JOSÉ CELESTINO MUTIS José Celestino Mutis nació en Cádiz (España) el 6 de abril de 1732. Realizó estudios en medicina en el Colegio de Cirugía de Cádiz, pero luego se pasó a la Universidad de Sevilla donde estudió artes y filosofía Llega a estas tierras como médico del Virrey Pedro Messía de la Cerda en el año de 1762, prefiriendo este viaje a una beca para realizar estudios en Paris. Muy pronto empieza a dictar clases en los Colegios Mayores de Santafé, en donde comienza a transmitir a sus discípulos las nuevas ideas útiles, con la botánica y la química como disciplinas base de su discurso. Esta labor, se vio impulsada con la Reforma Universitaria de 1770, patrocinada por administradores coloniales como Antonio Moreno y Escandón y posteriormente por el mismo Virrey Antonio Caballero y Góngora, quienes veían la necesidad de acoplar el sistema de educación a la necesidad de una explotación más eficaz de los recursos de la Nueva Granada. Este ideal tomó cuerpo en la realización de la Expedición Botánica, a partir del año 1783, en cabeza del “sabio” Mutis, quien convocó a los más consagrados de sus discípulos a esta misión, entre los cuales sobresalen por sus aportes y compromisos adquiridos con la Expedición, algunos de los intelectuales criollos más importantes de la Nueva Granada de finales del siglo XVIII, algunos de ellos antecedentes de la constitución de la ciencia económica en nuestro país: Camilo Torres, Joaquín Camacho y Pedro Fermín de Vargas. Otros están estrechamente ligados a ella, aunque no de manera directa: José Ignacio de Pombo que al lado de Francisco José de Caldas, Francisco Antonio Zea y Antonio Nariño, serán los más connotados miembros tácitos del movimiento cultural de los ilustrados en la Nueva Granada. La Expedición Botánica es la escuela en la que se forma una generación de ilustrados en los conocimientos de la “filosofía nueva”, de la “filosofía natural” impulsados por José Celestino Mutis en la Nueva Granada. Un aspecto clave en la formación de un cuerpo de análisis en torno a los asuntos económicos, sociales y políticos del Virreinato de la Nueva Granada es la concepción ilustrada de la naturaleza, que tuvo a uno de sus principales gestores en la figura del “sabio” Mutis. Para él, la naturaleza es asequible a la razón del hombre, puede ser dominada por el hombre y, sobre todo, la naturaleza puede servir de fuente de felicidad para el hombre. “De esta manera, la naturaleza aparecía como un objeto útil para los hombres, pero tal utilidad no podría ser revelada de otra manera que a través del conocimiento, lo que se concreta, en esa frase, repetida por todos los ilustrados, de “arrancar los secretos de la naturaleza”, y en la definición que el propio Mutis hace de su trabajo como averiguador de la naturaleza.”1 Todo este nuevo contexto cultural, provoca en los criollos ilustrados, el fervor por una nueva representación de la felicidad y la prosperidad, en el marco de una posibilidad de crecimiento ilimitado. El desarrollo de esta nueva concepción no dista de la intencionalidad, de la direccionalidad, del proyecto borbónico en América, que consistía en establecer un Gobierno Económico, pero que con los postulados de la fisiocracia francesa y la 1 SILVA, Renán. Los ilustrados de la Nueva Granada, 1760-1808, Medellín, Banco de la República y Fondo Editorial EAFIT, 2002, pág. 464. teoría económica desarrollada por Adam Smith toman un carácter específico en la Nueva Granada: “Fue en el contexto del racionalismo ilustrado, de las luchas imperiales europeas, del surgimiento de los fisiócratas en Francia, de la Riqueza de las naciones de Adam Smith y las ideas del libre comercio que ese estudio contenía, que Carlos III buscó fortalecer el control de España sobre sus colonias. Necesitaba hacerlo por razones muy específicas. Las amenazas extranjeras al imperio español y el desafío de otras potencias europeas a su hegemonía en las Américas era una de ellas.”2 A partir del estudio de las ciencias útiles y su puesta en práctica, en la Expedición Botánica, empieza a consolidarse una suerte de “patriotismo científico”3. Entre los representantes de este movimiento cultural, en donde se observa no solo una loa de las capacidades y de las especificidades del hombre, y sobre todo de las riquezas y del territorio de la Nueva Granada, sino que se plasma la idea de la superioridad de uno y otro en el contexto americano, dándole a la Expedición Botánica, y a los intelectuales que la conformaban, un marcado “patriotismo científico” dirigido al engrandecimiento de la patria, vía reconocimiento del territorio y sus recursos, “No nos deslumbremos con las riquezas de Mejico (sic) ni con la plata de Potosí. Nada tenemos que envidiar a estas regiones tan ponderadas. Nuestros andes son tan ricos como aquellos, y el lugar que ocupamos es el primero- El Perú, arrinconada allá sobre una zona estéril en las costas del pacífico; Mejico (sic) con una situación más feliz en los confines de la zona tórrida y templada, ¿pueden contar como nosotros con el número prodigioso de ríos, de estos canales cavados por las manos de la 2 SOULODRE-LA FRANCE, Renée. Región e imperio. El Tolima Grande y las Reformas Borbónicas en el siglo XVIII, Bogotá, Instituto Colombiano d Antropología e Historia, 2005, Pág., 15. 3 Ver: KÖNIG, Hans-Joachim, En el camino hacia la nación. Nacionalismo en el proceso de formación del Estado y de la Nación de la Nueva Granada, 1750-1856, Bogotá, Banco de la República, 1994 (1988). naturaleza, por donde algún día deben correr nuestras riquezas desde el centro hasta las extremidades.”4 La inmersión en la lógica colonial no impide que se de, entre el movimiento cultural de los ilustrados, una identificación de la necesidad de conocer a profundidad el territorio que se habita para el beneficio de la “patria”, que poco a poco deja de limitarse al territorio específico donde se nace, y que de hecho es un rasgo cultural hereditario hispano, a representar por extensión a la unidad espacial que significan los territorios de la Nueva Granada. “Asociar, como lo hacen Zea, Nariño o Tanco, a la Ilustración tanto la fe en el progreso y el patriotismo como la colaboración para el progreso del propio país es una actitud que se observa en muchos intelectuales neogranadinos de esta época y puede ser interpretada como característica de una nueva orientación cultural que quiere sacudirse de una dependencia colonial.”5 Así, el patriotismo científico emerge como uno de los antecedentes más importantes del proceso de independencia de nuestro país y la figura de José Celestino Mutis se nos presenta como una de las más importantes, no sólo del periodo colonial sino de la configuración de un pensamiento, de un discurso y de unas prácticas sociales que cambiaron la historia de la Nueva Granada para siempre, aspecto notable a la hora de las conmemoraciones que se avecinan con el bicentenario de su muerte (en Santa Fe) en 2008. Por John Jairo Cárdenas Herrera Historiador U.N. 4 Estado de la Geografía del Virreinato de Santafé de Bogotá, publicado en el Semanario del Nuevo Reino de Granada, Nos. 1-7, en enero y febrero de 1808. 5 KÖNIG, Op. Cit., pág. 83. El subrayado es nuestro.