Número 3 Fecha: Marzo 2015 RESUMEN EJECUTIVO Al finalizar el primer trimestre del año 2015, la Asamblea Nacional sigue con un funcionamiento bastante limitado en sus funciones de legislación y control institucional. El único proyecto legal promulgado hasta ahora es la nueva Ley Habilitante, promulgada el domingo 15 en un proceso notablemente expedito. Por demás se ha avocado el Hemiciclo a la discusión de temas fundamentalmente políticos, como es el caso del debate en torno al apoyo al Presidente Maduro en su rechazo a las sanciones administrativas impuestas desde Washington a funcionarios del Estado venezolano, discutido el 24 de este mes, ocasión donde se realizó un bochornoso espectáculo publicitario en el seno del máximo ente legislativo de la nación. La Asamblea dedicó su primer trimestre a continuar la práctica de aprobar de forma indiscriminada Créditos Adicionales, monto que alcanzó al cierre de marzo un total de 114.462 millones de bolívares. Cabe destacar que durante este mes el gabinete del Ejecutivo Nacional, la Fiscal General de la República y el Contralor consignaron en el Palacio Federal Legislativo los informes de gestión correspondiente al año 2014, pero no se abrió la posibilidad de que fuesen interrogados por los Diputados. Por último, se reabrió el debate en torno a la Resolución 8610 del Ministerio del Poder Popular para la Defensa que regula la actuación de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana en el control de manifestaciones públicas, derivando en el anuncio de su futura derogación ante la consignación de un nuevo proyecto legal por parte del Ejecutivo Nacional. Por otro lado, irrumpió en las noticias nacionales el lavado de dinero originado desde la corrupción pública venezolana en la Banca Pública D’Andorra, escándalo que ha impulsado desde la oposición y del gobierno diferentes proyectos de Ley. UNA MIRADA A LA ASAMBLEA Durante marzo, en menos de una semana fue promulgada una nueva la Ley Habilitante, ejecutándose las discusiones necesarias para su sanción en tiempo record. Las sanciones impuestas sobre funcionarios venezolanos por los Estados Unidos, justificación ofrecida para esta iniciativa, fueron anunciadas el día lunes, 9 de marzo, y ya al día siguiente se presentó el Presidente de la República ante la Asamblea Nacional para introducir el anteproyecto de ley que fue aprobado en primera discusión. El discurso del Presidente Maduro desde la Tribuna de Oradores siguió los lineamientos usuales de toda intervención gubernamental que se relacione de forma alguna con los Estados Unidos, basándose en una extensa letanía de argumentos historicistas con frecuentes referencias a Simón Bolívar y a Cipriano Castro, no sin algunos tropiezos de interés. La aprobación en Segunda Discusión de la Ley Habilitante ocurrió durante la sesión ordinaria convocada para el domingo, 15. La representación oficialista en el debate inició con la intervención de Tania Díaz, acompañada luego por William Fariñas, Oscar Figuera, Edgar Lucena, Saúl Ortega, Earle Herrera, Soto Rojas e Inés María León. Sus argumentos no difieren mucho de los ofrecidos durante cualquier debate que aborde las relaciones diplomáticas entre Caracas y Washington, aunque estas vez incurrieron en ciertos características novedosas, tal como asegurar que Barack Hussein Obama se ha autodeclarado Emperador mundial al empoderar al Secretario de Estado y al Secretario del Tesoro con la prerrogativa de intervenir unilateralmente en los asuntos internos de cualquier nación, siendo Venezuela sólo otra iteración más de la dinámica imperialista estadounidense, paralela a antecedentes tales como las guerras civiles de Siria y Libia. Como tal, quisieron convencer que la aprobación de la Ley Habilitante “no se trata de una pelea entre partidos, se tratad e un paso adelante para lo que es la defensa de la patria de todos”. La bancada opositora fue representada por Ángel Medina, William Barrientos, Leomagno Flores, Eduardo Gómez Cigala, Vestalia San Pedro, José Manuel González, Eliécer Sirit, e Hirán Gaviria. Los diputados denunciaron el “chantaje moral” bajo el cual pretenden justificar la nueva Ley Habilitante, tratando de convencer al pueblo que Estados Unidos es un agresor por imponer sanciones cuyo efecto no escapa a su territorio, supeditando la división de los poderes y el debido proceso legal a la voluntad del Presidente de la República en un contexto de colapso económico y corrupción que nadie parece querer atender. Todos estos argumentos y más fueron apenas escuchados por sobre los gritos y abucheos de los invitados que ocuparon las tribunas del Palacio Federal legislativo. El segundo debate de interés durante el mes de marzo ocurrió en la sesión del día martes, 24. Durante esta sesión ordinaria se dio un debate en torno a la iniciativa de la Dip. Blanca Eeckhout, quien intervino para solicitar de los diputados su firma en apoyo a la Carta del Presidente Nicolás Maduro, donde exige la derogatoria de las sanciones impuestas por el Presidente Obama. En esta ocasión, intervinieron notablemente más representantes del oficialismo que de la bancada opositora. William Ojeda, Argelio Pérez, Betty Crocker, Oswaldo Vera, Orlando Zambrano, Cristóbal Jiménez y Yul Jabour hicieron uso de su derecho de palabra, mientras que sólo Abelardo Díaz y Arcadio Montiel se presentaron por parte de la oposición. La razón detrás de este desbalance se debe a que un número importante de diputados de la bancada opositora retiraron su derecho de palabra luego del enfrentamiento entre el Dip. Abelardo Díaz y el Presidente de la Asamblea, Diosdado Cabello, quien le negara el derecho a terminar su alocución al diputado por considerar que denunciar el abandono del Esequibo y la injerencia de naciones como Cuba y China estaban “fuera de orden”, pues el debate de ese día estaba dirigido a averiguar “quienes son los que no defienden la cara de la patria”. Cerrado el debate, todos los diputados fueron convocados, uno a uno, a firmar el documento. Con tal de ver “quien firma por la patria” y quien no, en una evidente movida política con el apoyo de los medios del Estado. Número 3 Fecha: Marzo 2015 ANÁLISIS DE PUBLICACIONES famosos 25 mil millones de dólares extraídos a través de la estructura de control cambiario con más de una década de vida. La memoria y cuenta del Vicepresidente de la República, Jorge Arreaza, fue presentada ante la Asamblea Nacional durante la sesión especial del 03 de marzo, acompañado de todos los ministros que conforman el gabinete ejecutivo del Presidente de la República. Durante el evento, el Vicepresidente Arreaza ocupó la tribuna de oradores para dirigir a los diputados y a la nación un discurso que duró aproximadamente dos horas, lo suficiente como para que fuese diferida la entrega del informe de gestión de la Fiscal General de la República. Dejando de lado los informes de gestión, al cierre del primer trimestre del año 2015 vale la pena hacer un breve recuento respecto algunos aspecto del gasto público nacional, manteniendo siempre en mente la discusión en torno a la aprobación en segunda discusión la Ley del Presupuesto para el Ejercicio Fiscal 2015, sancionado sin enmienda alguna a pesar de la caída de los precios del petróleo o de las reformas fiscales introducidas por el Presidente Maduro a mediados de noviembre. Recordemos que desde la bancada oficialista los diputados aprobaron este documento “a dos manos” argumentando su naturaleza balanceada, su justa distribución de recursos, su honestidad y transparencia, diciendo incluso que se encontraba blindado ante los vaivenes del mercado petrolero internacional. El contenido de su alocución fue notablemente similar a aquél que dirigiera el Presidente Maduro durante la presentación de su propio informe a finales de enero, en los cuales buscan convencer de la alta efectividad de la gestión del gobierno revolucionario, que hace todo lo que está dentro de su alcance para hacer frente a diversas estrategias geopolíticas de presión internacional y de lucha desleal interna que originan todos los males que aquejan hoy en día a la nación. Cita Arreaza como ejemplos de tal afirmación la caída inducida de los precios del petróleo como movida de presión sobre Venezuela, Irán y Rusia; y las Guarimbas y la Guerra Económica compuesta de acaparamiento, especulación y contrabando, como las muestras innegables de la voluntad de destrucción de la oposición. Es notable que, aun a pesar de las dificultades injustas que Arreaza asegura escapan de la responsabilidad de la gestión de su partido, la mayoría de las cifras que presentó como fundamentación de sus argumentos no correspondían a la gestión del 2014, sino que presentaban datos en períodos de tiempo que se extendían hasta alcanzar los tormentosos años de los 80 y 90. Lo que efectivamente mostró de su gestión durante su presentación fue notablemente limitado. La Asamblea convocó una sesión especial adicional para el día 10 de marzo, con el fin expreso de escuchar a la Fiscal General de la República en la presentación de su propio informe de gestión del año 2014. Durante la alocución de la Fiscal, Luisa Estela Morales, los disturbios de febrero y marzo, la guerra económica y las conspiraciones internacionales volvieron a ser chivos expiatorios de la crisis nacional, aun si bien esta vez fueron presentados para resaltar la eficiencia de su propia gestión. Con el trasfondo de dificultades agregadas establecido, la Fiscal se ocupó de presentar tantas cifras favorables como le fuese posible. 3352 detenidos en el marco de los disturbios, 218 individuos condenados por confesión de crimen y contrabando organizado. Malversación de fondos, violación a derechos humanos, fraude fiscal; crímenes ante los cuales la Fiscal asegura haber actuado de manera eficiente, a pesar de que son constante justificación de la crisis económica nacional. Admitió Ortega Díaz la existencia de una cantidad muy importante de órdenes de detención ignoradas o no ejecutadas por los cuerpos de seguridad de la nación, pero no hubo mención a la tasa de impunidad nacional, escandalosamente alta, o a los casos más emblemáticos de corrupción, como los El presupuesto total aprobado para el ejercicio fiscal del año 2015 asciende a los 741.707 millones de bolívares. Cabe destacar que unos 100.178 millones de bolívares del presupuesto provienen de emisión de deuda, y que 20% del presupuesto total, unos 149.935 millones de bolívares, están reservados a pagos por concepto de servicio de deuda nacional. De este monto, 100.178 millones corresponden a endeudamiento proyectado, (la mitad del cual está destinado a la reestructuración de la deuda ya existente). Por lo tanto, el presupuesto de la nación se establece e 641.529 millones de bolívares. Con esto en mente, al finalizar el primer trimestre del año la Asamblea Nacional ha aprobado un total de 28 créditos adicionales al presupuesto del gasto vigente de diferente entes del Poder Ejecutivo Nacional, por un monto que asciende hasta los 114.462 millones de bolívares, un 15,43% del presupuesto total de la nación. De todos los entes beneficiados, hay tres que resaltan por la magnitud de los recursos otorgados. El Ministerio P.P. para la Energía Eléctrica recibió un crédito por BsF. 27.979 millones destinados a “cubrir déficit en gastos de personal” de la empresa Corpoelec. A este ente le sigue el M.P.P. para el Transporte Terrestre, receptor de 7 créditos que suman BsF. 38.431 millones, principalmente dirigidos al desarrollo de numerosos proyectos de infraestructura. Por último, el crédito más cuantioso fue dispuesto para el M.P.P. para el Despacho de la Presidencia, receptor de BsF. 40.901 millones para la ejecución de las obras de la Gran Misión Vivienda Venezuela. Dado el contenido del Artículo 314 de la Constitución, se hace difícil ver cómo estos sean gastos imprevistos. Nada hay menos sorpresivo que gastos corrientes destinados al desarrollo de proyectos de infraestructura con varios años de vida, o al pago de compromisos laborales. Cabe preguntarse dónde queda la capacidad de planificación del gobierno, o si el diseño del presupuesto del ejercicio fiscal no es sino un documento manipulado de tal forma para no reflejar la recaudación total que tiene el Estado, ni los gastos necesarios para su funcionamiento, sólo para otorgarle a la Asamblea Nacional la posibilidad de decretar constantes c réditos adicionales con meros fines publicitarios, opacando en el proceso la transparencia de las cuentas de la Número 3 Fecha: Marzo 2015 DEBATES LEGISLATIVOS Durante el mes de marzo se generó un amplio debate en torno a la Resolución N° 8610 del Ministerio del Poder Popular para la Defensa, normativa que consagra las normas de manejo de manifestaciones públicas por parte de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, reavivado con particular intensidad en razón del asesinato del estudiante Kluiverth Roa al cierre de febrero a manos de un funcionario de la Policía Nacional Bolivariana, en medio de una manifestación pública en el estado Táchira. El malestar devenido de este trágico evento generó presión suficiente desde la Sociedad Civil como para que tres representantes del alto gobierno se pronunciaran en torno al contenido de la Resolución 8610. La primera intervención fue de la Fiscal General de la República, Luisa Ortega Díaz, cuya posición sigue dejando mucho que desear de quien ocupa el cargo más alto del Ministerio Público, en tanto lo único que pudo admitir fue la posibilidad de introducir correcciones al contenido del documento en cuestión. A su pronunciamiento le siguió aquel del Mayor General de Ejército Miguel Rodríguez Torres, quien exhibió una posición más firme al denunciar a la resolución como “innecesaria” pues incita un debate sin la sutileza correspondiente a la transcendencia de su contenido. Por último, el principal responsable por la autoría del documento, Vladimir Padrino López, admitió encontrarse abierto a recibir “críticas constructivas”. En consecución a los pronunciamientos de los notables del gobierno, emanó también desde el Ejecutivo Nacional la noticia de una próxima derogación de la resolución 8610. Se anunció en los portales noticiosos de la nación la presente redacción de una nueva normativa por parte del ejecutivo que conjugaría en un solo documento las normas del manejo de la manifestaciones públicas a seguir tanto por la FANB como por los cuerpos policiales de la nación, por lo que derogaría la resolución de Padrino López y otra resolución emanada el pasado 2011 por el Ministerio de Interior y Justicia, entonces bajo la responsabilidad de Tarek El Aisami. Las profundas irregularidades y problemas que rodean a la resolución 8610, surgidas dadas las materias sobre las que pretende legislar como por el procedimiento bajo el cual fue promulgado son de conocimiento general. Las críticas y peticiones de enmienda y derogación han sido numerosas desde que fuese promulgada en febrero. Si embargo es difícil pensar que la próxima normativa a emanar desde el Ejecutivo atienda a estas peticiones de enmienda. Ciertamente se afirma que esta normativa será derogada, pero no hay motivos para esperar una enmienda en sus errores, mucho menos ahora que el Presidente de la Nación goza de poderes legislativos y, como tal, puede imponer nuevamente un proyecto legal sin consideración de la pluralidad del país. También durante el transcurso de este mes se dio un evento particularmente llamativo dado su impacto sobre la imagen internacional del gobierno venezolano. En la misma semana en que fueron anunciadas las sanciones contra funcionarios del Estado por parte de Estados Unidos, el Departamento del Tesoro de esa nación a través de su institución Red Contra los Delitos Financieros (FinCen), presentó un informe detallando operaciones de lavado de dinero a gran escala a través de la Banca Privada D’Andorra, ente financiero privado de esa pequeña nación europea donde operaban funcionaros que facilitaron la introducción de capital venezolano obtenido a través de corrupción pública en el flujo internacional de capitales legítimos. Afirma la FinCen que fueron blanqueados a través de esta institución algo más de 4.200 millones de dólares de origen venezolano, mitad de los cuales habrían sido originados a través de operaciones realizadas por representantes de la principal empresa de la nación, PDVSA. Cifras de tal calibre propulsaron esta noticia al centro de atención de la nación y, dado que el tema sobre capitales venezolanos radicados en el extranjero ya estaba en la palestra pública dado que las sanciones impuestas desde Washington incluyen el bloqueo de capitales, estos eventos dieron lugar a varias iniciativas legisladoras. Desde el partido de oposición Copei se diseñó un anteproyecto de Ley que contempla la repatriación de capitales forajidos. Por parte del oficialismo se ha dicho en numerosas ocasiones el deseo de ver repatriados los bienes venezolanos radicados más allá de las fronteras de la nación. Cabe destacar que el tema también fue abordado durante la sesión plenaria de la Asamblea del martes 24, introducida como propuesta de punto de orden para la agenda del día por el Dip. De Primero Justicia, Julio Montoya. Su solicitud pretendía la discusión y creación de una comisión parlamentaria que investigara las acusaciones de corrupción y blanqueo de capitales. La respuesta a su solicitud corrió por parte de Pedro Carreño quien, para sorpresa de todos, estuvo de acuerdo con la necesidad de realizar una investigación al respecto, si bien anunció que el escándalo de Andorra no es sino una movida conspirativa en contra de la nación, una nueva estrategia de Barack Obama para profundizar un bloqueo económico a Venezuela y confiscar los bienes de PDVSA. Aun así, acordó aprobar la iniciativa del diputado Montoya en tanto el tema sería discutido próximamente en la Comisión Permanente de Contraloría de la Asamblea Nacional, invitando a los representantes de la bancada opositora a consignar todas las pruebas legítimas que tenga a su disposición y, de ser consideradas suficientes, la investigación sería iniciada. Elaborado por Leonardo Rey. Investigador del Observatorio Económico Legislativo.