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REPÚBLICA ARGENTINA
VERSIÓN TAQUIGRÁFICA
CÁMARA DE SENADORES DE LA NACIÓN
REUNIÓN DE LA COMISIÓN BICAMERAL PERMANENTE
DE TRÁMITE LEGISLATIVO
Salón “Arturo U. Illia” — H. Senado de la Nación
15 de marzo de 2010
15/03/2010
Reunión de la Comisión Bicameral Permanente de Trámite Legislativo
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─ En el Salón Arturo Illia, a los 15 días del mes de marzo de 2010, a
las 18 y 22:
Sr. Senador Petcoff Naidenoff. — Vamos a dar inicio a la reunión de la Comisión Bicameral
de Trámite Legislativo, que fue convocada para avanzar en la designación definitiva de las
autoridades de la propia Comisión Bicameral; así como también para tratar concretamente los
decretos de necesidad y urgencia 298/2010 y 296/2010. Para emitir los despachos pertinentes,
esta Comisión necesita quórum. En este caso, el quórum es la mitad más uno de los miembros,
es decir, nueve miembros. Ahora bien, hasta tanto se cuente con ese número, esta Comisión
está habilitada para debatir y discutir los diferentes temas, que serán sometidos a votación una
vez que reunamos la mayoría correspondiente.
Pongo en consideración el primer tema —repito, será votado cuando contemos con el
quórum de rigor— referido a la designación de las autoridades de Comisión. Respecto de este
tema, deseo señalar que este año le corresponde la presidencia a un integrante de la Cámara de
Diputados y, además, que esta Comisión es esencialmente una comisión de control. Por lo
tanto, deseo proponer por el Bloque de la Unión Cívica Radical, al señor diputado Lanceta
para presidir la Comisión.
Tiene la palabra la señora senadora Liliana Negre de Alonso.
Sra. Senadora Negre de Alonso. — Compartimos, estamos de acuerdo y vamos a apoyar la
postulación que ha hecho sobre la presidencia de la Comisión. Creemos que la vicepresidencia
se le debe dejar al oficialismo, es decir, al Frente para la Victoria, para que ellos decidan quién
la ocupará.
Además, queremos mocionar para la secretaría por parte del Peronismo Federal al
señor diputado Enrique Thomas, de la provincia de Mendoza.
Sr. Senador Petcoff Naidenoff. — Tiene la palabra la señora diputada Rodríguez.
Sra. Diputada Rodríguez. — Deseo prestar conformidad a las propuestas realizadas.
Efectivamente, creo que nos corresponde dejar la vacante de la vicepresidencia para el Frente
para la Victoria. Esto es lo que se ha hecho en la constitución de las comisiones de la Cámara
de Diputados; es decir, en aquellos casos donde la presidencia la tenía algún miembro de la
oposición, la vicepresidencia quedaba en manos del oficialismo, y viceversa. Considero que de
esta manera estaríamos cumpliendo con esta misma regla.
Sr. Senador Petcoff Naidenoff. — Tiene la palabra la señora senadora Negre de Alonso.
Sra. Senadora Negre de Alonso. — Quería proponer que, mientras se conforma el quórum,
empecemos a debatir los temas que figuran en el Orden del Día, para que después podamos
votar cada una de las mociones que se han puesto en consideración.
Sr. Senador Petcoff Naidenoff. — Cómo no.
Justamente, el primer punto de la convocatoria tiene que ver con el decreto 298. Me
parece, señora senadora, que en esta cuestión es importante, quizás, refrescar algunos
conceptos que han sido apuntalados en muchísimas reuniones que se han dado en el ámbito de
la Comisión Bicameral de Trámite Legislativo.
Cuando hablamos de “decreto de necesidad y urgencia” y de la “labor de esta Comisión
Bicameral”, se requiere como paso previo la verificación del cumplimiento de dos requisitos
que son centrales: el cumplimiento de los requisitos formales y de los requisitos sustanciales.
Al hablar de “recaudos formales” se hace referencia a la atribución que tiene el Poder
Ejecutivo al referendo del decreto de parte del jefe de Gabinete y de los demás miembros, de
ministros, como así también la verificación de parte de esta Comisión Bicameral respecto de
que este decreto de necesidad y urgencia, el 298, ha sido publicado en el Boletín Oficial. Esta
Comisión ha verificado concretamente que este decreto de necesidad y urgencia ha sido
publicado. Por lo tanto, desde el punto de vista formal, es un decreto que cumple los recaudos
que exige la Constitución.
Ahora bien, la Constitución es muy clara respecto de este tema, y establece un principio
general que es que el Poder Ejecutivo no podrá, bajo pena de nulidad absoluta e insanable,
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emitir disposiciones de carácter legislativo. Ése es el principio general. La excepción está dada
cuando circunstancias excepcionales hicieran imposible seguir los trámites que prevé la propia
Constitución para la sanción de las leyes. Podrán dictarse decretos por razones de necesidad y
urgencia, salvo en determinadas materias: electoral, tributaria, penal, régimen de partidos
políticos, etcétera. Esto es que para que el Poder Ejecutivo ─la señora presidenta─ pueda
hacer uso de una herramienta excepcional, se deben aplicar criterios restrictivos, se deben
cumplir los presupuestos habilitantes que establece la propia Constitución y se debe, en
definitiva, especificar aquellos conceptos que la Corte ya aclaró a través de un fallo.
¿Cuándo podemos hacer uso de un decreto de necesidad y urgencia? ¿Cuándo está
habilitado el Poder Ejecutivo nacional para dictar un DNU? En primer lugar, cuando el
Congreso esté prácticamente imposibilitado de sesionar, o cuando se de la imposibilidad de
traslado de los legisladores a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Incluso, hasta la Corte,
señora senadora, hace referencia a situaciones bélicas que impidan la posibilidad de que este
Congreso se reúna. En segundo lugar, cuando la herramienta que se requiere desde el punto de
vista legislativo sea de una urgencia tal que nos resulte imposible subsanar ese efecto a partir
de la sanción de una propia ley. Esos son los supuestos que la Corte fijó como requisitos
substanciales para viabilizar los decretos de necesidad y urgencia. De más está decir que estos
requisitos sustanciales lejos están de cumplirse por parte de los decretos de necesidad y
urgencia 298 y 296.
Ahora bien, no podemos limitarnos a una discusión formal o sustancial de los decretos
de necesidad y urgencia. Me parece que esta es una cuestión que viene discutiéndose desde
hace tiempo. Desde el 14 de diciembre de 2009, hace más de tres meses, estamos estancados
en una discusión en el contexto de la Bicameral, cuando el Poder Ejecutivo tomó la decisión de
remitir el mensaje de elevación y tuvimos que darle tratamiento al decreto de necesidad y
urgencia 2010, que creó el Fondo del Bicentenario para la estabilidad y el desendeudamiento.
¿Cómo avanzó y terminó la cuestión? Con la judicialización, medidas cautelares y con
una justicia que ha puesto freno con sentido común, para que no se utilicen las reservas que
prácticamente iban a ser transferidas del Banco Central al Tesoro para afrontar los
vencimientos de la deuda que tiene el propio Tesoro.
Cuando advertimos en aquella reunión de la Comisión Bicameral lo que implicaba, es
decir, el peligro desde lo jurídico, y el riesgo para el país en cuanto a la embargabilidad de los
fondos, el gobierno siempre fue por más: terminó confrontando y redoblando la apuesta. ¿Pero
cómo terminamos con este decreto? Terminamos de la peor manera, porque es un decreto que
debe estar frenado hasta tanto el Congreso se aboque a su expreso e inmediato tratamiento; y
eso no ha ocurrido. El 1º de marzo creo que hemos asistido a uno de los mayores actos de
irrespetuosidad respecto del Congreso nacional. La presidenta de la Nación en la Asamblea
Legislativa nos comunicó que dejaba sin efecto el Decreto 2010; pero en el mismo momento
en que se daba inicio a la Asamblea, también nos comunicó el dictado de dos decretos de
necesidad y urgencia.
Como siempre, una vez más este Gobierno utilizó el atajo para eludir la discusión
legislativa, y para que por esa vía se echara mano de manera grotesca a las reservas del Banco
Central, para depositarlas en una cuenta y afrontar los vencimientos de los servicios de la
deuda. ¿Cómo se hizo? Con una gran trampa, con un gran engaño, porque el Decreto 298, que
estamos tratando, reúne la misma lógica argumental que el Decreto 2010. Con la diferencia de
que lo que se hizo fue articular una acción absolutamente cuasi delictual, con el propósito de
frenar una medida cautelar respecto de dos decretos de necesidad y urgencia: uno autónomo,
el Decreto 297, que facilita el pago a los organismos de crédito internacionales con las propias
reservas; y otro DNU, el Decreto 298, que dispone la transferencia de 4.382 millones de
dólares para avanzar en la misma línea.
¿Cuál es la línea argumental? No ha cambiado nada. Estamos todos de acuerdo con
avanzar en el proceso de desendeudamiento, y con utilizar los excedentes de las reservas del
Banco Central ─con la utilización de las reservas del Banco Central─ cuando se exceda la base
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monetaria, ya que puede facilitar el crecimiento del país y, fundamentalmente, bajar la tasa de
interés. La misma línea. Ahora bien, yo me pregunto si se cumplen los requisitos que prevé la
Constitución Nacional. ¿Se acreditó la urgencia? ¿Se acreditó la necesidad de esta
herramienta? Bajo ningún concepto.
Hay mucho para hablar, mucho para decir. Hasta es una discusión que creo que
tenemos que reservarla para el recinto, cuando al pleno le toque abocarse al tratamiento desde
el punto de vista económico. ¿De qué hablamos cuando nos referimos a reservas de libre
disponibilidad, si es que existen las mentadas reservas de libre disponibilidad? Porque muchas
veces se toman las reservas brutas, pero no se consideran como parámetros los propios pasivos
del Banco Central, que son parte de esas reservas. Pero estas cuestiones, lógicamente, las
vamos a discutir en el pleno.
No nos queda duda en este proceso deliberativo de que este DNU es una pésima
imitación del Decreto 2010, pero con un agravante: se ha echado mano a las reservas y, una
vez más, la Justicia ha puesto freno a un gobierno que no tiene límite. Sin embargo, también
tiene una obscenidad mayor: el desprecio a las minorías y al accionar de la Justicia. Hay que
leer los fundamentos del Decreto 296, el decreto de necesidad y urgencia que deroga el
Decreto 2010.
El Poder Ejecutivo centraliza la fundamentación del Decreto 296 en una Justicia que
obstaculiza el accionar del Gobierno, y en el accionar de minorías parlamentarias que acuden a
ella con el solo propósito de poner freno a un Gobierno que siempre va por más. Hay que leer
los fundamentos para darnos cuenta de que estamos en un terreno peligroso. Porque cuando
desde el Poder Ejecutivo se avanza con conceptos preconstitucionales que, prácticamente,
echan por tierra la división de poderes, y la Justicia, con un fallo adverso, se suma a la larga
lista de enemigos, me parece que cada día vamos por el peor de los caminos. Éste es el camino
que ha elegido el gobierno.
Nosotros convocamos a la Comisión Bicameral con fuerte apego al Reglamento y a la
ley. Hay una nueva composición en el marco de esta Comisión Bicameral, que fue votada por
el pleno de la Cámara de Senadores de la Nación. En esa línea, y con esta mayoría, nosotros
estamos en condiciones, una vez que se reúna con el quórum necesario, de avanzar con el
dictamen. Las cuestiones económicas creo que es conveniente discutirlas en el ámbito del
recinto.
Tiene la palabra el señor diputado Tunnessi.
Sr. Diputado Tunessi. — Señor secretario, señores legisladores: me parece oportuno
recordar que llevamos más de tres meses en esta absurda polémica, en este absurdo conflicto
generado a instancia del propio gobierno, que no ha querido en ningún momento discutir ni
debatir ─como vemos hoy que sucede─ ninguna de las situaciones. Lo que ha intentado es
retardar, impedir e imposibilitar que las instituciones funcionen, que el Congreso se reúna y
opine. En realidad, la presidenta nos ha llevado a una innecesaria confrontación. No estamos
reunidos aquí quienes queremos “defaultear” la deuda argentina. No estamos reunidos aquí
quienes queremos empujar al país a que se endeude a tasas siderales. No estamos reunidos aquí
los que queremos el ajuste, ni los que de alguna manera estamos impulsando una reducción del
gasto por la mera reducción del gasto.
La señora presidenta ha invocado esas razones que usted muy bien ha explicado, entre
otras cosas, manifestándonos que la relación de deuda con el Producto Bruto Interno que tiene
la Argentina es inmejorable, que es mejor que, por ejemplo, la que pueden exhibir algunos
países industrializados, como Brasil u otros países del mundo. En realidad, la Argentina, según
se acumule deuda pública con deuda privada, en su conjunto tiene una relación del orden del
40 por ciento del Producto Bruto respecto de sus deudas. Sin embargo, la pregunta que
debiera hacerse la presidenta es otra: si nuestra relación deuda-producto es mejor. Si el déficit
fiscal fuera el que dice el Gobierno, que es mejor que el de Brasil ─que es reconocido con
estadísticas serias─, ¿por qué razón la Argentina tiene que ingresar a los mercados pagando
tasas del 15 por ciento? ¿Qué nos ha dicho la presidenta y el Gobierno? ¿Qué alega el
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Gobierno constantemente en esta situación?
En realidad, la Argentina paga tasas del 15 por ciento por las razones del default de la
deuda, por haber “defaulteado” su deuda y no haber cumplido con los acreedores
internacionales.
Veamos este argumento cuán rebatible es. Este mismo Gobierno ─no otro─, esta
misma administración y la de Néstor Kirchner emitió deuda durante el 2006, 2007 y principios
de 2008 casi por valor cercano a los 8.000.000.000 de dólares en bonos. De paso, quiero
recordar que este es el Gobierno del desendeudamiento. Al respecto, hablan de esto como si
fuera una política indiscutible ─desendeudando y pagando cash─; y vemos el absurdo de los
que repudian la deuda y aplauden al Gobierno porque dicen que hay que pagar de contado,
convirtiendo en virtud lo que tienen que hacer por necesidad. El Gobierno paga de contado
porque no tiene quién le preste. El Gobierno cancela de contado sus deudas porque no puede
acceder a los mercados voluntarios de crédito. En consecuencia, el error es falso, porque este
Gobierno tomó deuda ─como decía─ al 7,5 y al 8 por ciento. Es decir, la mitad de las tasas
que tiene que pagar ahora. Eso ocurrió durante 2006, 2007 y 2008, cuando el riesgo país de la
Argentina era similar al del Brasil. En consecuencia, a partir de la reforma del INDEC y de la
intervención de dicho organismo, la Argentina entró en una situación de desconfianza y de
pérdida de credibilidad. Y eso es lo que le pasa a la economía argentina.
Por otra parte, a pesar de tener una balanza comercial favorable, valores importantes y
precios extraordinarios en los productos que vende y que el mundo reclama, y de tener
oportunidades como nunca, la economía argentina tiene una crisis de credibilidad insólita. Ni
siquiera economías quebradas —como la griega— ingresan al mercado con las mismas tasas
que la Argentina. En este sentido, se le acaba de conceder a Grecia un crédito por 5 mil
millones de euros a una tasa del 6,5 por ciento, y la Argentina sigue pagando estas tasas
siderales del 15 por ciento.
En consecuencia, el gobierno accedió a financiamientos más adecuados que el que tiene
que acceder ahora. Por lo tanto, el tema del INDEC no es un invento de la oposición.
¿Por qué razón el ministro de Economía no nos explica la demora sobre el canje en la
bolsa de Nueva York? ¿Cuáles son las razones por las cuales la Argentina no puede pasar el
acuerdo del organismo técnico de la Bolsa de Valores de Nueva York para la colocación del
canje con los hold outs, que la Argentina tiene que reabrir como negociación? Porque todos
los analistas están indicando que están sospechando de la falta de credibilidad de las
estadísticas argentinas, lo cual suma un problema adicional.
Boudou nos ha dicho que quiere entrar rápidamente al canje; y creemos que la
Argentina tiene que entrar y resolver la razón por la cual este Congreso —en decisión que
todos hemos acompañado— levantó la limitación desde el punto de vista de la posibilidad de
incrementar el canje de la deuda. Además, hemos autorizado al gobierno a iniciar las
tramitaciones para el canje de la deuda.
En consecuencia, tenemos un problema de credibilidad porque tenemos instituciones y
estadísticas no creíbles. Si colocamos bonos en el mundo atados a un PBI y a una inflación que
crecerán de acuerdo con estadísticas falsas, es muy probable que nadie quiera aceptar los
bonos argentinos por falta de credibilidad. Ese es el problema central.
El segundo problema es que esto no es el uso de reservas para pagar la deuda o no,
cuestión que podríamos discutir en un contexto razonable. El uso de las reservas es una
decisión estratégica de un país serio. No es una decisión de un “manotazo”, como llevarse los
fondos del PAMI, de la Lotería, de la ANSeS y del Banco Central.
En una doble contabilidad, el gobierno intenta llevarse las reservas y sus utilidades
contables. Es decir, las utilidades contables —para que nosotros entendamos— son el revalúo
del tipo de cambio que determina mayor valor a la reserva. No sé si es una disposición líquida.
El gobierno se lleva las ganancias contables y los adelantos transitorios del Banco Central que,
hasta el 12 por ciento, están permitidos por la Carta Orgánica. Además, se llevó los derechos
especiales de giro con los que el Fondo Monetario Internacional reconoció a la Argentina su
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participación en ese ámbito, y se lleva las reservas sin preguntarnos.
La pregunta que debiéramos hacernos es: ¿en qué contexto discutimos el uso de las
reservas? En el contexto de un presupuesto que tiene una previsión de crecimiento de la
economía del 2 por ciento, cuando todos los analistas determinan que la Argentina crecerá al
4,5 ó 5 por ciento; cuando tenemos una previsión de incremento de los ingresos fiscales del 10
ó del 12 por ciento y, en realidad, se especula con que se incrementará el 25 por ciento de los
ingresos para el Estado.
Asimismo, tenemos una inflación proyectada del 8 por ciento en el Presupuesto, pero
no hay un analista que no diga que la inflación está disparada y que alcancemos
aproximadamente el 30 por ciento; o será que el gobierno apuesta al incremento de sus
ingresos por ajuste inflacionario.
Ese es el peligro y el contexto que queremos discutir. Por eso, señor presidente, desde
mi partido hemos dicho que queremos discutir el uso de las reservas en el contexto de un
presupuesto actualizado, sincero y claro. No de un presupuesto dibujado y mentiroso como el
que tenemos. Queremos saber cuáles son las verdaderas necesidades de financiamiento que
tiene el Estado, porque en el Presupuesto hay ingresos y gastos ocultos.
El gobierno acaba de reconocer que hay más de 60 mil millones de gasto no reflejado
en el Presupuesto. Por eso no sabemos cuánto va a determinar esa cifra la necesidad de
financiamiento del Tesoro. Y en ese contexto, creemos que sujetar al Banco Central como
financista exclusivo del Tesoro es un error.
Lo decimos quienes no hemos sostenido la intangibilidad de las reservas en el altar
sagrado de las cosas intocables. No estamos de acuerdo con eso por concepción,
conceptualización e ideología. No estamos de acuerdo con la intangibilidad, pero sí estamos de
acuerdo con la responsabilidad. No se pueden utilizar las reservas en un contexto de inflación y
gastos crecientes, o cuando no sabemos cuánto falta financiar y si hay que financiarlo con
reservas o con lo que esté a mano. Eso es altamente inflacionario, y perjudica el bolsillo de los
más débiles y de quienes tienen ingresos fijos, como los sectores trabajadores de la Argentina.
Porque la inflación es mucho más gravosa en cuanto a la canasta básica, y ha generado el
incremento de la pobreza en la Argentina casi sin discusión para ningún analista.
En consecuencia, señor presidente, quisiera redondear esta apreciación. No estamos
complotados en contra de la voluntad ni de los derechos del país. No estamos diciéndole al
gobierno que queremos “defaultear”. No estamos diciéndole al gobierno que queremos
deshonrar la deuda ni obligándolo a endeudarse a tasas siderales; le estamos diciendo que acá
hay un Congreso que quiere ponerle límite a la irresponsabilidad manifiesta, y que no tenemos
miedo de que nos llamen “ajustadores”, porque nosotros creemos que hay que gastar y
creemos en el estímulo del gasto del Estado para activar la economía. También, creemos que
el mundo incurrió en gastos fiscales y se endeudó para reactivar la economía. Estamos de
acuerdo con que el gasto fiscal es contracíclico, y somos seriamente keynesianos; no
irresponsablemente keynesianos que queremos gastar de cualquier manera y de cualquier
forma. Nosotros creemos que el festival de subsidios, la situación del fútbol por la televisión,
los gastos en corrupción, la sobrefacturación y todas estas cuestiones son un gasto fiscal
irresponsable que no puede pagarlo el bolsillo de quienes menos tienen.
En consecuencia, estamos dispuestos a discutir un fondo de reservas con garantías, que
no garantice la deuda con las reservas de los argentinos. Dicho sea de paso, se jactan de que
son 48 mil millones de dólares; pero si no hubiera habido fuga de capitales, hubieran sido de
cerca de 70 mil millones las reservas de la Argentina. Este problema de credibilidad ha
provocado nuevamente una fuga de capitales.
Estamos de acuerdo con discutir eso, pero en el contexto de modificar el INDEC, el
presupuesto y de explicarle a la gente que no tenemos plata para gastar con arbitrariedad, ni
para disciplinar políticamente a nadie, sino para honrar los compromisos de la Argentina y para
hacer de nuestro país un país serio, reconocido e insertado en el contexto del mundo como
tiene que ser.
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Sr. Senador Petcoff Naidenoff. — Tiene la palabra la diputada Marcela Rodríguez.
Sra. Diputada Rodríguez. — Tal como usted ha señalado, esto comienza el 14 de diciembre
del año pasado, con el dictado del decreto 2010. Hoy venimos a discutir, nada más ni nada
menos, que una burla a lo que hizo la Justicia ante el dictado de ese decreto de necesidad y
urgencia cuando, en realidad, la propia Justicia definió que no había ni necesidad, ni urgencia.
Entonces, la jueza Sarmiento, en una resolución muy adecuada, suspende los efectos del
Decreto 2010, y la Cámara Contencioso Administrativo confirma esa resolución.
Posteriormente, el Poder Ejecutivo, en una lamentable burla a la Justicia, dicta finalmente tres
decretos. De ellos, dos —los que van a ser discutidos en esta comisión— son idénticos.
Por un lado, tenemos el Decreto 296, que pretende hacer una derogación del Decreto
2010 que, jurídicamente, es un contrasentido. En consecuencia, ya voy a adelantando mi
posición respecto de que el Decreto 296 es de nulidad absoluta e insanable, ya que pretende
derogar algo que era inválido. Así nos expedimos nosotros cuando nos tocó dictaminar sobre
ese decreto. En realidad, hay toda una cadena de nulidades que devienen del primer acto y que
hacen que este segundo decreto, el 296, no tenga ningún sentido. Dicha nulidad debemos
también pronunciarla en esta Comisión, y dictaminar en este sentido.
En el mismo momento se dictan dos decretos: el 297 y el 298. Lo cierto es que la suma
de ambos decretos es igual a la que tenía el Decreto 2010, es decir, que es la suma del Fondo
del Bicentenario. Lo único que hizo la presidenta fue cambiarle el nombre, ya que ahora no se
llama “Fondo del Bicentenario” sino “Fondo de Desendeudamiento”; y divide —algo que
podría haber hecho en diciembre— la suma en dos decretos para diferentes tipos de
acreedores. Ahora, los vicios de fondo que tenía el Decreto 298 y que lo tachaban de nulidad
absoluta e insanable, no se salvan de ninguna forma con este dictado de un decreto mellizo.
Esta identidad entre los decretos es marcada por la propia resolución de la jueza
Rodríguez Vidal, quien al pronunciarse sobre el Decreto 298 establece que, efectivamente, es
idéntico al Decreto 2010. Por ello se pronuncia suspendiendo sus efectos, nuevamente de
forma acertada.
Lo cierto es que, al no poder usar las reservas, lo que hace la presidenta es tratar de
encontrar una forma rápida de burlar a la justicia. Utiliza como escenario la Asamblea
Legislativa, y dicta un decreto que comienza a regir a partir de su dictado; ni siquiera de su
publicación, lo cual es algo inédito. En realidad, el decreto se reputa conocido a partir de que
es publicado. ¿Cómo, si no, la ciudadanía puede tener conocimiento de algo que no es
publicado? ¿Cómo, por lo tanto, puede comenzar a regir? Esto fue sólo una picardía —por
decirlo de una manera delicada— que hicieron para que se pueda sacar la plata del Central,
porque la verdad es que no estaba publicado. Mientras estaban los legisladores reunidos en
esta Casa, en el Congreso de la Nación, se hace la transferencia del dinero con un mero
dictado, no con la publicación del decreto. Esto es realmente insólito.
Este hecho por sí solo marca, además de la gravedad, otra cuestión importante.
Teniendo en cuenta los requisitos sustanciales que mencionó el senador Petcoff Naidenoff, es
decir, que para que sea factible el dictado de un DNU debe ser imposible seguir con el trámite
normal de sanción de leyes, lo cierto es que el Ejecutivo tiene una fórmula, la cual se va
convirtiendo en su planchuela y consiste en decir que no se puede seguir con el procedimiento
normal de sanción de leyes; pero nunca explica el porqué.
¿Qué mejor manera de abrir una Asamblea Legislativa, el año parlamentario, que poner
en discusión en el Congreso de la Nación, justamente, cuestiones tan importantes como qué
hacer con la reservas, qué hacer con la deuda o investigar la deuda? Distintos sectores dentro
del Congreso de la Nación tenemos distintas visiones respecto de esto, Y lo cierto es que
contraer empréstitos y arreglar la deuda pública es una facultad exclusiva del Congreso de la
Nación. La presidenta estaba abriendo las sesiones, y los vencimientos que alegó como
fundamento de la necesidad y urgencia todavía están muy lejos de ocurrir. Sin embargo, priva
de estas facultades propias al Congreso de la Nación cuando, justamente, hay proyectos y hay
quienes pretendemos averiguar el origen de la deuda. Justamente, muchos pensamos que, al
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menos, parte de la deuda es ilegítima, Y hay quienes tienen distintas visiones respecto del rol
del Banco Central y de las reservas. En todo caso, esto es algo que el Congreso de la Nación
tiene que discutir. Por supuesto, no es ningún dogma; pues es facultad propia del Congreso de
la Nación decidir utilizarlas para pagar la deuda.
Sin embargo, no se ha demostrado que esto, como plan económico, realmente implique
una mejora sustancial para las grandes deficiencias estructurales que existen en la Argentina en
términos de servicios de salud, de educación y de vivienda. Las necesidades básicas de nuestra
población siguen siendo insatisfechas. Los derechos fundamentales de la mayoría de los
argentinos y argentinas en este momento siguen padeciendo grandes violaciones, por acción o
por omisión. Y esto, realmente, no es algo que dé cuenta de cómo va a ser mejorado por esta
vía.
Se encuentran grandes problemas de constitucionalidad ya que, por un lado, se violan
todos los requisitos que expresaba el senador Petcoff Naidenoff en relación a que no hay
necesidad ni urgencia, a que es una facultad propia del Poder Legislativo y a que el decreto ni
siquiera ha sido fundado. Por el otro, no hay ninguna necesidad de evitar el proceso normal de
funcionamiento y formación de leyes. Este segundo decreto, el 298/2010, que deviene de la
nulidad del anterior, es de insanable nulidad. En tal sentido, debemos dictaminar en el día de la
fecha, ya que se han violado tanto los artículos de la Constitución Nacional como los artículos
de la Carta Orgánica del Banco Central. Nuevamente, se pretende “dibujar” papeles, ya que la
Carta Orgánica pide, por ejemplo, que tengan solvencia y liquidez en el mercado, mediante una
pequeña frase que dice que la letra que dará el Tesoro de la Nación se considera comprendida
en el artículo 33 de la Carta Orgánica. Decir que algo tiene liquidez no lo torna líquido en el
mercado por el sólo hecho de pronunciar que tendremos liquidez con un título público.
Por lo tanto, señor secretario, creo que es fundamental que esta Comisión cumpla con
la función que le ha otorgado la Constitución Nacional que es garantizar una vía ágil y rápida
para el trámite de los decretos de necesidad y urgencia, y que emitamos dictamen en el día de
la fecha declarando la nulidad de los decretos puestos a consideración.
Sr. Senador Petcoff Naidenoff. — Tiene la palabra el señor diputado Thomas.
Sr. Diputado Thomas. — Señor secretario: no quiero ser redundante en algunos conceptos
que han sido expresados por mis colegas con anterioridad; sino que deseo recalcar que hace
aproximadamente tres meses que estamos debatiendo y trasmitiendo una sensación de
estancamiento, que en esta oportunidad revertiremos.
Como les sucedió a millones de argentinos, imaginé que ese 1º de marzo, durante la
apertura de las sesiones ordinarias, la señora presidenta habría asimilado no sólo el mensaje de
las urnas —que fue contundente—, sino también la posibilidad de encontrarse ante una
oportunidad histórica: la de manifestarse ante todo el Congreso de la Nación para convocar e
invitar a debatir a todos los parlamentarios una nueva estrategia, que no pertenezca a una
mayoría automática, sino a una mayoría relativa, la que tenemos hoy, a fin de que podamos,
con esa diversidad, enriquecer las propuestas que permitan que la política económica del país
sea compartida por todos los espacios políticos. Este tema también lo hablamos con varios
colegas legisladores, porque deseábamos escucharlo y aplaudirlo.
Asimismo, quienes vieron por televisión la emisión de la sesión, habrán notado que
cuando la presidenta anunció la derogación del Decreto 2010/09, muchos de nosotros
aplaudimos con ganas, porque pensamos que era el inicio de una nueva etapa. Sin embargo, no
sólo no fue el inicio de una nueva etapa, sino que la presidenta, en esa oportunidad y al final de
un largo discurso, expresó en poquitos minutos que había firmado un nuevo decreto con
acuerdo de ministros. Es decir, hablando en criollo, un nuevo DNU, idéntico al anterior; pero
esta vez nos lo anunció en la sesión de apertura de las sesiones ordinarias del Congreso de la
Nación, nada más ni nada menos que ante la vista impávida de casi 300 legisladores, que
representamos a las provincias argentinas y al pueblo de la Nación argentina.
En verdad que, desde ese momento hasta ahora, hemos intentado cumplir con nuestra
tarea, nuestra labor y no queremos demorarnos más. Hoy estamos cumpliendo con nuestra
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función y emitiremos dictamen a fin de rechazar el nuevo decreto, ya que produce un gasto
innecesario y un enfrentamiento estéril, por el que la mayoría de los argentinos nos está
expresando su hartazgo.
Por otro lado, quiero dedicar algunos párrafos a los motivos que nos llevan a discutir el
pago de parte de la deuda argentina. Deseamos que se establezca esta discusión porque nos
encontramos ante distintas visiones, porque lo que se nos dice no termina de ser verdad y
porque hay números que ratifican el hecho de que no sería necesaria la cifra de la que se habla,
ni tampoco sería urgente que lo tratemos con un decreto de necesidad y urgencia, ya que todo
esto se subsanaría con un proyecto de ley.
Sabemos que ya hay un proyecto de ley y que pueden surgir otros más; pero ¿qué
permite que un proyecto de ley supere largamente la propuesta de un decreto de necesidad y
urgencia? Ustedes lo saben: los decretos de necesidad y urgencia se aprueban o se rechazan,
no se discuten. Por lo tanto, hoy rechazaremos un nuevo decreto de necesidad y urgencia. Un
proyecto de ley faculta a los legisladores a cumplir con su tarea; es decir, en primer lugar,
permite el debate en el ámbito de las comisiones; en segundo término, permite el diálogo con el
que piensa igual pero también con el que piensa diferente y, finalmente, permite encontrar la
mejor solución para que nuestro país cumpla con sus compromisos. Ninguno de los que
estamos sentados aquí piensa en la posibilidad de no cumplir con los compromisos, ni tampoco
estamos pensando en un ajuste salvaje.
A continuación, quiero demostrar lo que estoy diciendo con la presentación de algunos
números que llaman la atención; y les pido disculpas porque leeré algunas cifras. Nosotros, en
el Peronismo Federal, calculamos que, para cumplir con los vencimientos de 2010, son
necesarios 7.550 millones de dólares, pero resulta que el gobierno nacional ya cuenta con
5.122 millones de dólares para afrontar ese pago. Esto se compone en 3.804 millones por
nuevos créditos de los organismos internacionales. Eso quiere decir le pagamos a los
organismos internacionales pero al mismo tiempo hay desembolsos previstos para 2010 que
cubren largamente lo que vamos a pagar.
Hay 339 millones de dólares de vencimiento de títulos públicos que están en manos de
ANSeS, o sea que se refinancian automáticamente. Y 979 millones de dólares son de
renovación de la deuda intrasector público, o sea que se renuevan automáticamente.
De esta forma el saldo a financiar de vencimiento en dólares es de 2.426 millones de
dólares. Dado que los dos decretos reportan al gobierno un total de 6.569 millones de dólares,
la diferencia es de más de 4.143 millones de dólares que van a sostener el ritmo de crecimiento
del gasto discrecional, lo que seguramente hará el Poder Ejecutivo si nosotros aprobamos tal
cual está el decreto de necesidad y urgencia 298.
Fíjense que estamos hablando de números gruesos, de discrepancias no de forma, de
fondo.
Ahora, ¿cuándo se explicita esta diferencia? En el debate parlamentario, con un
proyecto de ley, con dos o con diez. Y ese es el aporte que quiero hacer, en mi caso, desde la
Cámara de Diputados de la Nación.
El gobierno habla de que hubo reacciones favorables del mercado cuando se promulgó
el DNU. Quiero decirles que entre los años 2008 y 2009 se fueron 37.000 millones de dólares
de muestro país; se fugaron 37.000 millones de dólares de nuestro país. Y en el último
trimestre -estoy hablando de datos frescos de 2010- se fueron 1.500 millones de dólares.
¿Ustedes saben quién produce esto, quién provoca esta fuga de capitales que supera
largamente cualquier reacción mínimamente favorable en los mercados? La desconfianza en
nuestro país que está dada por las cifras truchas que genera el INDEC desde el tiempo en el
cual se hizo cargo la intervención de Guillermo Moreno.
Estas son las cosas que queremos debatir; y lo vamos a hacer. Porque el paso previo a
debatir es declarar inválido y nulo este decreto que nos faculta a discutir el proyecto de ley; y
estamos listos para hacerlo. Inclusive, desde el Peronismo Federal tenemos aportes para hacer,
pero de una manera que corresponde a las facultades del Congreso de la Nación. Está previsto
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en la constitución nacional en el artículo 75, incisos 4 y 7. No es un invento de ninguno de
nosotros.
En ese artículo la función legislativa está reservada exclusivamente al Congreso de la
Nación. Y queremos decir a todos los argentinos que vamos a cumplir con nuestra obligación y
con nuestra función. Y no vamos a permitir ninguna maniobra de distracción que soslaye o
intente soslayar esa facultad que tenemos en el Parlamento argentino.
Por eso, por estos números que les leí y por muchas razones más no podemos aceptar
que se siga intentando soslayar el Congreso a través de estos decretos de necesidad y urgencia,
que inclusive tienen algunas particularidades insólitas. Un mismo decreto establece que se crea
una comisión bicameral. Quiere decir que el Poder Ejecutivo está determinando lo que se hace
en el Congreso de la Nación y creando una comisión bicameral ex post. Porque como todos
ustedes saben, antes o prácticamente simultáneamente a la publicación del 298, graciosamente
y con una sonrisa la actual presidenta del Banco Central anunció que ya había transferido los
fondos. Y el decreto está conformando una comisión bicameral que no sé qué tarea va a tener,
porque ya los fondos fueron transferidos. Y seguramente los funcionarios que han realizado
esta operación van a tener que responder ante la justicia por lo que han hecho.
Así que simplemente esta es nuestra posición. Vamos a elegir las autoridades y a emitir
dictamen. Y lamento profundamente que el oficialismo hoy haya estado ausente en el debate,
porque nos habría permitido enriquecer mucho más esta discusión.
Sr. Senador Petcoff Naidenoff. — Tiene la palabra la senadora Negre de Alonso.
Sra. Senadora Negre de Alonso. — Secretario: quisiera mocionar que, teniendo ya el
quórum, pasemos a votar la propuesta de autoridades —la puede referir usted— y,
posteriormente, a emitir dictamen.
Sr. Senador Petcoff Naidenoff. — Cómo no.
Tiene la palabra el senador Juez.
Sr. Senador Juez. — Quiero acompañar la moción de la senadora.
Por otro lado, para tranquilidad de todos los que estamos acá quiero decir lo siguiente.
¿Podemos hacer algo distinto de lo que estamos haciendo acá? Yo, que he hecho uso del
lenguaje llano para una forma -en lo personal- maravillosa de comunicación, porque no me
gusta enredarme con las cosas simples, pregunto: ¿podemos no haber constituido la comisión?
Esta comisión tiene legalidad, tiene legitimidad. ¿Podemos nosotros, senadores y diputados,
obviar el cumplimiento del artículo 75? A todas esas respuestas cada uno de los que han
opinado ha sido más que contundente. Así que esto me va a eximir de mayores comentarios
que seguramente haremos en el pleno del debate.
También somos de los que creemos que no somos gendarmes de las reservas. Y
seguramente estaremos acompañando un proyecto para utilizarlas con inteligencia.
Ahora bien, ¿podemos hacer algo distinto de lo que estamos haciendo esta tarde acá?;
digo esto para que los comunicadores tomen debida nota. No. Esto es lo que usted planteó
cuando inició esta conversación, en esta sesión. No tenemos ninguna otra posibilidad que
plantear la nulidad insalvable de estos decretos.
Recién la diputada Rodríguez hizo mención al texto ordenado, cuando la presidenta
nos daba a conocer el Decreto 298, que en el último párrafo dice que la urgencia y la adopción
de las presentes medidas hace imposible seguir los trámites ordinarios previstos en la
Constitución Nacional para la sanción de las leyes.
Eso es una mentira. La constitución de esta Comisión demuestra que eso es una
mentira. Se pueden seguir los trámites ordinarios, que no quiere decir “berretas” sino lo
establecido. Y lo establecido, lo regulado y lo que corresponde es lo que establece la
Constitución.
En conclusión, señor presidente, no tenemos otra posibilidad que dictaminar y rechazar
estos DNU como lo ha planteado la senadora Negre de Alonso.
Sr. Senador Petcoff Naidenoff. — Vamos a someter a votación la designación de
autoridades. La Presidencia de la Comisión Bicameral quedará a cargo del diputado Lanceta, el
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secretario será el diputado Thomas y se reserva la vicepresidencia para el Frente para la
Victoria.
— Se practica la votación.
— Aprobado por unanimidad.
Sr. Senador Petcoff Naidenoff. — Vamos a circularizar también los dictámenes para la
firma, en los que aconsejamos el rechazo de los decretos de necesidad y urgencia.
Sr. Senador Juez. — Le pido que dé lectura a la parte resolutiva.
Sr. Senador Petcoff Naidenoff. — Vamos a dar lectura de la parte resolutiva de los Decretos
296 y 298 y también los vamos a someter a votación.
El Decreto 296 justamente deroga el Decreto 2010 de creación del Fondo del
Bicentenario.
— Se lee.
Sr. Senador Petcoff Naidenoff. — Lo sometemos a votación.
— Se practica la votación.
Sr. Senador Petcoff Naidenoff. — Aprobado por unanimidad.
El Decreto 298 crea el Fondo del Desendeudamiento.
— Se lee.
Sr. Senador Petcoff Naidenoff. —Lo sometemos a votación.
— Se practica la votación.
Sr. Senador Petcoff Naidenoff. — En este momento, vamos a constituir las nuevas
autoridades. El presidente es el diputado Lanceta.
Sra. Senadora Negre de Alonso. — Por favor, repita el resultado de la votación.
Sr. Senador Petcoff Naidenoff. — Nueve votos aconsejan el rechazo de los decretos de
necesidad y urgencia 296 y 298. Sería dictamen de mayoría, único dictamen.
Sr. Presidente (Lanceta). — Agradezco a los colegas diputados y senadores la
responsabilidad y confianza que han depositado, en este caso, en mi persona, en nombre de la
Unión Cívica Radical, para presidir esta Comisión.
Agradezco a Enrique Thomas, que será el secretario, y seguramente colaborará de
cerca también el colega del Frente para la Victoria que estará en su oportunidad.
Esto tiene un sabor agridulce, porque a las comisiones nos gusta tener un resultado de
conjunto y tener al oficialismo, que en este caso no tiene mayoría, para encontrar de consenso
lo que es la conducción de una Comisión. También es agridulce que se considere que esta
Comisión no debiera resultar estratégica, como se la llama. Si respetasen las leyes y la
Constitución, esta Comisión no debería tener trabajo. Sólo ante una catástrofe nacional debería
funcionar esta Comisión, porque es el único caso en que válidamente podría intentar el Poder
Ejecutivo atribuirse facultades legisferantes. Eso está expresamente prohibido en el artículo 99,
inciso 3, de la Constitución Nacional.
Ojalá que esta Comisión devenga con poca actividad, no porque no tengamos ganas de
trabajar, sino porque será la señal de que el Poder Ejecutivo habrá entendido que no se puede
gobernar más por decretos. Porque éstas son leyes a medias, ameritan nada más el no
pronunciamiento de una de ambas cámaras para que sean ley en sentido formal y material, y
esto es un dislate en un sistema de Derecho. De manera tal que el Poder Ejecutivo debe buscar
consensos y resolver las cuestiones de fondo de la Nación, en el esquema del escenario político
que desde el 28 de junio del año pasado es distinto, que a partir del 3 de diciembre en la
Cámara de Diputados es distinto y que a partir de febrero en la Cámara de Senadores es
distinto. Si esto se comprende, seguramente no habrá muchas más reuniones de esta Comisión
Bicameral. Si esto no fuera comprendido, seguramente tendremos que trabajar y mucho. Pero
estaríamos dando un muy mal mensaje a la sociedad, porque le estaríamos diciendo que no
hemos aprendido nada desde 1983 a la fecha. Esta democracia tiene que cualitativa y
cuantitativamente mejorar. La calidad institucional se ve cada vez más desgranada por las
actitudes de un Gobierno que no respeta la Constitución. Simplemente respetando la
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Constitución se puede gobernar y bien un país. No hace falta muchas más cosas.
Estamos todos dispuestos a colaborar -como aquí se dijo- para encontrar las
alternativas superadoras, para abrir el presupuesto -si es necesario-, para tratar de ver de qué
manera las asignaciones de los gastos son correctas y de dónde salen los recursos para afrontar
los deberes y las deudas que tenemos que afrontar como país. Como así también, estamos
dispuestos para reasignar esta economía de subsidio que se ha generado y para, de alguna
manera, ver hacia el futuro cómo consolidamos una Argentina que no siga dilapidando
oportunidades. Hemos dilapidado oportunidades. Nuestros vecinos han crecido. Tenemos
situaciones objetivas que tendrían que ponernos a nosotros como uno de los primeros países
del mundo, y lamentablemente no sólo no estamos en ello sino que tenemos récords de los más
negativos; entre ellos, en la corrupción.
Espero que en la próxima reunión estén los amigos del Frente para la Victoria sentados
aquí, admitiendo con hidalguía que en la democracia se gana y se pierde. En este caso, el
Frente para la Victoria ha perdido. Comprendiendo esto, se va a consolidar un país que
merezca ser vivido por los argentinos.
Por último, hoy ingresaremos a ambas cámaras el despacho por la mayoría que hemos
votado por unanimidad de los dos DNU.
Doy por terminada la sesión hasta nueva convocatoria.
— Son las 19.19.
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