Unos gobiernos más débiles, necesitados de crear espacios de acuerdo,... fácilmente, en una ciudad destrozada sin descanso desde mediados del...

Anuncio
Las lecciones de San Esteban (La Opinión, 5-12-09)
Unos gobiernos más débiles, necesitados de crear espacios de acuerdo, no se decidirían tan
fácilmente, en una ciudad destrozada sin descanso desde mediados del siglo XIX hasta hoy en
su urbanismo y su patrimonio histórico, por arrasar el mayor yacimiento de la ciudad histórica
para construir un más que cuestionado parking, de cambiar la posibilidad de un crear un nuevo
lugar, cargado de significados para la ciudad y sus habitante, para la identidad colectiva, la
imaginación y la memoria afectiva, por un clónico y literalmente insignificante no-lugar.
Así concluimos que detrás de la retórica del alcalde Cámara sobre un nuevo Plan Murcia 2010
para crear “una ciudad creativa, innovadora y sostenible”, en el que “la participación ciudadana
sea un elemento fundamental” para “convertir la ciudad en capital cultural del Mediterráneo”, no
hay mas que un discurso impostado que carece por completo de credibilidad, una operación de
contrabando ideológico y de abuso del lenguaje con una inverosímil apropiación de campos
conceptuales por completo ajenos a las prácticas de su gobierno local.
Lo mismo ocurre con la candidatura de la ciudad a Capital Europea de la Cultura en 2016.
Después de los penosos retrasos y las indefiniciones de la candidatura murciana frente a sus
activos competidores, el conflicto ciudadano sobre San Esteban y la inminente destrucción del
barrio medieval murciano arruinan por completo las opciones de Murcia hasta el punto de que,
para evitar el ridículo al que nos dirigimos, más nos convendría retirar la candidatura. No puede
haber proyecto cultural creíble cuando se desprecia a los ciudadanos y se expolia el patrimonio
histórico para servir a los intereses económicos de unos pocos.
Conflictos como el de San Esteban evidencian también, por otra parte, que la dialéctica
gobierno-oposición, la convencional y desacreditada lucha partidaria, en un marco de
continuadas mayorías absolutas y de creciente configuración de la política como una esfera
separada de la sociedad, no puede recoger y dar cuenta de una pluralidad social que tiene
otros actores que deben ser tenidos en cuenta y que acaban por desbordar el marco tradicional
de la representatividad política. Resulta patético el intento de algunos viscerales militantes y
dirigentes populares por convertir este conflicto en una cómoda lucha PP-PSOE.
Contra lo que algunos desearían la sociedad civil no está muerta y acaba por reclamar su
protagonismo directo más allá de los cauces restrictivos de la esclerotizada democracia
representativa. Lo mejor de este conflicto es que ha mostrado que existen sectores sociales
dispuestos a comprometerse directamente en la acción pública, con la capacidad organizativa y
la creatividad necesaria para poner en jaque a unas aparentemente todopoderosas
instituciones. Nada será igual en el futuro.
Otra reflexión inevitable se refiere al específico papel de la Consejería de Cultura. Como en el
caso imborrable de la censura a Leo Bassi, el supuesto proyecto de modernidad cultural que
pretenden encarnar sus responsables alberga contradicciones insolubles que lo desmienten
radicalmente.
Despreciar la política de Patrimonio Histórico, de lo que tenemos gravísimos ejemplos recientes
en la brutal agresión al Castillo de Lorca por la construcción de un Parador (con el informe
1/2
Las lecciones de San Esteban (La Opinión, 5-12-09)
técnico favorable del mismo arqueólogo que ha firmado el de San Esteban, y el repudio más
contundente de los técnicos del Instituto del Patrimonio Histórico Español) o en la drástica
disminución del presupuesto regional en este capítulo para 2010 (una bajada de 62,9%
respecto a 2009), a lo que tenemos que añadir ahora la prevista destrucción del mayor
yacimiento urbano de la capital, excepcional por constituir un barrio completo que permite
reconstruir la vida de los murcianos de hace ochocientos años, descalifica por completo una
acción pública que ignora, como señala el filósofo Odo Marquard, que todo porvenir necesita
un provenir, una tradición y una historia en la que situarse aunque sea como ruptura y
negación.
La utilización de informes técnicos internos, ni siquiera realizados por equipos
multiprofesionales, que se completan con supuestos asesoramientos internacionales, como si
entre lo propio y lo remoto no hubiera un espacio intermedio para asesorarse con excelentes
equipos profesionales e instituciones consultivas de la región y del país, así como las urgencias
con las que se abordan y deciden cuestiones complejas nada claras, a lo que hay que sumar la
ausencia completa de órganos institucionales de participación de la sociedad en estas
decisiones, arroja una sombra definitiva sobre la forma de trabajar de la Consejería de Cultura
en este campo.
Finalmente, puede que no se haya dado cuenta él mismo todavía, pero es probable que el Sr.
Ujaldón sea ya un zombi político, un muerto viviente del que terminarán por deshacerse cuando
pase todo esto pues ya está gastado y amortizado, y sólo su caída podrá evitar quizás un
desgaste mayor de sus jefes, y cuando ocurra no creo además que importe mucho a casi
nadie.
Patricio Hernández
Presidente del Foro Ciudadano de la Región de Murcia
2/2
Descargar