Revista Electrónica ddeser No. 2 Abril 28, 2003 Promoviendo el acceso a la anticoncepción de emergencia: Se requiere un marco de protección de derechos humanos (Por Luisa Cabal*). Elaborado por: Elaborado para: Beatriz Cavazos Siller Norma Leticia Alegre Martínez Proyecto ddeser Modemmujer, A.C. Red de Comunicación Electrónica equidad de género, ciudadanía, trabajo y familia, a.c. Página No. 1 Revista Electrónica ddeser No. 2 Abril 28, 2003 Promoviendo el acceso a la anticoncepción de emergencia: Se requiere un marco de protección de derechos humanos (Por Luisa Cabal*). Consorcio Latinoamericano de Anticoncepción de Emergencia, Abril 2 del 2003. * Asesora Legal para América Latina y el Caribe. Centro de Derechos Reproductivos / Nueva York. [email protected] En el ámbito mundial, la AE ha tenido un reconocimiento progresivo en las normas y políticas gubernamentales: unos 95 países han registrado productos dedicados. Asimismo, se estima que la AE está siendo registrada y distribuida en cerca de la mitad de las naciones latinoamericanas. Este avance apunta a la necesidad de mirar más allá de un registro sanitario cuando se intenta incorporar la AE a la normativa nacional de cada país de la región. En este contexto nos preguntamos: ¿por qué es necesaria una estrategia legal o un marco de derechos humanos en la promoción de la AE? Se requiere impulsar el acceso a la AE teniendo como fundamento el marco de los derechos sexuales y reproductivos. No debemos olvidar que detrás de la oferta de un método anticonceptivo postcoital está la necesidad de una mujer de prevenir un embarazo. La demanda de este método refleja no sólo una necesidad a ser satisfecha a discreción de un gobierno, sino que hay un marco de derechos humanos que permite a las ciudadanas exigir el acceso al mismo como un derecho. El acceso a la AE es parte del ejercicio de los derechos reproductivos. Esto implica que los gobiernos deben eliminar los obstáculos y garantizar su acceso. Las Cortes: campos de batalla contra la AE Los ataques contra la AE que se han dado tanto en las cortes (Argentina y Chile) como a nivel administrativo (Colombia y Perú) demuestran que hay un campo legal y jurídico donde se está cuestionando la esencia misma de los derechos reproductivos. Estos procesos son perjudiciales para la dinámica de acceso al método a nivel de un país; además, las argumentaciones legales pueden trascender las fronteras nacionales e incluso las regiones. Es así que en países como Uganda se están esgrimiendo argumentos utilizados en las cortes chilenas para impedir la aprobación de la AE. Por tanto, es fundamental el trabajo de sensibilización frente al poder judicial. Algunos estudios han demostrado que las cortes pueden ser aliadas fundamentales en el proceso de garantía y protección de los derechos sexuales y reproductivos, pero también -como parece ser la tendencia en la regiónpueden ser agentes que obstaculizan y restringen la garantía y efectividad de estos derechos. En última instancia, los conflictos que surgen incluso en el ámbito administrativo -como en el caso de Colombia y Perú- pueden ser llevados a las cortes. Página No. 2 Revista Electrónica ddeser No. 2 Abril 28, 2003 Promoviendo el acceso a la anticoncepción de emergencia: Se requiere un marco de protección de derechos humanos (Por Luisa Cabal*). Las cortes son espacios no sólo para la defensa de un método que, una vez aprobado, es sometido a ataques, sino también para exigir el acceso a la AE. En Perú, por ejemplo, ante la negativa del Ministerio de Salud de implementar la resolución ministerial que busca garantizar el acceso a la AE, algunas organizaciones han acudido a las cortes para exigir dicho acceso mediante un recurso legal denominado “acción de cumplimiento”. Marco para proteger y promover la AE Independientemente de que la defensa o el impulso a la AE se dé o no en las cortes, el marco de los derechos reproductivos es fundamental, incluso cuando se busca impulsar su aprobación o realizar actividades de promoción y defensa públicas con la comunidad. Los derechos reproductivos incorporan una amplia gama de derechos que otorgan a las personas la posibilidad de tomar decisiones respecto a sus vidas y sus cuerpos. Se basan en el reconocimiento del derecho básico de todas las parejas e individuos a decidir libre y responsablemente el número de hijos, así como el espaciamiento de los nacimientos y el intervalo entre éstos; a disponer de información y medios para ello y a alcanzar el nivel más elevado de salud sexual y reproductiva. También incluyen el derecho de cada persona a adoptar decisiones relativas a la sexualidad y reproducción sin discriminación, coacciones ni violencia, de conformidad con lo establecido en los documentos internacionales sobre derechos humanos. Dentro de este marco, es fundamental entender la AE como un componente esencial de los derechos sexuales y reproductivos. Podemos identificar dos elementos o principios fundamentales para deconstruir el término de derechos reproductivos: el derecho a la salud reproductiva y el derecho a la autodeterminación en materia reproductiva. Estos derechos están contenidos en instrumentos internacionales que imponen obligaciones a los Estados y otorgan a las personas el derecho a exigir y responsabilizar a nivel internacional a los Estados cuando no cumplen con sus obligaciones ante la comunidad internacional. A continuación, algunos de los derechos clave para la promoción de la AE. Derecho a la salud reproductiva Tiene sus raíces en las provisiones de tratados internacionales que protegen la vida y la salud de las personas. Al garantizar estos derechos se busca garantizar servicios de salud que incluyan: maternidad segura, prevención y tratamiento de VIH/SIDA y otras infecciones de transmisión sexual (ITS), aborto seguro, tratamientos de fertilidad, métodos anticonceptivos, incluida la AE, educación sexual e información y consejería sobre salud sexual y reproductiva. Página No. 3 Revista Electrónica ddeser No. 2 Abril 28, 2003 Promoviendo el acceso a la anticoncepción de emergencia: Se requiere un marco de protección de derechos humanos (Por Luisa Cabal*). La ratificación de tratados internacionales obliga a los Estados a respetar, proteger y garantizar los derechos humanos. Los derechos a la salud, la salud reproductiva y la planificación familiar están garantizados por varios tratados internacionales, como la Declaración Universal de los Derechos Humanos (DUDH), el Pacto de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (PDESC), la Convención de la Mujer, la Convención Internacional contra la Discriminación Racial y el Protocolo de San Salvador, el cual, adoptando la definición de salud de la OMS, estipula que "[t]oda persona tiene el derecho a la salud, entendida como el disfrute del más alto nivel de bienestar físico, mental y social". El PDESC contiene una provisión -artículo 12- específicamente elaborada para la protección de la salud. Este artículo reafirma el derecho de las personas a gozar del más alto nivel posible de salud física y mental, desarrolla las obligaciones de los Estados para lograr dicho estándar y protege a grupos especialmente vulnerables. De acuerdo al PDESC, los Estados deben crear condiciones que aseguren atención y servicios médicos para todas las personas en caso de enfermedad. En la Convención contra la Discriminación Racial se reconoce el derecho de todos los grupos étnicos y raciales a la igualdad en la provisión de la totalidad de los servicios de salud. La Convención de la Mujer incluyó en el artículo 12, numeral 1, la obligación de adoptar todas las medidas apropiadas para eliminar la discriminación contra las mujeres en la esfera de la atención médica, a fin de asegurar, en condiciones de igualdad entre mujeres y hombres, el acceso a servicios de atención médica, incluidos los referidos a la planificación de la familia. La Convención protege específicamente el acceso de las mujeres rurales a servicios de salud adecuados, incluidos información, consejería y servicios de planificación familiar. La Convención de los Derechos de la Niñez reconoce el derecho de las personas menores de 18 años al disfrute del más alto nivel posible de salud y a servicios, incluso a la educación y servicios en materia de planificación de la familia. En el Sistema Interamericano, el Protocolo de San Salvador, además de reconocer el derecho de las personas a gozar del estándar más alto posible de salud física y mental, establece que los Estados Partes reconocen la salud como un “bien público” y describe un conjunto de medidas para el cumplimiento de ese derecho por los Estados. Derecho a la autodeterminación reproductiva Este principio incorpora diferentes derechos que son reconocidos en tratados internacionales. Tiene su soporte en el derecho a la intimidad, el derecho a planificar la propia familia y a tomar decisiones sobre la reproducción sin la injerencia gubernamental; asimismo, a no sufrir violencia ni coerción, tanto en el ámbito publico como en el privado. Mencionaremos algunos: Página No. 4 Revista Electrónica ddeser No. 2 Abril 28, 2003 Promoviendo el acceso a la anticoncepción de emergencia: Se requiere un marco de protección de derechos humanos (Por Luisa Cabal*). El derecho a decidir de manera libre y responsable el número e intervalo de hijos y los medios para hacerlo incorpora el derecho a información, educación sexual y consejería. El principio de dignidad de las personas y su derecho a la intimidad son el fundamento del derecho de las mujeres a la autodeterminación reproductiva y a elegir libremente el número de hijos que quieren, así como el espaciamiento de los embarazos, todo ello reconocido en las diferentes convenciones internacionales. La Convención de la Mujer establece en su artículo 16(1.e) el derecho de las mujeres "...a decidir libre y responsablemente el número de sus hijos y el intervalo entre los nacimientos y a tener acceso a la información, la educación y los medios que les permitan ejercer estos derechos". Para el pleno goce y ejercicio de este derecho, el Estado debe crear las condiciones necesarias a fin de que las mujeres puedan decidir acerca de su capacidad reproductiva. El derecho a la intimidad, componente fundamental del principio de autodeterminación reproductiva, está protegido por diferentes tratados internacionales tales como la DUDH, la Convención sobre los Derechos de la Niñez, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, además de la Convención Americana de Derechos Humanos. Al interpretar este derecho, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos ha establecido la estrecha conexión entre el derecho a la integridad y a la intimidad, declarando que la protección a la intimidad cobija “la protección a la integridad física y moral de la persona y garantiza una esfera que nadie puede invadir, un campo de actividad que es absolutamente propio de cada individuo”. En el contexto de los derechos reproductivos, este derecho es violado cuando el Estado o los particulares interfieren en el derecho de las mujeres a tomar decisiones sobre su cuerpo y su capacidad reproductiva. El Comité de Derechos Humanos de las Naciones Unidas también ha establecido la conexión entre este derecho y el derecho a la igualdad, estipulando que este último puede verse seriamente afectado cuando los Estados no respetan el ejercicio del derecho a la intimidad de las mujeres y si se imponen obstáculos que limitan su toma de decisiones respecto a sus funciones reproductivas. Implicacionespara los gobiernos La ratificación de los tratados internacionales de derechos humanos genera para los Estados Parte obligaciones muy concretas, exigibles a nivel nacional e internacional. El derecho a la intimidad es violado cuando el Estado o los particulares interfieren en el derecho de las mujeres a tomar decisiones sobre su cuerpo y su capacidad reproductiva. Desarrolladas, entre otras, en las recomendaciones de los comités de monitoreo de los tratados internacionales de derechos humanos, estas Página No. 5 Revista Electrónica ddeser No. 2 Abril 28, 2003 Promoviendo el acceso a la anticoncepción de emergencia: Se requiere un marco de protección de derechos humanos (Por Luisa Cabal*). obligaciones pueden resumirse de la siguiente manera y se aplican a cada uno de los derechos: La obligación de respetar exige que los gobiernos se abstengan de interferir con un derecho establecido en una convención de derechos humanos, o de obstaculizarlo. La obligación de proteger exige que el gobierno asegure que terceros no intervendrán con el goce y ejercicio de los derechos que se ha comprometido a respetar. La obligación de garantizar conlleva una acción positiva por parte de los gobiernos. Es decir, requiere que el gobierno garantice el ejercicio de un derecho a través de acciones concretas, como la promoción de normas y políticas y la correspondiente asignación de recursos. Recomendaciones para garantizar el acceso a la AE bajo el marco de los derechos humanos Promover el marco de los derechos reproductivos a nivel tanto nacional como internacional como fundamento de todas las normas, políticas y protocolos que sean diseñados. Sensibilizar a los tomadores de decisiones y a la ciudadanía sobre la AE como un derecho. Promover y difundir información científica sobre la AE y denunciar las campañas de desinformación que provengan del gobierno. Compartir información y experiencias entre las organizaciones que han participado activamente en los procesos de normatización y promoción de la AE en distintos países de la región. Documentar y denunciar casos en los cuales se niega u obstaculiza el acceso a la AE. Página No. 6