Monseñor Aguer 2012

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23 – Noviembre - 2012
REFLEXIÓN DE MONS. HECTOR AGUER
“¿CIENCIA o DOGMA en la EDUCACION SEXUAL?”
“Hoy quiero comentarles un libro que ha sido publicado en octubre de este
año, y acabo de leer. Ha sido escrito por un estudioso italiano que se dedica a
cuestiones de demografía y de estadística, es decir un hombre preocupado por los
problemas de la población”.
“El punto de partida de su estudio registra este hecho: cómo ha caído y sigue
cayendo la natalidad en los países de Europa, y en general en occidente. Explica
que el umbral de reposición de una generación es el nacimiento de 2,1 hijos por
mujer. Es un promedio. En los países europeos la tasa va del 1,3 al 1,8 o sea que
está lejos de reponer la generación, es decir que nazcan más chicos que gente que
se muere”.
“Esto implica una cantidad de problemas. Podemos decir que la población
europea sigue aumentando en cuanto que hay inmigrantes que se suman, pero con
todas las consecuencias de carácter cultural, social y religioso que se puede
imaginar. No obstante esto, el problema preocupa mucho a los gobiernos europeos,
desde hace tiempo, solo que no dan con la solución, o mejor dicho que emprenden
soluciones equivocadas”.
“Es lo que enseña Roberto Volpi en este libro que se llama “El Sexo
Superado: El crepúsculo de la reproducción sexual en Occidente”. Lo interesante es
que identifica como una causa principal de esta caída abismal de la natalidad, en los
últimos 50 años, el hecho de la destrucción de la familia, de la destrucción del
matrimonio, concretamente el divorcio. Es decir, las consecuencias del divorcio
tomado como un remedio y generalizado. Otra causa es la revolución sexual. Es
decir, la sexualidad desglosada completamente de la procreación, de la
comunicación de la vida. La sexualidad, dice este autor, ha adquirido una valencia
terapéutica universal. Es una actividad que se emprende para sentirse bien, para
pasarla bien. De allí su banalización”.
“Hay constataciones de este libro que a mí me sorprendieron enormemente.
Por ejemplo, señala basándose en datos que hoy día una mujer tiene menos
relaciones sexuales con un varón que cuando el matrimonio vivía su época dorada,
se refiere al “matrimonio a la italiana” tal como aparecía reflejado en el cine de los
años ´50 y ´60”.
“¿Cómo se explica esto? Porque hoy la mujer tiene más libertad, ciertamente,
pero carece de la regularidad de la vida conyugal que era propia del matrimonio y
que se reflejaba en el nacimiento de los hijos. Hoy día el bebé es un riesgo a evitar”.
“Hay otras constataciones interesantísimas que tienen que ver con el mismo
fenómeno, es decir con la problemática antropológica, cultural, social que está
detrás de este problema tan íntimo que es la relación sexual”. Cito textualmente un
párrafo:
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“Los datos nos demuestran, en escala prácticamente planetaria, que existe
una fuerte correlación directa entre el uso del preservativo, y más en general de los
anticonceptivos, y la tasa de natalidad y de abortos en edades adolescentes. Cuanto
más crece el uso del preservativo más crecen aquellas tasas que, no por casualidad,
alcanzan valores máximos en países como los de Escandinavia e Inglaterra y, en
general, en la franja noroccidental de Europa, notoriamente la más avanzada tanto
por los programas de educación sexual previstos desde la más tierna edad cuanto
por la difusión de los medios anticonceptivos en general”.
“Afirma Volpi que no se trata de teorías sino de hechos reales constatados
estadísticamente y añade: “No hay eficacia alguna verdaderamente demostrable del
preservativo contra la transmisión de enfermedades de origen sexual y contra los
nacimientos y los abortos en la edad adolescente”.
“Expone también la razón de este hecho. Es que se ha encarado el sexo
como una valencia terapéutica, y el propósito de evitar el bebé y la enfermedad a
toda costa, pero en términos puramente biológicos, como si la sexualidad fuera nada
más que una realidad biológica, cuando se trata de una realidad profundamente
humana, que tiene dimensiones sentimentales, afectivas, racionales, libres,
culturales, sociales”.
“Eso es lo que no se ha logrado hacer. Y se insiste, concluye Roberto Volpi,
por un camino equivocado y se le da a este camino equivocado la consistencia de
un dogma, de una creencia”.
“Dice este analista que es curioso -y lo dice este hombre que no es católicoque se acusa a la Iglesia y a Benedicto XVI de ser dogmáticos cuando los
dogmáticos son los otros”.
“El libro da para pensar, no solo por el problema de la natalidad sino, en
general, por lo que significan programas de educación sexual engañosos, como los
que se están aplicando en la Argentina. Contenidos de educación sexual en los
colegios que, como enseña este estudioso, están reducidos a la problemática
biológica de la sexualidad y no encaran el fenómeno humano, delicadísimo, bello,
profundo, que el sentido común de antaño, la razón natural bien fundada en datos
científicos y la Iglesia, siempre han defendido. Pero resulta que aquí no se trata de
religión sino de ciencia. Esto lo muestra la ciencia. La ciencia muestra que las
pretendidas soluciones no son tales”.
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