2 Ayuno – pan de ayuno CHILDREN OF MEDJUGORJE Presidente: Denis Nolan Vicepresidente: Sor Emmanuel Maillard Consejo Asesor: Obispo Nicholas D'Antonio Cardenal Jaime Sin Obispo Michael D. Pfeifer Cardenal Bernardino Echeverría Obispo Donald Montrose Arzobispo Frane Franic P. Daniel Ange Arzobispo Datuk Peter Chung Ralph Martin Febrero 15 de 2001. Queridos hijos de Medjugorje, ¡alabados sean Jesús y María! 1. Sor Emmanuel les envía saludos a todos ustedes desde Medjugorje. Está inmersa en su retiro y agradece a cada uno su apoyo con oraciones. En este mes de Febrero he cobrado conciencia de lo maravilloso que es mantenernos vinculados a los eventos de Medjugorje. 2. Estando ya muy cerca la Cuaresma, la Virgen nos ha dado sus instrucciones maternales para observar este tiempo. En su mensaje del 25 de Enero nos insiste firmemente en que debemos orar y ayunar. "¡Queridos hijos! Hoy los invito a renovar la oración y el ayuno con aún mayor entusiasmo, hasta que la oración se convierta en gozo para ustedes." Debo admitir que a veces resulta difícil hacer acopio de entusiasmo para ayunar. ¡Cuántas veces me despierto el miércoles en la mañana, pensando de manera lúgubre en pan y agua! Debe ser porque no me he dado cuenta de los increíbles resultados del ayuno. Pero la Virgen dice que, "quien ayuna no teme al mal." ¿Me sentiría desanimada los miércoles si realmente me percatara de que mi ayuno me liberará del poder de Satanás? Sor Emmanuel lo ha explicado de esta manera; "¿Por qué Satanás se debilita tanto cuando nosotros ayunamos? En el momento en que ofrecemos a Dios algo relacionado con nuestro cuerpo, podemos afirmar que realmente nos damos nosotros mismos. Dar dinero, tiempo, una buena palabra o involucrarse en algún servicio es fácil. Mientras que ayunar concierne no sólo a nuestro cuerpo, sino también algo vital. La comida es un asunto de sobrevivencia y está relacionada con hábitos profundamente arraigados. Como dijo alguna vez el Padre Slavko: 'El ayuno nos revela aquellas cosas de las que dependemos'. El ayuno a pan y agua enciende luces de emergencia: ¡Café! ¡Cigarrillos! ¡Vino! ¡Chocolate! Ahora bien, María no viene a señalarnos nuestras dependencias, Ella viene a fin de que podamos ser libres, de que seamos liberados. El ayuno nos revela hasta qué grado dependemos de nuestro horario diario. Cuando yo comencé a ayunar, lo primero que descubrí fue la alegría de la libertad: comer o no comer daba lo mismo." Y ciertamente, cuando ayunamos hacemos a un lado muchas cosas en nuestra vida que podrían ser herramientas del enemigo. Le arrebatamos esos puntos de entrada a nuestro corazón y en vez de ello le damos a Dios lugar en nuestro interior. Entregar parte de nuestros cuerpos es un signo de entrega real a Dios. De alguna manera, el ayuno crea un vacío, un espacio en nuestra alma, en nuestro cuerpo, en nuestro corazón. Al abstenernos de comer, surge un espacio libre que Dios puede ocupar como nunca antes. Dios habitará este nuevo lugar en nuestra vida. Por eso es que la gente que ayuna tiene una sensibilidad y agudeza espiritual muy especial. Si Dios está presente en un alma, Satanás no puede entrar. Así que el ayuno realmente nos fortalece contra el mal. Recientemente supe de una mujer que había estado luchando contra la ansiedad por años. Nunca había sido capaz de hacer a un lado sus preocupaciones por sus hijos, las finanzas familiares y el trabajo de su marido. Los pensamientos sobre estas angustias la atormentaban día y noche. Aunque trataba de vivir los mensajes de la Virgen en Medjugorje, el ayuno le resultaba difícil. No fue sino hasta que ella misma estuvo en Medjugorje y ayunó ahí con los demás peregrinos, que finalmente entendió el ayuno. ¡Descubrió la alegría de comer pan! E hizo del ayuno una parte de su vida cuando regresó a casa. Ahora cuenta que su ansiedad ha desaparecido. Aunque la tentación de tener miedo aún subsiste, ella tiene la fortaleza para resistirla como nunca antes la tuvo. Encuentra alegría en el momento presente y puede dormir con mucha más tranquilidad. Ella cree que la oración y el ayuno se han convertido en una poderosa defensa contra la ansiedad. Verdaderamente, la oración y el ayuno pueden detener guerras, "las guerras [ocasionadas] por su incredulidad y miedo al futuro." Por el lado práctico, muchos de nosotros hemos descubierto que el tipo de pan que usemos los días de ayuno hace la diferencia. Un pan robusto es lo mejor. Podemos hornear nuestro propio pan para ayunar si no encontramos una buena panadería. Estoy incluyendo una buena receta para que ustedes la prueben o bien, elaboren una ustedes mismos. De ser así, por favor compártanla con nosotros para que todos podamos comenzar a ayunar con entusiasmo. Y recuerden orar más en los días de ayuno, es necesario si quieren sostenerse en este esfuerzo. Pan de Ayuno: 1 Kg (2&1/2 libras) de harina ..75 I (aprox. 3 tazas) de agua caliente (a 37 grados C o 98 grados F) 1 cucharadita de azúcar 1 cucharadita de levadura seca 2 cucharada de aceite 1 cucharada de sal 1&1/4 tazas de hojuelas de avena o de otro cereal (250 grs. o 9 onzas) Combinar la harina, el agua, el azúcar y la levadura, en ese orden, y luego mezclar. Añadir el aceite, la sal y el cereal. Mezclar la masa (no es necesario golpearla). Añadir harina si la masa es demasiado líquida. Dejar que la masa levante por 2 horas (o toda la noche), en un lugar caliente con temperatura constante de al menos 25 grados C o 80 grados F. La masa puede cubrirse con un paño húmedo o papel estraza. Poner la mezcla en dos moldes para pan bien engrasados de máximo 4 cm (2 pulgadas). Dejar que levante unos 30 minutos adicionales. Introducir en el horno previamente calentado (160 grados C o 350 grados F) y hornear de 50 a 60 minutos. La calidad del pan dependerá mayormente del tipo de harina que se utilice. Puede usarse una mezcla de harina de trigo con harina integral. Los días de ayuno, es crucial beber grandes cantidades de agua. (Esto podría evitar el dolor de cabeza). La Virgen no especificó si el agua debía ser fría o caliente, ni dio mayores detalles a este respecto, así que cada quien está en libertad de decidirlos, con toda libertad, desde su corazón y de acuerdo a sus condiciones de salud. ¡Que la Virgen nos guíe en nuestra intención de orar y ayunar con entusiasmo, mientras nos esforzamos por poner a Dios en primer lugar en nuestras vidas! Cathy Nolan