LA REALIDAD DEL TRABAJO DECENTE EN COLOMBIA Héctor Vásquez F. Escuela Nacional Sindical El artículo 1º de la Constitución Política de Colombia señala que “Colombia es un Estado Social de Derecho, (fundado) en el respeto de la dignidad humana, en el trabajo y en la solidaridad general…” Y en el artículo 25 sobre el Derecho al Trabajo, la Constitución indica que “el trabajo es un derecho y una obligación social y goza, en todas sus modalidades, de la especial protección del Estado. Toda persona tiene derecho a trabajar en condiciones dignas” Colombia como miembro activo de la OIT que es, está en la obligación de promover la política de este organismo. Esta política se resume hoy en la noción de Trabajo Decente: “este objetivo global de la OIT ha sido definido como la promoción de oportunidades para las mujeres y los hombres a fin de que puedan obtener un trabajo decente y productivo en condiciones de libertad, igualdad, seguridad y dignidad humana. El trabajo decente es el eje en donde convergen los cuatro objetivos estratégicos, es decir los derechos en el trabajo, el empleo, la protección social y el diálogo social. Para la OIT el trabajo decente es un concepto organizador que sirve para proporcionar un marco general para las acciones de desarrollo económico y social”.1 Los contenidos mínimos de la noción de “Trabajo en condiciones Dignas” que reivindica la Constitución Política, y de “Trabajo Decente” que promueve la OIT, se concretan en los siguientes derechos: el pago de un salario mínimo, la afiliación a la seguridad social en salud, pensiones y riesgos profesionales; las vacaciones pagas, el pago de la prima de servicios, de las cesantías y de los intereses a las cesantías; la protección de los derechos derivados de la maternidad; la protección de la salud en los lugares de trabajo; la protección especial de la estabilidad laboral de ciertas categorías de trabajadores en condición de minusvalía; la prohibición del trabajo infantil, de la discriminación en el trabajo y del trabajo forzoso; la dotación para el trabajo; el subsidio de transporte; el pago de indemnizaciones por despido injusto; el derecho a constituir sindicatos y a negociar efectivamente las condiciones de trabajo y de empleo2. No puede haber mejor indicador del grado de civilización de una sociedad, del nivel y amplitud de su democracia y de la calidad de vida que ofrece a sus miembros, que la forma como se promueven y están protegidos estos derechos, en tanto es la actividad del trabajo la que más liga estrechamente las nociones de libertad e igualdad a las condiciones reales de su ejercicio. 1 Tomado de la página Web de la OIT: www.ilo.org Estos derechos se encuentran incluidos entre otros en la Constitución Política, en el Código Sustantivo del Trabajo, los Convenios Internacionales del Trabajo de la OIT, la Declaración de los Derechos Humanos de Naciones Unidas, el Pacto Internacional sobre des y en la jurisprudencia de la Corte Constitucional. 2 La realidad del trabajo en Colombia y de los derechos fundamentales que hacen parte del trabajo, dista mucho de lo que ordena la Constitución y de la propia noción de Trabajo Decente promovida por la OIT. El cuadro que sigue resume la realidad de buena parte de estos derechos: Población Ocupada (III trimestre) (1) Población desempleada (III trimestre) (1) Afiliados cotizantes a salud (2) Afiliados cotizantes en pensiones (3) Afiliados Riesgos Profesionales (2) No. de personas afiliadas a sindicatos (4) Cobertura de la Contratación colectiva: (2) No. Personas mayores de 60 años (1) No. De personas con pensión de vejez (3) Valor canasta familiar ingresos bajos (1) Salario mínimo Valor de la canasta familiar de ingresos medios (1) Porcentaje trabajadores dependientes que devengan hasta 2 SML (3) Porcentaje de trabajadores en el sector informal (1) Fuente: (1) DANE y cálculos de la ENS (2) Ministerio de la Protección Social (3) Superintendencia Financiera (4) ENS. 2006 17.609.014 2.568.042 7.193.889 4.630.469 5.637.256 843.881 233.580 3.778.000 131.966 $847.336 $433.700 $2.134.704 % 100 12.7 40.08 26.29 32.01 4.79 1.32 100 3.49 100 51.18 90.13 58.7 En materia de Seguridad Social la situación de los trabajadores y trabajadoras de Colombia es bastante precaria: de cada 100 personas que trabajan, sólo 40 cotizan a salud, sólo 26.29 lo hacen a pensiones, y sólo 32 están afiliados a riesgos profesionales. Esta situación tiene que ver con el alto nivel de informalidad en que se trabaja la mayoría de los trabajadores, con la cultura de la evasión y de la elusión en que incurre un parte muy importante del empresariado y en la ausencia del Estado respecto de las funciones de inspección del trabajo que debe cumplir. En un país donde cada vez va a aumentar el número de personas mayores de 60 años, toda la política del gobierno ha sido la de hacer cada vez más difícil las condiciones de acceso al derecho de pensión. Hoy se necesitan 22 años de vida laboral activa cotizando 12 de cada 12 meses al sistema. Con la precarización del empleo que vienen promoviendo gobierno y empleadores, los que se pensionen a futuro van a ser muy pocos, como lo saben muy bien los jóvenes, hombres y mujeres, que recien se vinculan al mercado de trabajo. Hoy de más de 3 millones de personas mayores de 60 años, sólo 132 mil están pensionadas. El futuro que le espera a la mayoría de los viejos en los próximos años, va a ser un futuro de pobreza y de exclusión. Los salarios que devenga la mayoría de la población trabajadora no permite vivir con dignidad, es decir, con autonomía, con capacidad para desarrollar el proyecto de vida buena que cada cual se propone. Se necesitan dos salarios mínimos para acceder al valor de la canasta familiar de ingresos bajos y esto no lo puede lograr el 90% de los trabajadores y trabajadoras colombianas. Y menos lo logran los desempleados, más de 2 millones, que carecen de ingresos, y su único acceso a la seguridad social es sólo a salud, si logran demostrar que reúnen los requisitos para acceder a alguno de los niveles establecidos en el SISBEN Esta pobreza de ingresos se relaciona de manera directa con los bajos niveles de sindicalización y de contratación colectiva. Los sindicatos y la negociación colectiva cumplen un papel fundamental en la distribución del ingreso y en el aseguramiento de los derechos del trabajo. Donde hay sindicatos, hay mejor estabilidad laboral, mejores remuneraciones y mejores condiciones de trabajo. En Colombia menos de 5 personas que trabajan están organizadas e sindicatos y la contratación colectiva es apenas marginal. Esta situación está relacionada con la cultura antisindical que promueven los empleadores y el gobierno, y con la violencia antisindical que nos coloca como el país más peligroso para el ejercicio del derecho de libertad sindical: en 15 años han sido asesinados en Colombia 2.262 personas afiliadas a sindicatos, muchas de ellas en el contexto de conflictos laborales.