Biblioteca "Eliahu Toker" Volumen III-1: Acerca de la Biblia. Parte 1

Anuncio
Eliahu Toker
Albert Einstein dijo que el crecimiento intelectual debe comenzar
con el nacimiento y finalizar con la muerte. Puede decirse que
Eliahu Toker (1934-2010) obedeció la fórmula al pie de la letra.
Fue un verdadero intelectual toda su vida y no dejó de serlo hasta
el último suspiro.
Amaba los libros con una pasión inusual. Gozaba hablando de
títulos, ediciones y autores. Es probable que haya sido uno de los
escritores argentinos con mayor autoridad en materia de literatura
idish y hebrea. Me honró con su amistad, su confianza y su
entusiasmo.
En su condición de asesor editorial, Eliahu le imprimió a la Biblioteca Digital de la
Fundación Wallenberg un ritmo vertiginoso que permitió sumar numerosos títulos en muy
pocos meses.
Entre los logros de su valioso aporte se pueden mencionar “El resplandor de la palabra
judía”, “Iluminaciones de los Salmos”, “Cantar de los cantares”, “Pirkei Avot”, “Génesis”,
de Máximo Yagupsky y muchas otras obras que serán presentadas en los próximos meses.
Echaremos de menos su inteligencia y su maravillosa sonrisa. Su ausencia se hará sentir en
una época en la cual la palabra, la materia prima del intelecto, ha sido devaluada a mero
instrumento de intercambio, objeto funcional para la comunicación veloz pero también
intrascendente.
Baruj Tenembaum
Al doctor Natalio (Netanel) Wengrower.
Casa Argentina en Israel Tierra Santa y la Fundación Raoul Wallenberg
dedican esta joya literaria a quien dedicó su vida a la promoción de la cultura
judía.
El doctor Natalio Wengrower es uno de los más prestigiosos dirigentes
sociales y comunitarios de Latinoamérica. Por más de veinte años fue
presidente y conductor del Instituto Cultural Argentino Israelí y desde hace
quince años honra con su participación a la Fundación Internacional Raoul
Wallenberg.
raducir es interpretar
por Eliahu Toker
¿Tendrá sentido, sobre finales del siglo XX y desde una metrópoli de América latina, detenernos a leer máximas que
refieren apretadamente la experiencia vital de sabios judíos que vivieron y formaron discípulos hace dos milenios, en
otro idioma y en otro continente? Resulta asombroso comprobar la contemporaneidad y vigencia de estas "máximas
de los Maestros", comprobar que pese al paso de los siglos el ser humano, en esencia, no ha cambiado. Habrán
cambiado su vestimenta y su entorno físico; se habrán multiplicado sus posibilidades técnicas y su conocimiento de
las leyes de la naturaleza, pero la problemática esencial del hombre sigue siendo la misma que encaran los sabios de
Pirké Avot: el sentido de la vida y de la muerte; la existencia, o no, (del libre albedrio; los límites del bien y del mal;
la relación entre ética y sabiduría; la relación con los semejantes y con la divinidad, etcétera.
Y no se trata de una exposición dogmática de ideas. Al igual que en el Talmud todo —del que Pirké Avot forma parte
— podemos encontrar aquí, lado a lado, enfoques diversos y hasta contradictorios de una misma cuestión, lo que
constituye una expresión del pluralismo y de la vitalidad propios de lo mejor del judaísmo. Todas estas fueron las
razones que nos movieron a encarar la traducción y edición de este texto, clásico no sólo por la sabiduría que rezuma
su contenido sino también por la gracia, concisión y poesía con que está expresado, propios de la estructura del
proverbio popular.
Traducir es interpretar, pero lo es más aún cuando lo que se vierte está escrito en una lengua tan compacta y sutil
como lo es la hebrea, y más todavía atando se trata, como en este caso, de un texto que sufrió — literalmente —
centenares de traducciones y gozó de una cantidad no menor de comentarios e interpretaciones, referidas a cada
mishná, a cada expresión, a cada vocablo, casia cada signo de puntuación. Acometimos, por ende, esta versión
española de Pirké Avot —que titulamos máximas de los Maestros— conscientes de que sería una otra interpretación,
la nuestra. Así, hemos evitado la traducción literal de palabras y expresiones —"el que traduce literalmente es un
embustero", dice el Talmud — sin que nos importase utilizar, cuando lo consideramos necesario, media docena de
palabras en español para vertir una hebrea; asimismo lientos forcejeado con las palabras castellanas para preservar
cuanto más de la sustancia original y del sentido de algunas de las interpretaciones que la enriquecieron a lo largo de
los siglos. También nos propusimos que la versión española, con un lenguaje claro y sencillo, conservase ese aliento
poético que caracteriza a Pirké Avot y que aumenta el goce de su lectura. Con el profesor Abraham Platkin vinimos
trabajando este texto, con intervalos, desde 1981, cuando publicamos una primerísima versión ("Maaián", cuaderno
de Amigos de la Universidad de Tel Aviv Buenos Aires, Agosto 1981). La presente es una versión nueva, corregida y
muy ampliada, sin llegar a abarcar la totalidad del texto original.
Existen diversas ediciones de Pirké Avot en hebreo con notables variaciones en la numeración de las mishnaiot e
incluso en el texto. La presente versión ha sido hecha siguiendo en un todo el original hebreo tal como aparece en la
Mishná editada por Hanocli Albech y Hanocli Yalón —Instituto Bialik, Editorial Dvir, Tel Aviv, 1953— que es,
asimismo, el texto que reproducimos en estas páginas. Hemos acompañado estas máximas de los Maestros con una
cantidad de notas encolumnadas a la izquierda, las que constituyen una pequeñísima parte de los comentarios,
observaciones y aclaraciones que hubiese sido posible y deseable hacer, pero multiplicar su número hubiese
escapado a los objetivos de esta obra. Otro tanto podría decirse de ¡as leyendas jasidicas encolumnadas a la derecha,
con las que sólo pretendimos ilustrar el punto de encuentro entre los dichos de los sabios y su puesta en práctica. La
intención es que tanto las notas como los pequeños relatos jasídicos constituyan un estímulo para leer con
inteligencia alerta, una y otra vez, estas máximas de los Maestros. Acotemos, finalmente, que los dibujos de Ester
Gurevich, creados especialmente para esta edición, no constituyen una mera ilustración del texto sino una
interpretación del mismo, una otra traducción, en este caso al lenguaje plástico, por parte de alguien que vive y siente
el judaísmo desde este tiempo contemporáneo y que, desde el espacio representado por Buenos Aires y /sor
Latinoamérica de 1988, se mete en la piel de aquellos sabios maestros judíos de Pirké Avot.
n elogio de la Sabiduría
por Abraham Platkin
Pirké Avot —literalmente "Capítulos de los Padres" — es, de los 63 tratados que integran el Talmud el que ha gozado
siempre de una mayor popularidad, cosa que sucede aún hoy con este verdadero compendio de la ética judía. Su
influencia no guarda relación alguna con la reducida extensión de su texto, situado actualmente casi al final de la
cuarta sección del Talmud, llamada Nezikin, (daños). Pirké Avot es una obra atípica, ya que se trata del único tratado
talmúdico de contenido puramente agádico, con exclusión toral de cualquier material halájico. Sus cuatro primeros
capítulos recogen las enseñanzas de 60 sabios judíos que vivieron en el curso de unos cinco siglos, desde Shimón
—llamado hatzadik, "el justo"— y hasta la clausura de la Mishná desde el año 300 a. C. hasta el200 de la era común,
aproximadamente. El quinto capítulo no menciona autores porque incluye enseñanzas que pertenecen al acervo
popular. Originalmente Pirké Avot constaba sólo de estos cinco capítulos, pero posteriormente se le agregó un sexto,
Kinián Torá, "sobre la adquisición de la Torá". Este añadido obedece, con toda seguridad, a que entre Pésaj y
Shavuot hay seis sábados, siendo costumbre leer un capítulo de Avot cada uno de dichos sábados. La lectura de Pirké
Avot en la sinagoga después del servicio sabatino de Minjá —de Pésaj a Shavuot o de Pésaj a Rostí Hashaná, según
sea la costumbre de las distintas comunidades— llevó a la inclusión de su texto en el Sidur, tradicional libro de
plegarias de gran difusión en todas las capas del pueblo judío, lo que convirtió aquel compendio en el tratado
talmúdico más impreso de todos los tiempos. El nombre de Pirké Avot alude a los padres —avot—, es decir a los
grandes sabios de Israel que comentaron la Torá y la transmitieron de generación en generación. Los pasajes
iniciales del tratado que nos ocupa, corroboran esta explicación al detallar la continuidad ininterrumpida de la
tradición judaica. Pero Avot también podría significar principios, y este texto abunda precisamente en principios
éticos que buscan guiar al hombre hacia su perfección. Se trata de una obra singular de la literatura judia, en la que
no encontramos especulaciones místicas o intrincadas discusiones. Retomando una de las ideas que subyacen en las
enseñanzas de tos Profetas bíblicos, los autores de las máximas de Pirké Avot dejan bien en claro que la verdadera
religión no exige cumplir sólo con Dios, sino que considera fundamental buscar un camino hacia el prójimo que
contribuya a lograr una convivencia armoniosa y pacífica. El hombre no debe segregarse de la sociedad, dice Hilel:
el egoísmo del individuo debe ceder ante las necesidades de la comunidad. Los maestros, los jueces, los sabios y los
demás miembros de la élite cultural, son los primeros destinatarios de estas máximas, ya que en su carácter de líderes
no sólo no tienen privilegios ni prerrogativas especiales, sino que están obligados a predicar con el ejemplo personal,
es decir con la acción misma y no con palabras grandilocuentes y frases altisonantes. Todo erudito que se sienta
tentado a envanecerse con su sabiduría, encuentra en Avot sentencias de otros sabios que califican esa actitud como
digna de "tontos, malvados y además insolentes". El filósofo griego podrá discurrir sobre la Virtud, pero para el
judaísmo el verdadero sabio no sólo sabe sino que hace, tratando por todos los medios de ser él mismo un hombre
virtuoso. Los sabios autores de Avot, en cierta medida, pueden ser calificados de disconfomistas que rompen tanzas
con el orden de cosas imperante y con los convencionalismos en boga. Así no vacilan siquiera en dar un nuevo
contenido a ciertas palabras hebreas que aparecen en la Biblia, como es el caso de jasid. Para los autores de este
compendio ya no se trata sólo de un hombre piadoso, que cumple con todos los preceptos, sino que jasid es el que se
brinda totalmente, más de lo que exige la ley, para llegar a una sociedad mejor. Los sabios del "peirek" —como se
llamaba a Pirké Avot en tos pueblitos de Europa oriental— dejaron una honda impronta sobre la vida judia. Millones
de judíos vieron desfilar vívidamente ante sus ojos a esos sabios, hechos seres de carne y sangre cuyas enseñanzas
constituían una guía para su comportamiento cotidiano.
Dibujos de Marc Chagall
a poemas de Liesin, 1938
Selección y versión española
ELIÁHU TOKER
Diseño gráfico
Ester Gurevich
Ediciones ARTE Y PAPEL
© 1995 Ediciones ARTE y PAPEL
Larrea 674-2°p/tel. (541) 961-7782
(1030) Buenos Aires / Argentina
Hecho el depósito de ley
IMPRESO EN LA ARGENTINA
Printed in Argentina
I.S.B.N. 987-9115-01-5
ILUMINACIONES
DE LOS SALMOS
Estas páginas constituyen una breve antología, en versión
española, del bíblico libro de los Salmos, tal vez el libro que
más íntimamente acompañó a los judíos a lo largo de los
siglos. Decir un capítulo del Salterio era, entre los judíos, un
seguro contra todo mal. Cuando había una persona grave, un
peligro inminente o una parturienta en dificultades, se
reunían en la sinagoga un puñado de judíos y recitaban
Salmos. De ahí ese chiste del muchacho llamado al ejército a
quien su padre despide con una recomendación: "Si te
mandan al frente no confíes en milagros, recitá un capítulo
de Salmos". Nadie salía de viaje sin llevarse un "Tíliml" en el
bolsillo. Así lo llamaban, con ese cariñoso diminutivo ídish
de su nombre hebreo, "Tehilim", literalmente "alabanzas".
Atribuido al rey David, el Salterio es un conjunto de 150
textos, en su mayoría cantos de alabanza a Dios, en forma de
himnos, odas, canciones y súplicas. Los salmos, escritos en el
hebreo sencillo, sin ampulosidades, típico de la Biblia, son
todo poesía, pasión, fe y espiritualidad.
Los 18 salmos reunidos en estas páginas están acompañados
por dibujos realizados por Marc Chagall para los tres tomos
de la antología de poemas de Abraham Walt (A. Liesin)
publicados por el Forverts, en Nueva York, en 1928.
Salmo 1
ASHREI HAISH
Feliz de aquél
que no sigue el consejo de los malvados
ni se detiene en la senda de los pecadores
ni participa
de las reuniones de los frívolos,
sino que ama la ley del Señor
y medita en ella noche y día.
Es como un árbol plantado
a orillas del agua,
que fructifica a tiempo
y cuyo follaje nunca se marchita.
Todo lo que emprende tiene éxito.
No sucede lo mismo con los malvados:
son como paja que se lleva el viento.
Los perversos no se libran de la justicia
ni tienen parte
en la comunidad de los virtuosos,
porque el Señor
conoce el camino de los justos
y destruye el de los malvados.
Salmo 8
ADONAI ADONEINU, MA ADIR SHIMJÁ
Oh, Señor, Dios nuestro,
el poderío de Tu Nombre cubre la tierra,
los cielos exaltan Tu majestad.
Las plegarias de los pequeños,
de quienes maman todavía la leche materna,
son baluartes contra Tus adversarios
y confunden a Tus negadores y enemigos.
Viendo Tu cielo, obra de Tus manos,
la luna y las estrellas que creaste,
me pregunto qué es el hombre
para que de él te acuerdes
y qué, el ser humano para que lo cuides.
Lo hiciste apenas inferior a un dios
y lo coronaste de esplendor y dignidad;
pusiste bajo su dominio
todo lo creado por Tu mano,
pusiste a sus pies el mundo entero:
a todos los rebaños y ganados
y a los animales montaraces;
a las aves del cielo, a los peces del agua
y todo lo que vive en los abismos marinos.
Oh, Señor, Dios nuestro,
el poderío de Tu Nombre cubre la tierra.
Salmo 13
AD ANA, ADONAI
¿Hasta cuándo, Señor,
me tendrás totalmente olvidado?
¿Hasta cuándo
ocultarás Tu rostro de mí?
¿Hasta cuándo
va a pedir ayuda mi alma,
el corazón siempre angustiado?
¿Hasta cuándo
prevalecerá sobre mí mi enemigo?
Observa, Señor, respóndeme,
ilumina mis ojos, guíame,
no vaya a envolverme
el sueño de la muerte;
que mi enemigo no diga:
¡Pude con él!
Que no pueda celebrar mi caída.
Yo confío en Tu misericordia
y mi corazón
va a alegrarse con Tu auxilio.
Yo voy a cantarle al Señor
porque volcó sobre mí Su bondad.
Salmo 33 (3-9)
SHIRU LO SHIR JADASH
Cántenle un canto nuevo;
enjoyen la melodía
con sones de trompeta,
porque siempre obra con lealtad
y Su palabra es recta.
El ama la ley y la justicia
y Su piedad inunda la tierra.
La palabra del Señor creó los cielos
y Su hálito,
todos los astros del firmamento;
Él embalsa las aguas en el mar
y las deposita
en la profundidad de los abismos.
Tema al Señor toda la tierra
y tiemblen sus habitantes
porque Él dice y todo es;
Él ordena y todo cobra existencia.
Salmo 79 (6-7)
SHFOJ JAMATJÁ
Vuelca Tu furia
sobre las naciones que no te conocen
y sobre los reinos
que no invocan Tu nombre,
porque ellos han devorado a Jacob
y han destruido su morada.
Salmo 82
ELOHIM NITZAV
Dios, erguido en el tribunal de su pueblo
está en medio de los jueces, juzgándolos.
¿Hasta cuándo juzgareis inicuamente,
favoreciendo al perverso?
Haced justicia al pobre y al necesitado,
al débil y al huérfano;
sed justos con el desvalido,
libradlo de las garras del malvado.
Pero no saben su deber ni lo entienden;
andan a ciegas
y los cimientos del mundo se estremecen.
Les dije: Son como dioses ustedes,
hijos del Altísimo todos,
pero moriréis como cualquiera,
como príncipes caídos de su grandeza.
Levántate Señor; juzga Tú al mundo,
porque Tu eres el Dios de toda la tierra.
Salmo 113
HALELÚ AVDEI ADONAI
Alabad, servidores del Señor,
alabad el nombre de Dios;
el nombre de Dios es bendito
desde ahora y para siempre.
Desde que nace el sol y hasta su ocaso
es alabado el nombre del Señor.
Dios está por sobre todos los pueblos
y su gloria por encima de los cielos.
¿Quién como el Señor, nuestro Dios,
cuyo trono está en las alturas
se digna observar lo que sucede
en el cielo y en la tierra?
Alza del polvo al indigente
y levanta al miserable de la inmundicia
para sentarlo con los nobles,
con los príncipes de su pueblo.
Él da un hogar a la mujer estéril
y la vuelve jubilosa madre de hijos.
Haleluiá.
Salmo 114
BETSET ISRAEL MI'MITZRAIM
Cuando Israel salió de Egipto
y la Casa de Jacob
de entre un pueblo extraño,
se transformó Judea en su santuario
e Israel en su señorío.
El mar los vió y huyó,
el Jordán se echó atrás;
los montes brincaron como carneros
y las colinas, como corderitos.
¿Qué sucedió, mar, que huiste?
¿Y tú, Jordán, que te echaste atrás?
¿Y por qué brincaron
los montes como carneros
y las colinas como corderitos?
Es que la tierra tiembla ante el Señor,
ante la presencia del Dios de Jacob,
de Aquel que convierte al peñasco en fuente
y a la roca en manantial.
Salmo 115
LO LANU, ADONAI, LO LANU
No por nosotros, Señor, no por nosotros,
sino para honrar Tu nombre
con Tu piedad y fidelidad.
¿Por qué han de preguntar las naciones:
"Dónde está el Dios de ellos ahora"?
Y nuestro Dios está en los cielos
y hace todo lo que le dicta Su voluntad.
Los ídolos de ellos son de plata y de oro
hechos por manos humanas:
Tienen boca, pero no hablarán;
tienen ojos, pero no verán;
tienen oídos, pero no oirán;
tienen narices, pero no olerán;
sus manos no palparán,
sus pies no caminarán,
de sus gargantas no saldrá sonido alguno.
Como ellos serán los que los hacen
y todos los que en ellos confían.
Tú, Israel, confía en el Señor,
Él es tu ayuda y tu amparo.
Casa de Aarón, confía en el Señor,
Él es tu ayuda y tu amparo.
Temerosos de Dios, confiad en el Señor,
Él es vuestra ayuda y vuestro amparo.
Que el Señor se acuerde de nosotros
y nos bendiga,
que bendiga la casa de Israel
y la casa de Aarón;
que bendiga a quienes le temen,
sean humildes o poderosos;
que el Señor derrame su abundancia
sobre vosotros y sobre vuestros hijos;
benditos seáis ante el Señor,
el hacedor de los cielos y la tierra;
los cielos son los cielos del Señor
que entregó la tierra a los hijos de Adán.
Los muertos no pueden cantarle a Dios
ni quienes descienden
a las entrañas del silencio;
pero nosotros bendeciremos al Señor
desde ahora y hasta siempre,
Haleluiá.
Salmo 116
AHAVTI KIISHMÁ ADONAI
Amo al Señor porque escucha
mi voz y mis súplicas.
Porque ha inclinado su oído hacia mí
mientras viva lo invocaré.
Los tientos de la muerte me envolvieron,
las agonías del abismo dieron conmigo,
el dolor y la angustia me encontraron;
entonces invoqué el nombre del Señor:
"Señor, libera mi alma, por favor."
El Señor es piadoso y justo,
nuestro Dios es misericordioso.
El Señor protege a los inocentes;
yo había caído y El vino en mi ayuda.
Vuelve a reposar, alma mía,
pues Dios te ha protegido.
Has salvado mi espíritu de la muerte,
mi ojo de la lágrima, mi pie del tropiezo.
Marcharé delante del Señor
por los territorios de la vida.
No perdí la fe en Él
incluso estando angustiado,
cuando, sin pensarlo, proclamé
la falsedad de todos los hombres.
¿Cómo podría retribuirle
todos Sus favores al Señor?
Voy a alzar la copa del consuelo
y proclamar Su nombre.
Voy a cumplir mis votos al Eterno
en presencia de todo Su pueblo.
El Señor valora
el sacrificio de sus piadosos.
Yo soy Tu servidor, Señor;
Tu siervo, hijo de una sierva tuya;
Tu has roto mis ataduras.
Te ofreceré un sacrificio de gratitud
y proclamaré el nombre del Señor.
Cumpliré mis votos al Eterno
en presencia de todo Su pueblo,
en el atrio de la Casa del Señor,
en medio de Jerusalem. Haleluiá.
Salmo 117
HALELU ET ADONAI
¡Alabad al Señor, pueblos todos;
ensalzadlo, naciones todas!
Poderosa es Su benevolencia
hacia nosotros
y Su fidelidad es eterna.
Haleluiá.
Salmo 118 (26-29)
BARUJ HABÁ BESHEM ADONAI
Bendito sea el que viene
en nombre del Señor;
os bendecimos desde la Casa del Señor.
Dios es el Señor, el que nos ha dado la luz;
amarrad los sacrificios
contra las esquinas mismas del altar.
Tu eres mi Dios y a Ti va mi gratitud;
Tu eres mi Señor y es a Ti a quien exaltaré.
Agradeced la bondad de Dios
pues Su benevolencia es eterna.
Salmo 126
BESHUV ADONAI ET SHIVAT TZION
Cuando el Señor trajo de vuelta
a los cautivos de Sión
andábamos como quien sueña;
nuestras bocas se llenaron de risas
y nuestras lenguas, de canciones.
"Grandes cosas hizo el Señor por estos"
dijeron entonces los pueblos;
y nosotros nos alegrábamos:
"Grandes cosas hizo Dios por nosotros".
Cambia, Señor, nuestra suerte
como los torrentes del Neguev.
Los que esparcen la simiente llorando
traerán sus gavillas entre canciones
y los que siembran con lágrimas
cantando cosecharán.
Salmo 127
IM ADONAI LO IVNÉ BAIT
Si Dios no edifica una casa
es inútil que se afanen sus constructores;
si Dios no protege una ciudad
es inútil que la vigilen sus guardianes.
Inútilmente os levantais de madrugada
y os acostais muy tarde
angustiados por un sustento
que sin esfuerzo
reciben de Dios los que El ama.
Los hijos son un don de Dios,
son una recompensa Suya
los frutos de las entrañas,
los fuertes hijos de la juventud
que son como saetas
en manos de un guerrero.
Dichoso es el hombre fecundo
que multiplica esas saetas en su carcaj:
nunca será humillado
en los portones de la ciudad
defendiendo ante enemigos sus derechos.
Salmo 133
HINÉ MA TOV U'MA NAIM
Esto es lo bueno y lo agradable:
estar junto a los hermanos.
Es como el aceite aromático
que perfuma la cabeza
y se derrama por las barbas
del Sumo Sacerdote,
impregnando su ropaje todo
hasta el borde mismo,
tal como el rocío del Jermón
cubre los montes de Sión.
Porque así bendice el Señor la vida
por toda la eternidad.
Salmo 136
HODU LA'ADONAI KI TOV
Agradeced la bondad de Dios
que Su benevolencia es eterna.
Agradeced al Dios supremo
que Su benevolencia es eterna.
Agradeced al Señor supremo
que Su benevolencia es eterna.
A quien sólo hace grandes prodigios,
que Su benevolencia es eterna.
A quien hizo los cielos con entendimiento,
que Su benevolencia es eterna.
A quien tendió la tierra sobre las aguas,
que Su benevolencia es eterna.
A quien hizo las grandes luminarias,
que Su benevolencia es eterna.
Al sol para que que impere de día,
que Su benevolencia es eterna.
A la luna y los astros para que reinen de noche,
que Su benevolencia es eterna.
A quien hirió a Egipto en sus primogénitos,
que Su benevolencia es eterna.
Y sacó a Israel de entre ellos,
que Su benevolencia es eterna,
Con mano poderosa y brazo tenso,
que Su benevolencia es eterna.
A quien partió en dos al Mar Rojo,
que Su benevolencia es eterna.
Y condujo a Israel por su lecho,
que Su benevolencia es eterna.
Y hundió en el mar al faraón y sus huestes,
que Su benevolencia es eterna.
A quien condujo a Su pueblo por el desierto,
que Su benevolencia es eterna.
A quien abatió a grandes reyes,
que Su benevolencia es eterna.
Y mató a poderosos monarcas,
que Su benevolencia es eterna.
A Sijón, rey de los amorreos,
que Su benevolencia es eterna.
Y a Og, rey de Bashán,
que Su benevolencia es eterna.
Y entregó sus tierras en heredad,
que Su benevolencia es eterna.
En heredad a Israel, Su servidor,
que Su benevolencia es eterna.
A quien se acordó de nosotros en nuestra desgracia,
que Su benevolencia es eterna.
Y nos liberó de nuestros opresores,
eque Su benevolencia es eterna.
A quien da pan a todo ser viviente
que Su benevolencia es eterna.
Agradeced al Dios de los cielos
que Su benevolencia es eterna.
Salmo 137 (1-6)
AL NAHAROT BABEL
Sentados a orillas de los ríos de Babel
llorábamos al acordarnos de Sión;
de los sauces colgamos nuestras cítaras.
"Cantadnos canciones de Sión",
nos pedían nuestros opresores;
alegría, nos pedían nuestros carceleros;
pero cómo cantar los cantos del Señor
en tierra extraña...
Jerusalem, si me olvidase de tí
que mi brazo derecho se seque;
que mi lengua se me pegue al paladar
si no te recordase,
si no te pusiese, Jerusalem,
por encima de todas mis alegrías.
Salmo 144 (1-8)
BARUJ ADONAI, TSURÍ
Bendito eres, Señor, roca mía,
el que prepara mis brazos para la lucha
y mis puños para la batalla.
Él es mi bienhechor y mi refugio,
mi libertador y mi fortaleza,
el escudo que me protege
y el que somete
a los pueblos que me acosan.
Qué es el ser humano, Señor,
para que en él te detengas,
y qué, el hijo del hombre
para que por él te preocupes.
El hombre es efímero
como el hálito de una boca
y sus días tienen la fugacidad
de la sombra del vuelo de un pájaro.
Inclina Tus cielos y desciende, Señor,
pon Tus manos sobre los montes
y que humaredas broten de ellos;
lanza Tus rayos y espanta a los enemigos,
dispárales tus flechas y confúndelos.
Extiende Tu brazo desde las alturas
y sálvame de las aguas desbocadas;
líbrame de la opresión de pueblos extraños
de palabra vacía y manos traicioneras.
Este libro fue compuesto por "Nuevo Diseño S.A."
e impreso en los talleres del
"Instituto Salesiano de Artes Gráficas"
de Buenos Aires, República Argentina,
en Octubre de 1995, vísperas de Sucot 5756.
Lejaim.
1
El inquietante Rabí de
Kotsk, el Kótsker Rebe
por Eliahu Toker
Se cuenta que cierta vez un jasid, un seguidor
del Kotsker Rebe, del Rabí de Kotsk, sintió
angustiado que estaba perdiendo la fe. De
pronto comenzó a roerlo una inquietante
pregunta, una idea fija que se fue volviendo
cada vez más acuciante: “UN EFSHER
NISHT, UN EFSHER NISHT... Y tal vez no...
Y tal vez no... Y tal vez Dios no exista... Y tal
vez no tengan sentido las plegarias, las
bendiciones, ni mi vida toda... Y tal vez no... Y
tal vez no...”
Perdió el sueño, perdió el apetito, y ese “Y tal
vez no...”, como un dibuk, como una obsesión,
no lo dejaba a sol ni a sombra y le roía la mente
todo el tiempo. Cuando no pudo soportarlo
más, decidió viajar a Kotsk a aconsejarse con su
rebe, pese a la enorme distancia que separaba
esa ciudad de su pueblito, y pese a que había
oído decir que hacía años ya que el Kotsker
vivía apartado, sin recibir absolutamente a
nadie. Pero sentía que el suyo era un caso
límite, que su alma estaba naufragando y que
por lo tanto, a él su rabí tendría que
recibirlo.
2
Se despidió de su familia, y tras un largo viaje
llegó finalmente a la ciudad de Kotsk. No le
costó demasiado averiguar dónde vivía su rebe,
pero al indicárselo todos le recordaban que este
no lo recibiría. Y efectivamente, llegado a la
casa del kotsker, el asistente le cortó el paso,
explicándole que gente mucho más encumbrada
que él se había tenido que volver como había
venido, sin ser recibida por el rebe. Pero, sea
por empecinamiento o por desesperación, lo
cierto es que ese jasid, ese seguidor del kotsker
no se amilanó; sólo se quedó dando vueltas por
los alrededores. Fue así que aprovechando una
distracción del que guardaba la puerta se
deslizó en la casa, y con el alma en vilo,
comenzó a recorrerla a ciegas. No anduvo
demasiado cuando escuchó una voz monocorde
que provenía de una de las habitaciones. Se
acercó en puntas de pie y se detuvo
despavorido. Allí estaba el kotsker rebe en
persona, ensimismado, y como hablando
consigo mismo, repetía en voz alta algo que el
jasid no terminaba de entender. Sin atreverse a
dar un paso más, aguzó el oído y entonces sí
captó claramente lo que decía el rabí. Como
pensando en voz alta, el kotsker repetía una y
otra vez: “UN EFSHER IÓ, UN EFSHER
IÓ... Y tal vez sí... Y tal vez sí...”
3
Este singular relato forma parte de la
inagotable cantera de anécdotas y
reflexiones atribuidas a ese fascinante rabí,
Menajem Mendl Morgenstern de la ciudad
de Kotsk, conocido como “el Kótsker
Rebe”, que con la agudeza de sus dichos,
la insólita fuerza de su pensamiento y el
largo impacto de su voluntario ausentarse
de este mundo, se transformó en una de
las personalidades más inquietantes y más
interesantes del movimiento jasídico.
El rabí de Kotsk había nacido en 1787 en
Goray, Polonia, y tras nutrirse
espiritualmente en las mesas de grandes
maestros del jasidismo, en 1829 estableció
su sede en la ciudad de Kotsk, y a partir
de entonces esa ciudad se volvió un
importante centro del movimiento
jasídico. E incluso lo siguió siendo durante
los veinte años de reclusión del rebe,
desde 1839 hasta su muerte en 1859.
¿Por qué se había decidido el Rabí
Menajem Mendl por Kotsk? La leyenda
provee una explicación acorde con su
personalidad. Esa leyenda cuenta que el
rebe y sus fieles discípulos erraban de
ciudad en ciudad sin encontrar un lugar
que considerasen adecuado para
establecerse. Pero en Kotszk fueron
recibidos con pedradas. “Este es un
4
excelente augurio” dijo el rebe, “acá, al
menos, la gente no es indiferente”.
El movimiento jasídico había surgido en
Europa Oriental en el siglo XVIII para
agregar contenido a las petrificadas
formas ortodoxas del judaísmo. Su idea
era vigorizar el sentimiento por sobre la
razón; la ley del corazón por sobre la del
libro; bajar el judaísmo de la abstracción
a la tierra. Pero el Kotsker Rebe tenía una
postura opuesta a la del Baal Shem Tov,
el Rabí de la Buena Fama, creador del
jasidismo. Éste ponía el acento sobre el
amor, la alegría y la compasión; el
Kotsker exigía tensión constante; el Baal
Shem era amable, el Kotsker era hosco,
inquietante. En la mesa del Baal Shem
imperaba la luz; en la del Kotsker, el
fuego, el furioso celo de los antiguos
profetas. El jasidismo clásico trataba de
llegar a todos los judíos; el Kotsker sólo
estaba interesado en los pocos. Había
inscripto en su estandarte una sola
palabra, VERDAD. Para alcanzar la
verdad estaba dispuesto a sacrificar todo
lo demás. “Las enseñanzas de nuestro rebe
atraviesan los cielos”, decía un seguidor
del rabí de Jabad. “Las enseñanzas del
nuestro nos atraviesan las tripas”, le
respondió un seguido del Kótsker.
5
El Kótsker solía decir: “Aumenta tu
conocimiento aunque de este modo aumentes tu
dolor. Es más: el verdadero conocimiento lleva
a la insatisfacción. ¿Y qué? La insatisfacción
constante es la esencia de la satisfacción
humana. No te deja dormir pero le da sentido a
la vida. Un gran sentido.” Se suele
establecer un paralelo entre la doctrina del
Kótsker y la de su contemporáneo Sören
Kierkegaard (1813-1855), aunque
seguramente ninguno de ellos supo nunca
de la existencia del otro. En ambos es
posible encontrar una insobornable
búsqueda de la verdad, el mismo deseo de
estar solo, la misma convicción de que
existe un hondo abismo entre el mundo y
Dios, y que Éste no puede ser captado por
el mundo ni por la razón humana.
Frente a los rabíes que se consideraban
intermediario y hacedores de prodigios,
el Kótsker exigía que cada jasid, de cada
seguidor, de cada judío, que él mismo
luchara para tallar su propia vía
espiritual, para poder decir luego “éste
es mi Dios”.
—Rebe, —le dijo cierta vez al Kótsker un
jasid— estoy en problemas; por favor,
ruegue por mí.
6
—¿Yo? ¿Y por qué no puedes rogarle a Dios
tú mismo?
—Es que no sé cómo hacerlo...
—¡Ah, no sabes cómo hacerlo! ¡Entonces
ÉSE es tu verdadero problema!
En el mundo de Kotsk el tema era la
interioridad. Estaban contra la
banalización del judaísmo, contra la
devoción barata, superficial; odiaban las
ceremonias, los rituales. Ninguno debería
cumplir un precepto sólo porque está
escrito. Más que tratar de resolver los
secretos de los mundos superiores, lo que
preocupaba en Kotsk era resolver el caos
que impera en el propio alma. El abecé del
jasidismo de Kotsk era “no imites, no
repitas, sólo di aquello que sale de tus propias
entrañas.” Decían: “La costumbre es cosa de
estúpidos. No hay que imitar a los demás y
tampoco imitarse a sí mismo. El que reza hoy
sólo porque rezó ayer, es un malvado. No hay
que rezar, uno mismo tiene que ser la
plegaria.” Cada jasid debía volver a
preguntarse cada vez la razón por la que
cumplía un precepto. Para ese mundo las
conclusiones de ayer eran los
interrogantes de hoy.
7
Cuentan que cierta vez uno de sus jasidim se
dirigió angustiado al Kótsker:
—Rebe —le dijo — me la paso todo el día
pensando y pensando, y no hay paz en mi
alma.
—¿Y qué es lo que piensas? —preguntó el
rebe.
—Pienso si verdaderamente existen Juez y
juicio.
—¿Y qué te importa?
—¡Rebe! Si no existen juez ni juicio, ¿cuál es
el sentido de la creación?
—¿Y qué te importa?
—¡Pero rebe! Si no tiene sentido la creación,
¿qué objeto tienen las palabras de la Torá?
—¿Y qué te importa?
—¿Cómo qué me importa? –-exclamó
espantado el jasid— ¿Si no es esto, qué otra
cosa debería importarme?
—Si tanto te importa, —dijo el rebe— no hay
problema; eres un buen judío y puedes seguir
pensando cuánto quieras; no te va a causar
ningún daño.
El Kótsker era un rebelde que solía no
callarse o que guardaba total silencio como
forma suprema de protesta. Su héroe era el
patriarca Jacob que había luchado toda
una noche con un ángel, hasta vencerlo. Lo
único que importaba, según él, era la
8
rebelión sagrada, la rebelión contra Dios
en nombre de Dios. Para lograrlo no
quería tener más que diez discípulos que
mereciesen comprender la quintaesencia
del conocimiento, de la verdad y la
santidad. El Kótsker había combatido toda
su vida solo. No era un hombre prudente.
“El andar por el medio de la calle está hecho
para los caballos” decía, y él andaba
siempre, apasionadamente, por los bordes,
por los extremos. Descreía de todo: “Lo
único indiscutible es el alfabeto, el alef-bet.” La
fe no era para él un refugio en absoluto.
Figura trágica, luchaba por una verdad
absoluta, sin una pizca de hipocresía. Sus
seguidores no encontraban la calma a su
lado; cuando se levantaban de su mesa
tenían convulsionada el alma. Y él se
sublevaba contra sus seguidores. “¿Qué
quieren de mí? Mi tarea no es saciar su hambre
ni apaciguar sus espíritus.” Pero cuanto más
se esforzaba por alejar de sí a la gente, más
gente lo seguía; cuanto más miedo les
inspiraba, más atraídos se sentían por él.
El Kótsker criticaba a quienes cambiaban
su rostro en el anochecer del viernes para
recibir a la novia sabática; les exigía que el
domingo no se desvistiesen de ese rostro,
que siguiesen sintiéndose novios del
sábado.
9
Llevó la paradoja al paroxismo: “Quien
cree en los milagros es un imbécil y quien no
cree en ellos es un apóstata...” o “El tema no
es perfeccionar el propio espíritu sino
perfeccionar el cielo; alzarlo hasta volverlo
inalcanzable.”
Tal como lo hacía su maestro, Reb IankevItsjok, en Kotsk no se oraba en los horarios
marcados por el ritual, sino cuando los
judíos se sentían desbordados de deseos
de orar: “En Kotsk, en lugar de dejarnos llevar
por el reloj, nos dejamos llevar por el alma.”
Decían que sólo cuando lo provocaba el
corazón era auténtico el balanceo del
cuerpo al rezar; que uno puede
balancearse y sin embargo no moverse, no
acercarse.
El Kótsker consideraba al jasidismo una
aventura. No existe ningún retrato suyo,
sólo la leyenda, los disparos de sus
inquietantes frases luminosas, y su
estruendoso silencio de veinte años que
alguien equiparó a una nueva rotura de las
Tablas de la Ley.
&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&
10
ILUMINACIONES del
KÓTSKER REBE
Selección y versión de Eliahu Toker
* La Torá nos advierte que no transformemos
los mandamientos de Dios en ídolos.
*¿Por qué dirá la gente estupideces tales como
“se debe rezar seriamente”? ¿Qué quiere
decir “rezar seriamente”? ¿Hay acaso algo
en este mundo que no debamos hacer
seriamente?
11
*¿Dónde vive Dios? Dios vive donde el
hombre le permite entrar.
*No tendrás un dios extraño, quiere decir que
no sientas en ti a Dios como un extraño.
12
*Lo fundamental no es estudiar la Torá; lo
fundamental es aprender de la Torá.
*¿Quién dice que la verdad está hecha para
ser revelada? Hay que buscarla, eso es todo.
13
*Al maldecir a la serpiente, Dios la condenó a
arrastrarse por tierra y a nutrirse de polvo.
¡Qué extraña maldición! La serpiente nunca
tendría hambre. ¿Es esa una maldición? Sí, lo
es. ¡Y terrible! ¡No carecer de nada es la peor
de las maldiciones!
* Está prohibido envejecer. La gente envejece
en plena juventud. La frescura es más
importante que la devoción. Cuanto más frío
más viejo. Lo joven es el calor, el entusiasmo.
14
*De ninguna manera reconocería yo el reino
de un Dios cuyas sendas y procederes fuesen
comprensibles para cualquiera.
*No hay nada tan torcido como una escalera
recta y nada tan entero como un corazón judío
desgarrado.
15
*Del mismo modo que los rostros de los seres
humanos difieren uno del otro, también son
distintas sus convicciones. Y del mismo modo
que puedes tolerar un rostro distinto del tuyo,
debes tolerar las opiniones de gente que piensa
de manera distinta que tú.
*Yo podría resucitar muertos pero prefiero
resucitar seres vivientes.
16
*No existe héroe alguno en este mundo que
pueda liberar a un hombre que se olvida de
sus propias cadenas.
*Un hombre debe llevar siempre consigo dos
carteras para poder acudir a una u otra según
lo necesite. En una debe leerse: “Yo no soy sino
polvo y ceniza”. En la otra: “Por mí fue creado
el mundo”.
17
*Un fanático es aquel que convierte en
secundario el objetivo principal de la piedad,
y en principal el fin secundario.
*Aunque resulte imposible ascender, HAY que
ascender.
18
*Para salvar a Sodoma de la destrucción hacían
falta al menos diez justos; para destruir el
mundo alcanza con un tonto.
*Paz sin verdad es una falsa paz.
19
*Si no tienes tu manto de oraciones para rezar,
envuélvete con los cuatro extremos, las cuatro
alas, del mundo y recita tus plegarias.
*”Vosotros serviréis al Señor, vuestro Dios, y
Él bendecirá tu pan” dice Éxodo XXIII/25,
porque uno come solo aunque esté con otros,
pero debe orar en comunión con todo Israel
aunque esté a solas.
20
*Aumenta tu conocimiento aunque con él
aumentes tu dolor. Es más: el verdadero
conocimiento lleva a la insatisfacción, ¿y qué?
La insatisfacción constante es la esencia de la
satisfacción humana. No te deja dormir pero
le da sentido a la vida. Un gran sentido.
*Está escrito que Dios contempló su obra y
encontró que estaba bien. Yo soy más exigente.
El mundo tal como está no lo quiero, salvo para
sonarme las narices.
21
*Hoy al despertar, me pareció que yo no estaba
vivo. Abrí los ojos, me miré las manos y vi que
podía hacer uso de ellas. Así pues las lavé. Miré
luego mis pies, vi que podía caminar y di
algunos pasos. Entonces pronuncié la
bendición: “Bendito seas Tú que resucitas a los
muertos.” Y supe que vivía.
*No temas a la muerte. Sólo es pasar de una
habitación a otra, en realidad a la más hermosa
de las habitaciones.
22
*Todo puede ser imitado en el mundo, menos
la verdad, porque una verdad imitada deja de
ser verdad.
*Las almas descienden del reino de los cielos
por una escalera. Luego esta es retirada. Pero
desde arriba llaman a las almas para que
retornen. Algunas no se mueven del lugar
porque, ¿cómo subir al cielo sin escalera? Otras
saltan y caen y saltan nuevamente y
abandonan. Pero están aquellas que saben muy
bien que no es posible lograrlo, pero lo intentan
y lo intentan una y otra vez hasta que Dios las
toma en sus manos y las eleva a las alturas.
23
*El hombre fue creado de manera tal que
pueda levantar los cielos.
*¿Saben cómo es amar a los judíos? Es sacar a
un judío por los pelos, de la cama caliente en
una noche de invierno, y gritarle en el oído
“Adonai es Dios”.
24
*Quien no ve a Dios en todas partes no lo ve en
ninguna.
*Quien reza hoy porque rezó ayer es peor que
un malvado.
25
*Un joven jasid vino a quejarse de que durante
los rezos lo asaltaban pensamientos
pecaminosos ajenos, que no le permitían
concentrarse en sus plegarias.
—No te engañes, esos pensamientos no son
“ajenos” –-le dijo el rebe.— ¡Son tuyos!
*Otro jasid se quejó que no podía rezar porque
le dolía la cabeza.
—¿Y qué tiene que ver la cabeza con el rezo?
—se enojó el kotzker.— El rezar es tarea del
corazón.
26
*Cuando el zar dictó un decreto ordenando a
los judíos afeitarse sus barbas y aladares para
que su aspecto fuese como el de los demás
europeos, se levantó un clamor entre los líderes
del jasidismo y hubo quienes decidieron que
esa orden inicua era de aquellas que “aceptarás
la muerte y no la acatarás”. Cuando lo escuchó
el Kótsker, dijo: “¿Aceptarás la muerte y no la
acatarás? ¿Así? También yo conozco las sendas
secretas y no encontré en ellas nada que avale
esa postura. ¿Así abaratan la sangre judía?
Mejor que multipliquen sus esfuerzos y
consigan que venga el Mesías.”
27
Acerca del Kótsker Rebe
El Rabí de Kotsk, nacido como Menajem Mendl
Morgenstern en 1787 en Goray, Polonia, y fallecido
en 1859 en Kotsk, fue un gigante del movimiento
jasídico, un habitante de la leyenda, un maestro a
pesar suyo, que reunió a su alrededor a una
multitud de seguidores en la pequeña Kotsk,
ubicada al este de Polonia, al norte de Lublín.
“Me volví jasid gracias a que en mi infancia conocí a un
anciano que contaba cuentos maravillosos acerca de los
justos. Él contaba sólo lo que sabía y yo escuchaba sólo
lo que me hacía falta.”
Su postura revolucionaria abrió una nueva línea
en el pensamiento jasídico, pasando su influjo y
sus dichos de generación en generación. Su singular
28
pensamiento se adelantó en mucho al de
determinados filósofos modernos. Él quería ser
alguien que valiese la pena.
Sobre el Kotzker se escribieron centenares de libros
y artículos, incluso una obra teatral que fue
presentada por el teatro Ohel de Tel Aviv. La obra
“En los bosques de Polonia”, basada en un cuento
de Opatoshu, describe la vida de ermitaño del rabí
y la afluencia de jasidim, de seguidores, desde
todos los rincones de Polonia. La dinastía del
Kótsker Rebe se extendió por varias ciudades
polacas, siguiendo la tradición jasídica. Una
generación antes de la Shoá, en 1924, volvió a Kotsk
un descendiente del Rebe, su nieto Rabí Iósele
Morguenstern, personalidad respetada y querida,
que devolvió a Kotsk parte de su grandeza después
29
que su padre, rabí Israel, pasó a ejercer en Pilev.
Rabí Iósele murió asesinado durante la Shoá.
La tumba del Kótsker Rebe fue destruida por los
polacos junto con las demás tumbas del cementerio
judío de Kotsk. En su lugar se plantó un
bosquecillo, pero entre los matorrales se
encuentran restos de lápidas como testigos mudos
de la destrucción del judaísmo de Kotzk. Antes de
la Segunda Guerra Mundial vivían en Kotsk 2500
judíos; hoy no vive ninguno allí.
&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&
30
Bibliografía
Buber, Martín. Cuentos jasídicos, Los primeros maestros
I; Los maestros continuadores II, Buenos Aires, Paidós,
1978
Heschel, Abraham Joshúa. Kotzk, in guerangl far
emesdikait, Tel Aviv, Hamenorá, 1973
Madanes, Simja. Por los senderos de la vida, Israel, s/e,
1991
Maizlish, Shaul. Ein shalem mi lev shavur, Imrot ha’rabí
mi’Kotzk, Israel, Edit. Moden, 1988
Opatoshu, Josef. In poilishe velder, Buenos Aires,
Ateneo Literario del IWO, 1965
Sadé, Pinjas. Ish be’jeder sagur. Libó shavur. U’bajutz
ioreder afeilá. Imrot, torot ve’sipurei-jaim shel Rabi
Menajem Mendl mi’Kotzk, Israel, Editorial Shoken,
1993
Unger, Menashe. Pszysche un Kotzk, Buenos Aires,
Dos Poilishe Idntum, 1949
Wiesel, Elie. Retratos y leyendas jasídicos, Buenos Aires,
De la Flor, 1988
31
Documentos relacionados
Descargar