, martianas,
ciudadanas, plurinacionales, así
como otras experiencias de poder popular, son el indicativo de
que no partimos de cero.
Abocarnos a examinar los errores y equivocaciones en estos
años de construcción de alternativas, como parte de un ejercicio amplio desde los mismos
movimientos y los gobiernos de
Revista Insurrección
Revista Insurrección
egún el diccionario crítico del Marxismo, la transición es “la
fase particular de una sociedad que encuentra más y más
dificultades a reproducir el sistema económico y social sobre el cual ella se funda y empieza a reorganizarse sobre
la base de otro sistema que se trasforma en la forma general de las nuevas condiciones de existencia”.
insurgencia de Cuba y su revolución triunfante. Ana Esther
Ceceña, en una conferencia
sobre la geopolítica del Buen
Vivir, idea que representa el socialismo contemporáneo en el
continente, nos advierte que la
fundación de una nueva civilización, basada en este principio,
puede demorar más del tiempo
que llevo establecer la actual.
15
izquierda, nacidos de la lucha
desarrollada, es una condición
de esta reflexión y una obligación en el compromiso por continuar el proceso emprendido.
nuevo consenso revolucionario,
capaz de lanzarnos con fuerza
a los desafíos de los nuevos
tiempos.
Debe hacerse un examen autocrítico continental, en diálogo
con los pueblos del mundo. En
otras palabras, toda la amplia
constelación del bloque social
popular antiimperialista y anticapitalista, anticolonialista y antipatriarcal del continente, debe
hacer un alto en el camino para
examinar y dar cuenta de los
logros y las limitaciones, para,
de ese modo, definir las rectificaciones, reaprender y ponerse
en marcha con las nuevas tareas que demanda el presente.
La reflexión ha de generar un
La lucha está abierta
No hay una sociedad donde
sea estable la hegemonía de la
derecha o de la izquierda. Las
realidades están abiertas a la
confrontación social. El curso de
la lucha actual es el que clarificará el desenlace de lo emprendido: o hacia el predominio de
una situación de restauración
conservadora y predominio del
capitalismo, o hacia la profundización de los cambios antineoliberales que avancen en una
perspectiva de nueva sociedad.
Como parte del
avance socialista, la resistencia
ante los embates de la derecha no se ha hecho esperar. En
Argentina, desde la instalación
del gobierno derechista de Macri, se han realizado decenas
de movilizaciones que toman
las calles y plazas, en respuesta a las medidas neoliberales
adoptadas. En Venezuela, por
su parte, desde la toma de juramento de la nueva Asamblea
Nacional de mayoría de derecha, que amenaza, mediante la
promulgación de varias leyes,
arrebatar los derechos logrados con la revolución bolivariana, también se han suscitado
levantamientos. Las movilizaciones en el Brasil ante los ataques
de la derecha, son igualmente
una manifestación de esta tendencia favorable.
La posible agenda del debate
La urgencia de una política comunicacional, capaz de enfrentar la forma imperialista, está
cada vez más expresa en la izquierda. En la batalla ideológica, el pueblo debe reafirmar el
proyecto social de cambio, generando corrientes de opinión,
de alcance global, a su favor.
De lo contrario, la manipulación
de la información por la derecha, continuará inclinándose
en detrimento de los procesos
transicionales.
Timoleón Areiza / Agosto 24 de 2002
Una democracia llena de pueblo
es indispensable. En Nuestra
América se ha reorganizando la
resistencia en los países de gobiernos neoliberales; No cabe
duda, de igual modo, que con
los gobiernos de izquierda se ha
facilitando el sentido político organizativo del pueblo, originando nuevas situaciones político
organizativas. Sin embargo, es
necesario examinar los alcances
de la democracia participativa y
analizar el curso del protagonismo y empoderamiento popular.
Democracia de la calle, democracia plebeya, poder popular, es un campo a profundizar
en estos procesos. La relación
estado-gobierno-movimientos
sociales es un asunto cardinal y
crucial de este debate.
18
Estos y otros temas como la unidad continental de los pueblos,
el ideario bolivariano, el impulso
a una economía continental fundada en el Buen Vivir y la superación de una economía primarizada, deben ser asuntos de
mayor acuerdo en el seno del
movimiento popular que hoy
impulsa las transiciones. Esto
constituye otras de las deudas
del momento para marchar hacia adelante.
Lucia o Crónica de una
INFAMIA
N
ota de la Redacción:
Esta crónica relata
hechos de la vida
real, ocurridos en
el oriente de Antioquia; fue escrita por Timoleón,
comandante del Frente Carlos
Alirio Buitrago, unos meses después de haber ocurrido.
Contrariando todos sus temores
Lucía comprobó con satisfacción,
que podía disparar sin remordimiento alguno. Miró sin curiosidad al primero que cayó. Quedó apenitas se pasa el agüita.
Su afán estaba centrado en dar
con los otros tres.
Cuando una persona se alza en
armas es porque de antemano
ha aceptado, que está dispuesta a morir o a quitarle la vida
a su enemigo, como un designio
irremediable. Además sabe que
es alta la probabilidad de caer
prisionero o quedar lisiado. Eso
también lo asume y lo acepta,
tal vez a eso se debió la reacción de la muchacha. Ya era una
mujer en armas.
No sabría decir si Antonio era
más apreciado o respetado
por el ser el esposo de Rubiela
la Promotora o por sus propios
méritos. Murió siendo el Presidente del Comité de Conciliación
de la vereda. Nunca antes esa
Comisión había tenido tanto trabajo como con Antonio. ¿Lo buscaban porque era el Presidente
de dicha Comisión?, o ¿por ser
Antonio?, o ¿por qué para todo
encontraba una solución y para
todo el mundo tenía un consejo
sabio cuando se lo solicitaban?
Rubiela era caso aparte. Su carita dulce, su sonrisa fácil, su ha-
Revista Insurrección
Revista Insurrección
Aumentar la participación juvenil, del sujeto femenino, la diversidad de género y las capas
medias, significa actualizar una
compresión de nuestras formaciones sociales, diseñando una
política eficaz de atracción y activación de estos sujetos.
Desde los gobiernos de izquierda se ha proporcionado empleo, asegurado lo básico de la
canasta familiar, garantizado el
acceso a la salud y respetado
los derechos humanos esenciales. No obstante, estas políticas
no se han estimulado como procesos colectivos, que impliquen
educación y sentido organizativo de las masas como soportes
de poder. Igualmente, la dimensión de la formación de cuadros
y liderazgos está ausente o es
insuficiente; la reelección presidencial se presenta como una
manifestación de esta carencia.
19
bla pronta y amable ¿quién no
la quería?, ¿A qué hora la requirieron para asistir un enfermo y
no haya acudido a prisa? De
día o de noche lo mismo daba.
Allá estaba presta. ¿Quién que
dolor? Allá estaba ella llevando
alivio. ¿Qué cuál diligencia a la
alcaldía? Pues ¿para qué estaba Rubiela? Y sino ¿para qué
vivía Antonio?
A todos nos cogió por sorpresa.
Si bien el alcalde y el comandante de policía habían montado un grupo de matones, hasta
ahora sólo habían cometido sus
crímenes en el caso urbano. No
obstante por ser todas sus víctimas dirigentes obreros y líderes
comunitarios,
personalmente
les aconsejé se fueran por un
tiempo, mientras se calmaban
las cosas. Claro, las cosas nunca se calmaron. El terrorismo de
Estado cual noche tenebrosa
arropó a Colombia.
Lucía y sus compañeros continuaron la persecución. Las palabras fervorosas de su madre diciéndole que era pecado matar,
que siempre recordara el “no
matarás” del mandamiento, le
sonaban ahora huecas y vacías.
-Pobrecita mi mamá-. Pensaba
y agudizaba el ojo y el oído,
aunque primero los escuchó
y después los vio, cuando se
metieron a la mata de monte,
la que queda allá al comenzar
la bajada para las sementeras.
Pero qué raro, sólo vio a dos. ¿Y
el otro?, ¿Qué se hizo?, ¿Sería
que se devolvió por el alto? O
... una intuición hizo que se iluminar su rostro, ¡seguro se emboscó! Continuaron avanzando
con la guardia en alto y separados. Eso les salvó la vida. El
asesino viendo la maniobra decidió huir, siendo blanco de los
tiros justicieros de la guerrilla.
Ahí quedó el segundo. Lucía lo
reparó sólo lo necesario para
saber que estaba bien muerto
o al menos lo suficiente, para
que no pudiera seguir haciendo daño. Siguieron su camino.
Ella fijó su mirada en la mata de
monte.
-Ustedes son bobitos, por qué
nos van a matar si nosotros no
le hacemos mal a nadie, por
el contrario tratamos de servir
a todo aquel que lo necesita-.
–Es por eso precisamente que
los pueden matar, porque Ustedes son guía y cohesión para
la gente y la mantienen organizada. Eso le asusta al Estado-.
No les valieron mis argumentos.
Se negaron a marchar. -No se
preocupen que nada nos va
a pasar-. Añadió Rubiela y se
despidió con alegría y afecto.
Tenía en sus ojos un brillo especial, brillo propio tan sólo de los
que viven con paz en el alma.
Se desvivía por sus niños y sus
vecinos. Sus niños eran de 7, 9 y
11 años. Hacía cinco meses habían decidido volver a intentarlo
-que sabemos que esta vez sí
llegue la niña- nos decía con su
sonrisa luminosa.
El primero que los sintió fue Claver, que gemía y movía la colita
dándole la bienvenida a quienes suponía amigos, que de
madrugada llegaban a su casa.
Ese gesto tal vez lo aprendió de
tanto verlo en Rubiela y Antonio, para quienes todo el que
llegaba a su casa eran amigos
y bienvenidos. Por eso Claver
fue el primer sorprendido. No
comprendía el por qué de la rudeza de los recién llegados ¿Y
por qué golpeaban tan duro la
puerta?, ¿Qué necesidad tenían de desastillar las tablas y
de proferir tales groserías?, y
menos entendía, por qué ahora de una patada lo estrellaban
contra el cancel. No podía saber
y menos imaginarse que esos
modales se los enseñaban los
gringos a los generales del Ejército Nacional en la Escuela de
las Américas.
-!Oiga mocosa!-, le decía el cura
a Lucia en un ataque de ira, que
apenas si podía controlar. -!qué
son las cosas que me cuenta su
madre!, ¡qué horror!, ¿quién carajos dijo que la opción por los
pobres, hay que buscarla en el
monte? Si es que quiere servir
a los pobres coja la vida religiosa, aquí mismo tenemos uno de
los mejores conventos del país-.
Lucía no se le rió en la cara, porque Rubiela y Antonio le habían
enseñado que la ironía no era
bueno frecuentarla. ¡Rubiela y
Antonio!. Sus ojos se iluminaron. Miró al cura serena y firme.
-Rubiela y Antonio dicen que la
opción del monte es tan válida
y respetable, como cualquier
otra, que lo importante es si se
hace a conciencia y con honestidad-.
El cura la miró pálido de ira y
luego miró hacia donde vivía la
pareja arriba en la montaña.
Respiró profundo. Ella lo miró
asustada, sintió angustia dentro de su pobre pecho, pensó
ya tarde que había sido demasiado indiscreta. Un negro presagio se instaló bien adentro de
su pecho. Esa misma tarde se le
escapó al cura del carro, cuando la llevaba para el convento.
La decisión estaba tomada y la
suerte echada. Desde esa misma tarde la guerrilla contaba
con una nueva combatiente.
-El convento es el lugar donde
como yo, mejor podes desarrollar tu bella vocación y con felicidad y alegría llevar a cabalidad tu opción por los pobres-,
recordaba que le decía el cura,
mientras la miraba de soslayo.
Palabras llenas de cinismo y mi-
radas cargadas de odio y lascivia, que la llenaban de repugnancia. Prefirió coger el monte y
luchar para siempre al lado de
su pueblo.
-Esto es lo que me pasa por estar pensando en cosas pasadas
y ya saldadas-. Se dijo ofuscada, cuando por un descuido tropezó y se le enterró una estaca
en un costado.
-¡No tienen que tumbar la puerta!, ¡ya voy a abrir!-, les dijo Antonio y se levantó de la cama,
donde todavía dormía. Quedó
en media sala con el rostro desfigurado por los impactos del
fuego asesino. Juntaron a Rubiela y a los tres niños. La sentencia estaba dada. Matarían a
Rubiela y al niño mayor. La réplica firme de ella, para que no
mataran al muchacho y pudiera
velar por los otros dos, lo salvó.
De un tirón Lucía se sacó la estaca. En su rostro se dibujó una
mueca de profundo dolor. En la
madrugada, cuando escuchó
el primer estampido, había dibujado una mueca de espanto
y angustia. Cuando llegó con
sus compañeros a la casa, ya
era demasiado tarde. Rubiela
y Antonio yacían muertos. -Tal
vez no demasiado tarde para
hacer justicia-, dijo Lucia a sus
compañeros. Emprendieron la
búsqueda y persecución de los
asesinos.
Se zambulló en la mata de monte. Los buscó ansiosa, por todos
lados con su fusil en porte, lista
a disparar. Salió a la otra orilla.
Abajo, los sembradíos. Las sementeras de fríjol, maíz, tomate, papa y repollo. Más abajo,
las carreteras, las que van para
un lado, las que vienen del otro,
las que bajan de ... -!allá, allá,
allá van ellos, los asesinos!-,
se arrojaron tras de ellos. Ya
casi los alcanzan. Ven cuando
se aproximan y se suben a un
carro que los espera. De pronto Lucia se detiene, como si la
hubiera atravesado un rayo.
El carro parte velozmente, Lucía se queda mirándolo. Esta
vez su rostro dibujó una mueca
mezcla de incredulidad y rabia.
-¡Maldita sea tu opción por los
pobres!-. Gritó a todo pulmón.
Había reconocido el carro del
cura.
Camilo Torres
Descargar