El manejo actual de la fertilización nos hace perder soja

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El manejo actual de la fertilización fosfatada nos hacer perder Soja
Ing. Agr. Roberto Rotondaro (ACA Nutrición de Cultivos)
“Un estudio reciente demuestra que utilizando otras estrategias de fertilización
fosfatada en soja, produciríamos 500 kg más por hectárea”.
INTRODUCCIÓN
El cultivo de soja cubre en la región pampeana el 53 % del área cultivable siendo uno
de los cultivos de mayor importancia tanto en el sector productivo, exportador como industrial
alcanzando una superficie implantada superior a los 18 millones de hectáreas (SIIA, 2013). En
cuanto a la fertilización, se estima que el área fertilizada, alcanza el 68 % de la superficie
sembrada (Fertilizar, 2012) con dosis medias de fertilizantes que no cubren la extracción de
nutrientes por parte del cultivo. Esto indicaría que en varias zonas de la región pampeana el
balance entre el aporte y consumo de nutrientes es negativo, realizando el mayor aporte de
nutrientes el suelo.
Por otro lado, Sainz Rosas et al. (2012) indicaron que en la mayor parte de los suelos
de la región pampeana los niveles de P extractable (Bray Kurtz 1) son inferiores o iguales a
15 ppm (aproximadamente 15.227.000 ha), donde la disponibilidad de Fósforo (P) podría
limitar la producción de los cultivos en esta área.
Con el objetivo de evaluar distintas estrategias de fertilización con P e incrementar la
productividad de soja en secuencias continuas del cultivo, Fertilizar Asociación Civil junto con
instituciones como INTA y la UNRC condujeron una red de ensayos de fertilización a largo
plazo en sistemas de secuencia continúa. Este resumen presenta la información en conjunto
de tres años de resultados.
Que se hizo?
En distintos sitios representativos de la región pampeana se conducen ensayos de
larga duración bajo secuencias continúas de producción de soja (Tabla 1).
Tabla 1. Investigadores responsables de los ensayos, sitios y campañas bajo estudio.
Institución
INTA
INTA
Investigador
responsable
Sitios
Ing.Agr.Msc L.
9 de Julio
Ventimiglia
(BA)
Ing.Agr.MSc G. Ferraris
Pergamino
(BA)
Campañas
2010/11 2011/12 2012/13
Ensayos
x
x
x
3
x
x
x
3
1
INTA
Ing.Agr.Dr. F.Salvagiotti
INTA
Ing.Agr.Dr. F.Salvagiotti
UNRC
Ing.Agr.MSc.G.Esposito
Aldao (SF)
Carcaraña
(SF)
Rio Cuarto
(Cba)
x
0
0
1
x
x
x
3
0
x
x
2
x = completo // 0 = no se realizó o se dio de baja
En cada sitio se establecieron 5 tratamientos. Las dosis de P aplicadas variaron entre
sitios representando en el tratamiento 2 (“dosis base de P”) la dosis “frecuente” de aplicación
en cada región y en los tratamientos 3, 4 y 5 (“dosis alta de P”) un aporte suficiente para el
mantenimiento de la cantidad extraída por la producción de granos del cultivo.
Tabla 2. Tratamientos, dosis, momento y localización del fertilizante con P.
Denominación
Tratamiento
T1
Testigo
T2
Dosis de
Momento de
P (kg/ha)
aplicación
-
-
-
8 a 15
Siembra
Localizado
Dosis base de
P
Localización
T3
Dosis alta de P
25 a 30
Invierno
Voleo
T4
Dosis alta de P
25 a 30
Siembra
Voleo
25 a 30
Invierno + siembra
T5
Dosis alta de P
dividida
Voleo +
localizado
Todos los tratamientos fueron inoculados y fertilizados con Azufre (S), en dosis que
variaron entre 10 y 18 kg de S/ha/año. Los datos de análisis de suelo fueron:
Tabla 3. Parámetros de suelo en muestra 0 a 20 cm.
Pe
Localidad
S-Sulfatos
Arena Limo Arcilla
ppm
MO
%
Pergamino
14
6
28
48
23
2,8
Rio Cuarto
15
14
32
56
12
1,8
Carcaraña
12
3
2
74
24
2,5
Aldao
10
6
9 de Julio
10
2,4
65
20
15
2,2
2
Resultados obtenidos
Las condiciones de media disponibilidad de P extractable en los suelos permitieron
expresar una amplia respuesta a la fertilización fosfatada, la que incrementó significativamente
el rendimiento del cultivo y sus componentes independientemente de la campaña considerada.
En la Figura 1 se presentan los rendimientos en granos promedio de los 12 sitios del
tratamiento testigo sin fertilizar y de todos los tratamientos fertilizados con P tanto en la dosis
baja como en la alta y sus momentos y condiciones de aplicación. La media de rendimiento del
tratamiento testigo fue de 3303 kg/ha y la de los tratamientos fertilizados con P fue de 3869
kg/ha. Se puede observar que los 566 kg/ha de respuesta al agregado de P, equivalentes a
mejoras del 17% en la producción de granos sobre el control sin fertilización.
Figura 1. Rendimientos en granos promedio para tratamiento testigo sin fertilizar y los
tratamientos fertilizados con P en la región pampeana. Promedio de 3 campañas y 12 sitios.
La Figura 2 muestra los rendimientos de soja para los tratamientos sin fertilizar y los
tratamientos fertilizados con P desglosados entre aquellos con una dosis base de P aplicada
en bandas incorporadas en el suelo al sembrar y aquellos con una dosis alta de P. Los
tratamientos con dosis alta de P fueron superiores al tratamiento testigo sin fertilizar en
675 kg/ha, y en 489 kg/ha por sobre el rendimiento de los cultivos fertilizados con una dosis
base de P (incorporado a la siembra). Estos resultados sugieren que los niveles de P
aplicados como base a la siembra (y que generalmente son aplicados por los
productores) no fueron suficientes para sostener los rendimientos observados, y dosis
mayores a 8-15 kg P/ha son necesarias para sostener altos rendimientos en sistemas
con secuencias continuas de soja.
3
Figura 2. Rendimientos en soja para los tratamientos testigo sin fertilizar, fertilizado con una
dosis base de P y fertilizado con una dosis alta de P. Promedio de 3 campañas y 12
Con respecto a la localización del P, las diferencias entre tratamientos de fertilización
en superficie, localizada en bandas y fraccionada entre ambas formas de corrección, fueron
significativas sin diferenciarse en la aplicación con dosis alta de P “al voleo” entre la siembra y
el invierno. La estrategia de mejor performance fue aquella que combinó una aplicación
anticipada de P en 70% en el invierno, con el restante 30% localizada en la siembra
(Figura 3). En promedio, se determinaron ventajas de 186 kg/ha por incrementar la dosis de P
de 0 a 8-15 kg P/ha, y diferencias medias de 368 kg/ha entre los tratamientos de dosis alta de
P aplicado todo junto (ya sea siembra o invierno) y dosis alta de P dividida entre el invierno y la
siembra.
4
Figura 3. Rendimiento medio del cultivo de soja como resultado de diferentes dosis, momentos
y formas de localización de P en 12 localidades.
CONCLUSIONES

Los resultados de evaluación de 12 sitios representativos de la región en suelos con
limitaciones en la oferta de P y bajo condiciones continuas de producción de soja
muestran que la aplicación de una dosis de base en el momento de la siembra de entre
8 y 15 kg/ha de P, semejante a la práctica de fertilización actual, logra incrementar
parcialmente la producción de granos (186 kg/ha).

Las mayores mejoras en rendimientos se logran con dosis de entre 25 y 30 kg/ha de P
aplicadas en superficie (“al voleo”) durante el barbecho en el invierno o en pre-siembra
de los cultivos o combinando 70 % de la dosis en superficie y el resto localizada en el
momento de la siembra.

Si bien se requiere de su validación en nuevas condiciones agroecológicas de
producción, el manejo fraccionado de la fertilización fosfatada pareciera ser un
esquema válido para permitir la reposición del P exportado con los granos, sin
afectar la logística de siembra ni asumir excesivos riesgos de pérdidas de
plantas por fitotoxicidad.
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