La Guerra de la Independencia y los comienzos

1. LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA Y LOS COMIENZOS DE LA REVOLUCIÓN LIBERAL. LA
CONSTITUCIÓN DE 1812.
A.
1.
2.
3.
4.
LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA
La situación previa
La Guerra de la Independencia.
Fases de la guerra
Consecuencias de la guerra
1. La situación previa
Desde comienzos de la Revolución Francesa (que coincide con el comienzo del reinado de Carlos IV) España había
tenido una postura contraria a la Francia revolucionaria; esto cambió a partir de 1796 debido a los ataques ingleses a la
flota española, con lo que la política exterior española era pro-francesa y en ese contexto hay que destacar la batalla de
Trafalgar (1805) una derrota de la flota española frente a Gran Bretaña. El tratado de Fontainebleau acordó realizar una
invasión franco-española de Portugal, pero las tropas francesas se quedaron ocupando muchos territorios españoles, lo
cual, de hecho, suponía una invasión de España.
En marzo de 1808 estalló en Aranjuez un motín (al parecer instigado por el propio hijo de Carlos IV, el príncipe
Fernando) con el objetivo de destituir al todopoderoso Godoy y de paso al propio Carlos IV. El rey escribió a Napoleón
quejándose de los sucesos de Aranjuez e instándole a que le devolviese la Corona. Napoleón convocó a ambos dos en
Bayona y el 4 de mayo Carlos IV renunció a la Corona y Fernando VII abdicó en su padre, lo cual de hecho significaba
que Napoleón era dueño de la soberanía española y que los legítimos Borbones estaban retenidos en la ciudad francesa.
Todo eso coincide con la entrada de las tropas del mariscal francés Murat en Madrid y el consiguiente levantamiento del
pueblo madrileño contra las tropas napoleónicas en la ciudad el 2 de mayo.
Para evitar quedar como un usurpador, Napoleón convocó en Bayona una asamblea de notables, que reconoció como
rey de España a José I Bonaparte y elaboró el llamado Estatuto de Bayona una carta otorgada que podemos
considerarla a medio camino entre las leyes del Antiguo y del Nuevo Régimen. Con dicho Estatuto José I intentó reinar
en España con la colaboración de una serie de españoles ilustrados que veían con buenos ojos la política reformista del
rey Bonaparte (afrancesados). Pero José I no consiguió implantar sus reformas porque la población española en su
mayoría se alzó en armas contra las tropas y el poder bonapartista.
Al mismo tiempo se constituyeron en las principales localidades españolas unos órganos de poder de manera espontánea
llamados juntas que no reconocían la autoridad de José I, sino la de Fernando VII (retenido, al igual que su padre, en
Bayona), y que a los pocos meses se van a coordinar en la Junta Suprema Central con el doble objetivo de coordinar
la guerra contra los franceses y de convocar unas Cortes extraordinarias que hicieran una nueva legislación para el país.
Por lo tanto, la situación es la siguiente: los legítimos Borbones retenidos en Bayona, un rey Bonaparte que es incapaz
de gobernar el país y una Junta Suprema Central que pretende tomar las riendas del estado: en realidad un vacío de
poder y una multiplicidad de poderes.
2. La Guerra de la Independencia.
Como en otros muchos lugares de Europa, la presencia en España de tropas y poder bonapartista acarreó un movimiento
contrario a dicha presencia, que podemos considerar como la toma de conciencia por parte de los españoles de ser una
Nación, pero en ningún lugar el fenómeno tuvo tanta importancia como en España. Ese movimiento, armado, es lo que
se conoce como Guerra de la Independencia.
La mayoría de los que se opusieron a los franceses era gente procedente de las ciudades del interior, campesinos con
muchos prejuicios respecto a las novedades de José I, y defensores a ultranza de la monarquía absoluta borbónica; pero
junto a ellos también había una minoría de ilustrados de ciudades portuarias, partidarios no sólo de expulsar al rey
intruso sino también de realizar en España profundas reformas que acabaran de hecho con el Antiguo Régimen.
Mientras solo se trató de enfrentarse a los franceses estuvieron unidos, pero las diferencias entre ambos se vieron en
Cádiz.
Fue una guerra desigual, pues frente al orden, la disciplina y el poderío armamentístico francés, los españoles solo
contaban con armas rudimentarias, si exceptuamos la ayuda inglesa, pero con un sentimiento de Nación, por lo tanto
deseosos de expulsar al invasor. Fue una guerra de la que tenemos una maravillosa “crónica pictórica” de manos de
Goya, y una guerra objeto de análisis desde el mismo siglo XIX. También podemos considerarla una guerra en la que
comienza a perfilarse las dos Españas (la tradicional y la moderna), y por supuesto una guerra nacional. Las
consecuencias sociales, demográficas y económicas fueron impresionantes y por primera vez en la Historia de España
aparecerá el exilio, protagonizado por los colaboracionistas y reformistas afrancesados.
3. Fases de la guerra
La Guerra la podemos dividir en tres fases:
1. Desde el levantamiento del dos de mayo al otoño de 1808.
La Guerra de la Independencia y los comienzos de la revolución liberal. La Constitución de 1812
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En un primer momento el ejército (mandos de la nobleza) permaneció pasivo, a excepción de algunos oficiales como
Daoiz o Velarde, y el levantamiento (fundamental en Madrid) del 2 de mayo fracasó y vinieron los “Fusilamientos del 3
de mayo”, por lo que la situación parecía controlada por los franceses, pero a finales de mayo comenzó una insurrección
en la periferia española (sitios en Zaragoza, en Gerona…), y al mismo tiempo comenzaron a constituirse juntas locales y
fue entonces cuando el ejército se puso a las órdenes de las juntas y tiene lugar la batalla de Bailén (julio de 1808),
victoria española al mando del general Castaños. Las consecuencias de Bailén fueron espectaculares: el rey José I
abandonó Madrid y casi toda España parecía liberada de franceses. Eso coincidió con la constitución de la Junta
Suprema Central (25 de septiembre de 1808), presidida por Floridablanca, que tuvo su sede primero en Aranjuez y
luego en Sevilla, que asumió plenos poderes mientras Fernando VII estuviera retenido.
2. Otoño 1808- otoño 1812:
Tras la derrota de Bailén, el propio Napoleón, al mando de 300.000 veteranos viene a España y la vuelve a conquistar
con gran facilidad, quedando totalmente diezmado el ejército español tras la batalla de Ocaña (noviembre de 1809). Es a
partir de entonces cuando se generalizó una nueva forma de guerra: la guerrilla, en la que los españoles contaban con
muchas ventajas : conocimiento del terreno, capacidad de maniobra de grupos pequeños, apoyo de la población civil,
participación de todo el pueblo (mujeres, ancianos, niños), el efecto sorpresa y una nueva filosofía de la guerra (la
guerra total). Los guerrilleros eran partidas de pocos hombres al mando de unos jefes que eran mayoritariamente de
origen popular, como El Empecinado, Espoz y Mina, el cura Merino…Pero esta guerrilla hace imposible el control del
territorio para el mejor ejército del mundo que no puede obtener una victoria decisiva.
3. Segunda mitad de 1812- primeros meses de 1814.
La Guerra de la Independencia adquiere un carácter internacional dentro de la rivalidad franco-inglesa, ya que Inglaterra
manda a España 60.000 soldados al mando del general Wellington que entran por Oporto en ayuda de los españoles. Y
es a partir de este momento cuando el ejército bonapartista empieza a sufrir derrotas: Arapiles, Vitoria y San Marcial,
que supone la total huida de las tropas francesas de España, y del propio José I. Por el tratado de Valencia (finales de
1813) Napoleón reconocía la independencia de España y se dejaba en libertad a Fernando VII, que inmediatamente
vuelve para tomar posesión del trono.
4. Las consecuencias de la guerra
Fueron muy graves: consecuencias demográficas: más de 250.000 españoles muertos, exilio de miles de afrancesados.
Consecuencias económicas: el país quedó destrozado tras la guerra, que produjo daños graves en la agricultura y la
ganadería y destrucción de industrias. Además, numerosas ciudades quedaron casi reducidas a escombros.
Consecuencias coloniales: aprovechando el vacío de poder, las colonias americanas iniciaron un proceso de
emancipación política que ya no tendrá vuelta atrás. Consecuencias ideológicas: la división ideológica entre los
españoles hizo que unos y otros esperaran el regreso de Fernando VII confiando en que el rey apoyara sus respectivos
proyectos políticos.
B.
1.1.
1.2.
1.3.
1.4.
1.5.
INICIOS DEL LIBERALISMO EN ESPAÑA: LAS CORTES DE CÁDIZ Y LA CONSTITUCIÓN DE 1812
Las Cortes de Cádiz: convocatoria y tendencias de los diputados.
El inicio de la revolución liberal en España
Análisis y valoración de la Constitución de 1812.
Análisis y valoración de la obra de los legisladores gaditanos
Conclusión
1.1. Las Cortes de Cádiz: convocatoria y tendencias de los diputados.
En Sevilla, la Junta Central nombró un Consejo de Regencia formado por cinco miembros para gobernar España en
ausencia de Fernando VII. La Regencia decidió convocar Cortes en 1810 para organizar el Estado. Hay que tener en
cuenta que la Revolución Francesa había ejercido una gran influencia y creían que era necesario el acuerdo de toda la
sociedad para el buen gobierno de toda la comunidad
Se desarrollaron durante tres años y participaron unos 300 diputados elegidos en las zonas libres del dominio francés.
Además se designaron 23 suplentes para las zonas en donde no habían podido celebrarse las elecciones a causa de la
ocupación francesa. La elección de los diputados se realizó sin distinguir estamentos, por lo que cada uno representó un
voto. Se rompió con el sistema tradicional de voto por estamentos. La mayor parte de los diputados eran clérigos y
abogados y, en general, miembros de las clases acomodadas. No había ni agricultores ni artesanos.
Pronto se dividieron en tres grupos:
Absolutistas o serviles: partidarios de la vuelta de Fernando VII como monarca absolutista y contrarios a
cualquier reforma
La Guerra de la Independencia y los comienzos de la revolución liberal. La Constitución de 1812
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Jovellanistas, partidarios de cambios que llevaran a un régimen liberal, aunque moderado
Liberales: defensores de hacer cambios en profundidad, siguiendo el modelo de la Revolución francesa:
soberanía nacional, división de poderes, desaparición de la sociedad estamental, igualdad ante la ley y
elaboración de una Constitución.
1.2. El inicio de la revolución liberal en España
Comenzó en el momento de iniciarse las sesiones cuando quedaron aprobadas la soberanía nacional y la división de
poderes, sin encontrar ninguna resistencia. Muñoz Torrero planteó la cuestión de la siguiente manera: se proclamó la
soberanía del pueblo español en armas que en aquellos momentos residía en sus auténticos representantes reunidos en
Cortes. Enseguida se levantó el diputado Luján y propuso que no era conveniente que las Cortes tuviesen todos los
poderes. El ejecutivo lo tendría la Regencia y el judicial los tribunales.
1.3. Análisis y valoración de la Constitución de 1812.
Se promulgó el19 de marzo y consta de 10 títulos: España, Los españoles, Las Cortes El Rey, Los tribunales, Gobierno y
administración, Hacienda, Fuerzas armadas, Instrucción pública y Observancia de la propia Constitución. Los aspectos
más importantes son:
A. El artículo 1° define a España como “la reunión de todos los españoles de ambos hemisferios”. Por primera vez
España no se definía como un territorio sino como una comunidad de personas. Se quería romper con el concepto de
que el Estado era propiedad del rey: “rey propietario de estos reinos”. También incluía a los habitantes de
Hispanoamérica que en aquel momento estaban iniciando el camino de su independencia.
B. Soberanía Nacional: “la soberanía reside esencialmente en la Nación”.
C.
Estado confesionalmente católico: declara a la religión católica como “única verdadera” y de todos los españoles,
comprometiéndose a protegerla.
D. Recoge los derechos ciudadanos: habeas corpus (los arrestos necesitan mandamiento judicial y presentación
inmediata ante el juez), propiedad, seguridad personal, libertad de imprenta salvo para libros de tema religioso ...
E.
El poder legislativo es el más importante. Establece una sola cámara. En caso de discrepancia entre el Rey y las
Cortes se arbitra una fórmula de compromiso: elaborada una ley por las Cortes el rey puede vetarla por dos veces
pero a la tercera queda promulgada contra la voluntad real.
F.
Se crea la Milicia Nacional para defender el orden constitucional, mientras que el ejército se ocupará de la defensa
exterior. Los legisladores gaditanos desconfiaban de la oposición que pudiese generar sus reformas.
G. Sufragio universal masculino indirecto en cuatro grados: vecinos, electores de parroquia, electores de partido,
diputados. Son elegibles quienes poseyeran una determinada renta proveniente de bienes raíces.
H. Régimen local: los Ayuntamientos y Diputaciones se eligen por sufragio universal masculino indirecto. Se practica
la centralización política: el gobernador es nombrado por el rey y es además el presidente de la Diputación.
I.
Hasta pasados 8 años no se podían cambiar nada. Hay que tener en cuenta que la Constitución estaba hecha para
durar siempre y así en la edición príncipe se toman medidas para que el texto llegue íntegro “hasta las últimas
generaciones de españoles”. De hecho estuvo en vigor dos años, un mes y quince días.
1.4. Análisis y valoración de la obra de los legisladores gaditanos.
Aparte de aprobar la Constitución, las Cortes de Cádiz intentaron transformar la administración, la sociedad y la
economía del Estado. Para ello aprobaron una serie de leyes que reformaron los siguientes aspectos:
A. Reformas administrativas
Supresión de los antiguos Consejos que servían para asesorar al monarca del Antiguo Régimen
Nueva administración territorial con base en la provincia. El debate fue una verdadera lucha entre Geografía
y la Historia: los liberales querían muchas provincias basadas en comarcas naturales, cuencas de ríos,
divisorias montañosas... mientras que los realistas querían unas demarcaciones más amplias y basadas en los
antiguos reinos o regiones históricas, el habla, las costumbres y tradiciones. En cada provincia se creó un jefe
político (germen del futuro gobernador civil), una Diputación provincial encargada de asuntos
administrativos, una Audiencia para asuntos judiciales y una Delegación de hacienda. Al mismo tiempo se
eliminaron todos los fueros y distinciones que diferenciaban los territorios históricos. Se produjo la
racionalización y homogeneización administrativa.
B.
Reformas sociales:
Ley de Señoríos (1811): desaparecía el régimen señorial, una de las bases del Antiguo Régimen. En adelante
nadie podrá llamarse señor o vasallo. Todos los ciudadanos son iguales ante la ley y pasan a pertenecer al
mismo fuero. Esto planteó un grave problema; el de la propiedad de las tierras que habían sido de señorío. Lo
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que pagaban los colonos al señor, ¿era un tributo de vasallaje o un canon de arrendamiento? En el primer
caso las tierras deberían quedar libres y los colonos se convertirían en propietarios. Al final las Cortes les
dieron a los señores la propiedad de las tierras. No sucedió como en la Revolución Francesa donde hubo
transferencias de propiedad y reparto de tierras.
Se pidió la supresión de los mayorazgos pero las Cortes no lo aprobaron con lo que se mantenía la gran
propiedad. Por todo lo visto anteriormente la nobleza no se opuso frontalmente a las reformas liberales. Las
Cortes de Cádiz abrieron un camino que con gran frecuencia siguió el liberalismo español: colaboración con
la nobleza y medidas antieclesiásticas
Estricta igualdad jurídica de los ciudadanos: por ejemplo desaparición de las pruebas de nobleza para ingresar
en el ejército.
Adopción de medidas contrarias a la Iglesia por ser un estamento privilegiado: supresión de los señoríos
eclesiásticos y el clero sujeto a las mismas obligaciones que el resto de los ciudadanos.
Supresión de la Inquisición (tribunal eclesiástico para salvaguardar la pureza de la fe).
C.
Reformas económicas
Jovellanos había afirmado que la mejor ley para impulsar la economía española era la supresión de las leyes antiguas. Se
imponía lo que se llama el liberalismo económico o laissez faire: libertad para producir, contratar, vender o transportar.
Por ello, las leyes de reforma económica de las Cortes de Cádiz fueron siguiendo a Jovellanos, supresión de leyes
antiguas:
Ley agrícola: absoluta libertad de los propietarios para plantar el producto que quisieran, transportarlo y
venderlo a precio libre. En la España del Antiguo Régimen predominaba el openfield, campos abiertos al
libre paso y existía el derecho de rastrojera que permitía a las familias humildes quedarse con los últimos
restos de la cosecha. Ahora con el cercado de las fincas el derecho de propiedad se convertía en absoluto.
Ley ganadera: supresión de la Mesta que regulaba las migraciones y los derechos de los rebaños de ganado
lanar. Los ganados quedarían como propiedad de sus dueños que podrían apacentarlos donde pudieran
Ley de industria: todos los españoles podían instalar la fábrica, máquina que quisieran sin necesidad de pedir
permiso a las autoridades municipales
Ley de comercio: habilitaba a todos los ciudadanos para “la noble profesión del comercio” sin cortapisas de
ninguna clase, con absoluta libertad en la compraventa y en los precios.
1.5. Conclusión.
La Guerra de la Independencia fue un acto más patriótico que liberal, por lo que no fue difícil para Fernando VII el
poner final a la aventura de la Constitución de 1812. Pero de todos modos el que diera fruto era sólo cuestión de tiempo.
El primer rebrote del liberalismo tendrá lugar en el llamado Trienio Liberal, cuando el propio rey se verá obligado a jurar
la Constitución, que se impondrá entre 1820 y 1823. Aunque fue una restitución fugaz, a partir de su muerte en 1833, el
liberalismo se instauraría ya de forma definitiva.
En cualquier caso, la Constitución de 1812 supuso una gran conquista histórica al plasmar en sus artículos un modelo de
vida político y social que tardaría, sin embargo, varias generaciones en hacerse realidad. Con ella, desaparecía el
Antiguo Régimen y se acababa con la visión patrimonial del poder y del Estado, reconociendo a la burguesía sus
derechos sociales y políticos.
También un modelo de compromiso que significaba un intento de aunar el pasado con el presente, es decir la tradición
religiosa y monárquica con el espíritu liberal y democrático de los nuevos tiempos. Por esta razón fue elegida como
referencia para la redacción de otras Constituciones europeas, en lugar de la francesa.
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