Conflictos y contextos regionales en la industria de los hidrocarburos en Colombia

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Cuadernos PNUD
Conflictos y contextos
regionales en la industria
de los hidrocarburos
en Colombia
Conflictos y contextos regionales en la industria
de los hidrocarburos en Colombia
Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo PNUD
Fabrizio Hochschild
Representante Residente
Arnaud Peral
Director de País
Inka Mattila
Directora de País Adjunta
Lina Arbeláez Arbeláez
Coordinadora del Área de Reducción de la Pobreza y la Inequidad
Francisco Gutiérrez Sanín
Investigador principal - Director
Paola Andrea Perdomo V.
Investigadora de apoyo
Rock n’ Roll Agency
Diseño y Diagramación
ISBN: 978-958-8971-03-2
Fecha de publicación: Mayo 2016
Las opiniones y planteamientos expresados por los investigadores del
Laboratorio de Innovación Social de Cuadernos PNUD “Conflictos y
contextos regionales en la industria de los hidrocarburos en Colombia”,
son responsabilidad exclusiva de sus autores y no comprometen a ninguna
de las instituciones editoras.
Resumen Ejecutivo
7
Introducción
8
Supuestos
8
Proposiciones
9
Datos, métodos y exposición
11
I. Conflictos políticos y sociales alrededor de la implantación de las IHE
13
La literatura colombiana e internacional
13
La literatura latinoamericana
16
II. Los conflictos relacionados con la IHE y sus raíces sociales
17
De dónde salen los conflictos
17
Dinámicas de protesta
24
Estructuras de poder local y economía política del conflicto
31
Políticas y patrimonios
34
Síntesis
36
III. La línea base: violencia e industria
38
Comparación entre municipios
40
Efectos de la entrada
45
Síntesis
49
IV. Las protestas y sus motivos
50
Etapas en el trámite de los conflictos
50
Actores, demandas y métodos
52
Observación final
54
V. Análisis
55
VI. Conclusiones
58
Qué sabemos sobre los conflictos relacionados con el sector
59
Las líneas de base
59
Recomendaciones de política
60
Referencias
61
Cuadernos PNUD
6
Conflictos y contextos regionales en la industria de los hidrocarburos en Colombia
Resumen
Ejecutivo
El trabajo se desarrolló en el marco de los aportes de
diagnóstico sobre conflictividad social en la industria de
hidrocarburos realizados por el PNUD y su cooperación
dentro la Estrategia Territorial para la Gestión Equitativa y
Sostenible del Sector de Hidrocarburos. Partiendo de esos
insumos primarios sobre las dinámicas y tendencias de la
conflictividad social en el sector, el presente informe se
enfoca en las dinámicas de protesta social relacionadas con
la IHE, buscando esclarecer las motivaciones y desarrollos
que presentan estas a lo largo de las relaciones entre las
comunidades, la industria y las autoridades a nivel nacional
y local. Desarrolla adicionalmente un análisis que permita
reflexionar sobre el lugar que han ocupado las dinámicas de
violencia del país dentro de la conflictividad social propia
del sector.
Mostramos que es esencial comprender la multiplicidad
y variedad de factores desencadenantes del conflicto
e instancias de intermediación que intervienen en esta
conflictividad. De esta forma el insumo que representa
el presente informe apunta a señalar tales factores y su
importancia en la definición de política públicas para la
prevención y atención de estas situaciones en los territorios
con presencia de IHE.
7
Cuadernos PNUD
Introducción
El presente informe reflexiona sobre los contextos a partir de los cuales se debe
pensar el problema de la conflictividad social con respecto de la industria de
hidrocarburos (IHE) y, más en general, las industrias extractivas en Colombia.
Examina tanto los patrones de conflicto y de protesta que tienen lugar en
territorios con presencia de industrias de hidrocarburos, como las estructuras
políticas de poder local sobre las que se asientan las industrias en mención.
Supuestos
El trabajo se basa en tres supuestos simples pero muy importantes que el lector
debe tener siempre en mente mientras lee, y a los que se volverá una y otra vez
a lo largo del texto:
a. NO es correcto asociar todas las formas de contestación y/o de violencia
como si pertenecieran a una misma categoría. Voladuras de oleoductos y
bloqueos de carreteras, por ejemplo, pueden o no pertenecer a un mismo
factor generador, pero esto es una pregunta empírica, no un punto de
partida. Analíticamente, la protesta ciudadana y los actos de violencia
perpetrados por grupos armados ilegales constituyen eventos de naturaleza
diferente. Es necesario evaluar por separado la relación entre la entrada
de las industrias extractivas en un territorio y los diferentes fenómenos de
rechazo y/o enfrentamiento a ellas.
b. Es fundamental tener en cuenta las líneas de base, es decir, la situación de
los territorios en el momento de la entrada de la industria extractiva a ellos. Los
territorios mejoran o empeoran, según cualquier conjunto de criterios, no de
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Conflictos y contextos regionales en la industria de los hidrocarburos en Colombia
acuerdo a una situación abstracta o de un mundo ideal, sino con respecto de
un mundo muy concreto y específico en el que se encuentran cuando comienza
la operación de las industrias. La reacción de diversos actores frente a ellos
dependerá tanto de las necesidades creadas dentro de esa línea de base, y
de demandas posibles a partir de las ventanas de oportunidad y los recursos
–materiales y humanos– que los actores tienen a su disposición en la nueva
situación.
c. No se puede hacer una lectura selectiva de la entrada de las industrias extractivas
a los territorios. Ciertamente, los actores no la hacen (ver Anexo 1. – Entrevistas
a profundidad transcritas). Una de las características fundamentales de tales
industrias es su altísimo impacto, que es susceptible de transformar para mejor
o para peor la vida de los habitantes. Hacer una lectura selectiva –centrándose
solamente en los impactos positivos o en los negativos, o minimizando unos u
otros– impide reconocer y entender los patrones de contestación, así como las
aspiraciones legítimas de los habitantes de los territorios.
Proposiciones
La idea central que atraviesa este texto es la siguiente: aunque los niveles de
confrontación parecen relativamente altos, y en algunos casos crecientes,
hay amplio margen en términos de políticas públicas para gestionarlos y
transformarlos para mejor. Esa idea central está apuntalada sobre las siguientes
siete proposiciones:
a. Buena parte de la conflictividad social alrededor de la presencia de las IHE
está relacionada con los trámites de demandas sociales de bienes divisibles,
aquellos susceptibles de ser separados en partes sin que se deteriore
su esencia o valor, lo que es de relativamente fácil solución, al menos en
comparación con bienes no divisibles (como la identidad).
b. Hay serios problemas regulatorios que están en la raíz de los conflictos.
Dada la situación de los territorios en los que están instaladas las IHE, es
posible que todos los actores involucrados (o muchos de ellos) ganen con
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Cuadernos PNUD
la solución de tales problemas. Es decir, están dadas las condiciones para
desarrollar políticas regulatorias que podrían generar escenarios gana-gana.
c. La presencia de las IHE parece tener un impacto diferencial sobre las
variables de violencia. Eso sugeriría que la conflictividad social se está
desarrollando dentro de cauces no violentos, pero tampoco gestionados por
la institucionalidad.
d. Hay que evitar al máximo los sesgos de selección que se encuentran en las
argumentaciones habituales. Estas ignoran las líneas de base y las necesarias
comparaciones que deben ser establecidas.
e. Algunas de las soluciones provisionales que se han implementado para
apaciguar los conflictos relacionados con el sector podrían estar generando
nuevos conflictos y su propia economía política. Una vez más, hay un amplio
espacio para elevar la calidad de las soluciones a los conflictos.
f. Una literatura secundaria de alto interés sobre procesos sociales concretos
generados en el territorio por la entrada de las IHE (ver Referencias; se destaca
entre estos trabajos Toro Catalina et. al., 2012) muestran las complejidades
en que se mueven todos los actores relevantes en los territorios en los que se
presentan conflictos relacionados con las industrias IHE.
g. La literatura internacional acerca de la industria del petróleo y las industrias
extractivas nos alerta acerca de los peligros implicados en la actividad de las
IHE. En particular, muestran de manera inequívoca que las IHE son de alto
impacto e inevitablemente generan transformaciones en gran escala, con las
turbulencias sociales que necesariamente van aparejadas. A la vez, las críticas
a la literatura de la maldición de los recursos son bastante contundentes. Lo
que sugieren ellas es que el problema no reside en un tipo de producción
sino tanto en la magnitud de las transformaciones como en las capacidades
del estado para regularlas y orientarlas.
Por supuesto, nada de lo anterior debe verse bajo una perspectiva primitivamente
optimista. Los problemas que se encuentran en los territorios son duros y serios;
la implicación directa es que la idea de que las IHE pueden o deben instalarse
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Conflictos y contextos regionales en la industria de los hidrocarburos en Colombia
allí donde está el recurso tiene que ser reconsiderada. A la vez, una política antiinversión no es viable, y es susceptible de generar no sólo empobrecimiento sino
desplazamiento. Todas las soluciones verosímiles y constructivas caen dentro de
estos dos extremos. El foco de atención debería estar centrado en ver cómo se
producen y tramitan las demandas sociales generadas por el ingreso de las IHE
a los territorios, y cuáles son los ajustes institucionales necesarios para que ese
trámite sea mejor y pueda dar origen a una acción colectiva más regulada, menos
costosa y con mejores efectos para los actores involucrados.
Datos, métodos y
exposición
El presente trabajo se apoya en los siguientes datos:
a. Información de contexto proporcionada por el equipo del PNUD que
brinda asistencia técnica a la Estrategia Territorial de Hidrocarburos. Esta
documentación es extraordinariamente rica, y muestra toda la complejidad
de los conflictos territoriales involucrados en el análisis.
b. Sistematización de dicha información, tanto cualitativa como cuantitativa,
a través de una codificación y análisis de los patrones de conflicto encontrados
en algunos casos específicos.
c. Análisis estadísticos tanto de los impactos de la entrada de la industria de
los hidrocarburos como de la manera en que los municipios con presencia
de ella se comparan con otros similares bajo diferentes criterios1, con base
en datos propios y series de tiempo construidas para efectos de este trabajo.
d. Entrevistas a profundidad realizadas por Paola Perdomo Vaca con 29
actores en tres territorios, así como desde una perspectiva nacional, así
como su sistematización (para los detalles, ver Anexo 1 –Informe Entrevistas
a profundidad).
11
Cuadernos PNUD
e. Análisis de literatura secundaria acerca de las dinámicas sociales generadas
por el ingreso de la industria extractiva en los territorios (ver Referencias; por
su calidad e importancia vale la pena destacar Toro Catalina et. al, 2012)2.
f. Análisis de la literatura nacional e internacional acerca del posible impacto
de las industrias sobre la sociedad, el sistema político y el estado.
La exposición procede de la siguiente manera. La primera parte hace un
recuento de la literatura nacional e internacional sobre las industrias extractivas
y sus relaciones con diferentes modalidades de conflicto, incluido el armado.
La segunda parte se concentra en las estructuras que dan origen a las protestas
relacionadas con las IHE, y en las dinámicas subyacentes a ellas. La tercera parte
se concentra en la relación entre la industria y las dinámicas violentas que se
han vivido en el país. Los ejercicios cuantitativos que se desarrollan allí sirven
no solamente para entender la necesidad de tener en cuenta las líneas de base
y de comparación en el análisis, sino para calibrar los impactos diferenciales que
tiene la entrada de la industria en el territorio. En la cuarta parte, y tomando en
consideración tanto las entrevistas a profundidad como el análisis de registros
de protestas realizadas durante el curso de esta investigación, se evalúan
el repertorio de protesta relacionado con las IHE así como sus demandas
fundamentales. La quinta parte pone en conjunto todas estas evidencias y
analiza cuáles son los problemas más complejos que se generan en el contexto
analizado. En las conclusiones, se recapitula y se proponen algunas perspectivas
básicas de política.
1
Gracias a Margarita Marín por su apoyo en estos análisis.
No toda la literatura analizada se encuentra referenciada en el texto; sin embargo, ayudó a entender las
dinámicas generales de los conflictos analizados. Ver Bibliografía al final de este informe.
2
12
Conflictos y contextos regionales en la industria de los hidrocarburos en Colombia
I.Conflictos
políticos
y sociales
alrededor de la
implantación
de las IHE
La literatura colombiana e
internacional
Ya hay numerosos estudios de calidad sobre las industrias
extractivas en Colombia, así como una amplísima e
importante literatura comparada. Entre las principales
críticas que se le hacen a las industrias de hidrocarburos y
que a la vez son significativas desde el punto de vista de los
conflictos territoriales que constituyen el foco de atención
de este texto, se encuentran las siguientes:
a. Hay una tensión formal entre dos principios
constitucionales fundamentales: el carácter unitario
del estado y la autonomía de las unidades territoriales
subnacionales. Esta tensión se manifiesta de manera
particularmente aguda en el mundo de las industrias
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Cuadernos PNUD
extractivas debido a los límites a instrumentos como la consulta previa y
a otras limitaciones establecidas formalmente, por ejemplo en el Código
Minero.
b. Las IHE son actividades económicas de alto impacto. En particular, se
caracterizan por su impacto ambiental devastador. Por otra parte, transforman
al territorio desde el punto de vista económico, político y demográfico3.
Debido a que sectores de la población también reciben beneficios por razón
de la inversión y de los posibles encadenamientos productivos, el resultado
es que el ingreso de las IHE al territorio divide a la población entre ganadores
y perdedores.
c. La inversión asociada al sector tiene dos efectos socio-económicos
precisos: c1) genera rentas gigantescas y c2) con pocas excepciones, genera
un número reducido de empleos de alta calidad4.En la competencia por
dichos empleos participan no solamente los habitantes del municipio o la
región sino migrantes y personal con la experiencia y capacidades, pero que
originalmente habitaba en otras regiones. La competencia por recursos y
empleos puede volverse muy dura.
d. Existen serios problemas de capacidad o voluntad regulatoria por parte
del estado colombiano sobre las IHE. Las críticas se orientan básicamente en
tres direcciones (ver por ejemplo Toro et. al. (eds.), 2012). Primero, aquellas
relacionadas con el pago de rentas y regalías, y por tanto con fenómenos
como evasión y elusión5. Segundo, aquellas orientadas a los impactos
ambientales6. Tercero, captura del frágil poder político local por parte de las
Por ejemplo, casi siempre generan oleadas migratorias.
3
Ver por ejemplo: “El sector de hidrocarburos es intensivo en capital y, por las características de la actividad
productiva, es difícil sustituir este capital por trabajo. Los procesos de perforación, extracción y refinación requieren
de maquinaria de gran envergadura y costo, mientras que necesitan una inversión relativamente pequeña en fuerza
laboral. Por ende, la actividad petrolera no es una fuente importante de empleo en la economía nacional, sobre
todo, dada su alta participación en la formación bruta de capital y en el PIB.” (UPME, 2015:10). También Autores
varios, 2014. El sector petrolero genera el 1% del empleo total nacional. En contraste, contribuye con al menos 8%
del Pib (op. cit:10). Así mismo, se trata de un hecho bien establecido en la literatura internacional. Ver por ejemplo
OIT, 2012
4
Ver por ejemplo http://www.razonpublica.com/index.php/econom%C3%ADa-y-sociedad/8871-de-c%C3%B3molas-empresas-mineras-se-llevan-todo-y-no-nos-dejan-nada.html
http://justiciatributaria.co/
5
Con estudios ambientales contratados por las empresas, etc.
6
14
Conflictos y contextos regionales en la industria de los hidrocarburos en Colombia
empresas para poder escapar a los marcos regulatorios (ver también Garay
et. al., 2013: 21)
e. Al instalarse las empresas del sector en territorios con una larga tradición
de conflicto armado, necesariamente se articularon a él de diversas maneras
(Pearce, 2004), desde la transferencia de rentas en relaciones extorsivas
hasta otras aún peores, como provisión privada de seguridad y despojo de
tierras, sobre las cuales hay numerosos debates en curso.
f. Naturalmente, todo esto está sujeto a distintas formas de variación. Por
una parte, hay diferentes clases de industrias extractivas (Lleonart, 2000).
Por la otra, hay desempeños y comportamientos diferenciales por parte de
las empresas (Velasco, 2013).
g. Hay también un debate alrededor de las implicaciones de la adopción del
modelo de desarrollo minero-energético. La literatura relevante se bifurca
aquí en dos grandes direcciones. Por una parte, aquella que se concentra
sobre los efectos negativos –pereza productiva y fiscal por la confluencia
de los agentes sobre prácticas rentísticas, enfermedad holandesa, etc. —de
dicho modelo en el largo plazo (ver por ejemplo Mitchell, 2011). Por otra,
la posible vinculación del modelo con la probabilidad de caer, o recaer, en
conflictos armados. Después de los cultivos ilícitos, el petróleo parece ser el
producto de exportación más asociado tanto a quiebras democráticas como
a conflictos armados en el mundo (Ross, 2012; ver también Kaldor, 2007).
Esta literatura de maldición de los recursos tiene numerosos límites (ver las
excelentes críticas de Di Jhon, 2008 y 2010; también el estupendo texto
de Ross, 2004, que muestra de manera contundente que el problema de
los recursos no es una “maldición”, sino que puede producir muy diferentes
desenlaces de acuerdo al producto, al contexto institucional, etc.), pero en
todo caso es necesario tenerla en perspectiva.
No se pueden omitir así mismo las observaciones relacionadas con impactos
ecológicos y calentamiento global, y con la crisis de coyuntura que atraviesa la
industria por la caída de los precios del petróleo.
15
Cuadernos PNUD
La literatura latinoamericana
Otros países latinoamericanos que han visto un auge del sector se han enfrentado
a conflictos sociales acerbos y de difícil solución, así como a soluciones
institucionales cuyos efectos a largo plazo podrían ser extremadamente negativas
(para el caso peruano ver Durand, 2005; Echave, 2014; Pajuelo, 2015). Allí se han
desarrollado tensiones análogas a las nuestras. Los estados centrales, buscando
maximizar inversión extranjera y crecimiento, promueven incesantemente el
desarrollo del sector. En ocasiones, en efecto, la implantación de las empresas
viene acompañada de un boom económico, pero que tiene efectos laterales de
gran magnitud y divide a las comunidades.
No se podría esperar en Colombia, por tanto, una implantación de las empresas
en el territorio que no fuera traumática. Máxime en un país con un conflicto
armado en curso. ¿Cómo podemos evaluar qué tan traumática ha sido? Se
ofrecen criterios para contestar de manera cuidadosa y reflexiva a esta pregunta
en la siguiente sección.
16
Conflictos y contextos regionales en la industria de los hidrocarburos en Colombia
II.Los conflictos
relacionados
con la IHE y sus
raíces sociales
De dónde salen los
conflictos
Los conflictos asociados a las IHE pueden tener en esencia
seis fuentes diferentes. Es MUY importante diferenciar
su origen y las razones por las que se producen, y no
meter todas estas conflictividades en un mismo saco;
de lo contrario, será imposible generar políticas públicas
adecuadas que den cuenta de las diferentes dinámicas que
se están produciendo en el territorio. Esta perspectiva de
diferenciación aparece de manera natural en la forma en
que los entrevistados perciben los conflictos relacionados
con la industria. Según un funcionario nacional, la estrategia
del estado busca el mejoramiento de las relaciones de las
empresas de hidrocarburos con las comunidades para que
la industria sea viable, pues “no se trataba del conflicto
armado donde no permitimos, donde volamos oleoductos,
donde de manera armada no hay operación. Ahí yo no me
meto porque esas son otras instancias del estado… Pero
si en el tema de ayudar a comprender a la comunidad que
tienen que capacitarse y vincularse con la empresa, que si
hay oportunidades de trabajo con el sector de IHE, pero son
17
Cuadernos PNUD
muy limitados, comparativamente…” (Entrevista 1). Esta interpretación, además
de hacer alusión a las distintas maneras en que se desarrolla la conflictividad
relacionada con el sector de IHE, sugiere una diferenciación según la fuente a
partir de la cual se producen los conflictos. Veamos pues en qué consisten tales
fuentes.
La primera está constituida por la naturaleza de “alto impacto” de las IHE. Las IHE
traen grandes rentas e inversiones. Transforman al territorio en su paisaje y en su
configuración socioeconómica y demográfica. Tienen consecuencias ambientales
de largo alcance, así como numerosas externalidades negativas. Todo esto crea
tanto oposición como ventanas de oportunidad para la protesta, reconfiguración
de coaliciones y aspiraciones, etc. También genera su propia economía política, y
da inicio a dinámicas de capturas de rentas que influyen sobre una amplia gama de
actores tanto legales como ilegales.
Por ejemplo un entrevistado describe la dinámica así: “Nosotros tenemos que
evaluar los cambios demográficos, la población está duplicada. La conflictividad
del sector petrolero, por lo general, se enfoca en los impactos sobre la población de
zonas de influencia, esa es una conflictividad coyuntural o especifica. Sin embargo,
tenemos que ir más allá en el análisis, los problemas que genera a las finanzas
públicas, ¿cuánto cuestan impactos más estructurales? Aunque esos problemas
ya existían en el departamento, definitivamente empeoraron con la llegada de
las empresas por el impacto demográfico que generan.” (Entrevista 9). Y en otro
aparte se afirma que “la cultura propia se ha perdido debido a los cambios, son
cambios que se han generado en diez años, eso es una evolución muy pronta.
Y no significa que no deba haber cambios pero la IHE los aceleró. Cuando no se
llega equitativamente al cubrimiento de las necesidades públicas, se incrementa
la desigualdad y las problemáticas sociales. Ahora, el incremento de ingresos
al municipio por los recursos de las petroleras ha dado cabida a las economías
ilegales, porque hay unos recursos que van a bienes y servicios, también los sueldos
y salarios de las personas que trabajan en la industria. Entonces, con ello se han
fortalecido y concentrado las actividades de algunos actores, porque se nutren
de esos recursos. La guerrilla siempre ha existido pero se han nutrido de esos
dineros, a través de extorsiones o contrataciones a través de terceros. Paramilitares
también” (Entrevista 9).
La segunda fuente se relaciona con el problema del empleo. Las IHE son generadoras
de pocos empleos, pero de alta calidad. Los trabajadores de la industria gozan de
18
Conflictos y contextos regionales en la industria de los hidrocarburos en Colombia
empleo formal muy bien pago y con excelentes prestaciones en relación con los
estándares tanto del país como de la región; pero son relativamente pocos. Más
aún, acceder a ellos tiene barreras a la entrada reales (conocimientos técnicos,
experiencia, etc.). Este cuello de botella necesariamente da lugar a tensiones
distributivas. ¿Quiénes van a obtener qué, durante cuánto tiempo, a cambio de
qué? Esta clase de demandas y preguntas se tramitan a través del sistema político
y de estructuras de poder pre-existentes en el territorio.
La tercera fuente tiene que ver con la magnitud y distribución de rentas. ¿Cuánto
pagarán las industrias a los diferentes niveles territoriales del estado por su
presencia y el uso del subsuelo? ¿Cómo se distribuirán esos bienes entre diferentes
sectores de la población?
Las fuentes dos y tres suelen aparecer juntas en los conflictos que se revisaron
para este trabajo: “Obviamente, llegué con un panorama de que la aceptación
de la gente hacia la industria petrolera era negativa, pues porque la gente se ve
limitada en el acceso a la oferta laboral de las empresas de hidrocarburos. La
gente se ve limitada en los beneficios de las inversiones sociales que hacen las
empresas a las comunidades. Se ven limitadas en decisiones de participación, en
el tener vocería de decir si un proyecto se hace o no se hace” (Entrevista 1). Otro
entrevistado las analiza de la siguiente manera: “Tema trabajo: es que la licencia es
obreros de patio, entonces metamos obreros de patio. Pero dice que también se
necesita personal calificado, pero ese no se mete porque ese es para los amigos,
los vecinos, para el hijo del político, para el hijo del alcalde, del gobernador, no para
la comunidad, y la comunidad reclama que sea para ellos. La industria petrolera es
de alto impacto y esos planes de beneficios vienen enfocados es que sabiendo que
va a haber ese impacto se puedan subsanar muchas cosas, pero al no hacerlo de
buena manera lo que está haciendo es que las comunidades sufran el impacto y no
puedan encontrar las maneras para contrarrestarlo” (Entrevista 11).
La cuarta fuente tiene que ver con las capacidades regulatorias del estado. A la
endémica debilidad del estado colombiano (tal y como se encuentra identificada
ya en una masa enorme de literatura; para títulos recientes García, 2008;
Gutiérrez, 2014), se suma el hecho de que las IHE se instalan en territorios que
en su mayoría son institucional y demográficamente periféricos. Los territorios
en los que han entrado las industrias se caracterizan por una gran precariedad
económica e institucional (ver por ejemplo Figuras 1, 2, y 3). De hecho, con
19
Cuadernos PNUD
muy pocas excepciones esa precariedad se ha mantenido después del ingreso
de las industrias. Diversos sectores de la población, por tanto, tienen razones
para protestar; más aún cuando se presenta un agudo contraste entre un flujo
enorme de rentas y mala o ausente prestación de servicios básicos por parte del
estado. “Indiscutiblemente y desafortunadamente, donde mayor riqueza, ahí
mayor pobreza encontramos. Usualmente, donde se hace inversión petrolera son
lugares no tan poblados, no tan desarrollados. […] Nos encontramos con unas
poblaciones totalmente abandonadas. Entonces, de por si ahí hay un conflicto, el
de la brecha social” (Entrevista 1).
Figura 1.
Producción municipal de petróleo en Colombia, en barriles por día calendario.
Fuente: Elaboración propia, con base en los datos de la Dirección de Hidrocarburos,
del Ministerio de Minas y Energía.
20
Figura 2.
Conflictos y contextos regionales en la industria de los hidrocarburos en Colombia
Figura 2.
Transferencias del Sistema General de Participaciones, en millones de pesos.
Fuente: Elaboración propia con base en los datos de finanzas públicas del
Departamento Nacional de Planeación.
21
Cuadernos PNUD
Figura 3.
Producción municipal de gas en Colombia, en millones de pies cúbicos por día calendario.
Fuente: Elaboración propia, con base en los datos de la Dirección de Hidrocarburos,
del Ministerio de Minas y Energía.
22
Conflictos y contextos regionales en la industria de los hidrocarburos en Colombia
Las debilidades regulatorias del estado aparecen en esencia de cinco manera
diferentes:
a. A través de la captura de agencias nacionales por parte del sector privado.
b. A través de la captura de autoridades locales por parte de una miríada
de actores, que incluyen al sector privado pero que van mucho más allá
(economías ilegales, redes políticas, guerrillas, paramilitares, diversos grupos
de interés).
c. A través de la incapacidad de regular las licencias ambientales, lo que
tiene el potencial de aumentar las externalidades negativas generadas por la
presencia de la industria en la región.
d. A través de problemas de acción colectiva entre diferentes agencias del
estado.
e. A través de la incapacidad de asignar y especificar adecuadamente los
derechos de propiedad sobre la tierra.
Este último problema es bastante crítico, dadas las especificidades del Código
Minero7, de las externalidades ambientales asociadas a la industria, y de las
características de la propiedad sobre la tierra en Colombia –que tiene un alto
componente de informalidad–. Dice un alcalde:
“Realmente no se ha hecho nada [con respecto de la tierra]. Yo no sé qué ha
pasado, si la gobernación pudo transferir la plata al INCODER. En el caso de
municipio yo pasé el acuerdo del municipio, no me fueron aprobadas, por tanto
no se pudo hacer convenio con el INCODER. El problema persiste, hay más de
1000 solicitudes que tiene el INCODER. Tenemos más de 150 escrituras posibles,
pero el concejo no aprobó ese dinero y no se ha hecho nada.”[…] “Todo el
mundo está preocupado porque las operadoras entran y salen, porque ellos
saben que eso no tiene titulación, por el tema de la campaña política, de la paz.
Unos dicen que se le van a dar a la guerrilla, los otros que no. Yo creo que para
evitar conflictos futuros se debe empezar a titular en lo posible.” (Entrevista 7).
Está restringido a las industrias extractivas, no a las subnacionales.
7
23
Cuadernos PNUD
La quinta fuente se relaciona con la distribución de derechos, bienes y
atribuciones territoriales. ¿Quiénes toman las decisiones relevantes? Si, como se
reportó arriba, nos encontramos con numerosos problemas de acción colectiva
y de coordinación entre agencias estatales, en términos de niveles territoriales
lo que se percibe es una verdadera fractura. Ni alcaldes ni gobernadores pueden
ignorar las demandas que se generan en su territorio, y por consiguiente perciben
que se encuentran atrapadas entre dos fuegos. Reclaman el hecho de que las
empresas tienden a resolver los problemas por su cuenta, sin contar con las
autoridades locales. Y al estado central también le critican la tendencia de llegar
a soluciones fáciles y rápidas, que después serán incumplidas sistemáticamente
(volveremos a esto).
La sexta fuente se relaciona con la articulación de las industrias a los actores del
conflicto armado. Esto ha sido particularmente deletéreo, y una de las grandes
promesas del proceso de paz en curso es revertir y en esencia clausurar tales
dinámicas. Al instalarse la industria en territorios donde el estado es precario y
se caracteriza por su “presencia indirecta” (Mann, 2006), puede articularse en
esencia a dos clases de relación con los actores armados. Por un lado, actuar
de acuerdo a presiones por demandas de tipo programático acompañadas de
extorsión, lo que conduce a pago de cuotas a diferentes actores y a ataques
cuando ellas no se cumplen. Por el otro, acudir a la provisión privada de
seguridad, financiando a actores que pueden emprender brutales ataques contra
la población civil. Pearce (2004) ha descrito cómo funcionan estos mecanismos
con relación a las industrias extractivas en el sur del país, y ha planteado algunas
de las posibles salidas a él.
Dinámicas de protesta
Es sobre este contexto que se produce la conflictividad relacionada con la
industria. Ella es de difícil cuantificación, por cuanto los datos con los que
contamos son muestras de conveniencia8 que además no diferencian claramente
los tipos de conflicto, etc. La mirada más general sobre las bases de datos que sí
se pueden cuantificar se presenta en la próxima sección.
Se conocen como muestras de conveniencia aquellas muestras tomadas de manera no aleatoria sobre un universo.
8
24
Conflictos y contextos regionales en la industria de los hidrocarburos en Colombia
Pese a las dificultades de cuantificación, es probable que las acciones directas
de protesta sí hayan aumentado hasta 2013/2014, disminuyendo un poco
desde entonces. Basándose en las cifras con las que cuenta su agencia, dice
un funcionario de la Agencia Nacional de Hidrocarburos: “Esto es: de 2010 a
2014, son protestas no actos terroristas. 2010, 91 bloqueos en todo el país; 2011,
171; 2012, 308; 2013 fue el año de mayor conflictividad, 455 bloqueos. Casi un
bloqueo por día9. Al 31 de agosto de este año tenemos 284 bloqueos. Según cómo
ha ido mejorando la situación, esperamos para finalizar este año con no más de
320 bloqueos. Previendo que hay nuevos gobernantes, que hay como ese lapso
que tienen las comunidades de ver qué le van a ofrecer los nuevos y despedirse
de los vigentes. […] Esperamos que la tendencia siga bajando” (Entrevista 2).
Que un funcionario evalúe la evolución de la protesta a partir de conteos de
bloqueos no es casual. En efecto, nos encontramos en el sector con un repertorio
de protesta caracterizado por frecuencias relativamente altas de “acciones de
hecho” (básicamente, el bloqueo en sus diferentes modalidades). Estas, las
acciones directas, parecerían tener un papel central en el repertorio de protesta
contra las IHE. Sin embargo, dentro de esta perspectiva general, hay una fuerte
variación regional. También observamos una miríada de coaliciones y redes
sociales articuladas a las protestas, al tenor de la categorización de las diferentes
fuentes de conflicto que se hizo en la anterior sección. “El Casanare es el de más
conflictividad. Curiosamente son los departamentos más petroleros. En primer
lugar, el Casanare. El segundo lugar, Meta. El tercero, es Santander. Y luego
tenemos realmente pocas manifestaciones. Mira Putumayo, que se supone que
es uno de los departamentos con mayor conflictividad por la presencia armada,
el narcotráfico, cultivos de coca… pero en realidad es menor que Casanare. En
Casanare la situación es más por el tema de las JAC, que nosotros llamamos “la
dictadura comunal”. Es culpa de nosotros, ya sabemos, por cumplir con todas
las exigencias y por la falta de presencia institucional. Nosotros, prácticamente,
fuimos cumpliendo requerimiento de las juntas y hoy no hay quien las baje de ese
poder” (Entrevista 2). Hay que decir igualmente que, al analizar los registros de las
protestas, nos encontramos con mucha mayor variedad de la que recuerdan los
entrevistados. Las modalidades de reclamación van desde el pliego de peticiones
y el cabildo abierto hasta las movilizaciones con bloqueo que son más fácilmente
recordados por los actores (ver sección 4.2). Naturalmente, es posible que el
En realidad más.
9
25
Cuadernos PNUD
recurso a las vías de hecho sea lo que preste su eficacia a las otras modalidades
de protesta. Como fuere, hay que tener en cuenta que la centralidad del bloqueo
como forma de protesta está balanceada por una gran variación regional en los
repertorios usados por las organizaciones sociales, así como por la multiplicidad
de coaliciones que dan origen a las protestas.
Esto también ocurre con la contraparte. Dicho de otra manera, si hay redes y
coaliciones diferenciadas detrás de cada protesta concreta, algo similar sucede
con quienes negocian en nombre de las empresas y/o el estado. Es decir, el
patrón de protesta se relaciona con una multiplicidad de actores y de instancias
de intermediación.
Examinemos ahora por separado cada una de las características del patrón de
protesta que observamos.
a. Las “acciones de hecho”
Las acciones de hecho consisten en bloqueos de vías públicas, o de vías por
las cuales transita la maquinaria y el personal de las empresas. “Nosotros no
las llamamos manifestaciones [sino] acciones de hecho […] que pueden ser
bloqueos, por ejemplo al transporte, no te dejan entrar la maquinaria, o bloqueos
al personal… no te dejan entrar personal, eso es una acción de hecho. O la
protesta como tal que implica ya; por ejemplo en el centro que era lo otro que
te iba a decir, la gente sale a las vías se hace la manifestación pero cierra la gente
siempre cierra, siempre cierra evitando que la gente transite porque digamos que
es una forma en la que ellos hacen que la demás comunidad se entera cuál es
su molestia. Entonces eso es lo que nosotros denominamos acciones de hecho”
(Entrevista 21).
En cada uno de los departamentos visitados y para cada uno de los actores
entrevistados se reconoce la alta frecuencia de las vías de hecho como una
de las estrategias fundamentales a las que recurren las comunidades. Los
líderes sociales tienden a ver en los bloqueos la única manera de tener acceso
a mecanismos institucionales, y a responder frente a los incumplimientos
reiterados tanto de las agencias nacionales como de las empresas. Los actores
empresariales y las agencias del gobierno nacional, por su parte, aseguran que las
vías de hecho han sido siempre la estrategia de las comunidades. Aseguran que
los bloqueos ejercen una presión muy fuerte sobre las empresas, llevándolas a
26
Conflictos y contextos regionales en la industria de los hidrocarburos en Colombia
escenarios de negociación que resultan favorables para la comunidad. Situación
que ha conducido, según los entrevistados, a la instrumentalización excesiva y
desbordada de las vías de hecho como formas de resolver intereses privados,
incluso intereses de actores y economías ilegales.
Por último, las autoridades locales tienen una lectura que cae entre las dos
posiciones ya mencionadas. Reconocen la legitimidad de algunas vías de hecho
y las motivaciones que las impulsan, teniendo en cuenta los incumplimientos de
las empresas y el estado; sin embargo, reconocen algunas malas prácticas en el
ejercicio de esta modalidad de protesta que podrían agotarla o desvirtuarla.
b. Multiplicidad de actores e instancias de intermediación
Respecto a los actores involucrados en la protesta, los entrevistados señalan
que, por lo general, durante el desarrollo de vías de hecho siempre se busca la
intermediación de autoridades como la alcaldía, personería y otras autoridades
locales. De no ser recibida la atención necesaria, las empresas acuden a las
autoridades nacionales, buscando agotar los recursos antes de acudir a la fuerza
pública. Desde la ANH, el Ministerio del Interior y el de Minas aseguran que este
último escenario descrito responde a un aprendizaje que las empresas del sector
han realizado con el tiempo, ya que la respuesta a las protestas anteriormente
(dos o tres años atrás) solían realizarse por medio de dos canales: en primer lugar,
la negociación directa de las empresas con los participantes de las vías de hecho y
la atención (financiera) a sus reclamaciones, lo cual escaló las conflictividades; o
en segundo lugar, el uso de la fuerza pública. Sobre este último, los entrevistados
aseguran que la presencia del ESMAD por lo general ocasiona que la protesta
desemboque en hechos violentos.
Desde el lado de las organizaciones sociales, la USO juega un rol fundamental en
los escenarios de protesta de las comunidades, sobretodo en Barrancabermeja.
Los entrevistados se dividen en dos categorías de acuerdo a su interpretación del
papel de la USO. Un grupo (constituido por algunos sectores de las autoridades
locales, nacionales y empresas de la IHE) le da calificación negativa. Encuentra
éste la presencia la USO inconveniente, al afirmar que dicha organización
ha potenciado en varias ocasiones el conflicto al preparar e incentivar a las
comunidades en su patrón específico de protesta. La lectura positiva del papel
de la USO la realizan algunos sectores de las comunidades, líderes comunitarios y
sectores de las autoridades locales, quienes coinciden en la labor de capacitación
27
Cuadernos PNUD
y, especialmente, apoyo jurídico que la USO brinda a las comunidades. Además
de ello, señalan que son actores con gran experiencia que desempeñan un
importante rol de intermediación. Nótese que la participación de la USO
transcurre a través de canales institucionales, lo cual debería tener efectos
positivos en el mediano y largo plazo.
c. Múltiples instancias de intermediación y problemas de acción colectiva
Todos los actores relacionados de una manera u otra con los conflictos de los que
trata este trabajo tienen la percepción de que sus actores enfrentan problemas
de acción colectiva de difícil resolución. Véase por ejemplo: “Ahora territorios
como Canta Gallos que son ingobernables, que hacen bloqueo, y uno tiene
que ceder porque llegan hasta donde la misma alcaldesa y le levantan a piedra
la casa, no hay institucionalidad y Ecopetrol ya dejó de ser papá Ecopetrol en
esas zonas y empezó a dárselo a otras instituciones. Y hay esta otra parte, que
es qué fuerza o qué peso tiene la alcaldía local para atender ese tipo de cosas,
o hasta qué momento se va a comprometer. Ahorita por ejemplo mi mayor
preocupación es saber nosotros cómo hacemos para articular, en un eventual
postacuerdo cómo hacemos para articular que los planes de desarrollo tengan,
o me generen mecanismo que me permitan capacidad de maniobra cuando yo
ya sepa cuáles son los compromisos míos como municipio en el postacuerdo, y
yo como industria cómo voy a poder apalancar eso con recursos, o qué tengo
que hacer, porque plata no hay… Ecopetrol decía, me tocó sacar gente, ando sin
plata, inversión social el otro año es cero y un territorio que está acostumbrado a
haga, acompáñeme, deme...” (Entrevista 22). Esta declaración es característica
y tiene motivos que atraviesan toda la panoplia de conflictos evaluados aquí:
la vulnerabilidad de las instancias municipales, la tendencia de las empresas a
oscilar entre la intransigencia y las soluciones rápidas para evitar pérdidas, la
precariedad de los instrumentos regulatorios de las instancias nacionales del
estado. Esto dialoga bien con lo encontrado en una investigación reciente sobre
la polarización de la IHE y las comunidades, en el marco del conflicto armado y la
cultura de la ilegalidad (ver Chavarro y Rampf, 2014).
¿A partir de cuáles elementos se puede hacer una conceptualización
preliminar de estos problemas de acción colectiva? Cuando se genera una
protesta en el territorio, las organizaciones tienen frente a sí formalmente a tres
categorías de interlocutores: agencias nacionales, autoridades locales y empresas.
Por otra parte, dentro de cada una de estas categorías hay diferentes figuras. Por
28
Conflictos y contextos regionales en la industria de los hidrocarburos en Colombia
ejemplo, las autoridades locales incluyen a los niveles municipal, departamental
y supra-departamental (Corporaciones Regionales, cuyo papel en la regulación
de asuntos ambientales no es despreciable). Los problemas de acción colectiva
aparecen por diferencias de percepción, de intereses, y de papeles asignados a
cada instancia y actor en el diseño institucional relevante.
Comencemos con las diferencias de percepciones. Los funcionarios del estado
central o de las operadoras creen tener una actitud negociadora amplia y
generosa. No así las autoridades locales ni mucho menos –por supuesto– los
líderes de las organizaciones sociales con quienes dichas autoridades interactúan
a diario. Dice un alcalde: “En primer lugar quiero comentarle que ha habido
mucho problema por la forma en la que asumen las operadoras y sus sociales
los ejercicios con ellos [las comunidades y sus líderes]. Normalmente llegan
intentando intimidar a las comunidades, tratando de imponerse con cosas y con
amenazas, pero realmente mi intervención directa ha sido buscar el dialogo y
tratar de evitar lo paros a toda costa, y que se les pague lo que la comunidad
dice. Mínimamente, lo que yo les exijo es lo que dice la resolución de asignación
del bloque y de sus trabajo, es lo que yo pido que ellos cumplan” (Entrevista 7).
También: “En primer lugar, a todas las operadoras se les pide que lleguen y hagan
una socialización en zona urbana y rural. En mucho de los casos se les advierte
tempranamente los paros, con un mes o quince días de anticipación. Pero a
ellos parece que les gusta la lucha y los paros, porque ellos inmediatamente
empiezan a amenazar al alcalde a pasar cartas, pidiéndole al alcalde que tiene
que actuar inmediatamente, que tiene que desalojar a la comunidad… Lo que yo
busco inmediatamente es convocar a las operadoras y a las comunidades para
sentarlos en una reunión...Lo que dice la operadora es que no habla con la gente
en paro y se empieza en tire y afloje. Y al final ellos van solos a reunirse, así como
clandestinamente con líderes para tratar de negociar por debajo de cuerda. Y
siempre resultan negociando” (Entrevista 7).
Ilustremos ahora el papel de los intereses y del lugar de cada actor/instancia
en el diseño institucional: “Con la tipificación de delito y la obstrucción de vías
públicas, que es cierto… como lo que usted dice, ellos bloquean otras vías u
otros espacios que no tiene que ver con esos ámbitos donde llega a ser un delito
esa obstrucción...entonces cuando uno llama al secretario de gobierno de un
municipio, quien es por competencia quien debe atender el temas por desorden
29
Cuadernos PNUD
público… lo primero que dice es cómo, hay una gente pero no están bloqueando
una vía, están bloqueando es una empresa. Dime si un secretario de gobierno
va a correr con toda su investidura a decirle a las personas que se quiten de ahí,
sabiendo que él tiene un tinte y un color político.” (Entrevista 21). Dicho de otra
manera, en la medida en que la protesta tenga un recibo favorable en sectores
amplios de la sociedad municipal o regional, las autoridades subnacionales van
a tener incentivos para darles un tratamiento más cuidadoso que el que dan
las nacionales, pese a las presiones por parte de las empresas para terminar
la protesta de manera expedita. Algo perfectamente análogo se observa con
respecto del papel de los concejales: “Entonces, el papel de un concejal es un
poquito complicado, está en el filo, no me voy en contra de la comunidad y
también trato de llegar a acuerdos con la empresa”. (Entrevista 10, concejal).
Aunque los líderes sociales tienen la percepción de un alineamiento de intereses
estable y claro entre las empresas y el estado, estos dos actores también enfrentan
problemas de acción colectiva por sus intereses diferenciales10:
“Tú sabes que todos los actores sociales tienen su posición, sus intereses, su
capacidad de agencia y su agenda, entonces la demanda era la defensa de mano
de obra local y que no había gente y cuando nos sentamos a revisar era 96%
de gente del centro 86 más o menos, igual cuando se solucionó pues muchas
veces la empresa operadora, por perdidas decide ceder, hagan lo que quieran
y lo hacen… y eso nos ha pasado muchísimo como estado, nosotros llegamos,
hacemos el relacionamiento con los líderes y la operadora termina cediendo,
porque yo intento regular un territorio y ellos tienen que solucionar su problema
económico, un día de pérdidas. Es terrible” (Entrevista 22).
10
30
Aunque de acuerdo a las entrevistas realizadas sus percepciones se acercaban en varios puntos importantes.
Conflictos y contextos regionales en la industria de los hidrocarburos en Colombia
Estructuras de poder local y
economía política del conflicto
Según los entrevistados, parte de las especificidades del patrón observado se
deben a una economía política del conflicto. Esta está relacionada con al menos
los siguientes elementos: a) la vinculación entre demandas sociales y dinámicas
de captura de rentas por parte de redes y estructuras de poder pre-existentes en
el territorio; b) capturas regulatorias y asimetrías de información; c) participación
de actores armados. Consideremos cada uno de ellos por separado.
a. Demandas y rentas
El ejemplo canónico, aunque no el único, de esto, es la decisión de negociar
con las comunidades el acceso a la oferta laboral –escasa, como vimos en la
sección 2.1– a través de las Juntas de Acción Comunal. “Hay comunidades que se
han fortalecido en este tema, por ejemplo, hay asociaciones de JAC que crearon
su propia bolsa de empleo...son bolsas privadas, obviamente, que no están
reconocidas por el sistemas público de empleo” (Entrevista 1.). Es claro que la
demanda de que se contrate empleo local es completamente legítima, pero el
trámite a través de las juntas ha generado toda una serie de problemas, también
para las juntas mismas. De acuerdo a un entrevistado, “mandan oficios a todas las
empresas y al estado diciéndole: “por culpa de la empresa no tenemos vía…” son
amenazas de que si no se mejora la situación van al bloqueo. Hay comunidades
que se han fortalecido en este tema, por ejemplo, hay asociaciones de JAC que
crearon su propia bolsa de empleo. Esta bolsa de empleo son bolsas privadas,
obviamente, que no están reconocidas por el sistemas público de empleo. ¿Qué
hacen? Manipulan. Ya no salen al bloqueo, pero sí tienen personal trabajando
en las empresas.” Con estas bolsas de empleo ilegales aseguran el trabajo a
nivel local y bloquean la espiral de búsqueda hacia otros municipios. (Entrevista
1). Nótese que aquí se establece una relación explícita entre la modalidad de
protesta y las dinámicas de captura de rentas. Algo similar se observa en la
siguiente declaración:
“En San Martín pasó eso con el tema de los transportadores, se les dijo no!, se
mantuvo la posición no!, eso no se negocia, es que hay cosas que no se negocian,
sobretodo esas cosas que a futuro nos van a generar más conflicto; Ecopetrol
31
Cuadernos PNUD
dijo bueno no hay problema, yo les recibo la exigencia de contratar carrotanques
locales y que bajaran los requisitos un poco… ahora, es como cuando tu crías
un hijo drogadicto, ahora que no le dio plata para su vicio pues le pega, lo que
paso ahorita en San Martín, tienen que sacar su producción, apenas hay 26
carrotanques disponibles, necesitan 10 más y les hacen un bloqueo porque
tiene que ser esos carrotanques, no pueden ser los 10 más, y ellos no entienden
que es un beneficio público, ellos no entienden que termina perdiendo plata el
municipio, y no les interesa el tema de regalías, porque eso ya no lo veo yo, y al
líder, pues si no me va a generar recursos a mi pues pa que meto la mano en eso,
más bien prefiero meter la mano en eso que está detrás de los transportadores y
aseguro mi negocio.” (Entrevista 22)
Algunos líderes de JAC llaman a estas recaudaciones “aportes” y los justifican
como una fuente de recursos para arreglar vías, mejorar sus espacios de
encuentro, apoyar los gastos de transporte y demás labores de la junta. Pero
según la experiencia a la que hacen referencia los entrevistados empresariales
y gubernamentales nacionales, la rotación y el manejo de la intermediación
laboral por parte de las JAC, como estrategia con la que se esperaba solucionar la
problemática de la contratación, terminó convirtiéndose en un recrudecimiento
del conflicto social a causa de la falta de institucionalidad y la debida regulación
de sus actividades.
Por otro lado, están las empresas, parte de las comunidades, las autoridades y
agentes gubernamentales locales, departamentales y nacionales, quienes dentro
del marco de la ley resaltan la ilegalidad de los cobros por la intermediación en
la contratación de algunas JAC. Son estos mismos actores quienes encuentran
favorable el propósito del gobierno nacional de transformar esta conflictividad
a través del servicio público de empleo, poniendo en regla el panorama de la
intermediación laboral a partir del replanteamiento de las funciones de las Juntas
de Acción Comunal y otras agencias de nivel regional y nacional. Sin embargo, y
de acuerdo con las entrevistas, las JAC y la comunidad en general consideran este
proceso como una forma de arrebatarle participación a las Juntas, considerando
con ello que se viola la garantía de la prioridad de la mano de obra y de bienes
y servicios locales, pues existe un sentimiento generalizado de un tratamiento
indiscriminado por parte del servicio público de empleo que no beneficia a las
comunidades de las zonas de influencia de la IHE.
32
Conflictos y contextos regionales en la industria de los hidrocarburos en Colombia
b. Captura regulatoria
Numerosos entrevistados hicieron énfasis en su percepción de que había una
captura regulatoria de varias instancias del estado. Por un lado, la regulación
ambiental es señalada como ambigua y sin suficiente atención y seguimiento, ya
sea por incapacidad institucional de las autoridades ambientales competentes,
como aseguran las entidades nacionales, o por captura regulatoria11, según
denuncian las comunidades y algunas autoridades locales.
En este mismo sentido, y como se vio arriba, el tema de tierras es un asunto que
refleja estos problemas regulatorios. La informalidad en la tenencia de la tierra
ha conducido a tensiones entre la comunidad y las empresas, y por supuesto
el estado, porque el tratamiento de titulación de tierras no ha garantizado los
derechos de propiedad de individuos y comunidades. Para varios entrevistados,
ha facilitado el apoderamiento y uso de la tierra por parte de las empresas.
No menos importante es la existencia de importantes asimetrías de información:
“y hay otra dificultad que la tienen todas las autoridades y es que nosotros no
tenemos laboratorios, no tenemos nada, ¿sí?, entonces nosotros hacemos esa
salvedad, lo que podamos nosotros evidenciar y conceptuar desde nuestro
punto de vista profesional”(Entrevista 14).
c. ¿Actores armados?
Sobre actores armados y economías ilegales, solo unos pocos entrevistados
apuntan a señalar la presencia de actores armados en medio de las protestas,
aun cuando todos reconocen la presencia de intereses privados en el desarrollo
de los canales de reclamación.
De acuerdo con el informe preliminar, se trata de un problema relacionado con la captura del frágil poder político
local por parte de las empresas para poder escapar a los marcos regulatorios.
11
33
Cuadernos PNUD
Políticas y patrimonios
Pese a este panorama complejo, con un patrón de protesta en el que las acciones
directas tiene una gran centralidad y en contextos de debilidad institucional con
problemas de acción colectiva y economías políticas superpuestas, diversos
diseños institucionales así como la simple interacción entre los protagonistas
de los procesos de negociación han ido creando un acumulado de experiencias,
rutinas y recursos de solución que de ninguna manera se pueden dejar perder.
Véase el siguiente relato de un entrevistado:
“Entonces eso hace que el territorio sea algo muy conflictivo en el cual tú tienes
que diferenciar muy bien las posiciones de los intereses, pero es la fuerza de
relacionamiento la que hace que... yo por ejemplo tengo muy buenas relaciones
con la gente de Nare y de Triunfo y ellos me dicen: Doctor, le vamos a hacer un
bloqueo porque ustedes son unos maricas que no hacen caso; pero cuénteme,
cálmese NN, pero eso no se puede hacer, ¿tiene los equipos?, eso es extorsión,
¡eso es chantaje!, en serio doctor?, ¡sí!, pero hagamos una cosa, hablemos con
la empresa, generemos mesas… porque lo único que uno puede hacer es:
sentemos a todo mundo y miremos como medio llegamos a acuerdos en donde la
comunidad gane, la operadora gane, el contratista gane y uno tenga normalidad
en el territorio, porque uno no puede permitir que eso escale. En la medida que
te manden una alarma de esas, eso escala. A uno le dicen de todo… a mí un día
una señora me dijo: su mamá es una santa pero usted es un hijo de puta… pero
uno ya está acostumbrado… en estos días un man de Puerto Wilches llega, yo
siempre dejo mi teléfono porque tengo que mantener mi relacionamiento con el
entorno y uno empieza a hablar con ellos porque también tiene que identificar
qué es lo que le sucede a la gente, de donde salen esas cosas.” (Entrevista 22).
En medio de una “alta conflictividad” y de fuertes tensiones, y alimentado por
una visión muy específica de los conflictos, el entrevistado resalta que “tengo que
mantener mi relacionamiento con el entorno”. El hecho de que prácticamente
todos los entrevistados expresen, de una manera u otra, idéntica convicción, es
un avance y un patrimonio muy importante.
Algunos líderes sociales destacan una tradición de no-violencia, así como la
disposición de los actores a negociar: “No, acá ningún paro ha terminado en
hechos violentos. Siempre se han podido solucionar. Los paros no han sido
34
Conflictos y contextos regionales en la industria de los hidrocarburos en Colombia
por grandes cosas, por ejemplo por un aumento salarial. Las empresas siempre
terminan negociando por menos de lo que les autorizaron a aumentar a la gente…
Siempre digo, todo los paros en Paz de Ariporo se han dado por negligencia de las
operadoras.” (Entrevista 7).
También hay una percepción cierta acerca de una paulatina disminución de las
tensiones, así como de un cambio gradual en la naturaleza del repertorio de
protesta relacionado con la disminución de eventos que involucran vías de hecho
en 2014. “Cuando empezó la estrategia, sobre todo 2013-2014, el enfoque era
atender vías de hecho porque el Ministerio del Interior no tenía la capacidad de
brindar esa atención. En este momento el enfoque es otro, es abonar espacios de
diálogo democrático para evitar que lleguemos a las vías de hecho.” (Entrevista 4).
Con respecto de la disminución del uso de las vías de hecho en 2014, existen dos
hipótesis: Las empresas y las autoridades gubernamentales entrevistadas sostiene
que esto se debe a la presencia y los avances de la Estrategia Territorial para la
equidad y sostenibilidad del sector de hidrocarburos, con la que han mejorado los
canales de diálogo entre los diferentes actores involucrados dada la capacitación en
todos los temas relacionados con la industria. De igual manera, tal esfuerzo ha sido
interpretado como el avance en los asuntos de presencia estatal y fortalecimiento
institucional. Algunos líderes comunales y algunas autoridades locales, por su
parte, afirman que la nueva realidad se debe a los aprendizajes mismos de las
comunidades en torno a sus formas de reclamación, así como la decisión de
transitar hacia formas menos contenciosas de protesta. “Antes quemábamos
llantas para que nos arreglaran una vía. Nosotros hemos aprendido mucho sobre
leyes y nuestros derechos, ya podemos hablar de tú a tú con las autoridades”.
(Entrevista 23).
Podría haber otras razones detrás del cambio en el repertorio de protesta, según los
entrevistados. Por ejemplo, la caída del precio del petróleo, lo que ha conducido a
la disminución de las actividades petroleras y, de ese modo, de la actividad de las
mismas comunidades12.
Pero esto podría ser una “bomba de tiempo”, que podría dar lugar a la reactivación de un repertorio más
contencioso.
12
35
Cuadernos PNUD
En síntesis: la experiencia de tener que negociar ha educado a todos. El proceso
de aprendizaje a influido a los actores relevantes sin excepción. Algunas políticas
públicas parecen haber tenido un efecto positivo real, y las condiciones han
cambiado. Esto no quiere decir por supuesto que se acaben los conflictos, pero sí
que es posible un tránsito hacia repertorios con costos menos altos y soluciones
más estables. Un entrevistado presenta una buena síntesis de todo esto:
“- ¿Cuál es el balance de la conflictividad del sector social, según usted?
Positivo. El avance y las experiencias un aprendizaje enorme. Los retos a superar
son el diálogo abierto y franco. El reto es superar las acciones de hecho y sentarnos
en mesas de concertación, pero eso depende de la firmeza y la confianza que
generen las instituciones, si son ambivalentes en la aplicación de la ley vamos
a seguir teniendo problemas. Yo diría que a nivel de conocimiento que tiene la
población, de madurez, de conocer las instituciones... “ (Entrevista 10).
Síntesis
No es dable pensar en la entrada de las IHE en los territorios sin que se generen
diversos conflictos, dada la naturaleza de “alto impacto” de las industrias, que
generan tanto motivos como ventanas de oportunidad para la protesta. En esta
sección se identificaron seis grandes razones (grandes externalidades, disputas
alrededor del empleo, magnitud de las rentas, debilidad de las capacidades
regulatorias del estado, problemas con respecto de competencias territoriales,
potencial vinculación con el conflicto armado). Aunque cada una de estas fuentes
de conflicto debe ser tomada por separado, en la vida real pueden aparecer
juntas y retroalimentarse. En seguida, hicimos una breve caracterización del
patrón de protesta alrededor de las industrias extractivas. Encontramos que
había habido un crecimiento de acciones directas hasta 2014, año a partir del
cual se produce un descenso gradual tanto en frecuencias como en nivel de
polarización. Vimos que alrededor de las protestas hay unos patrones de acción
establecidos, un complejo nudo de problemas de acción colectiva entre los
actores, y una economía política que incluye tanto dinámicas de captura de
rentas como capturas regulatorias de diversas instancias del estado; todos estos
factores se retroalimentan entre sí.
36
Conflictos y contextos regionales en la industria de los hidrocarburos en Colombia
Sin embargo, los actores han logrado aprender de toda esta experiencia. Han
entendido que es necesario mantener el contacto entre ellos. Han encontrado
que ciertas respuestas conducían a la violencia, y que por consiguiente era
mejor evitarlas; han descubierto mecanismos para tramitar diversos intereses y
demandas que aún no tienen un canal claro de expresión. La alta conflictividad
ha dejado un patrimonio de aprendizajes, de prácticas y de rutinas que no se
pueden desechar.
37
Cuadernos PNUD
III. La línea
base: violencia
e industria
Ahora consideremos la relación, o falta de ella, entre la
entrada de la industria en distintos municipios y las formas
de conflictividad que involucran directamente el uso de la
violencia. ¿Qué tanta asociación hay entre una y otra?
Utilizamos en esta sección sendas técnicas estadísticas que
permiten estimar mejor que con los métodos convencionales
dichos efectos:
a. A través de un sistema de pareo (Propensity Score
Matching, en adelante PSM), establecemos qué
municipios, que no tengan presencia de hidrocarburos
se parecen más, de acuerdo a un conjunto de variables
socio-demográficas, a los que sí la tienen. Después de
haber hecho el pareo realizamos regresiones para ver si
hay alguna diferencia estadísticamente significativa en
punto a violencia entre los municipios con presencia
de industrias de hidrocarburos y los que no la tienen
38
Conflictos y contextos regionales en la industria de los hidrocarburos en Colombia
(pero que en otros términos se parecen). A partir de este ejercicio se logran
eliminar numerosos sesgos potenciales (sobre las ventajas y los límites del
PSM, (ver Trochim, 2009; Vatt, 2002; entre otros).
b. Tomamos tres municipios del Casanare en particular para ver qué sucedió
con respecto de series de violencia antes y después de la entrada de la
industria de hidrocarburos: Aguazul, Tauramena y Yopal. Lo hacemos para
ver si dicho ingreso afectó el nivel o la tendencia de diversas variables de
violencia, utilizando una técnica denominada Interrupted Time Series (ITS
en adelante). Una vez más, el ITS permite eliminar o morigerar numerosos
sesgos. Para una literatura que explica las ventajas, los límites y los riesgos
para la validez externa del ITS, ver por ejemplo Lee & Lemieux, 2010 y
Serumaga, 2011. Escogimos esos tres municipios porque la entrada de la
industria era relativamente reciente, y se tenían las cifras para establecer la
situación “antes” y “después”.
Todos los modelos se corrieron en R, un paquete estadístico de acceso gratuito.
Antes de pasar a presentar los resultados, es menester aclarar la importancia
de ambos ejercicios. Desde diversas orillas es habitual denunciar a las industrias
como causantes de agudos conflictos sociales13. Sin embargo, cuando se
hace esto en general se cae en dos problemas. Primero, se meten a todos los
conflictos en un solo saco, un error metodológico de partida que se criticó en
secciones anteriores. Una cosa es una masacre y otra un bloqueo. Es posible que
una transformación en gran escala potencie una clase de conflictividad sin incidir
en la otra (o afectándola quizás en la dirección contraria). Segundo, y este es
uno de los focos de atención de esta sección, casi nunca se tienen en cuenta las
líneas de base y de comparación con respecto de las cuales hay que establecer
la evaluación, si es que la aserción acerca de un incremento en el grado de
conflictividad ha de mantenerse. En el caso que nos ocupa hay al menos tres
líneas de comparación absolutamente cruciales; sin tenerlas en cuenta, ninguna
evaluación estará fundada en terreno firme:
a. La experiencia de otros países, tal y como se consideró en la sección de
literatura. Aunque no se pueda hacer un análisis cuantitativo riguroso con
base en esa literatura, sin embargo sí queda establecido que al menos en
Ver por ejemplo CINEP, 2009; CECOIN, 2008; Cusaría, 2014; entre otros.
13
39
Cuadernos PNUD
algunos casos críticos (Perú) la transformación minera de América Latina ha
generado más y nuevos conflictos.
b. La situación en otros territorios similares en términos socio-demográficos.
Si pensamos que los municipios en los que instaló la industria son el grupo
experimental, y aquellos similares son el grupo de control, entonces nos
encontramos frente a algo parecido a un experimento. Y podemos de tratar
a la pregunta contra-fáctica: ¿qué hubiera pasado si no hubiera sucedido el
fenómeno que nos interesa (es decir, la entrada de la industria)?
c. La situación inicial de los territorios en el período anterior a la entrada
de la industria de los hidrocarburos. Estas entraron a menudo a interactuar,
pero a veces a reemplazar, a otras economías que podrían tener un potencial
generador de conflictos igual o mayor al de la de hidrocarburos. Dicho de
otra manera, incidieron no sobre un mundo idílico donde todo funcionaba
bien, sino sobre un mundo complejo, con frecuencia transido por diferentes
clases de violencias.
Los dos ejercicios realizados aquí van dirigidos a solucionar la ausencia de líneas
de base y comparación en las evaluaciones del impacto de las IHE; el PSM ayuda
a morigerar los problemas de tipo b., y el ITS los de tipo c.
Comparación entre municipios
En este trabajo se presentan los resultados de los ajustes de modelos logit sobre
presencia de hidrocarburos (Petróleo, Carbón o Gas) a una base de datos de
576 municipios, resultados de aplicar un Propensity Score Matching. En la Tabla
1 se presenta la distribución de los municipios seleccionados y la distribución
real, de acuerdo a su departamento. Con excepción de algunos departamentos
(Principalmente Antioquia, Boyacá y Nariño), la base de PSM conserva
proporciones muy parecidas a las nacionales.
40
Conflictos y contextos regionales en la industria de los hidrocarburos en Colombia
Tabla 1.
Distribución de municipios seleccionados por PSM por Departamento
Departamento
Porcentaje
Municipio PSM
Porcentaje
Real de Municipios
AMAZONAS
1%
1%
ANTIOQUIA
20%
11%
ARAUCA
1%
1%
ATLÁNTICO
4%
2%
BOGOTÁ
0%
0%
BOLÍVAR
7%
4%
BOYACÁ
17%
11%
CALDAS
2%
2%
CAQUETÁ
2%
2%
CASANARE
2%
2%
CAUCA
2%
4%
CESAR
2%
2%
CHOCÓ
0%
3%
CÓRDOBA
2%
3%
CUNDINAMARCA
8%
10%
GUAINÍA
0%
1%
GUAJIRA
1%
1%
GUAVIARE
0%
0%
HUILA
3%
3%
MAGDALENA
2%
3%
META
2%
3%
N. DE SANTANDER
2%
3%
NARIÑO
3%
6%
PUTUMAYO
0%
1%
QUINDÍO
1%
1%
RISARALDA
1%
1%
SAN ANDRÉS
0%
0%
SANTANDER
5%
8%
SUCRE
2%
2%
TOLIMA
3%
4%
VALLE
3%
4%
VAUPÉS
0%
1%
VICHADA
2%
1%
Fuente: Elaboración propia, con base en los resultados del PSM.
41
Cuadernos PNUD
La base fue construida aproximadamente en 50% de los municipios que tienen
características ideales para ser considerados como posibles productores de
hidrocarburos, con el fin de estudiar si existen diferencias relevantes en cuanto a
variables económicas, sociales, de desarrollo y violencia las cuales se describen
en la Tabla 2.
Tabla 2.
Variables de interés.
Nombre de la
variable
Descripción
Periodo de
interés
Fuente de
información
Crédito Palma
Variable que indica los créditos de
redescuentos otorgados por Finagro al
sector palmicultor en millones de pesos
2012
Finagro
Transferencias del
Sistema General de
Participaciones per
cápita
Transferencias del gobierno nacional al
Sistema General de Participaciones por
habitante en pesos
2012
Departamento
Nacional de
Planeación
Número de personas asesinadas por
cada cien mil habitantes
2012
Policía Nacional
(PONAL)
Desplazamiento
Número de personas desplazadas por
cada cien mil habitantes
2012
Registro Único de
Víctimas
Calidad
institucional
Indicador del desempeño institucional
construido como el número de
camas en hospitales por los ingresos
tributarios sobre la población14
2012
DNP y Ministerio de
Salud
Indica el número de masacres
2012
Centro de Memoria
Histórica
Número de personas que viven en
zonas rurales sobre el total de la
población
2012
DANE
Beneficiarios
Títulos Baldíos
Número de personas a las que se les
ha otorgado algún terreno baldío entre
1900 y la fecha
2012
IGAC
Gran Ganadería
Número de predios con más de 1000
cabezas de ganado
2009
DANE
UAF1996
Número de hectáreas de producción
mínimas para la constitución de una
Unidad Agrícola Familiar
1996
Incoder
Homicidios
Masacres
Índice de ruralidad
Lo anterior obedece a que el número de camas disponible es una buena proxy de la presencia del estado a
nivel municipal en temas sociales y la recolección de ingresos tributarios es una buena proxy para la eficiencia
administrativa municipal.
14
42
Conflictos y contextos regionales en la industria de los hidrocarburos en Colombia
Teniendo en cuenta que la variable que se desea explicar es dicotómica y toma el
valor de 1 si el municipio tiene algún hidrocarburo y 0 en otros casos, se decide
utilizar una aproximación mediante modelos logit, que es un caso especial de
los Modelos Lineales Generalizados (Ver McCullagh y Nelder, 1989)15, que busca
explicar la probabilidad de ocurrencia de la existencia de hidrocarburos a partir
de las variables mencionadas, mediante el ajuste de una función de tipo logística.
Con estas variables se corrieron dos modelos logit (Tabla 3.). En el primero
se utilizan todas las variables de interés, mientras que en el segundo sólo las
variables que son significativas en el primer modelo, con el fin de conocer su
robustez a la exclusión de variables.
Tabla 3.
Estimación de los modelos.
VARIABLES
Modelo 1
Modelo 2
ruralidad2012
-6.392*
(3.353)
-5.192*
(1.109)
homicidios2012
-0.520*
(0.275)
-0.196*
(0.0477)
cmhmasacres2012
0.553*
(0.101)
0.272*
(0.0270)
desplazados2012
-0.000247
(0.000202)
transferenciassgp2012
3.31e-08
(4.75e-06)
palma2012
-1.10e-05
(0.00239)
predios1000bov2009
0.201
(0.161)
uafagricolaminha1996
-0.00537
(0.00602)
camas2
0.00277
(0.00241)
Constant
Observations
-2.139
(1.358)
-0.000139
(0.495)
487
542
AIC
46.17
88.05
BIC
151.99
169.18
Fuente: Elaboración propia con base en las fuentes de información mencionadas para cada variable en la Tabla 2.
Los Modelos Lineales Generalizados se caracterizan por tener un componente aleatorio (la función de distribución),
un componente determinístico (el modelo) y una función de enlace que conecta los dos componentes anteriores.
Una vez determinados estos tres componentes, la estimación del modelo se realiza por medio de algoritmos
iterativos, tales como el Fisher Scoring.
15
43
Cuadernos PNUD
Se observa que en ambos modelos las variables de ruralidad y homicidios
tienen un efecto negativo, por lo que un mayor valor de estas variables
disminuye la probabilidad de que el municipio presente actividades extractivas
de los 3 productos considerados, es decir, que la existencia de una población
más concentrada en las áreas fuera de la cabecera del municipio, así como
una presencia más activa de violencia homicida desincentiva las actividades
productivas de extracción de hidrocarburos. Por el contrario, un mayor número
de masacres incrementa la probabilidad de observar actividades extractivas en el
municipio. La interpretación de esta diferencia podría ser la siguiente: la presencia
de la industria aumentó la intensidad del conflicto, pero no así la frecuencia de
la violencia homicida.
Al observar los indicadores de ajuste de ambos modelos, se observa que por
criterios de información el modelo 1 presenta un mejor ajuste que el 2. A pesar
de eso, los residuos del segundo modelo muestran un leve mejor ajuste que en
el primer modelo, especialmente para los datos de la cota superior de las zonas
sin potencial extractivo.
Figura 4.
Residuos modelo 1.
1
deviance residual
0
-1
-2
-3
-4
-150
-100
-50
0
50
Linear prediction
Fuente: Elaboración propia con base en el ejercicio de los modelos logit.
44
Conflictos y contextos regionales en la industria de los hidrocarburos en Colombia
Figura 5.
Residuos modelo 2.
2
0
-2
-4
-6
-60
-40
-20
0
20
Linear prediction
Fuente: Elaboración propia con base en el ejercicio de los modelos logit.
Efectos de la entrada
Ahora concentrémonos en lo ocurrido en Aguazul. Escogemos este municipio
porque tiene una fecha relativamente temprana y cierta de inicio de la explotación
(abril 1993). Tomamos tres grandes delitos para hacer la evaluación de impactos:
secuestro, homicidio y daño en bien ajeno16, en el período que va entre enero de
1985 y diciembre de 2006. Con la técnica ITS queremos establecer si hubo un
cambio tanto del nivel como de la tendencia de estos delitos después del inicio
de la explotación17.
Comencemos con una inspección visual. En las figuras respectivas se representa
la evolución mensual de cada uno de los delitos escogidos antes y después del
inicio de la explotación (el punto de corte marcado con una línea roja; ver Figuras
6, 7, 8). En el eje de las X contamos las unidades de tiempo, que en este caso
son meses, y en el eje de las Y las ocurrencias del delito respectivo. Si en lugar
de representar la evolución mensual se hiciera anual, la línea sería menos suave,
pero en esencia no cambiaría (ver Figura 9); tampoco la naturaleza del ejercicio).
No tomamos las masacres porque en el período considerado no se presentaron en ese municipio.
El análisis se realizó en R, con los paquetes car y nmle
16
17
45
Cuadernos PNUD
Figura 6.
Aguazul: secuestros antes y después del ingreso de la industria, por mes.
6
5
4
3
2
1
50
100
150
200
250
Fuente: Elaboración propia con base en datos del Centro Nacional de Memoria Histórica.
Figura 7.
Aguazul: Asesinatos selectivos antes y después del ingreso de la industria, por mes.
2.0
1.5
1.0
0.5
50
100
150
200
250
Fuente: Elaboración propia con base en datos del Centro Nacional de Memoria Histórica.
46
Conflictos y contextos regionales en la industria de los hidrocarburos en Colombia
Figura 8.
Aguazul: Daño en bien ajeno antes y después del ingreso de la industria.
2.0
1.5
1.0
0.5
50
100
150
200
250
Fuente: Elaboración propia con base en datos del Centro Nacional de Memoria Histórica.
Figura 9.
Aguazul: secuestros antes y después del ingreso de la industria, anualizado.
20
15
10
5
5
10
15
20
Fuente: Elaboración propia con base en datos del Centro Nacional de Memoria Histórica.
47
Cuadernos PNUD
Visualmente, parecería que hay algún efecto, sobre todo en el caso de los
secuestros. Sin embargo, cuando se hace la regresión respectiva nos encontramos
con que el único impacto significativo en el margen es un aumento en el nivel (es
decir, un salto hacia arriba en el momento en que entra la industria), pero no en
la tendencia (ver Tabla 4). Pero cuando se controla por autocorrelación, este
efecto también desaparece (ver Tabla 5). La figura anualizada (Fig. 9) revela
con claridad por qué. El aumento en la frecuencia de este crimen viene mucho
después del comienzo de la explotación, y por factores contextuales sabemos
por qué18.
Tabla 4.
Coeficientes de una regresión lineal.
Coefficients:
Estimate Std. Error t value Pr(>|t|)
(Intercept) -0.0189652 0.1945941 -0.097 0.9224
time
0.0005813 0.0033789 0.172 0.8635
level
0.4549101 0.2435546 1.868 0.0629 .
trend
0.0015051 0.0037260 0.404 0.6866
Fuente: Elaboración propia con base en ejercicio de regresión lineal.
Tabla 5.
Coeficientes de una regresión controlando por autocorrelación.
Coefficients:
Value Std.Error t-value p-value
(Intercept) -0.0225221 0.24738154 -0.0910420 0.9275
time
0.0006925 0.00428447 0.1616242 0.8717
level
0.4461208 0.30769821 1.4498647 0.1483
trend
0.0013765 0.00474580 0.2900513 0.7720
Fuente Elaboración propia con base en ejercicio de regresión lineal.
Una vez más, recrudecimiento del conflicto armado.
18
48
Conflictos y contextos regionales en la industria de los hidrocarburos en Colombia
Síntesis
En síntesis, no contamos con ninguna evidencia de que las transformaciones
producidas por el ingreso de la industria en el municipio hayan aumentado el
nivel de violencia (recuérdese que, como se ha argumentado a lo largo de este
texto, es necesario separar las variables de violencia de las de conflictividad).
49
Cuadernos PNUD
IV.Las
protestas y sus
motivos
Etapas en el trámite de los
conflictos
Retornemos ahora a las protestas. ¿Hasta qué punto casan
las demandas de la comunidad con el análisis de las fuentes
de conflicto planteado en la sección 2? Inmediatamente
se ve que tiene que haber un cierto desfase, debido a la
manera de resolución de conflictos en el sector, tal como
está descrito tanto en las entrevistas como en la literatura
secundaria y en el material generado por el programa.
El modelo de ese itinerario consiste en lo siguiente: dados los
problemas muy severos de acción colectiva que enfrentan
todos los actores, así como la debilidad regulatoria del
estado, los pobladores no tienen canales institucionales
claros para tramitar sus demandas. Las autoridades locales
quedan atrapadas entre exigencias contradictorias, y tanto
las empresas como el estado central tienen incentivos para
intentar solucionar el problema con rapidez19, sea a través
de medida de fuerza o a través de acuerdos tramitados
Sea por el tamaño de las rentas involucradas, sea para no alimentar más problemas de orden público en situaciones
ya de suyo precarias.
19
50
Conflictos y contextos regionales en la industria de los hidrocarburos en Colombia
de la manera más veloz posible. Esto a la vez abre la puerta al espectro de los
incumplimientos, que en efecto se ha convertido en uno de los temas cruciales
en las protestas sociales en el sector.
“Metemos temas de incumplimiento de los contratistas a las personas, por
ejemplo que nos cerraron, que la gente de Sabana de Torre va a hacer un bloqueo
por que el contratista no le ha pagado en la quincena, eso es laboral, todo lo que
se derive de prestaciones frente al tema laboral, metemos en esa casilla laboral. A
que el contratista tenía que dar la dotación el 10 y dio la dotación el 25. A que el
contratista no le entrega, por ejemplo la gente hace el bloqueo a los contratistas
porque nos les entrega el contrato, porque no les entrega la tirilla el desprendible
de pago, eso es asunto en los temas laborales. Hay otros asuntos que ya no
consideramos que sean laborales, como los temas del entorno, por ejemplo
que ya no son de temas laborales pero sin embargo hacen parte del tema del
contratista. Por ejemplo para la VIT la gente fue y le hizo un arreglo al tubo, y le
dijo, le pidió al señor que le vendiera comida y resulta que se fue y no le pago,
entonces cuando va el siguiente contratista y va a ser el mismo trabajo porque
es el mismo tubo, entonces cuando mandan a hacer el arreglo ya se encuentran
con la gente que dice, usted me está debiendo. Ese es otro tipo, ese no es laboral
ese es por compromiso y por cosas que hayan ocurrido dentro de los contratos”
(Entrevista 21).
La institucionalidad heteróclita en el proceso de trámite de resolución de
conflictos se ve reflejada en el tipo de documentos que estipulan las demandas
sociales de las comunidades, así como las formas de darles satisfacción: nos
encontramos con actas, acuerdos formales, pliegos, fichas, reportes, memorias,
etc. Por ejemplo, en el caso de Putumayo nos encontramos (de 41 documentos
analizados) con seis actas de reunión, cinco pliegos petitorios, cinco actas de
convenio o acuerdo, cinco agendas temáticas, etc. No hay diseño institucional
que permita hacer un seguimiento razonable a todo esto. Podría decirse sin
temor a exageración que en la actualidad el tratamiento de los conflictos implica
necesariamente un nivel de incumplimiento relativamente elevado. Es claro
que esta es una importante área sobre la que se puede incidir con mejoras en el
diseño institucional.
51
Cuadernos PNUD
Actores, demandas y métodos
Ahora combinemos las miradas cualitativas dimanantes de las entrevistas a
profundidad y de los documentos productos de las negociaciones entre todos
los actores para entender con más precisión las dinámicas de la protesta:
a. Dispersión. De los 41 episodios que contabilizamos en el Putumayo,
nos encontramos con que habían sido protagonizados por treinta actores
diferentes. Un grado de dispersión gigantesco, sobre todo si se tiene en
cuenta que tomamos los valores faltantes (cinco) como si fueran un solo
actor. En realidad, nos encontramos cerca del escenario de que cada
protesta sea encabezada por un actor diferente, por lo menos en términos
de razón social; la excepción son los sindicatos y las organizaciones sociales
articuladas al sector más moderno de la economía.
b. En cuanto a la naturaleza de las demandas, nos encontramos con la
siguiente jerarquía20:
• En primerísimo lugar tenemos las demandas laborales que a su vez se
dividen en tres. Primero, las que tienen que ver con las luchas de los obreros
por mejores condiciones en su lugar de trabajo. Y después todas aquellas
asociadas a que la oferta de empleo por parte de las empresas del sector
sean satisfechas con mano de obra local. En tercer lugar, la contratación de
bienes y servicios demandados por la industria por parte de proveedores
locales.
Una revisión de prensa en los momentos de alta conflictividad en el
departamento corrobora la enorme importancia que tiene esta categoría.
• Enseguida, en términos de importancia, observamos aquellas relacionadas
con derechos humanos: no represión de los que protestan, bloquear algunas
de las externalidades producidas por el conflicto armado, etc.
Esto cambió con respecto del informe parcial porque aquí se tienen en cuenta no sólo las demandas principales,
sino todas. No diferenciamos en términos de importancia (en ese caso las que se enuncian primero tendrían más
peso, etc.), pues no tenemos ninguna evidencia de que planteen de esa manera.
20
52
Conflictos y contextos regionales en la industria de los hidrocarburos en Colombia
• Un poco por debajo están las reivindicaciones de carácter ambiental.
Algunos entrevistados creían que estas solamente eran una especie de
mampara para las exigencias laborales, pero en realidad tienen un gran peso
específico. Esto claramente corresponde a la naturaleza de “alto impacto”,
y en particular de alto impacto ambiental, de las IHE, que se subrayó en la
sección 2.
•Igualmente resultan fundamentales los temas de seguimiento y
participación. No hay canales claros para tramitar las demandas sociales;
por otra parte, los acuerdos se incumplen con frecuencia. Las organizaciones
sociales exigen que haya formas para seguir la implementación de los
acuerdos una vez se hayan pactado.
• Las demandas por infraestructura y bienes públicos tienen también una
gran centralidad en las demandas de las organizaciones sociales según los
datos considerados aquí.
• Después vienen demandas sociales relacionadas con educación, salud,
entre otros.
c. Ahora consideremos las modalidades de movilización. Las principales
según los conteos hechos sobre los datos registrados para el departamento
del Putumayo son:
•Primero, y por mucho, la declaración de la asamblea permanente.
•Segundo, las vías de hecho (bloqueos, etc.).
•Tercero, el establecimiento de diversos mecanismos de diálogo.
•Después, el pliego de peticiones.
•Después vienen otras formas de comunicación, como denuncia, protesta,
establecimiento de formas de concertación, etc.
53
Cuadernos PNUD
Como lo señalaron los entrevistados, las acciones directas tienen una gran
centralidad en el repertorio. Dadas las dificultades en términos de coordinación,
etc., que involucran estas acciones, sorprende el hecho de que estén entre las
más usadas. Sin embargo, el repertorio de protesta es mucho más amplio que
las acciones directas, aunque estas, por su impacto, constituyan un punto focal.
Observación final
En esta sección nos hemos limitado a los datos del Putumayo, porque es
el departamento en el que los eventos son más numerosos y están mejor
documentados. Como se vio en la sección 3, las realidades de ese departamento
no se pueden generalizar a los otros, dada la gran variación regional con la que
nos encontramos en punto a patrones de protesta.
54
Conflictos y contextos regionales en la industria de los hidrocarburos en Colombia
V.Análisis
Después de considerar la literatura y sus ideas básicas, este
texto ha: evaluado los impactos generadores de conflicto
que traen consigo las IHE; evaluado las dinámicas de
protesta, así como su economía política; considerado las
reivindicaciones básicas de las comunidades centrándonos
en un caso particular, el del departamento del Putumayo;
y examinado las líneas de base a partir de dos ejercicios
estadísticos, que nos muestran que los efectos de las IHE
sobre distintas variables de violencia no son tan rectilíneos
como cabría esperar.
Ahora proponemos una visión de conjunto de los problemas
considerados aquí. Al entrar las IHE a un territorio, generan
una transformación masiva, que contiene efectos positivos
y negativos para la población; la mayoría de ellos son de
amplio impacto, e implican cambios irreversibles en términos
económicos, demográficos y sociales. Las protestas no salen
de la nada: la entrada de las IHE no sólo genera los motivos
sino también las oportunidades para la organización.
Más aún si se tiene en cuenta, como está masivamente
documentado, que los territorios donde están asentadas las
industrias han cargado históricamente con serísimos déficits
55
Cuadernos PNUD
institucionales, económicos y sociales, y que en términos de diseño institucional
hay grandes problemas y ambigüedades. Por ejemplo, desde el punto de vista
constitucional un principio básico es la autonomía de los entes subnacionales,
pero el estado nacional dispone del control del subsuelo; esto inevitablemente
da pie para colisiones de competencias y atribuciones acerca de quién ha de
decidir sobre la entrada o no de la industria. Debe notarse, a propósito, que
algunas de las reclamaciones en las protestas analizadas van dirigidas a buscar
respuestas a las externalidades generadas por el conflicto armado y/o los déficits
de infraestructura, no necesariamente asociados a la presencia de la industria
pero sí a un síndrome general de exclusión territorial. Por último, y no menos
importante, están los casos de captura regulatoria de las agencias estatales, a
través de la existencia de intereses comunes y de redes políticas.
Cuando nos concentramos en la dinámica de protesta, nos encontramos con
que la modalidad que quizás sea de mayor centralidad es la acción directa21. La
curva de acciones directas subió sin pausa hasta 2014, pero a partir de allí hubo
un leve descenso. ¿Cómo explicar la aparición de este patrón de protesta? Lo que
se observa en las organizaciones sociales es una enorme dispersión, no agencias
de gran alcance territorial. Más que a propósitos comunes que pasen a través de
diversos territorios, tenemos frente a nosotros reivindicaciones, problemas de
acción colectiva y economías políticas comunes. El estado enfrenta problemas
muy severos de coordinación, con intereses y percepciones claramente
diferenciados por nivel territorial22. A la vez, tanto estado como empresas tienen
incentivos fuertes para oscilar entre dos clases de respuesta ante la presión. Por
un lado, acudir a las soluciones de fuerza. Por el otro, llegar a acuerdos rápidos
que den soluciones parciales y apresuradas a los problemas planteados.
La primera respuesta es muchísimo peor que la segunda, en costos humanos,
institucionales, etc. Pero ambas estimulan el patrón específico de protesta
existente, y dan origen a nuevos conflictos. Dos ejemplos ilustrarán claramente
este último punto. Entregarle a agencias locales la repartición de rentas y bienes
cruciales, como el acceso a empleo de buena calidad, da origen no solamente a
acerbos conflictos distributivos sino a toda una economía política de asignación,
No en todas partes, y no la más frecuente; pero sí aparece con gran regularidad, y dada la dificultad de
implementarla y los costos que implica su frecuencia sí resulta notable.
21
Y probablemente por agencia.
22
56
Conflictos y contextos regionales en la industria de los hidrocarburos en Colombia
que a su vez genera sus propios motivos y personal. Desde el estado central,
llegar a acuerdos que se pactan rápidamente sobre la base de instancias ad hoc,
pero cuya posibilidad de cumplimiento es precaria, permite salir de los problemas
en el momento, pero sienta las condiciones para que ellos reaparezcan después,
muchas veces con más fuerza.
Este panorama podría calificarse como explosivo. Sin embargo, hay importantes
matices que deben incorporarse a él. En primer lugar, todos los actores han ido
pasando por aprendizajes, e identificando lecciones básicas de todo este período
de conflictividad. Si hay algo común en todas las entrevistas independientemente
de la posición, el largo y el lugar en la sociedad del entrevistado, es precisamente
esto. Los actores ya saben que deben mantener el contacto. Que la apelación
automática a las soluciones de fuerza solamente complican el panorama. Que
deben buscarse soluciones que potencien el papel regulador del estado.
Junto con estos aprendizajes, se han diseñado políticas públicas cuyo papel
positivo se comienza a sentir. Indudablemente las conversaciones de paz también
desactivan uno de los factores más complicados en el territorio, por tres vías:
desmontando parte de la economía política de los conflictos, sacando de la liza
a actores ilegales, y finalmente disminuyendo las dinámicas de estigmatización
mutua. A la luz de lo discutido aquí, nos encontramos con otro hallazgo. El
impacto del ingreso de las industrias a los territorios sobre las dinámicas de
violencia es diferencial. De hecho, seguramente las peores asociaciones hayan
sido generadas por el conflicto armado. Una vez solucionado éste por vías
políticas, podrían crearse las condiciones no para el fin de la conflictividad en
estos territorios –lo cual sería una expectativa poco razonable–, pero sí para
una conflictividad menos traumática, de menos costos y con impactos positivos
sostenibles a largo plazo para la población.
57
Cuadernos PNUD
VI.
Conclusiones
Recapitulemos. La literatura nos habla claramente de las
implicaciones que tiene –en el mundo, en América Latina
y en el país– el desarrollo de las industrias extractivas.
Aunque la teoría de la “maldición de los recursos” sea muy
problemática y no se sostenga, es claro que las IHE no son
como cualquier industria. Más que otras, se caracterizan
por su alto impacto, ambiental, demográfico, social y
económico. Allí donde entra se produce una transformación
en gran escala del territorio. La pregunta es cómo escapar a
los peligros de dinámicas de boom and bust, y lograr que la
presencia de las empresas contribuya al desarrollo territorial
y nacional. En este texto se han identificado problemas,
patrimonios, y asuntos a resolver. En las conclusiones nos
concentramos en lo que sabemos, en las líneas de base, y en
algunas recomendaciones simples de política.
58
Conflictos y contextos regionales en la industria de los hidrocarburos en Colombia
Qué sabemos sobre los conflictos
relacionados con el sector
a. Los conflictos no salen de la nada; tienen causas reales.
b. No todos los conflictos son iguales; en particular, es necesario diferenciar
aquellos que provienen del conflicto armado y los que son producto de la
protesta social.
c. En estos últimos, se observa un patrón de protesta que incorpora un elemento
importante de acción directa.
d. Este patrón tiene que ver con demandas, problemas de acción colectiva entre
los actores, y economías políticas presentes en los territorios.
e. Entre las demandas se destacan aquellas relacionadas con empleo de buena
calidad, institucionalización y seguimiento, infraestructura, y respuesta frente
a externalidades negativas (no sólo las causadas por la industria, sino por el
conflicto armado y/o por largas exclusiones territoriales).
f. Los actores han hecho aprendizajes importantes.
Las líneas de base
a. Las IHE se instalan sobre territorios que antes sufrían de violencias y exclusiones
territoriales, y que a su vez estaban relacionados con economías que podían ser
generadoras de conflicto y/o violencia. Esto rara vez se tiene en cuenta en los
análisis.
b. Empíricamente, se observa que los impactos de la industria sobre distintas
variables de violencia son diferenciales.
c. Lo anterior explica por qué en la abrumadora mayoría de las protestas la
demanda no es la salida de la industria, sino su incorporación a modelos de
desarrollo más participativos/interactivos. En los pocos casos en que se demanda
la salida o la no entrada, vale la pena buscar entender por qué sucede esto.
59
Cuadernos PNUD
Recomendaciones de política
a. La política de expansión de la minería sin límites y sin capacidad regulatoria
ha encontrado su techo. Parece mejor propender por desarrollos con un claro
correlato regulatorio.
b. Es necesario identificar, junto con todos los actores involucrados, ambigüedades
institucionales y solucionarlas.
c. La protesta social necesita canales claros y estables para tramitar y hacer
seguimiento a sus demandas, más que soluciones ad hoc.
d. La dispersión de las organizaciones sociales paradójicamente termina siendo
un problema también para su contraparte. Una interfaz nacional altamente
regulada con interlocutores estables parecería ser una mejor solución.
e. Aparte de articular la dotación de empleo al sistema nacional de empleo, es
necesario articular las economías IHE a la generación de bienes y servicios a
dinámicas amplias y transparentes, pero administradas localmente. Una opción
podría ser la dotación de infraestructuras locales.
f. Es necesario identificar las dinámicas de captura regulatoria del estado (por
ejemplo, el tema de licencias ambientales parece crítico).
g. Por último pero muy importante, vale la pena hacer una recapitulación de
las experiencias aprendidas por los actores. Esto de hecho podría recogerse,
por ejemplo a través de talleres regionales que permitan identificar lecciones
aprendidas y patrimonios que resultan de este complejo período de conflictividad.
60
Conflictos y contextos regionales en la industria de los hidrocarburos en Colombia
Referencias
Académicas
• Aguirre Paulo César (2003) “Exploración de petróleo en Colombia: una
aproximación empírica. En: Desarrollo y Sociedad, núm. 51, marzo, 2003,
pp. 1-35.Universidad de Los Andes. Bogotá, Colombia
• Autores varios (2014) “La minería de carbón a gran escala en Colombia:
impactos económicos, sociales, laborales, ambientales y territoriales”.
Friedrich Ebert Stiftung. Disponible en: http://library.fes.de/pdf-files/
bueros/kolumbien/11067.pdf
• Benavides Juan (2010) “El desarrollo económico de la Orinoquia como
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ANEXO 1. ENTREVISTAS A PROFUNDIDAD TRANSCRITAS
ANEXO 2. INFORME ENTREVISTAS A PROFUNDIDAD
67
Cuadernos PNUD
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