Según un estudio del Departamento de Salud Laboral de la UGT El 95% de las empresas navarras no cuenta con un protocolo para prevenir drogodependencias El 95% de las empresas navarras carece de un protocolo de actuación para prevenir el problema de la drogodependencia en el ámbito laboral. Además, un 87% de las empresas no ha realizado ninguna acción para paliar problemas relacionados con el consumo de estupefacientes. Estas son dos de las principales conclusiones de un estudio realizado por el Departamento de Salud Laboral de la UGT, que señala la necesidad de que el alcoholismo y las drogodependencias se traten en la empresa desde un punto de vista terapéutico, como enfermedades, y no como mera causa de despido disciplinario. El estudio se ha realizado en 75 empresas, de las que el 83% poseen una plantilla comprendida entre 6 y 250 empleados: destacan las empresas de 6 a 20 trabajadores (26%), y las empresas de 21 a 50 trabajadores (24%). Por otro lado, un 52% de las empresas pertenece al sector de los Servicios; un 44%, al sector Industrial, y sólo un 4% corresponden al sector de la Construcción. Con este estudio, el Departamento de Salud Laboral de la UGT ha querido plasmar la situación de las empresas de nuestra Comunidad respecto al problema del consumo de alcohol y otras adicciones en el entorno laboral, por el peligro que esto supone tanto para la salud humana como para la seguridad en el trabajo. En las visitas realizadas por los técnicos del departamento a las empresas para elaborar el estudio, se ha desarrollado también una doble acción informativa y formativa, en la que se han distribuido 500 folletos y 2.000 guías, sobre los tipos de drogas existentes y sus efectos negativos sobre la salud, así como las afecciones que se producen en el entorno sociolaboral y las vías existentes para prevenir su consumo, actuando sobre los riesgos laborales: prestar ayuda y apoyo a los casos que se declaren por los distintos organismos y personal competente especializado, además de su tratamiento en los respectivos convenios sectoriales y territoriales, con el objetivo de evitar sanciones y despidos y lograr que se elaboren protocolos de actuación en el tejido productivo de Navarra. El trabajo de campo se ha realizado a través del contacto con delegados de las distintas empresas, con el fin de que se actúe en su ámbito y se garantice el adecuado tratamiento de los casos de dependencia al alcohol u otras sustancias. Datos principales • Un 76% de los encuestados considera que el consumo de alcohol y tabaco no es un problema en su empresa. • Un 93% de los encuestados no considera un problema el consumo de otro tipo de sustancias en su empresa. • En un 82% de las empresas se consume tabaco; en un 38%, alcohol, y en un 22%, otras sustancias, tales como tranquilizantes o psicotrópicas. • Sólo se han realizado campañas informativas sobre los riesgos derivados del consumo de drogas en un 18% de las empresas. • Pese a la obligación del empresario de realizar la evaluación de riesgos psicosociales, de acuerdo con la Ley de Prevención de Riesgos Laborales (LPRL) y el Reglamento de los Servicios de Prevención, el estudio demuestra que un 55% de las empresas no la ha realizado. • Un 90% de las empresas reconoce no haber organizado ninguna actividad formativa relacionada con la prevención de la drogodependencia. • Un 73% de los encuestados se apuntaría a algún curso de información sobre la adopción de hábitos saludables. • El 49% de los encuestados afirma que las condiciones laborales influyen en el consumo de drogas. • Riesgos que predisponen al consumo 21% 16% 17% 9% 9% 11% 8% 8% 1% El 21% considera que los horarios y el trabajo a turnos son los principales factores que predisponen al consumo de alcohol y In sa tis f a Ho cc r Pr i ó a ri ec a r M n l a os ie á . .. da qu Ra d la ina Su di b. s ac .. st io Te anc n m ia R es pe s u q i So rat uím do u br ra ... ee s sf e.. ue . rz os otras drogas. Junto a ellos, los sobreesfuerzos, un 17%, y con la insatisfacción laboral, con un 16%, son los otros dos factores más señalados. Un 35% apunta a otros factores, como la precariedad laboral, las condiciones termohigométricas del puesto de trabajo y los agentes químicos y físicos. • Un 65% de los encuestados cree que adoptar medidas preventivas y correctoras en el puesto de trabajo no influye en el consumo de drogas. • El 46% de los encuestados conoce a algún trabajador que ha podido tener alguna dependencia del alcohol u otras drogas. • El indicador que prevalece para detectar el problema de consumo de drogas es el absentismo, con un 30% de respuestas; seguido de la conflictividad, con un 28%, y del incremento de la siniestralidad, con un 15%; el 27% restante lo relaciona con la falta de productividad y la petición de demanda médica. • En caso de detectar un problema de un compañero relacionado con el consumo de estupefacientes, el 31% de los encuestados acudiría al Comité de Seguridad y Salud; un 20% acudiría al delegado de personal; otro 20% demandaría asistencia médica externa, y un 14% recurriría al servicio de prevención de la empresa. Tan sólo un 9% se dirigiría a la Dirección de la empresa y un 6%, a ninguno de los citados anteriormente. • En el 87% de las empresas no se ha realizado ningún tipo de acción para paliar problemas relacionados con el consumo de estupefacientes. • El 95% de las empresas no cuenta con protocolo relacionado con la prevención del consumo de drogas. • Un 37% de los encuestados considera que las acciones más importantes son Realizar análisis de sangre para detectar 3% consumos la información y la formación a los trabajadores sobre drogas; para un 32%, la ejecución de un Procedimiento para poder ayudar a casos que se declaren 32% procedimiento para poder ayudar a casos que se declaren; un 28% apunta a asesoramiento las ayudas o el personalizado a consumidores, y un 3% considera Ayudas o asesoramiento personalizado a consumidores de drogas Información y formación a los trabajadores sobre drogas 28% 37% más importante la realización de análisis de sangre para detectar consumos. • El 73% de los encuestados considera que lo que debe hacer la empresa es aplicar un programa de prevención e incluir este riesgo en un plan de prevención; un 4% de los encuestados se inclina por el despido como medida, y el 23% restante cree que lo que debería hacer la empresa es aplicar las dos medidas citadas. • Sólo en un 15% de las empresas existe un plan global de promoción de hábitos saludables. • El 92% de los encuestados desconoce las cláusulas que pueda incluir su convenio relacionadas con el tratamiento de las drogodependencias. • En el 96% de las empresas no se realizan controles aleatorios para detectar consumos en su empresa. • En un 12% de las empresas se realizan reconocimientos médicos obligatorios, bien por la peligrosidad de la actividad, aspecto recogido en el Reglamento de los Servicios de Prevención, o bien porque viene establecido mediante una disposición legal. Se requieren estrategias y actuaciones específicas Las visitas realizadas a las empresas para confeccionar el estudio han permitido, además de una aproximación al consumo tanto de tabaco como de alcohol y otras sustancias en las empresas de Navarra, difundir información, hasta ahora relativamente desconocida, sobre este ámbito, y el riesgo que supone tanto para la salud como para la seguridad laboral. Asimismo, se ha asesorado acerca de su gestión preventiva y de los distintos organismos que prestan asistencia especializada en estos casos. El estudio ha detectado que en la mayoría de los casos se trata de consumo de tabaco, y que es minoritario el consumo de otras sustancias, como los estupefacientes. Pese a estos resultados, hemos percibido que, bien por temor al despido, dada la situación económica que estamos atravesando, bien porque los trabajadores realmente no han encontrado hasta el momento un apoyo en el caso de consumo de alcohol y otras drogas en su ámbito laboral, en las empresas se produce una cierta resistencia a tratar el problema en profundidad y a colaborar en la detección de casos. En general, se ha comprobado que las empresas reaccionan cuando los efectos de la drogodependencia se manifiestan en la productividad y el rendimiento. Hasta entonces suelen ignorar el problema, lo que provoca su aumento. Se ha podido constatar también que sólo un 5% de las empresas visitadas ha elaborado protocolos de prevención de drogodependencias, que han consistido principalmente en la adaptación de horarios y turnos, para permitir la asistencia del trabajador a sesiones terapéuticas de deshabituación al consumo de alcohol. En un 90% de las empresas tampoco se ha impartido formación para evitar el consumo de drogas. En este sentido, hay que insistir en que la prevención de las drogodependencias en el ámbito laboral requiere de estrategias y actuaciones específicas para las que se precisa la implicación tanto de las empresas, como de los trabajadores y sus representantes sindicales, además de los servicios de prevención de riesgos laborales. El alcoholismo y las drogodependencias son enfermedades que deben tener un tratamiento terapéutico y no una resolución disciplinaria como causa de despido. Por tanto, es preciso reivindicar dentro de la empresa medidas para el tratamiento y curación del trabajador afectado e intervenir en las causas, aplicando una política preventiva y defendiendo los derechos que asisten a la persona afectada, tanto para su rehabilitación, como para su normalización social y laboral. En esta línea y por medio de la Negociación Colectiva, se deben buscar soluciones y no quedarse en la mera tipificación como causas de despido disciplinario, la toxicomanía o la embriaguez habitual. El estudio ha permitido, asimismo, establecer una relación más o menos directa entre las condiciones de trabajo y el consumo, relación que se une a otros factores extralaborales que condicionan o aumentan la posibilidad de consumo (problemas familiares, personales, sociales, etc.). Así, en paralelo al estudio, los técnicos del Departamento de Salud Laboral de la UGT han prestado apoyo a los delegados para identificar en las empresas qué factores de riesgo pueden aumentar el consumo de drogas, y exigir, de acuerdo con la LPRL, que se incluyan dichos factores en las evaluaciones de riesgo y, en su caso, que se adopten las medidas preventivas oportunas. La evaluación de riesgos psicosociales es una necesidad en las empresas, en el marco de los procedimientos de evaluación de riesgos psicosociales que exige la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, acorde con una progresiva evolución hacia el desarrollo de la seguridad, la salud y la calidad de la vida laboral. De acuerdo con la LPRL y con el Reglamento de los Servicios de Prevención, existe la misma obligación por parte de las empresas de evaluar los riesgos psicosociales que cualquier otra clase de riesgos, incluidos los riesgos higiénicos y de seguridad. Por todo ello, el Departamento de Salud Laboral continuará defendiendo el derecho a la seguridad y la salud de los trabajadores, y velando por el cumplimiento de la normativa en el ámbito preventivo.