Mi Camino (de Santiago) A modo de epílogo. Llámase Vía Láctea ó Camino de Santiago a la nebulosa blanquecina de tono lechoso que cruza nuestro cielo nocturno de NE a SW circundando toda la bóveda celeste. Sirvió de guía a los peregrinos medievales que iban a visitar la tumba del Apóstol Santiago en Compostela. La cita está tomada del libro de texto de Geografía Universal que el peregrino estudió en el primer curso de bachillerato; ése fue el primer contacto con el Camino de Santiago. En la asignatura de Religión, entonces obligatoria, evaluable y punto, vino al conocimiento de los hechos, considerados milagrosos, que permitieron descubrir la tumba del Apóstol en Compostela (campus stella). Muchos años después en la Historia del Derecho volvería al estudio del Camino que tuvo vital importancia en la historia mercantil altomedieval, en la construcción y conservación de caminos y puentes así como de alojamientos (hospitales). Personas conocidas, peregrinos en su día, contaban y no paraban de su peregrinación y le animaban a realizarla. Finalmente, una persona muy querida tuvo la gran idea de regalarle, una Navidad, el libro El Camino de Santiago a pie. No quedaba más remedio que echarse al Camino, nunca mejor dicho. Después de estudiar la Guía, llenó la mochila y se fue al Somport para iniciar su Camino. Lo que viene a continuación es una apretada síntesis de lo que encontró en su peregrinación hasta Compostela. El trazado. En el llamado Camino Aragonés (Somport-Puente la Reina) la característica principal es la soledad, un perfil topográfico exigente, la escasez de servicios y, en algunos tramos, una señalización sino escasa mejorable. De Puente la Reina a León la soledad es una opción del peregrino porque siempre encontrará, si lo desea, compañeros para su andadura. El perfil topográfico es menos exigente y la distancia a recorrer diariamente puede aumentar si lo desea. A partir de León cambia el perfil y el paisaje; además, la probabilidad de que la lluvia acompañe al peregrino es alta. Los peregrinos. Por el Camino Aragonés su escasez permitirá vivir en los albergues buenas jornadas jacobeas. El peregrino siempre recordará la vivida en Arrés. Más adelante no le costará trabajo distinguir al peregrino del llamado turigrino, una expresión que está teniendo éxito para referirse a los turistas disfrazados de peregrinos. A partir de León y, sobre todo, en Galicia el peregrino puede observar un cambio: se van incorporando en cada población otros para los que el Camino empieza en ninguna parte pero termina en Compostela porque de lo que se trata es de conseguir la Compostela. La Compostela. Es la causa de todo el barullo que se forma, sobre todo, a partir de Sarria y desvirtúa la peregrinación. Todo sería diferente si se entregase a cualquiera que se presentase en Compostela sin tener en cuenta los medios utilizados para conseguirlo. Reconocimientos. El peregrino ha compartido algunos tramos con otros a los que desea mostrar su reconocimiento. Enrique y Juanjo, el primero colega del peregrino y el segundo un experto en el conocimiento de la flora del Camino. Enrique, un madrileño con gran sentido del humor que le ha proporcionado algunas de las fotos que ilustran estas páginas. Magda que tardó en coger el ritmo del Camino pero que, llegando a León, ya era capaz de hacer etapas de casi cuarenta kilómetros. Raúl, un estudiante de Caminos que ilustró al peregrino acerca de la dureza de la vida del estudiante de una titulación técnica. Ismael, conocedor de costumbres y culturas lejanas que, además, proporcionó al peregrino gran parte de las fotografías que se recogen en estas páginas. La pareja andaluza que conoció llegando a Rabanal y con la que fue coincidiendo en El Acebo, Palas, Arzúa y Santiago. Sólo recuerda el nombre de ella, Belinda. Afortunadamente, ninguno de ellos padeció las ampollas y si las tuvo se lo calló humildemente; lo mismo puede decirse de tendinitis y demás sufrimientos del peregrino. Hasta siempre.