Unidad 6: FILARIASIS MANSONELOSIS – ONCOCERCOSIS Se denomina Filariasis a un grupo de infecciones tropicales producidas por parásitos nematodos (gusanos cilíndricos), y transmitida por insectos dípteros nematóceros (mosquitos), de los géneros Simulium y Culicoides, cuyas hembras son hematófagas. Los parásitos adultos se pueden localizar en los vasos linfáticos, en el tejido celular subcutáneo o en las cavidades y tejidos periviscerales. Algunas de las filarias que infectan al hombre son Mansonella ozzardi, Onchocerca volvulus, Wuchereria bancrofti, Brugia malayi, Loa loa, Dracunculus medinensis Hay solo dos estadios de las filarias que podemos encontrar en el ser humano, estos son los gusanos adultos (machos y hembras) y las microfilarias; éstas constituyen un estadio prelarval, y son depositadas por las hembras en la sangre o en la piel. El estadio infectante para el ser humano es la larva filariforme, que va a penetrar activamente por la piel, al escapar de la prosbócide (trompa) del mosquito en el momento de la picadura. La patogenia y las manifestaciones clínicas dependen de la especie que parasite. La filariasis es endémica en regiones tropicales de Asia, África, América Central y del Sur, con más de 120 millones de personas infectadas en el mundo. El hombre es el reservorio o fuente de infección primaria para todas las filariasis humanas, por lo que es una ANTROPONOSIS. Las medidas preventivas se basan en: 1 – Control de vectores: uso de insecticidas en criaderos, repelentes, mosquiteros, vestimenta apropiada (manga larga y pantalones), entre otras. 2 – Control de los reservorios: tratamiento de individuos infectados, con ivermectina. MANSONELOSIS También llamada “Filaria Tucumana”. El principal agente etiológico es Mansonella ozzardi, que se encuentra sólo en el continente americano, en las selvas tropicales, en la cuenca del Amazonas y con predominio en zonas boscosas cálidas. Distintos países de América del sur resultan afectados, entre ellos el norte de Argentina. Los parásitos adultos se localizan en cavidades (torácica y abdominal) y las microfilarias en la sangre. La patogenicidad de esta filaria necesita más investigación, ya que los gusanos adultos aún viviendo en las cavidades del cuerpo, parecen causar poco daño. Por lo tanto la mayoría de los individuos infectados son asintomáticos, y con frecuencia cursan con eosinofilia elevada (> 15%), constituyendo así un posible marcador no específico apropiado para tener en cuenta en esta parasitosis. El diagnóstico se establece con la visualización de las microfilarias en sangre. Aún cuando los individuos sean asintomáticos, el diagnóstico precoz y el tratamiento oportuno son de suma importancia para evitar eventuales complicaciones. ONCOCERCOSIS También llamada “Ceguera de los ríos”. Es producida por Onchocerca volvulus, y el vector es el mosquito del género Simulium, que al picar deposita las larvas del parásito sobre la piel e infecta al hombre. A nivel mundial, se estima que hay alrededor de 18 millones de personas infectadas y cerca de 500.000 están ciegas debido a la Oncocercosis. Los parásitos adultos se localizan en nódulos subcutáneos (formando verdaderos ovillos) donde permanecen vivos entre 8 a 15 años. Las hembras ponen 700 microfilarias por día, las que se instalarán en la piel y en las cámaras (anterior y posterior) del globo ocular. La patogenicidad está dada por la respuesta inmune celular (tipo inflamatoria) del hospedador a la filaria, tanto en las localizaciones cutáneas como oculares; y también por una respuesta de tipo alérgica. Manifestaciones clínicas cutáneas: nódulos subcutáneos (oncocercomas); dermatitis con prurito (“piel de leopardo” o “sarna filariásica”); mal morado (“paquidermis”); fascie leonina. Manifestaciones clínicas oculares: retinocoroiditis; queratitis puntual; queratitis esclerosante que evoluciona hacia la ceguera. El diagnóstico se establece con la visualización de los parásitos en biopsias de piel. Los programas de prevención, control y eliminación de la Oncocercosis son: 1 – OCP: Programa de control de Oncocercosis 2 – APOC: Programa Africano de control de Oncocercosis 3 – OEPA: Programa de eliminación de Oncocercosis de las Américas Estos programas han logrado, fundamentalmente a través del tratamiento con ivermectina de los infectados, evitar la infección de 40 millones de personas, prevenir la ceguera en 600.000 individuos y garantizar que 18 millones de niños nacieran en lugares libres de amenazas de la enfermedad y la ceguera. En América, a principios de 2014, la transmisión se ha interrumpido o eliminado en 11 de los 13 focos que existen, distribuidos en 6 países: Brasil, Colombia, Ecuador, Guatemala, México y Venezuela. Sólo quedan dos focos que corresponden al área de los Yanomami, en la selva amazónica, región limítrofe entre Brasil y Venezuela, que es considerada en la actualidad el principal desafío para la OEPA.