Apoyo Financiero para el Evangelio

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Apoyo Financiero para el Evangelio
La Iglesia de Dios cree que los cristianos deben apoyar libre y alegremente los ministerios de lo que Dios
generosamente les ha dado. Este estudio examina el apoyo financiero del trabajo evangelístico en la iglesia
primitiva y como está relacionado con la iglesia de hoy. También examina la historia del diezmo y menciona la
instrucción para apoyar el ministerio del Señor Jesucristo.
Principios básicos de la Mayordomía Financiera
Una vez comprendidos, estos principios básicos hacen del apoyo financiero al ministerio evangelístico una
bendición y un privilegio, en lugar de una carga o mera obligación. Toda mayordomía cristiana inicia con las
siguientes verdades bíblicas:
1. Dios es el creador y ha confiado el dominio de la tierra a la humanidad. Todas las habilidades, oportunidades
y pertenencias vienen de El. "Recuerda al Señor tu Dios, porque es Él quien te da el poder para producir esa
riqueza" (Deuteronomio 8:18).
La Biblia comienza afirmando que Dios creó los cielos y la tierra (Génesis 1:1) y dió el dominio a la humanidad
sobre todas las cosas creadas (versos 27, 28).
Porque Dios nos creó, debemos depender en El. En su discurso hacía los griegos en el Areópago, el apostol
Pablo les dijo: "El Dios que hizo el mundo y todo lo que hay en Él es Señor del cielo y de la tierra - puesto que
en Él vivimos, nos movemos y existimos" (Hechos 17:24, 28).
2. La tierra y todo lo que hay en ella le pertenece a Dios:
Del Señor es la tierra y todo cuanto hay en ella, el mundo y cuantos lo habitan (Salmos 24: 1).
Pues míos son los animales del bosque, y mío también el ganado de los cerros. Conozco a las aves de las
alturas; todas las bestias del campo son mías (Salmos 50:10, 11).
Mía es la plata, y mío es el oro, afirma el Señor Todopoderoso (Hageo 2:8).
Si Dios es el dueño de todas las cosas, entonces la humanidad no es propietaria sino mayordomo. Todo lo que
poseemos pertenece a Dios. El ha confiado lo que creó a la raza humana para nuestro sustento, bienestar y
comodidad (Génesis 1:28).
3. La mayordomía cristiana, desde el punto de vista del evangelio es dar. El dar se originó con Dios, ¡no con
nosotros! Como ya está establecido, Dios dió vida a la humanidad y a su creación. Posterior a esto, El dió a su
hijo unigénito por los pecados del mundo.
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El alegre mensaje del evangelio de Jesucristo es que Dios nos amó y nos redimió de nuestros pecados. Por su
amor incondicional, El nos perdona, quita nuestra culpa, nos reconcilia con El y nos ofrece una nueva vida.
Aquí están algunos textos del nuevo testamento que confirman estas benditas verdades:
Porque tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo el cree en Él no se pierda, sino
que tenga vida eterna (Juan 3:16).
Pues todos han pecado y están privados de la gloria de Dios, pero por su gracia son justificados gratuitamente
mediante la redención que Cristo Jesús efectó (Romanos 3:23, 24).
Por lo tanto, si alguno está en Cristo, es una nueva creación; ¡Lo viejo ha pasado, ha llegado ya lo nuevo!
Todo esto proviene de Dios, quien por medio de Cristo nos reconcilió consigo mismo (2 Corintios 5:17, 18).
Aquí es donde empieza la mayordomía:
Nuestra respuesta al amor de Dios es gratitud. "Nosotros amamos a Dios porque Él nos amó primero" (1 Juan
4:19). La mayordomía cristiana no está motivada por un interés personal o porque lo manda la ley sino por
nuestra gratitud a un amante y misericordioso Dios. Nosotros damos a Dios porque Él primero nos dió.
La mayordomía cristiana es más que dar diezmos y ofrendas. Nos orienta hacia un compromiso completo en
nuestras vidas, tiempo, habilidades y pertenencias al servicio de Dios. Pablo toma este pensamiento: "Por lo
tanto, hermanos, tomando en cuenta la misericordia de Dios, les ruego que cada uno de ustedes, en adoración
espiritual, ofrezca su cuerpo como sacrificio vivo, santo y agradable a Dios - este es tu acto espiritual de
adoración" (Romanos 12:1).
Que es el Diezmo?
La definición bíblica del diezmo es "la décima parte de las ganancias de una persona": "cada año, sin falta,
apartarás la décima parte de todo lo que produzcan tus campos" (Deuteronomio 14:22). Los diezmos incluyen
todas las ganancias, no importa la fuente de donde provengan, tales como granos, frutas, ganados y rebaños
(Levitico 27:30, 32).
La iglesia elige sostener al ministerio evangelístico por ambos, diezmos y ofrendas, aunque las leyes del diezmo
del antiguo testamento para los israelitas ya no están en vigor. En lugar de dar diezmos como un mandato de la
ley, ahora los creyentes dan sus diezmos y ofrendas en gratitud por las bondades de Dios e indiscriptibles
bendiciones y en reconocimiento a Dios como propieterio de todas las cosas.
La mayor parte de la economía del mundo ahora está basada en un sistema monetario en lugar de los valores
agrarios como en los tiempos bíblicos. Entonces, la iglesia considera que el diezmo es la décima parte del
ingreso total.
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La Historia del Diezmo
Diezmar es el sistema más antiguo en los records de dar con propósitos religiosos. Aún antes de que Israel se
convirtiera en una nación, la gente diezmaba la décima parte de sus bienes materiales a Dios. La primera vez
que la biblia menciona del diezmo es cuando Abraham se encontró con Melquisedec mientras regresaban de la
batalla con los reyes Cananitas. Melquisedec era el "rey de Salem" y "Sacerdote de Dios." Una vez recibidas las
bendiciones de Melquisedec, Abraham, "le dió un décimo [diezmo] de todo" (Génesis 14:18-20).
El siguiente caso ocurre después que Jacob sueña con la escalera al cielo. En el sueño Dios reafirma su promesa
de dar la Tierra Prometida a Jacob y a sus descendientes (Génesis 28:10-22). Entonces Jacob prometió diezmar
de todo lo que el Señor le daría.
Con Abraham y Jacobo el diezmar era un acto de adoración a Dios en gratitud por su promesa de ayudarlos y
bendecirlos. Es particularmente importante notar que esos fueron actos voluntarios de devoción a Dios - quizá
actos singulares de adoración, en el tiempo que no era un mandato de la ley en el antiguo testamento.
Cuando Israel se constituyó en una nación el diezmar pasó a ser una obligación legal: "Llevarás a la casa del
Señor tu Dios lo mejor de tus primicias" (Exodo 23:19). El diezmo de todo producto del campo ó ya sea grano
de los sembrados o fruto de los árboles, ó "pertenece al Señor pues le está consagrado" (Levítico 27:30, 32).
Diezmar era parte de la responsabilidad de la mayordomía que Israel tenía. Ellos estaban preparados para llevar
los diezmos a la casa de Dios (tabernáculo o templo) como medios de consumar el trabajo y propósitos de Dios
en la tierra. El diezmo era la herencia de los Levitas, quienes desempeñaban servicios religiosos delante de Dios
en nombre de Israel "Por eso únicamente los Levitas servirán en la tienda de reunión [tabernáculo y más tarde
templo] y cargarán con la culpa de los Israelitas . . . Los Levitas no recibirán herencia entre los Israelitas.
Porque yo les he dado como herencia los diezmos que los Israelitas ofrecen al Señor como contribución"
(Números 18:23, 24).
Este sistemático y proporcional modo de dar era parte de la ley que Israel observaba. Cuando Israel diezmaba,
ellos prosperaban material y espiritualmente. Cuando ellos se olvidaban de hacerlo mostraban su indiferencia
espiritual hacia Dios y llevaban ruina sobre ellos.
El profeta Malaquías acusó a Israel de robar a Dios cuando ellos retenían sus diezmos (Malaquías 3:7, 8). Esta
es una nota triste con la cual el profeta cerró sus escritos del antiguo testamento.
El Diezmo en el Nuevo Testamento
Tres escritos en el Nuevo Testamento referieren al diezmo.
1. Lo que Jesús comentó en cuanto a la practica de los fariseos, quienes diezmaban aún de lo más pequeño de
sus productos (Mateo 23:23; Lucas 11:42). Dar el diezmo era una práctica establecida en aquel entonces y no
debía ser descuidada mientras continuaban con otros asuntos piadosos. Mientras Jesús condenaba a los fariseos
por varias razones, incluyendo el abandono de justicia y misericordia, los elogía por diezmar.
2. Jesús dijo la parábola del Fariseo y el recaudador de impuestos, quienes estaban orando en el templo. El
Fariseo hacía alarde ante Dios de su estilo de vida, incluyendo su práctica del diezmo (Lucas 18:12).
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3. Hebreos 7:4-9 menciona como Abraham diezmó a Melquisedec, como muestra de la grandeza del segundo
sacerdocio - el tipo del más grande, benevolente sacerdote de Cristo Jesús
Ninguna de estas referencias indica que diezmar continua bajo la ley del nuevo pacto.
Jesús y la Mayordomía
Jesus habló mucho acerca de la mayordomía cristiana y nuestros bienes materiales.
1. Él no condena nuestros bienes materiales. Sin duda, Jesús atendió a un gran banquete, que Leví ofreció en su
honor - una muestra muy obvia de la prosperidad de Leví (Lucas 5:29).
2. Jesús advirtió contra la avaricia en la muy bien conocida parábola del rico insensato (Lucas 12:13-21):
"¡tengan cuidado! Absténganse de toda avaricia, la vida de una persona no depende de la abundancia de sus
bienes" (v. 15).
3. Jesús dijo que nuestra prioridad debe ser el Reino de Dios. El les aseguró a sus seguidores que Dios les
proveería para las necesidades de la vida. "Así que no se preocupen diciendo: '¿Qué comeremos?' o '¿Qué
beberemos ?' o '¿Con qué nos vestiremos?' Porque los paganos andan tras todas estas cosas, y el Padre Celestial
sabe que ustedes las necesitan. Más bien, busquen primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas
cosas les serán añadidas" (Mateo 6:31-33).
4. Jesús enseñó que nuestra grandeza no se mide por lo próspero que seamos sino por nuestro servicio a los
demás. "El que quiera hacerse grande entre ustedes deberá ser su servidor" (Marcos 10:43).
5. Jesús explicó que la total mayordomía cristiana es el completo rendimiento de nosotros mismos a Dios. "El
que encuentre su vida, la perderá, y el que la pierda por mi causa, la encontrará" (Mateo 10:39) y "De la misma
manera, cualquiera de ustedes que no renuncie a todos sus bienes, no puede ser mi discípulo" (Lucas 14:33).
Jesús reconocía y elogiaba a aquellos que dieron generosamente. Durante una visita con el Maestro en su casa,
Zaqueo declaró, "¡Mira Señor! Ahora mismo voy a dar a los pobres la mitad de mis bienes."
Jesús le respondió, "Hoy ha llegado la salvación a esta casa" (Lucas 19:8, 9).
Cuando Jesús vió a la viuda pobre poner dos moneditas de cobre en las alcancías del templo, Él la elogió no
porque dió un décimo sino porque: "pero ella, de su pobreza, echó todo lo que tenía para su sustento" (21:4).
Jesús enseñó que daro nuestros bienes materiales, en si mismo, no es suficiente para expresar nuestra gratitud y
devoción a Dios. La mayordomía cristiana, en la mente de Cristo, significa rendir a Dios nuestro ser
completamente y todo lo que poseemos. Una vez que logramos esta actitud en nuestro corazón, damos
espontáneamente.
Cuando Él envió a los 12 discípulos y después a los 70 a las aldeas de Palestina, Jesús les dijo que no llevaran
ropa extra o provisiones con ellos. Jesús les estaba diciendo que las personas a quienes ellos estaban
ministrando debían cubrir las necesidades de los discípulos mientras ellos estaban viajando: "porque el
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trabajador merece que se le dé su sustento" (Mateo 10:10); "el trabajador tiene derecho a su sueldo" (Lucas
10:7).
Las Enseñanzas del Apostol Pablo
Pablo siguió las enseñanzas de Jesús en la mayordomía. Como mayordomo del evangelio de Cristo Jesús, el les
dijo a los Corintios, "Así que de buena gana gastaré todo lo que tengo y hasta yo mismo me desgastaré del todo
por ustedes" (2 Corintios 12:15a). Pablo nos dió la instrucción más directa encontrada en el Nuevo Testamento
concerniente a la mayordomía financiera del ministerio evangelístico:
¿Que soldado presta servicio militar pagándose sus propios gastos? ¿Que agricultor planta un viñedo y no
come de sus uvas? ¿Que pastor cuida un rebaño y no toma de la leche que ordeña? No piensen que digo esto
solamente desde un punto de vista humano. ¿No lo dice también la ley? Porque en la ley de Moisés está escrito:
"No le pongas bozal al buey mientras esté trillando." ¿Acaso se preocupa Dios por los bueyes? ¿O lo dice más
bien por nosotros? Por supuesto que lo dice por nosotros, porque cuando el labrador ara y el segador trilla,
deben hacerlo con la esperanza de participar en la cosecha. Si hemos sembrado semilla espiritual entre
ustedes, ¿será mucho pedir que cosechemos de ustedes lo material? ¿No saben que los que sirven en el templo
reciben su alimento del templo, y que los que atienden el altar participan de lo que se ofrece en el altar? Así
también el Señor ha ordenado que quienes predican el evangelio vivan de este ministerio (l Corintios 9:7-11,
13, 14).
Este texto descifra el apoyo financiero al ministerio evangelistico como una responsabilidad de los cristianos.
Pablo apela a un principio que trasciende la ley. El presenta tres analogías de hacer del modo de vida a través de
la práctica de la guerra, agricultura, y pastoreo como un argumento para apoyar el ministerio evangelístico.
Pablo mencionó esto de la ley (Deuteronomio 25:4), la cual prohibe poner bozal al buey mientras está trillando,
como un medio de saber, "¿Es por el buey que Dios está preocupado? Seguramente el dijo esto por nosotros,
¿no es así? Claro, esto fué escrito para nosotros . . ." Su punto es que si al buey no se le debe poner bozal
cuando está trabajando, tampoco deberían aquellos que trabajan para el evangelio ser impedidos de vivir de la
ayuda de aquellos a quienes sirven. Esto va más alla de la ley y hace de la mayordomía un principio.
Después en los versos 13 y 14 Pablo se refirió específicamente a aquellos que desempeñaban su trabajo
espiritual bajo el antiguo pacto:
¿No saben que los que sirven en el templo reciben su alimento del templo, y que los que atienden participan de
lo que se ofrece en el altar? Así también el Señor ha ordenado que quienes predican el evangelio vivan de este
ministerio (1 Corintios 9:13, 14).
Pablo dijo que los Levitas y Sacerdotes recibieran su sustento de su "trabajo en el templo" y servicio "en el
altar." Los diezmos y ofrendas contribuídas por las otras once tribus de Israel eran la herencia de los Levitas
(Números 18:23, 24) proveyendo para su mantenimiento. Pablo estaba recomendando los diezmos y ofrendas
como un medio de apoyar el ministerio evangelístico de la iglesia del Nuevo Testamento. El declaró que los
ministros cristianos debían ser apoyados "de la misma manera" como los Levitas y Sacerdotes.
El apoyo cristiano al ministerio evangelístico debe ser derivado de la gratitud por la gracia de Dios, recibido a
través de la predicación y enseñanza del evangelio. El apoyo al ministerio de la iglesia no es una opción. Pablo
enfatizó la validez de esta verdad en sus escritos a Timoteo: "Los ancianos que dirigen bien los asuntos de la
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iglesia son dignos de doble honor, especialmente los que dedican sus esfuerzos a la predicación y a la
enseñanza. Pues la escritura dice: 'No le pongas bozal al buey mientras esté trillando,' y 'El trabajador merece
que se le pague su salario'" (1 Timoteo 5:17, 18). El usó las mismas palabras que Jesús utilizó en Lucas 10:7:
"porque el trabajador merece que se le dé su sustento."
Aquí están las instrucciones de Pablo a la iglesia cristiana en cuanto a la responsabilidad en la mayordomía, en
el apoyo al ministrio evangelístico. Pablo no apeló a la ley, sino, más importante aún, a un principio universal e
infinito: la simple pero justa regla de que un trabajador, sin importar quien sea, que siembra la semilla y recoge
la cosecha, tiene derecho a su salario. Entonces, los cristianos deben dar generosa y libremente para que los
trabajadores del evangelio puedan recibir su salario.
El dar proporcionalmente no es menos necesario bajo los términos del Nuevo Pacto que lo que era bajo el
antiguo pacto. El apoyo financiero es necesario en la iglesia cristiana para llevar a cabo la Gran Comisión:
"Vayan y hagan discípulos de todas las naciones . . ." (Mateo 28:19 ), así como era necesario el apoyo
financiero para los Levitas quienes llevaban a cabo el servicio ante el altar en los tiempos de Israel (Números
18:23 ). El pueblo de Dios debe ejercitar el principio aprobado por Dios de ser mayordomos como parte de la
adoración a El, y apoyo al ministerio evangelístico.
La Bendición de Dar
Además de apelar por el apoyo financiero para los trabajadores del evangelio, Pablo anima a los Corintios a dar
ofrendas para los santos de Jerusalem (Romanos 15:23-26). El los reta para que den tan generosamente como lo
hicieron las iglesias en Macedonia:
Soy testigo de que dieron espontáneamente tanto como podían, y aún más de lo que podían, rogándonos con
insistencia que les concediéramos el privilegio de tomar parte en esta ayuda para los santos. Incluso hicieron
más de lo que esperábamos, ya que se entregaron a sí mismos, primeramente al Señor y después a nosotros,
conforme a la voluntad de Dios. (2 Corintios 8:3-5).
La idea que sobresale en la reflexión de Pablo hacia la generosidad de las iglesias de Macedonia es su libertad:
"Ellos dieron . . . Y aún más de lo que podían" (v. 2). Ellos dieron con sacrificio. Después el observó que ellos
eran muy generosos, porque ellos mismos se habían entregado a Dios primeramente (v. 5). Este es en realidad el
verdadero
comienzo
de
una
responsable
mayordomía
cristiana.
En 2 Corintios 9 Pablo enumera los beneficios que los Corintios recibirían como resultado de sus generosas
dádivas:
1. Abundantes bendiciones. La ley de la cosecha estaba en práctica - dando generosamente resulta en
abundantes bendiciones.
2. El amor de Dios. Dios ama al dador alegre.
3. La gracia de Dios. Dios hará que Su gracia abunde hacia ellos para que todas sus necesidades sean provistas.
4. Un corazón agradecido. Su generosidad manifiesta un corazón agradecido que invita a otros a alabar y
agradecer a Dios (versos. 6-8, 11-13).
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Pablo enseñó esto primero, los cristianos deben entregarse al Señor, después dar con sacrificio a la iglesia y a
las necesidades de otros. Nosotros debemos dar libremente también con un corazon alegre y agradecido. Las
instrucciones de Pablo referente a la mayordomía financiera y el ejemplo de las iglesias de Macedonia
proveyendo para los santos pobres de Jerusalem, dan un amplio apoyo bíblico para la iglesia actual al solicitar
el apoyo financiero para sus necesidades y las necesidades de otros.
Razones Prácticas para la Mayordomía Financiera
En las páginas anteriores revisamos el apoyo bíblico para la mayordomía cristiana, incluyendo el diezmo como
medios apropiados de apoyar el ministerio evangelístico. Ahora revisaremos algunas razones prácticas que
apoyan el concepto de diezmar.
1. El diezmo es una dádiva proporcional. Es justo en cuanto a que se calcula de acuerdo al ingreso, no
importando si es una cantidad grande o pequeña.
2. Al momento de que recibimos ingresos, diezmamos para proveer un apoyo regular y estable para el
ministerio de la iglesia .
3. A través de nuestros diezmos, participamos en el más grande ministerio de la iglesia. Mientras que todos los
cristianos están para testificar de Cristo de una u otra manera, no todos pueden involucrarse directamente en el
ministerio evangelístico o pastoral de la iglesia. Nuestros diezmos y ofrendas combinados con los de otros
cristianos permiten a la iglesia desempeñar un ministerio más grande de lo que podemos individualmente.
4. Participando en el ministerio evangelístico de la iglesia a través de una fiel mayordomía financiera nos trae
gozo. Cuando Pablo informó a los ancianos en Jerusalem: "Lo que Dios había hecho entre los gentiles por
medio de su ministerio . . . alabaron a Dios" (Hechos 21:19, 20). Nosotros también, podemos alabar a Dios por
los muchos que se han convertido a Cristo a través del ministerio al cual hemos ayudado para hacerlo posible.
Conclusión
En cada una de las páginas de la Biblia, desde el inicio, el pueblo de Dios lo ha honrado dando de sus bienes
materiales. Ellos daban sus ofrendas y diezmos libre y alegremente a Dios, reconociéndolo como el Creador,
Dueño y benévolo Dador de Sí mismo a la humanidad. En los tiempos de Israel, los diezmos y ofrendas que el
pueblo de Dios daba, apoyaban el servicio religioso que los Levitas llevaban a cabo en nombre de la nación.
Hoy creemos que nuestras generosas contribuciones deben apoyar el ministerio evangelístico.
Pablo instruyó a la iglesia que así como cualquier persona espera recibir su sustento por su trabajo, así también
el Señor ha ordenado que quienes predican el evangelio vivan de este ministerio. (l Corintios 9:14).
Nosotros debemos dar nuestros diezmos y ofrendas con gratitud por el amor y la gracia que Dios nos ha dado
libremente y no solo como una obligación de cumplir con la ley. ¡Nosotros damos libre y alegremente porque
Dios nos dió primero!
Nosotros creemos que nuestra responsabilidad total como mayordomos solamente puede llevarse acabo cuando
cedemos nuestra vida, tiempo, habilidades y posesiones a nuestro Dios. Sin embargo diezmar de nuestro ingreso
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para apoyar el trabajo de Dios es escencial en la mayordomía cristiana; ya que provee una fuente segura y
regular de ingresos para esparcir el evangelio.
La motivación de la iglesia dirigida hacia la mayordomía cristiana se resume en lo que el apostol Pablo expresó
a la iglesia de los Filipenses, quienes varias veces han contribuído en apoyo a su trabajo: "No digo esto porque
esté tratando de conseguir más ofrendas, sino que trato de aumentar el crédito a su cuenta." (Filipenses 4:17).
¡Conviértete en un mayordomo fiel de todo lo que Dios te ha dado para que tu cuenta pueda ser acreditada con
las ricas bendiciones de Dios!
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