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1 Discurso
Arnaud Peral, Representante a.i. del PNUD
Foro “Dividendos Ambientales de la Paz”
Señor Presidente de la Republica, Juan Manuel Santos. Señor Rafael Pardo, ministro del Posconflicto. Señor Simón Gaviria, director del Departamento Nacional de Planeación. Señores ministros de Ambiente y de Agricultura, y demás representantes del Gobierno que nos acompañan. Estimados señores embajadores/as y cuerpo diplomático Equipo de las Naciones Unidas. Señoras y señores Es un gusto estar hoy aquí, en este espacio único. Señor Presidente, la Paz está cerca. Lo felicito por su gran empeño en encontrar una solución negociada a este tan largo conflicto, que se refleja en los grandes avances de la Mesa de Conversaciones entre el Gobierno y las Farc-­‐EP en La Habana. También lo felicito por la manera como se viene preparando para el posconflicto en todas sus dimensiones, incluyendo la ambiental que nos convoca el día de hoy. No en muchos lugares del mundo se ha puesto la discusión sobre medio ambiente y paz en un nivel tan alto en la toma de decisiones. Quiero agradecer especialmente al DNP, a través del Señor, Simón Gaviria, por la invitación a unirnos y acompañarlos en la discusión de un tema tan relevante como los Dividendos Ambientales de la Paz. Agradezco también a la Fundación buen Gobierno. Mi intervención tiene un solo eje: La paz es una oportunidad para el medio ambiente en Colombia. Hoy más que nunca necesitamos optimismo y la firme convicción que estaremos mejor con la Paz que con la guerra en lo social, económico y ambiental. El conflicto armado ha dejado una inmensa huella ecológica y ha limitado las posibilidades de desarrollo del potencial que tiene el país en torno a su biodiversidad. Sobran los ejemplos de impactos directos del conflicto sobre los bienes y servicios de la naturaleza: la siembra de minas antipersona, episodios de violencia en áreas protegidas, la deforestación provocada por la expansión de los cultivos ilícitos, el crecimiento de la minería ilegal, la deforestación y la degradación de suelos, entre otros. Hablemos de las oportunidades que la Paz puede traer. 2 En primer lugar, el medio ambiente es y ha sido un elemento fundamental para la reconciliación y la estabilización en diferentes lugares del mundo en situación de posconflicto. En Indonesia y Afganistán por ejemplo, los excombatientes han desempeñado un papel muy importante para la sociedad en la conservación del medio ambiente. En esos países se constituyeron equipos de conservación de la naturaleza compuestos por guardaparques comunitarios y excombatientes, capacitados en manejo de vida silvestre. En República Democrática del Congo, Liberia, Nepal, Uganda, Indonesia y Afganistán los recursos naturales han sido fundamentales en los procesos de reconciliación por medio de cadenas de valor asociadas a productos que usan sosteniblemente la biodiversidad, la reforestación, y la conservación de las cuencas. En Colombia, un país tan diverso, cultural y biológicamente hablando, sin dudas el medio ambiente permitirá también escenarios de reconciliación y estabilización. La segunda oportunidad que traerá la Paz tiene que ver con la aceleración en el cierre de brechas sociales e institucionales. Los territorios más afectados por el conflicto, que en muchos casos son los más biodiversos del país, son también los que presentan los mayores Indicadores de Necesidades Básicas Insatisfechas y las mayores necesidades de fortalecimiento institucional en la gestión ambiental local. Mientras la región Andina tiene un indicador de necesidades insatisfechas del 25%, regiones con grandes potenciales ambientales como las amazónicas o las del Pacífico, llegan incluso a presentar indicadores de 60%. Varios de los territorios más golpeados por el conflicto se encuentran ubicados en jurisdicción de las Corporaciones Autónomas Regionales y de Desarrollo Sostenible que tienen los presupuestos para inversión y funcionamiento más bajos a nivel nacional. Algunas incluso están muy por debajo de la media de inversión1 de las autoridades ambientales locales. La paz será, entonces, una oportunidad para, de un lado, valorar el potencial ambiental de esas regiones generando al mismo tiempo dinámicas de desarrollo económico y social para los colombianos y colombianas que trabajan la preservación de los recursos naturales. Se podrá, por ejemplo, ampliar las opciones de pagos por servicios ecosistémicos, como el magnífico ejemplo de Banco2 que inventó CORNARE en Antioquia y que se amplía ahora para todo el país. 1
Calculada a partir de los presupuestos de inversión 2015 de las 33 Corporaciones Autónomas Regionales y de Desarrollo Sostenible , Fuente: ASOCARS 3 Y, por otro lado, será una oportunidad para fortalecer estas instituciones territoriales (en particular las CAR), para que sean las constructoras de una paz sostenible. Teniendo en cuenta lo anterior, la tercera oportunidad ambiental de la Paz tiene que ver con que podrán lograr más y mejores mercados para los productos derivados de la biodiversidad, tan abundantes en este rico país. A nivel internacional y nacional las tendencias muestran como los consumidores están prefiriendo cada vez más productos (bienes y servicios) que cumplan con criterios de sostenibilidad ambiental y social. Según la UNCTAD (Conferencia ONU para el Comercio), el comercio mundial de productos orgánicos alcanzó cerca de 45.000 millones de dólares, con una tasa de crecimiento anual del 10%. Para el año 2020 se estima un crecimiento de este comercio de entre el 100% y el 500%. La biodiversidad puede además ser valorada a través del ecoturismo que representa el 7% de turismo mundial total y creciendo. Un artículo publicado por The Economist menciona que los turistas en los parques del mundo gastan anualmente alrededor 600 billones de USD, una cifra nada despreciable para la Colombia en paz y biodiversa. En los años que llevo en Colombia he tenido la suerte de descubrir la extraordinaria diversidad y belleza de sus paisajes, sus culturas y su biodiversidad. Pero, también he visto cuan poco los colombianos conocen de las bellezas de su propio país. Puedo, por lo tanto, imaginar el enorme potencial de turismo nacional e internacional que podrá traer la Paz. Como referente, Namibia, después de un conflicto de más de 25 años ha logrado generar cerca del 18% del empleo nacional sustentado en actividades turísticas. La cuarta y última oportunidad a la que me quiero referir es cómo la implementación de los acuerdos de paz será el escenario perfecto para la agenda global de desarrollo 2030, es decir, avanzar más rápidamente en Colombia hacia el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenibles (ODS), en particular en temas como la lucha contra el cambio climático, la reducción de la deforestación y la pérdida de biodiversidad. La comunidad internacional ha demostrado que tiene una gran confianza e interés en Colombia, como se ilustro por ejemplo en la COP21 en Paris con el Acuerdo entre el Gobierno Colombiano, Noruega, el Reino Unido y Alemania de pagos por resultados de reducción de deforestación. La Paz permitirá acelerar la implementación de este acuerdo y de varias otras iniciativas. En esta aceleración de cumplimiento de metas, quiero recordar la importancia de focalizar esfuerzos para la reducción de las brechas de género, involucrando las mujeres en el posconflicto. Se ha demostrado a nivel internacional que el empoderamiento de la mujer y la 4 reducción de las brechas de género ayudan a acelerar el cumplimiento de todas las metas de desarrollo, paz y ambiente. Para ir cerrando, quisiera recalcar que no es necesario buscar muchos ejemplos internacionales en términos de réditos ambientales en posconflicto. En los territorios colombianos existen magníficas experiencias de éxito. Un primer ejemplo lo encontramos en la Sierra de la Macarena. Un lugar que ha sido epicentro del conflicto armando, destino de desplazados de violencia en el país, y testigo de otros esfuerzos de reconciliación. Así mismo, un lugar excepcional por su riqueza ambiental, reconocida por la ONU desde 1948 como reserva genética de la humanidad. Allí confluyen los Andes, los Llanos Orientales y la Amazonía y alberga uno de los destinos más hermosos del planeta, Caño Cristales. Ahí, los habitantes del municipio de La Macarena constituyeron una asociación de guías para acompañar a los turistas que llegan a la región a conocer este destino en Paz. Este es un buen comienzo para un emprendimiento que hoy genera empleo a más de 80 familias a partir de los dividendos ambientales de un territorio en Paz. El segundo ejemplo, es de la comunidad indígena de Aponte, en Nariño, una población de 3.600 personas que lucharon con éxito por recuperar su soberanía y los derechos sobre su territorio ancestral de los impactos causados por los cultivos de coca. Este pueblo es hoy un ejemplo global, reconocido como una de las 21 experiencias ganadoras del premio Ecuatorial del PNUD, entregado durante la conferencia de Cambio Climático de Paris, entre 1.300 aplicaciones provenientes de 126 países. Señor Presidente, estimados Ministros, Señoras y Señores: Sin duda hay esperanzas en las inmensas oportunidades que la paz tiene para los colombianos, y para materializarlas tenemos todos que darnos la oportunidad de soñar con una Colombia sin conflicto, próspera y sostenible. Muchas gracias por su atención. 
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