COMENTARIO DEL TEXTO DE ORTEGA Y GASSET 17. La vida humana es una realidad extraña, de la cual lo primero que conviene decir es que es la realidad radical, en el sentido de que a ella tenemos que referir todas las demás, ya que las demás realidades, efectivas o presuntas, tienen de uno u otro modo que aparecer en ella. La nota más trivial, pero a la vez la más importante de la vida humana, es que el hombre no tiene otro remedio que estar haciendo algo para sostenerse en la existencia. La vida nos es dada, puesto que no nos la damos a nosotros mismos, sino que nos encontramos en ella de pronto y sin saber cómo. Pero la vida que no es dada no nos es dada hecha, sino que necesitamos hacérnosla nosotros, cada cual la suya. La vida es quehacer. Y lo más grave de estos quehaceres en que la vida consiste no es que sea preciso hacerlos, sino, en cierto modo, lo contrario; quiero decir, que nos encontramos siempre forzados a hacer algo, pero no nos encontramos nunca estrictamente forzados a hacer algo determinado, que no nos es impuesto este o el otro quehacer, como le es impuesta al astro su trayectoria o a la piedra su gravitación. Antes que hacer algo, tiene cada hombre que decidir, por su cuenta y riesgo, lo que va a hacer (J. ORTEGA Y GASSET, “Historia como sistema” en Historia como sistema y otros ensayos de filosofía, Madrid, Revista de Occidente/Alianza, 1981, pp. 13-14). 1. Con respecto al texto: a) sitúa al autor en su momento histórico, b) señala el tema o el problema del texto, c) indica las ideas principales, d) muestra las relaciones entre ellas y, e) explícalas. a) Ortega (1883-1955).Su vida se desarrolla en un periodo bastante convulso no solo de la historia de España (Guerra del 98 que termina con la pérdida de Cuba, Filipinas y Puerto Rico, Dictadura de Primo de Rivera, II República, Guerra Civil y dictadura franquista), sino también de la historia de Europa (revolución bolchevique en Rusia, dos guerras mundiales,…) Esta situación le llevó a comprometerse en la regeneración y modernización de España y a desconfiar de cualquier sistema (sea del signo que sea) que anule al individuo. Es posiblemente el filósofo español más representativo del s. XX. b) El tema del presente fragmento es la vida humana como realidad radical y extraña a la par. Radical porque a ella hay que referir todas las demás realidades. Extraña porque consiste en tener que hacer, pero no hay un quehacer prefijado. c) Las ideas principales son las siguientes: 1. La vida humana es la realidad radical. 1.1. Por ello, todas las demás realidades se subordinan a ella. 1.2. Vivir es hacer algo, quehacer para sostenerse en la existencia. 2. Pero la vida humana es una realidad extraña. 2.1. Pues nos es dada, nos encontramos en ella. 2.2. Pero nos es dada sin hacer y sin una directriz predeterminada de lo que hayamos de hacer. 2.3. En conclusión, cada hombre tiene que decidir lo que va a hacer. d) La estructura del texto creo que puede ser la siguiente: Se afirma al principio la tesis de que la vida humana es la realidad radical, pero una realidad extraña. A continuación se explican las razones de tal extrañeza: que aunque la vida sea quehacer, no nos encontramos nunca estrictamente forzados a hacer algo determinado. Termina el texto sacando una conclusión: cada hombre tiene que decidir, por su cuenta y riesgo lo que va a hacer. e) A la filosofía orteguiana suele calificar de “raciovitalismo”; una filosofía que armoniza de algún modo el racionalismo y el vitalismo. El racionalismo representa la tradición filosófica occidental según la cual sólo es real lo que es racional (su máximo exponente es Hegel) y por tanto la razón es la realidad radical y el único instrumento para el conocimiento de la realidad. El vitalismo (cuyo mejor representante es Nietzsche) es una reacción frente al racionalismo, en la que se antepone la vida a la razón y se rechaza a la razón como medio para conocer la realidad. La vida, existencia, la historia son realidades particulares que no admiten el tratamiento universalizador de la razón, ni ser expresados en conceptos inmutables y universales propios de la razón. Por eso se ha calificado con frecuencia al vitalismo como un irracionalismo. Sin embargo, Ortega, considera que la razón es una función más de la vida humana. Es vitalista, pero no cae en el irracionalismo. Para Ortega la filosofía es un saber sobre la realidad, sobre todo cuanto hay y un saber radical, que aspira a llegar a la raíz misma de las cosas, sin supuestos. “Es la filosofía una ciencia sin suposiciones”. Es búsqueda de lo radical, de la realidad primera e incondicionada y por ello fundante. Pues bien, ¿cuál es la realidad radical? Según Ortega no puede sino serlo la vida humana, como vida de cada cual. ¿Por qué? Porque la vida concreta de cada ser humano es el supuesto de aparición y sentido de todo lo real. “Las demás realidades, efectivas o presuntas tienen que aparecer en ella”. Cuando decimos que algo es real, estamos afirmando que ese dato, cosa o situación aparece referido a una vida humana. Pero la vida humana es una realidad extraña. La vida humana no es una cosa, no consiste en ser, sino que es acontecer, es quehacer. “El hombre no tiene más remedio que estar haciendo algo para sostenerse en la existencia”. Vivir es lo que hace un yo en una circunstancia. Vivir es hacer cosas de acuerdo con las realidades circundantes que unas veces ofrecen soluciones y otras se convierten en impedimentos. Y es que la vida es drama. ¿Por qué? Porque la vida nos es dada, somos arrojados a ella, sin nuestra anuencia, no elegimos venir a la vida, ni la época, ni el lugar, en una palabra, la circunstancia en la que se va a desarrollar nuestra vida. Una vez que somos arrojados a la vida o que “la vida nos es dada” hemos de construir la nuestra. Somos como unos náufragos arrojados a un inmenso océano y no tenemos más remedio que bracear para sostenernos a flote, para vivir. Pero, ¿hacia dónde nadar? Tenemos todas las posibilidades; incluso la de renunciar a la vida; pero si decidimos vivir hemos de bracear, hemos de hacer. ¿Pero qué hacer? ¿Hacia dónde nadar? Esta es la extrañeza de la vida humana. No es dada, pero no nos es dada hecha. No tenemos más remedio que hacérnosla nosotros, cada uno la suya. Tendremos que elegir hacia dónde dirigirnos con nuestro bracear. Esto quiere decir que un componente esencial de la vida humana es la libertad. La vida no nos es dada hecha. Habremos de elegir qué hacer. No estamos estrictamente forzados a hacer algo determinado. Habremos de decidir hacia dónde ir (proyecto) y bracear en esa dirección dentro siempre de la circunstancia en la que nos ha tocado vivir, donde encontraremos tablas de salvación y también obstáculos. De manera que cada cual será la historia de sus elecciones, de sus decisiones. El hombre no tiene esencia, sino historia. Y para tomar las decisiones que creamos más oportunas, para realizar nuestro proyecto de vida, jugará un importante papel, la razón (razón vital). Y es que la razón no está fuera de esta realidad radical que es la vida, sino una función de la vida humana, como el sentir o el amar. Vivir exige hacer funcionar nuestra capacidad intelectual. Vivir es no tener más remedio que pensar para elegir en la circunstancia la dirección que tomar para hacer nuestra vida, por nuestra cuenta y riesgo. Por esto dijimos más arriba que Ortega defiende un raciovitalismo.