Los profesores que son efectivos utilizan una variedad de

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Primeros pasos en la evaluación por el aprendizaje en el aula
Adaptado de Classroom Assessment Techniques
Angelo, T; Cross P.
1993.
El siguiente texto trata de cómo la evaluación por el aprendizaje en el aula ayuda a los
profesores a obtener una retroalimentación útil respecto de qué están aprendiendo sus
estudiantes y cómo lo están haciendo, posibilitando reenfocar la metodología de enseñanza con
el fin de ayudar a los estudiantes a desarrollar su aprendizaje de manera más efectiva y
significativa.
La mayoría de los profesores utilizan una variedad de estrategias - formales o informales - para
determinar cuánto y de qué manera están aprendiendo sus alumnos. Frecuentemente aplican
instrumentos como pruebas, exámenes, ensayos, o reportes de laboratorio para evaluar de
manera formal y hacer juicios sobre los logros de un estudiante, lo que conlleva una asignación
de calificaciones. Estas evaluaciones en las que se asigna una calificación son las llamadas
evaluaciones “sumativas” y se realizan habitualmente al final de una clase, unidad o curso.
Para evaluar de manera informal, la mayoría de los profesores utilizan otro repertorio de
técnicas diferentes a las anteriores: realizan preguntas en clase, ponen atención a los
comentarios de los estudiantes e incluso monitorean el lenguaje corporal y sus expresiones
faciales. Estas evaluaciones informales (normalmente hechas de manera implícita), les permiten
hacer ajustes inmediatos en su enseñanza y a consecuencia de esta información, explican de
manera más pausada, o hacen un pequeño repaso para responder una pregunta o aclarar una
confusión. Esta evaluación que se centra en recoger y dar información sobre el proceso de
enseñanza, buscando mejorar el aprendizaje mientras éste se produce es la llamada evaluación
“formativa”, que se caracteriza por centrar su foco de atención en la regulación de los
aprendizajes, antes que en la asignación de calificaciones.
La evaluación por el aprendizaje en el aula es una aproximación sistemática a la evaluación
formativa, y sus herramientas sirven para recoger información sobre el aprendizaje para
mejorarlo. No se busca que la evaluación formativa ocupe el lugar de la evaluación tradicional,
sino más bien, que ayude entregando información (al profesor y al estudiante) para llegar más
preparados a la evaluación sumativa. Si se utiliza efectivamente, ayuda a reducir la
incertidumbre que -tanto estudiantes como profesores - sienten cuando enfrentan las
evaluaciones sumativas.
Este tipo de evaluación se basa en el siguiente principio: cuando profesores y estudiantes
reciben una retroalimentación de manera regular sobre el aprendizaje mientras éste ocurre,
Adaptado por Paula Agulilera
Magíster en © Evaluación y Currículo
Pontificia Universidad Católica de Chile
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habrán menos sorpresas en el final del curso. Es así como se han creado algunas técnicas que
buscan ayudar al profesor a realizar sus evaluaciones informales de manera más sistemáticas y
más enfocada, gracias a que permiten una mejor recogida de información (que una evaluación
informal común) y proponen hacer un uso valioso de esta información que se ha recogido.
Habitualmente cuando los profesores en sus clases hacen preguntas o mantienen discusiones
con sus estudiantes, ponen atención a las respuestas que obtienen de ellos y utilizan esta
información cuando tienen que planificar la clase siguiente, recordando estos sucesos de manera
de ajustar lo que han pensado hacer. Sin embargo, la memoria muchas veces falla y muchos
detalles importantes se pierden entre el final de una sesión y el inicio de la próxima. La
retroalimentación recogida a través de instrumentos específicos, puede servir para chequear
estos detalles, permitiendo mejorar la planificación y las estrategias a utilizar en las clases.
Las tres etapas del proceso de aplicación de una estrategia de evaluación en el aula
1. Planificación
Para empezar se recomienda seleccionar una clase en la que se sienta cómodo y en la que los
estudiantes se encuentren satisfechos. Esto se debe a que es mejor aprender en una situación
más estable, para posteriormente utilizar estas técnicas en situaciones más complejas.
También es importante asegurarse de que se cuente con tiempo dentro de la sesión de clase para
aplicar la evaluación. Se recomienda empezar con una de las técnicas siguientes, debido a que
son flexibles y se pueden adaptar a diferentes situaciones y no presentan mayores dificultades en
su aplicación:

Prueba de Conocimientos Previos

El Punto más Complejo

Explicación Dirigida

Tarjetas de Aplicación
La Prueba de Conocimientos Previos consiste en preguntar a los estudiantes, al inicio de una
clase, sesión o unidad cuáles son sus conocimientos respecto de dichos temas, con el fin de
obtener información general sobre el nivel de preparación que tienen, lo que permite ajustar el
punto de partida.
El Punto Más Complejo se usa para identificar qué elementos no han quedado claros para los
estudiantes, al final de una lectura, de una sesión de clase o de otro material. En él se solicita a
los estudiantes que respondan brevemente a la siguiente pregunta: ¿Cuál ha sido el punto más
complejo que encontraste en la lectura o en la clase de hoy?
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La Explicación Dirigida evalúa la comprensión respecto a un concepto o procedimiento. Se
solicita al estudiante que explique en dos o tres frases dicho concepto o procedimiento a una
audiencia específica.
Las Tarjetas de Aplicación evalúan la habilidad de los estudiantes de plantear posibles
aplicaciones de la lección o de la clase a áreas específicas de la vida real.
2. Implementación
Una vez que se ha seleccionado una técnica a utilizar, debe compartir con sus estudiantes al
inicio de la clase lo que va a hacer, siendo importante decirles por qué se les está solicitando
esto. Es bueno compartir con ellos que el objetivo es mejorar su aprendizaje, y no calificarlos,
considerando la alternativa de que respondan de manera anónima.
Cuando se empieza a utilizar este tipo de evaluación es importante que los estudiantes
comprendan claramente el procedimiento, siendo adecuado darles a conocer el tiempo que
tienen para poder desarrollar la tarea. Es recomendable ir implementando estas técnicas de
manera progresiva, de modo que los estudiantes y su profesor se acostumbren a desarrollar este
tipo de trabajo.
En un análisis posterior se pueden separar las respuestas dadas por los alumnos en tres grupos:
-
Un grupo para aquellos cuyas respuestas están totalmente correctas y completas,
-
Otro grupo para aquellos que tienen parcialmente completa o correcta su respuesta
-
Un tercer grupo para aquellos cuyas respuestas están incorrectas o incompletas.
De esta manera se puede determinar qué porcentaje del curso ha comprendido bien, o qué
porcentaje no lo ha hecho, además de los errores más comunes, los que pueden servir como un
valioso insumo para la próxima sesión de clase.
3. Respuestas.
Para hacer fructífero el tiempo que se ha utilizado haciendo la evaluación formativa y para
motivar a los estudiantes a estar involucrados de manera más activa, es necesario cerrar el
“circulo de retroalimentación”, haciéndoles saber qué es lo que el profesor ha aprendido del
ejercicio y qué diferencia hará en la clase la información que se ha recopilado. Es importante
planificar en qué momento y de qué manera se entregarán las respuestas de los estudiantes. La
información se puede entregar comentando a los estudiantes qué porcentaje ha respondido y qué
es lo que más han mencionado, para posteriormente volver a ver estos puntos de manera global
y hacer notar a los estudiantes cuál es el punto más importante que deben comprender. También
es necesario dar a conocer los ajustes que se han producido debido a la información que ellos
han entregado, así como compartir las conductas o actitudes debieran modificar para mejorar su
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aprendizaje. Uno de los elementos esenciales es que los estudiantes saben que su participación
hace que mejore la enseñanza y en consecuencia lo que ellos aprenden.
Algunas sugerencias para el inicio

Si alguna de las técnicas no se aplica a su institución o no está de acuerdo con su
juicio profesional como profesor, no la utilice.

Las técnicas que se han mencionado están hechas como sugerencias y deben ser
tomadas como tales. Cada profesor es la autoridad más válida para determinar qué
le ayuda a mejorar su enseñanza y el aprendizaje de sus alumnos.

Siempre cierre el ciclo haciendo saber a sus estudiantes qué es lo que ha aprendido
de sus respuestas y cómo ellos pueden utilizar esta información para mejorar su
aprendizaje.
A pesar de que muchos profesores desarrollan evaluaciones informales, pocos dan a conocer sus
conclusiones a los estudiantes, se debe tomar en cuenta que es muy difícil que un estudiante se
autoevalúe, a menos que el profesor le haga explícito el desempeño que tiene. Cuando se ayuda
a los estudiantes a ver que la evaluación formativa es muy útil para dar información sobre su
desempeño y el del profesor en la clase, se verán más motivados a participar.
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