Aposento Alto - Consuelo para corazones atribulados Juan 14:1-14 " No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí. En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis. Y sabéis a dónde voy, y sabéis el camino. Le dijo Tomás: Señor, no sabemos a dónde vas; ¿cómo, pues, podemos saber el camino? Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí. Si me conocieseis, también a mi Padre conocierais; y desde ahora le conocéis, y le habéis visto. Felipe le dijo: Señor, muéstranos el Padre, y nos basta. Jesús le dijo: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos el Padre? ¿No crees que yo soy en el Padre, y el Padre en mí? Las palabras que yo os hablo, no las hablo por mi propia cuenta, sino que el Padre que mora en mí, él hace las obras. Creedme que yo soy en el Padre, y el Padre en mí; de otra manera, creedme por las mismas obras. De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también; y aun mayores hará, porque yo voy al Padre. Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré. " Cuando leemos los evangelios una de las cosas que vemos allí es que el Señor Jesucristo experimentó emociones muy similares a la de cualquiera de nosotros: alegría, tristeza, enojo, compasión, gozo, asombro. Jesucristo era 100% Dios y 100% hombre. Sin embargo, hay una emoción muy común entre los seres humanos que Jesús nunca experimentó: autocompasión. Jesús nunca sintió pena de sí mismo. Jesús nunca pensó: "Ay de mi, la gente no me entiende. La gente me rechaza. No me dan lo que merezco, me maltratan sin razón, a pesar de que todo el tiempo estoy haciéndoles bien". De hecho hay una ocasión en los evangelios en que Pedro quiso arrastrar a Jesús en el terreno de la autocompasión y fue severamente reprendido. Mateo 16:21-23 " Desde entonces comenzó Jesús a declarar a sus discípulos que le era necesario ir a Jerusalén y padecer mucho de los ancianos, de los principales sacerdotes y de los escribas; y ser muerto, y resucitar al tercer día. Entonces Pedro, tomándolo aparte, comenzó a reconvenirle, diciendo: Señor, ten compasión de ti; en ninguna manera esto te acontezca. Pero él, volviéndose, dijo a Pedro: ¡Quítate de delante de mí, Satanás!; me eres tropiezo, porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en las de los hombres. " Jesús sabía que detrás de esa aparente empatía de Pedro había una tentación diabólica: la tentación de convencerlo de que el plan de Dios era cruel, era demasiado duro. Pero Jesús confiaba plenamente en su Padre celestial. Es por eso que aún en el huerto de Getsemaní a pesar de la angustia de su corazón ante la perspectiva de la cruz, su petición final fue: "Que se haga voluntad y no la mía". La gloria del Padre y la salvación de los suyos estaban por encima de su sentido de autopreservación. Todos nosotros tenemos un sentido de autopreservación y Jesús lo tenía. Pero Su amor por la gloria del Padre, Su deseo de salvar a los suyos estaba por encima de ese sentido de autopreservación. Eso es precisamente lo que nosotros encontramos en este pasaje que vamos a estudiar. Jesús acababa de anunciar que hay un traidor entre ellos y que esa misma noche el apóstol Pedro negaría tres veces que lo conocía. Jesús sabía que dentro de unas pocas horas sería arrestado, juzgado y condenado a morir en una cruz. Él sabía que no había otro camino para Él que recibir sobre sí todo el aborrecimiento de una humanidad caída, todo el peso de la ira de Dios por nuestros pecados. Sí había alguien en el aposento alto de quien pudiéramos pensar que tenía razón para auto compadecerse era Jesús pero no lo hizo. Él estaba preocupado más bien por consolar el corazón atribulado de los discípulos. Juan 14:1 " No se turbe vuestro corazón… " Es interesante notar que la palabra que se traduce aquí como turbación es la misma que aparece en capítulo 13:21, cuando dice que Jesús se conmovió en el espíritu, cuando anunció que uno de ellos lo iba a entregar. De manera que hay una agitación del alma que es perfectamente legítima, que no es pecaminosa, porque Jesús la experimentó; pero hay otra que es pecaminosa. Jesús estaba conmovido por el destino de Judas, estaba conmovido por la dureza de su corazón. Los discípulos, en cambio, estaban turbados por su incredulidad. Hay un dolor y una conmoción interna que fluyen del amor que es la de Jesús y otra que es la falta de fe, la de los discípulos. Juan 14:1 " No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí. " Los discípulos estaban angustiados esa noche porque su mundo parecía estar desmoronándose en mil pedazos; las cosas no estaban saliendo como ellos esperaban. Pero Jesús les dice: "Confíen en mí, como ustedes confían en Dios". Solo Dios puede demandar de los suyos una fe como la que Jesús está demandando de los discípulos aquí; es evidente, que Jesús se está equiparando en este texto a Dios el Padre. Luego va a decir: "Yo y el Padre somos uno". Confiar en Dios y confiar en Jesús es exactamente lo mismo. Jesús les dice la clave para luchar eficazmente para la turbación del alma y es: confiar en Jesús. En vez de continuar sumidos en la turbación, sumidos en la angustia, confiemos en Jesús. No importa cuán difíciles puedan ser las cosas a nuestro alrededor, Jesús nos da aquí en este pasaje, varias razones de porque debemos estar confiados en Él, a pesar de cualquier circunstancia. En la casa del Padre muchas moradas hay. Lo primero que Cristo nos enseña en este pasaje para calmar la ansiedad de corazón, para aquietar el corazón turbado es: que en la casa del Padre hay un lugar reservado para cada uno de sus hijos. Juan 14:2 " En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. " Notemos que Jesús no dice simplemente en el cielo hay muchas moradas; Él dice: " en la casa de mi Padre "; en la casa paterna de Jesús hay lugar suficiente para cada uno de los suyos. Hay un lugar asignado para cada uno de los suyos en la casa del Padre. De manera, que cuando lleguemos ahí agotados de nuestro peregrinaje terrenal no encontraremos un letrero avisandonos que no hay vacante, ni van a decirnos que nuestro nombre no está registrado en el sistema. " Cuando allá se pase lista " (como dice un tradicional himno evangelio) tú puedes estar completamente seguro que tu nombre estará escrito allí. " Cuando allá se pase lista, a mi nombre yo feliz responderé. Si has descansado únicamente en Cristo para el perdón de tus pecados ". Ahora imagínense el consuelo que eso debió haber sido para el apóstol Pedro, en ese momento, y el consuelo que es para todos lo que se ven a sí mismos tan impetuosos y tan frágiles en su fe como Pedro. Jesús acababa de decirle: "Pedro, esta misma noche me negarás tres veces. Pero en la casa de mi Padre hay un lugar para ti". Eso es porque nuestra entrada en ese lugar no depende de nuestro esfuerzo, depende enteramente de la obra que el Señor Jesucristo llevó a cabo en la cruz del calvario. Es en ese sentido que Jesús dice: Juan 14:2 " …voy, pues, a preparar lugar para vosotros. " Esa morada ya estaban de antemano, es por eso que dice: "En la casa de mi Padre muchas moradas hay ". Es por eso que Jesús dice que en el día del juicio, todos los creyentes le escucharán decir: Mateo 25:34 " Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo. " ¿En qué sentido entonces Jesús fue a preparar lugar? En el sentido de que ninguno de nosotros podía llegar allí hasta que Cristo no completará Su obra redentora. No había lugar para nosotros en el cielo sin salvación. Fue a través de la muerte de Cristo, de Su resurrección, de Su ascensión a los cielos, que Él hizo posible nuestra entrada a la casa del Padre. Es a eso lo que se refiere el autor a la carta de los Hebreos cuando dice: Hebreos 6:20 " … donde Jesús entró por nosotros como precursor… " Él fue delante de nosotros y presentó delante del trono del Padre Su sacrificio perfecto a nuestro favor; de manera que cuando nosotros lleguemos al cielo y como Jesús fue antes y enseñó las marcas de su obra redentora en la cruz del calvario, allí hay lugar para ti y para mí, porque no tenemos cuentas pendiente con la justicia de Dios. Él fue a preparar un lugar. Así que notemos la ironía de este pasaje: Los discípulos están triste, están abatidos, están angustiados, porque Jesús se va. Pero Cristo les hace ver que esa separación era necesaria: Él tenía que morir, tenía que resucitar, tenía que ascender a los cielos porque era la única manera de preparar lugar para nosotros. Donde está Jesús nosotros estaremos. Pero el Señor nos enseña también en este pasaje que cuando estemos en la casa de Su Padre la más grande bendición que nosotros disfrutaremos es de una íntima e ininterrumpida comunión con Él. Juan 14:3 " Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis. " Notemos que Jesús no dice que vendría otra vez para llevarnos al cielo. Él dice más bien: "Vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo…" o como dice otra versión: "Vendré otra vez, para llevarlos conmigo, para que donde yo estoy, ustedes también estén". Lo maravilloso de estar en la casa del Padre no son las calles de oro, no son las puertas de perla, eso es un lenguaje simbólico que nos habla de las glorias de aquel lugar; pero la más grande bendición que nosotros disfrutaremos en la casa del Padre es el hecho de que tendremos comunión con Cristo perpetua y perfecta. Qué triste que cuando nosotros estamos orando y de repente nos damos cuenta que nuestra mente anda por otro lado o cuando estamos en la iglesia cantando y nuestra mente divaga y uno tiene que traerla otra vez. En el cielo eso no va a suceder. Nuestra comunión con Cristo será perpetua y perfecta. ¿Qué era lo que había llenado de tristeza el corazón de los discípulos? ¿Por qué estaban confundidos y apesadumbrados esa noche? Porque después de haber estado más tres años con la persona más maravillosa, más extraordinaria que alguna vez ellos habían conocido, ahora había llegado el tiempo de la separación. Lo único que podía consolar el corazón de los discípulos esa noche era saber que esa separación sería por poco tiempo. Decirles: "Miren yo me voy, pero hay 10 hectáreas esperándolos en el cielo". Eso no iba a consolar el corazón de los discípulos. Díganle a un niño que se le murió la mamá: "No te preocupes, mañana te compro un carro"; él quiere a su mamá. Los discípulos querían a Jesús; lo único que podía consolar el corazón de ellos era saber que Jesús se iba para prepararles a su lado un lugar donde estarían junto a Él por lo siglos de los siglos. Es interesante notar que en el Nuevo Testamento cuando se habla de la muerte del creyente, no se habla del creyente yendo al cielo, sino del creyente yendo a Cristo que está en el cielo; es diferente. Por ejemplo: cuando el ladrón en la cruz le pidió a Jesús que se acuerde cuando venga en Su reino, la promesa de Jesús fue: "Hoy estarás conmigo en el paraíso". Esa fue la petición de Cristo al Padre: Juan 17:24 " Padre, aquellos que me has dado, quiero que donde yo estoy, también ellos estén conmigo, para que vean mi gloria que me has dado; porque me has amado desde antes de la fundación del mundo. " Es por eso que para hombres como Pablo la muerte no era aterradora. 2 Corintios 5:9 " … Pero cobramos ánimo y preferimos más bien estar ausentes del cuerpo y habitar con el Señor. " Y escribiendo a los Filipenses en su encarcelamiento en Roma, Pablo Se ve en la disyuntiva de ser condenado o ser absuelto. Filipenses 1:21-23 " Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia. Mas si el vivir en la carne resulta para mí en beneficio de la obra, no sé entonces qué escoger. Porque de ambas cosas estoy puesto en estrecho, teniendo deseo de partir y estar con Cristo, lo cual es muchísimo mejor. " Así que no hay razones para estar turbados. En la casa del Padre hay un lugar reservado para ti si eres creyente. Tiene tu nombre; tú estás en esa lista, cuando se pase lista, tu nombre va a estar allí. En la casa del Padre hay un lugar reservado para cada uno de los suyos y allí disfrutaremos de una comunión ininterrumpida con nuestro Señor y Salvador Jesucristo. Cualquiera podría pensar que en este punto de la conversación los discípulos ya hubieran comenzado a comprender alguna de las cosas que Jesús le había dicho. Por eso les dice: Juan 14:4 " Y sabéis a dónde voy, y sabéis el camino. " Eso no era algo desconocido para ellos, pero lamentablemente, hay momentos en que cuando uno está tan turbado ni siquiera puede procesar bien las cosas que sabe, de cosas elementales una las olvida por la turbación; y eso les pasó a los discípulos. Juan 14:5 " Le dijo Tomás: Señor, no sabemos a dónde vas; ¿cómo, pues, podemos saber el camino? " Jesús seguramente diría: "Perdóname Tomás ¿Qué tú no sabes para donde voy? ¿No he dicho ya en varias ocasiones que vuelvo a la casa del Padre para prepararles un lugar?". Pero esta pregunta de Tomás fruto de la incapacidad de los discípulos de entender las enseñanzas de Jesús porque su mente estaba muy turbada por muchas cosas, dio pie a una de las declaraciones más extraordinarias del evangelio de Juan. Juan 14:6 " Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí. " Los creyentes estamos seguros de que llegamos a la casa del Padre. Eso nos lleva de la mano a la tercera razón que encontramos en este pasaje para estar confiados y tranquilos en el Señor sin importar las dificultades que puedan haber a nuestro alrededor y es que: los creyentes en Cristo nos dirigimos con toda seguridad a la casa del Padre porque Jesús mismo es el camino. Si nuestra salvación dependiera de nuestras buenas obras, de nuestra fidelidad en nuestro servicio al Señor, nunca pero nunca podríamos estar seguros de que he llegado a la medida. ¿Cómo sé que hice suficientes buenas obras para que me acepten en el cielo? ¿Cómo sé que la fidelidad que tengo por el Señor es suficientemente fuerte ante los ojos del Señor como para que Él me diga: "Sí, mi Hijo, ven entra"? Si nuestra salvación dependiera de nuestro esfuerzo ¿Cómo podemos saber que llegamos al estándar? No podríamos saberlo. Pero todo aquel que ha confiado únicamente en Cristo para el perdón de sus pecados puede estar absolutamente seguro de que terminará en la casa del Padre, porque Jesús es el camino. Él es el único camino que nos lleva hacia allí. ¡Nadie viene al Padre, sino por mí! No es por buda, no es por Mahoma, no es por tus buenas obras, no es por tu decencia, no es por tu religión; nadie viene al Padre fuera de Jesús. No existe la menor posibilidad de que alguien llegue a la presencia de Dios por otra vía. Seguramente suena ofensivo en una época pluralista, en que nos ha tocado vivir, en donde todo es válido. Pero Jesús fue todo lo exclusivo que él pudo haber sido con sus palabras: Juan 8:12 " Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida. " Jesús está diciendo aquí: Yo soy la única luz del mundo, el que no anda conmigo está en tinieblas. Juan 10:7-9 " Yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que antes de mí vinieron, ladrones son y salteadores… Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo. " Es a través de Jesús y de nadie más. Todas las otras vías de acceso que pretenden usar los hombres para llegar a la presencia de Dios están bloqueadas: todas las demás religiones, tus buenas obras, tú decencia, el que tú no eres tan malo y tan corrupto como otras personas, todas esas vías están bloqueadas. Hay un solo camino para llegar al Padre y no es una doctrina, no es una filosofía, es una persona. Es aquél que siendo Dios se hizo hombre y dio su vida en una cruz pagando así la deuda de todos aquellos a quien vino a salvar; fuera de Él no hay salvación. Jesús no vino al mundo para señalarnos de cómo llegar al Padre. Tampoco vino simplemente como un maestro para enseñarnos la verdad. Tampoco vino a mostrarnos que debíamos hacer para alcanzar la vida eterna. Él es el camino, Él es la verdad encarnada y Él es la vida. Él compró vida por medio Su muerte y Él es la esencia de esa nueva vida; fuera de Jesús no hay vía de acceso al Padre, no hay verdad, no hay vida. ¡Qué gran salvador! Por causa de Jesús ya nosotros disfrutamos de todos los beneficios de la paternidad de Dios. En este punto alguien podría pensar: "Todo esto es muy conmovedor, pero son cosas que se encuentran en el futuro. Sin embargo yo estoy luchando ahora con una serie de problemas: mal matrimonio, un hijo rebelde, una mala salud, problemas económicos. ¿Cómo puedo luchar eficazmente contra la angustia y la ansiedad que me producen los problemas que yo estoy enfrentado aquí y ahora? Es ahora cuando encontramos la cuarta enseñanza del pasaje: Por causa de Jesús ya nosotros disfrutamos de todos los beneficios de la paternidad de Dios. Juan 14:7-11 " Si me conocieseis, también a mi Padre conocierais; y desde ahora le conocéis, y le habéis visto. Felipe le dijo: Señor, muéstranos el Padre, y nos basta. Jesús le dijo: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos el Padre? ¿No crees que yo soy en el Padre, y el Padre en mí? Las palabras que yo os hablo, no las hablo por mi propia cuenta, sino que el Padre que mora en mí, él hace las obras. Creedme que yo soy en el Padre, y el Padre en mí; de otra manera, creedme por las mismas obras. " John Piper señala: "Jesús nos dice aquí la misma cosa de seis maneras diferentes, básicamente lo que Jesús está diciendo aquí es que: es tal la unidad que Él tiene con el Padre que la presencia de Jesús implica necesariamente la presencia del Padre". Juan 14:7a " Si me conocieseis, también a mi Padre conocierais… " Juan 14:7b " … y desde ahora le conocéis, y le habéis visto " ¿Cómo? A través de Jesús. Juan 14:9a " ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? " Juan 14:9b " El que me ha visto a mí, ha visto al Padre " Juan 14:10 " ¿No crees que yo soy en el Padre, y el Padre en mí?... " Juan 14:11 " Creedme que yo soy en el Padre, y el Padre en mí… " Ese trasfondo monoteísta de los discípulos les dificulta entender en este momento histórico de la redención la doctrina de la trinidad. Un Dios que subsiste en tres personas: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. De ahí la insistencia de Jesús en hacerles ver la profunda unidad que existe entre el Padre y el Hijo; y a pesar de la complejidad de lo que Jesús está diciendo aquí, algo queda bien claro cuando uno lee estos pasajes: 1) Que Jesús revela plenamente al Padre. 2) Al mismo tiempo hace posible una comunión íntima con Él aquí y ahora. Vamos camino a la casa de Padre pero desde ya disfrutamos el enorme privilegio de conocer al Padre, el enorme privilegio de tener comunión íntima con el Padre. Eso se explicará con más detalle en los siguientes estudios ahora que Jesús se va físicamente en este mundo, pero leamos lo que Jesús dice: Juan 14:20-23 " En aquel día vosotros conoceréis que yo estoy en mi Padre, y vosotros en mí, y yo en vosotros. El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él. Le dijo Judas (no el Iscariote): Señor, ¿cómo es que te manifestaras a nosotros, y no al mundo? Respondió Jesús y le dijo: El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él. " Somos templos de Dios; Dios mora en nosotros, así como Jesús mora en nosotros por su Espíritu, porque donde está Jesús está el Padre. Por causa de Jesús nosotros disfrutamos aquí y ahora del cuidado tierno, sabio, amoroso, compasivo de nuestro Padre celestial. Esto es teología pura y es lo que Jesús usa para consolar el corazón atribulado de sus discípulos. Es la verdad bíblica la que el Espíritu Santo usa para consolar en nuestro corazón. La teología no es para estudiar en una academia y decir que uno es inteligente y sabe mucha biblia. ¡Dios usa la biblia verdad de la biblia para traer consuelo al corazón atribulado! Un propósito extraordinario. Tú tienes un Padre en los cielos que te tiene en este mundo para cumplir un propósito extraordinario. Mientras permanezcamos aquí en lo que llegamos a la casa del Padre, Él hará por medio de nosotros obras mayores que las que hizo Jesús en su ministerio terrenal. Juan 14:12 " De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también; y aun mayores hará, porque yo voy al Padre. " Esta promesa no se está refiriendo a los apóstoles aquí: " De cierto, de cierto os digo: El que en mi cree… " ¿Quiere esto decir (como muchos creen en el día de hoy) que todos los que creen en el Señor Jesucristo harán milagros más extraordinarios, más portentosos que los que Él hizo? Por supuesto que no. Solo en el evangelio de Juan encontramos esta breve lista de milagros: Jesús convirtió agua en vino (Cap. 2) Jesús sanó a la distancia al hijo de un oficial (Cap. 4) Jesús sanó a un paralítico de nacimiento (Cap. 5) Jesús alimentó a 5.000 personas con 5 panes y 2 peces (Cap. 5) Jesús caminó sobre las aguas (Cap. 6) Jesús sanó a un ciego de nacimiento (Cap. 9) Jesús resucitó a lázaro después de cuatro días de muerto (Cap. 11) y solo en el evangelio de Juan. Es evidente que nadie puede hacer milagros más increíbles que los que hizo Jesús. ¿Entonces qué significa este texto? Para poder entender a que se refiere Jesús tenemos que volver atrás a la respuesta que le da a Felipe en el v.10. Juan 14:10 " ¿No crees que yo soy en el Padre, y el Padre en mí? Las palabras que yo os hablo, no las hablo por mi propia cuenta, sino que el Padre que mora en mí, él hace las obras. " Ese texto es extraño, si lo leemos otra vez, uno esperaría por la lógica que Jesús diga esto: "Las palabras que yo os hablo, no las hablo por mi propia cuenta, sino que el Padre que mora en mí, él me dice lo que yo debo hablar " porque está hablando de palabras, pero eso no es lo que dice el texto. Lo que Jesús le dice a Felipe es que Dios el Padre está haciendo su obra en el mundo por medio de las palabras de Cristo. Leamos atentamente: Juan 14:10 " Las palabras que yo os hablo, no las hablo por mi propia cuenta, sino que el Padre que mora en mí, él hace las obras. (…a través de esas mismas palabras)" Un comentarista señala: "Siempre que Jesús habla, el Padre actúa por medio de sus palabras". Cuando Jesús habla el Padre actúa. Pero ahora que Jesús se va ¿Qué va a suceder con el plan de redención? ¿Dejará Dios de obrar en el mundo? Por supuesto que no. Ahora que Jesús regresa al Padre, los discípulos harán obras mayores que las suyas, porque ahora la presencia de Jesús no se limita en un solo lugar, ahora Jesús por su Espíritu mora en todos los creyentes alrededor de todo el mundo y esos creyentes pueden en el poder del Espíritu Santo proclamar la obra ya completa de redención a través de la predicación para la salvación de los pecadores. Es por eso que Jesús les dice a los discípulos: Juan 14:2 " En la casa de mi Padre muchas moradas hay… " Los discípulos se podrían preguntar: ¿Señor, acá solo vemos once discípulos? ¿Para quienes son todas esas muchas moradas? Porque Jesús sabía que su obra se iba a expandir a través todo el mundo, iba a ver millones de millones de toda lengua, tribu y nación que se iban a convertir a través de la predicación de la palabra por esos discípulos en los cuales ahora mora Jesús por su Espíritu. Por extraño que parezca, durante el ministerio terrenal de Jesús, la obra de redención estaba incompleta, porque no había muerto todavía, no había resucitado, no había ascendido a los cielos. De manera que nosotros que vivimos del otro lado de la cruz, tenemos una mayor oportunidad que el mismo Jesús para alcanzar a los perdidos con el evangelio al proclamarse lo que Cristo hizo ya para salvar a pecadores. Nosotros estamos en una mejor posición que Jesús. Comparemos esta declaración en Juan 14, con la que Jesús hizo en Juan 5: Juan 5:20-21 " Porque el Padre ama al Hijo, y le muestra todas las cosas que él hace; y mayores obras que estas le mostrará, de modo que vosotros os maravilleis. Porque como el Padre levanta a los muertos, y les da vida, así también el Hijo a los que quiere da vida. " ¿Cómo sucederá eso? Juan 5:24-25 " De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida. De cierto, de cierto os digo: Viene la hora, y ahora es, cuando los muertos oirán la voz del Hijo de Dios; y los que la oyeren vivirán. " ¿Sabes a través de quién oirá la voz de Hijo de Dios? A través de ti y de mí. Los muertos oirán la voz del Hijo de Dios cuando se les predique el evangelio, cuando se les anuncie lo que ya Cristo hizo por nuestra redención en la cruz del calvario y los que la oyeren vivirán. Pensemos en lo que sucedió en el día de pentecostés cuando nació la iglesia. Pedro predicó la palabra y en un solo día se convirtieron 3.000 personas. Cuando Jesús murió en el aposento alto había 120 discípulos. Tres años, el mismo Jesús predicando la palabra y había 120 discípulos. Cuarenta días más tarde, el apóstol Pedro predica el evangelio y en un solo día se convierten 3.000. ¿Cómo ocurrió algo tan extraordinario? Por medio de la predicación de la palabra. Dios no ha prometido usar otro medio para salvar a los pecadores. Si queremos ver a pecadores siendo salvados y a creyentes siendo edificados debemos proclamar la palabra de Dios porque la fe viene por el oír y oír por la palabra de Dios (Romanos 10:17). De otra forma no habrá salvación, de otra forma no habrá crecimiento espiritual. La Biblia, la Palabra es la espada del Espíritu dice Pablo (Efesios 6:17), el instrumento por medio del cual Él opera en la vida de personas. Nosotros podemos hacer un montón de cosas más atractivas para que vengan más personas a nuestros cultos, pero si dejamos de predicar la palabra y sustituimos la predicación de la palabra por esas cosas que son más atractivas, sin dudas vamos a traer más personas a la iglesia, pero no las vamos a traer a Cristo. Porque solo la palabra de Dios es viva y eficaz (Hebreos 4:12), solo la palabra de Dios puede convertir pecadores en santos, solo la palabra de Dios le da vida a los muertos. Ezequiel 37:1-4 " La mano de Jehová vino sobre mí, y me llevó en el Espíritu de Jehová, y me puso en medio de un valle que estaba lleno de huesos. Y me hizo pasar cerca de ellos por todo en derredor; y he aquí que eran muchísimos sobre la faz del campo, y por cierto secos en gran manera. Y me dijo: Hijo de hombre, ¿vivirán estos huesos? Y dije: Señor Jehová, tú lo sabes. Me dijo entonces: Profetiza sobre estos huesos, y diles: Huesos secos, oíd palabra de Jehová. " Ezequiel 37:7-10 " Profeticé, pues, como me fue mandado; y hubo un ruido mientras yo profetizaba, y he aquí un temblor; y los huesos se juntaron cada hueso con su hueso. Y miré, y he aquí tendones sobre ellos, y la carne subió, y la piel cubrió por encima de ellos; pero no había en ellos espíritu. Y me dijo: Profetiza al espíritu, profetiza, hijo de hombre, y di al espíritu: Así ha dicho Jehová el Señor: Espíritu, ven de los cuatro vientos, y sopla sobre estos muertos, y vivirán. Y profeticé como me había mandado, y entró espíritu en ellos, y vivieron, y estuvieron sobre sus pies; un ejército grande en extremo. " ¿Cómo ocurrió eso? Por el poder de la palabra de Dios. Nunca sustituyamos la predicación de la palabra por ninguna otra cosa, porque a Dios le agradó salvar a los creyentes por la locura de la predicación (1 Corintios 1:21). Es en ese contexto que Jesús nos promete proveernos todos los recursos que necesitamos para llevar a cabo esa tarea que se nos ha encomendado. Juan 14:13-14 " Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré. " ¿Qué está diciendo Jesús aquí? ¡Qué prediquemos el evangelio! Jesús no está hablando de otro tema aquí, no fue que de repente habla de la oración. Lo que Jesús está diciendo: "¡Prediquen el evangelio! ¡Testifiquen de poder transformador del evangelio a través de sus propias vidas! ¡Persuadan a los hombres a venir a Mí en arrepentimiento y fe! Pero no lo hagan en sus propias fuerzas. Todos los recursos que ustedes necesitan para llevar a cabo esa obra están a su disposición, pero pidelos en mi nombre, descansando únicamente en los méritos míos, procurando únicamente mi gloria." Eso se refiere: " En mi nombre " Esto no significa que al final debemos decir "en el nombre de Jesús" como si fuese una palabra mágica. Lo debemos hacer en el nombre de Jesús, buscando Su gloria, Sus méritos, Su fama y lo que pidamos nos será concedido. En conclusión. Si hay una persona del mundo que no tiene razón para sentir lástima de sí mismo es el cristiano. Cristo nunca sintió auto compasión. Si hay alguien que puede luchar eficazmente contra la angustia y la turbación a pesar las dificultades, es el que ha puesto toda su confianza en aquel que se presenta a sí mismo como: el camino, y la verdad y la vida. Cristo quiere que muchos cristianos, a la luz de la enseñanza de este pasaje, puedan levantar sus manos caídas, las rodillas paralizadas y seguir corriendo su carrera hasta la casa del Padre con los ojos puestos en Jesús el autor y consumador de nuestra fe. Si estás aquí sin Cristo: Recuerda que nadie, absolutamente nadie, podrá llegar a la presencia de Dios por otro camino que no sea Él. Alguien dijo una vez: "Una persona puede ir al cielo sin salud, sin riquezas, sin fama, sin un gran nombre, sin mucho conocimiento, sin trabajo, sin cultura, sin belleza, sin amigos y sin diez mil otras cosas, pero nunca podrá ir al cielo sin Cristo". No hay muchos caminos para llegar al cielo, solo uno. Porque ningún otro hay salvación, porque no hay otro nombre bajo el cielo dado a los hombres en que podamos ser salvos (Hebreos 4:12).